La Arquidiócesis de Cali: su rol como anfitriona de la COP16 y su apuesta por la Pastoral de la Tierra
Jue 24 Oct 2024
Bajo el pastoreo de monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, la Arquidiócesis de Cali, Iglesia particular anfitriona de la COP16 que se adelanta en la capital del Valle del Cauca, le apuesta a la consolidación de la Pastoral de la Tierra. A través de ella, buscarán, cada vez más, articular, animar y visibilizar las iniciativas que se vienen desarrollando a nivel eclesial y de la mano de las comunidades, para contribuir en la mitigación del impacto negativo que el ser humano está causando al medio ambiente y, especialmente, a la biodiversidad.Es la Vicaría para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, a través de su Diaconía de la Tierra y Prevención, la encargada directa de liderar esta apuesta arquidiocesana por la Pastoral de la Tierra. Su propósito es "fortalecer las capacidades de liderazgo, autogestión, emprendimiento, prevención y mitigación de riesgos socio-ambientales de las comunidades y colaboradores de la Arquidiócesis de Cali, a través de espacios formativos y acompañamiento en los procesos orientados a la transformación de sus realidades", integrando los tres dimensiones fundamentales del ser humano: la espiritual, la personal y su relación con el medio ambiente.Según lo ha indicado la Arquidiócesis de Cali, esta Diaconía enfoca su misión en la promoción de una “Cultura de la Prevención”, "que busca motivar la globalización del amor, entendido como el valor fundamental que mueve a las personas a cuidarse a sí mismas, a relacionarse fraternalmente con su entorno y a velar por el bienestar de las personas que por diversas situaciones son los menos favorecidos y la Casa Común".En el campo del emprendimiento, se destaca también el apoyo brindado por la Iglesia a aquellas iniciativas comunitarias que parten del aprovechamiento respetuoso y sostenible de la naturaleza. Entre ellas, proyectos de emprendimiento agroecológico, de huertas verdes y manejo de plásticos.El padre Diego Fernando Guzmán Ruiz, director de la Vicaría para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, ha resaltado la importancia de que quienes participan por estos días en la Conferencia de las Partes, visiten las diferentes actividades y exposiciones que ha programado la Iglesia de Cali, para que se apropien, aún más, del cuidado de la casa común en el que tanto ha insistido el papa Francisco. La mayoría de ellas están ubicadas en el corazón de la zona verde de la COP16, específicamente en la sede de la Unicatólica.Vea a continuación el informe audiovisual:Sobre el rol de la Arquidiócesis de Cali, también le puede interesar otra nota elaborada por el Centro para las Comunicaciones del CELAM presente en la COP16. Para verla, haga clic AQUÍ.
Asesinato de Sofía Delgado Zúñiga: repudio, dolor y llamado a la acción en la Diócesis de Palmira
Vie 18 Oct 2024
A través de un comunicado, el obispo de la Diócesis de Palmira, monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, rechazó el atroz asesinato de la niña Sofía Delgado Zúñiga de 12 años de edad, en el corregimiento de Villagorgona, Candelaria, Valle del Cauca. El prelado afirmó que “estos crímenes son una herida profunda en el corazón de nuestra sociedad” y, además, representan un llamado urgente a la acción.“No podemos permitir que los niños sigan siendo víctimas del asesinato, de la utilización, el reclutamiento y el abuso”, enfatiza.En el mensaje, monseñor Gallego se une al dolor y a las plegarias de su familia ante esta pérdida irreparable. “Nos duele como sociedad, como Iglesia, como comunidad. Acompañamos su dolor y exigimos que estos actos no queden impunes”, agrega el prelado.Además, el Obispo de Palmira también pide a todos los actores eclesiales, sociales y estatales, asumir compromisos para proteger y defender la dignidad de los niños y niñas:“Es nuestro deber sagrado garantizarles un presente y un futuro de paz, donde puedan crecer seguros, amados y respetados. Como Iglesia, reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la construcción de una sociedad más justa y humana, en la que la vida de cada infante sea protegida con todo el amor y la dignidad que merecen”, expresa monseñor Rodrigo Gallego.
Obispos colombianos convocan colecta nacional para ayudar a reconstruir edificaciones de la Iglesia en Guapi afectadas tras el atentado
Vie 8 Nov 2024
Tras el atentado terrorista perpetrado en el municipio de Guapi (Cauca) el pasado 2 de noviembre, que produjo, además de lamentables pérdidas humanas, heridos y afectaciones en la tranquilidad de la población, la destrucción de las edificaciones de la Casa y la Curia Episcopal, los obispos de Colombia convocan una colecta nacional para apoyar al Vicariato Apostólico de Guapi en el proceso de reconstrucción de dichas obras.La jornada se llevará el domingo 17 de noviembre en todas las parroquias del país. Quienes deseen, también podrán participar en ella consignando su aporte a la cuenta de ahorros del Banco de Bogotá Nº 078354974, a nombre de la Conferencia Episcopal de Colombia.En el mensaje de convocatoria, los pastores destacan este apoyo como un signo de esperanza en medio de la compleja realidad que viven las comunidades del pacífico caucano; por lo que animan a todas las personas de buena voluntad a participar activamente en esta iniciativa, con solidaridad y fraternidad.“Vamos a orar intensamente también para que la población recupere la esperanza, la reconciliación y el deseo de salir adelante. El Señor recompensa al que da con generosidad”, agrega monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC, en el video que acompaña el comunicado oficial.En ese mismo video, el padre Arnulfo Moreno Quiñonez, pro-vicario de Guapi, enfatiza: “Nada podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús; ni la violencia, ni la destrucción, ni el temor”.Vea a continuación el videomensaje:
"Nuestro pueblo gime de dolor": Pro-Vicario de Guapi
Mar 5 Nov 2024
A través de un comunicado firmado por el pro-vicario de Guapi, el padre Arnulfo Moreno Quiñonez, esa Iglesia particular ubicada en el pacífico caucano, expresó su dolor y preocupación ante los hechos de violencia que han venido afectando gravemente a sus comunidades. La situación más reciente se presentó el pasado 2 de noviembre en la cabecera municipal de Guapi; un atentado en la madrugada de ese día, dejó, además de personas heridas, lamentables pérdidas, entre ellas, vidas humanas y estructuras, como es el caso de la Curia que resultó seriamente afectada. La Iglesia pide la presencia urgente de las instituciones del Estado allí, garantizando el derecho a la paz y generando condiciones de desarrollo humano integral.“Lamentamos la pérdida de las vidas humanas, el dolor de los heridos, el llanto de las familias y la desesperanza de una sociedad que anhela vivir en paz, la destrucción de los edificios de la curia diocesana, institución que es esencial para el trabajo de la Iglesia en Guapi y rechazamos todo tipo de acciones que generan miedo y zozobra en la población, porque que cada día su tierra es manchada con sangre de guerra; llamamos a todos apartarse de los caminos de pánico y de muerte, y acercarse más a los caminos del diálogo y la reconciliación para que así podamos construir juntos y disfrutar en hermandad de la paz”, se expresa en el comunicado.De acuerdo con el mensaje, este hecho ha causado pánico y tristeza en todo el territorio del Vicariato:“Porque lscuandé, Timbiquí, Guapi y López de Micay, somos una sola familia extendida y diseminada por todo el pacífico Caucano y Nariñense; cuando uno ríe todos ríen y cuando uno llora todos lloran”.En el mensaje, el padre Arnulfo Moreno pide la oración de todos en la Iglesia para que la Paz del Señor sea consuelo y esperanza en medio de sus comunidades:“Nos acogemos con amor y fe de solidaridad, a la oración universal, la de la Iglesia Colombiana, la de nuestros obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados y consagradas, la de los hombres y mujeres de buena voluntad, para que le pidamos juntos al Príncipe de la paz que, llegue al mundo entero, a Colombia, al pacífico Caucano y Nariñense”.Vea a continuación el comunicado leído por el Pro-vicario de Guapi:
Matrimonio y familia: don de Dios
Vie 8 Nov 2024
Por Mons. Héctor Cubillos Peña - La vida de pareja, como la de familia, son un don de Dios a la humanidad, que Él ofrece como camino de luz, verdad y amor. La Iglesia está llamada a anunciar la buena noticia sobre el amor humano.
1. “Hagamos al hombre nuestra imagen y semejanza” (Gn 1, 26)
Con estas grandiosas palabras introduce el Génesis los relatos sobre la creación del hombre como culminación de la obra creadora divina. El “hagamos” está indicando esta determinación eterna de crear al género humano. Según la tradición la Iglesia puede ser considerado como una deliberación de Dios con sus ángeles, o también como la expresión de la consideración del Dios trinitario que determina crear al ser humano en una clara referencia al Hijo encarnado como imagen del hombre.
El hombre es descrito como “imagen y semejanza”, lo cual pone de relieve una especial relación con Dios, diferente y superior a la relación con las demás creaturas. “Hagamos” pone de presente que el hombre ha sido creado por Dios, y que éste es su dueño y Señor; de Él procede, en Él existe y hacia Él se orienta en su existencia. De esta verdad no es posible alejarse ni negarla. La afirmación del Génesis de Dios al concluir su obra lo dice todo: “y vio Dios que todo era bueno” (Gn 1, 31)
El ser el hombre imagen, ícono y semejanza de Dios, explícita esas realidades propias de lo humano: su ser personal e individual, su capacidad para escuchar y responder, su inteligencia, libertad y voluntad. El hombre y la mujer son semejantes a Dios, pero no iguales. El ser humano es por tanto la obra más perfecta y maravillosa de Dios; colocada por él como centro y señor de la creación; único ser capaz de acoger y corresponder al don de la vida y el amor que el Creador ha establecido conceder a su creatura. De esta condición se desprende su obligación, su valía y su condición sociable.
2. “Hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27)
Otra de las grandes afirmaciones de la Palabra de Dios es la de que los creó diferenciados hombre y mujer. Esta realidad también ha de verse bajo el principio de la imagen y semejanza; juntos reflejan a Dios. La belleza, las propiedades y características de cada uno de los sexos, son obra del Creador. Lo masculino y lo femenino se expresan y se comunican en todas las dimensiones del ser humano: lo físico, lo intelectual, lo afectivo y lo social. Allí se encuentra por tanto la perfección y belleza de lo humano. Ambos son complementarios y están destinados a la unión. Todo intento de querer modificar o destruir esta condición es un atentado contra el ser humano y contra su Creador. Ambos, pues, han de reflejar en su unión la obra divina, bella y completa de Dios. En el hombre y la mujer unidos se hace presente Dios, porque Él es amor. “Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Mt 19,6)
3. “Y se unirá a su esposa y los dos serán una sola carne, de manera que ya no son dos, sino uno solo” (Gn 2,24; Mc 10,8)
Hombre y mujer destinados a ser una sola carne. El término carne como también el de cuerpo designan la persona humana en su totalidad desde la perspectiva de su ser relacional y de presencia en la realidad y la historia. La vocación terrena de hombre y mujer, por tanto, es la de ser pareja y en el matrimonio; que es por tanto unidad y comunión. El amor tiende a la unidad sin que se pierda la diferencia; y, Dios es amor (1 Jn 4; 8). La vida matrimonial conlleva la mutua donación por amor hasta la muerte. El verdadero amor excluye toda forma de violencia, opresión, aniquilamiento o separación. En estos tiempos de sinodalidad, del “caminar juntos” se puede contemplar la vida de pareja y también de familia como ser – “caminar en el amor”. La unidad que una pareja está llamada a alcanzar siempre estará sostenida y alimentada por la gracia el Sacramento del matrimonio. La infidelidad y la separación, de otra parte, lamentablemente siempre estarán al acecho para destruir la relación matrimonial.
4. “Gran misterio es este y yo lo refiero a Cristo y a su Iglesia” (Ef 5,32)
Estas palabras paulinas tocan lo más profundo del diseño de Dios sobre el matrimonio. El término “misterio” designa el querer de Dios que se orienta al bien y la plenitud de la humanidad.
La vida de pareja por tanto se puede contemplar a la luz de la súplica de Jesús a su Padre: “Que todos sean uno como tú Padre y yo somos uno” (Jn 17,21). Es el misterio del amor divino en el amor humano. La vida matrimonial y de familia también han de reflejar el amor entre el Padre y el Hijo; por eso es que en concreto la familia es llamada “iglesia doméstica”. Cristo es la cabeza y la Iglesia la familia, son su cuerpo. Cristo entrega su amor y la pareja responde con amor a Él y esto lo testimonia la familia en el amor de esposos y de padres e hijos.
Conclusión
La vida matrimonial como la familiar son un don maravilloso del amor de Dios. Urge en la actualidad anunciar y testimoniar la belleza del amor en pareja para traer a tantos que se encuentran desorientados o engañados por falsas propuestas. El camino del Sacramento del matrimonio es verdadero camino de amor, de felicidad y también de santidad.
+HÉCTOR CUBILLOS PEÑA
Obispo de Zipaquirá
Miembro Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia
Sobre “La Paz Total”
Jue 7 Nov 2024
Por Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía- Cada gobierno “apellida” su plan de paces con armados ilegales y su propuesta de convivencia ciudadana. Este no es la excepción. Solo que aplicó apenas uno de los cuatro principios para el abordaje de la transformación, señalados sabiamente por el Papa Francisco en “La Alegría del Evangelio” (números 217 al 237): “El todo es superior a las partes”. Los otros tres son:
1.”El tiempo es superior al espacio”.
2.”La unidad prevalece sobre el conflicto”.
3. “La realidad es más importante que la idea”.
La idea de “totalidad” de los actores armados, si bien se asume a los “actores de la ilegalidad” contra todo derecho y de “la rebeldía contra todo el sistema”, no integra, directamente, como gran gestor estatal de paz frente al “enemigo interno”, desde el “monopolio de las armas”, la acción de la fuerza pública. Esta ha de ser llamada, no solo a disuadir, sino también a persuadir y a reintegrar, en la protección y defensa del bien común, a quienes se han alzado en armas.
Este Gobierno ha dado un primer paso, importante al poner un jurista de talla internacional como ministro de defensa, e iniciar un “despegue de doctrina”, que convertía la fuerza estatal en un enemigo más de la paz y de los derechos humanos y civiles, afectados por la corruptela clasista y mafiosa.
Creo que la permanencia y estabilidad en ese propósito se enfrenta con la tentación de agudizar la guerra que le hacen las ultraderechas, a coro con los grupos armados, “pescadores en río revuelto” a cada instante. “Volvimos a lo de antes”, “retrocedimos”: es su canto electorero para volver a los esquemas que llamaron de “seguridad democrática” o de “paz con legalidad”.
Pero abrir ventanas de contacto y mesas de diálogo por todos lados, y lanzar propuestas tan audaces como la compra estatal de cosechas de coca y retoma de territorios “con oferta estatal integral”, o de financiar jóvenes pandilleros del conflicto urbano a cambio de que abandonen el asesinato y, por ende, las armas en las calles, son propuestas que requerirían:
a) De un músculo muy fuerte de sociedad poblacional en cada territorio; b) De simultaneidad de ceses al fuego y simultaneidad de mesas; c) De concurrencias del Estado en sus instancias local, regional y nacional; d) De la inversión, financiamiento y acompañamiento duraderos por parte de la Nación y de la misma comunidad internacional.
Estado, población, concurrencias territoriales y sectoriales, y una “hoja de ruta nacional, son un enorme desafío, que le daría el marco constitucional a la “Ley de paz total”, la 2272 de 2022, focalizando el propósito y confiándole las riendas a las poblaciones que se constituyan, a nivel municipal y de comunas urbanas y resguardos o entidades territoriales étnicas, como ACTOR CIVIL Y COMUNITARIO de la “Paz Total”.
En suma, los constitucionalistas y el poder legislativo y judicial, junto al poder ejecutivo del Estado en cada instancia y a los poderes e instituciones sociales, requerirían sintonizarse en la pacificación nacional por vía de “democracia para la paz” , como está en la agenda que venía retomándose entre el ELN y el actual Gobierno.
Entre otras, porque entrar de lleno en este segundo punto, seguido después del más motivacional ya firmado, el de “participación de la sociedad en la construcción de la paz”, podría y debería ser el nuevo arranque de esa envolatada mesa de diálogos.
Interesar a la ciudadanía en este propósito resulta apremiante. Casos reiterados como crímenes y asesinatos de niñas y niños, ahora focalizados en el secuestro, abuso y despedazamiento de Sofía Delgado, deberían prevenirse con toda la “voluntad colectiva herida”, el caso de Candelaria y Villa Gorgona en el Valle del Cauca; quizás, con una revalidación ética o moral de la cédula de todo ciudadano, a modo de plebiscito o cabildo y /o audiencias públicas, como mecanismo de sensibilización y prevención de crímenes como este.
A grandes males, más grandes remedios, más allá de griterías, quemas, linchamientos, cárcel y castigo, o tontos clamores de “pena de muerte” y cosas similares.
Una población empoderada de su convivencia pacífica, de su desarrollo integral y de su solidaridad social, se vuelve actor y protagonista de la construcción de paz, ahora y más allá de uno u otro gobierno.
+Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía
Arzobispo Emérito de Cali
“Yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20)
Vie 1 Nov 2024
Por. Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Estamos culminando el mes de octubre con la certeza de seguir avanzando en la conciencia misionera de cada uno de los bautizados, cumpliendo el mandato del Señor “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado” (Mt 28, 19). Frente a la misión llegan también momentos de incertidumbre, por las dificultades que hay que afrontar cada día, incluso el rechazo de muchos al mensaje de salvación. Frente a esta realidad, el evangelizador no ha de desfallecer, debe seguir adelante con la gracia que viene de lo alto para continuar la tarea, que no es propia, sino del Señor, y Él mismo nos ha dado la certeza que no estamos solos, pues nos ha dicho: “Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20).
Evangelizar es la misión de la Iglesia y está en nuestras manos ser instrumentos disponibles para cumplir con esta tarea que le da identidad a la Iglesia. San Pablo VI así lo enseña: “Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” (Evangelii Nuntiandi, 14), para que muchos experimenten la alegría del Evangelio y den sentido a sus vidas, como lo afirma el Papa Francisco: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii Gaudium, 1).
Dejar entrar a Jesús en la propia vida, en la vida familiar, es tener la garantía de que Él llega para permanecer, Él estará con nosotros todos los días, en los momentos fáciles y difíciles; en las alegrías y en la Cruz, ahí está el Señor caminando con nosotros, siendo soporte y alivio, dándonos esperanza en la tribulación. Aparecida nos ilustra esta realidad cuando afirma: “Todos nosotros como discípulos de Jesús y misioneros, queremos y debemos proclamar el Evangelio, que es Cristo mismo. Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas” (Documento de Aparecida, 30), porque Jesús camina con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos.
El mundo que está sin Dios se queda sin esperanza y entra en el vacío y en la tristeza más profunda; el Señor quiere quedarse en el corazón de todos hasta el final de los tiempos, pero hay que permitirle la entrada, hay que dejarse encontrar por el amor de Dios que salva, que perdona, que purifica y llena de alegría el corazón. El Papa Francisco insiste en la alegría que da el encuentro con el amor de Dios y lo expresa así: “Sólo gracias al encuentro con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada. Llegamos a ser plenamente humanos cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción evangelizadora, porque si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros? (EG 8).
La presencia del Señor en nuestra vida hasta el final de los tiempos, le devuelve el sentido y la alegría a la existencia humana y aún en medio de las dificultades, existe serenidad y armonía, porque mirar y contemplar el Crucificado, fuente de nuestra salvación, llena el corazón de paz. Esta realidad interior que se vive al experimentar el amor de Dios, es lo que se transmite en el nombre del Señor en el trabajo misionero, de tal manera que, no se necesita mucha ciencia humana para evangelizar, basta experimentar el amor de Dios, “si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús” (EG 120).
Esta fue la experiencia de los primeros discípulos del Señor, ellos después de experimentar el amor de Dios, de inmediato salieron con gozo a transmitir lo que estaban viviendo en sus vidas y lo hacían con gozo y convicción “hemos encontrado al Señor” (Jn 1, 41), y esta es la misión nuestra: vivir el amor de Dios en la propia vida y querer extender ese amor a otros siendo auténticos misioneros del Reino de Dios, porque “todos somos llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del Señor, que más allá de nuestras imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y le da un sentido a nuestra vida” (EG 121).
Como creyentes en Jesucristo, sigamos en salida misionera haciendo discípulos misioneros del Señor, haciendo anuncio del Señor diciendo: “Tú eres el Cristo, envíanos Señor”, comenzando ese anuncio en el propio hogar y en el entorno en el que vivimos. Que la Santísima Virgen María y el glorioso patriarca san José, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con el mandato del Señor de ir por todas partes a hacer discípulos misioneros del Señor, con la certeza que Él está con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos (Cf Mt 28, 20).
En unión de oraciones.
Reciban mi bendición.
Mons. José Libardo Garcés Monsalve
Obispo de la Diócesis de Cúcuta
Dos Grandes Misioneros
Mar 22 Oct 2024
Por Mons. Orlando Antonio Corrales García , Arzobispo Emérito de Santa Fe de Antioquia - El Domingo 20 de Octubre celebramos en toda la Iglesia la Jornada Mundial de las Misiones y por este motivo, todo el mes de Octubre se llama el Mes Misionero. Por esto les presento en esta reflexión a dos grandes misioneros, cuya Memoria litúrgica tenemos en estos próximos días: San Juan Pablo II y San Antonio María Claret.
El martes 22 tenemos la Memoria litúrgica del Papa San Juan Pablo II. En el inicio solemne de su pontificado, el 22 de Octubre de 1978 en la Plaza de San Pedro, resonó la voz potente del nuevo Papa, venido de Polonia, que exhortó a toda la Iglesia, más aún, a toda la humanidad, a abrir las puertas a Cristo el Salvador de todos los hombres. Este es el anuncio Misionero que debe llevarse a todos los rincones de la tierra: proclamar que Cristo es el Salvador y que todos los hombres y mujeres, son invitados a abrir las puertas del corazón a Cristo, para que sea El quien dé sentido a la vida de cada persona.
No cabe duda que este Papa fue un gran misionero y por ello viajó a tantos países del mundo, con el único objetivo de llevar el mensaje de la Salvación, la buena noticia del amor de Dios a todos: sus numerosos viajes, al igual que sus incontables documentos, tuvieron y tienen todavía hoy el propósito de acercar a hombres y mujeres de todas las culturas y lenguas, a Dios, para descubrir y experimentar su amor de Padre
Destaco entre sus documentos, la Encíclica Redemptoris Missio: La Misión del Redentor, publicada el 7 de Diciembre de 1990, cuyo subtítulo es: Sobre la permanente validez del mandato misionero. Trata de la urgencia de la actividad misionera en estos tiempos. Tiene 8 capítulos, que me permito enunciar:
1. Jesucristo, único Salvador.
2. El Reino de Dios.
3. El Espíritu Santo, protagonista de la misión.
4. Los inmensos horizontes de la misión Ad gentes.
5. Los caminos de la misión.
6. Responsables y agentes de la pastoral misionera.
7. La cooperación en la actividad misionera.
8. Espiritualidad misionera: «El verdadero misionero es el santo».
El jueves 24 celebramos la Memoria litúrgica de San Antonio María Claret. Nació en España y como sacerdote, predicó durante varios años en la región de Cataluña. Durante toda su vida desplegó un gran ardor misionero. Fue nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba, entregándose con gran generosidad a su tarea misionera en esa Isla del Caribe. Su gran espíritu misionero lo impulsó – por inspiración divina – a fundar la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como los Misioneros Claretianos, que hacen presencia en 68 países, entre ellos Colombia. Están presentes en varias Diócesis de nuestro país, muy especialmente en Quibdó, Chocó. También están presentes en Medellín.
San Antonio María Claret dio está definición del misionero: «Un hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todos el mundo en el fuego del divino amor. Nada me arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas».
Que el ejemplo y el dinamismo de estos dos grandes misioneros, nos impulse para vivir la Misión de manera permanente, como debe ser, no sólo en algunos momentos.
El Leccionario Propio de los Santos y Misas Comunes
Mié 23 Oct 2024
Por Pbro. Jairo de Jesús Ramírez Ramírez - El 30 de septiembre del corriente año 2024, en la memoria litúrgica de san Jerónimo, el Dicasterio del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, sorprendió a la Iglesia colombiana con la aprobación del Leccionario del Propio de los Santos y Misas Comunes (cf. Prot. No. 180/24). Se trata del Volumen No. IV del Leccionario de la Misa, que da continuidad a la perspectiva del trabajo iniciado por los Señores Obispos de la entonces Comisión Episcopal de Liturgia, quienes emprendieron la delicada labor de disponer la nueva versión en español del Ordo Lectionum Missae, de 26 de mayo de 1969 y 21 de junio de 1981, con un lenguaje más asequible al Pueblo fiel de Dios (Cf. SC, n. 36).
Los primeros volúmenes en ser aprobados fueron: el Leccionario de la Misa para los domingos y fiestas del Señor (año A); el Leccionario de la Misa para las ferias de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua; el Leccionario de la Misa para las ferias del Tiempo Ordinario (año par) y el Leccionario de la Misa para las ferias del Tiempo Ordinario (año impar), aprobados el 13 de mayo de 2017 (Prot. 579/16). Más adelante, el Leccionario de la Misa para los domingos y fiestas del Señor (año B), aprobado el 10 de agosto de 2017, (Prot. N. 400/17). Finalmente, el Leccionario para los domingos y fiestas del Señor (año C), aprobado el 3 de diciembre de 2018 (Prot. 417/18).
La confección del nuevo volumen ha significado un largo camino. En primer lugar, fue necesario confrontar el Calendario Propio de Colombia con lo establecido en distintos documentos de la Iglesia Universal. Luego de una atenta investigación histórica, teológica y pastoral, la Comisión Episcopal de Liturgia –con la ayuda de varios peritos–, presentó una propuesta seleccionando los santos más relevantes de orden nacional, que fue aprobada por el Episcopado Colombiano reunido en la CXIV Asamblea Plenaria, en su sesión del 9 de febrero de 2023, con 71 votos positivos, de 72 votantes, una vez escuchado y revisado el trabajo. Seguidamente, se solicitó la confirmatio al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que fue obtenida el 9 de noviembre de 2023, con protocolo N. 190/23.
Con la aprobación del Calendario Propio de Colombia, provino la serie de lecturas para las celebraciones de los santos. Por tanto, este volumen recoge los Santos del Calendario General, además, la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe, patrona de América (12 de diciembre); santo Toribio de Mogrovejo, Obispo, patrono de los Obispos de América Latina (23 de marzo); santa Rosa de Lima, virgen, patrona de América Latina (23 de agosto). También, las fiestas y los santos propios de Colombia: La exaltación de la Santa Cruz (3 de mayo); santos Felipe y Santiago, apóstoles (4 de mayo); santa María Bernarda Bütler, virgen (19 de mayo); Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote (jueves después de la Solemnidad de Pentecostés); Bienaventurada Virgen María del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia (9 de julio); san Ezequiel Moreno, obispo (19 de agosto); san Pedro Claver, presbítero (9 de septiembre); san Luis Bertrán, presbítero (9 de octubre); y, santa Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui, virgen (21 de octubre). Finalmente, la serie de lecturas del común de santos en las que se proponen los textos más oportunos para las diversas categorías (mártires, pastores, vírgenes, etc.); y una cantidad de textos que hablan de la santidad en general (Cf. OGLM, n. 70, 2).
Durante los últimos sesenta años el Episcopado colombiano ha hecho grandes esfuerzos para que la Palabra de Dios llegue en la propia lengua a todos los rincones del país. Entre estos, se destaca, la decisión de adoptar como texto bíblico para la confección y edición de los Leccionarios de la Misa, la “Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española”, que acababa de recibir de la Santa Sede, con fecha 29 de junio de 2010, la primera recognitio de una traducción del texto bíblico entero para uso en la liturgia, realizada por expertos (cf. XC Asamblea Plenaria. Acta No. 5, 11 de febrero de 2011).
La adaptación de la Biblia Española al uso colombiano consistió, entre otras cosas, en el cambio del uso del pronombre personal vosotros por ustedes, así como el de algunas palabras de uso corriente en España que presentan dificultad de comprensión en el contexto cultural colombiano7. Estos cambios fueron aprobados por el Episcopado Colombiano durante la XCV Asamblea Plenaria, en la sesión del 11 de julio de 2013, y confirmados por la Santa Sede, el 25 de marzo de 2015, bajo el protocolo N. 542/13/L, marcando un hito importante en la historia de la liturgia del país.
De este modo los señores obispos de Colombia respondieron a los Padres conciliares del Vaticano II que ordenaron abrir con mayor amplitud los “tesoros de la Palabra divina” (SC, n., 35), ofreciendo una mayor abundancia y variedad de lecturas bíblicas y hacer “traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas partiendo de los textos originales” (SC, n. 22).
Al anunciar, pues, la llegada del volumen del Leccionario para las celebraciones de los santos, nos ponemos bajo la mirada de Dios, a quien glorifica la asamblea de los santos, “nos ofrece el ejemplo de sus vidas, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino, para que, ayudados por tan innumerables testigos, corramos victoriosos la carrera que se nos propone y con ellos alcancemos la corona inmarcesible de la gloria”, como reza el Prefacio de los Santos I . Así deseamos contribuir a la vida profunda de la Iglesia y de su actividad evangelizadora.
El nuevo texto litúrgico estará disponible en la librería de la Conferencia Episcopal de Colombia a partir del mes de enero del año 2025.
Pbro. Jairo de Jesús Ramírez Ramírez
Director del Departamento de Liturgia
Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano
¡Vayan e inviten a todos al banquete!
Vie 18 Oct 2024
Por Pbro. Samir de Jesús García Valencia - Ha llegado la hora de celebrar en todas las 78 jurisdicciones eclesiásticas de la Iglesia en Colombia, el OCTUBRE MISIONERO 2024. Gracias al Papa Pío XI, quien dio un impulso especialísimo al ser y quehacer eclesial que es LA MISIÓN y LAS MISIONES.
Desde el año 1926 la Iglesia, presente en todos los continentes, lleva a cabo este significativo acontecimiento en el décimo mes de cada año. Es una oportunidad para recordar nuestro compromiso misionero, especialmente Ad Gentes, como lo indicó el Señor Resucitado: “Vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio” (Mc 16, 15).
El 28 de febrero de 1926 el Papa Pío XI recordaba a la Iglesia universal su sentido fundamental al indicar que la Iglesia no tiene otra razón de ser sino la de hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, extendiendo por todo el mundo el reino de Cristo (Cf. Encíclica Rerum Ecclesiae, 2). Y, en este contexto, un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, firmada por el Prefecto Cardenal Vicco, con fecha del 14 de abril de 1926, fue el acta de fundación del DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), que se convirtió en el día más importante del mes misionero para unirnos como familia universal y contribuir con nuestras oraciones, sacrificios y ofrendas para apoyar LA MISIÓN que el Señor ha confiado a toda la comunidad de bautizados.
En este sentido, el Santo Padre Francisco en el mensaje para la XCVIII Jornada Mundial de las Misiones de este año 2024, inspirado en la parábola evangélica del banquete nupcial, Mt 22, 1-14, titulado “Vayan e inviten a todos al banquete” (Cf. v. 9), también nos dice:
“La misión universal requiere el compromiso de todos. Por eso es necesario continuar el camino hacia una Iglesia al servicio del Evangelio completamente sinodal-misionera. La sinodalidad es de por sí misionera y, viceversa, la misión es siempre sinodal. Por tanto, una estrecha cooperación misionera resulta hoy aún más urgente y necesaria en la Iglesia universal, así como en las Iglesias particulares. Siguiendo la línea del Concilio Vaticano II y de mis predecesores, recomiendo a todas las diócesis del mundo el servicio de las Obras Misionales Pontificias, que son los medios primarios para «infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una» (Decr. Ad Gentes, 38). Por esta razón, las colectas de la Jornada Mundial de las Misiones, en todas las Iglesias locales, están enteramente destinadas al Fondo Universal de Solidaridad que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe distribuye después, en nombre del Papa, para las necesidades de todas las misiones de la Iglesia. Pidamos al Señor que nos guíe y nos ayude a ser una Iglesia más sinodal y más misionera”. (Mensaje del Santo Padre Francisco para la XCVIII Jornada Mundial de las Misiones 2024).
Qué bueno, entonces, que todos los bautizados presentes en la Iglesia que peregrina en Colombia, podamos aprovechar esta ocasión tan especial del Octubre Misionero para animar, fortalecer y continuar formándonos en la conciencia universal de LA MISIÓN. Nuestras oraciones, sacrificios y ofrenda económica serán un gesto concreto, afectivo y efectivo, para seguir respondiendo generosamente a la invitación de Cristo de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio (Mc 16,15).
Durante la celebración del XIII Congreso Nacional Misionero, Gran Congreso Centenario, en el pasado mes de julio, en Bogotá, todos los que estábamos allí presentes y quienes se unían a través de la virtualidad entonábamos con fuerza el lema del Congreso: En la Iglesia misionera, ¡COLOMBIA DE PRIMERA! Este lema no era solo un grito folclórico, fue el impulso del Espíritu Santo que invitaba a la Iglesia en Colombia a continuar comprometiéndose generosamente con la tarea misionera encomendada por Cristo Resucitado.
Es preciso, entonces, que retomemos, con pasión y decisión, lo que la Iglesia Universal nos pide: estar en salida misionera con la especificidad de buscar a quienes no conocen a Cristo aquí, allí y allá. Iglesia de Colombia: ¡Este es tu momento! ¡El kairós de la misión ad gentes! Iglesia de Colombia: ¡El mundo católico espera mucho de ti! ¡Iglesia de Colombia: eres la única en el concierto Latinoamericano y del Caribe, en donde las Sandalias del Pescador de Galilea, representado en sus Vicarios, ha pisado tus suelos: ¡San Paulo VI, San Juan Pablo II y Francisco! ¡Que resuenen nuevamente entre nosotros sus mensajes de compromiso misionero! (cf. Homilía del Excmo. Mons. Mario de Jesús Álvarez Gómez, durante la Celebración del XIII Congreso Nacional Misionero, Bogotá, 6 de julio de 2024).
Vivamos entonces este Octubre Misionero 2024 dejándonos impulsar por la fuerza del Espíritu Santo que renueva continuamente la Iglesia y muestra siempre los nuevos caminos de LA MISIÓN. Iglesia en Colombia tu vocación es MISIÓN.
Pbro. Samir García Valencia
Director del Centro Nacional Misionero CEC
Director Nacional OMP de Colombia
Una infamia criminal
Jue 17 Oct 2024
Por P. Mario García Isaza - La Superintendencia de Salud emitió, el pasado 20 de septiembre, una Circular Externa, la 2024150000000011-5, “por la cual se imparten instrucciones generales de inspección, vigilancia y control para la garantía del derecho a la salud de personas trans en Colombia”.
Se trata de un mamotreto de 23 páginas, cuyo contenido, cuyas determinaciones, impartidas con carácter de obligatoriedad, son profundamente inmorales, sencillamente aberrantes y criminales.
Subyace al documento en mención, como sucede en tantos otros de nuestras Cortes y otros organismos oficiales, el fatal desconocimiento o la negación de la existencia de una Ley Natural, que, por serlo, es anterior y está por encima de toda ley positiva; desconocimiento o negación que llevan, inevitablemente, a aberraciones como son el presentar como un derecho el asesinato de los nonatos, o la eliminación por eutanasia de quien sufre o es considerado inútil, o la asimilación con el matrimonio de uniones anormales y vitandas, o la corrupción de los niños y adolescentes mediante la imposición de la ideología de género…
La malhadada circular trae a cuento más de 25 resoluciones de nuestra Corte Constitucional, siempre tan deslumbrada en materia de ética y tan empeñada en zapar los cimientos cristianos de la sociedad colombiana, que supuestamente dan pie a las escabrosas normas de la Supersalud. Me refiero especialmente al apartado H de la circular, dedicado a “infancias y adolescencias trans en proceso de desarrollo” (?) Y que pretende “asegurarle a esta población un desarrollo saludable y apoyo en la afirmación y/o expresión de género”. Es un intento siniestro, sellado con veladas y tortuosas amenazas de sanción, de promover, como algo positivo, normal y hasta plausible, la perplejidad afectivo-sexual y el cambio de sexo; es decir, violentar la naturaleza, otorgarle el sello de normal a lo que no lo es, torcerle el cuello a lo establecido por el Creador del hombre y de todo cuanto existe.
“A imagen de Dios los creó. Hombre y mujer los creó”, reza el Libro del Génesis.
Hace la Circular de la Superintendencia, afirmaciones contraevidentes, que no se sostienen ante las leyes de la sicología, ni siquiera ante el más elemental sentido común. Resulta casi risible afirmar, como lo hace apoyándose en la Sentencia T-447 de la Corte, que “a los cinco años los niños desarrollan su identidad de género” ¿Se habrán asomado los togados de la Corte y el Superintendente Leal a un manual de sicología evolutiva? No parece. Y basándose en semejante dislate, establece la Circular que los niños, óigase bien, tienen derecho a pedir, y los médicos obligación de atenderlos, que se les practique una intervención quirúrgica o se les suministre una medicación para cambiar de sexo, y que no solamente no es necesario, sino que constituye una intromisión indebida, pedir o esperar la autorización o aprobación de los padres. Y se despacha con afirmaciones insensatas, como ésta: “la protección o reconocimiento de esa identidad (sexual) por medio de procedimientos médicos no están sujetos a cumplir determinada edad, ni existe ninguna evidencia científica que así lo sustente”; para establecer consecuentemente que “en los casos de intersexualidad (?) el consentimiento sustituto para la definición de sexo es válido…solamente cuando se emite antes de ese umbral” (los cinco años) Y más patochadas: “Los menores de edad son los únicos que pueden decidir sobre su vida y libertad, las cuales incluyen el sexo como elemento relevante de su identidad” ¡Por Dios! ¿Se percatarán de la barbaridad en que incurren? Porque, según eso, los adultos no gozan de esa autonomía y libertad.
Habría campo para muchas otras consideraciones sobre esta Circular de la Superintendencia, que es una verdadera infamia. Habría, por ejemplo, que hacer énfasis en que con esas determinaciones se violan y pisotean de forma imperdonable el derecho y la autoridad de los padres de familia. Ya, en virtud de decisiones como las de esta circular, se ha llegado al colmo de que una niña de nueve años que llega con sus padres a un consultorio médico, sea recibida por el profesional de la salud con interrogantes como éste: ¿Cómo te percibes: niña o niño? Y, atérrense ustedes: el Presidente ha tratado de delincuentes a unos padres de familia que han protestado contra este adefesio moral de la superintendencia, y ha amenazado con denunciarlos penalmente.
Ante esta actuación abusiva y grotesca de la Superintendencia, deberían darse una protesta y rechazo multitudinarios de la sociedad colombiana.
Se ha convocado una marcha de protesta para el próximo 19 de octubre, con el objetivo de pedir la revocatoria inmediata de la nefasta circular. Vale la pena apoyar esta convocatoria, y dejar oír nuestra voz de rechazo ante estos atentados protervos contra la inocencia de nuestros niños.
P. Mario García Isaza c.m.
Canonización del beato José Allamano
Mié 16 Oct 2024
Por P. Carlos Alberto Zuluaga Benjumea, IMC - El próximo 20 de octubre de 2024 tendrá lugar en la Plaza de San Pedro en Roma, en el marco de la Jornada Mundial de Las Misiones (DOMUND), un acontecimiento extraordinario para la Iglesia Católica, especialmente para los Misioneros y las Misioneras de la Consolata. También porque entre varios beatos que serán proclamados santos por el Papa Francisco se encuentra uno que sin haber estado nunca en misiones, es más misionero que muchos, pues es el Padre Fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata.
Giuseppe Allamano nació en Castel Nuovo D’Asti el 21 de enero de 1851. Desde niño, gracias a la piedad de sus padres Giuseppe Allamano y María Cafasso y a los lazos de parentesco con un tío que será santo, José Cafasso, mostró inclinación hacia la vida sacerdotal y entendiendo, ya desde temprana edad, lo que dirá luego a sus aspirantes que: “El Señor me llama hoy y no sé si me llamará mañana”, ingresó al Colegio de Don Bosco, que era también su paisano. Sin embargo, también por designio divino, no se quedó allí, sino que pasó al seminario diocesano donde fue ordenado sacerdote a la edad de 22 años, después de pasar todas las etapas de formación.
Un personaje que lo marcó profundamente fue el Cardenal Guglielmo Massaia con la narración de sus experiencias misioneras en Etiopía. Esa especie de fijación que se creó en él, lo llevó a pensar en la necesidad de compartir la exagerada abundancia de clero de la Diócesis de Turín con las gentes del África, tan necesitadas del anuncio del mensaje de Jesucristo.
Poco a poco fue contagiando con su entusiasmo, acompañado de mucha oración a los pies de La Consolata, patrona de Turín, en cuyo Santuario pasó muchos años como Rector, a compañeros del Clero diocesano hasta llegar a dar origen a una comunidad de Misioneros en 1901 y de Misioneras en 1910, destinados a la evangelización en África.
La propuesta del carisma por él sentido y vivido, a pesar de que siguió siendo sacerdote diocesano, tuvo una gran acogida y pronto crecieron las dos familias y expandieron su acción misionera a muchos países con presencia en la actualidad en 24 de ellos en cuatro continentes.
Inicialmente el carisma fue exclusivamente “Ad gentes”, es decir para los no cristianos; sin embargo, las circunstancias geográficas e históricas junto con las reflexiones de los Capítulos Generales han hecho que la acción evangelizadora de los Misioneros y Misioneras de la Consolata se ejerza también en otras realidades de la vida moderna aparentemente ya evangelizadas: las periferias urbanas, la juventud, las minorías étnicas, la justicia y la paz, el cuidado de la creación, el perdón y la reconciliación, etc.
Entre los muchos contenidos de la doctrina del Santo Fundador José Allamano que quiere a sus Misioneros eucarísticos, marianos y papalinos hay dos fundamentales expresados así: “Los quiero primero santos y después misioneros” y la otra refiriéndose a la acción misionera y su efecto en los evangelizados: “Amarán una religión que además de hacerlos más felices en esta vida les prometa la vida eterna”.
Eso es lo que tratan de vivir y hacer actualmente los Misioneros y Misioneras de la Consolata presentes en Colombia desde el 12 de diciembre de 1947.
*Artículo de autoría conjunta / Misioneros y Misioneras de la Consolata
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