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Jue 3 Mayo 2018

Catatumbo: “La gente como que perdió el miedo”

El obispo de Tibú ha sido uno de los protagonistas de las movilizaciones en Catatumbo para parar la violencia desatada en la zona en estos meses. Su visión del problema de la coca y del papel de guerrillas y Estado es clarificadora. Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, ha sido una voz crítica y valiente en aquella región abandonada por el Estado. Monseñor también ha liderado las recientes protestas en el Catatumbo en contra de la guerra. Cerca de cien mil personas se han visto afectadas por la confrontación que mantienen el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dos guerrillas que se disputan el control de la zona. Colombia Plural conversó con él para entender mejor lo que está pasando en el Catatumbo. La siguiente es la entrevista que Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, concedió al portal COLOMBIA PLURAL. — ¿Cómo está la crisis humanitaria hoy después de cuatro meses de enfrentamientos entre las dos guerrillas? Hasta donde sabía estábamos cerca de los seis mil desplazados, hay veredas confinadas. La cifra de muertos es incierta, porque a lo mejor si han caído en el campo ellos no van a dejar ver sus víctimas, pero las ha habido, de hecho esta semana mataron a un líder conocido del EPL. El EPL tiene tomados unos muchachos como rehenes, que no sé si ya los estarán devolviendo. — Usted dice que nunca había visto movilizaciones tan grandes y potentes en el Catatumbo exigiéndole a los grupos armados que cesen la confrontación. ¿Algo está cambiando? Por venir de afuera uno puede tener la percepción de que la cultura en el Catatumbo es de resignación frente a los grupos armados, es decir, vamos a sobrevivir con este grupo y lo tenemos que tolerar. La gente se ha adaptado para sobrevivir y tiene un código de resignación muy alto. ¿Qué es lo nuevo? Al comienzo de la confrontación lo que uno percibía es que los líderes deseaban que las guerrillas sólo se pusieran de acuerdo, consideraban que eso era suficiente. Pero el pueblo del Catatumbo es un pueblo parado, valiente, fuerte, que aguanta muchas cosas, así que el boicoteo que hizo el EPL con el paro armado fue muy mal pensado porque sumó todas las voluntades contra la guerra. El paro fue una estrategia que no se sabía si era de guerra o de paz: poner la gente en la mitad para presionar una negociación con el ELN, pero finalmente les sucedió al revés porque la gente hizo unas expresiones contra la guerra tremendas, que no es tan fácil porque estos grupos están muy insertados y vinculados con la comunidad, pero en ese sentido ahí hay una circunstancia nueva: la gente como que perdió el miedo. Nuestras comunidades están viendo que pueden hacer algo más que aguantar la guerra. Si un pueblo logra pasar de su mentalidad derrotada o derrotista empieza a imaginarse nuevos escenarios, por ejemplo, yo en una de esas manifestaciones les preguntaba: ¿por qué no podemos soñar que mañana no hay coca? Imaginémonos cómo sería esto sin coca, imaginémonos qué pasaría si este Catatumbo no tuviera ni un grupo armado. ¿Cómo viviríamos? ¿Cómo nos relacionaríamos? ¿Cómo produciríamos? Imaginémonos que el Estado no es el enemigo nuestro que nos olvidó, sino que es el aliado en la construcción de futuro. Ese imaginario hay que despertarlo porque ellos no lo tienen, pienso que la tarea nuestra es en esa dirección. — Justo en el Catatumbo empezó a fracasar el programa de sustitución de cultivos porque el Estado le incumplió a los campesinos, ¿Cómo va eso? Nosotros dijimos “mientras estos están en guerra nosotros salvemos el programa de sustitución voluntaria y los planes especiales para los municipios priorizados, que nuestras comunidades no se quedaran sin esos marcos de proyección a diez años”. Esa fue nuestra apuesta con los alcaldes y el Gobierno entendió eso, ahora, no es claro que en estos tres meses tengan la capacidad de moverse más rápidamente. Pero realmente sí hay muy pocas personas que se inscribieron en el programa de sustitución de cultivos y el Gobierno no tiene la gerencia ni la habilidad para cumplirle a los campesinos que dan ese paso de dejar la coca. Definitivamente, la gente está lista pero no frente a un Estado tan débil y tan poco asertivo, si el Estado cumpliera la gente daría pasos más rápidos. — ¿Ha habido presión de los grupos armados para que la sustitución no avance? No se han enfrentado porque hay tanta coca, es tan masiva, que el programa todavía no representa una amenaza para ellos, la tendencia es a que la coca no se quita. Los campesinos que firmaron los acuerdos son muy poquitos, están en Caño Indio en una vereda en particular y en este momento están centralizados sólo Tibú y Sardinata. Aunque sí hubo un caso de amenaza a un líder de una comunidad que se ha puesto en la tarea de promover la sustitución, le dijeron: “Quédese callado, no se meta en eso”. Hay intereses concretos de mucha gente que vive de la coca, no sólo de las guerrillas. — El Ejército de Liberación Nacional se negó durante muchos años a mezclarse con el narcotráfico ¿Están involucrados ahora en ese negocio? Sí, eran muy reacios, de hecho yo creo que fueron ellos los que acabaron la coca en Arauca. Acá es diferente, diciéndolo francamente ellos tuvieron que decidir entre ser cómplices o enfrentarse a la gente, porque la gente se lo impuso. Digamos que no manejan líneas ni cargamentos, pero la cultura coquera lo que hace es mover mucha plata. Por ejemplo, por cada canasta de cerveza son diez mil pesos de ganancias para las guerrillas. — Además, el Catatumbo tiene un problema de superposición territorial muy fuerte: hay tierras despojadas y reclamantes, hay Parques y Reservas Naturales, hay colonos, hay resguardos indígenas y hasta un proyecto de Reserva Campesina… Es un territorio que tiene toda la informalidad en tema de tierra y va a ser muy difícil solucionar eso porque casi nadie tiene escrituras públicas, son posesiones o documentos de compraventa. El tema de tierras para mí en este momento no es un problema fundamental, lo será en otro momento, cuando la gente vaya a pedir un préstamo en el banco y necesite las escrituras de su finca. Para mí, el punto de quiebre en ese territorio, en la línea que abrieron los acuerdos de La Habana, sería administrar correctamente el problema de los cultivos ilícitos, si la coca comienza a disminuir en el territorio va a haber un problema porque es la riqueza que trae la coca la que alimenta los grupos armados, es mucho dinero que se mueve. — El Ejército Popular de Liberación es menospreciado por el gobierno, que los llama la banda de “Los pelusos” ¿Usted cree que sean un actor político? El EPL tiene una cepa muy revolucionaria, ahí hay unos “cacaos” de lo que quedó del EPL original que son muy radicales y no dieron el paso a la paz cuando hubo el acuerdo con esa guerrilla. Esa base existe, es ideológica, pero es una base pequeña, casi que invisible, incluso se dice que no están en el territorio. Es indudable que el ELN tiene una mayor formación política e ideológica en sus miembros. El EPL empezó a reproducirse a partir de Megateo [Víctor Ramón Navarro, comandante del EP, muerto en 2015] porque él tenía el propósito de hacer crecer esa guerrilla, pero lo hizo de un modo no muy revolucionario, enrolando jóvenes sin formación política, sólo por la atracción de las armas. Megateo se estaba convirtiendo en un estorbo para esa cepa original del EPL, era algo así como una especie de mafioso que desfiguraba la cosa. Yo pensé que después de la muerte de Megateo se iba a calmar la situación y fue al revés, empezó a crecer y ahora no hay una unidad de mando, hay un montón de caudillismos. Fuente: Colombia plural

Mar 13 Mar 2018

Presidente de Consejo Nacional de Paz celebra reanudación de diálogos

Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social y presidente del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, señaló que celebra la reanudación de los diálogos entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Monseñor Henao Gaviria hizo un llamado al ELN para que se mantenga un cese bilateral indefinido, como se había decretado para las elecciones y así avanzar sustantivamente en la negociación. Dijo además, que la Comisión Nacional de Paz, está solicitando que se agregue a la agenda de estos diálogos, el tema de la participación ciudadana, donde todos los sectores sociales puedan entrar a aportar en las negociaciones. “Que se sume a la agenda el punto de participación ciudadana, donde hay mucha expectativa por parte de las organizaciones sociales que hacen parte del Consejo y que quieren hacer un aporte para que estas negociaciones avancen de manera efectiva hacia la firma de los acuerdos de paz”, señaló. Por último, dijo que los miembros de la Comisión han tomado la decisión de visitar las zonas más neurálgicas para hacer reuniones e impulsar los consejos territoriales de paz, por ello han estado presentes en Arauca, Saravena, Quibdó y próximamente en las ciudades de Popayán y Montería. Las conversaciones se reiniciarán luego de que, según el ELN, “el Gobierno se retirara de la Mesa”. Estas conversaciones fueron aplazadas desde el pasado 9 de enero, fecha en que culminó el cese bilateral al fuego y después de que el grupo armado realizara un cese unilateral con motivo de la jornada electoral del 11 de marzo. Cabe recordar que entre las tareas que tiene el Comité de Paz se encuentran: el fortalecimiento del Consejo en lo territorial; promover la construcción participativa del Programa de Reconciliación, Convivencia y Prevención de la Estigmatización; animar y articular el ejercicio de educación, paz, reconciliación y convivencia.

Lun 8 Ene 2018

Episcopado y ONU ven necesidad de un acuerdo de cese al fuego más robusto

Como participantes invitados en el proceso de Veeduría y Verificación (MV&V) del Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, pidieron a las partes preservar los logros obtenidos en material de reducción de violencia durante los meses de vigencia del cese al fuego “La Misión de Verificación de la ONU y la Conferencia Episcopal son conscientes de las dificultades del cese al fuego temporal y de la falta de consenso en relación con la implementación de determinados aspectos del Acuerdo de Quito. Comparten la necesidad de un acuerdo de cese al fuego más robusto que genere mayor confianza entre las partes y en la sociedad colombiana”. Próximos a que se venza el plazo del cese al fuego temporal, la CEC y la Misión de la ONU exhortaron al Gobierno de Colombia y al ELN para que avancen los diálogos, se sigan reduciendo los niveles de violencia, se consolide y amplíen los beneficios logrados para las comunidades desde el establecimiento del cese al fuego el 1 de octubre.

Lun 4 Dic 2017

Iglesia en Chocó pide prolongación permanente del Cese Bilateral al Fuego

Con el lema: “paz territorial en camino de reconciliación”, la diócesis de Quibdó cerró su Asamblea Diocesana, haciendo un llamado a los diferentes actores de la sociedad al fortalecimiento de los procesos de reconciliación. En el mensaje, se exhorta al ELN para que prolongue de forma permanente el Cese Bilateral al Fuego, a partir del 9 de enero de 2018. Así mismo, los agentes de pastoral de la Diócesis de Chocó exigen del Gobierno y del ELN dar una respuesta pronta y afirmativa al acuerdo humanitario. En un mensaje final, invitan a la comunidad chocoana a seguir siendo protagonistas de “La evangelización Liberadora (…) a seguir participando activamente en la exigencia de políticas incluyentes que garanticen el disfrute y goce efectivos de sus derechos fundamentales a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.” Al Estado colombiano le hacen un llamado para “que generen las condiciones que garanticen la seguridad y la dignidad indispensables para llegar a una paz integral e incluyente”. “No seguir permitiendo el innegable crecimiento y libre accionar de los grupos paramilitares y otros grupos armados organizados; construir políticas públicas que permitan la superación de la crisis humanitaria que se sufre en todo el Departamento del Chocó, ponerle freno a la violencia urbana en Quibdó, actuar con eficiencia y eficacia en las garantías de seguridad y reincorporación social, política y económica de los excombatientes, sin detrimento de los derechos de las comunidades étnicas”, señala el comunicado. A los nuevos miembros del partido político de las FARC, les recuerdan “que sólo desde el respeto y reconocimiento de los derechos de las víctimas del conflicto y de todos los habitantes del territorio se sientan las bases para una adecuada reincorporación a la sociedad”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar mensaje[/icon] Fotos: Tomadas del Facebook diócesis de Quibdó

Jue 9 Nov 2017

“Tenemos que aspirar a que el cese se vuelva definitivo”

Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, propuso al Gobierno y al ELN buscar un mecanismo ad hoc para consolidar el cese al fuego y a las hostilidades definitivo. Como coordinador del grupo de obispos católicos que acompañan los diálogos que se desarrollan en Quito, el prelado considera que un acuerdo no oficial puede favorecer un avance de las negociaciones más allá del 9 de enero, día hasta el cual fue pactado en principio el cese temporal. Ya una vez ambos actores aceptaron la recomendación del equipo episcopal sobre la necesidad de adelantar las discusiones respecto al tema víctimas. En vísperas de la visita papal, y con acompañamiento eclesial, miembros de organizaciones étnico-territoriales de Chocó viajaron a Ecuador para exigirles un acuerdo humanitario inmediato. Como en su momento ocurrió en la Mesa de La Habana, cuando la voluntad de las partes se movió por cuenta de escuchar los testimonios de quienes han sufrido la violencia del conflicto armado desde el ámbito de la población civil, los miembros de las organizaciones chocoanas influyeron en el logro del primer acuerdo de relevancia en Quito. Cuenta atrás Es la reflexión del arzobispo de Cali, quien en conversación con Vida Nueva (durante la más reciente asamblea extraordinaria de obispos) afirmó que el ELN es consciente de “la prisa que tiene la sociedad colombiana de recogerse en torno a los propósitos de paz”. Y esto mientras al Gobierno de Santos le quedan pocos meses. A su parecer, con el cese la guerrilla pone a prueba su unidad interna, así como la capacidad que tiene de conglomerarse en torno a unos objetivos y a un mando. Lamentó el prelado el asesinato de Aulio Isarama, líder indígena del Alto Baudó, ocurrido a manos del ELN durante el tiempo convenido para la aplicación de lo acordado; el hecho sigue en investigación, como otros en los que posiblemente se habrían presentado violaciones a lo pactado. Según informó el obispo, una delegación de indígenas de la región en que se presentó el crimen viajará a la capital ecuatoriana a mediados de mes para un encuentro con delegados de la guerrilla y el Gobierno. Si bien Darío de Jesús Monsalve afirma que el proceso de paz tiene dificultades, insiste en que los colombianos deben aspirar a que el cese del fuego se vuelva definitivo. A su juicio, a diferencia de lo que ocurrió en La Habana, donde poca participación ciudadana tuvo cabida durante los diálogos, la Mesa de Quito puede ser una ocasión para que este proceso sea “el gran proceso de la paz de la sociedad colombiana”. Es una condición para avanzar en otros temas: auto-definirnos como país sobre el fin de la guerra, de la violencia con todos los otros actores armados distintos a la subversión, así como el deslinde de la sociedad respecto de la economía narcotraficante. Y añade el prelado: “El país necesita que una base social grande, sobre todo conformada por los jóvenes, integrada a una democracia más abierta, se comprometa a construir un país sin guerra y con participación real y democrática de la población”. Respirar con el resucitado En esa línea, lo esencial del mensaje del Papa a los obispos, y al conjunto de los colombianos, Monsalve lo ubica en el llamado a abrirse al futuro que señaló aquel que venció a la muerte, al odio, a la cruz y al sepulcro. “Hay una experiencia bíblica muy bonita -dice el arzobispo de Cali-. Juan, el evangelista, al narrar la resurrección de Jesús pone en la tarde de ese domingo el recuentro con sus discípulos, que estaban encerrados por miedo, con un complejo de culpa espantoso, llenos de odio, de resentimiento, con unos sentimiento de soledad; y tenían las puertas trancadas, por miedo a los judíos. Y allí la experiencia de Jesús es ponerlos a respirar una vida nueva. Una vida distinta”. El prelado continúa recordando cómo “Jesús les dice: les traigo la paz, reciban mi espíritu; y exhala su aliento sobre ellos, como quien dice: únanse a esta nueva vida, respiren conmigo…”. A partir de ahí, extrapola la experiencia evangélica a la realidad actual: “Eso es lo primero que necesita Colombia, después de más de cinco décadas de esta violencia, después de todas estas atrocidades: la violencia, la mentira, la droga, el desborde del dinero y del sexo; el país necesita que esta historia se haga respirable; pero ella solo se hace respirable en la medida en que se respira con el resucitado”. ¿Cuál es su conclusión? “Así se puede tomar una memoria distinta, no una memoria herida, sufriente, vengativa, sino esperanzadora, capaz de perdonar y mirar el futuro. Yo creo que ese fue uno de los secretos que nos trajo el Papa”, concreta el arzobispo. Texto: Vida Nueva Digital

Vie 6 Oct 2017

Bogotá epicentro de debate sobre desafíos de paz y reconciliación colombiana

En el contexto del cese al fuego bilateral entre el Gobierno y el ELN y la implementación de los acuerdos con las FARC, el Secretariado Nacional de Pastoral Social adelantará en Bogotá del 11 al 13 de octubre el VIII Congreso Nacional de Reconciliación. Será un espacio que busque dar “aportes desde las experiencias internacionales en construcción de paz; analizar avances, desafíos y oportunidades en la implementación de los acuerdos de paz, identificados por el proyecto Barómetro (instrumento de verificación y monitoreo de la implementación de los acuerdos de La Habana)”. “Estamos invitando a este Congreso, que tendrá una enorme profundidad en sus deliberaciones y en las propuestas que lanzará hacia el futuro, en donde se discutirán temas de interés nacional y se reflexionará sobre los desafíos que se vislumbran en Colombia en el contexto de post-conflicto” así lo expresó Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social. Este acto académico busca contribuir igualmente, al posicionamiento de la relevancia espiritual, social y política del perdón y la reconciliación, desde el encuentro fraterno entre diferentes actores, para la construcción de una paz sostenible. Experiencias internacionales en construcción de paz El Panel Experiencias Internacionales en Construcción de Paz, tendrá la participación de expertos que han sido mediadores en procesos de paz en diferentes países del mundo, mostrarán alternativas y referentes que podrían ser aplicados en el contexto de los acuerdos de paz y posconflicto colombiano. Para este espacio se contará con la presencia de Gerard Powers, Director del Programa de Estudios Católicos para la Construcción de la Paz del Instituto KROC de la Universidad de Notre Dame; Tom Barnat, Consultor en Construcción de Paz de la Catholic Relief Services y Peter Casarella, Director del Proyecto Asuntos de Iglesia Latinoamericana/ Norteamericana. Las víctimas tendrán la palabra Habrá espacio para testimonios de experiencias de verdad, perdón y reconciliación del movimiento Costureros de la Memoria y de las Madres de la Candelaria. También se presentará el caso de reclamantes de tierra de la vereda Paquemás (Urabá), donde se mostrarán testimonios sobre justicia, reparación y reconciliación. Escenarios de negociación y post-acuerdos Borja Paladini, coordinador del proyecto Barómetro de verificación y monitoreo técnico de la implementación de los acuerdos de paz de La Habana y Diego Bautista, Asesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, harán una aproximación a los avances, desafíos y oportunidades en la implementación de los acuerdos de paz. Por su parte, Juan Carlos Galindo, Registrador Nacional del Estado Civil; Alejandra Barrios, Directora de la Misión de Observación Electoral (MOE); Gabriel Murillo, Consultor Internacional de Participación y Construcción de Ciudadanía; Diana Sánchez, directora de la asociación de derechos humanos Minga y Monseñor Juan Carlos Barreto, Obispo de Quibdó, abordarán los retos para la participación ciudadana en escenarios de post-acuerdos. La no violencia, un estilo de vida El Congreso pretende incentivar la apropiación de la cultura de la no violencia como modelo de vida en la construcción de la reconciliación y la paz en el país. Para este espacio están invitados Monseñor Juan Carlos Cárdenas, Obispo Auxiliar de Cali; el Procurador General de la Nación, Fernando Carillo; Roberto Vidal, Magistrado del Tribunal de Justicia Especial; e Higinio Obispo, Secretario General de la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia). Desarrollo humano y cuidado de la casa común Se contará con el panel desarrollo humano integral enfocado al cuidado de la creación y los grandes desafíos frente al extractivismo y el narcotráfico. Tendrá la participación de Daniel Castellanos, subgerente técnico de Cifras y Conceptos y de Monseñor Luis José Rueda, Obispo de Montelíbano, (Córdoba). Verdad, justicia y reparación Resulta urgente el emprendimiento de acciones concretas y razonables en procura de la verdad, la justicia y la reparación integral a las víctimas, esto implica la reconstrucción de memoria histórica y reconocer los desafíos del andamiaje institucional y ofrecer orientaciones a los directamente involucrados. En este sentido, Monseñor Elkin Álvarez, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, dialogará sobre la justicia restaurativa, perdón y purificación de la memoria histórica. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar agenda[/icon]

Vie 29 Sep 2017

"Tenemos esperanzas y preocupaciones": Iglesia Católica

“La Iglesia Católica en Colombia mira con esperanza, pero también con preocupación el cese al fuego bilateral y temporal que empieza a regir desde este 1 de octubre entre el Gobierno Nacional y el ELN”, así lo manifestó monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó y miembro de la comisión de la Iglesia para la facilitación de los diálogos con este grupo armado. "Aquí se abre un camino hacia el fortalecimiento del fin del conflicto armado y esperamos que sea un paso para avanzar hacia su terminación", señaló el prelado. El obispo expresó que las preocupaciones van en la línea de lo que pueda ocurrir en el camino de este proceso. "Esperamos realmente que todos los frentes del ELN y el Gobierno Nacional tengan este compromiso que han manifestado (cese bilateral y temporal) que nos parece muy oportuno e importante para que los pobladores de las regiones puedan respirar un ambiente de paz", señaló. En relación a la posición de uno de los frentes más duros del ELN, ubicados en el Chocó, y el cese, el prelado manifestó que desde la mesa de Quito se ha pedido que todos los frentes, comandantes y todos los mandos intervengan. "El frente del Chocó debe dar ese paso", señaló. La Iglesia Católica por pedido de la ‘Mesa de Quito’ colaborará con los mecanismos de veeduría. Monseñor Barreto explicó que se cuentan con tres niveles de acción: uno nacional, presidido por el presidente del episcopado y un equipo técnico; otro regional, integrado por los obispos de las regiones y, finalmente, una comisión en cada diócesis que trabajará en conjunto con la ONU para hacer el acompañamiento a las comunidades y prevenir e informar de los incidentes que se puedan dar. Son 20 diócesis en donde se hará esta labor de veeduría. Estas declaraciones fueron brindadas luego del anuncio por parte del máximo jefe del ELN, Nicolás Bautista, que dio la orden de cesar todas las acciones ofensivas para dar inició al cese bilateral del fuego que comienza este domingo primero de octubre y finaliza el 12 de enero de 2108. El pronunciamiento se dio en el marco del cuarto encuentro de agentes de reconciliación y paz, que se desarrolló hasta hoy en Bogotá, bajo la coordinación de la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Jue 28 Sep 2017

Iglesia rechaza atentando a oleoducto y pide al ELN un diálogo serio

Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, obispo de Cúcuta, rechazó el atentado al oleoducto de Caño Limón Coveñas, en Norte Santander, e hizo un llamado al ELN para que “entre de verdad a un proceso serio de paz y reconciliación”. Así lo manifestó, ante los medios de comunicación, en el marco del IV Encuentro de Agentes de Reconciliación y Paz en ZVTN y ECTR que se celebra en Bogotá y que es organizado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) a través de la Comisión de Conciliación Nancional. “Siento que este atentado es una estrategia por parte del ELN, por lo que es un hecho reprochable. Hay muchas personas afectadas, los campesinos son los que sufren , han sido tocadas las fuentes de agua y los cultivos de las comunidades; por ello nuestra tarea es hacer respetar y cuidar la naturaleza”, señaló. Recordó que la Iglesia está preparando su aporte para acompañar el proceso de negociación con el ELN a través de una comisión de obispos, ubicados en las zonas donde está presente este grupo. Encuentro de agentes de reconciliación y paz Frente al tema que convoca este primer momento del encuentro, que consiste en evaluar los alcances realizados entre el Gobierno y las Farc, luego de la firma de los acuerdos, el jerarca dijo que la paz es un tema irreversible para Colombia y que ha ido avanzando, por lo que exhortó a todos a estar atentos para aportar en este camino. “Es urgente crear procesos de justicia social, de inserción de muchos colombianos que están en situaciones de dificultad y pobreza y colombianos que también tienen que convertirse al tema de la paz”, puntualizó. Dijo además que la justicia especial debe responder a una necesidad de verdad, justicia, reparación y reconciliación, donde deben estar todos los actores que han estado involucrados en el conflicto. “Hay que empezar por conocer la verdad, conocer lo que pasó en el conflicto, por ello la figura del papa francisco ante el Cristo mutilado de Bojayá, recuerda a las víctimas que fueron y siguen siendo afectadas. Es necesaria la verdad y la justicia que responda a las situaciones y a los hechos que se vivieron en su momento. Finalmente, aseguró que después de la visita del Papa Francisco es momento de trabajo, de grandes gestos y gran empeño para lograr la paz que todos los colombianos deseamos. En el encuentro participan más de 100 sacerdotes, religiosos, religiosas, comunicadores de Iglesia y otros agentes de pastoral que presentan sus experiencias de acompañamiento a las comunidades, que desde el inicio de este año acogen en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ahora: Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación) a ExGuerrilleros de las FARC.