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fragilidad

Vie 13 Ene 2023

Mensaje del Papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial del Enfermo

La Santa Sede hizo público el Mensaje del Papa Francisco con motivo de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero, día de la memoria de la Virgen de Lourdes, con el lema 'Cuida de él. La compasión como ejercicio sinodal de sanación'. A través de la fragilidad En el mensaje, el Pontífice recuerda que la “enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana”. Pero si esta se vive “en el aislamiento y en el abandono, puede llegar a ser inhumana”. Por eso, el Santo Padre invita a reflexionar “sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”. “La experiencia de la enfermedad y de la debilidad – observa el Papa – forman parte de nuestro camino de un modo natural, no nos excluyen del pueblo de Dios; al contrario, nos llevan al centro de la atención del Señor, que es Padre y no quiere perder a ninguno de sus hijos por el camino”. Lo más decisivo para el Santo Padre es “reconocer la condición de soledad y de abandono. Se trata de una atrocidad que puede superarse antes que cualquier otra injusticia”. Miedo a la vulnerabilidad El obispo de Roma reconoce que “nunca estamos preparados para la enfermedad. Y, a menudo, ni siquiera para admitir el avance de la edad. Tenemos miedo a la vulnerabilidad y la cultura omnipresente del mercado nos empuja a negarla. No hay lugar para la fragilidad. Y, de este modo, el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja aturdidos”. Una llamada que interrumpe la indiferencia Por eso es tan importante que “toda la Iglesia, también en lo que se refiere a la enfermedad, se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para llegar a convertirse en un auténtico hospital de campaña. Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado. Todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”, señala el Papa Francisco. El Pontífice ha pedido que el próximo 11 de febrero “miremos también al Santuario de Lourdes como una profecía, una lección que se encomienda a la Iglesia en el corazón de la modernidad. No vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado”. LEER MENSAJE DE LA JORNADA 2023

Dom 5 Abr 2020

Cardenal Salazar: “Todos somos hermanos en la fragilidad”

Con el templo cerrado y sin la asistencia de fieles, como ha dispuesto la arquidiócesis de Bogotá, inició a las 9:30 de la mañana la eucaristía televisada del Domingo de Ramos, presidida por el cardenal Rubén Salazar Gómez, con un austero rito de bendición de los ramos y sin procesión, aunque se entonó el tradicional canto ‘Tu reinarás’. Como en los últimos dos domingos, la celebración fue transmitida en directo por el canal RCN desde la Capilla del Sagrario –ubicada en el centro de Bogotá, junto a la Catedral Primada de Colombia–, con la participación del obispo auxiliar Luis Manuel Alí y de tres sacerdotes que concelebraron con el cardenal Salazar. En el templo también se encontraba un diácono, un laico ministro de la Palabra, algunas religiosas Hijas de la Iglesia, así como el organista y el cantante que vienen animando las celebraciones por televisión desde el 23 de marzo. La cercanía de Dios Tras la lectura del Evangelio, el cardenal colombiano centró su homilía en la necesidad que tenemos de “comprender el ejemplo de humildad que el Señor nos da en su pasión y que podamos hacerlo vida en nuestra existencia diaria”. ¿Qué nos quiere decir la pasión y muerte de Jesús? se preguntó Salazar, a lo que respondió que “Dios viene a nosotros, no es el Dios altivo, lejano, todopoderoso, impasible, al cual no le interesa su creatura; no, todo lo contrario, es el Dios que se abaja, que asume nuestra condición humana“. Frente a la actual situación a la que se enfrenta el mundo con la pandemia del Covid-19, el arzobispo de Bogotá dijo que “más que nunca hemos comprendido que la humanidad es suficiente, débil, absolutamente impotente frente a la agresión del virus“, pues, de hecho, “todos podemos ser infectados” y nos encontramos expuestos a la muerte. Dios sufre con la humanidad Ante la cruda realidad, “Dios sufre con la humanidad”, agregó Salazar, y siempre esta dispuesto a “asumir nuestra debilidad, nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad y nuestra muerte”. Así como Cristo grita desde la cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?, “en el momento de la muerte es cuando se experimenta hasta las últimas consecuencias la realidad de nuestra soledad“, comentó el cardenal, recordando el dolor que viven muchas personas que se enfrentan por estos días a la realidad de la muerte “solas, llenas de angustia, en una soledad infinita, enfrentados a esa realidad terrible de la muerte”, en medio de la pandemia. Mirarnos con ojos nuevos Por eso, el llamado de Dios en el inicio de esta Semana Santa, para Salazar no es otro que “mirarnos con ojos nuevos”, pues “muchas veces queremos ocultar nuestra fragilidad, nuestra debilidad”. Pero la realidad es que “somos dependientes los unos de los otros”, y “cuando experimentamos el sufrimiento, la enfermedad, la muerte, se nos descubre nuestra verdadera naturaleza: somos unos pobres seres mortales“. En las actuales condiciones, la invitación del cardenal primado de Colombia es a “reconocer nuestra fragilidad” y, desde ahí, “mirar a los demás de otra manera, ya no de arriba hacia abajo, con orgullo y prepotencia”, sino “como seres humanos que comparten con nosotros esa condición de debilidad y fragilidad”. En este sentido, es imprescindible “amar a los demás con sus limitaciones, defectos, pecados… con toda su creaturalidad”, subrayó. El llamado vehemente del arzobispo de Bogotá es a reconocer que “todos somos hermanos en la fragilidad, en la limitación y en la muerte“, por cuanto necesitamos “empezar a ser, de verdad, hermanos de los demás”, con todas sus implicaciones. Constructores de una sociedad nueva “Seamos constructores de una sociedad nueva y diferente”, “de un mundo justo, fraterno y solidario“, por encima de la avaricia y el orgullo, pidió el purpurado colombiano. “Que de esta tragedia surja una humanidad nueva, llena de esperanza, verdaderamente solidaria, capaz de mecanismos para que caminemos juntos… una sociedad justa, fraterna y solidaria”, concluyó el cardenal Salazar. Fuente: Portal Vida Nueva