Pasar al contenido principal

Lectio Dominical

Lun 20 Jun 2016

Pongamos a Dios en el centro de nuestra vida

“El Señor es mi lote y mi heredad”. La palabra de Dios nos invita este día a ponerlo a Él y Su Reino como el máximo bien al que podamos aspirar. Un bien que lo pone en el centro de la vida para servirlo en los hermanos. Que el Espíritu Santo nos asista para escuchar, comprender y hacer vida su mensaje. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 1Reyes 19,16b.19-21[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 16(15),1-2+5.7-8.9-10.11[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Gálatas 5,1.13-18[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 9,51-62[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Contexto bíblico Los textos bíblicos de este domingo ponen el acento en el proyecto que Dios tiene para los seres humanos y la tarea que debemos hacer para incorporar ese proyecto a nuestros planes. Esta es una manera de comprender la vocación: Dios que llama y la persona humana que, desde su libertad, le responde y se compromete. Particularmente, el salmo 15, salmo de los levitas, exalta el máximo valor que Dios representa, al punto de relativizar todo lo demás: Dios es “la mejor parte de la herencia” a la que se puede aspirar, pues cuando se lo acepta como el máximo bien, en Dios se encuentra consejo, seguridad, alegría, paz y vida eterna. Cuando se responde a la llamada de Dios y se asume su proyecto, toda la vida del creyente empieza a moverse al ritmo de los impulsos del Espíritu, y no pierde nada, sino que lo gana todo, puesto que en Él la persona humana halla su plenitud. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Mié 15 Jun 2016

Aceptemos y sigamos a Jesús

El centro del mensaje de la Palabra en este día está en la pregunta de Jesús en el Evangelio: ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Las lecturas nos ayudarán a meditar en esta pregunta; reflexionemos con atención para que podamos dar una respuesta al Señor que tanto nos ama. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Zacarías 12,10-11; 13,1[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 63(62),2.3-4.5-6.8-9 (R. 2b)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Gálatas 3,26-29[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 9,18-24[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] A partir del Evangelio es posible establecer una profunda relación entre las lecturas que la liturgia pone a nuestra consideración en este día. En efecto, el texto de Lucas gira en torno a dos realidades: el reconocimiento de Jesús como verdadero Hijo de Dios y el consecuente seguimiento de los discípulos. Las demás lecturas y el salmo explicitan las condiciones y los efectos del discipulado. San Pablo, escribiendo a los Gálatas -una comunidad que sin duda debe reafirmar su fe- hace énfasis en las consecuencias del bautismo: somos hijos de Dios por la fe en Cristo, hemos sido incorporados a Cristo, hemos sido revestidos de Cristo, somos uno en Cristo y herederos de las promesas (cfr. Gal 3,26-29). Conviene subrayar la fuerza con la que el apóstol invita a los creyentes a ser conscientes de su identidad bautismal y a evitar todo aquello que desdiga de la misma. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Mar 7 Jun 2016

No juzguemos, perdonemos y seamos misericordiosos

La celebración gozosa de la Eucaristía nos invita a reflexionar en la misericordia y el perdón que Dios Padre nos regala por pura gracia. Nosotros debemos reconocernos pecadores y con humildad acercarnos a Él para escuchar: “El Señor perdona tu pecado, no morirás”. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 2Samuel 12,7-10.13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 32(31),1-2.5.7.11 (R. cf. 5c)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Gálatas 2,16.19-21[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 7,36 – 8,3[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] La Palabra de Dios nos habla de diferentes personajes (el rey David, el apóstol Pablo, la mujer pecadora), quienes tienen en común una experiencia de vida: Dios, por pura gracia, quiso perdonarlos y hacer de ellos nuevas creaturas. El libro de Samuel describe detalladamente la vocación del rey David: cómo Dios le bendice, protege, acompaña; es el rey ideal para todo el pueblo. Sin embargo, su pecado, que es denunciado por el profeta Natán, deja ver su debilidad. David obra como el soberano y dueño de todo, como el que domina la vida de los demás. El pastor joven que cuidaba el rebaño de su padre y es ungido como rey de Israel, triunfando en todas las empresas, no sabe corresponder al amor de Dios. Su pecado es muy grave, ni siquiera tiene en cuenta a Dios, lo saca de su vida, no tiene en cuenta las prescripciones legales. Debe asumir ahora las consecuencias de sus acciones; el rey se arrepiente y Dios perdona su pecado. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Mié 1 Jun 2016

Seamos solidarios con el hermano

La palabra de Dios permite reflexionar en la acción misericordiosa del Padre hacia los hombres: la compasión y la cercanía, de modo especial, hacia los pequeños y los que sufren. Escuchemos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 1Reyes 17,17-24 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. cf. 2a.4a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Gálatas 1,11-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 7,11-17[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] La Palabra de Dios presenta una vez más la acción misericordiosa del Padre hacia los hombres: la actitud de compasión y cercanía, de modo especial, hacia los pequeños y los que sufren. El libro de los Reyes recuerda toda la polémica de la religión cananea del dios de Baal presente en la comunidad del pueblo de Israel. La resurrección del hijo de la viuda y los otros signos realizados por el profeta Elías (como la multiplicación de la harina y del aceite) van a fortalecer la fe de los israelitas: Dios es la fuente de la vida y la fecundidad, no lo era Baal, considerado como el señor de la tierra, el dios de la fecundidad. El Salmo 29 canta la alegría del pueblo después del regreso del Exilio de Babilonia. Se estaba como en un pozo sin fondo, en el abismo. Pero, de nuevo, Dios salva a su pueblo: “¡A Ti grité y Tú me sanaste. Sacaste mi vida del abismo!” Es la restauración del pueblo: condenado a la muerte, ahora vuelve a la vida. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Jue 19 Mayo 2016

Dios es uno y trino

Las lecturas nos presentan el retrato vivo del Dios Uno y Trino, no a partir de las definiciones sino de sus acciones a favor nuestro. Primeramente la Sabiduría engendrada antes de la Creación, luego el Amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu y, para completar, el Espíritu nos anuncia lo que el Hijo comparte con el Padre. Escuchemos atentos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Proverbios 8,22-31[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 8,4-5.6-7.8-9 (R. 2a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Romanos 5,1-5[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Juan 16,12-15[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Para el creyente, la Trinidad es Dios. Y Dios aparece presente y actuante en toda la Escritura desde los albores de la Creación hasta la consumación en el Apocalipsis. Por eso, es un error pensar que la Trinidad es como un conjunto de fuerzas, Padre, Hijo y Espíritu que se ayudan mutuamente. La Trinidad es un proceso que se va revelando en la Palabra de Dios tal como Él y cuando Él ha querido revelar el misterio a nosotros, los que creemos por la fe. El Nuevo Testamento nos aclara –hasta donde se puede– ese misterio y nosotros, con mentes limitadas, pero generosas, captamos la presencia de Dios en nosotros y concretamos unas “misiones” que adjudicamos a cada Persona de la Trinidad. Pero, en verdad, en Dios todo se hace en común, en familia, y todo lo hace al tiempo. En Dios no hay un ayer, un mañana, sino un eterno presente: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy” (Sal 2, 7. Hch 13,33, Heb 1,5). Sin embargo, para entendernos, decimos: el Padre crea, el Hijo redime, el Espíritu santifica. Puedes adquirir el Plan Nacional de Prediación en la Librería del Episcopado

Jue 19 Mayo 2016

Descarga subsidio para celebrar la Solemnidad de Cuerpo de Cristo

El Departamento de Liturgia, gracias al apoyo del padre Diego Uribe Castrillón., de la Comisión Nacional de Liturgia pone a disposición de todos los fieles un subsidio para la celebración de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre Santísimos de Cristo. En esta solemnidad se celebra, se adora y se da gracias por las maravillas de Dios obradas a través de la Eucaristía, en donde Cristo nos brinda su Cuerpo y su Sangre como alimento espiritual. [icon class='fa fa-download fa-2x' link='']DESCARGA EL DOCUMENTO AQUÍ[/icon]

Lun 1 Feb 2016

Escuchemos la voz del Señor

Ahora somos invitados a escuchar la voz del Señor. Abramos nuestra mente para descubrir la presencia de Jesús que nos ayuda a mantener en nuestro corazón el mensaje dado por la Palabra de Dios para que nuestras acciones sean guiadas por su Voluntad. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Isaías 6,1-2a.3-8[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 138(137),1-2a.2bc+3.4-5.7cd+8bc (R. 6a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Corintios 15,1-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 5,1-11[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] ¿Cuál es el nexo entre las lecturas?. El misterio de la libre y gratuita elección y llamada de Dios permea las tres lecturas litúrgicas de este domingo. En el Antiguo Testamento la vocación profética de Isaías que es elegido durante una acción litúrgica en el templo de Jerusalén: "Oí la voz del Señor que me decía: ¿A quién enviaré? (primera lectura). Continuamos leyendo en san Lucas el ministerio de Jesús en Galilea, ahora con la vocación de sus primeros discípulos, junto al lago de Tiberíades y la pronta respuesta de dos parejas de hermanos: "No temas, desde ahora serás pescador de hombres" (Evangelio). Finalmente, en la carta a los Corintios, después del tema de los carismas y la unidad en la Iglesia, saltamos al capítulo 15, donde nos quedaremos cuatro domingos: es un capítulo que Pablo dedica al tema de la resurrección de los muertos. Él evoca la aparición de Jesús resucitado, camino de Damasco, a él, "el menor de los apóstoles...pero por la gracia de Dios soy lo que soy" (segunda lectura). El salmo 138 (137) donde descubrimos la misericordia de Dios como fundamento de toda confianza vemos al orante que se dirige a Dios, que siempre lo escucha, le infunde ánimos y fortaleza, incluso ante el sufrimiento. El Señor “se fija en el humilde y el abatido”, y sale en defensa de los débiles y de las víctimas. Por tanto, debemos estar seguros de que, por graves y difíciles que sean las pruebas que nos esperan, nuestra vida siempre estará en manos del Señor. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La vocación de Pedro y de sus compañeros nos muestra unas características del discipulado, a saber: primero se ve la acción de Jesús y se escuchan sus palabras: Jesús habla desde la barca de Simón Pedro. La Palabra de Jesús es una Palabra que atrae, es poderosa. En segundo lugar, podemos ver que Pedro confiesa a Jesús como Señor, se postra ante Él, se descubre pecador. Descubrir quién es Jesús es descubrirse a uno mismo: ¿quién soy yo?. En tercer lugar, el llamado exige una responsabilidad misionera: “ser pescador de hombres”, es decir, la disposición de congregar personas en torno a Jesús para crear comunidad. En cuarto lugar, observemos que el discipulado se hace en forma de viaje. Implica entrar en el dinamismo de Jesús, quien camina hacia la cruz y la exaltación. Es un discipulado itinerante. En quinto lugar, se muestran las renuncias que se deben realizar: sacar las barcas a tierra (como para no volver a pescar), dejar todo (romper las relaciones anteriores) y seguir a Jesús (quedarse con el Maestro). Jesús llama y espera una respuesta del candidato pero no le da alternativa. Eso significa que la persona debe pensar con atención las implicaciones que conlleva seguir a Jesús. Los discípulos de Jesús dejan todo y se quedan con Él, porque quedarse con el Maestro es disfrutar de todo [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Para que nuestra respuesta como discípulos misioneros a la vocación de Dios y nuestra colaboración en su Reino sean realidad, tenemos la gran ayuda de la Eucaristía, en la que nos sentimos apoyados por los otros creyentes que se reúnen en comunidad, por la Palabra de Dios que nos guía y por la fuerza que nos da el Alimento eucarístico. En la experiencia mística que tiene Isaías, con una visión idealizada de la "liturgia" del cielo, los ángeles "gritaban diciendo: Santo, santo, santo, el Señor de los Ejércitos, la tierra está llena de su gloria". Nosotros, en la Plegaria Eucarística, cantamos el mismo canto, alabamos a Dios, nos unimos con Cristo, y al final escuchamos muy atentos nuestro "envío misionero" a este mundo: "Pueden ir en paz". Entonces empieza lo concreto de nuestra respuesta: nuestro estilo de vida, nuestra fe hecha esperanza y servicio fraterno, nuestro compromiso de trabajar como apóstoles de Cristo. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar la frase: “No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres”. Insistir en las palabras: vocación, misión, misericordia, Palabra, seguimiento. Se sugiere resaltar en este domingo los silencios y la música, como elementos fundamentales de la acción litúrgica. Recordar que esta semana: Es la Jornada Mundial del Enfermo, el jueves 11, conmemoración de Nuestra Señora Lourdes, Es el Miércoles de Ceniza con el que damos apertura al tiempo de Cuaresma.

Dom 24 Ene 2016

Como profetas mostremos el camino al reino

La Palabra Divina que se nos ha de proclamar nos recordará que también nosotros hemos de actuar como profetas que anuncian el Reino de la esperanza y que muestran al mundo el camino seguro que nos permite dar testimonio del Resucitado Vencedor de la muerte y llevar a todos la verdad que salva. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Jeremías 1,4-5.17-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15ab+17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Corintios 12,31 - 13,13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 4,21-30[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En la primera lectura hay una visión profética que alcanza su plenitud y su realización en Jesús. Él es el Profeta de las Naciones que Jeremías nos representa en la primera de las palabras escuchadas en este domingo. Hay un destino constante para el profeta; ser signo de contradicción en medio de la comunidad, ser rechazado, despreciado, ignorado, se vuelve “parte” del oficio de profeta, ya en el antiguo testamento, ya en la hora presente. Incluso se hace necesario clarificar que el profeta no es, necesariamente, un vidente del futuro sino un intérprete de la historia que se vuelve actual cuando la historia misma le da la razón, cuando, como en Jesús, las gentes se admiran y luego repudian a quien les hace presente la misericordia de Dios, a quienes les reclaman por los constantes extravíos, a quienes les proponen audaces compromisos. En el salmo se nos propone, como para hacer eco a la precedente lectura, proclamar el auxilio divino a todos, esto es, anunciar que la acción de Dios en la historia debe ser contada pero no como una narración de victorias humanas, sino como una intervención salvadora que compromete la totalidad de la persona y la comunidad en la que se vive. San Pablo en este día nos propone una de las más bellas y comprometedoras páginas de la Sagrada Escritura: El Himno de la Caridad. El amor humano tan sublime en su originalidad, ha perdido su esencia porque se nos olvidó que su plena realización está en el don al otro, en la entrega comprometida de la vida, en la Caridad que San Pablo retrata en catorce condiciones, en catorce señales. Este amor elevado a la gracia de caridad, es el que se vuelve misericordia, esperanza, vida para todos. El evangelio, volviendo a la idea de la primera lectura, es el retrato de una escena impactante: Jesús no es acogido como muchos lo esperaban. En su tierra recibe como señal la indiferencia, la admiración que se vuelve escepticismo. Es el destino de todo profeta. Por eso ya en otra parte del Evangelio, Jesús sabrá advertir que no siempre las alabanzas son garantía de acogida. Jesús sale de Nazaret, parece que no retornará más. Le espera el resto de Israel, le espera la pasión, le espera una gloria en la que su destino de profeta será corroborado por el testimonio final. Es allí donde retoma la Iglesia la tarea, es allí donde se apoya la fuerza de la Palabra que escuchamos, y que luego, así cause contradicción, debe ser proclamada con fe. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Necesitamos urgentemente el servicio y la misión de los profetas. La realidad es compleja, difícil, árida. Los profetas de este tiempo han de conocer que ante las fallidas propuestas del mundo también puede aparecer en el corazón de la humanidad el escepticismo que se nota en Nazaret. Mirar la vida con ojos de profeta no puede limitarnos a aquello de juzgar la historia. Es propio del creyente proponer la persona de Jesús como revelación definitiva de la vida, de la esperanza, de la luz que ilumina sin enceguecer, del amor que se ofrece sin egoísmos, de la alegría que sabe transformar la amargura de los corazones y de los pueblos en una voz de esperanza y de paz. No podemos desanimarnos con la indiferencia del mundo. Seguimos con Jesús llevando el Reino que hace ocho días se anunciaba, a quienes tengan la buena voluntad de acoger la voz de Dios y la fuerza de su amor generoso. Nazaret queda atrás… la casa, el taller, las gentes. Jesús camina ahora hacia nosotros para que nosotros lo acojamos con fe, para que al acogerlos nos pongamos de su lado y para que al ponernos de su lado, sintamos la urgencia de seguir mostrando el auténtico amor de Dios a cada persona, a cada cultura, a cada realidad. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Cada Domingo Jesús viene a nosotros en su palabra, en el Sacramento del Amor. Que nuestro corazón esté en capacidad de acogerlo con gozosa esperanza, que al acogerlo, hagamos de su presencia constante la mejor motivación para que al salir de nuestra fiesta de esperanza, le mostremos al mundo con un profetismo auténtico, que somos los seguidores de aquel que se hizo signo de contradicción en su misma tierra, pero que es la vida de todos. Imaginamos que tras la hostilidad de los nazarenos, también María emprendió el camino de su Hijo, y le seguirá acompañando, discretamente, para enseñarnos a vivir y para apoyarnos cuando como el profeta y como Jesús sintamos el dolor de la indiferencia. Cuánto necesitamos que se renueve la dimensión profética de la comunidad creyente y que esta tarea trascienda e ilumine la vida creyente y haga que los creyentes, unidos en la caridad, sean vida comunicada, amor compartido, esperanza vivida con amor y alegría. [icon class='fa fa-play' link=''] Recomendaciones prácticas[/icon] Insistir en el sentido de las palabras: elección, llamado, profeta, enviado, Palabra y amor. Se podría hacer una cartelera en la que se destaquen algunas personas que en la historia de la comunidad han dado testimonio de auténtica vida cristiana. Aunque es domingo, concurre en el calendario el recuerdo de San Juan Bosco. Hágase conocer a los creyentes este modelo de gracia y santidad. Tener en cuenta que en la semana que se inicia, lunes 2 de febrero, se celebra la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, recuerda que Jesús vino a cumplir lo anunciado y a señalar el camino de la vida y de la paz. Se debe hacer bendición de los cirios y procesión. Año de la Misericordia: Jubileo de la Vida Consagrada y Clausura del Año de la Vida Consagrada.