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Episcopado al día

Dom 20 Abr 2025

Pascua 2025: Obispos colombianos llaman a vivir y transmitir la esperanza cristiana

Evocando la victoria de Cristo sobre la muerte, los obispos hacen un llamado a los fieles en Colombia para que vivan plenamente y transmitan la esperanza cristiana en medio de los desafíos que vive el país. En su mensaje con motivo de la Pascua 2025, los pastores recuerdan que de Cristo es de quien proviene la luz que vence las tinieblas, que la Iglesia está llamada a seguir siendo constructora de esperanza, y que es necesario no dejarse vencer por las divisiones, el cansancio o el pesimismo.1. La luz de Cristo en medio de las tinieblasLos obispos subrayan que la Resurrección de Jesús es un triunfo sobre el pecado y la muerte, e invitan a los creyentes a ser "reflejos de su luz en el mundo". Recuerdan que, a lo largo de la historia, hombres y mujeres han sostenido a la humanidad con obras de amor y servicio, especialmente hacia los más vulnerables, siguiendo el ejemplo de Cristo, "Dios de vivos" (Mateo 22, 32).2. Comunidades de fe como signos de esperanzaAdemás, los obispos destacan el papel de las comunidades cristianas en la construcción de un mundo más justo y pacífico. Exhortan a trabajar contra la violencia, la indiferencia y las amenazas a la dignidad humana, así como a proteger la creación y servir a los más necesitados. Hacen especial énfasis en llevar esperanza a los jóvenes y niños mediante gestos concretos de solidaridad.3. Fortaleza para obrar el bien y unidad en la IglesiaEn medio de los desafíos sociales y eclesiales, los prelados piden oración para que los fieles no se dejen vencer por "las divisiones, el cansancio o el pesimismo". Destacan que, en esteJubileo de la Esperanza(2025), la coincidencia de la celebración pascual en las distintas tradiciones cristianas es un signo de fraternidad que puede ayudar a sanar las heridas en la unidad de la Iglesia.Vea la lectura del mensaje por parte del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia:

Vie 18 Abr 2025

En la Cruz, la Esperanza florece: Obispos colombianos profundizan en los desafíos del país desde las Siete Últimas Palabras de Cristo

En el contexto de este Viernes Santo 2025 y desde el ‘Sermón de las Siete Palabras’, siete obispos colombianos comparten reflexiones que conectan el dolor de Cristo Redentor con las heridas del país. Desde el pacífico hasta El Catatumbo, vinculan las últimas frases de Cristo en la Cruz con realidades latentes en los territorios que pastorean: la violencia persistente, la inequidad, la corrupción, el papel de la familia y la sed espiritual de una nación en la que urge la reconstrucción.Además, inspirados en el Jubileo de la Esperanza que vive este año la Iglesia, los prelados proponen caminos concretos de reconciliación, justicia y fraternidad para una Colombia aún con heridas, necesita seguir luchando contra la violencia, la desigualdad y la polarización.1. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen": El perdón como camino.MonseñorWiston Mosquera,obispo de Quibdó, recuerda que Jesús,"el inocente condenado a muerte", intercede por sus verdugos. Citando al Papa Francisco, pide"recuperar el sentido de la fraternidad nacional"y examinar la conciencia:"Si creemos en Él, ¿cómo le hacemos daño a otros?".El prelado reconoce la crudeza del momento: “el Chocó, el Catatumbo y el Cauca siguen regados de sangre (..) ¿De qué sirve rezar el Viernes Santo si no cambiamos los hábitos que matan?". Invita a guerrilleros, políticos y ciudadanos a"deponer el odio", recordando que"nadie gana con la violencia; todos perdemos hasta el último pedazo de humanidad".2. "Hoy estarás conmigo en el Paraíso": La vida eterna, la esperanza más allá de la materialidad.Monseñor Rodrigo Gallego Trujillo, obispo de Palmira, contrasta la"cultura del descarte"con la promesa de eternidad:"En un país obsesionado con el poder y el dinero —raíz de nuestra corrupción—, Cristo nos recuerda que la vida plena no cabe en una cuenta bancaria".El prelado afirma que el egoísmo"nos encierra en nosotros mismos", mientras que la Eucaristía es"la montaña para contemplar a Dios". Invita a vivir comoluz, sal y fermentoen un mundo fugaz y recuerda que “la Eucaristía es el Paraíso en la tierra; allí Cristo sacia nuestra sed de infinito".3. "Mujer, ahí tienes a tu hijo": Las madres, creadoras de esperanza.Monseñor Juan Manuel Toro, obispo de Girardota, eleva a María como"madre de los nuevos hijos de Dios"y modelo para las mujeres colombianas.En el Año Santo, monseñor Toro afirma que acoger a María es aprender a decir ‘hágase’ frente a la desesperanza. Subraya su papel en la Anunciación, la Cruz y Pentecostés, y desafía a los fieles:"¿Cómo vivir hoy como hijos de María? Haciendo lo que Él nos diga".4. "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?": El grito de los sufrientes y de las regiones olvidadas.Monseñor Orlando Olave, obispo de Ocaña, vincula el clamor de Jesús en la Cruz con el tantas personas que sufren a causa de la violencia, el abandono, el desplazamiento y la corrupción en Norte de Santander, como en otras regiones del país:"Miles en el Catatumbo claman como Jesús: ante el abandono estatal, los cultivos ilícitos y la violencia que no cesa…Es un grito que confía en Dios, no de desespero", afirma, citando el Salmo 22.Ese grito de dolor de Jesús es también el grito de los hombres y las mujeres en la historia. También hoy, comoA propósito del Jubileo, el prelado recuerda que "Dios no abandona: la Iglesia en Ocaña es ‘peregrina de esperanza’, llevando alimentos y acompañamiento espiritual". Al tiempo, llama a ser"peregrinos de la esperanza"que escuchen"el lamento de quienes se sienten abandonados".5. "Tengo sed": Los que claman la esperanza y la justicia, desde la “Colombia profunda”.Monseñor Dimas Acuña, obispo de El Banco, es contundente:"La sed de Cristo es la de los niños wayúu sin agua, los campesinos sin tierra y los jóvenes sin oportunidades".El prelado explica que la sed de Cristo simboliza"su amor por la salvación de la humanidad". Se refiere a la pobreza y el abandono en su diócesis, y recordó que la Iglesia debe ser"un oasis de esperanza"."Responder a esta sed implica compromiso con los más vulnerables", enfatiza, citando Mt 5,6:"Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia", particularmente en este Año Jubilar que convoca a vivir con mayor profundidad la misericordia.6. "Todo está cumplido": El creyente, portador de esperanza en Colombia.Monseñor Edgar Mejía, obispo auxiliar de Barranquilla,aclara que esta frase de Jesús en la Cruz no es de derrota, sino deltriunfo de la luz sobre la oscuridad. Desafía:"Cristo no murió en vano; nos legó una tarea: ser ‘fermento’ en una sociedad corroída".Además de referirse a la crudeza y el dolor que producen realidades como el narcotráfico y la corrupción, monseñor Mejía anima a los fieles aser por sí signos de esperanza con acciones concretas:"¿Podemos decir al final del día: ‘hice el bien’?".7. "En tus manos encomiendo mi espíritu": La esperanza radical en Cristo.Finalmente, monseñor Edwin Vanegas, obispo auxiliar de Bogotá, afirma que Jesús no clama en derrota, sino que"manifiesta el sentido profundo de la esperanza...Puesta en la mano misericordiosa del Padre", subraya. Este acto de entrega total, explica, es"el último y definitivo sí"de Cristo a la voluntad del Padre, y a la vez"la puerta que abre la resurrección".En su reflexión, y desde la realidad de los distintos sectores de la capital colombiana, espejo de las múltiples realidades del país, el Obispo evoca dos clamores concretos y urgentes para que Colombia experimente la esperanza: la reconciliación ante la fragmentación que tanto hiere yla solidaridad fraterna con los más necesitados, como profecía en medio un mundo individualista.“Ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza que podemos ofrecer a nuestro mundo, por medio de la acogida del migrante que ha dejado su tierra y busca un mejor futuro; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando asistimos con caridad a quienes sufren hambre, habitan las calles o están en las cárceles; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando podemos ver al otro a la cara libres de los prejuicios y la superioridad; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando acompañamos a nuestros adultos mayores para que no vivan esta etapa de sus existencias en soledad; ser fraternos y solidarios es una señal de esperanza cuando cuidamos de nuestros niños y niñas para que no sufran heridas irreparables y puedan soñar con un mundo nuevo y armonioso”.Vea las palabras a continuación:Para descargar las palabras en formato escrito, haga clic aquí.

Jue 10 Abr 2025

Obispos colombianos exhortan a los sacerdotes a promover la confesión durante esta Semana Santa 2025

A tres días de dar inicio a la Semana Santa 2025 con el Domingo de Ramos, los obispos de Colombia dirigen una carta a todos los sacerdotes del país, invitándolos a intensificar su disponibilidad para el sacramento de la confesión, con el fin de que los fieles experimenten "la gracia y el poder de la misericordia divina" en estos Días Santos y para que, en el contexto del Jubileo de la Esperanza, tengan la oportunidad de ganar la indulgencia plenaria.En el mensaje, firmado por los integrantes de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal, se resalta el confesionario como un espacio sagrado donde nace "un hombre reconciliado, un mundo reconciliado", citando las palabras de San Juan Pablo II. Además, los prelados hacen un llamado a practicar la "pastoral del oído", siguiendo el llamado del papa Francisco: "Se necesita escuchar a la gente, de modo que cada hermano tenga la posibilidad de experimentar la ternura de Dios".Reconciliación e indulgencia plenariaEn el contexto del Jubileo de la Esperanza que vive la Iglesia Universal en este 2025, los obispos recuerdan que la confesión es una vía para que los fieles obtengan la indulgencia plenaria, un "don inmenso para su vida espiritual". Los exhortaron a invitar a los creyentes "a tiempo y a destiempo" (2Tim 4,2) y a acogerlos con generosidad, reflejando así "el rostro misericordioso del Padre".El documento también incluye un mensaje personal para los sacerdotes, animándolos a acercarse ellos mismos al sacramento "con sincero deseo de conversión", reconociéndolo como uno de los "dones más hermosos de la gracia".Gratitud y llamado a la misiónLa carta concluye con palabras de agradecimiento por la labor pastoral de los sacerdotes, a quienes definen como "faros que iluminan el camino de muchos". Los obispos piden que continúen con "generosidad y pasión pastoral", siendo "ese eco de la voz de Dios que llama a la conversión".Vea a continuación el mensaje leído por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Múnera:También le puede interesar:Para conocer cómo ganar la indulgencia durante este Jubileo 2025, haga clic aquí.

Jue 10 Abr 2025

El papa Francisco designa a monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve como nuevo obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos

Este jueves, 10 de abril, la Santa Sede dio a conocer el nombramiento de monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve como nuevo obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, por parte del papa Francisco. El prelado, nacido en Fredonia (Antioquia), venía pastoreando la Diócesis de Mocoa-Sibundoy desde diciembre de 2015. Desde el 8 de julio de 2023, tras la inesperada partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, esta jurisdicción eclesiástica, que comprende 29 municipios del departamento de Antioquia, es sede vacante. El presbítero Luis Alfonso Urrego Monsalve ha venido ejerciendo como administrador diocesano, por designación de sus hermanos sacerdotes a través del Colegio de Consultores.Biografía:Monseñor Luis Albeiro Maldonado Monsalve nació en Fredonia (Antioquia), el 20 de enero de 1958, en el hogar conformado por Luis Carlos Maldonado y Mercedes Monsalve. Tiene nueve hermanos.Después de realizar los estudios de primaria y secundaria en su pueblo natal, ingresó al Seminario Mayor de Medellín. Frecuentó los cursos de Filosofía y Teología en la Universidad Pontifica Bolivariana en Medellín. Después de su ordenación sacerdotal obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana.Fue ordenado sacerdote el 5 de julio de 1986 por San Juan Pablo II y se incardinó en la misma Arquidiócesis de Medellín.En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes oficios:- Formador en el Seminario Mayor de Medellín (1988 y 1990-1991).- Administrador Parroquial de la Parroquia San Simón Apóstol - Medellín (1991).- Párroco en San Rafael - Envigado (1992-1994).- Director espiritual en el Seminario Mayor, Profesor y Capellán en la Universidad Pontificia Bolivariana, Colaborador en la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores - Medellín (1996).- Párroco en la Parroquia La Sagrada Familia - Medellín (1998).- Párroco en Santa Ana - Sabaneta (1999-2010).- Miembro del equipo de pastoral sacerdotal (2005-2015).- Administrador General de la Fundación Autónoma Sacerdotal Padre Arcila (2007).- Párroco en Nuestra Señora del Rosario - Bello (2011-2015).- Vicario Episcopal de la Zona Norte (2011-2015).- Miembro del Consejo presbiteral, del Colegio de Consultores y del Consejo de Gobierno de la Arquidiócesis de Medellín (2011-2015).El 15 de octubre de 2015 el Papa Francisco lo nombró Obispo de la Diócesis de Mocoa–Sibundoy. El 3 de diciembre de 2015 recibió la Ordenación Episcopal y el 15 de diciembre del mismo año tomó posesión canónica.El 10 de abril de 2025 el Papa Francisco lo nombró Obispo de Santa Rosa de Osos.

Mar 8 Abr 2025

9 de abril: Obispos manifiestan su oración, solidaridad y persistencia en la búsqueda de paz, por la víctimas del conflicto armado en Colombia

En el marco del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado que se conmemorará este miércoles 9 de abril, a través de un mensaje, los obispos de Colombia expresan su cercanía con las comunidades afectadas por la violencia y renuevan su compromiso con la reconciliación y la paz. Como signo de fe y muestra de cercanía con quienes han sufrido en este contexto, los obispos piden a todas las parroquias del país unirse en esta jornada a un toque simbólico de campanas a las 12:00 del mediodía.Inspirados en el Salmo 147 “El Señor sana los corazones quebrantados, venda sus heridas”, los prelados extienden un “abrazo de solidaria cercanía a todas las poblaciones sobrevivientes que por años han padecido diferentes tipos de violencia armada”, recordando a quienes han perdido la vida y a quienes aún luchan por superar las secuelas del conflicto. El mensaje destaca la labor de líderes y organizaciones que, en medio de las adversidades, promueven iniciativas para construir paz y trabajan por la justicia, la verdad y la reparación integral de las víctimas. Los obispos resaltan que su servicio “aporta esperanza a las comunidades que más la necesitan". Expresan que, a través de su trabajo, cada herida es tocada con la ternura de Dios y sanada por la fuerza de la solidaridad. En línea con el Jubileo Ordinario 2025, los obispos insisten en que la paz debe construirse sin olvidar el pasado, transformando el dolor en oportunidades de reconciliación. Hacen un llamado a acompañar los procesos de diálogo, especialmente en las zonas rurales más golpeadas por la violencia, donde “la memoria y la solidaridad con las víctimas se convierte en acción”. Reafirmando su convicción cristiana, recuerdan que “la esperanza no defrauda” y que la paz solo será posible mediante “la escucha, el diálogo, la justicia social y el compromiso en la defensa de los derechos humanos”. Expresan su deseo de que estas convicciones inspiren las decisiones públicas y las políticas de paz, para que Colombia avance hacia “un país reconciliado donde las víctimas del conflicto armado sean protagonistas de una nueva historia de dignidad, inclusión social y verdadera fraternidad”. A continuación vea el mensaje leído por el vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos:

Mar 1 Abr 2025

Obispos colombianos crean un Servicio para el Perdón, la Reconciliación y la Paz ante profundización de la violencia en el país

En medio de una Colombia cada vez más flagelada por la violencia, el conflicto armado, la desigualdad y la fragmentación social, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) creó un organismo que le permitirá a la Iglesia articular, ampliar y fortalecer su trabajo por la reconciliación y la paz del país. Desde allí, se recogerán importantes experiencias como las que venía adelantando por cerca de 30 años la Comisión de Conciliación Nacional. Se trata del Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz (SERP), un espacio desde el cual, fiel al Evangelio de Jesucristo y apoyada en su Doctrina Social, la Iglesia buscará fortalecer los procesos de escucha, promoción y educación en la cultura del perdón, la reconciliación y la paz, con mayor contundencia organizacional y un enfoque especial en la realidad de los territorios. Esto implicará el fomento del respeto de los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario, la justicia y la convivencia pacífica.El primer encuentro oficial de este nuevo Servicio de la Iglesia colombiana se llevó a cabo los días 26 y 27 de marzo en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia. Participaron obispos, sacerdotes y miembros de la sociedad civil con amplia experiencia en temas de paz. Durante la reunión, se definieron las bases pastorales y líneas estratégicas del organismo.Una respuesta pastoral más contundente ante los desafíos del paísLa creación del SERP surge como iniciativa de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia, como una evolución de la Comisión de Conciliación Nacional —creada y convocada por monseñor Pedro Rubiano Sáenz en 1995 para mediar en el conflicto armado estableciendo escenarios de confianza para el encuentro con diversos actores claves para la paz—, pero con un enfoque renovado: trabajar desde las regiones, con líneas pastorales claras, estructuras articuladas, y fomentando la participación de la sociedad civil.“La realidad compleja, cambiante y dramática de la violencia en el país, nos exige focalizar nuestros esfuerzos, como ciudadanos y pastores del Pueblo de Dios, hacia la generación de condiciones de posibilidad que favorezcan la construcción de una paz estable y duradera en nuestros territorios y comunidades; paz que nazca del perdón, la reconciliación, la promoción del desarrollo humano integral, el respeto del derecho internacional humanitario y la justicia, y sea expresión del acontecer del Reino de Dios en nuestro tiempo”, expresaron los integrantes de la Presidencia de la Conferencia Episcopal en su propuesta de creación del Servicio.Este Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz también recoge la experiencia alcanzada durante varios años por el Consejo Episcopal de Paz (CEP). Estancia que, tras una decisión adoptada por los obispos durante su CXVIII Asamblea Plenaria del mes de febrero, se convierte ahora en la Comisión Episcopal de Paz (CEP), lo que le dará un mayor margen de acción e importancia misional, así como las comisiones de la Conferencia Episcopal de Colombia, desde las cuales los prelados definen el camino de la Iglesia colombiana desde diferentes dimensiones pastorales.Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, vicepresidente de la CEC y presidente de la Comisión Episcopal de Paz, explicó que la iniciativa nace del mandato evangélico: "Somos ministros de la reconciliación. La Iglesia recibe este legado y lo adapta a las circunstancias de Colombia".Tres niveles de acción en el SERPEl SERP articulará tres niveles o grupos de trabajo:1.Comisión Episcopal de Paz (CEP): Definirá líneas, visiones y prioridades pastorales en términos de reconciliación y paz; estará integrada por ocho obispos que representarán las regiones y por un miembro de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal. Sus integrantes actuales son:Por la Presidencia: Mons. Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja. Vicepresidente de la CEC.Provincias de Bogotá – Tunja: Mons. Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa.Provincias de Bucaramanga – Nueva Pamplona: Mons. Ovidio Giraldo Velásquez, obispo de Barrancabermeja.Provincias de Cartagena – Barranquilla: Mons. Ariel Lascarro Tapia, obispo de Magangué.Provincias de Florencia – Villavicencio: Mons. Luis Albeiro Maldonado Monsalve, Obispo de Mocoa – Sibundoy.Provincias de Ibagué – Manizales: Mons. Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo de Armenia.Provincias de Medellín – Santa Fe de Antioquia: Mons. Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina-Tadó.Provincias de Popayán – Cali: Mons. José Saúl Grisales Grisales, obispo de Ipiales, y monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura.2. Grupo Asesor: Expertos de la sociedad civil, técnicos y académicos que asesorarán esta misión (antes miembros de la Comisión de Conciliación Nacional).3. Asistencia Técnica: Especialistas a cargo de la ejecución de las iniciativas y el enlace de los componentes.El padre Camilo Bernal Hadad, vicepresidente de la Corporación Minuto de Dios y miembro del Grupo Asesor, quien ha estado acompañando a la Conferencia Episcopal desde la Comisión de Conciliación Nacional durante los últimos 8 años, destacó una de las principales novedades del Servicio: "Antes trabajábamos solo con la presidencia de la CEC; ahora hay un diálogo directo con los obispos que conocen la problemática local".A nivel de la Conferencia Episcopal, este Servicio Episcopal para el Perdón, la Reconciliación y la Paz, también estará apoyado por el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana y por la Delegación para las Relaciones Iglesia-Estado, desde donde se apoyan los procesos de diálogo con los actores armados, lo que permitirá mayor integración y proyección para esta misión de la Iglesia.Principales dimensiones de trabajo del SERPDurante el primer encuentro, se definieron cuatro ejes centrales para el trabajo del Servicio:Espiritualidad: Base evangelizadora del proceso.Organización: Estructuras territoriales y nacionales para la paz.Articulación: Alianzas con instituciones locales e internacionales.Comunicación: Estrategias para proyectar y conectar iniciativas.Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos enfatizó en el enfoque regional: "Cada obispo llevará este servicio a su territorio"."Entre más semillas de perdón y reconciliación sembremos, más frutos tendrá Colombia", agregó el padre Camilo haciendo énfasis en que el horizonte amplio el SERP será su trabajo por la cultura de paz."No somos técnicos ni políticos, somos pastores"El arzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal aclaró: "El Papa Francisco nos recordó que somos ciudadanos y pastores. Todo lo que afecte la dignidad humana y la vida nos interesa". El SERP, insistió, priorizará la "artesanía de la paz" —como la llama el pontífice—, es decir, procesos comunitarios que complementen los marcos institucionales. Además, recordó que, como ciudadanos, tienen una responsabilidad grande en este propósito.En ese mismo sentido, el padre Bernal reconoció que, aunque el momento que vive el país es muy complejo, la creación de la cultura de paz es una misión que no da espera y que debe iniciarse desde las mismas familias, sembrando semillas de paz, por pequeñas que parezcan.“Esa va a ser nuestra tarea. Entre más semillas sembremos, más cuidemos y más las reguemos con agua viva del Espíritu Santo, pues esas semillas de perdón y reconciliación y de sanación, van a producir sus frutos, que es lo que nos interesa, que todos caminemos a desarmar nuestros espíritus, a encontrarnos en la diferencia y a construir una patria justa, fraterna, reconciliada y en paz”, concluyó.En contextoLa creación del SERP desde la Conferencia Episcopal de Colombia ocurre en un escenario de persistencia de violencias regionales y crisis humanitarias. Los obispos subrayan que su labor se inspira en el llamado a ser "profetas de esperanza", sin sustituir al Estado, pero acompañando y animando todos los esfuerzos que sean posibles desde lo pastoral y social.Vea el resumen audiovisual y los testmonios a continuación:

Lun 31 Mar 2025

Obispos alertan sobre crisis en el sistema de salud en Colombia, piden acciones urgentes conjuntas y llaman al diálogo

A través de un comunicado, los obispos colombianos manifiestan su preocupación ante los signos de crisis que presenta el sistema de salud del país. Como pastores, hacen un llamado a las autoridades, las instituciones y a la sociedad en general para trabajar de manera conjunta en la búsqueda de soluciones que garanticen el derecho fundamental a la salud para todos los colombianos.En el mensaje, los prelados señalan particularmente situaciones críticas como:- Dificultades en el acceso oportuno a atención médica.- Desabastecimiento de medicamentos esenciales.- Retrasos en diagnósticos y tratamientos, afectando especialmente a pacientes con enfermedades graves.- Crisis financiera en hospitales, clínicas y EPS, generando incertidumbre en trabajadores y proveedores."Estas problemáticas impactan directamente la calidad de vida de la población y no pueden ser menospreciadas", afirmaron.Un llamado a la corresponsabilidadLos obispos recuerdan que la salud es un derecho fundamental y un bien esencial del orden social, por lo que piden al Estado fortalecer políticas públicas que garanticen su cobertura. Además, instan a todos los actores del sistema a evitar la corrupción, la burocracia excesiva y la politización de un servicio que debe estar al servicio del bien común."Todos debemos contribuir con transparencia y solidaridad, buscando soluciones que prioricen la vida y la dignidad de las personas, especialmente de los más vulnerables", señalaron.La Iglesia, dispuesta al diálogo y la construcción de solucionesSiguiendo el llamado del papa Francisco, quien invita a transformar "los signos de los tiempos en signos de esperanza", los obispos ofrecieron su apoyo para facilitar espacios de diálogo y discernimiento entre el Gobierno, las instituciones de salud y la sociedad civil."Creemos en el poder del diálogo sincero y la acción coordinada para superar esta crisis", expresaron, citando la encíclica Fratelli Tutti, donde el Pontífice promueve la fraternidad y la búsqueda del bien común.Un mensaje de esperanza y acciónLos obispos finalizan su mensaje con un llamado a la unidad y la colaboración, destacando que solo mediante el trabajo conjunto se podrán encontrar salidas efectivas a la actual situación."Anhelamos un país donde la salud sea garantizada con equidad y justicia, donde prevalezca el cuidado de la vida y la solidaridad".A continuación el mensaje leído por el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta:

Mié 26 Mar 2025

De las montañas de Nariño a los campos del Huila: Mons. Jaime Alberto Cabrera Arcos inicia su misión episcopal en la Diócesis de Garzón

Con una solemne celebración en la Catedral San Miguel Arcángel, este martes, 25 de marzo, monseñor Jaime Alberto Cabrera Arcos fue ordenado obispo y tomó posesión como décimo pastor de la Diócesis de Garzón.La ceremonia fue presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, y acompañada por quince obispos de diversas regiones del país, así como por sacerdotes, religiosos y fieles laicos de las diócesis de Garzón y Pasto. En su homilía, el representante del papa Francisco trazó un paralelo entre la solemnidad de la Anunciación – fiesta litúrgica celebrada en este día por la Iglesia Universal– y la misión del nuevo obispo: "Al centro de esta solemnidad están dos Sí: el de Dios a la humanidad, expresado por Cristo que dice 'Heme aquí', y el de María, 'Hágase en mí según tu palabra'. Monseñor Jaime será custodio de estos dos Sí: del Sí eterno de Dios a su pueblo y del Sí de la Iglesia que responde con fidelidad", afirmó. El Nuncio subrayó que el ministerio episcopal no es obra humana, sino "obra del Espíritu Santo", el mismo que consagró a Jesús en el Jordán y descendió sobre los apóstoles en Pentecostés. Recordó que el obispo está llamado a ser "signo vivo de la Encarnación":Un llamado a encarnarse en la realidad huilenseCon emotividad, monseñor Rudelli comparó el "Heme aquí” de Cristo con el Sí que el nuevo obispo pronuncia ante su diócesis: "A ti también hoy se te dona un cuerpo: el de esta Iglesia de Garzón. Un cuerpo de carne con rostros, historias, fragilidades y esperanzas. Un cuerpo que deberás amar como el Buen Pastor ama a sus ovejas". Este llamado a la proximidad resonó en el mensaje posterior de monseñor Jaime Alberto, quien prometió caminar junto a su grey: "No vine con equipajes pesados, pero sí lleno de amor. Quiero ser el primero en vivir la comunión, en salir como misionero y en dar testimonio, incluso con mi acento pastuso –que espero se mezcle pronto con el bambuco huilense”. Un llamado a la comunión, la misión y el testimonioEn su primer mensaje como obispo,monseñor Jaime Albertoagradeció el apoyo recibido y enfatizó los tres pilares que marcarán su ministerio:comunión, misión y testimonio. Inspirado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (2, 42-47), señaló que su lema episcopal busca revivir el espíritu de las primeras comunidades cristianas:"Todo giraba en torno al misterio de Cristo, a la fuerza del Espíritu Santo que emanaba como una gran realidad: la comunión. Sin comunión no podemos hacer visible el Reino de Dios", afirmó el nuevo obispo.Frente a la misión, durante su ceremonia de ordenación y posesión también quiso destacar aSan Ezequiel Morenoy al mártirpadre Pedro Ramírez, de quienes reposan sus reliquias en esa diócesis, como modelos de evangelización y entrega.Entre sus prioridades, destacó:- Fortalecer la comuniónentre las 64 parroquias de la diócesis.- Impulsar equipos misionerospara llevar el Evangelio "a todas partes".- Promover el testimonio de fe, especialmente en un año marcado por celebraciones jubilares.Un obispo con raíces nariñenses y corazón huilenseNacido enSandoná, Nariño, y formado en la Diócesis de Pasto, monseñor Jaime Alberto expresó su amor por la tierra huilense, a la que llegó dispuesto a servir:"Vengo desde el sur de Colombia a esta bella tierra que no me vio nacer, pero que empecé a amar entrañablemente. Espero que mi acento pastuso vaya modulando al bello ritmo de un bambuco huilense", expresó el prelado.La ceremonia contó con la presencia de sumadre y hermanos, así como de autoridades civiles y eclesiásticas, entre ellas elarzobispo de Tunja y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, en representación de la Comunidad de Presidencia, elobispo de Pasto, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro y el obispo de El Espinal, monseñor Miguel Fernando González.En contextoLa Diócesis de Garzón fue creada el 20 de mayo de 1900 por el Papa León XIII.Hace parte de la Provincia Eclesiástica de Ibagué, actualmente cuenta con 64 parroquias y abarca 22 municipios.Vea a continuación la transmisión de la ceremonia: