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Vie 13 Ago 2021

El Poderoso ha hecho obras grandes por mi; enaltece a los humildes

ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN Agosto 15 de 2021 Primera lectura: Ap 11, 19a; 12,1-6a.10ab Salmo: Sal 45(44), 7a+10bc.11-12a.14-15 (R. cf. 10b) Segunda lectura: 1Co 15,20-27a Evangelio: Lc 1,39-56 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los textos bíblicos que la liturgia nos propone para esta solemnidad están caracterizados por: • El “gozo”; presente de modo especial en el Evangelio de Lucas. • El “gozo” es fruto de la presencia de Dios entre nosotros y también de nuestra íntima unión con Él. • Celebrar la Asunción de Santa María al Cielo, es celebrar el “gozo eterno”, del cual ya María hace parte. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En una lectura pausada y atenta del Evangelio se puede evidenciar una estructura de dos Partes. La primera que relata el saludo entre María y su prima Isabel. Un saludo que hace saltar de gozo al niño que Isabel lleva en su vientre (Cfr. Lc 2,39-45). En la segunda parte se puede contemplar el bello cántico del “Magníficat”, que en definitiva es un canto de alegría por las promesas y maravillas realizadas por Dios (Cfr. Lc 2,46-56). En la lectura orante de la palabra para este día, sería interesante fijar un poco nuestra atención a aquellas palabras, frases, actitudes que hacen referencia al gozo que proporciona esta solemnidad de la Asunción de Santa María al cielo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Nuestra realidad personal, familiar y social en ocasiones se puede caracterizar por la tristeza, la angustia, la depresión. Se hace apremiante encontrar motivaciones profundas, que generen en nuestra vida una auténtica alegría. Dios cuando llega o está en nosotros, siempre genera un gozo auténtico que puede transformar toda nuestra realidad como lo hizo con la Virgen María. Contemplar a María asunta al cielo, nos llena de esperanza, porque nos hace creer que todo el gozo experimentado con Dios no tiene fin, sino que va más allá de cualquier frontera espacio-temporal, porque se trata de un gozo eterno que sólo proporciona nuestro creador. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Palabra de Dios nos hace pensar en muchos hermanos nuestros que padecen una profunda tristeza en sus corazones por diversos motivos, dado que no encuentran una esperanza firme o no logran visionar un futuro lleno de paz y felicidad. Nuestra misión como creyentes debería ser la de llevar a Jesús a todos aquellos que se encuentran abatidos, para transmitirles una luz que guíe sus pasos en los momentos de oscuridad. Gestos como un saludo, la escucha atenta, una manifestación de cariño, pueden hacer que el prójimo recobre la esperanza que ha perdido. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos hoy la gran fiesta de la Asunción de María. El Señor ha hechos grandes maravillas, nos dirá ella. El Señor la ha glorificado y la ha convertido en luz de alegría y esperanza para nuestro caminar hacia Jesús. En este caminar estamos seguros que tenemos una madre y una intercesora que nos lleva a Cristo. Con estos sentimientos, dispongámonos a vivir la Eucaristía de modo, activo, pleno y consciente. Monición a la Liturgia de la Palabra María es primicia de los redimidos, imagen de la Iglesia. María, como la Iglesia salvada por Cristo, da a luz a su vez al mismo Cristo, que crece con la Iglesia hasta llegar a incorporar y recapitular el universo. La Asunción es una afirmación de esperanza. Creemos que también nosotros y el mundo caminamos a una transformación y glorificación que ya ha sucedido primero en María. Ella ha recibido el fruto de su fe. “Dichosa tú que has creído”. El Magníficat, su canto de fe en la acción de Dios transformadora, alumbra nuestra fe y nuestra esperanza. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos, hermanos, al Señor, que en el día de hoy ha querido ensalzar a la Virgen María por encima de los coros de los ángeles y de los santos, y pidámosle que escuche nuestra oración: R. Mira a la llena de gracia y escúchanos. 1. Para que los hijos de la Iglesia, unidos a la gloriosa y santa Virgen María, Madre de Dios, proclamen la grandeza del Señor y se alegren en Dios, su salvador, roguemos al Señor. 2. Para que la misericordia del Señor llegue a sus fieles de generación en generación, y todos los pueblos feliciten a aquella en la cual Dios ha hecho obras grandes, roguemos al Señor. 3. Para que el Señor, con las proezas de su brazo, enaltezca a los humildes, colme de bienes a los pobres y auxilie a Israel, como lo había prometido a los antiguos padres, roguemos al Señor. 4. Para que Cristo, el Rey que ha coronado a María como reina, cuando entregue la creación al Padre, nos conceda como a María, la posesión del reino preparado desde antes de la creación del mundo, roguemos al Señor. 5. Por nosotros y todos los que nos hemos reunido para celebrar la Asunción de la Virgen María al cielo y por nuestros familiares y amigos, para que guiados por ella lleguemos a tu reino, roguemos al Señor. Oración conclusiva Dios nuestro, que constituiste a la Madre de tu Hijo madre y Reina nuestra, escucha nuestra oración para que, ayudados por la intercesión de María, participemos un día de la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.