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deporte

Vie 5 Oct 2018

Un obispo de alto rendimiento en la Copa de la Fe

Carismático y convencido de que la evangelización se debe valer de todos los medios, el obispo de Socorro y San Gil, Monseñor Carlos Germán Mesa, hizo parte de la nómina del equipo diocesano de la Iglesia Particular que pastorea. Con el 10 en su camiseta, lideró y animó a sus sacerdotes durante la quinta versión de la Copa de la Fe, disputada en la frontera colombo-venezolana. “Es la primera vez que nuestro equipo participa, por supuesto nos tocó un esfuerzo más para conocer a cada uno de los equipos, especialmente, los del grupo Grupo E, y así entablar las tácticas y toda la disposición que hay que tener para vencer, porque en el deporte hay que ganar, es la filosofía del deporte dentro de todos los valores que humanamente se puede tener en cuenta. Se trata de un combate pacífico como lo llamaba Su Santidad San Juan Pablo II”, afirmó el obispo en el entretiempo de uno de los partidos disputados durante el torneo. Sobre el campeonato, el prelado destacó que “es nuestra misión la evangelización y hay que evangelizar a través de todos los medios, a través de la música, la cultura, a través del deporte y eso es lo que estamos haciendo aquí (…) Estamos maravillados de estar en Cúcuta con este calor que no es solamente físico sino también humano, lleno de fraternidad que no tiene fronteras como es el lema de esta Copa de la Fe”. Sobre el énfasis de solidaridad y fraternidad dado a la Copa de la Fe durante este año, Monseñor Meza destacó la experiencia de compartir fraterno vivida con los migrantes en el Puente Internacional Simón Bolívar y en la Casa de Paso Divina Providencia, donde los más de 600 sacerdotes participantes en el torneo celebraron la sagrada eucaristía y ayudaron, durante una jornada, a la entrega de alimentos a los venezolanos que diariamente transitan la frontera en búsqueda de sustento para sus familias ante la crisis generalizada que se vive en su país. “Ver entrando 30 mil personas diarias de Venezuela por Colombia para permanecer en ella o para seguir hacia Suramérica por las carreteras, con niños, familias, maletas, enfermos, es una desolación, un problema social muy grande que ha de asumirse también a nivel global, porque así, con pequeñas cosas se ayuda, pero es como un asistencialismo que a la hora de la verdad no llega a las causas de los problemas como este”, advirtió el obispo. Finalmente, recordó el llamado del Papa Francisco a acoger, integrar, y promover a los migrantes y “nosotros los tenemos aquí muy cerca: Venezuela”.

Mar 2 Oct 2018

En la frontera, sacerdotes brindan esperanza y fraternidad

Con kit en mano y dispuestos a brindar una palabra de cercanía y solidaridad, los sacerdotes provenientes de distintas regiones de Colombia, Venezuela, México y Ecuador, que participan de la V versión de la Copa de la Fe, llegaron a la zona fronteriza para su encuentro con la población que transita diariamente el sector y con los migrantes que han llegado a la capital nortesantandereana. Posteriormente, se sumaron a la obra de la Casa de Paso Divina Providencia, ayudando en la atención brindada a los migrantes, repartiendo desayunos y apoyando la elaboración de los almuerzos. Palabra, Obra y Fe se hicieron una durante la Sagrada Eucaristía presidida por Mons. Oscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta; Mons. Carlos Germán Meza, Obispo de Socorro y San Gil y Mons. Matías Roter, encargado de Asuntos Económicos en la Nunciatura Apostólica. Durante la celebración eucarística, Monseñor Oscar Urbina, en nombre de los obispos colombianos, manifestó a los migrantes y a quienes, “con mucho esfuerzo están asumiendo el compromiso cristiano de acoger a los caminantes desolados, que no están solos”. “La Iglesia católica en Colombia sufre con ustedes este momento de tanto dolor que vive el pueblo venezolano. Estamos comprometidos en brindarles una ayuda que los anime a seguir en la lucha diaria de reconstrucción del tejido social de su país” Retomando las palabras del Papa Francisco para la ‘Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado’ que conmemoramos el pasado mes de agosto: “Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (Mt 25, 35.43). A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia. Esta solicitud ha de concretarse en cada etapa de la experiencia migratoria: desde la salida y a lo largo del viaje, desde la llegada hasta el regreso”, animó a “construir una gestión común” que permita, desde el compromiso de la comunidad política y de la sociedad civil, obtener los resultados esperados.

Mié 7 Oct 2015

Curas harán una 'confesatón' en Bogotá

Las confesiones se harán entre las 12 y 2 de la tarde, y de 5 a 7 de la noche, en el centro de Gran Estación. Esta actividad pastoral se da en el marco de la Copa de la Fe. Durante el martes y el miércoles próximos, unos 420 sacerdotes, de 20 jurisdicciones del país, se reunirán en Bogotá para participar en la tercera Copa de la Fe, torneo de fútbol, y en una gran jornada de confesión. El coordinador, el padre Élver Rojas, dice que los sacerdotes vienen a practicar deporte, pero no olvidan que son ministros de la reconciliación y el perdón, por lo que ofrecerán el sacramento de la confesión. De las canchas, pasarán al centro comercial Gran Estación. "En los pasillos ayudarán a que el penitente reconozca su situación y levante la mirada para que vea que hay un Dios que lo ama y lo perdona". La Confesatón es antesala del Año de la Misericordia, declarado por el papa Francisco, que comenzará el 8 de diciembre. "Escogimos un sitio insospechado (un centro comercial), obedeciendo a lo que el Santo Padre nos ha dicho de salir, de llegar a donde la gente menos espera un signo de la presencia de Dios", explica el padre Élver. Las confesiones se harán entre las 12 y 2 de la tarde, y de 5 a 7 de la noche. La Copa de la Fe del año pasado reunió a 300 padres en Cali. "La gente debe ir tranquila, la confesión ha cambiado mucho. Nadie es quién para regañar al otro. Como dice el Santo Padre: "Quién soy yo para juzgar", subraya. Publicado en: Diario El Tiempo