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diócesis de tibú

Mar 15 Mar 2022

Diócesis de Cúcuta y Tibú rechazan actos violentos contra misiones humanitarias

Ante los hechos de violencia contra líderes sociales en los municipios de Sardinata y Bucarasica, las Diócesis de Cúcuta y Tibú, alzaron su voz de rechazo frente a cualquier acción que atente contra la vida y la dignidad de cualquier persona. “nos duelen los hechos violentos que se presentaron en los últimos días en los municipios de Sardinata, Bucarasica y Tibú, donde tiene incidencia el proyecto: PARTICICIPACIÓN Y AUTODETERMINACIÓN POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA PARA LA TRASFORMACIÓN POLÍTICA PACÍFICA DE CONFLICTOS EN EL CATATUMBO, COLOMBIA-FASE III “PARTICIPAZ” (…) que trajeron como consecuencia la muerte del líder social Arquímedes Rivera Remolina, dejando también herido al líder social Jesús Emel Ochoa, ofrecemos a sus familias nuestra oración, condolencia y solidaridad”. En un comunicado, hacen ver como los grupos armados al margen de la ley siguen atemorizando a las comunidades en las zonas del Norte de Santander, causando dolor en las familias que se ven afectadas por los constantes atentandos, secuestros, desplazamientos, paros armados, entre otros. Hacen un llamado a todos los actores para que se busquen caminos de diálogo y se preste la atención necesaria a esta problemática. “Las Iglesias particulares de Cúcuta y Tibú invitan a los actores armados al respeto a la vida, los Derechos Humanos, al Derecho Internacional Humanitario; y a través del diálogo y el consenso, encontrar los caminos para la convivencia, el perdón, la reconciliación y la paz. De igual manera, hacemos un llamado a las autoridades competentes al esclarecimiento de estos hechos de violencia y a proporcionar la seguridad y confianza suficientes, para que las misiones humanitrias no sean víctimas de atentandos”

Mar 10 Dic 2019

Cierra segunda fase del proyecto Participaz

Con evento de cierre en Tibú finaliza la segunda fase del proyecto Participaz La Tierra del Rrueno, como es conocida la región del Catatumbo, es un territorio de hermosos paisajes ubicada en el departamento de Norte de Santander y que agrupa a 11 de sus municipios. Un territorio que infortunadamente no solo se caracteriza por sus zonas montañosas y planas, sus fuentes hídricas, su fuerte potencial agropecuario o sus parques naturales, sino también por ser una de las regiones más golpeadas por el conflicto armado colombiano. El no poder ejercer una ciudadanía plena, la imposibilidad de participar e incidir en espacios políticos y económicos que definen el modelo de desarrollo de la región, la estigmatización de la población, el aumento de la militarización de actores armados ilegales, cultivos ilícitos y demás, son algunas de las causas estructurales y coyunturales que enmarcan la conflictividad en el Catatumbo según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD. Es por ello que el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana con las Diócesis de Tibú y Cúcuta, iniciaron en 2014 la implementación del proyecto Participaz -Participación y autodeterminación política, económica y cultural; y la transformación pacífica de conflictos en el Catatumbo colombiano-, financiado por Cáritas Alemana y la Cooperación Alemana. El objetivo de este es afianzar las capacidades de participación de los habitantes de los municipios de El Tarra, Tibú, Sardinata y Bucarasica (Norte de Santander) y desarrollar acciones que incidan en la construcción de una paz participativa y sostenible en estos lugares afectados por el conflicto armado. Para poder intervenir en estas comunidades se plantearon tres líneas de trabajo: promover la participación e incidencia para el logro del futuro deseado plasmado en sus planes comunitarios, fortalecer las capacidades para la transformación de conflictos comunitarios para la reconciliación y convivencia, y consolidar estrategias productivas que generen ingresos sostenibles para las familias campesinas. La primera fase de este proyecto finalizó en 2016, en la cual su principal resultado fue la elaboración de planes de vida comunitarios que integran sus visiones de futuro deseado. Estos planes de vida fueron un insumo fundamental para que las comunidades participaran activamente en la formulación del PDET Catatumbo –Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial-. Esto dio paso a la segunda fase de Participaz que inició en 2017 y finaliza este 2019. “Son alrededor de 600 personas que hicieron parte de esta fase, fueron beneficiarias directas que se han formado en temas de incidencia, transformación de conflictos y que hacen parte de varias iniciativas productivas”, aseguró Iván Camilo Vargas Castro, especialista del proyecto. A lo largo de estos tres años el proyecto le brindó a la población varios talleres, capacitaciones e insumos que les permitieron potencializar sus habilidades y capacidades tanto personales como regionales. Por ejemplo, talleres sobre participación, incidencia y control social en los que se buscó dinamizar la reflexión para la toma de decisiones colectivas en búsqueda de la transformación del territorio y el diseño de apuestas compartidas por las comunidades que lo habitan. Asimismo, se realizaron varios encuentros productivos y agroecológicos que tuvieron como objetivo afianzar los saberes de las organizaciones productivas acompañadas por el proyecto y sus estrategias de incidencia para la generación de rutas de acción que transformen la economía de la región. También se desarrollaron varias iniciativas de paz creativas y auto-gestionadas que buscan transformar conflictividades estructurales presentes en las comunidades. De igual forma, se les brindó formación en mediación comunitaria con el objetivo de que tengan capacidades de gestión al momento de solucionar conflictos interpersonales o relacionales. Actualmente, siete de estas personas están en proceso de formación como Conciliadores en Equidad, programa desarrollado por el Ministerio de Justicia. Por otro lado, también es importante resaltar que iniciando el mes de noviembre se llevó a cabo en el municipio de Sardinata el primer Encuentro Comercial Cacaotero del Catatumbo, cuyo fin fue fortalecer el reconocimiento del cultivo de cacao, sus derivados y a su vez apoyar a los productores para que articulen con la institucionalidad privada y pública la mejora de la cadena productiva del cacao, haciendo énfasis en la comercialización. Para Luz Mery López, coordinadora local del proyecto en la Diócesis de Tibú, “esto ha ayudado a que las comunidades tengan mayor participación en escenarios donde usualmente no hacían presencia, a que tengan un mayor acercamiento a la institucionalidad, a que piensen claramente la planeación de su comunidad y territorio y también a que se potencialicen como líderes”. Termina la segunda fase Como parte de los resultados que deja el proyecto se encuentra un plan de incidencia regional que les permitirá a las comunidades seguir avanzando sin la ruta de trabajo sostenible a largo plazo, allí se han priorizado tres líneas de incidencia relacionadas con el tema ambiental, infraestructura estratégica y conectividad y con ruta de incidencia productiva y de articulación. “Algo muy bueno de este proyecto es que vinculó a la población joven, eso es muy importante porque nosotros somos los que debemos seguir con lo que hagan los mayores, por es muy bueno que el proyecto nos haya capacitado también para ser mediadores de conflictos dentro de nuestras comunidades”, comentó Luis Antonio Espinel Pérez del corregimiento Las Mercedes (Sardinata, Norte de Santander). Durante los días 2 y 3 de diciembre se llevó a cabo en el municipio de Tibú el cierre de esta segunda fase del proyecto Participaz, el cual contó con la participación de representantes de varias instituciones como la Comisión de la Verdad, la Agencia de Renovación del Territorio, Naciones Unidas, la MAPP OEA, Instituto Colombiano Agropecuario - ICA, Universidad Francisco de Paula Santander y Universidad Minuto de Dios, entre otras. El evento buscó visibilizar los aportes que se han hecho desde el proyecto para promover la construcción de paz en los territorios donde se ha implementado. El primer día se realizó la presentación de contextualización del proyecto y una plenaria de evaluación en la que se realizaron grupos focales que permitieran conocer la percepción de los beneficiarios sobre el desarrollo del mismo. Para el segundo día se llevaron a cabo varios paneles relacionados con los temas de construcción de paz territorial y economías locales. Con esta actividad se pudo tener un panorama general de los resultados del proyecto y cuáles fueron los impactos positivos y aspectos a mejorar para próximas intervenciones. “Nosotros le agradecemos a Pastoral Social por habernos ayudado y haberse comprometido con nosotros, de verdad que con los talleres y capacitaciones nos han ayudado mucho, a organizarnos y estar unidos”, puntualizó Juan José Luna Ovalles, vicepresidente de la Asociación de Juntas del corregimiento Luis Vero (Sardinata, Norte de Santander). Tomado de: Of. de comunicaciones Secretariado Nacional de Pastoral Social - Caritas Colombia

Jue 9 Mayo 2019

Arranca el ‘Tren de la vida’ por los jóvenes en Colombia

‘Tren de la vida’ es una apuesta que los jóvenes del Catatumbo, una subregión colombiana ubicada en el departamento Norte de Santander, han iniciado para la construcción de la paz estable y duradera, a través de esta Jurisdicción, de la mano de su obispo, Omar Alberto Sánchez Cubillos, en el marco del programa Fortaleciendo a la Sociedad Civil para la Gobernanza (Fortalesciendo) y con el apoyo de Cáritas colombiana. Así es como este 9 de mayo de 2019, desde las 9.30 de la mañana hasta las 2.00 de la tarde, el seminario menor San Luis Beltrán, en la ciudad de Tibú, jóvenes de 17 parroquias presentarán sus propuestas de incidencia que promuevan la cultura de paz en un foro público. Paz en 4 vagones Esta actividad, según han informado sus organizadores, representa la primera estación del tren, con la cual quieren sostener un importante intercambio con gobernantes, candidatos, organismos del Estado, párrocos, medios de comunicación, agencias de cooperación, líderes de opinión. La metodología se desarrollará en 4 paneles de conversación (cuidado del ambiente, emprendimiento, arte, construcción de paz, cultura y deporte), que servirán de ‘vagones’ para mover ese Tren de la Vida. Todo este esfuerzo “ha sido el fruto de un intenso proceso de diálogo y gestión participativa”, donde los jóvenes son los principales protagonistas. Además durante el evento serán presentadas expresiones culturales y, además, buscarán acuerdos de colaboración a sus iniciativas. Pobreza y exclusión Es preciso recordar que El Catatumbo es uno de los territorios más golpeados por la violencia por parte de grupos armados, especialmente por las disidencias de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), ELN (Ejército de Liberación Nacional), EPL (Ejército Popular de Liberación), paramilitares y narcotraficantes. Si bien es una zona rica en recursos naturales, también ha estado sometida bajo el olvido gubernamental por más de 50 años. Lamentablemente los jóvenes se han convertido en el objetivo de estos grupos al margen de la ley para el reclutamiento forzado, incluso muchos de estos muchachos se ven obligados a entrar en la guerra por las condiciones mismas de pobreza y exclusión que sufren. Reto evangelizador Al respecto, Omar Alberto Sánchez, obispo de Tibú, ha aseverado, en declaraciones al programa Fuente Directa, que “los jóvenes del Catatumbo y de la diócesis son un reto en general para el Estado, para el gobierno local, para las familias y para la diócesis misma, tal vez de los más grandes retos que tenemos en nuestra tarea evangelizadora”. “Están los jóvenes bordeando una región marcada por la cultura de la muerte, con el drama de la guerra y el conflicto armado interno que tenemos, como también de la cultura de la coca, de lo ilícito que van abriendo unas brechas muy grandes hacia la lógica de lo ilegal y la muerte, que los va poniendo en alto riesgo”, acotó. Fuente: Portal digital Vida Nueva