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diócesis santa rosa de osos

Lun 25 Abr 2022

¿Resucitamos con Cristo? Cinco signos de vitalidad cristiana

Por: Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero - Me llegó un mensaje en la primera semana de pascua que decía algo como esto: “Si has resucitado con el Señor, deben permanecer en tu vida los signos de la vida del Resucitado; que no se te acabe la alegría de seguirlo y de testimoniarlo”. Recordé entonces que el Apóstol Pablo, no pocas veces en sus cartas, quiso exhortar a sus comunidades de la misma manera, esto es, invitándolas a enseñar los signos vitales que dan prueba de haber resucitado con Cristo. ¿Cuáles son esos signos vitales? Les propongo cinco que aparecen en los textos bíblicos: Buscar las cosas de allá arriba (cf. Col 3,1-2): Lo pide San Pablo a la comunidad de Colosas. Se trata de una invitación a la esperanza de eternidad, pero es también una consigna que lleva a los cristianos a dejarse guiar en toda su vida por los criterios del Evangelio. El Apóstol contrapone esta actitud con la aspiración de lo terreno, de la cual dice que hay que darle muerte, o con el “hombre viejo”, del que hay que despojarse para revestirse del “hombre nuevo”. Son signos de muerte la mentira, el odio, la inmoralidad, la idolatría de la codicia, la cólera, la ira, la maldad. En cambio, son signo de vitalidad cristiana la misericordia, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia, el perdón y, sobre todo, el amor, al que se llama “el broche de la perfección”. No tener miedo (cf. Mt 28,5.10): Es una insistencia del Resucitado cada vez que se muestra a los discípulos; también les pide que no se desesperen o que no alberguen dudas en su interior. Así, el Señor nos invita a la confianza, a la audacia y a la certeza de su presencia. Estos son signos, por tanto, de vitalidad cristiana. Los proyectamos ante todo en una acción pastoral más valiente y convencida; una evangelización que no tenga dudas de que la resurrección de Cristo es la gran noticia de la historia que no se puede callar. Acoger la paz y transmitirla (cf. Lc 24,36): Cristo entrega la paz; es como su saludo característico. No se trata de una frase protocolaria; es una realidad que se actúa en el encuentro con el Resucitado y que viene sólo de él. Él es la paz, con su misterio pascual hemos alcanzado este don precioso. Acoger y ser artesanos de paz es un signo inconfundible de vitalidad cristiana. No podemos olvidar que es la paz de Cristo, que no es la misma que nos da el mundo. Comprender las escrituras (cf. Jn 20,9; Lc 24,25-27): Los relatos bíblicos pascuales, especialmente en Lucas y Juan, se refieren a esta comprensión de las escrituras como un camino para reconocer al resucitado. Es signo de vitalidad cristiana meditar y nutrirse de la Palabra que es el sustento y vigor de la tarea evangelizadora en la Iglesia. Reconocer a Cristo en el partir del pan y saber repartir el pan (cf. Lc 24,35-43): Bien conocemos que los discípulos reconocen a Cristo cuando él parte el pan. Sorprende, además, que Jesús resucitado en sus apariciones pida algo de comer o invite a comer a sus discípulos. La alusión es claramente eucarística, especialmente en cuanto ella es comunión, unidad y fraternidd. Tenemos signos vitales del resucitado en nosotros cuando la Eucaristía que se convierte cada vez más en el alimento que nos fortalece espiritualmente y cuando esta vivencia se traduce en caridad efectiva con nuestros hermanos, particularmente con los más pobres y necesitados. Revisemos, pues, estos signos en nuestra existencia y práctica cristiana; ellos nos dirán si verdaderamente hemos resucitado con Cristo. + Elkin Fernando Álvarez Botero Obispo de Santa Rosa de Osos

Lun 26 Jul 2021

Iglesia en Antioquia preocupada por emergencia humanitaria en Ituango

Frente a la emergencia humanitaria que sufre hoy la población de Ituango, que deja más de 2.100 personas desplazadas a causa del desastre natural ocurrido el pasado jueves 22 de julio y del desplazamiento forzado por las amenazas de grupos ilegales, la Diócesis de Santa Rosa de Osos, en un comunicado expresa su cercanía y solidaridad a los habitantes de los corregimientos y veredas de este municipio. “Sentimos como propios el dolor y la incertidumbre que el pueblo Ituangüino afronta en este momento, pues, como dice el Apóstol, en el cuerpo eclesial, “si sufre un miembro, todos sufren con él” (1Cor 12,26)”. En el mensaje firmado entre otros, por el obispo de esta Jurisdicción, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, se informa del acompañamiento que desde la Pastoral Social de la diócesis se viene adelantando con un equipo de profesionales, quienes están apoyando y garantizando la atención de la población afectada. A la vez, acuden a la caridad de todos para que de forma inmediata se brinden ayudas a aquellos que lo han perdido todo o han sido obligados a dejar sus viviendas. Llamado a los grupos armados ilegales La situación humanitaria en Ituango, también se acrecienta por el desplazamiento de los campesinos hacia el casco urbano del municipio, que llegan huyendo por causa de las amenazas por parte de los grupos armados. A este respecto, la diócesis hace un llamado a los grupos armados para que abandonen los territorios, cesen las amenazas y la violación de los derechos humanos contra la población. “Este atentado, que se suma al sufrimiento por la tragedia natural, es un acto de inhumana crueldad, que hiere gravemente la dignidad y los derechos de los más pobres y vulnerables”, aseguran. A las autoridades priorizar las ayuda Piden de las autoridades locales y departamentales, seguir priorizando las ayudas de esta emergencia; poner en marcha acciones que de manera segura garanticen el retorno de las comunidades a sus territorios; y trabajar en la recuperación de la vía que lleva a la cabecera municipal de Ituango. Poner la mirada en la zona norte antioqueña Ante la situación de temor por parte de algunas familias, de regresar a sus veredas por miedo a quedarse en medio del fuego, la Iglesia hace una invitación a las instituciones competentes del Gobierno Nacional y a las Organizaciones Internacionales, para que presten mayor atención a estos territorios “que reclama urgentemente programas y acciones, no sólo para terminar con la emergencia, sino, y sobre todo, para lograr la reconciliación y la paz”. Colecta de ayuda humanitaria Finalmente, la Diócesis de Santa Rosa de Osos, invita para que el próximo 1 de agosto, las comunidades parroquiales, las instituciones diocesanas y las personas de buen corazón, se unan a una jornada de colecta, donde se recaudará dinero o elementos en especie que sirvan para solventar las ayudas de primera necesidad que requieren las familias afectadas. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]