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doctrina y ecumenismo

Vie 19 Mar 2021

El Papa Francisco en Irak

Por: P. Jorge Enrique Bustamante Mora - La frase de Jesús a sus discípulos: “Todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8) ha vuelto a resonar con fuerza en el viaje apostólico del Papa Francisco a Irak, vivido del 5 al 8 de marzo. Allí resonaron con intensidad, entre otros, grandes temas: La fraternidad humana, el testimonio cristiano y la cercanía a una Iglesia mártir. El Papa fue a Irak, pero su voz, enseñanza y testimonio lo son para el mundo entero. La primera gran mirada, indudablemente, se centra en el hecho mismo de un viaje testimonial y esperanzador en medio de la pandemia del covid-19; han pasado 15 meses de su último viaje (19 – 26 de noviembre de 2019) a Japón. El mundo ha vivido el parón nunca esperado. Ahora el Papa con las medidas propias de bioseguridad ha emprendido de nuevo el camino de los viajes apostólicos para seguir acercando el amor de Dios a las gentes. El virus no ha parado ni parará la evangelización; ciertamente han cambiado algunas cosas, pero se recurre a la creatividad para seguir en esta marcha incontenible. Este es un testimonio de esperanza, el mundo debe ver en la responsabilidad del Papa y su gesto de cercanía una imagen a no dejarnos derrotar por el “terror” o “miedo” de las incertidumbres humanas, hay que afrontarlas con responsabilidad y seguir el camino de la vida con la esperanza puesta en el Dios de la vida. Una segunda lectura, incontestable, es el lugar que visitó y desde el cual nos habló. Para muchos en nuestro contexto colombiano o latinoamericano, escuchar Irak, tiene varias resonancias: un lugar lejano, desconocido o únicamente conocido por las violentas noticias de guerra y destrucción que con frecuencia llegan; un mundo que para muchos suena a “enemigos de la fe”. La visita del Pontífice ha colocado en los ojos del mundo esta tierra con todas sus problemáticas; ha evidenciado con su presencia que el testimonio de fe y cercanía es más valioso que el miedo y los prejuicios. Él Vicario de Cristo se hizo presente, como él mismo lo precisa: “Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tanta destrucción y crueldad. Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo, Príncipe de la Paz” (Discurso a las autoridades y cuerpo diplomático). No fue una insensatez su decisión de ir a una tierra que centímetro a centímetro ha sido regada por la sangre de inocentes; es la coherencia de sus exhortaciones: una Iglesia en salida, la cultura del encuentro, de la cercanía y del amor misericordioso. Una tercera ojeada que quisiera subrayar es la categoría de “un viaje histórico”. Por primera vez un sucesor de Pedro pisa la tierra de nuestro padre en la fe, Abraham; con quien tienen que ver las grandes religiones monoteístas del mundo – el islam y el judaísmo –, además el cristianismo. Fue un momento de profunda espiritualidad, como dijo el Papa: “nos parece que volvemos a casa”, fue allí donde nuestro padre Abraham inició una aventura del todo particular en relación amorosa con Dios, “Él escuchó aquí la llamada de Dios, desde aquí partió para un viaje que iba a cambiar la historia”, precisó el Papa Francisco. En este ambiente de misterio frente a los líderes de las diversas confesiones de fe presentes en Irak, especialmente las monoteístas, el Papa subrayó que hoy, nosotros, judíos, cristianos y musulmanes, somos el fruto de esa llamada y de ese viaje. Exhortó a no separarnos nunca como hermanos y hacer que “la verdadera religiosidad – sea – adorar a Dios y amar al hermano”, pues “quien cree en Dios, no tiene enemigos que combatir, solo tiene un enemigo que afrontar: la enemistad”. Finalmente, una mirada sobre los encuentros vividos del Papa en este viaje. De remarcar la Iglesia cristiana católica que lo recibió, junto con la comunidad de Irak, con alegría y Esperanza; una Iglesia mártir que se ha puesto en pie para continuar su vida. Fue hermoso ver el testimonio, no solo del Papa allí en esa tierra, sino de los niños, los jóvenes y la comunidad en general que con fe y esperanza se han puesto sobre el surco de construir y mirar el futuro con confianza en Dios que los acompaña en medio de tantos dolores. No puedo dejar de mencionar el trascendental, silencioso y austero encuentro entre el Papa Francisco y el Ayatola Al Sistani, líder la comunidad musulmana chiita; un momento sin el ruido de lo mediático, más bien mediado en la plena confianza del uno en el otro. Un encuentro que despierta grandes esperanzas para una convivencia pacífica en esa región entre las distintas concepciones religiosas, donde los católicos hemos puesto parte de la sangre derramada y que llegamos a ser a duras penas cerca del 1% de la población. Creo que este viaje fue un viaje de amor, de amor a Cristo para darlo a conocer; de amor a la comunidad católica mártir que sufre para acompañarla y sostenerla; un viaje de amor por cada ser humano en Irak, sin importar su concepción de fe, para juntos mirar hacia el futuro con esperanza. Un viaje de amor que se hace testimonio para el mundo, existen razones dolorosas para comprometernos impostergablemente en la construcción de la fraternidad humana. Fue y es un viaje como el de Abraham, una respuesta al llamado de Dios, un viaje que como el del padre en la fe cambiará la historia. Un viaje en el que el Papa le ha gritado al mundo lo que dijo en Ur de Caldea, la patria de Abraham: “Nos toca a nosotros recordarle al mundo que la vida humana vale por lo que es y no por lo que tiene”. P. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) Conferencia Episcopal de Colombia

Vie 7 Jun 2019

Iglesia anima discernimiento sobre Libertad Religiosa

Al concluir el Encuentro Nacional de Libertad Religiosa y su Incidencia en Colombia, el obispo de Armenia y miembro de la Comisión Episcopal de Promoción de la Unidad y del Diálogo, monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, afirmó que la Iglesia Católica siempre ha sido abanderada en promover y liderar la libertad religiosa, pero es el Gobierno quien está en la obligación de proteger y custodiar esta libertad con implementación de unas políticas públicas claras. “La Iglesia Católica siempre ha estado abierta a participar y facilitar esos caminos de diálogo y concertación. Hoy en día en Colombia es indispensable trabajar una política pública para la Iglesia Católica, donde no se están buscando privilegios para ella, sino un camino de concertación en el que se le reconozca su tradición y que la mayoría de colombianos pertenecen a esta Iglesia Católica, Apostólica y Romana”, aseguró. El prelado dijo, además, que la libertad religiosa para la Iglesia Católica es importante, pero afianzando siempre su identidad y comunión con el Papa, una Iglesia abierta al diálogo con el mundo y la cultura. Ante la diversidad de las denominaciones religiosas, el jerarca afirmó que se debe trabajar de la mano con ellos en un ambiente de respeto y tolerancia, “pero sabiendo dónde están los límites de ese diálogo y los límites para entrar a debatir o concertar sobre diversos temas que son de interés público (…) Hay temas en que nos podemos unir y temas religiosos donde podemos reflexionar y profundizar cada vez más sobre la dimensión de participación de las diversas Iglesias”. Por su parte, el padre Jorge Bustamante Mora, director Departamento de Promoción y Unidad del Diálogo, advirtió que el tema de la libertad religiosa ha ido adquiriendo un tinte político, hecho que amerita una reflexión al respecto. “Debemos hacer una reflexión seria para ver cómo ayudar a esta realidad, puesto que la libertad religiosa se ha politizado, ha ido adquiriendo un color político que es necesario depurar para que sea auténtico derecho de libertad religiosa”, afirmó. Asimismo, el padre Leonardo Gutiérrez, Pro-vicario general de la Arquidiócesis de Bucaramanga y participante en el encuentro, afirmó que este espacio ha sido importante como proceso de formación y actualización. “La libertad religiosa toca la identidad profunda de la Iglesia, por eso estamos formándonos y aprendiendo para poder llegar a nuestras regiones a socializar lo visto. Ayudar a nuestras comunidades a entender lo que es la libertad religiosa para respetar las demás denominaciones, pero también para hacernos respetar, valorando nuestra identidad y dando una voz en la que también nosotros necesitamos ser respetados como católicos”. La conclusión de cierre de este encuentro estuvo marcada por la decisión de trabajar en la implementación de una estructura a nivel nacional, donde se conformen comisiones diocesanas que permitan dar continuidad y seguimiento a la temática de la libertad religiosa en Colombia.