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elecciones presidenciales

Mié 1 Jun 2022

Mons. Rueda propone ejercicio de discernimiento antes de la segunda vuelta electoral

Con tres verbos: ver, juzgar y actuar, el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis José Rueda Aparicio, ofrece un ejercicio, a la luz de la fe, que permitirá discernir el momento que vive Colombia en materia de elecciones presidenciales para esta segunda vuelta. Acompañado de textos bíblicos, el prelado plantea varias preguntas que permitirán al ciudadano analizar y sugerir respuestas propias sobre el aporte que puede dar en la construcción de una sociedad más justa y reconciliada. Además, el ejercicio anima a leer y analizar el texto del Evangelio de Mateo 20, 25-28 y el numeral 186 de Encíclica Fratelli tutti. A partir de estos textos plantea dos grandes interrogantes: ¿Qué nos dice el texto del Evangelio y la Encíclica Fratelli tutti sobre nuestra realidad política? ¿Qué esperanzas tengo frente a las propuestas de los candidatos? [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon]

Mar 31 Mayo 2022

Iglesia da recomendaciones para segunda vuelta de los comicios

De cara a la segunda vuelta presidencial, el próximo 19 de junio, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las relaciones Iglesia-Estado, ofreció tres recomendaciones para que se elija de manera consciente al nuevo mandatario de Colombia. Fortalecimiento de la democracia. A este respecto dijo que debe darse una participación consciente, activa e incluyente, donde se exprese realmente los valores de la civilidad y la ciudadanía. Empoderamiento de los programas de gobierno. Observó que es importante pensando en clave del bien común, estudiar y analizar cuidadosamente las propuestas que plantean los candidatos en sus programas de gobierno. Excluir todo lenguaje de odio o violencia. Instó para que el lenguaje que se utilice a todo nivel no sea de odio, discriminación, estigmatización o violencia, esto, dijo el directivo, “es contrario al fortalecimiento de la democracia y le hace un daño de largo plazo a nuestra nación”. Así también, en su video mensaje, celebró que la primera vuelta se haya realizado de manera pacífica y con una participación masiva. “Vivimos una jornada hecha en paz, una jornada con una participación masiva de mujeres jóvenes, de todos los sectores sociales, que colocaron toda su confianza en las distintas propuestas que están al servicio del país”.

Dom 29 Mayo 2022

¡Bienvenida Democracia!

Por: Mons. Carlos Arturo Quintero Gómez - Hoy es el día de la democracia, de las decisiones. Los colombianos podemos ir a las urnas a expresar nuestra opinión, votando en conciencia, sin imposiciones ni presiones, pensando en el bien común. Bienvenida democracia, la voz del pueblo se oirá en todos los confines de Colombia como una plegaria de reconciliación; será como un poema a la libertad, una canción a la verdad, una obra de arte para dirigir los pueblos, una melodía de paz, una sinfonía a la justicia, una conquista de la fraternidad. Bienvenida democracia, te queremos sin ropajes de colores, vestida del color de la bondad, ceñida con el cinturón de la caridad, revestida con la túnica de la esperanza, cubierta con el velo de la honestidad. Bienvenida democracia, para muchos una utopía, para otros, falsedad, para los ciudadanos convencidos, el camino a la libertad, la justicia y la paz. Te queremos democracia, sin maquillaje, sin doblez, sin demagogia, sin pesimismo, sin vanaglorias humanas, sin esclavitudes ni discriminaciones, sin exclusiones ni arrogancia. Bienvenida democracia, te aceptamos con las cicatrices que recuerdan las diferencias, las heridas del pasado, la violencia, la pobreza y la desigualdad; bienvenida democracia con la pulcritud que te debe caracterizar, con la transparencia que te ha de embellecer; no dejaremos que se empañe tu esbeltez con las impurezas de la corrupción, la presión de los politiqueros y la desfachatez de los embaucadores. Bienvenida democracia, en la que la libertad de los seres humanos se manifiesta en el respeto por la vida, la tolerancia como aceptación de las diferencias, el entusiasmo por la inversión en la justicia social, la valentía para combatir la delincuencia, el dinamismo para generar bienestar, la creatividad para solucionar los conflictos y las divisiones sociales, la inspiración para garantizar los derechos de los ciudadanos, la confianza para generar consensos y procesos de convivencia pacífica, la perseverancia para luchar contra los grupos al margen de la ley y aquellos que intentan imponer su yugo, la capacidad para promover y aceptar la ley. Bienvenida democracia, con el ímpetu de ser la señora de la casa, que ordena las cosas, que dispone las normas y leyes al servicio de los ciudadanos, que ondea la bandera de las libertades, que se preocupa por la educación y el bienestar, que forma en los valores, que promueve la ciencia, el arte, el deporte, el civismo, la cultura y la academia. La señora de la casa que no le teme al disenso, que busca consensos y que se abre al debate, que armoniza relaciones y no teme al compromiso. La señora de la casa que incentiva el cumplimiento de los deberes y privilegia el respeto de los derechos, que estimula la calidad de vida y simpatiza con la verdad, que se niega a anquilosarse o a dejarse mancillar por la esclavitud y la opresión. Bienvenida democracia, señora de la casa, que escucha la voz del pueblo, que anima a hombres y mujeres a formarse en la sana política con la posibilidad de elegir y ser elegidos, que se quiebra ante la politiquería y se debilita ante la terquedad de quienes la sienten y la ven obsoleta, en desuso o envejecida. Usted es la señora de la casa, bien vestida y arreglada con las joyas de la corona de la paz. Muchos soñamos con un país armonioso, que sea habitable, en el que todos nos sintamos sujetos de derechos y deberes y, ese país, que llamamos ‘Colombia’, necesita de ti, de mí, de todos, para que, en medio del dolor y la alegría, la violencia y la indulgencia, la pobreza y la bonanza, la guerra y la paz, el odio y la indulgencia, el bien germine ya, la luz sea invencible y salgamos victoriosos construyendo una hermandad. En esta Colombia que grita exultante de alegría, la fe es nuestro sello y Dios nuestro Baluarte, que nos llama a apreciar la belleza de la vida misma y a cuidar juntos nuestra casa común. Bienvenida democracia. + Carlos Arturo Quintero Gómez Obispo de Armenia

Jue 26 Mayo 2022

Obispos invitan a participar en los comicios electorales pensando en la paz y el bien común del país

A tres días de las elecciones presidenciales, monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, renovó la invitación a los colombianos para discernir a conciencia entre las "opciones reales" que se tienen para poner un presidente en la dirección del país. Exhortó a ejercer el derecho al voto de manera pacífica, acudiendo a las urnas con la convicción de que el pueblo colombiano tiene grandes potencialidades para generar el cambio que favorezca el bien común. “Este es un momento muy importante de Colombia y necesitamos que todos participemos. Es verdad que tenemos dificultades y justamente por eso debemos participar, pero también tenemos grandes potencialidades, concurramos a las urnas”, afirmó el prelado. Finalmente, observó que esta patria necesita “renovarse en sus opciones y proyectar el país que queremos”, donde los temas de paz y desarrollo integral sean prioridad. Lea también el COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA SOBRE LAS ELECCIONES PRSIDENCIALES Descargar comunicado

Vie 20 Mayo 2022

Obispos: “La participación en la vida política es una obligación moral”

El mensaje que envían los obispos al pueblo colombiano a pocos días de las elecciones presidenciales, es una exhortación a participar “activa y conscientemente” de estos comicios. Los prelados señalan que ante las distintas opciones que se ofrecen para ejercer el derecho al voto, es importante aplicar tres verbos: distinguir, ponderar y valorar, esto, agregan “es lo que llamamos el arte de la búsqueda democrática del bien común”. “Hoy más que nunca necesitamos de esta capacidad para reflexionar sobre la realidad en la cual vivimos y reconocer las causas profundas de nuestros males sociales, sin dejar de mirar las grandes potencialidades que tenemos para progresar unidos”. A través de un comunicado invitan a los colombianos a cuestionarse sobre ¿En qué Colombia queremos vivir mañana?. Responder este interrogante observan los obispos, permitirá motivar y dar la posibilidad de “engendrar ideales para el bien de todos”. “Al participar, superamos el pesimismo y el miedo que nos llevan a desconfiar permanentemente unos de otros. El sueño compartido de un país mejor para todos nos permite recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, si logramos entregar su dirección a las personas que consideramos más dispuestas a servir al bien común”. En este contexto, invitan a participar de esta jornada electoral recodando que, “a pesar de nuestras circunstancias, el voto es la herramienta sin violencia más poderosa que tiene una sociedad democrática para determinar su futuro; cuando votamos, hacemos que nuestras voces sean escuchadas”. La misiva fue firmada por los obispos Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia - CEC; Ómar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC, y Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. El comunicado finaliza con una cita contenida en el Evangelii Gaudium, exhortación apostólica del papa Francisco: “Recordemos que el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Sáb 9 Jun 2018

Votar es participar

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Nos encontramos en Colombia en una coyuntura de enorme responsabilidad ciudadana como es la elección del nuevo Presidente por cuanto, de su gestión igualmente responsable, dependerá en gran medida el bienestar y convivencia justa de todos los ciudadanos, atendiendo al bien común. Es una decisión que, como ocurre en los sistemas democráticos, va a depender de la suma de votos por mayorías en favor de alguno de los candidatos. Cada voto debe expresar una voluntad consciente y libre, en tanto bien informada y moralmente dirigida con la intención de buscar el mayor bien. Cada voto suma. Cada abstención resta. La indiferencia o el pretexto de no encontrar la persona perfecta, impiden ciertamente al conjunto de la comunidad, encontrar el mejor camino, su destino. Ciertamente a la hora de elegir, debemos ser conscientes de que una sola persona, por fuerte que sea su liderazgo, no basta para conducir y organizar toda la variada y compleja red de aspectos que entrañan el gobierno de una nación: dirigida por el gobernante, ha de ser un trabajo de equipo, participativo, coherente con el programa de gobierno ofrecido y respaldado por la mayoría de los ciudadanos; respetuoso de quienes pensando distinto, deben sin embargo, ser servidos en condiciones de igualdad de acuerdo con sus legítimos derechos, quienes a su vez, por encima de intereses personales, han de favorecer lo que toca el bien común de todos. De modo que no hay candidato perfecto. La participación en cuanto voluntad de ayudar a decidir y comprometerse con lo decidido, se convierte en un imperativo moral y forma parte, según el pensamiento social de la Iglesia, del principio de subsidiariedad que propende por no quitar o impedir a las personas por una parte, o a las comunidades menores, por otra, lo que les corresponde legítimamente como fruto de sus esfuerzos y capacidades, destinadas a aportarlas al servicio de los demás. De este modo la participación - y el voto es una manera de hacerlo - responden sin duda a evidenciar también la dignidad de las personas y su valor concreto para la sociedad. En relación con el tema podemos citar una reflexión del papa San Juan XXIII, en su Carta encíclica Pacem in Terris: La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia (Cfr. AAS 55(1963)278. Cierto es que se necesita interponerse y superar obstáculos culturales, jurídicos y sociales que se presentan a veces como barreras a la participación solidaria de los ciudadanos. Correspondería a este cuidado las posturas que llevan al ciudadano a formas de participación insuficientes o incorrectas y al, a veces difundido desinterés por lo que se refiere a la participación social y política. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia aduce por ejemplo el caso “en los intentos de los ciudadanos de ‘contratar’ con las instituciones las condiciones más ventajosas para sí mismos, casi como si éstas estuviesen al servicio de las necesidades egoístas; y en la práxis de limitarse a la expresión de la opción electoral, llegando aún en muchos casos, a abstenerse” (Cfr. # 191). Lo cual quiere decir que el voto no debe ser de “maquinaria” ni “negociable”, sino libre y a conciencia. Fraternalmente. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga