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matrimonios

Lun 29 Ago 2022

Iglesia colombiana presenta cartilla: "Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial"

El próximo 30 de agosto a las 11:00 a.m., la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Matrimonio y Familia, hará la presentación de la cartilla "Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial", un instrumento que busca responder a la necesidad de un “nuevo catecumenado” que prepare al matrimonio cristiano. El documento es una iniciativa del Año “Familia Amoris laetitia”, elaborado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que ofrece a los pastores, a los cónyuges y a todos los que trabajan en la pastoral familiar, una visión y una metodología renovadas de la preparación al sacramento del matrimonio y a toda la vida matrimonial. En la Exhortación apostólica Amoris laetitia, el Papa Francisco resalta tres grandes heridas en el matrimonio: infidelidad, separación y divorcio. Ante la urgente necesidad de atención pastoral a las familias y como Iglesia que tiene la tarea de acompañar con responsabilidad a quienes tienen la intención de unirse en matrimonio, el episcopado considera que los “itinerarios catecumenales” son una respuesta eclesial para preparar a quienes descubren la vocación a la vida matrimonial y a la formación de una familia. Monseñor Marco Antonio Merchán Ladino, obispo de Vélez y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia, será el encargado de hacer la presentación de la cartilla, acompañado de expertos en la preparación al matrimonio. Transmisión El evento se realizará de manera virtual el día martes 30 de agosto a las 11:00 a.m. con transmisión por el Facebook y el canal de YouTube de la Conferencia Episcopal. @Episcopadocol De venta en librería El Documento ”Itinerarios catecumenales para la vida matrimonial” ya está disponible en la librería de la Conferencia Episcopal / Correo electrónico [email protected] o a los teléfonos 3138808447 / 3133606712

Lun 31 Ene 2022

Entrevista Gabriella Gambino: Carta del Papa Francisco a los esposos

A propósito de la carta que el Papa Francisco dirigió a las esposas y esposos del mundo con ocasión del Año Familia Amoris laetitia, Gabriella Gambino, Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, dialogó con Vatican News, donde comentó este importante mensaje. LEA LA ENTREVISTA “Con esta Carta el Papa entra en nuestra vida cotidiana, entra en las dinámicas familiares, casi tomándonos de la mano para animarnos y no hacernos sentir solos en este camino y además, exhorta a los jóvenes a que se casen, a que confíen en la gracia que invade a la pareja, que la sostiene durante toda su vida”, lo dijo Gabriella Gambino, Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, comentando la reciente publicación de la Carta que el Santo Padre envió a los esposos de todo el mundo, con motivo del Año “Familia Amoris laetitia”. La Subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, dialogando con nuestra colega del programa italiano de Vatican News, Gabriella Ceraso, señaló que lo que más le impresiona de las palabras del Papa en la Carta a los esposos – que fue publicado en la Fiesta de la Sagrada Familia, este 26 de diciembre – es “la ternura de su tono, el afecto que quiere expresar a las familias en un momento tan complejo dominado por la pandemia”. Asimismo, Gabriella Gambino recordó que, hoy hay muchas familias que atraviesan crisis y dificultades de todo tipo, a las que el Papa dirige su mirada paternal. “Pero, me llama especialmente la atención – subrayó la Subsecretaria – la preocupación que presta al sacramento del matrimonio, la belleza de este don, tan difícil de entender para los jóvenes, hoy reside en la presencia de Cristo que habita en las familias, en medio de nuestra vida cotidiana”. Básicamente, el Papa nos recuerda que como cristianos no podemos renunciar a proponer a los jóvenes el ideal del matrimonio, es decir, el plan de Dios en toda su grandeza, no hacerlo sería una falta de amor de la Iglesia hacia los jóvenes y el Santo Padre nos lo dice también en Amoris laetitia. ¿Cuáles son los frutos que se han producido en este Año Familia Amoris Laetitia? R.- Sin duda, diría que todas las iniciativas que el mundo esta dando a conocer a nuestro Dicasterio y también todas las que no nos llegan desde que el Papa nos ha dado este impulso, son muchísimas las parroquias, las diócesis, incluso los colegios, las universidades, que nos escriben para contarnos lo que hacen en respuesta a la llamada del Santo Padre. Por ejemplo, acompañar a las familias y a los matrimonios, a las situaciones más frágiles, a las nuevas uniones en las que se busca el construir. Se ha puesto en marcha un proceso de creatividad pastoral, que también está conduciendo a una mayor comunión entre los pastores y las familias para aprender a escucharse mutuamente y potenciar el papel de las familias y de los matrimonios en la Iglesia. Claro no es fácil, pero, en todas partes se ven las ganas de salir adelante, de tratar de entender como se camina juntos y también de acompañar las situaciones más difíciles, las que antes se dejaban un poco de lado. Las familias son realmente un bien para la Iglesia, pero en muchos casos, en muchos contextos, todavía tenemos que entender como poner en práctica esta importante afirmación. ¿De qué modo la preparación del Encuentro Mundial de las Familias se entrelaza con el proceso sinodal? R.- Amoris laetitia es el hilo rojo que nos lleva la Encuentro Mundial, nos pide que discernamos el estilo y el modo de realizar nuestro servicio pastoral. El Santo Padre nos invita, ahora, a enmarcar en este camino sinodal de la Iglesia a través de la comunión, la participación y la misión de cada componente del pueblo de Dios, incluida las familias. Entonces, pastores y familias juntos bajo la guía del Espíritu, pero el tema es cómo hacerlo. Sería interesante, por ejemplo, en este tiempo de camino sinodal y al mismo tiempo de preparación del Encuentro Mundial, intentar combinar el proceso de discernimiento eclesial, partiendo también de la relación Iglesia–familia, haciéndonos preguntas un poco diferentes a las que estamos acostumbrados. Por ejemplo: ¿Cómo puede la familia ayudar a la Iglesia a ser más sinodal? ¿Qué puede aprender la Iglesia del modo familiar de discernir, escuchar y acoger? O por ejemplo, ¿Qué puede aprender la Iglesia del modo en que los padres, los hijos y los hermanos intentan amarse con sus fragilidades, conflictos y puntos de vista diferentes? Estas y otras cuestiones podrían abrir, creo, una nueva forma de pensar la pastoral, un estilo diferente, una comunión más concreta entre familias e Iglesia, no solo eso, sino que creo que se iniciaría un nuevo proceso de discernimiento más allá de la conclusión del Año de la Familia con el Encuentro Mundial, podría continuar al menos hasta el Sínodo continuando con el estímulo de la Pastoral Familiar en todo el mundo.

Mié 21 Ago 2019

Desafíos de la Pastoral Familiar en la Posmodernidad

Al inicio del Encuentro Nacional de Matrimonio y Familia, que se desarrolla en la sede del Episcopado, los participantes tuvieron la oportunidad de escuchar la conferencia sobre “La Familia en la Postmodernidad”, abordada por Mons. Juan Carlos Ramírez, director financiero del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano. Su intervención inició presentando unas cifras que reflejan un panorama algo sombrío sobre la estructura de la familia. Un estudio que se realizó entre 47 naciones, señala a Colombia como el país donde menos se casa la gente. Igualmente, estadísticas de la Súper Intendencia del Notariado, muestran el incremento de un 10,44 % de los divorcios en el país, entre el año 2014 al 2015, es decir, que se evidenciaron 1789 divorcios más que el año anterior. Haciendo la claridad que esto implica la intencionalidad de matrimonio eclesiástico y civil. El sacerdote presentó, además, cómo la estructura familiar conformada por padres e hijos ha ido extendiéndose de biparental a una familia más extensa, que la conforman los abuelos tíos y otros familiares, donde un 53 % de los niños viven con sus padres, un 35 % habita con uno solo y 12% vive sin ellos. Un dato llamativo muestra cómo la fecundidad ya no es la prioridad en las parejas. Estas cifras, según lo señaló el sacerdote, evidencian la manera en que la categoría mental y jurídica del matrimonio ha entrado en una decadencia por su concepto y sus valores. Frente a esta realidad el sacerdote planteó la pregunta ¿Nuestra pastoral familiar parte de un diagnóstico de la familia desde la realidad o nuestra acción evangelizadora es de conservación con un marcado énfasis apologético? Recordó que el Papa Juan Pablo II en su “Carta a las Familias” mencionaba que la sociedad de hoy es una sociedad enferma que está perdiendo la capacidad de amar. “Si tantas familias hoy ya no son la escuela de amor que eran destinadas a ser, es casi siempre porque los que crean cada familia, el marido y la esposa, no echaron bien los fundamentos de su amor inicial. Las familias no son siempre escuelas de amor; son como las hacen los padres. Los padres no sabrán dar un amor incondicional a sus hijos si no se han esforzado para dárselo entre ellos mismos”, afirmó el sacerdote. Monseñor Ramírez explicó que la posmodernidad entra a jugar un papel fundamental en la familia, que inicia a finales del siglo XX como una búsqueda por nuevas formas de expresión, centrados en el culto por el individualismo y la crítica al racionalismo, todo esto llevado a su vez por la revolución de la información y la tecnología. “Las nuevas formas de compresión de la realidad no requieren de principios y conceptos pre establecidos, todo lo contrario, requieren ser eliminados para que pueda surgir una nueva cultura, un nuevo pensamiento metafísico y en consecuencia tres instituciones deben ser cuestionadas por obstaculizar un nuevo pensamiento: La escuela, la familia y la Iglesia”, aseveró. Aseguró que el tema de la postmodernidad se ha vuelto una manera de resolver los problemas que sufre el ser humano en la búsqueda constante del conocimiento y la información, hecho que conllevan a una satisfacción como individuo y fomenta cambios en la estructura social y familiar, todo esto debido a un comportamiento individualista. ¿Qué hacer frente a esta realidad? La Iglesia no puede estar escéptica a esta realidad y debe estar preparada con un discurso o narrativa que fascine, que atraiga y que seduzca, por tanto, en las jurisdicciones se requiere de una pastoral familiar “intensa y vigorosa” donde se promueva una cultura de la vida, y se trabaje para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados. Monseñor Ramírez afirmó que es importante fomentar una pastoral familiar que sea “la acción evangelizadora que realiza la Iglesia, orientada por sus pastores, en la familia y con la familia como conjunto, acompañándola en todas las etapas y situaciones de su camino”. Dijo que es importante comprender que la familia es el eje transversal de la evangelización. “Que la familia sea objeto y sujeto de la evangelización”. Recordó que urge una verdadera preocupación de parte de los obispos y párrocos para que privilegien los programas pastorales para los matrimonios y las familias. Finalmente, recordó que se requieren animadores, que además de su buena voluntad, estén bien preparados para orientar y acompañar a las familias y matrimonios. Se deben elaborar programas de formación dinámicos y creativos.