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Miércoles de Ceniza

Lun 20 Feb 2023

SUBSIDIOS: Miércoles de Ceniza, Viacrucis, Domingos de Cuaresma y Triduo Pascual

El próximo miércoles, 22 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma, un tiempo penitencial que nos ayuda a disponernos espiritualmente para la fiesta de la Resurrección de Jesús. Para vivir y animar estos tiempos litúrgicos, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, ha dispuesto tres insumos pastorales para las celebraciones litúrgicas del Miércoles de Ceniza, los Domingos de Cuaresma y el Sacro Triduo Pascual, que comprende la Misa Vespertina de la Cena del Señor, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. DESCARGAR SUBSIDIO MIÉRCOLES DE CENIZA AQUÍ DESCARGAR SUBSIDIO VIACRUCIS 2023 AQUÍ DESCARGAR SUBSIDIO CUARESMA Y TRIDUO PASCUAL AQUÍ

Vie 4 Mar 2022

Untados de ceniza

Por: Luis Fernando Rodríguez Velásquez - De nuevo llega la Cuaresma. Serán unos días muy especiales en los cuales vamos a tener la ocasión para hacer un paro en el agite de nuestras vidas, para escuchar el llamado del Señor, que por labios de San Pablo nos va a decir: “en nombre de Cristo les ruego, déjense reconciliar con Dios” (2Cor. 5, 20). En efecto, los cuarenta días que vienen, después del miércoles de ceniza, ayudados con la palabra de Dios, nos deberán ayudar a descubrir y reconocer nuestros pecados. Es necesario tener en cuenta las principales actitudes del cristiano en este tiempo de gracia. La Cuaresma es un tiempo propio para fortalecer la oración, que es nada más y nada menos, que el ejercicio efectivo de diálogo y escucha de Dios, en el silencio y la contemplación; es tiempo de adentraremos en el corazón del Señor a través de la lectura orante de su palabra, de la Sagrada Escritura; es un tiempo en que estamos llamados a hacer renuncias y pequeños o grandes sacrificios, de modo que seamos capaces de purificar nuestras limitaciones y pecados; es tiempo de la humildad, para que sin miedos y con confianza, supliquemos de Dios el baño de su misericordia y su perdón. Es tiempo en el cual vamos a ser invitados a salir de nosotros mismos y a ver en el otro, en el prójimo, sobre todo en el pobre, en el que sufre, en quien vive la soledad, la imagen de Cristo, también Él pobre, cordero inmolado y solo en el madero de la cruz. Es un tiempo en el que la solidaridad, y la llamada Comunicación Cristiana de Bienes deberá ser concreta, en especial con quienes no tienen nada qué comer, no tienen una persona que los acompañe y les permita recuperar el sentido de la vida, o los migrantes y habitantes de calle que, despojados y exiliados, se sienten sin tierra y ni casa donde reclinar la cabeza. La Cuaresma comienza el miércoles de ceniza. Ser untados con ceniza es un signo externo con el que públicamente reconocemos que somos frágiles y necesitados de Dios y de los demás como ha sido la experiencia de la pandemia en la que todavía nos encontramos. Ahora bien, la ceniza es un sacramental que será eficaz solo y en la medida en que quien la reciba asuma el compromiso cierto de cambiar aspectos de la vida que van en contra del plan de Dios. Será el tiempo de renovar el compromiso por caminar juntos y de respetar el don de la vida que de Dios hemos recibido. Será un tiempo magnífico para prepararnos a celebrar adecuadamente la Pascua de Resurrección. Quienes de verdad no deseen cambiar, es mejor que no caminen por las calles untados de ceniza. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 2 Mar 2022

Jornada de ayuno y oración por la paz de Colombia y el mundo

Este Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma 2022, monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha extendido una invitación a todos los católicos a vivir en este día, una Jornada de ayuno y oración por la paz de Colombia y el mundo entero. “Unámonos desde la Cuaresma, comenzando este Miércoles de Ceniza, recibiendo el signo de la ceniza en nuestra cabeza. Vinculémonos totalmente para que podamos hacer un camino con Cristo, un camino de reconciliación y para que juntos oremos por la paz de Colombia y del mundo”. Advirtió que para este tiempo de Cuaresma, es importante que tanto hombres, mujeres, avancen caminando con Cristo, para vivir “un tiempo de conversión, un tiempo de gracia que nos lleva a la vida nueva del Resucitado en la Pascua”. Trae en mención, el mensaje de Cuaresma que el Papa Francisco presentó recientemente, donde invita a un incansable ayuno y oración permanente, para luchar contra toda forma de mal personal y social; así también, exhorta a realizar obras de solidaridad y fraternidad que expresen el amor y la caridad hacia los más necesitados. Por todo esto, y al recordar la dolorosa situación de guerra que se libra en Ucrania y en nuestro país, por cuenta del conflicto armado, el prelado anima a seguir la invitación del papa Francisco para que este Miércoles de Ceniza, “hagamos en nuestras familias, en nuestras parroquias una jornada de ayuno y oración, que tienen un fundamento bíblico y que nos da la oportunidad de orar por la paz de Colombia y del mundo”. Leer mensaje de Cuaresma 2022 [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Conozca Campaña Comunicación Cristiana de Bienes [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Mensaje de monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia Cortesía: Oficina de Comunicaciones Arqidiócesis de Bogotá

Lun 28 Feb 2022

Episcopado se une a Jornada de ayuno y oración pidiendo la paz en Ucrania

La Conferencia Episcopal de Colombia, atendiendo la invitación hecha por el Papa Francisco, para el próximo 02 de marzo, Miércoles de Ceniza, anima a todos los fieles y creyentes a participar de una jornada de oración y ayuno pidiendo por la paz de los países enfrentados en Ucrania. En un mensaje, los obispos de Colombia expresan su preocupación frente a este agrabante conflicto y piden la oración de los colombianos por esta intención. “El empeoramiento de la situación de Ucrania nos preocupa y reclama nuestra atención. La guerra no es el camino; estamos llamados a buscar la paz. Pidamos a Dios para que todas las partes implicadas se abstengan de toda acción bélica, depongan las armas y busquen una salida diplomática y dialogada al conflicto”. La exhortación del Episcopado, es a poner en manos de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia y reina de la paz, esta intención de oración por la reconciliación entre las dos naciones en conflicto. Invitación del Papa Francisco Por su parte, el obispo de Roma el pasado 24 de febrero, a través de una carta expresó su «gran dolor» y «angustia» por el deterioro de la situación en Ucrania. "Apesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes". Por lo que hizo un llamado a todos los creyentes y no creyentes, para que el próximo Miércoles de Ceniza, 02 de marzo, se realice la Jornada de ayuno por la paz de estas naciones enfrentadas. "Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y ayuno. Que la Reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra", subrayó el Pontífice. Invitación: Mons. Luis Manuel Alí Herrera, secretario general de la Conferencia Episcopal

Lun 28 Feb 2022

¡Volvamos a la Pascua!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - “Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, NOS HA HECHO NACER A UNA ESPERANZA VIVA, a una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que nos estaba reservada en el Cielo. La fuerza de Dios nos custodia en la fe para la salvación que nos aguarda, cuando llegue el momento final” (1ª Pedro1, 3-5). Con esta súplica del Apóstol y Pastor elegido por Jesús para la primitiva Iglesia, convoco a todos los creyentes al retorno pleno a sus parroquias y centros de culto, para compartir, desde el miércoles de Ceniza, dos de marzo, la preparación a LA PASCUA ANUAL 2022. Los tiempos litúrgicos de Cuaresma y Pascua, entre el sacramental de la Santa Ceniza y la solemnidad de Pentecostés, cuando se apaga el Cirio Pascual y encendemos el fuego interior del Espíritu Santo, marcan la gran transformación que Cristo Jesús hace en quienes acogemos su Persona y su Palabra, su misericordia y la soberanía del Padre Dios. Un ser humano nuevo, una nueva humanidad, un cambio de vida y un “cambiar la vía” por la que mal caminamos, expresan esta Nueva Creación en Cristo. Dios deja de ser mera religión y su Amor de la Cruz se vuelve como el “Big Bang” de un universo nuevo. Pedro, en su primera carta que hemos citado, y Pablo en su primera a Corintios (15, 57), nos invitan a que “demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo”. Esa victoria del AMOR DE LA CRUZ, hemos de proclamarla con claridad, gozo y firmeza. Hemos de volvernos un solo cuerpo, un pueblo dispuesto a CAMINAR JUNTOS, una fuerza del Dios Amor que transfigura esta historia triste y adolorida que hoy vive la humanidad, amenazada nuevamente por la catástrofe de una guerra mundial inminente, por un calentamiento global, resultado de la guerra a muerte contra los recursos vitales. Todo ello, junto a fenómenos de violencias, de aborto provocado y fetos mercantilizados para surtir órganos y células, de eutanasia y suicidios disparados. Son, entre otros, los signos negativos en medio de nuestros tiempos, por otro lado tan avanzados y globalizados, tan sorprendentes y luminosos. Sobra decir, entonces, que vivimos tiempos difíciles y tenemos inmensa responsabilidad histórica, sobre todo para no comprometer el futuro de las nuevas generaciones y de la especie humana misma. Volver a la Pascua 2022, después de dos años entre pandemias y protesta social, en medio de jornadas electorales y movilizaciones sociales, del recrudecimiento del conflicto interno y la amenaza latente de conflictos armados en las fronteras y con Venezuela, de inseguridad ciudadana y flujos de desplazados y migrantes, es la medicina espiritual y la terapia colectiva que necesitamos todos. La Cuaresma y Pascua 2022 tengan en nuestras parroquias los cuatro grandes motivos de la actualidad: 1. El gran marco del PERDÓN DE DIOS a todos nuestros abusos, incluidos los que nosotros mismos como pastores hemos cometido. Es REPARTIR A MANO ABIERTA EL PERDÓN DE DIOS, la liberación de la culpa y del pecado, la victoria sobre el odio y las venganzas, la sanacion de nuestras heridas sicosociales, la ABSOLUCIÓN DE PECADOS RESERVADOS, la reconciliación con la creación y la vida como obra y don de Dios. Volvamos la parroquia un gran confesonario abierto en jornadas penitenciales conjuntas en cada territorio arciprestal durante la Cuaresma. Promovamos EL PERDONAR como verbo en infinitivo que identifica el actuar de Dios con nosotros, como respuesta indispensable en nuestras relaciones interhumanas, sociales y políticas, aprendiendo a conjugarlo en todos los modos pasivos y activos y subjuntivos, en relación con los demás. Es necesario pedirlo, ofrecerlo, darlo, instituirlo como cultura del perdón. 2. LA PASCUA COMO CENA FAMILIAR, al mejor estilo hebreo, judío, según las tradiciones nuestras, enmarcándolas en la Cena Pascual de Jesús y en las cenas, desayunos y comidas del Señor Resucitado, centradas en los verbos eucarísticos: TOMAR el pan, DAR GRACIAS, PARTIRLO Y DARLO a comer. “Quédate con nosotros, Señor”. “Lo reconocieron al partir el pan” (Lucas 24, 13-35). 3. EL AMOR DE LA CRUZ como camino de vida, aprendido a la luz de la Pasión, las actitudes y las palabras de Jesús desde el misterio de la Cruz y de la NO VIOLENCIA que nos adentra en el alma propia y el arrepentimiento, en el desarme de actitudes, palabras y acciones demoledoras contra el prójimo. 4. LA SINODALIDAD como aprendizaje de Iglesia y de poblaciones en los territorios, a CAMINAR JUNTOS. La integración sociocomunitaria, más allá de lo confesional, las procesiones y manifestaciones colectivas de religiosidad cristiana, equilibradas siempre para que resalte la grandeza de lo litúrgico, así como la más amplia participación de generaciones y fieles en la Semana Santa, sean impulso claro a esta sinodalidad. El Bautismo y la Penitencia que lo renueva, la eucaristía y las comunidades que reviven, sean el sello evangelizador de estos grandes tiempos litúrgicos que iniciamos en los albores del mes de marzo. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Lun 28 Feb 2022

Pautas para vivir y celebrar sinodalmente el ciclo pascual

A propósito del Sínodo 2021-2023 propuesto por el Papa Francisco, la Comisión Central, creada por el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), para animar este evento eclesial, presenta un subsidio que ofrece pautas para vivir y celebrar Sinodalmente el Ciclo Pascual. El texto presentado, se estructura en cuatro etapas: Miércoles de Ceniza: El inicio del itinerario de conversión. Cuaresma: La doble conversión de Pedro y Cornelio. Pascua: La efusión del Espíritu Santo y el bautismo de los gentiles. Pentecostés: La conversión de la Iglesia de Jerusalén. El subsidio ofrece reflexiones escriturísticas, patrísticas, pastorales y guiones litúrgicos para la imposición de la Ceniza, liturgia penitencial, Santo Viacrucis, renovación de las promesas bautismales y renovación del Sacramento de la Confirmación, según cada momento del ciclo pascual. Este material, tiene como objetivo “el continuar animando a las parroquias, comunidades eclesiales, movimientos apostólicos y estructuras diocesanas en su compromiso por la vivencia de la sinodalidad, no como un proyecto aislado y meramente circunstancial, sino como un acontecimiento de gracia, en un proceso de sanación guiado por el Espíritu”. DESCARGAR PAUTAS [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Dom 13 Feb 2022

Guión litúrgico para vivir y celebrar el Miércoles de Ceniza

El miércoles 02 de marzo, con la imposición de la ceniza se da inicio al tiempo de la Cuaresma. La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Liturgia, pone a disposición un subsidio para animar la celebración de este día. En este año el camino cuaresmal tiene un ingrediente particular, se trata de la consulta Sinodal que se está desarrollando en las Iglesias particulares y que se ven iluminadas por la imagen de la conversión de Cornelio y Pedro, que, con sus testimonios nos interpelan y adentran en el camino de la conversión. La celebración de la ceniza es el inicio de una estación espiritual, particularmente relevante para todo cristiano, que conduce a celebrar el Misterio Pascual, a través del ayuno, la oración y la penitencia. El acto litúrgico del Miércoles de Ceniza, que se caracteriza por el mensaje bíblico: "Conviértete y cree en el Evangelio", y por la expresión: "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca de la necesidad que tenemos de abrirnos a la conversión, recordando la fragilidad de la vida humana sujeta a la muerte. Este material que podrá ser utilizado por Ministros ordenados y no ordenados, ofrece la Liturgia de la Palabra, pautas para la reflexión y bendición e imposición de la ceniza. DESCARGAR SUBSIDIO [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Vie 5 Mar 2021

Conviértete y cree en el Evangelio

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Durante el tiempo de gracia ini­ciado el Miércoles de Ceniza, que conocemos como la Cua­resma, es muy oportuno, sobre todo para reafirmar la fe en Nuestro Señor Jesucristo, fortalecer la gracia de Dios y reafirmar nuestra vocación cristiana a la santidad. Con los medios espiritua­les y las prácticas cuaresmales, apo­yados por la Palabra de Dios, la Euca­ristía, la oración y la caridad, podemos profundizar en la respuesta al llamado que Dios nos hace a ser santos como Él, tal como lo meditamos en la Pala­bra de Dios: “Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48; Cfr. 1Pe 1, 16), el primer paso es volver a Dios mediante una auténtica y sincera conversión. Al recibir la Ceniza hemos escuchado las palabras: “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15), somos invita­dos a reorientar la vida hacia Dios y renovar la fe en la Buena Noticia del Reino de Dios. Se nos recuerda la ne­cesidad de conversión y penitencia que en el Tiempo de Cuaresma tenemos que reforzar para purificar nuestra con­ciencia del mal y el pecado, así puri­ficados, podamos recibir la gracia de Dios, que nos sostiene y alienta en el combate espiritual de cada día. La conversión es ir hacia adelante en el seguimiento de Jesús, sabiendo que, en un primer momento, estamos llamados a dejar un pecado, un vicio dominan­te que va arruinando nuestra vida, pero en un nivel superior es transfor­mar la vida en Cristo, para decir con san Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20). De tal manera, que todo nuestro actuar, sentir y vivir es en Cristo, como lo ex­presaba San Pablo en su experiencia espiritual: “Para mí la vida es Cristo” (Fil 1, 21). El momento actual está marcado por la CO­VID-19, pandemia que ha golpeado a toda la hu­manidad y ha dejado por tierra muchos proyectos políticos, económicos, sociales y también per­sonales. Sin embargo, en Jesucristo Nuestro Señor, tenemos la espe­ranza puesta y estamos seguros que es esperanza que no defrauda porque: “sabemos, además, que todo contribuye al bien de los que aman a Dios, de los que Él ha llamado según sus planes” (Rom 8, 28). Este momento también es un tiempo de purificación. Así como después del diluvio universal, Dios comenzó algo nuevo con la humanidad, así comenza­rá en este presente histórico, algo reno­vado, cuando decidamos renovar nues­tro corazón con la gracia de Dios, que se ofrece gratuitamente en este tiempo de salvación y de gracia que estamos viviendo con la Cuaresma, en camino de auténtica y sincera conversión. Conversión y fe en el Evangelio de Jesucristo, significa arrodillarnos frente al Santísimo Sacramento y con humildad pedir perdón a Dios por nuestros pecados y Él, con su amor misericordioso desde la Cruz nos per­dona, para que volvamos a Dios. Pero también, es tiempo para perdonar a nuestros hermanos por las ofensas que nos han hecho, “perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros per­donamos a los que nos ofenden”, re­petimos con frecuencia en la oración del Padre Nuestro, sabiendo que el perdón es un beneficio para quien lo recibe, pero es sobre todo una gracia para quien lo ofrece. El perdón nos pu­rifica de odios, resentimientos, renco­res y venganzas, que son veneno para nuestra alma, siendo el perdón, la me­jor medicina, gracia de Dios y paz para nosotros. De esta manera, podemos aspirar a vivir en este tiempo de reflexión y de gracia en familias perdo­nadas, reconciliadas y en paz, porque la gracia de Dios llega a cada cora­zón que se deja renovar por el regalo del perdón. Ofreciéndolo también al prójimo, empezando por el núcleo familiar, como una oportu­nidad para volver a Dios en esta hora de incertidumbre y de cruz por la que pasamos todos, pero que nos ayudará a sanar y purificar nuestro corazón y vivir renovados por la fuerza que viene de lo alto. Conviértete y cree en el Evangelio, es también hacer presente la caridad de Cristo en los hermanos, que es un mandamiento para todos nosotros, sa­biendo que la puerta de entrada al cielo es la caridad, tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de be­ber, estuve necesitado y me auxiliaron, vengan benditos de mi padre a poseer el Reino eterno, la gloria del cielo, (Cfr. Mt 25, 31 - 46). Como cristianos, como Iglesia Católica actuamos en el nombre del Señor y lo hacemos con la misma fuerza de su amor para con nosotros, que hace que todos nos sintamos her­manos, hijos de un mismo Padre. En la Diócesis de Cúcuta, este año queremos hacer presente la caridad de Cristo para con los más pobres, mediante la Campaña de Comu­nicación Cristiana de Bienes, que promueve darle de comer a más de cinco mil familias, como lo hizo Jesús cuando sintió compasión de la multi­tud. Los cristianos católicos de Cúcuta queremos a través de la Diócesis y del Banco de Alimentos, dar de comer a familias necesitadas. Por eso, la meta son cinco mil mercados para compar­tir con los más pobres de un sector de la ciudad. Ponemos en las manos de Dios esta misión y animo a todos los fieles de las parroquias a compartir desde lo poco o mucho que tengan, con otros más pobres, haciendo reali­dad en la vida personal y familiar esas palabras del tiempo cuaresmal: Con­viértete y cree en el Evangelio. Que esta Cuaresma que hemos iniciado sea un tiempo de gracia para reafir­mar nuestra respuesta de fe, espe­ranza y caridad a la llamada que Dios nos hace a la conversión y a la santi­dad, escuchando y leyendo el mensaje del Señor, meditándolo y creyendo en su Palabra y con ello convertir nuestra vida, siguiendo las palabras del Evan­gelio y comunicando esa buena noticia a los hermanos, transmitiendo su men­saje con nuestras palabras y obras de caridad. En este proceso contamos con la pro­tección maternal de la Santísima Vir­gen María y del Glorioso Patriarca San José, nuestro patrono, quienes escucharon la Palabra de Dios y entre­garon su vida para hacer su voluntad. Con María y San José queremos reno­var nuestro deseo de conversión para transformar nuestra vida en Cristo. Para todos, mi oración y bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Administrador Apostólico de la diócesis de Cúcuta