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monseñor Víctor Manuel Ochoa

Mié 4 Jun 2025

Un adiós lleno de gratitud, reconocimiento y esperanza para monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid

Con un sentido homenaje en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, familiares, 21 de sus hermanos obispos, militares y civiles despidieron a monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien, por cuatro años, acompañó espiritualmente a las Fuerzas Armadas y de Policía, y dejó una profunda pastoral en jurisdicciones como Medellín, Málaga-Soatá y Cúcuta.El cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió la Eucaristía y destacó el legado espiritual del obispo castrense, recordándolo como "semilla de esperanza" para Colombia. Basado en el Evangelio de Juan (12,24), el arzobispo de Bogotá y primado de Colombia comparó la vida de monseñor Ochoa con una semilla que, al morir, da frutos abundantes."Monseñor Víctor Manuel fue un sembrador de la Palabra y los sacramentos, un pastor que echó raíces en los corazones de quienes pastoreó", afirmó el cardenal, resaltando su labor en la formación espiritual de los uniformados y sus familias. También recordó que su vocación nació en un hogar cristiano y se consolidó cuando fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II.Un legado entre soldadosMonseñor Ochoa no solo sirvió en el altar, sino que se convirtió en guía moral para los miembros del Ejército, la Policía y sus familias, dejando un legado de cercanía y servicio. Su trabajo en el Obispado Castrense fue reconocido por altos mandos militares, religiosos y laicos que llenaron la Catedral para darle el último adiós:“Monseñor Ochoa nos recordó que la dignidad del ser humano está por encima del uniforme de la jerarquía y de las armas. Y nos enseñó que la defensa de la patria sin la guía de los valores, se vuelve frágil, pero que, guiada por la justicia, la compasión y la paz, se convierte en verdadera garantía de la democracia…Su legado no se mide solo en documentos o decretos, sino en las almas que consoló en los jóvenes, que ordenó, en los dolientes, que escuchó, en los caídos, que despidió”, expresó el Ministro de Defensa, Pedro Sánchez.La misa fue concelebrada por monseñor José Roberto Ospina Leongómez, designado por el Papa León XIV como administrador apostólico castrense. Se refirió al legado de oración de monseñor Víctor Manuel y expresó su cercanía a toda la comunidad, como pastor, hermano y amigo.“Permítanme decirles, queridos sacerdotes, que si el Papa me ha nombrado sin mérito propio, estoy dispuesto a ser un hermano, a ser alguien que está dispuesto a servirles de la mejor manera posible lo que necesiten. Ese es el papel de un obispo ser un hermano que camina con hermanos, queridos sacerdotes del obispado.Sientan en mí un hermano, un amigo, un padre, un obispo. Yo vi a al señor Ministro decir que monseñor Víctor Manuel siempre oraba por las Fuerzas Armadas y de Policía Nacional. Sepan que ya he comenzado a orar también por ustedes...Oren también por mí para que el tiempo que el Señor me permita estar entre ustedes, lo haga con la generosidad, la sabiduría, la prudencia y la entrega total”.Monseñor David Paul Charters, secretario de la Nunciatura Apostólica en Colombia, fue el encargado de dar a conocer el mensaje enviado por el Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Pietro Parolín, en nombre del Santo Padre:“El Papa XIV, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de esta abnegado pastor que con fidelidad entregó su vida al servicio de Dios y de la Iglesia…Lo encomienda a la más tierna intercesión de la Bienaventurada Virgen María e imparte, con afecto, la confortadora Bendición Apostólica como signo de fe y esperanza en Cristo resucitado”.El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta, fue el encargado de dar a conocer el mensaje publicado por el Episcopado al conocer la noticia de la partida de monseñor Cadavid.La ceremonia concluyó con un toque militar en su honor y la entrega de la bandera de Colombia a sus familiares.Con este homenaje, Colombia despide a un obispo que, como semilla, dejó frutos de fe en la Iglesia y en quienes defendieron la patria.Vea a continuación el video con algunos de los momentos más emotivos de las honras fúnebres y honores militares:

Mar 3 Jun 2025

Papa León XIV designa a monseñor José Roberto Ospina Leongómez como administrador apostólico del Obispado Castrense

El Papa León XIV designó a monseñor José Roberto Ospina Leongómez, obispo emérito de Buga, como Administrador Apostólico del Obispado Castrense. Desde el pasado 30 de mayo, en medio del delicado estado de salud que afrontaba monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid (Q.E.P.D.), monseñor José Roberto estaba acompañando esta jurisdicción como Administrador sede plena. Sin embargo, ahora, tras el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel, asume como Administrador en sede vacante, hasta que el Santo Padre nombre un nuevo obispo.Precisamente en la noche de este lunes, 2 de junio, monseñor José Roberto celebró una Eucaristía en acción de gracias por la vida de monseñor Víctor Manuel La Santa Misa se llevó a cabo en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor. Allí, permanecerá el féretro en cámara ardiente hasta el medio día de este martes 3 de junio cuando se celebre la Eucaristía que presidirá el cardenal Luis José Rueda Aparicio. En horas de la tarde será trasladado a la ciudad de Bello (Antioquia), su tierra natal.El miércoles 4 de junio, a las 3:00 p.m., en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Bello, el arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Javier Múnera Correa, presidirá la Eucaristía de exequias. Al terminar, monseñor Víctor Manuel será sepultado en la cripta de este mismo templo.

Lun 2 Jun 2025

“Luto de Iglesia y dolor de Patria”: falleció monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense de Colombia

Con profundo dolor y fe en la Resurrección, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se une al duelo del Obispado Castrense y de toda la Iglesia en el país por el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, quien partió a la Casa del Padre este domingo 1 de junio a las 11:55 p.m., tras permanecer varias semanas en delicado estado de salud.A través de un comunicado, el Obispado Castrense de Colombia oficializó esta lamentable noticia; expresó que la partida de su pastor representa un “luto de Iglesia y dolor de Patria". Monseñor Víctor se distinguió por su entrega misionera, su amor a la formación sacerdotal, su liderazgo en la promoción de la fe y la caridad, y su incansable labor por la justicia social. La Presidencia del Episcopado también ha emitido un comunicado a través del cual destaca las virtudes de monseñor Víctor y su liderazgo en la Conferencia Episcopal. Además, expresa condolencias a su familia, al clero y fieles, confiando en que Cristo Resucitado lo ha acogido en la vida eterna.Vida y ministerio de un pastor entregadoNacido en Bello (Antioquia) el 18 de octubre de 1962, monseñor Ochoa Cadavid realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Medellín y posteriormente se especializó en Filosofía en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma, donde también obtuvo su doctorado. Fue ordenado sacerdote por San Juan Pablo II el 5 de julio de 1986, durante la visita del Pontífice a Colombia, e incardinado en la Arquidiócesis de Medellín. A lo largo de su ministerio, se desempeñó como vicario parroquial, formador de seminaristas, director de casas de formación en Roma y colaborador en la Comisión para América Latina. Fue distinguido con el título de Capellán de Su Santidad el 15 de abril de 1995.El 24 de enero de 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo Auxiliar de Medellín, recibiendo la ordenación episcopal el 1 de abril del mismo año. El 24 de enero de 2011, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de Málaga – Soatá y tomó posesión canónica de esta sede, el 5 de marzo de 2011. El 24 de julio de 2015, el papa Francisco lo nombró Obispo de la Diócesis de Cúcuta y tomó posesión canónica de la misma el 15 de agosto de 2015. Desde el 30 de enero de 2021, también por designación del papa Francisco, ejercía como Obispo Castrense de Colombia.Un Pastor de Esperanza en el Año JubilarLa Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia, al recibir la noticia de su partida, recordó que, en este Año Jubilar de la Esperanza, las palabras del Papa Francisco en la Bula Spes non confundit iluminan este momento: "¿Qué será de nosotros, entonces, después de la muerte? Más allá de este umbral está la vida eterna con Jesús, que consiste en la plena comunión con Dios, en la contemplación y participación de su amor infinito. Lo que ahora vivimos en la esperanza, después lo veremos en la realidad" (n. 21). Monseñor Ochoa Cadavid fue un hombre de fe inquebrantable, creativo, estudioso y de profundas relaciones humanas. Ordenado sacerdote por San Juan Pablo II el 5 de julio de 1986 durante su visita a Colombia, mantuvo siempre una gran admiración por el Pontífice, con quien colaboró en Roma. Se distinguió como un sacerdote entregado, administrador competente y servidor incansable, incluso en medio de su frágil salud. Su amor por la naturaleza, especialmente por las orquídeas, reflejaba su sensibilidad y contemplación de la creación. Una vida al servicio de la Iglesia en ColombiaEn la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Ochoa se desempeñó como Presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina y miembro del Comité Económico. También lideró con dedicación el Consejo Superior de la Fundación MASC (Mutuo Auxilio Sacerdotal Colombiano), trabajando por el bienestar de los sacerdotes y obispos eméritos. Su labor en diversas comisiones dejó un legado de servicio, organización y caridad pastoral en toda la Iglesia colombiana. Un legado de solidaridad en la fronteraDurante su servicio como Obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Manuel Ochoa se destacó por su incansable labor en favor de los migrantes, desplazados y comunidades vulnerables de esta región fronteriza. En medio de las crisis humanitarias derivadas del flujo migratorio venezolano, promovió la creación de albergues, comedores comunitarios y centros de atención integral, en coordinación con Cáritas Diocesana y organizaciones internacionales. Impulsó, además, programas de regularización migratoria, acompañamiento jurídico y apoyo psicosocial, convirtiendo a la Iglesia local en un referente de esperanza y acogida. Su liderazgo pastoral fue clave para articular respuestas de emergencia durante los momentos más críticos, siempre defendiendo la dignidad de los más pobres y abogando por soluciones estructurales a la crisis. Llamado a la oración y esperanza en CristoEl Obispado Castrense y la Conferencia Episcopal de Colombia invitan a unirse en oración por el eterno descanso de monseñor Ochoa, confiando en las palabras de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá" (Jn 11,25).

Jue 13 Feb 2025

El Jubileo también le entregó un importante mensaje de esperanza y paz a los militares y policías en Colombia

Del 8 al 9 de febrero se celebró en Roma el Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de Seguridad, y Colombia allí estuvo representada por cerca de 40 personas, animadas por monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, obispo castrense. Participaron 31 miembros de las fuerzas armadas y de policía, 6 sacerdotes que ejercen su capellanía en cada una de las fuerzas, y 2 seminaristas del Seminario Mayor Castrense que actualmente están estudiando en Roma.Durante estos días, miembros de academias, militares, obispos castrenses, y capellanes de todo el mundo desfilaron por las emblemáticas calles de Roma para atravesar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano.Previo al encuentro con el Papa, celebraron una Eucaristía en la Basílica de San Pedro, presidida por monseñor Ochoa. Allí, pidieron por la paz de Colombia y por todos los integrantes de las fuerzas. Además se reunieron con el Agregado Militar del Ejército Nacional y el representante de la Policía Nacional en Italia para fortalecer lazos de fraternidad. Peregrinaron por lugares representativos de la ciudad, lo que les permitió vivir un encuentro profundo con la historia y la fe de la Iglesia.Este Jubileo culminó con una Santa Misa presidida por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro a la que asistieron unos 40.000 fieles. En su homilía, el pontífice destacó el valor de los uniformados en la lucha contra la criminalidad y las diversas formas de violencia, en la salvaguarda de la creación, en la defensa de la vida y en la promoción de la paz. Les pidió no cultivar “el espíritu de guerra”, sino estar “del lado de la legalidad y de la justicia”, ayudando a que el bien venza siempre al mal.El Santo Padre también reconoció la misión de los capellanes en el acompañamiento a las fuerzas. Afirmó que estos sacerdotes “no prestan su servicio para bendecir perversas acciones de guerra”, sino para animarlos a remar mar adentro y sostenerlos en la misión que llevan adelante cada día mediante apoyo moral y espiritual, ayudándoles “a desempeñar sus cargos a la luz del Evangelio y al servicio del bien”.En esa misma Eucaristía presidida por el Papa Francisco, el Teniente Coronel Jhon Jairo Carmona Arias, de la Policía Nacional de Colombia, tuvo el honor de leer una de las peticiones en representación de los presentes, destacando la importancia de este evento para el fortalecimiento de la espiritualidad y el servicio en las fuerzas del orden.La destacada participación de la delegación colombia en este encuentro jubilar reafirma la importancia de la fe en la vida militar y policial, promoviendo una vocación de servicio inspirada en el Evangelio, como tanto lo necesita el país.Para conocer más detalles, visite la página web del Obispado Castrense de Colombia.Vea a continuación el informe audiovisual:

Mar 27 Ago 2024

Capellanes de las Fuerzas Militares y de Policía de Colombia recibieron formación sobre prevención y atención de abusos y violencias

Entre el 21 y el 22 de agosto, 198 sacerdotes del Obispado Castrense de Colombia, que prestan su servicio pastoral en todas las regiones del país recibieron formación sobre prevención y atención de abusos y violencias por parte del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia. Las charlas y talleres se llevaron a cabo en el marco del encuentro de formación permanente del clero, convocada por su obispo, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid.Temas como líneas guía y líneas operativas para la cultura del cuidado en la Iglesia colombiana, claves para identificar factores de riesgo y factores de protección en entornos familiares, sociales y eclesiales, rutas de actuación en la Iglesia a la luz del derecho canónico, hicieron parte de estas jornadas, llevadas a cabo gracias a la articulación entre el Obispado Castrense y la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia.Aunque el Obispado Castrense de Colombia, que desempeña su misión acompañando a los más de 507.000 hombres y mujeres que integran las Fuerzas Militares y de Policía del país, así como a sus familias, ya ha venido trabajando en esta dimensión, este nuevo momento de formación, renueva su compromiso con asumir y transmitir esta cultura del cuidado.“Venimos trabajando desde hace mucho tiempo en este tema. Es el tema del conocer, el tema de aplicar nuestras acciones, nuestra tarea en muchos frentes: el frente de la catequesis, el frente de la pastoral vocacional, el frente de la atención y el consejo de nuestros militares y de sus familias. Es una política preventiva (…) Es crear ambientes sanos, crear ambientes adecuados, crear ambientes que propicien de verdad un cuidado de las personas, un cuidado de nuestros fieles. Es una Iglesia al servicio de los fieles, una Iglesia al servicio de los niños y jóvenes de Colombia”, así lo expresó monseñor Víctor Manuel Ochoa.Por su parte, la psicóloga Helen Andrea Franco Matallana, quien dirige el área de Apoyo Espiritual y Psicológico del Obispado, señaló que estos espacios permiten no solo que los sacerdotes asuman esas enseñanzas de prevención y atención, sino que también puedan proyectarlas con sus fieles (en este caso, militares, policías y sus familiares) y así construir, de manera conjunta, una cultura del cuidado.El Obispado Castrense de Colombia cuenta con el Instituto Fe y Paz, este se encarga de la formación de hombres y mujeres de armas en asuntos asociados a derechos humanos, ética e integridad. Su director, el también psicólogo René Rojas Cortés, quien también estuvo presente en estas jornadas, afirmó que la formación sobre cultura del cuidado se articula directamente con la formación en derechos humanos que desde allí brindan.“Ha sido un espacio de conocimiento, de aprendizaje, de reforzar cosas que ya estaban apropiadas por parte de la Comisión para la Cultura del Cuidado del Obispado, pero que siempre vale la pena reforzarlas. Hay reflexiones nuevas, hay estadística nueva que hay que conocer para seguir trabajando de la mano de nuestros sacerdotes colombianos”, así lo expresó el doctor René.La Comisión para la Cultura del Cuidado del Obispado Castrense inició su trabajo de manera formal en este año 2024. Tanto la doctora Helen, como el doctor René hacen parte de este organismo. También lo integran el Capellán del Ejército Nacional de Colombia, el padre Benedicto Peña y el Vicario de Pastoral, el padre Luis Fernando Restrepo Londoño. Por decreto del Obispo Castrense de Colombia, actualmente esta Comisión es presidida el Vicario General.Durante los días previos a esta formación sobre Cultura del Cuidado, los sacerdotes recibieron diferentes charlas asociadas a temas fundamentales para su desarrollo personal, pastoral y profesional. Entre ellos:Retos de la Vida Sacerdotal: Exploración de los desafíos inherentes a la vocación sacerdotal en el contexto contemporáneo.Peregrinación al Interior – Ejercicio de Revisión Vocacional: Un ejercicio introspectivo para reflexionar sobre la propia vocación y misión.Excursión a un Mundo de Sensaciones: Un enfoque innovador para la reflexión personal y el crecimiento espiritual.Vida Sacerdotal y afectividad: Discusión sobre la gestión saludable de las emociones y su impacto en la vida sacerdotal.Liderazgo sacerdotal: Estrategias y principios para ejercer un liderazgo efectivo y pastoral.Proyecto de vida sacerdotal: Herramientas para desarrollar un proyecto personal y ministerial claro y enfocado.Vea a continuación el informe audiovisual de la formación:

Mié 6 Sep 2023

Por caminos de reconciliación y respeto a la vida humana

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En esta mañana del domingo, cuando vivimos la alegría de la resurrección del Señor Jesús, que nos salvó del pecado y de la muerte, regalándonos la alegría, los invito para que lo invitemos a nuestros hogares y resuene su saludo pascual: “La paz este con ustedes” (Juan 20,21).En esta mañana, en todos los rincones de Colombia, los invito a pensar en los hombres y mujeres que entregan su vida por el País, por Colombia, con sudor, sacrificio y abnegación dando lo mejor de sus vidas para salvaguardar el orden público, el valor de la vida, la soberanía de Colombia, la defensa de la legalidad. Hombres de fe y de integridad.Cada semana, ponemos nuestra vida en manos de Dios, en este programa NOTAS HUMANAS Y DIVINAS, afirmamos el auxilio del Señor en nuestra vida y trabajo, mirando al resucitado. Los invito para que elevemos súplicas al Señor de los Ejércitos, pidiendo bendiciones sobre nuestra Patria y sobre nuestras acciones, sobre el trabajo de los colombianos, sobre nuestros soldados y policías.Los invito a tener un sentimiento de gratitud para con los hijos de Colombia, hombres y mujeres que llevando el uniforme de nuestras Fuerzas Armadas -soldados y policías- en lugares muy diversos de Colombia, donde sirven el bien común, nos dan seguridad y acompañan la democracia de la Patria.Son muchos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, el Ejército Nacional, la Armada Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía Nacional, que cumplen con las tareas y acciones que, con gran esfuerzo cumplen en favor de los colombianos, protegiéndonos de particulares amenazas.Estos hombres y mujeres son hombres de profunda fe, en Dios, en su misericordia y le ponen a Él, como fundamento de sus vidas y tareas. Son hijos de la Patria, que están acompañados de las oraciones de sus Padres, de sus esposas, de sus hijos.Recojámonos en un momento de oración pidiendo que Dios proteja y acompañe a los soldados de Colombia, por nuestros Policías. Estos días son días de prueba, muchos de ellos han entregado su vida, han derramado la sangre por Colombia.Los invito para que pongamos en manos del Dios justo y fiel, sus vidas y sus familias, pongamos en manos de Dios su servicio, la entrega de todos nuestros soldados caídos, al servicio de la libertad, del orden social.Con gran fe, pongamos a las familias de estos soldados y policías caídos cumpliendo su juramento solemne de llegar incluso a entregar la vida por Colombia, para que encuentren el auxilio de Dios.La muerte de tantos soldados 34 – y policías 37 en este año 2023, nos tienen que hacer reflexionar y pensar en la profunda opción que tenemos que hacer por construir la paz en nuestra Patria.Pidamos al Señor que la tarea y la vida de estos soldados, continúe siempre poniéndose al servicio de la construcción de la paz, una paz verdadera, sincera, estable y justa, donde cada uno reciba los beneficios de esta opción por la vida humana, en el cumplimiento de la doctrina social de la Iglesia: la defensa de la vida, el cuidado de la dignidad de la persona y la garantía de los derechos humanos para todos, sin distinción de su condición social.Esta tarea de la construcción de la paz, tiene que estar presente en todas nuestras comunidades, en todos los rincones de la Patria, donde es fundamental la colaboración de todos -hombres y mujeres- de todas las condiciones sociales. La paz debe comenzar en las familias, en las pequeñas comunidades, en los grupos sociales y humanos que nos agregan y comprometen. La paz se deber construir con honestidad, con trabajo, con rectitud, con lucha a la corrupción y al mal, con nuestra opción por alejarnos del pecado y del mal.La paz comienza con la convivencia y la ayuda fraterna entre todos los colombianos, con el respeto de nuestras autoridades legítimas y, especialmente, en el fortalecimiento de la justicia, en la afirmación del derecho.Pidamos a Dios que nuestros Soldados y Policías puedan fortalecer sus capacidades de servicio, sus competencias para ponerse al servicio de los colombianos. Nos lo regale Jesucristo, “camino, la verdad y la vida”, sea El nuestro camino, nuestra paz, nuestra justicia. Que podamos construir la Patria, en el cumplimiento de la ley y, especialmente, fortaleciendo las relaciones justas entre los colombianos, que nuestra tarea construya la paz, en la legitima defensa de los derechos de todos.Recibe Oh Dios, en tu paz a cuantos han caído víctimas del horror del doloroso y conflicto, que podamos estrecharnos en el eterno abrazo de la paz y, que construyamos la Patria por caminos de verdad, justicia y reconciliación. Nuestra Reina, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá nos arrope con su manto.¡Alabado sea Jesucristo!+Víctor Manuel OCHOA CADAVIDObispo Castrense de ColombiaEditorial publicada en "Notas humanas y divinas" de RCN, 3 de septiembre 2023.

Mar 7 Mar 2023

Obispos castrenses de América Latina y el Caribe proyectan el fortalecimiento de su misión pastoral en ambiente sinodal

Del del 27 de febrero al 3 de marzo, en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Bogotá, se llevó a cabo un nuevo Encuentro de Obispos Castrenses y Ordinarios Militares de América Latina y el Caribe, el primero que se realiza de manera presencial tras la pandemia del Covid-19. En el espacio, los representantes de la Pastoral Castrense de 15 países de la región abordaron las perspectivas y líneas de acción prioritarias para su trabajo eclesial de cara a los desafíos que se plantean a nivel social, político y económico. A través de un video, monseñor Miguel Cabrejos, presidente del CELAM, envió su saludo a los asistentes y les recordó que hay un llamado a caminar juntos, sinodalmente y puntualizó: “Todos los miembros del pueblo de Dios: los obispos, los sacerdotes, los militares, los policías, sus familias y el personal civil que labora en las instituciones castrenses, para que seamos signos de unidad, ante tanta división y constructores del Reino de Dios en medio del mundo de hoy”. De acuerdo con monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense de Colombia, el encuentro permitió establecer criterios concretos para revitalizar esta pastoral “que quiere poner a Jesucristo en la vida, el corazón y la experiencia diaria de cada uno de los miembros de las fuerzas militares y de policía del continente “fortaleciendo una profunda espiritualidad, fortaleciendo un camino de fe” y haciendo un especial énfasis en el cuidado de las familias. “Un tema importante que hemos tratado en este encuentro con los hermanos obispos y los ordinarios es el tema de la formación en derechos humanos, la formación en grandes y altos valores éticos para nuestras fuerzas”, agregó monseñor Ochoa al finalizar la reunión. El encuentro, que se llevó a cabo de manera simultánea con la Asamblea Regional de Países Bolivarianos en Quito (Ecuador) realizada en el marco de Fase continental del Sínodo de la Sinodalidad, contó con la participación activa de representantes de Paraguay, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, Salvador, República Dominicana, Uruguay, México, Perú, Panamá, Ecuador, Chile, Argentina, Honduras y Colombia como país anfitrión. Conozca el video informativo del espacio elaborado por la Oficina de Comunicaciones del Obispado Castrense de Colombia:

Lun 1 Feb 2021

“Quiero ponerme como obispo al servicio de esta tarea con humildad y sencillez”

Este fue el mensaje contundente que expresó el nuevo obispo castrense, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, durante su homilía en la celebración eucarística de posesión canónica realizada el pasado 30 de enero, en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, en Bogotá. Al dirigirse a los miembros de las fuerzas militares y de policía, así como a representantes de todas las instituciones del Ministerio de Defensa, les aseguró que desde el obispado castrense pueden sentirse “arropados, cuidados, apoyados y estimulados en los momentos de dificultad o tristeza que puedan estar pasando”. “Quisiera que hoy nos centráramos en Jesucristo. La acción, la tarea, el servicio del obispado castrense, ese es nuestro principio y fin, anunciar a Jesucristo. Es hacer que cada uno de los miembros de las fuerzas militares ponga su mirada en Jesús. ¡Desde hoy los llamo queridos hijos! (…) Las fuerzas militares y de policía de Colombia no deben tener miedo, porque tienen la certeza de la fe y la certeza de los altos ideales y de las altas tareas a las que están llamados, las más altas tareas en medio de una comunidad constituida como lo es la patria”, agregó. El prelado aseguró que es importante que en el ámbito militar y de policía se viva una experiencia de Dios y de pertenencia a la Iglesia, esto da la seguridad de construir sobre grandes valores. “Allí tienen que vivirse los valores espirituales con una profunda vivencia de Dios. Allí donde están nuestros soldados, oficiales, suboficiales y personal militar y también el personal civil qué sirve al Ministerio de Defensa y a los que han prestado su obra a estas grandes instituciones, encontrarán la presencia de la Iglesia en los párrocos y capellanes, que transmiten y contribuyen a que la vida militar sea un proyecto de vida, animado por altos valores espirituales y humanos”. Monseñor Ochoa Cadavid resaltó seis líneas que considera marcarán el caminar pastoral de servicio en el obispado castrense. Primero: Estado de misión permanente. Observó que el anunciar a Jesucristo será una misión que continuará la Iglesia diocesana del obispado castrense. “Esto no cambia, tenemos que anunciar a Jesucristo, tenemos que hacer que los soldados de tierra, mar, aire y agua y los miembros de la Policía Nacional, vivan a Jesucristo celebrando los sacramentos, orando, encontrando la certeza de la presencia de Dios”. Segundo: Al servicio del sufrimiento. Al afirmar que el sacrificio de las fuerzas armadas y de policía, en ocasiones, es incomprendido y atacado en su oficio, también destacó que la absoluta mayoría de sus miembros están ofreciendo su servicio para cuidar y ayudar a los colombianos. Tercero: Solidaridad y caridad cristiana. Al resaltar la labor de tantos héroes de la patria, que en cumplimiento de su deber han quedado inválidos o con secuelas psicológicas, advirtió que es importante ayudar desde el obispado a estos hombres y mujeres que quizás necesitan de una palabra de aliento. Cuarto: Cuidado de las familias. También puso de presente a los familiares de militares y policías. “Es urgente hoy trabajar en las fuerzas armadas y de policía en favor de las familias de oficiales, suboficiales, soldados, policías, para que brille la luz de Cristo en cada hogar, para que brille una gran riqueza espiritual y humana”. Quinto: Trabajar en la construcción de una Colombia digna, justa, respetuosa de la persona humana. Frente a este aspecto, el prelado trajo a la memoria algunas palabras del Papa Francisco durante su última visita a Colombia y dijo que en este camino hacia la paz “es necesario evangelizar, es necesario tener opciones éticas y es necesario reencontrarse en la dignidad humana”. Sexto: “Tenemos que defender a la persona humana”. “La Iglesia, en su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien común; es consciente que los principios evangélicos constituyen una dimensión significativa del tejido social colombiano y, por eso, puede aportar mucho al crecimiento del país”, a este respecto el prelado dijo que se trabajará para fortalecer la santidad y la práctica religiosa dentro de los estamentos militares y de policía. Al acto de posesión canónica le acompañaron el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor; el obispo castrense saliente, monseñor Fabio Suescún Mutis; monseñor Víctor Manuel López, primer obispo castrense de Colombia, y el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio; los obispos auxiliares de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí Herrera y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla; y monseñor Timoteo Archimandrita, máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Griega en Colombia. Igualmente hizo presencia una pequeña delegación de la Diócesis de Cúcuta.