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negociaciones con el eln

Lun 14 Ago 2023

¿Qué es necesario? R/ La Buena Voluntad

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - El pasado 9 de agosto, en la sede del CELAM y convocados por una de las instancias de la Iglesia que sirve a la reconciliación y la paz, la Relación Iglesia-Estado, se dieron cita distintos actores con responsabilidad con el Mecanismo de Monitoreo y Verificación para el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal, entre el Gobierno Nacional y el ELN.Como quiera que el objetivo principal del encuentro era hacer un ejercicio pedagógico dentro del alistamiento para el servicio que se le pide a la Iglesia en los territorios, estuvieron presentes los negociadores del gobierno y del ELN; la Representación de Naciones Unidas; la Nunciatura Apostólica en Colombia; las tres instancias de la Conferencia Episcopal de Colombia, así como representantes de embajadas y delegados de la cooperación internacional. Notoria fue la presencia, interés y participación de los sacerdotes párrocos venidos de distintas regiones de Colombia donde precisamente se ha de acompañar la verificación del cese al fuego. Valiosas fueron la socialización de los protocolos del mecanismo; la profundización en el Derecho Internacional Humanitario y los aportes que, con su reflexión y las preguntas provenientes de los territorios, hicieron los curas párrocos. Muy positiva fue la voluntad expresada por ellos de conformar y preparar muy bien los equipos diocesanos que habrían de acompañar este proceso.En el ámbito de las reflexiones y de la escucha, surgió una pregunta hecha, tanto a los negociadores del ELN, como a los negociadores del gobierno: ¿Cuáles son las oportunidades que nos ofrece el cese al fuego?Bernardo Téllez, de la dirección Nacional del ELN, señaló que “es una oportunidad histórica de encontrar una solución política a las causas estructurales del conflicto armado. Los procesos hasta ahora no han tocado las causas y ese es el principal reto que tenemos en esta negociación. Sin las transformaciones que no toquen los temas de fondo, no será posible la paz. Sin estos cambios y sin el abordaje soberano del narcotráfico no será fácil. La visión de paz del ELN ha sido siempre la participación de las mayorías excluidas. Colombia no ha tenido momentos de paz sino pacificaciones que no han contribuido a un nuevo pacto social capaz de erradicar la violencia. Los conflictos de Colombia siempre han sido tratados con violencia. Desde el ELN queremos que este proceso tenga dos grandes resultados: Una participación activa en una agenda de cambio en función de un acuerdo nacional y que el cese al fuego se consolide en función de una salida política negociada al conflicto social y armado”.Por su parte el vicealmirante retirado, Orlando Romero Reyes. Negociador por parte del gobierno, expresó que “el cese al fuego mantendrá el Estado Social de Derecho y que el mecanismo de verificación no sustituye a la fiscalía ni a la investigación judicial. Lo que se busca es bajar la intensidad del conflicto empezando por las comunidades más vulnerables. Necesitamos y estamos urgidos de una pedagogía que ayude mantener los compromisos de las partes. Este es un proceso que se ha realizado con transparencia. Tenemos que lograr que la fuerza publica respete el Derecho Internacional Humanitario. Reconocemos que es un proceso con muchos problemas porque hay otros grupos en el mismo lugar. Queremos activar el canal de la vida. Queremos evitar que haya confusión por mensajes errados. Este proceso del cese al fuego tendrá muchos incidentes que esperamos no se repitan y nos sirvan de aprendizajes. El cese al fuego nos exige y nos demanda hablar con la verdad y tener un condigo de conducta”.Escuchando a los sacerdotes provenientes de los territorios y a los dos artífices del cese al fuego, el comandante Bernardo Téllez y el vicealmirante Orlando Romero Reyes, creo que es importante abrir la reflexión sobre aquello que es pertinente para la concreción de esta agenda de negociación en la que ya el cese al fuego es un paso importante que permite silenciar fusiles, recuperar la palabra y abrir caminos para los alivios humanitarios. Dos exigencias debemos hacerles:La primera es que los negociadores del gobierno y del ELN deben ser conscientes que, para avanzar, más allá del cese al fuego los sacerdotes y las comunidades les están pidiendo magnanimidad, creatividad y esas nuevas genialidades que exige el logro de la paz. Y ello porque lo que siga de ahora en adelante, necesariamente, tendrá que ayudar a crecer la esperanza, a que maduren las confianzas, disminuyan los sufrimientos y se reduzcan las hostilidades. Esto es lo que hará creíble cada esfuerzo de la mesa de negociación.La segunda exigencia esta determinada por cuanto está a la base de todos los propósitos nobles: La Buena Voluntad. La buena voluntad es el único bien que es solamente bueno y no merece restricción. Es buena o no es.La ausencia de buena voluntad en la mesa de negociación tiene consecuencias muy graves. Si la buena voluntad no es previa a lo que se está pensando y se pretende hacer, es imposible que se tenga en la mesa de negociaciones una base común que de esperanzas. Si hay malicia, sospecha, desconfianza será muy difícil construir algo que congregue y vincule a todos. Sólo con la buena voluntad de las partes se puede construir algo bueno para la Nación. Ojalá se pudiera entender que es la buena voluntad el factor principal de unión de cara a una respuesta que supere los desafíos que escuchamos en ambos artífices del cese al fuego. Si no hay buena voluntad no hay salida. La buena voluntad es la tabla de salvación de esta negociación. Nuestra nación, para tomar una expresión del Papa Francisco, tiene una permanente llaga social producida por la desatención a las necesidades de nuestra gente, la cual hoy es una sangría incontenida. Nuestras élites nunca han pensado a una solución como conjunto, sino para ellas. Han estado más empeñadas en defender privilegios que en garantizar derechos para todos. Esta negociación debe considerar este aprendizaje que está a la base de la construcción de una paz estable y duradera.Si la buena voluntad es tan decisiva, es un deber suscitarla en todos. En caso de riesgos como los que vive la nación, hasta los más egoístas deben ayudar con su buena voluntad. Qué bueno que la mesa sea capaz de dar el viraje necesario: “pasar de los intereses en conflicto a su capacidad de mostrar buena voluntad”. En la mesa de negociación no dudamos de que hay un capital inestimable. Si cada uno de los negociadores quisiera arreglar las cosas, se saldría adelante. Con la buena voluntad siempre es posible salir adelante. Hago dos propuestas: que los negociadores salden su hipoteca buena voluntad y que, en cada uno de nosotros, la autoestima, sea un llamado a la buena voluntad.Pbro. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social