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obispo riohacha

Vie 23 Jul 2021

Mensaje del episcopado para Jornada Mundial de los Abuelos y Personas Mayores

El próximo domingo 25 de julio se llevará a cabo la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores instituida por el Papa Francisco, una oportunidad para “recordar que ellos son necesarios para construir en fraternidad y amistad social el mundo del mañana”, así lo afirmó monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida. Ante esto, el también obispo de Riohacha, se refirió a tres pilares que a su consideración pueden llevar a los abuelos y personas mayores a que este propósito se cumpla y sea aplicado en las nuevas generaciones: los sueños, la memoria y la oración. Los sueños Les animó a no dejar de soñar, advirtiéndoles que sus sueños serán tomados por los jóvenes y estos a su vez los llevarán adelante, esto al referirse al texto del profeta Joel «Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones». “Sí, el futuro del mundo reside en esta alianza entre jóvenes visionarios y mayores soñadores. Los jóvenes están llamados abrir nuevas puertas y los ancianos tienen las llaves, es que no hay futuro sin este encuentro entre los ancianos y los jóvenes”, asintió. La memoria Les alentó igualmente, a no perder la memoria, “la memoria es vivir, esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano más acogedor”. La oración Les señaló que la oración es necesaria para construir un futuro mejor “La oración de los ancianos puede proteger al mundo. Sí, querido abuelo, querida abuela tu oración es un recurso muy valioso, es un pulmón del que la Iglesia y el mundo no puede privarse”. El prelado recordó que el Papa Francisco en su mensaje hace referencia al sufrimiento por la soledad que pueden estar pasando los abuelos y las personas mayores, en estos tiempos de pandemia. “El Señor sigue enviando ángeles para consolar a quienes se sienten excluidos, descartados, abandonados, solos, enfermos, ancianos, su promesa permanece y se hace realidad en sus hijos y nietos como también en las instituciones del Estado, pues es nuestra la responsabilidad de atender a los mayores”. Finalmente, el obispo pidió una oración especial por los abuelos y personas mayores e invitó a los hijos y nietos a acompañarlos, protegerlos y estar presentes siempre en sus vidas. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Mensaje de la Jornada[/icon]

Vie 15 Jun 2018

“Las periferias de Colombia han sido abandonadas por el Estado”: Mons. Salah

En una entrevista concedida a la revista Vida Nueva, el obispo de Riohacha, monseñor Héctor Salah Zuleta, denunció el tema de corrupción política que se vive en esta región del país y aseguró que el único camino para acabar con la desigualdad y exclusión de las comunidades es ofreciendo una buena educación. La corrupción es como un cáncer social, y en el caso de Colombia –como en los países de la región– continúa generando violencia y profundas brechas de desigualdad y exclusión. Lo sabe bien el obispo de Riohacha, Héctor Salah Zuleta. Su jurisdicción eclesiástica abarca la zona desértica de La Guajira, una península al norte del país, históricamente olvidada y empobrecida, donde –según el Instituto Nacional de Salud– al menos 16 niños han muerto con diagnóstico de desnutrición durante el primer trimestre de este año. En los 14 años que lleva al frente de la diócesis, su prioridad siempre ha sido la población vulnerable. No ha titubeado cuando ha puesto al descubierto las tretas administrativas de los políticos de turno. A los candidatos presidenciales les ha pedido alejarse de la ilegalidad y redescubrir las posibilidades de desarrollo de la península. Un territorio olvidado PREGUNTA.- ¿Es usted un profeta en La Guajira? RESPUESTA.- Una de las misiones fundamentales del sacerdote es ser profeta, del anuncio y la denuncia, lógicamente frente a las dificultades que uno está viendo y descubriendo en ese departamento tan olvidado, porque prácticamente la zona de La Guajira y las periferias en Colombia han sido abandonadas por el Estado. Ante eso, uno no puede quedarse callado. Uno presta un servicio desde la evangelización y la evangelización se realiza con personas que están viviendo una situación concreta, y uno tiene que ser testigo y anunciar y denunciar en esas circunstancias concreta. P.- ¿Es imposible acabar con la corrupción? R.- Imposible no, pero sí va requerir de un período muy grande, dedicado a un proceso de educación en valores que no simplemente se reduce a la escuela. La Iglesia [en esta región] siempre ha estado al frente de la educación desde hace más de 140 años. No está de más decir –esto no es ningún acto de prepotencia– que la educación pública que administra la Iglesia es de una calidad superior a la educación pública que ofrece el Estado. Por decir un ejemplo, en Riohacha hay cinco colegios cuyas plantas físicas son de nosotros, y en la zona puede haber 20 colegios, pero siempre los padres de familia, aún cuando no profesen la misma fe, prefieren las escuelas de la Iglesia. Desgraciadamente personas de los diferentes entes territoriales llegan a la Iglesia a decir que la educación nuestra es la mejor y cualquier cantidad de elogios, pero lo hacen a cambio de prebendas económicas. Nosotros tuvimos que reaccionar a eso y decir: ¿cómo se le ocurre robar el dinero de la educación que es el área fundamental en La Guajira?, y fuera de eso, se lo quiere robar valiéndose de la Iglesia, ¿cómo se le ocurre? “Nos volvimos personas incómodas” P.- Entre los políticos, ¿cómo ha sido vista esta postura? R.- En la Guajira hay siete gobernadores presos en línea, eso quiere decir, en términos sencillos, que de todos los partidos políticos, ninguno ha sido capaz de dar una respuesta en función del bien común, obviamente por ello nos volvimos personas incómodas. Como nos negamos a comprar prebendas, obviamente nos volvimos personas incómodas y muchas de esas personas que llegaron a comprar nuestras conciencias están presas y entonces, como consecuencia, se inventaron unas ONG sin trayectoria ni experiencia y a estas ONG no les importa la realización de contratos serios de educación, le importa manejar el dinero del contrato. Lo que no pudieron conseguir con nosotros, lo consiguieron con esas ONG. P.- ¿Ha sido amenazado alguna vez? R.- No. Estamos en un departamento que tiene cierta tendencia a la venganza, pero nunca he recibido una amenaza. No tengo conductor, viajo solo, camino por la calle, me monto en bus o en taxi y nunca he tenido ninguna dificultad. Hablar duro y directo P.- A pesar de sus denuncias y de su radicalidad… R.- Me han dicho que hablo duro y directo. Curiosamente, el 2 de febrero, en la celebración de Nuestra Señora de los Remedios, en Riohacha, se congrega desde hace mucho tiempo una cantidad de personas de todos los estratos y maneras de pensar –políticamente–, eso se convierte en toda una festividad, para unos pagana, para otros política, para otros turística y para los creyentes, por supuesto, religiosa. Tuve en la catedral a los candidatos presidenciales de todas las tendencias. Fueron a la eucaristía, la escucharon, se aguantanron el sermón que, por cierto, escribí pensando cada palabra. No fue agresivo pero sí directo y clarito, tanto que la gente aplaudió. Hasta comulgaron algunos, yo no sé cuál es su condición, pero tampoco puedo negarles la comunión. Y hasta quedan contentos de todas las cosas que uno les dice. P.- Y si llegara a ser amenazado, ¿cuál sería su opción? R.- Yo me quedaría, desde luego. En realidad yo tengo ya cierta edad y ya he cumplido muchas de las metas que me he propuesto, preferible que me hagan una estatua en el parque que diga lo mataron por no robar ni dejar robar. Educación y respeto por la cultura P.- Los pueblos indígenas en La Guajira han sufrido las consecuencias del olvido gubernamental, ¿cómo los acompaña la Iglesia? R.- En La Guajira, en la frontera con Venezuela, está la etnia más grande –creo yo– de Latinoamérica, que es la wayúu. Pueden llegar a unos 450.000 indígenas entre estos territorios. Es una etnia supremamente interesante, con una riqueza cultural inmensa, todo eso se ha respetado. Cualquier indígena wayúu que sea bachiller, incluso aquellos que ha entrado en universidades, lo educó la Iglesia. Nosotros tenemos un sistema de internados creados por los padres capuchinos. El internado allá es muy distinto a cómo lo concebimos nosotros los cachacos [es decir, los del interior del país]. El internado de La Guajira lo inventaron los capuchinos porque los indígenas estaban dispersos, entonces en cada ranchería no había la posibilidad de hacer una escuela y para que los niños y niñas pudieran acceder al estudio fue necesaria la construcción de estos internados. Hemos respetado costumbres, lengua, vestimenta y hasta creencias religiosas, que son completamente diferentes a la que nosotros tenemos en nuestra concepción cristiana de la vida. Entonces los niños tienen todo lo necesario para formarse integralmente. De hecho, el internado más antiguo tiene 108 años, otro tiene casi 90 y el más nuevo de los internados tiene 50 años. “La Guajira es la puerta del continente” P.- ¿Cuál sería su mensaje al futuro Presidente de Colombia? R.- Que se acuerde que en nuestro mapa, donde comienza la República de la cual será presidente, existe un departamento que se llama La Guajira, que tiene una potencialidad de riqueza increíble en dos campos: el turístico, pues las riquezas naturales del departamento son inimaginables, pero no hay la infraestructura para atraer a muchos turistas del mundo. Eso está absolutamente en ciernes y no ha habido nadie que le trabaje a eso. En estas carencias tan grandes, con la problemática de la energía, otro de los campos a explorar es el aprovechamiento de la energía marina, eólica y fotovoltaica. La Guajira es la puerta del continente y eso debemos aprovecharlo. Fuente: Revista Vida Nueva

Mié 7 Feb 2018

La riqueza de la Guajira sigue postrada ante la corrupción

"Para nadie es un secreto la ingobernabilidad total que se vive en esta región del país. Situación que dificulta los procesos de desarrollo del departamento de la Guajira y que prende las alarmas para que los ciudadanos en esta época preelectoral, voten a conciencia y escuchen la voz de la Iglesia", así lo manifesto el obispo de Riohacha, Monseñor Héctor Salah Zuleta. Recordemos que, en los últimos años, siete gobernadores de la Guajira han tenido problemas judiciales quedando inhabilitados. Situación que tiene paralizado el departamento, por la falta de autoridad competente y honesta. Se suma a esta calamidad política la falta de agua por las sequías en la región y por ende la escasez de alimentos para sus habitantes. La ruta de mafias y la corrupción desbordada que ha permeado a dirigentes locales y a autoridades, más factores culturales que ponen lo ilegal como modelo y la falta de presencia del Estado, son ingredientes de postración que vive este departamento. Sin embargo, la Iglesia allí presente por medio la diócesis de Riohacha, creada hace 30 años, le apunta a los procesos educativos y a la evangelización en esta región con la presencia y apoyo también de comunidades religiosas. Rioacha, un pequeño Miami La Iglesia denuncia, evangeliza, alerta y por supuesto trabaja con la educación en estratos 0,1 y 2, dirigidos por educadores laicos, sacerdotes y religiosas. Educación directa de 15.000 niños en colegios públicos, pero con la calidad de instituciones privadas. El futuro está a través de la educación. Es definitivamente la esperanza de un renacer de esta región, tan hermosa y potencialmente turística, con tanta riqueza, es además la meca de energías renovables. “Podría ser Rioacha, por ejemplo, un pequeño Miami”, afirma monseñor Héctor Salah Zuleta, obispo de Riohacha. En las homilías, monseñor Salah recalca puntualmente todos los vicios que se manejan entorno a los procesos electorales, habla a la comunidad sin tapujos y advierte de la corrupción que se mueve en torno a las elecciones que se aproximan. Perseverar, denunciar, orar y evangelizar, aunque los procesos sean lentos, son las premisas de la Iglesia representadas por la diócesis de Riohacha en este departamento regido por altos índices de corrupción, alianzas de autoridades, políticos y grupos ilegales. Veamos, a continuación, la entrevista completa con monseñor Héctor Salah Zuleta, quien ratifica esta realidad: Fuente: Oficina de comunicaciones Arquidiócesis de Bogotá