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pesebre

Vie 24 Dic 2021

Feliz Navidad en Cristo Jesús, María y San José para todas las familias

Ante el anuncio gozoso del nacimiento del Salvador y el pregón de la Navidad, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, presenta un mensaje a las familias colombianas, recordándoles a cada uno de sus miembros que todos están llamados a contemplar los pies hermosos de Dios que anuncia la paz, la fraternidad y el amor a sus hermanos. “En este mensaje de Navidad quiero llegar hasta su familia para unirme con usted con esos signos de gozo que hay en su hogar junto a su pesebre, junto al corazón de toda su familia, para decirles que como Iglesia nosotros estamos llamados a contemplar los pies hermosos del Dios que anuncia la paz a sus hermanos” Afirma que son esos pies de niño tierno, que todavía no pueden caminar entre los valles y montañas, los que luego avanzarán, para enseñarnos a encontrar la verdadera paz y fraternidad. Observa que es Dios la verdadera paz, por ello las familias en esta época celebran la Navidad compartiendo la palabra de Dios, la eucaristía, la cena, el rezo de la novena, el canto de los villancicos, y es así, -agrega el prelado- “que estos detalles nos hacen pensar en que usted y yo si queremos celebrar la Navidad, debemos ser hombres y mujeres de pies hermosos que le anunciamos la paz a nuestros hermanos”. Finalmente, el arzobispo extiende un saludo de Feliz Navidad en Cristo Jesús, en María y San José a todas las familias colombianas. <iframe width="820" height="410" src="https://www.youtube.com/embed/_qIpXwdM5lo" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe>

Lun 14 Dic 2020

Conferencia Episcopal regala Novena de Navidad – Descárguela aquí

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), obsequia el facsímil en PDF de la ‘Novena de Navidad 2020’ creada por su Departamento de Catequesis y Animación Bíblica. Con el título “Ven, Señor, danos tu luz”, la CEC entrega este regalo a los colombianos católicos y a quienes en este tiempo participan en la devoción de rezar la novena navideña en las familias, las oficinas, las veredas, las parroquias y a través de los medios de comunicación. “En esta Navidad 2020, Jesús quiere encontrarse con nosotros para disipar las tinieblas del miedo, de la soledad, la incertidumbre, y tantas pérdidas que caracterizan este año que ha vivido la humanidad y el país”, expresa monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente del episcopado colombiano, en la presentación de la novena. Asimismo, el también arzobispo de Villavicencio insiste en el texto de presentación que el Señor Jesús acompaña a su pueblo para superar los desafíos sociales y culturales que hoy afrontan los cristianos, y hace alusión al pasaje bíblico del profeta Isaías (9,2) que dice: “Un pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”, agregado que “Jesús quiere arrancarnos de nuestras tristezas oscuras, para iluminar nuestro camino con su luz que es vida, creatividad, impulso, serenidad, y, al darse de nuevo, comunicarnos la verdadera paz que el mundo no nos puede dar.” Monseñor Urbina Ortega, quien se recupera del paso del Covid-19 por su vida, anima a los colombianos a caminar juntos, “como hermanos en esta nación, cuya construcción es, sobre todo ahora, tarea y responsabilidad de todos. Les deseo una fructuosa Navidad para que todos podamos mirar nuestra historia con ojos serenos, con profunda esperanza del nacimiento de un país nuevo, donde todos como hermanos y hermanas seamos artesanos de paz.” Contenido de la Novena Esta novena conserva los elementos tradicionales de sus oraciones, sus gozos y su plegaria confiada al Niño que nos trae la paz y la vida. Puede tomarse como un ejercicio de confianza en el amor de Dios, en la fuerza de su misericordia y en la proclamación de una palabra profética que trae consuelo y alegría a quienes tanto han sufrido en este tiempo de pandemia. La novena tiene como texto base para la reflexión a Isaías 8,1-5: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre serán combustible, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz»”“ [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar NOVENA DE NAVIDAD[/icon]

Sáb 21 Dic 2019

Diciembre

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - ¡Llegó diciembre con su alegría! Es el clamor de muchos cuando desde noviembre se comienzan a escuchar los villancicos. Pero, ¿qué debe significar realmente el mes de diciembre para nosotros los católicos? Con el tiempo de adviento se ofrece a todos la posibilidad de una preparación espiritual, de manera que los corazones y los espíritus se dispongan adecuadamente para recibir al Dios Niño, que de nuevo quiere nacer en todos, para ratificar el amor que nos tiene, para decirnos que renueva su presencia paternal y protectora entre nosotros, para recordarnos que sigue siendo nuestro compañero de camino. Así las cosas, diciembre, con la solemnidad de navidad, es un tiempo especial donde la alegría y la esperanza son los rasgos propios de estos días. Oración y júbilo, expresados en la caridad solidaria, más allá de los aguinaldos, son los que deben sobresalir. Pero también este debe ser el mes de la familia. En general se tiene la oportunidad de compartir juntos varios días, muchos alrededor del pesebre se reúnen para adorar el misterio de la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios y para compartir con los demás el gozo de una misma fe; otros lo hacen en su casa de descanso o en viajes, pero en general en familia. Que no se olviden de orar juntos, de dar gracias a Dios porque les ha dado la posibilidad de terminar otro año con vida, y en él les propició la dicha de haber superado las distintas situaciones alegres y difíciles que se presentaron. Pero qué bueno que este mes fuera también el de la solidaridad. Cuántas personas no tienen quien les diga ¡feliz navidad,! o les desee un ¡feliz año nuevo! Cuántos tienen que pasar estos días solos, abandonados de los seres queridos o enfermos, o en una cárcel o trabajando. Cuántos no tienen nada que comer, y muchos dilapidando el dinero en cosas suntuosas o innecesarias. El misterio de la navidad nos tiene que llevar a todos a mirar a los que sufren a los pobres, a los hambrientos, a los que no tienen un techo donde dormir. Que los que tienen alguna posibilidad, enseñen a los hijos a dar el aguinaldo del amor y la caridad, no de lo que les sobra o no les gusta, sino de lo que tienen con amor. Un desprendimiento con sentido produce un inmenso gozo, según aquello del apóstol cuando afirma que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch. 20, 35). Ese sentimiento lo tenemos que recuperar. En fin, a todos los fieles de la Arquidiócesis de Cali, a todos los que hacen parte de esta Iglesia Arquidiocesana, Obispos, clérigos, religiosos, religiosas y laicos, mis mejores deseos de una santa Navidad. Y que en el nuevo año, el Señor a todos nos regale el don maravilloso de la paz. Bendiciones a todos. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Lun 2 Dic 2019

Papa pide mantener la tradición del pesebre

Al iniciar el Tiempo de Adviento, el papa Francisco firmó la Carta Apostólica Admirabile signum, en la que explica el significado y valor del Belén, que es “como un Evangelio vivo”, cuya representación anuncia “el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría”. En la Carta, firmada el 1 de diciembre, primer domingo de Adviento, en el Santuario Franciscano de Greccio - Italia, donde San Francisco de Asís inició la tradición del pesebre en la Navidad de 1223, el Santo Padre quiso alentar esta “hermosa tradición de nuestras familias en los días previos a la Navidad”. “La preparación del pesebre en nuestras casas nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén. Naturalmente, los evangelios son siempre la fuente que permite conocer y meditar aquel acontecimiento; sin embargo, su representación en el belén nos ayuda a imaginar las escenas, estimula los afectos, invita a sentirnos implicados en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que se hace vivo y actual en los más diversos contextos históricos y culturales”, afirmó. Tras referirse al origen del Belén, retomando fuentes Franciscanas que “narran en detalle lo que sucedió en Greccio. Quince días antes de la Navidad” cuando Francisco “llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: «celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno”, el Papa animó para que “esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada”. CARTA APOSTÓLICA ADMIRABILE ¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve? Se pregunta el obispo de Roma, explicando que en esta representación se “manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo (…) se abaja a nuestra pequeñez (…) En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado”. Finalmente, explica el sentido de los diversos signos del Belén (el cielo estrellado, los paisajes, las montañas; los riachuelos; las ovejas; los pastores; las casas; los mendigos; las figuras de María, José y el Niño; los magos; entre otras figuras que suelen incluirse, e insiste en el valor de lo que expresan y la importancia de esta tradición en la vivencia de nuestra fe. “Queridos hermanos y hermanas: El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María”, concluye.

Mar 6 Dic 2016

Jooo…jojojo.Se roban al Niño Jesús

Por: P. Jorge Enrique Bustamante Mora - Diciembre, para los cristianos católicos es un mes de gran festividad, es el tiempo de la navidad, es el tiempo donde mejor se vive la fraternidad, la amistad, la solidaridad… etc. todo se llena de luces, regalos, alimentos, adornos que engalanan casas, calles, edificios, Iglesias y ciudades enteras. Pareciera que el nacimiento del Niño Jesús lo invade todo, pero la verdad es que como creyentes debemos estar alerta porque detrás de una risa burlona jooo.. joo, se roban el verdadero sentido de la navidad. La navidad celebra con gozo el nacimiento del Niño Jesús, el Hijo de Dios, que nació de María Santísima junto a su esposo, el Casto san José. Los personajes principales son ésta santa Familia, y de manera particular el NIÑO DIOS. El centro de nuestra fe y lo que celebramos los cristianos en navidad es este acontecimiento histórico del nacimiento del Niño Jesús. Sin embargo, el consumismo de manera disimulada nos quiere robar al Niño Jesús, nos lo quiere cambiar por un viejo gordo, barrigón, que con su estridente risa JOJOJO se burla de quienes nos dejamos llevar más por la forma que por el contenido. En las casas de los católicos, y en algunos templos para dolor del creyente, se asoma en las puertas, ventanas, adornos y colgandejos este personaje que quiere desplazar del todo al Niño. En muchos lugares que he visto atiborrados por este personaje he buscado las figuras de la Sagrada Familia: Jesús, José y María (el Belén), o un pesebre, y tengo que decirlo con dolor en el corazón, que en la gran mayoría no los he encontrado, nos han cambiado la navidad, el Niño está siendo desplazado y remplazado y lo peor los católicos no nos estamos dando por enterados. Este personaje que el mundo llama de diversas maneras: santa Claus, Papá Noel, San Nicolás, poco, mejor lo digo de plano: ¡nada tiene que ver con la navidad cristiana! “En 1809 el escritor Washington Irving escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus. Más tarde el poeta Clement Clarke Moore publicó en 1823 un poema donde dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving. En ese poema se hace mención de una versión de Santa Claus, enano y delgado, como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por nueve renos, incluyendo al reno Rudolph (Rodolfo)”. Un mito, con sabor de duendes, no debe ser motivo para cambiar al Niño Jesús y a los hermosos villancicos que hablan de Belén, del Niño, de la Virgen, de San José, para cantar el famoso “Rodolfo el Reno” que nada habla de nuestra navidad. El llamado “papá Noel” es una creación comercial al servicio del consumismo, una figura estadounidense o al menos del Polo Norte, intrusa que destruye y desplaza lo auténticamente cristiano. Algunos la han querido cristianizar y la han relacionado con San Nicolás de Myra (en Oriente, por su lugar de fallecimiento) o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados y reposan sus restos), un obispo que vivió en el siglo IV en Anatolia, la actual Turquía; pero cuya figura y vida nada tiene que ver con el llamado papá Noel o San Nicolás con traje rojo, gorra de dormir y risa burlona de nuestros días. Los cristianos católicos no podemos promover valores paganos, nosotros seguimos a Jesús, y Él es nuestra luz, no podemos dejar pasar a segundo plano la navidad y menos promover un mundo del consumismo. El mundo nos quiere robar. Es importante mantenernos alerta porque en los últimos tiempos, en varias ciudades a nivel mundial, han propuesto cambiar el nombre a la navidad por otros, disque más incluyentes, como “solsticio de invierno” o “fiestas de la luz o del invierno”; la alcaldesa de Barcelona España, Ada Colau, ha dicho que “se trata de promover otro tipo de valores de origen pagano como “el triunfo de la luz” y dejar en segundo plano la navidad… y promover la feria del consumo responsable” (OK diario Cataluña). No puedo callar frente a esta realidad. Hermanos sacerdotes y bautizados todos, por favor no nos dejemos robar la Navidad, tengamos una actitud crítica y de alerta para promover y defender lo nuestro, nuestra fe, nuestras costumbres. Pidamos a las administraciones municipales que el embellecimiento de las ciudades no sea solo luces e imágenes sin contexto navideño, hay que pedir el pesebre, lo propio de este tiempo. Enseñemos a nuestros niños el valor de la Navidad, la importancia de aceptar al Niño Jesús que nos trae todos los regalos, especialmente los espirituales, y el máximo de ellos la Salvación. Aprovechemos la navidad para evangelizar, no nos la dejemos robar. ¡Una Feliz Navidad cristiana católica! Prefiero expresarla así por si acaso. Felices fiestas del Nacimiento del Niño Jesús. P. Jorge Enrique Bustamante Mora Director Dpto. Doctrina y Animación Bíblica [email protected]

Dom 20 Dic 2015

El recién nacido deje en los niños compromisos de fe

Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó resaltó que la familia y la parroquia son dos escenarios importantes donde los niños pueden ir creciendo como personas y en la fe. Monseñor Barreto recordó como la familia es el núcleo ideal para fomentar los valores de la reconciliación y perdón y cómo desde allí los menores aprenden a asumir compromisos para no volver a fallar. “En el hogar los niños encontrarán dificultades propias de la convivencia de una familia, pero es desde allí donde se tienen que generar los valores de la reconciliación y el perdón, es allí donde tienen que aprender a expresarlo verbalmente y a vivirlo también de manera simbólica, con un abrazo y un compromiso de no volver a fallar, con la corrección que van haciendo los padres y el esfuerzo que van haciendo los niños”, dijo el obispo. El obispo también destacó que el ambiente parroquial y de manera especial en el tiempo de Navidad, los niños se acercan a participar en movimientos infantiles desde donde refuerzan sus valores y compromiso con Dios. Por último monseñor Barreto deseo que para esta Navidad el Niño de Belén, traiga para todos los niños de Colombia valores tan importantes como el perdón y la reconciliación. Foto: Internet Audio: Mons. Juan Carlos Barreto Barreto