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votos

Mar 8 Mar 2022

¡Tiempo de Democracia!

Por: Mons. Carlos Arturo Quintero Gómez - Es tiempo de democracia, es tiempo de preparación para ir a las urnas, escenario democrático, en el que los colombianos podemos decidir quiénes serán los hombres y mujeres que van a legislar y quienes van a representar nuestros departamentos y ciudades. Un ejercicio que debe realizarse desde la libertad, la responsabilidad ciudadana y la justicia. De ahí que es infame, cuando constatamos las irreverencias en los foros políticos; cómo las contiendas electorales se tiñen de insultos, intrigas, desavenencias, injurias. Algunos recurren para su defensa, a los ataques con improperios sacando los trapitos al sol, ventilando debilidades humanas y tratando de poner el dedo en la llaga de aquello que más ‘duele’ a un candidato, pero es seguro que, pasando las contiendas electorales, les veamos tomando café, estrechando la mano, posando para una foto; en fin, este es un craso error, si se quiere defender una auténtica democracia. Los candidatos, deberían pensar no en sus intereses personales sino en el bien común, tener respeto por los electores y jamás herir las susceptibilidades de los contradictores. Es lamentable reconocer que los trazos de una corrupción que busca permear todos los ambientes, termine opacando la belleza de una contienda electoral que debería darse, desde la presentación de programas de gobierno, pasando por la cercanía de los candidatos con los ciudadanos e incluso con una mirada solidaria hacia los más pobres y vulnerables. La Misión de Observación Electoral (MOE) ha hecho denuncias ante estos abusos; los organismos de control no son ajenos a estas denuncias callejeras, muchas de la cuales no se cursan en dichos organismos, por la inoperancia e ineficiencia. En la calle se escuchan muchas voces que advierten contratos a tres meses, con el objetivo de ganar adeptos; exigencia a trabajadores, quienes deben garantizar, para conservar su puesto de trabajo, un grupo de electores de entre familiares y amigos o la solicitud a los mismos empleados de organizar en los barrios y veredas encuentros con determinados candidatos, para lo cual son los mismos trabajadores los que tienen que garantizar los refrigerios y la acogida. Quizás algunos, al leer este artículo pensarán: ‘siempre ha sido así’, ‘esta es una costumbre de tiempos inmemoriales’, ‘es una realidad nacional’; sin embargo, yo me pregunto, si esto es así, ¿cuándo vamos a cambiar? Indudablemente las prácticas y costumbres malsanas las podemos cambiar; esa decisión es de cada uno, tanto los candidatos quienes deberían sentir vergüenza al reducir sus candidaturas a promesas politiqueras acompañadas de ofertas de trabajo, entrega de material para adecuación o construcción de viviendas, entrega de mercados, ayuda para pago de servicios públicos, etc. Los candidatos deberían dar testimonio de transparencia, sencillez y respeto por los otros. Jamás debería un buen candidato, honesto y responsable, ofrecer privilegios o dádivas a cambio de votos. Igualmente, en el caso de los ciudadanos, deberíamos sentir vergüenza cuando vendemos nuestra conciencia, cuando nos untamos de corrupción y nos empeñamos a un candidato, para otorgarle nuestro voto. Como padre y pastor de esta Diócesis de Armenia, quiero invitar a todos los quindianos y a los colombianos, a votar bien, a pensar en el bien común; ningún sacerdote, diácono, seminaristas, religioso(a), puede incursionar en la política; no nos toca decir por quién votar, aunque asumimos como ciudadanos, nuestro compromiso con la democracia; también vamos a las urnas y lo debemos hacer con libertad y responsabilidad. No podemos usar el púlpito para invitar a votar por alguien en particular, más sí para ayudar a los ciudadanos a tomar conciencia de un deber cívico y patriótico, aún a sabiendas que hay movimientos políticos, que se presentan abiertamente ‘religiosos’ y se aprovechan de la ‘libertad de culto’ para ganar adeptos, haciendo un proselitismo dañino y perjudicial para una sociedad que necesita testigos y maestros y no más polarizaciones y divisiones. La Iglesia no da permiso a sus clérigos para que lideren partidos políticos o participen de contiendas electorales. A todos les llamo a la cordura, a que voten y, antes de hacerlo, a que conozcan los planes de gobierno y no se dejen llevar por las falsas promesas. + Carlos Arturo Quintero Gómez Obispo de Armenia

Lun 2 Sep 2019

Voto que impulse paz

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Septiembre es “el mes de la Paz”, no solamente en Colombia sino en el mundo entero. Será, además, la antesala de las elecciones locales y regionales: la elección popular de alcaldes, gobernadores, concejos, juntas administradoras y asambleas departamentales. Este marco democrático de los entes territoriales es de vital importancia para canalizar la institucionalidad del Estado. Son las instancias intermedias que unen el nivel central con los núcleos concretos de población. Al mismo tiempo, legitiman e integran como Estado el “auto-gobierno” y la autogestión que ejercen estos núcleos, organizados como ciudadanía local. Juntas locales, municipios y departamentos, con el ejecutivo y legislativo, se eligen con el voto mayoritario, ojalá libre, secreto, en conciencia y consecuente con el bien común, con la convivencia social, con el cuidado de la “casa común” y con el mejor futuro para las próximas generaciones. Un voto que impulse paz, debería ser la consigna al pensar, no solamente en la trayectoria de los políticos, que es fundamental, sino en la pertinencia de las políticas que nos permitan avanzar como sociedad, para salir del pantano de las barbaries y de su actual conector, fraudulento y corrupto, que es el narcotráfico. Para San Agustín la paz es la “ordenada concordia”, que se puede dar en los tres grados de la sociedad humana: la casa, la urbe y el orbe. Respectivamente, la paz doméstica, la paz cívica y la paz internacional. A ellas habría que añadir hoy la paz territorial y ambiental. El país necesita que la paz sea el clima constitucional en el que se hacen posible las demás políticas. No debe quedar duda alguna que el conflicto con armas y confrontación letal, subversivo y en su contra, así como las economías criminales que se absorbieron a ambos bandos e infiltra la sociedad y la institucionalidad, requieren decisión espiritual y moral para ponerle fin. Colombia en paz, en reconciliación y progreso, requiere de una votación masiva, contundente, que separe del poder legítimo a todos los violentos y corruptos que se escudan en “la democracia”, quieren la continuidad de la confrontación armada y asaltan el presupuesto de la nación. Septiembre es el mes de la paz, con fechas imborrables: día internacional de la paz (21), semana por la paz colombiana (2 al 9) de septiembre, día de la firma de los Acuerdos con las FARC (26 septiembre 2016, en Cartagena), y segundo aniversario de la visita del Papa Francisco (del 6 al 10, en 2017). Septiembre es, entonces, toda una inspiración para retomar el camino del proceso de paz, impulsando la implementación de los Acuerdos y generando un nuevo proceso, más desde la población y los territorios, más integral y sincrónico, simultáneo, que supere el no dialogo oficial. Colombia requiere la distensión anímica y la inclusión posible de todos los antagonistas en mesas y procesos: entre gobierno y opositores, entre gobierno y subversiones, entre Colombia y Venezuela, entre gobierno y sectores populares que construyen paz. Distensión, diálogo y avance, sean propósitos para este mes y preparación popular para las elecciones de octubre. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Vie 23 Oct 2015

Obispos hablan de comicios electorales

Obispos de la Provincia Eclesiástica de Bucaramanga, se reunieron para hablar entre otros temas de las elecciones locales y regionales que se realizarán el próximo 25 de octubre en el país. Monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de Bucaramanga indicó que este espacio sirvió para "hacer el estudio de la situación socio-política de la región, sobre todo con ocasión de estas jornadas electorales, y un discernimiento de ese estado de cosas a la luz de los criterios pastorales que manejamos, especialmente, desde el pensamiento social de la Iglesia'. El prelado mostró su preocupación por las situaciones que se presentan en estas épocas de campaña electoral y afirmó que 'siempre en este tiempo las comunidades se agitan demasiado, se dividen en razón de los mismos grupos políticos, y la pastoral para nosotros también se dificulta', puntualizó el jerarca. Otro tema que ocupó el espacio de reflexión de los obispos fue la actualización del arancel eclesiástico y el discernimiento sobre el documento del Papa Francisco 'Motu Proprio Mitis Iudex Christus Dominus Iesus', específicamente sobre los procesos de causas de nulidad de matrimonios. Al encuentro que se llevó a cabo los días 19 y 20 de octubre en las instalaciones de la Casa de Retiros Villa Asunción, asistieron los obispos de las jurisdicciones de Bucaramanga, Málaga-Soatá, Socorro y San Gil y Vélez.

Dom 18 Oct 2015

Obispos advierten sobre corrupción en elecciones regionales

Obispos del país advirtieron una vez más que a pesar de los esfuerzos realizados para evitar la corrupción durante el próximo proceso electoral, éste se está evidenciando a la luz pública. "Denunciamos, una vez más, algunas circunstancias que amenazan la transparencia democrática de los próximos comicios: los intentos de las maquinarias por mantener a algunas fuerzas políticas en el poder, la compra y venta de votos, el trasteo de votos y/o de votantes, las coacciones sobre los votantes y las presiones de los grupos armados en algunas regiones del país. Hechos todos, delictivos y pecaminosos, que deben ser repudiados por la ciudadanía", señala un mensaje. A través de un comunicado de siete puntos emitido el pasado mes de septiembre, los obispos de Colombia, presididos por Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, hicieron un llamado a los ciudadanos a informarse y votar a conciencia [descargar mensaje]. "Los católicos y ciudadanos de buena voluntad, al ejercer su derecho/deber al sufragio, deben sentirse moralmente responsables de votar sólo por aquellos candidatos que brinden las necesarias garantías de probidad moral, de honestidad y de transparencia en el ejercicio de sus funciones". "Se hace por eso necesario el discernimiento y el debido conocimiento de los programas de gobierno y de la trayectoria de vida de los candidatos. Sólo así, los colombianos podremos garantizar que nuestros futuros gobernantes sean personas idóneas y capaces de gobernar en beneficio del "bien común", no del bien propio, y con independencia frente a las presiones de los corruptos, de las maquinarias políticas y de los grupos ilegales", agrega el comunicado. Por último invitaron a todos los candidatos a trabajar en favor de la reconciliación y la paz de todos los colombianos "favoreciendo políticas de equidad y justicia social, posibilitando así la solución de las causas estructurales de la violencia".