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Actualidad

Jue 23 Abr 2020

Recomendaciones para vivir esta cuarentena con fortaleza espiritual

Monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), durante la celebración eucaristía de este 23 de abril, en la que participaron virtualmente más de 100 colaboradores del episcopado colombiano, a través de Microsoft Teams de Office 365, compartió cinco recomendaciones para fortalecer la vida espiritual en este difícil momento que afronta el mundo a causa de la pandemia por coronavirus (Covid-19): 1. Vivir este momento como ocasión propicia para crecer en la fe.“No ignoremos el cultivo de nuestra vida de oración”, acerquémonos a lecturas que edifiquen y mantengamos nuestro ojos en Jesús resucitado que siempre está con nosotros. 2.Mantengamos el sentimiento de unidad.Este también es momento para vivir la cultura del encuentro, recuerda el prelado, por lo que anima a mantener el contacto, desde las posibilidades virtuales, con la familia, los compañeros, seres queridos, manifestando afecto, empatía y cercanía. 3.Descubramos la necesidad de valorar el sentido de las cosas.Retomando las palabras del Papa Francisco, mons. Álvarez, recodó que esta pandemia nos ha mostrado nuestra fragilidad y la necesidad de dar valor real a las cosas. “Descubramos el valor del encuentro, del trabajo con el otro, de las relaciones humanas y de lo que edifica la vida". 4. Tengamos durante este tiempo obras de misericordia concretas, de acuerdo a nuestras posibilidades. Animó a ayudar material y espiritualmente a los más necesitados, siendo solidarios al compartir, pero también manteniendo oración por ellos. 5. En medio de esta realidad, esforcémonos por descubrir y cumplir nuestra misión, desde nuestra fe, pidiendo el auxilio del Espíritu Santo. Finalmente, el obispo insistió en que el Señor nos está invitando a fortalecer nuestra fe en Él. “Pidamos al Señor por el fin de esta pandemia y porque nos transforme interiormente para responder generosamente a su llamado”. La transmisión de la santa misa institucional, que la Conferencia Episcopal celebra todos los jueves con sus trabajadores y que en esta oportunidad fue transmitida desde la sede del episcopado colombiano, como una expresión de comunión, fue concelebrada por monseñor Farly Yovany Gil Betancur, obispo electo de Montelíbano; padre Ramiro Antonio López, director del departamento de animación misionera; padre Jaime Marenco, director de comunicaciones y tecnología del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) y por el padre Julián Cháves. También se unieron espiritualmente, desde sus jurisdicciones eclesiásticas, monseñor Óscar Urbina y monseñor Ricardo Tobón R., presidente y vicepresidente de la CEC.

Mié 22 Abr 2020

Encuentro virtual de delegados y colaboradores de comunicación de la Iglesia

Comprometida con la acción pastoral y evangelizadora en este tiempo de pandemia por el coronavirus (Covid- 19), la Iglesia católica en Colombia continúa poniendo en marcha distintas acciones y proyectando estrategias que permitan acompañar a las familias, desde la fe, en medio del complejo momento que afronta el mundo. En esta línea, el 22 de abril, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) realizó la primera reunión nacional con delegados y colaboradores de las oficinas de comunicación de las jurisdicciones eclesiásticas del país. Durante la jornada, desarrollada a través de la plataforma unificada de comunicación y colaboración ‘Microsoft Teams’ de Office 365, se reflexionó sobre los desafíos de comunicación y evangelización en el contexto actual y la importancia de fortalecer la articulación pastoral en la tarea comunicativa de la Iglesia. En este sentido, el padre Jaime Marenco, director de comunicaciones y tecnología del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), señaló que “las comunicaciones en la Iglesia necesitan reinventarse, tenemos que activarnos, animarnos, abrirnos a la ‘creatividad’ que inspira el Espíritu Santo”. "Esta nueva realidad, agregó el sacerdote, nos impulsa al trabajo en equipo (entre nosotros y con los otros), a la gestión colaborativa (unión de esfuerzos y búsqueda de recursos) y a la comunicación constructiva (fomentar la cultura del encuentro)". “La realidad sanitaria exige puertas cerradas pero seguimos estando con nuestras comunidades” Así lo ratificaron obispos, sacerdotes y laicos servidores en el área de comunicaciones, quienes manifestaron su compromiso de continuar acompañando a las comunidades pastoral, social y espiritualmente. Siguiendo el llamado del Papa Francisco, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC, animó a fortalecer los procesos comunicativos en el plano digital, de acuerdo a los planes pastorales, fomentando un real encuentro, que evite quedarse en presencias aisladas, virtuales o impersonales. Por su parte, monseñor Francisco Antonio Nieto Súa, obispo de Engativá y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones, tras agradecer el servicio de los equipos de comunicación, recordó que en el mundo actual es fundamental la formación en el área de comunicaciones y tecnología de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos, a fin de apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia. El próximo encuentro virtual se llevará a cabo el 6 de mayo del 2020.

Mié 22 Abr 2020

Papa Francisco nombra nuevo obispo de Riohacha

El Papa Francisco nombró como nuevo Obispo de la Diócesis de Riohacha a Monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, C.SS.R., hasta el momento Obispo titular de Zarna y Vicario Apostólico de Puerto Carreño. El Obispo electo nació en el Municipio de Génova (Diócesis de Armenia), el 4 de marzo de 1958. Realizó los estudios primarios en su pueblo natal, luego ingresó al Seminario Menor de los Padres Redentoristas San Clemente María Hofbauer, en Manizales, donde cursó la secundaria. Después del Noviciado en Piedecuesta (Santander), emitió la profesión religiosa el 14 de enero de 1979. Realizó los estudios de filosofia en el Centro Pastoral de Filosofía en Bogotá y los de teología en el Teologado interprovincial Redentorista en Tlalpizáhuac en México y en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Fue ordenado Sacerdote en Buga el 29 de junio de 1985. Después de su ordenación sacerdotal, prosiguió con sus estudios en la Universidad Santo Tomás en Bogotá, donde obtuvo la Licenciatura en Ciencias de la Educación y en la Academia Alfonsiana en Roma, donde consiguió la Licenciatura en Teología Moral. De 1993 a 1995 fue Consejero Provincial Extraordinario y de 1999 al 2001 se desempeñó como Consejero Provincial Ordinario y Presidente del Secretariado para la Formación. Por dos ocasiones desempeñó el encargo de Provincial de los Redentoristas en Colombia (2002-2008). El 3 de septiembre de 2008 fue nombrado Pro-Vicario de Puerto Carreño. El 10 de junio de 2010 Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Vicario Apostólico de Puerto Carreño, asignándole la sede titular de Zarna.

Sáb 18 Abr 2020

'Coronilla de la Misericordia' en casa

Este segundo domingo de Pascua la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invita al rezo de la "Coronilla de la Divina Misericordia'. Para ello, el padre Ramiro Antonio López Montoya, director del departamento de animación misionera de la CEC, nos da los pasos a seguir para hacer esta oración. Compartamos este video-mensaje con familiares y amigos. Recordemos que esta es una invitación que hace el Papa Francisco para encomendarnos a Jesús Misericordioso en este tiempo de pandemia. Por ello, los obispos de Colombia reiteran el llamado para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., los fieles católicos se unan en oración con el rezo de la coronilla. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]

Vie 17 Abr 2020

En tiempo de pandemia Iglesia colombiana invita a rezar la coronilla de la Divina Misericordia

Luego de la recomendación insistente del Papa Francisco de realizar prácticas piadosas a través de los medios de comunicación y atendiendo su invitación a encomendarse a Jesús Misericordioso orando “por toda la Iglesia y por toda la humanidad que sufre la pandemia causada por el coronavirus”, la Iglesia católica colombiana anima a todos los fieles para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., nos unamos al rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co Por su parte, el Papa Francisco, este año en el que se celebra el vigésimo aniversario de la canonización de sor Faustina Kowalska y de la institución del Domingo de la Divina Misericordia, presidirá este domingo la Santa Misa en la Iglesia Santo Spirito in Sassia, un lugar de especial devoción a la Divina Misericordia. Seguidamente, dirigirá el rezo del Regina Coeli (Reina del cielo), una oración que los fieles rezan a la Virgen María en lugar de la oración del Ángelus durante el tiempo pascual. La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que estableció, por indicación de san Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia. La denominación oficial de este día litúrgico es «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia». Revelaciones de Santa Faustina sobre la Divina Misericordia Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia, y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa san Juan Pablo II le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia «Dives in misericordia». [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]

Mié 15 Abr 2020

Colombia entre la pobreza y la pandemia: la Iglesia en primera línea

Son varias las acciones humanitarias que la Iglesia sigue adelantando en todo el territorio nacional, para atender esta emergencia sanitaria por cuenta del coronavirus y que afecta a la población más vulnerable, así lo ha expresado monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, en una entrevista concedida al Vatican News. Lea completa la entrevista La fraternidad y la solidaridad son la única forma de superar las adversidades ligadas a esta emergencia. Así, Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social de Colombia no deja de instar a un país todavía herido por la violencia y doblegado por la pobreza. Las acciones pastorales de la Iglesia Católica en Colombia en el contexto de la crisis sanitaria actual, han sido recogidas en estos días en un nuevo espacio web diseñado por la Secretaría Permanente del Episcopado colombiano. Se trata de https://iglesiaantecoronavirus.cec.org.co, un sitio que alberga las declaraciones, acciones y comunicados de las instituciones de la Iglesia Católica a nivel latinoamericano y mundial. Son muchas las iniciativas que han marcado esta Pascua y que siguen sirviendo a los más necesitados: desde la atención pastoral a las familias hasta la solidaridad con los ancianos, las personas solas, sin trabajo ni vivienda. La campaña lanzada por la Iglesia del país sudamericano este año, en su trigésimo novena edición está dedicada a la emergencia del coronavirus. Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, habló de ello y pidió a todo el país que no se deje vencer por la indiferencia en momentos difíciles como el que estamos viviendo: R. - La Iglesia colombiana ha hecho una exhortación para llamar a la solidaridad a todo el País y a la sociedad, hacia aquellos que están en situación de pobreza y que sufren más a causa de la pandemia. Hemos decidido dividir las diócesis en cuatro grupos de acuerdo con las acciones más relevantes a tomar. La primera acción tiene que ver con la situación alimentaria. Sabemos que hay mucha gente que tiene hambre y que no puede ir a trabajar. Así, un importante grupo de diócesis tomó la decisión de llevar comida a las familias que más la necesitan. Se trata, como Iglesia, de estar presente y cerca de la gente que está en situación de pobreza. Una segunda acción adoptada es para todas aquellas personas que viven en la calle: en muchas ciudades, especialmente en las pequeñas y medianas de Colombia, no tienen a dónde ir y por lo tanto se encuentran en una situación de muy alto riesgo de infectarse. Y así las diócesis han abierto varios centros para acoger a estas personas e intentan hacerlo garantizando situaciones de seguridad, de bioseguridad. Luego también hacemos una gran campaña para dar a conocer el impacto de la violencia familiar, es decir, hacemos un trabajo de atención y cercanía psicosocial y de presencia pastoral en aquellas familias que sabemos que tienen un sufrimiento particular en su interior. ¿Cuáles son las preocupaciones más fuertes que tiene en su corazón? R. - La mayor preocupación que tengo se refiere a las personas que no tienen una red social a su alrededor y que se sienten verdaderamente abandonadas, que a menudo son personas mayores con problemas económicos. Monseñor Henao, ¿es cierto que, a pesar de la crisis, la violencia especialmente contra los líderes sociales, nunca ha cesado? R. - Sí, hay enfrentamientos entre guerrilleros y narcotraficantes y un grupo importante de líderes sociales está bajo amenaza de muerte y otros han sido asesinados. La situación humanitaria vinculada al conflicto y la violencia sigue siendo motivo de preocupación para nosotros. Se mezclan las dos situaciones: violencia por un lado y la pandemia por el otro. Este año es una Pascua en la que mucha gente está sufriendo, muchos están caminando bajo la cruz, pero luego tienen que encontrar la resurrección, tienen que encontrar al Cristo Resucitado. Tomado: Vatican News

Mar 14 Abr 2020

¡Cristo, nuestra esperanza, ha resucitado!

Después de haber celebrado la Semana Santa en unas condiciones sin precedentes, debido a la pandemia del nuevo coronavirus, los obispos de Colombia expresan su saludo de pascua y animan para que estos momentos que afronta el país puedan ser vividos con esperanza y puestos en la confianza de Cristo Resucitado. En su saludo alientan a poner en práctica el mensaje del mandamiento del amor “asumiendo con valentía y con espíritu de fe los desafíos que nos está planteando la situación que vivimos y manifestando la novedad de vida que el Señor nos ha conseguido con su victoria sobre el pecado y la muerte”. Los prelados aseguran que este momento de ‘Resurrección’ que vive la Iglesia católica debe llevar a redescubrir en cada persona el camino a la reconciliación y la paz, practicando la caridad, el amor a la familia, el respeto a la vida y a la creación. Así, aseguran que “no solo para salir de la pandemia sino para que, aprendiendo las lecciones que nos deja, transformemos esta contingencia en oportunidad de construir un país mejor para todos, desterrando de él todo signo de violencia y muerte”. Reconocen y agradecen los esfuerzos que ministros ordenados, consagrados y laicos han venido realizando en lo que lleva la pandemia, a pesar de las limitaciones, para poder llegar a través de los medios de comunicación tradicionales y digitales con un mensaje evangelizador y de esperanza a los diferentes rincones del país. “Por gracia de Dios, ha sido ésta una ocasión para reflexionar, detener el frenético ritmo de nuestra vida, compartir con los seres queridos, profundizar en los misterios de nuestra fe y fortalecer nuestra relación con Dios y con los hermanos”, destacan. Igualmente, expresan su agradecimiento al Gobierno Nacional, departamental y local; al cuerpo militar y de policía; al personal médico que sirve en clínicas y hospitales; a quienes tienen a su cargo el cuidado de adultos mayores, en fin, a todas aquellas personas que permiten que el país pueda continuar con la dinámica que plantea esta emergencia. “Para todos suplicamos la protección, la fortaleza y la sabiduría de Dios”. Una vez más piden a toda la comunidad mantenerse vigilantes a las recomendaciones hechas por los entes de salud, para que no se extienda la propagación de este virus que ya cobra la vida de más de un centenar de personas. “Los invitamos a continuar los días de cuarentena, animados por la esperanza que nos ha infundido la resurrección del Señor, ahora con mayor responsabilidad y compromiso”. Bajo el amparo de la Virgen María ponen en oración esta pandemia para que sus plegarias sean oídas y se dé pronto el fin de esta crisis que azota al mundo. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Dom 12 Abr 2020

Papa Francisco: Que el resucitado sane las heridas de la humanidad desolada

Este domingo 12 de abril, el Papa Francisco ha celebrado en la Basílica de San Pedro la misa del Domingo de Resurrección. Acto seguido oró por el mundo entero e impartió la bendición Urbi et Orbi a la humanidad y a toda la creación. Contagiar la esperanza que viene de la resurrección “Es el contagio de la esperanza: «¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!». No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios”, afirmó el Papa Francisco profundizando sobre el sentido de la esperanza. Mirar al resucitado El Papa invita a mirar al resucitado, “que no es otro que el crucificado”, para “que sane las heridas de la humanidad desolada”. En este contexto, el Papa tiene presente a los enfermos, a los que han fallecido y a las familias que lloran la muerte de sus seres queridos: “Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directamente por el coronavirus” y pide para ellos “que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, especialmente a los ancianos y a las personas que están solas. Que conceda su consolación”. De igual manera recordó al personal sanitario, a las autoridades y a todos los que trabajan en los servicios esenciales. Dificultades generadas por la pandemia Francisco hizo un recuento de las dificultades que los seres humanos pasan en estos momentos de pandemia: lutos, sufrimientos físicos y problemas económicos. Seguidamente subrayó: “Esta enfermedad no sólo nos está privando de los afectos, sino también de la posibilidad de recurrir en persona al consuelo que brota de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”. En este ambiente, nos invita a recordar la antífona de ingreso de la Misa del día de Pascua del Misal Romano: No temas, «he resucitado y aún estoy contigo». Un período de cambios repentinos El Papa se presenta cercano a aquellos que están enfrentando un futuro incierto, pues temen perder el trabajo y las consecuencias que este hecho comporta; también está cercano a quienes toman decisiones políticas y les invita a que encarnen la búsqueda del bien común de todos los ciudadanos “para permitir que todos puedan tener una vida digna y favorecer, cuando las circunstancias lo permitan, la reanudación de las habituales actividades cotidianas”. Este no es tiempo para la indiferencia ni para el egoísmo Francisco hace un llamado a los fieles para que actúen en favor de los más débiles: “Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia. Que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los prófugos y a los que no tienen un hogar. Que estos hermanos y hermanas más débiles, que habitan en las ciudades y periferias de cada rincón del mundo, no se sientan solos”. Llamamientos a la humanidad El Obispo de Roma procedió a hacer una serie de peticiones a la humanidad y en particular a los cristianos católicos para que actuemos y así construyamos una nueva humanidad, fruto de la resurrección de Jesús entre nosotros: Pidió no dejar solos a los pobres, a los presos y a los que no tienen hogar. “Procuremos que no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos”. En el caso de los países con sanciones internacionales pidió que “se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada”. A los países que cargan enormes deudas externas, pidió reducir o incluso condonar, “la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres”. Para Europa, el Papa pidió que enfrente los desafíos actuales con unidad, rechazando los egoísmos: “Que no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras. Es la única alternativa al egoísmo de los intereses particulares”. El Papa renovó su llamado a finalizar de inmediato todas las guerras y a poner por encima de los conflictos la vida de todos los seres humanos, así como a poner fin al comercio de armas: “No es este el momento para seguir fabricando y vendiendo armas, gastando elevadas sumas de dinero que podrían usarse para cuidar personas y salvar vidas. A continuación, el Papa hizo memoria de algunos lugares castigados por conflictos bélicos y en los que la población sufre la fuerza de la violencia desde hace muchos años: “Que sea en cambio el tiempo para poner fin a la larga guerra que ha ensangrentado a Siria, al conflicto en Yemen y a las tensiones en Irak, como también en el Líbano. Que este sea el tiempo en el que los israelíes y los palestinos reanuden el diálogo, y que encuentren una solución estable y duradera que les permita a ambos vivir en paz. Que acaben los sufrimientos de la población que vive en las regiones orientales de Ucrania. Que se terminen los ataques terroristas perpetrados contra tantas personas inocentes en varios países de África”. Seguidamente el Papa recordó a las poblaciones donde se producen crisis humanitarias, en Asia y África, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. También pidió que Jesús “reconforte el corazón de tantas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías. Que proteja a los numerosos migrantes y refugiados —muchos de ellos son niños—, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía. Que permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria”. Finalizó su mensaje diciendo: “Las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre! Esas palabras pareciera que prevalecen cuando en nosotros triunfa el miedo y la muerte; es decir, cuando no dejamos que sea el Señor Jesús quien triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida. Que Él, que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso”. Tomado: Vatican News