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2 de abril | Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 27, 11-54
Tags: evangelio Abril san mateo Iglesia católica iglesia católica
Pasión de nuestro Señor Jesucristo
¿Eres tú el rey de los judíos?
Cronista:
EN aquel tiempo, Jesús fue llevado ante el gobernador Poncio Pilato, y este le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús respondió:
+ «Tú lo dices»
C. Y, mientras lo acusaban, los sumos sacerdotes y los ancianos no contestaban nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. «¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?»
C. Como no contestaba ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, dijo Pilato:
S. «¿A quién quiere que les suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?»
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mando a decir:
S. «No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él».
C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
S. «¿A cuál de los dos quieren que les suelte?».
C. Ellos dijeron:
S. «A Barrabás»
C. Pilato les preguntó:
S. «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?».
C. Contestaron todos:
S. «Sea crucificado»
C. Pilato insistió:
S. «Pues, ¿Qué mal ha hecho?».
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
S. «¡Sea crucificado!».
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente diciendo:
S. «Soy inocente de esta sangre. ¡Allá ustedes!»
C. Todo el pueblo contestó:
S. «¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
¡Salve, rey de los judíos!
C. Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!».
C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.
Crucificaron con él a dos bandidos
C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a llevar su cruz.
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de «la calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Este es Jesús, el rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz
C. Los que pasaban, lo injuriaban, y, meneando la cabeza, decían:
S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz».
C. Igualmente los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo:
S. «A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: ´´Soy Hijo de Dios´´».
C. De la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
«Elí, Elí, lemá sabaqtaní?»
C. Desde la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra. A la hora nona, Jesús gritó con voz potente:
+. «Elí, Elí, lemá sabaqtaní?».
C. (Es decir:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?»).
C. Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron:
S. «Está llamando a Elías».
C. Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber.
Los demás decían:
S. «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo».
C. Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa.
C. Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:
S. «Verdaderamente este era Hijo de Dios».
Palabra del Señor.
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27 Junio, Jueves. 12ª Sem. del TOMt 7,21-29La casa edificada sobre la roca y la casa edificada sobre arena.Lectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.Aquel día muchos dirán:“Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre y en tu nombre hemos echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?”.Entonces yo les declararé:“Nunca los he conocido. Aléjense de mí, los que obran la iniquidad”.El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas.Palabra del Señor.
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26 Junio | Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7,15-20
26 Junio, Miércoles. 12ª Sem. del TOMt 7,15-20Por sus frutos los conocerán.Lectura del santo Evangelio según san Mateo.EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conocerán».Palabra del Señor.