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Conversión

Vie 22 Sep 2017

Orar por la paz es saludar y trabajar para el Señor

Trabajar para el Señor y cultivar el valor del saludo, son las dos propuestas que te ofrece la aplicación Oro por la Paz para esta semana. "Construir paz significa abandonar y construir algo. Isaías nos dice que abandonemos lo malo, los planes y los caminos errados, pero que nos dediquemos, según Jesús, a trabajar en su viña", nos recuerda el padre Jorge Bustamante en Encuentros con el Resucitado. Descarga la aplicación Oro por la Paz Por otro lado, la Campaña Dejémonos Reconciliar por Dios- Felices los que trabajan por la Paz, nos recuerda que una manera de construir paz es a través de pequeñas y sencillas acciones como es el saludo. "Saludemos con alegría a las personas que vemos a diario" Tanto dolor, desesperanza y desconsuelo hay en el mundo. Orar por la Paz es acoger la tristezas de nuestros hermanos y pedir para ellos y nosotros la protección de Nuestra Madre Eterna. Te invitamos a que esta semana oremos: Bajo tu protección. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

Vie 24 Mar 2017

Cuaresma

Por: Padre Raúl Ortiz Toro - ¿Dice algo, hoy en día, la palabra: “Conversión”? Seguramente que sí. Pero, también, probablemente no. Cuando digo esa palabra en la homilía trato de mirar a la gente y - no sé si es impresión mía - pero siento que con su mirada me dicen internamente: “Otra vez este padre con el tema” e imagino que se les va la mente a atender alguna preocupación que dejaron en casa. Ha llegado la Cuaresma 2017 y el estribillo es el mismo desde hace milenios: “Conviértanse y crean en el Evangelio”. ¿Qué tanto caso hacemos al tema de la conversión? Vienen ahora los retiros espirituales, las conferencias de Cuaresma, las largas filas para la confesión, los ayunos voluntarios y también los impuestos, el viacrucis del viernes, las pequeñas y grandes mortificaciones… vienen ahora muchos signos externos: el gran reto es que Jesús no nos tenga que decir la sentencia de Mateo 15, 8, cuando les sacó en cara a los fariseos el texto de Isaías: “Este pueblo me honra con sus labios pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío…” Somos los sacerdotes los primeros que tenemos que convertirnos. Y nuestra conversión, como la de todo cristiano, es permanente; no somos seres acabados y perfectos. En otra época si algún feligrés insinuaba que el sacerdote debía convertirse, éste se sentía ofendido, como si ese tema no le tocara; gracias a la Conferencia de Aparecida (que por cierto este año cumple su décimo aniversario y ya luego hablaremos de ella) hoy podemos decir que en primer lugar es el sacerdote el que necesita conversión y empieza por la conversión personal para derivar luego en la conversión pastoral. La conversión pastoral es ganancia para la evangelización, porque es la manera concreta como el pastor se acerca al necesitado. Así pues, cada día se convierte en una nueva oportunidad que Dios nos da para renovar el llamado que Él nos hizo y aplicarnos a vivir una renovada vida de servicio y de coherencia. Oremos por todos los pastores para que el Señor nos ayude en el camino de nuestra conversión y nosotros seamos humildes para aceptarla. Cuaresma nos ayuda a todos a pensar que la soberbia de la vida desaparece cuando somos verdaderamente conscientes de nuestra finitud. Ese texto del “polvo eres…” es un aterrizaje espléndido de todas nuestras vanidades. Traducido es algo así como: “Mira, tú, que te crees mucha cosa, que te haces el importante, tan autosuficiente, tu destino no es un trono sino el polvo, eres lo más pasajero y finito del universo”. La verdadera conversión cuaresmal, ese vestirse “de saco y ceniza”, es asumir una actitud de responsabilidad ante la vida hoy: ¿Qué estoy haciendo, en concreto, por conquistar la paz de mi existencia? ¿Qué estoy haciendo en concreto por hacer que la vida de los que viven conmigo sea más llevadera? La conversión no son golpes de pecho: son actitudes concretas, medibles, cuantificables. Que al llegar Pascua puedas decir: “fui menos soberbio”, “compartí mi alimento con tres personas”, “dije menos mentiras”. Cosas así. Ese será el mejor camino de resurrección. Que no tenga Nietzsche que restregarnos en la cara ese sarcasmo de su ingenio: “Los cristianos no tiene cara de resucitados”. Padre Raúl Ortiz Toro. Docente del Seminario Mayor San José de Popayán

Mié 27 Abr 2016

Nuestra vida debe invitar a seguir a Cristo

El discípulo y misionero es el que da a conocer la palabra, presencia y amor de Dios, así lo recordó el cardenal Rubén Salazar Gómez en su habitual reflexión de los domingos. El purpurado explicó que Dios se ha dado a conocer al mundo y que la tarea del creyente es dar a conocer a Dios, no desde el proselitismo, sino desde el testimonio de vida que invite a la conversión. "Las personas al ver nuestro testimonio se convencerán de que sí vale la pena seguir al Señor", afirmó el prelado. El también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM explicó que para ser misionero, primero se debe ser discípulo que es un proceso permanente de vida, de relación personal con el amor de Dios y de escucha cada vez más íntima y profunda de su palabra. Escuchemos con atención a @cardenalruben [icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] Tweets por el @cardenalruben. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+"://platform.twitter.com/widgets.js";fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document,"script","twitter-wjs");

Mié 24 Feb 2016

Cambiemos y demos frutos

Para encaminarnos en la conversión que se nos pide en Cuaresma dos cosas debemos hacer: tomar conciencia que somos pecadores y mirarnos a la luz y misericordia de Dios. Así lo explica el cardenal Rubén Salazar Gómez en su habitual reflexión del evangelio del domingo. El purpurado recuerda que el mundo actual relativiza el pecado y lo convierte como algo normal en la vida del ser humano. “La noción del pecado ha desaparecido, el ser humano se ha convertido en un ser profundamente egoísta y ello nos está llevando a la destrucción de la relación con Dios”, explica el arzobispo primado de Colombia. En este contexto, en el Evangelio se nos convoca a una reflexión serena y tranquila para mirarnos en la misericordia de Dios que da un plazo a la higuera para que cambie y de frutos.