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Cuaresma

Mar 16 Feb 2021

Orientaciones generales para la imposición de la ceniza

Este miércoles, 17 de febrero de 2021, la Iglesia católica dará inició al tiempo de la Cuaresma y lo hace con el signo de la imposición de la ceniza. Atendiendo a este tiempo especial que se vive por la pandemia del Covid 19, la Conferencia Episcopal de Colombia presenta las orientaciones generales que se han de seguir para aplicar este signo espiritual tan importante para los files. Las orientaciones se han elaborado siguiendo las indicaciones ofrecidas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, y enviado a todos los obispos del país, quienes las aplicarán ajustándolas a las realidades de cada jurisdicción. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 15 Feb 2021

Subsidio litúrgico para vivir el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma

El próximo miércoles, 17 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma, un tiempo penitencial que nos ayuda a disponernos espiritualmente para la fiesta de la Resurrección de Jesús. Para vivir y animar este tiempo litúrgico, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, ha dispuesto unos insumos pastorales, prestando importante atención al momento actual que vive el país por la pandemia de Covid-19. La Iglesia, ante el aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable y dado que no es posible la participación de todos los creyentes en la Misa dominical y festiva, ni en la celebración de la Palabra de Dios con distribución de la sagrada comunión, orienta y recomienda para que los fieles “permanezcan en oración durante el tiempo debido personalmente, en familia o, si es oportuno, en grupos familiares”. Igualmente, anima para que las celebraciones litúrgicas de este tiempo litúrgico, sean seguidas a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales. El material, contempla insumos para que se vivan dos momentos de encuentro personal de la familia con el Señor, ellos son: el rezo de las Laudes y las Vísperas. Este subsidio ofrece además: I. Celebración de la Palabra de Dios con imposición de la Santa Ceniza; II. Celebremos en Familia el Inicio de la Cuaresma, Miércoles de Ceniza; y III. Predicación orante de la Palabra, con moniciones y oración de fieles. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mar 7 Abr 2020

Semana Santa con la esperanza que Cristo Resucitado nos concede

Por: Mons. Víctor Ochoa Cadavid - Vivimos un tiempo de prueba, como cristianos, hemos experimentado una Cuaresma sin precedentes, la humanidad ha sido azotada por la enfermedad del Coronavirus, convertida en pandemia. Por tal motivo, la Organización de las Naciones Unidas la define como la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.Precisamente en estos días celebramos la PASCUA gloriosa de Jesucristo, resucitado de entre los muertos. Al cierre de esta edición especial de SEMANA SANTA del periódico LA VERDAD, se reportaban51.515muertes,25de ellas, en Colombia, donde además, el número de contagiados superaban los 1.267. Son cifras dramáticas, que tocan el alma y la llenan de sufrimiento.En nuestro país nos encontramos en un confinamiento obligatorio, directriz que ha impartido el Gobierno Nacional para prevenir la propagación de este virus que aún no tiene vacuna y se expande con rapidez por el mundo enero. Así como en Colombia, en muchos países se optó por estar en cuarentena, es la mejor medida para que el virus no encuentre “huéspedes” y se extinga. La Iglesia Católica ha asumido con responsabilidad todas las medidas necesarias, la más dolorosa, el cierre de los Templos, con la ausencia de los fieles, pero sabemos que en cada uno de los corazones cristianos la Iglesia vive, crece y palpita. Como signo de esperanza, hemos recibido de Su Santidad, el PAPA FRANCISCO, la bendición extraordinaria ‘Urbi et Orbi’, otro hecho histórico. En su oración, le dice al Señor:“Nos llamas a tomar este tiempo de prueba comoun momento de eleccioìn. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”. Es verdaderamente un tiempo de prueba para todos, creyentes y no creyentes, la enfermedad nos ha quitado la venda de los ojos, ¿a cuántos les sirve la riqueza en sus bolsillos, si no pueden salir de sus casas? La riqueza la encuentran en los ojos de sus padres, hijos, la familia que no es valorada, pero es la única compañía (terrenal) en el aislamiento. Por otra parte, están quienes son perjudicados económicamente por no poder salir a trabajar porque “viven del diario”; que nuestra caridad pueda ayudar en estos momentos a quienes podrían pasar días sin servir un plato de comida en su mesa. Esta será sin duda, una Semana Santa en FAMILIA, no hay posibilidad que tomen estos días festivos para salir de vacaciones o distraerse, DIOS tiene distintas maneras de obrar, ahora, todos desde casa viviremos los misterios centrales de nuestra fe. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, publicó un decreto titulado: En tiempo de Covid-19, donde se aclara que la fecha de la PASCUA no puede ser trasladada y están consignadas todas las indicaciones para que los Obispos y presbíteros celebremos los ritos de la SEMANA SANTA sin la presencia del pueblo y en un lugar adecuado, “evitando la concelebración y omitiendo el saludo de paz”, entre otras pautas para que, primero que todo, los fieles reciban los sacramentos y vivan la liturgia, y, segundo, para que nos cuidemos entre nosotros mismos. Por esto, LA VERDAD, dispone para ustedes, en formato digital, el material preciso para encontrarnos con el Evangelio en este momento especial y extraordinario en la historia de la humanidad. La Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, nos encuentra en esta ocasión con un corazón contrito y sedientos de que nos conceda una nueva vida, una vida de Salvación. En esta Semana Santa los invito a vivir una experiencia de amor, cada día junto a nuestra familia, vamos a darle un sentido aún más profundo desde el Domingo de Ramos, hasta la Pascua. En el contenido de esta revista encontrarán la programación de las celebraciones, que gracias a los modernos medios de comunicación de la DIÓCESIS DE CÚCUTA, pueden seguir las transmisiones en video en vivo por internet o transmisión radial; contamos con página web, redes sociales, emisora, todo el equipamiento para unirnos en este tiempo de gracia, donde vamos a reconocer el gran amor de Dios. Jesús nos dice -a esta Iglesia Particular- en abril: “Por sus frutos los conocerán”, ¡estamos llamados a dar frutos para el Señor! Creciendo en el conocimiento de la Palabra y realizando buenas obras, lo lograremos. Que durante la Semana Mayor nos empeñemos en renovar nuestra existencia y agradar a Dios. En esta oportunidad, rezo para que Cristo Resucitado permanezca en sus hogares, que los motive a que las buenas obras empiecen por actuar con responsabilidad moral y civil, que se cumplan todas las medidas necesarias para protegerse y proteger al prójimo de ser contagiados por el Coronavirus; que en el confinamiento las familias se reencuentren y juntos reaviven su fe, que confíen en que en la CRUZ el Señor venció el pecado y la muerte. Por último, hago la invitación a que realicen con profunda espiritualidad los SIGNOS para los días Santos, que se indican en esta guía digital; es una forma de no sólo vivir, meditar, orar, sino de participar como Iglesia en cada una de las celebraciones. “Todo está cumplido” (Jn 19, 30), hermanos, abracemos la Cruz, llenémonos de su esperanza.Que la Virgen Santa, María de Nazareth, nos mantenga firmes en la esperanza, junto a la Cruz, en la espera de la alegría de la Pascua. + Víctor Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Dom 22 Mar 2020

"Es momento de superar la indiferencia, preocupémonos por cuidarnos entre nosotros": Cardenal Salazar

En el cuarto domingo de Cuaresma, el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, celebró la santa misa, a puerta cerrada en la Capilla del Sagrario en Bogotá. Durante su homilía el prelado afirmó que este virus que hoy ataca a la nación y al mundo entero no debe llevar a la indiferencia y por tanto invitó al cuidado de los unos por los otros. “La luz que el Señor nos da nos permite mirar a nuestro país Colombia y al mundo, descubrir cómo este virus, que tiene prácticamente acorralado al mundo entero, es un virus que nos invita a preocuparnos los unos por los otros (…) Esto no nos puede dejar indiferentes, tenemos que orar por todos para que el Señor tenga misericordia y, si es su voluntad, frene este contagio, que haga posible que la humanidad recobre la salud y podamos vivir en paz”. Jesús curó a un ciego de nacimiento, hoy le pedimos que nos cure a nosotros Guiado por la lectura del Evangelio del día, el cardenal recordó cuando Jesús curó a un ciego de nacimiento y cómo este acuartelamiento que hoy vivimos por cuenta del coronavirus nos lleva a reflejar en cada uno de nosotros este ciego, que por la ausencia de Dios y por nuestra soberbia nos hace pensar que no necesitamos de Él, creyéndonos autosuficientes. “Hoy, de manera especial, con esa pandemia de coronavirus se nos invita a que entremos en nuestro corazón, que reconozcamos nuestra fragilidad, nuestra incapacidad, nuestra impotencia, que reconozcamos que necesitamos de Dios, que tenemos que construir según Dios y no a espaldas de Él, como lo pretendemos todos los días”. “Nosotros tenemos ese peligro de estar envueltos por las tinieblas y el error, por eso el Señor viene a nosotros, se acerca a nosotros, así como el Señor se acercó al ciego. Hoy le pedimos a Él que nos cure, que nos limpie y abra nuestros ojos para que podamos ver con la luz que Él nos da y comprender el verdadero sentido de nuestra existencia, de nuestra misión en este mundo, el verdadero sentido de la historia y el sentido de estas tragedias espantosas que nunca nos imaginaríamos íbamos a vivir”. Debemos convertirnos en verdaderos cuidadores de la familia Frente al tema de la familia, dijo que en estos tiempos de confinamiento es probable que aumente la violencia intrafamiliar, propio del encierro “porque cuando se está en permanente contacto con las personas pueden surgir todos esos males que aqueja la relación, la indiferencia, la falta de comunicación, la violencia que se expresa de tantas maneras diferentes”. Al explicar cómo el Señor nos abre hoy los ojos para que descubramos el verdadero sentido de la familia en la que vivimos y de la cual Él nos regaló, invitó a que cuidemos de ella y la protejamos, de manera especial pidió prestar mayor atención a los niños, adultos mayores, a las personas enfermas y por su puesto a la población más débil y frágil. No olvidemos a los que sufren Si bien es cierto que Colombia debe cumplir con la medida de cuarentena decretada a partir de este martes 24 de marzo y que rige hasta el 13 de abril por causa de la pandemia, es preocupante la situación de aquellas personas vulnerables y que viven del sustento diario, a lo que el cardenal invitó a no ser indiferentes, ser solidarios y buscar caminos prácticos para ayudarlos. “Tenemos que preocuparnos especialmente por aquellos que, por causa de las medidas extraordinarias tomadas por esos días por la pandemia, están viviendo una situación económica desesperada, pensemos no solo en aquellas personas que viven de la miseria, sino también en aquellos que dependen fundamentalmente de su trabajo, cuando lo dejan de hacer no tienen de donde tener recursos para su sustento”, aseveró. Cuidémonos y seamos responsables los unos de los otros En este sentido, hizo un firme llamado a cumplir con las disposiciones dadas por las autoridades gubernamentales y la misma Iglesia, acatando las prevenciones necesarias para no expandir más la pandemia “Tomemos las prevenciones necesarias para no ser contagiados y no convertirnos en vectores de la enfermedad”. Finalmente, pidió la sabiduría de Dios y la luz del Espíritu Santo “para que podamos siempre tomar las decisiones más oportunas y adecuadas, de tal manera que contribuyamos a que la epidemia pare y se detenga, que no siga haciendo daño a tantas personas que sufren y mueren a causa de ella”. A la eucaristía que fue transmitida a través del Canal RCN, estuvieron presentes, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá, el padre Jorge Marín, párroco de la Catedral, el padre Carlos Andrés Castillo, Vicario de la Catedral y unas religiosas de las Hijas de la Iglesia, cuyo carisma es la adoración al Santísimo Sacramento.

Jue 27 Feb 2020

Misericordia quiero y no sacrificios

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Comenzamos la cuaresma 2020. De nuevo los católicos tenemos la oportunidad de volver la mirada a nosotros mismos para reconocer con humildad nuestro pecado. Este es un tiempo de gracia durante el cual también dispondremos el corazón, la mente y el espíritu, para celebrar dignamente la Pascua, y escucharemos el llamado hecho por San Pablo: “En nombre de Cristo os suplicamos que os dejéis reconciliar con Dios” (2Cor. 5, 20). Serán cuarenta días en los cuales seremos invitados a renovar los compromisos del bautismo, cuya profesión solemne de fe se hará en la noche santa de la Pascua. Tres serán los medios pedagógicos que se proponen en estos días: la penitencia, el ayuno y la limosna. Pero serán primero los profetas quienes, en repetidas ocasiones nos van a decir que lo más importante para Dios es la conversión del corazón: “Así dice el Señor: volved a mí de todo corazón, con ayunos, lágrimas y llantos; rasgad vuestro corazón, no vuestras vestiduras, volved al Señor vuestro Dios, él es clemente y misericordioso, lento a la ira, rico en amor y siempre dispuesto a perdonar” (Joel, 2, 12-13). Y luego, Jesús dirá: “No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal. Vayan, pues, a aprender qué significa Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt. 9, 12 - 13. cfr. 12, 7). Aquí se encuentra buena parte del sentido y valor de la cuaresma como ayuda para orientar la vida por el camino correcto, para asumir una autentica vida religiosa. No se es más creyente o religioso por los muchos ritos u holocaustos que se hagan, sino por el esfuerzo de tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús, “el cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo… haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz” (1 Filp. 2,5-8). Es la conversión del corazón, resultado de la penitencia cuaresmal, que nos tiene que llevar a todos a amar de corazón a Dios, a los hermanos y a nosotros mismos, a perdonar sinceramente a los enemigos y a quienes nos hacen o desean el mal y a orar por ellos, a cuidar la casa común, a anunciar la buena nueva de la salvación a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. La cuaresma 2020 no puede ser igual a todas las anteriores. Esta tiene que ser diferente, no tanto por lo que la Iglesia y la liturgia nos proponga, sino por el compromiso personal y comunitario para hacer de este tiempo, un auténtico tiempo de salvación. Qué bueno fuera que, desde ya, con el rito sacramental de la imposición de la ceniza, cada uno defina un plan espiritual para estos días anteriores a la pascua, de manera que se puedan obtener verdaderos frutos de conversión, de vida nueva, y sean ofrecidos al Señor en la fiesta de su resurrección. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mar 25 Feb 2020

Mensaje del episcopado colombiano para el Tiempo de Cuaresma

Inicia la Cuaresma, tiempo de preparación para la vivencia del misterio central de la fe católica: pasión, muerte y resurrección del Señor Jesucristo. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través de su Secretario General, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, presenta tres claves para un mejor provecho espiritual de este tiempo. Deseo sincero de conversión. Darse cuenta de los pasos que se deben dar para mejorar la relación con Dios, con nuestros hermanos, para acoger la gracia y volver al Señor. Hacer propósitos concretos de caridad.Vivir la misericordia con los más necesitados, con los enfermos: acoger, brindar nuestro tiempo, acompañar y orar por los demás; se trata de hacer visible y presente el amor de Dios a nuestros hermanos. Buscar la reconciliación. Acabar con los odios, pedir y ofrecer perdón como un acto de fe, de querer implantar entre nosotros la paz que el Señor nos trae con su misterio pascual.

Jue 20 Feb 2020

Insumos litúrgicos para el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma

El próximo miércoles, 26 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma. Cristianos de todo el mundo se preparan para vivir 40 días de conversión que terminarán dando el inicio al tiempo litúrgico de la Semana Mayor. Para vivir y animar este tiempo, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia y con la colaboración del P. Diego Uribe Castrillón, doctor en Teología de la Arquidiócesis de Medellín, pone a disposición una serie de insumos que ayudarán a celebrar el tiempo de Cuaresma. Este subsidio ofrece: I. Celebración de la Palabra de Dios con imposición de la Santa Ceniza, II. Predicación orante de la Palabra, con moniciones y oración de fieles y III. Orientaciones y Esquema para la Celebración de una Liturgia Penitencial. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumos[/icon]

Jue 20 Feb 2020

Miércoles de Ceniza

Primera Lectura: Jl 2,12-18 Salmo: Sal 51(50),3-4.5-6a.12-13.14+17 (R. cf. 3a) Segunda Lectura: 2Co 5,20 - 6,2 Evangelio: Mt 6,1-6.16-18 Introducción La palabra de Dios presenta una viva exhortación a la conversión, a reconocer la realidad pecadora del ser humano, pero al mismo tiempo a una absoluta confianza en Dios que es generoso en misericordia. Desde estos textos se pueden abordar las prácticas y actitudes que el creyente debe vivir de manera personal y eclesial en la vivencia de la conversión. Así tenemos: conversión, misericordia de Dios y prácticas para la conversión. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro de Joel es corto, tan solo 4 capítulos, en dos secciones: una invasión de langostas con sus consecuencias (1-2) y la respuesta de Dios como una vuelta a la abundancia (3-4), entre las que se destaca la abundante efusión del Espíritu. Las langostas son percibidas como el ejército de Dios que viene a ejecutar su juicio, del cual uno se puede librar por la penitencia y la oración. Esta sección como respuesta a este desastre motiva una liturgia penitencial de duelo, de súplica, que concluye con la promesa profética del perdón divino. La conversión es un “volver a Dios de todo corazón”, con ayuno, con lágrimas, con dolor, convocando a la comunidad a una asamblea purificadora. Todo el pueblo, desde niños hasta los sacerdotes, está convocado a esta liturgia, “y digan: ¡Perdona, Yahvé, a tu pueblo!”. En la liturgia se reconoce la condición pecadora del hombre y la grandeza de Dios, a quien se descubre como el clemente, compasivo, lento a la cólera, rico en amor, el Dios de la bendición. Sal 51(50). Es uno de los 7 salmos penitenciales (Cf. 6, 32, 38, 51, 102, 130, 143), conocido como el Miserere. La experiencia del orante es su cruel realidad de pecado, pero de otra vertiente el poder de Dios que perdona, limpia, purifica, crea, infunde su Espíritu, devuelve la alegría, lleva a la salvación. No es un canto de simple reconocer el pecado sino ante todo el reconocimiento de Dios creador que vuelve a crear al hombre en la condición de “salvación”. Pablo presentando el ministerio apostólico destaca la responsabilidad de trasmitir la convicción de la reconciliación, y esta consiste fundamentalmente en “déjense reconciliar con Dios”. El cristiano es una nueva creatura, a quienes exhorta a no “recibir en vanagloria la gracia de Dios”, insiste que este es el momento favorable, el día de la salvación. Esto aparece articulado a partir de la convicción que Jesucristo es el centro de la nueva creación, él es el salvador; Dios ha hecho a Cristo solidario con la humanidad pecadora, gracias a su acción es posible la reconciliación. Entre la venida de Cristo al mundo y su segunda venida transcurre un tiempo intermedio que tiene las connotaciones de ser un tiempo apto para la conversión, la reconciliación, en una palabra, es tiempo de salvación. Evangelio: Mt 6,1-6.16-18. Este texto, pertenece al llamado “sermón de la montaña” o discurso inaugural del ministerio de Jesús, en el evangelio de Mateo (Mt 5 – 7); propiamente a la sección de interiorización de los deberes de piedad en el nuevo estatus del cristiano como una expresión del gran mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Aborda la vivencia de la justicia, es decir la práctica de las buenas obras que permiten que el hombre sea justo ante Dios. Para un judío los grandes temas de la piedad son los aquí abordados en este pasaje: la limosna (6, 2-4), la oración (6, 5-6) y el ayuno (6, 16-18). Los elementos que se subrayan son una llamada a la verdadera intención, o rectitud de interioridad, a la correspondencia entre lo interior y lo externo; esto evita a proceder de manera hipócrita o por una falsa piedad que simplemente se justifica por ser ostentosa y farandulera; una vanagloria que no lleva a la salvación. Es una invitación a proceder de manera justa en todo para poder recibir la recompensa de Dios que es tu Padre y ve lo secreto del corazón y de las intenciones del proceder humano. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La homilía podría tener unas dimensiones de una excelente presentación kerygmática, no como explicación sino como anuncio que motive a la respuesta personal y eclesial de adhesión amorosa a Dios. El Dios que describen las lecturas lo muestran como el ser más misericordioso, el Dios del amor, que no se queda en las definiciones abstractas, sino que entra en contacto directo con la realidad del ser humano, en su condición absurda de pecado en las más crueles realidades, pero que no debe desesperar de esta situación, sino que debe mirar con amor y esperanza el cambio, la nueva creación, Dios ya ha actuado y lo sigue haciendo para garantizar la Salvación. El hombre todo lo que tiene que hacer es aprovechar este tiempo de gracia, este momento oportuno, para “volver de todo corazón a Dios”. Este proceso de conversión es un camino para ir hacia el Señor, se necesita actitud interior y compromiso exterior. Es un camino que se recorre de manera personal, pero en el cual no voy solo, me acompaña la Asamblea de creyentes que sigue el mismo itinerario de conversión, de salvación. Caminamos juntos, somos la Iglesia del Señor. Iniciar la Cuaresma, marcados con el signo de la Ceniza, recuerda que somos muchos los marcados con el signo del Señor y que juntos marchamos por esta historia de salvación. El camino se construye paso a paso en la confianza absoluta en Dios, entablando un encuentro personal e íntimo con Jesucristo, el centro de la nueva creación. Hacer de la Cuaresma un camino de encuentro y conversión, de salvación. Estamos convocados, por la Iglesia, como lo hizo Joel, a vivir la liturgia penitencial, a confiar en la respuesta de Dios que nos sorprenderá con la abundancia de su generosidad. Ciertamente tenemos que reconocer que personalmente y como pueblo no somos más que pecador, pero es tiempo de gracia, tiempo de aprovechar el anuncio profético del perdón, de la reconciliación. Este camino tiene un punto de partida, volverse de corazón al Señor; se recorre con la actitud de interioridad sincera y deseo de salvación; se sostiene con las practicas del amor a Dios y al prójimo, con la vivencia de las obras de piedad. La Palabra de Dios y la Iglesia nos lo recuerdan es tiempo de oración, ayuno y “limosna” – caridad. Es tiempo de inversión para recibir la recompensa de Dios Padre que ve el corazón. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Invitemos a un momento de oración reconociendo que somos pecadores, necesitados del perdón, de la misericordia, con sed de sentir la salvación. Hagamos de este momento una oración y contemplación de la acción de Jesús en nuestra vida. Gracias Señor porque has creado este tiempo de gracia para mi salvación, concédenos aprovechar la abundancia de tu amor para consolidar nuestro encuentro con Jesús y desde esos lazos de amor alcanzar la conversión, camino seguro para disfrutar de la salvación RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. La Cuaresma es el principal tiempo de penitencia, tanto para los individuos como para toda la Iglesia. Conviene, por consiguiente, que la comunidad cristina sea preparada en este tiempo, por medio de las celebraciones penitenciales, para que participe más plenamente del misterio pascual.6 Dos ejemplos de celebraciones penitenciales adaptadas al tiempo de Cuaresma.7 Otros esquemas de celebraciones penitenciales Ordinarias, con Niños, con Jóvenes y con Enfermos8. 2. Sería oportuno crear un itinerario de Asambleas penitenciales, no solo de carácter sacramental de confesión, las cuales no podrán faltar, sino también de reflexión y oración por el perdón que puedan acompañar todo el camino cuaresmal. 3. Desde el inicio de la Cuaresma se puede programar, cuando mejor convenga, una celebración penitencial, con confesión individual. Igualmente podría preparase, para un día este tiempo de cuaresma, la celebración de la Eucaristía con la administración de la Unción de los enfermos de la parroquia para quienes están en peligro de muerte por enfermedad o por vejez. Esta es la mejor preparación para la celebración de la Pascua. No recomendable pastoralmente el jueves santo en la mañana, como suele realizarse y muchos lugares. 4. Tener en cuenta para este tiempo el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2020. 5. Se recomienda, para los viernes de cuaresma, el ejercicio piadoso popular del santo Viacrucis. 6. Recordar que este día y el viernes santo es de ayuno, abstinencia y obras de caridad. 7. La ceniza se impone dentro de la Misa o en una Liturgia de la Palabra. En la Misa de hoy se omite el acto penitencial, porque luego se tendrá la imposición de la ceniza. La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar después de la homilía y antes de la Oración Universal o de los Fieles (cf. Misal, p. 71-74; Ceremonial de los Obispos, nn 253-259). 8. Para la Eucaristía se podría tomar el Prefacio de Cuaresma III, “Frutos de la abstinencia”, Misal, p. 370. Igualmente, puede seguirse la Plegaria Eucarística II. 9. Se podría emplear como oración de bendición sobre el pueblo, la propia para el miércoles de ceniza, Misal, p. 75. Igualmente, se ofrecen para todos los días de este tiempo cuaresmal. 10. Invitar a momentos de oración, ayuno en comunidad. Un día, medio día, en el que se reflexione un salmo penitencial, se haga silencio, se ayune y al terminar un momento oración con la entrega de una ofrenda como expresión de amor. 11. Un cartel con el salmo 51, quizás la versión litúrgica, para que la gente lo vea y lo ore, o se puede prever unas copias para entregar a quienes participan. 12. En un lugar adecuado, disponer adecuadamente una cruz, desprovista de la imagen del señor, adornada con unas cadenas, espinas que inviten al arrepentimiento, dolor y confesión, para lo cual junto a ella se colocará un letrero que diga: ¿Ya, preparó su confesión? 13. Tener presente que: • El Tiempo de Cuaresma abarca desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, exclusive. • Cada día de Cuaresma tiene Misa propia completa. • Se inicia el uso del Tomo II de la Liturgia de las Horas. • Durante la Cuaresma y hasta la Vigilia Pascual, exclusive, no se dice ni Gloria ni Aleluya (se exceptúan solemnidades y fiestas). • En el Tiempo de Cuaresma no se debe adornar el altar con flores, y se permiten los instrumentos musicales sólo para sostener el canto, como corresponde al carácter penitencial de este Tiempo (se exceptúan de esta norma el domingo IV de Cuaresma –Laetare– y las solemnidades y fiestas). 6 Ritual de la Reconciliación y Penitencia, Conferencia Episcopal de Colombia, Departamento de Liturgia, Bogotá, D.C., 1999, pág. 114ss. 7 Ídem. 8 Ídem. Pág. 144 ss.