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departamento de liturgia

Lun 15 Feb 2021

Subsidio litúrgico para vivir el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma

El próximo miércoles, 17 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma, un tiempo penitencial que nos ayuda a disponernos espiritualmente para la fiesta de la Resurrección de Jesús. Para vivir y animar este tiempo litúrgico, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, ha dispuesto unos insumos pastorales, prestando importante atención al momento actual que vive el país por la pandemia de Covid-19. La Iglesia, ante el aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable y dado que no es posible la participación de todos los creyentes en la Misa dominical y festiva, ni en la celebración de la Palabra de Dios con distribución de la sagrada comunión, orienta y recomienda para que los fieles “permanezcan en oración durante el tiempo debido personalmente, en familia o, si es oportuno, en grupos familiares”. Igualmente, anima para que las celebraciones litúrgicas de este tiempo litúrgico, sean seguidas a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales. El material, contempla insumos para que se vivan dos momentos de encuentro personal de la familia con el Señor, ellos son: el rezo de las Laudes y las Vísperas. Este subsidio ofrece además: I. Celebración de la Palabra de Dios con imposición de la Santa Ceniza; II. Celebremos en Familia el Inicio de la Cuaresma, Miércoles de Ceniza; y III. Predicación orante de la Palabra, con moniciones y oración de fieles. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 11 Feb 2021

“Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo”

SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Febrero 14 de 2021 Primera Lectura: Lv 13,1-2.44-46 Salmo: 32(31),1-2.5.11 (R. 7b) Segunda Lectura: 1Co 10,31 - 11,1 Evangelio: Mc 1,40-45 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Las lecturas están fuertemente relacionas con el tema central de la pureza e impureza, no obstante, se podrían abordar en perspectivas diversas: La impureza ritual en la Biblia; la purificación del creyente; o imitar el ejemplo: “seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo” (1 Co 11,1). Este último tema es el que aquí se presentará. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El texto de la primera lectura forma parte de la sección sobre la pureza e impureza (cap. 11-16) que va unida a la sección de la ley de la santidad (cap. 17-26). Aquí encontramos los aspectos negativos y positivos de la exigencia divina; así se hace de las leyes de pureza e impureza unas exigencias de santidad. Las reglas de la impureza se basan en prohibiciones muy antiguas, se considera puro lo que permite acercarse a Dios, e impuro es aquello que impide la realización del culto o excluye de él. En este sentido se habla de pureza ritual, aunque no es la única que conoció Israel, pues los profetas insistirán en la pureza de corazón. La impureza se manifiesta en diversas formas, pero una manera típica de hablar de la impureza era la “lepra”; ella manifiesta la condición de impureza. El término hebreo que se usa para lepra posee un significado amplio, se aplica a diversas enfermedades de la piel y al enmohecimiento de las ropas y paredes; pero siempre en el contexto de impureza. Aunque hay que señalar que la impureza de suyo no señala una clasificación moral sino un estado de aptitud o ineptitud para participar del culto y de la vida comunitaria. La impureza involucra al hombre en su totalidad, afecta la parte física por ello se manifiesta como enfermedad, también influye en la esfera espiritual o religiosa, por tal motivo es el sacerdote del Antiguo Testamento, quien juega un rol importante en declarar tanto la “enfermedad” como la “curación y los sacrificios o medios de purificación”; todo ello toca indudablemente la dimensión social, el “enfermo” o “leproso” queda excluido de la convivencia comunitaria, debe “andar harapiento, despeinado, con la barba tapada y gritando: ¡Impuro! ¡Impuro!”. Puesto que la impureza tiene relación con la santidad, y reconociendo que la santidad pasa por el perdón que Dios da, este tema viene soportado por el salmo 31, uno de los siete salmos penitenciales (Cf. Sal 6; 31; 38; 51;102; 130; y 143); es una pieza de enseñanza que muestra la felicidad de quien ha sido perdonado por Dios; el sufrimiento del pecado, de la impureza y sus afecciones en lo físico, lo espiritual y social, desaparecen para dar lugar a una explosión de sentimientos positivos. Es una lección de sabiduría para la comunidad; reconocer el pecado y “confesar al Señor la culpa” es el camino al perdón, a la alegría. Paragonando algunas expresiones de Jesús, se diría que hay más gozo en el perdón que el declarar impuro algo. El evangelio inserta la curación de este leproso en la correría de Jesús por Galilea, “vamos a otra parte, a los poblados vecinos, para predicar también allí, para esto he venido” (Mc 1,38), después de narrar este milagro, Marcos informa que “después de algunos días, Jesús regresó a Cafarnaúm” (Mc 2,1). El marco es la situación de marginación que vive un leproso en la connotación de impureza propio de la concepción del Antiguo Testamento. Se esperaría el grito: ¡Impuro! ¡Impuro! pero, al contrario, quizás por lo que ha oído este hombre de Jesús, la voz que resuena es: “Si quieres, puedes purificarme”. El texto centra su atención en la acción de “limpiar”, pues bien, en tan corto pasaje se encuentra cuatro veces la raíz del verbo griego khatarizō - “purificar”. Aparecería aquí el proceso de la novedad que involucra las acciones del “impuro” y de quien purifica, Jesús: El necesitado debe “acercarse”, “suplicar” y cumplir con lo que prescribe la Ley; que se complementa después con el testimonio que da. De parte de Jesús tenemos que él siente lástima o compasión, el termino griego es el famoso splagchnizomai, “compadecerse o tener misericordia”; se trata de un amor que conmueve desde la profundidad de las vísceras, lo que permite que Jesús se acerque, “extendió la mano y lo tocó”; Jesús rompe el esquema de marginación y exclusión del “impuro”, con sus gestos denuncia el formalismo de las practicas rituales, colocando el acento en la integralidad de la persona, en la transformación del corazón y la creación de una nueva relacionalidad comunitaria. El pasaje de la segunda lectura es la conclusión de la sección concerniente a lo inmolado a los ídolos (1 Co 8 – 11,1). Los cristianos de Corinto se hallan en el dilema si pueden comer la carne sacrificada a los ídolos sin caer en idolatría. Pablo responde con el principio que el cristiano es libre, pero la caridad le exige respetar la opinión o conciencia de los otros y no provocar escándalo. Concluye con soluciones prácticas, no siempre vale el principio “todo me está permitido” (1 Co 10,23). Para proceder correctamente hay que imitar a Pablo como él imita a Cristo; en concreto, no ha de buscar su propio interés (v.24), sino que todo sea para la gloria de Dios (v. 31) y buscando el bien de la mayoría a fin de que se salven (v. 33). La Gloria de Dios y la salvación de los demás imponen renuncias y comportamientos al cristiano de manera que estos fines se realicen. La llamada imitatio Pauli, consiste en que él se presenta ente sus comunidades como ejemplo a imitar, no solo en este texto sino en muchos otros; aquí su imitación conduce a la imitatio Christi que llevará a una especie de sistema jerárquico de imitación: Dios – Cristo – Pablo – comunidades cristianas – Otras comunidades. Pablo se muestra ejemplar ante la libertad cristiana, esta libertad no debe ser escandalo para nadie, sino que su uso es para la gloria de Dios. Esta actitud de libertad es reflejo de la libertad con que Jesús asumió su vida y su entrega en provecho o salvación de los demás y la Gloria de Dios. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Imitatio Pauli, Imitatio Christi: “seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo” El cristiano está llamado a ser novedad en medio del mundo, a ser “sal y luz” del mundo. El paradigma es imitar a Cristo, y para hacerlo posible hay un sin número de hombres y mujeres que bajo la acción del Espíritu Santo han encontrado formas elocuentes y del todo novedosas de imitar a Cristo. Un Pablo que vive su vida cristiana con libertad, pero sumo respeto en la caridad hacia todos, un evangelizador incansable como Jesús, pastor que siempre se conmovía por sus ovejas. Pienso en una Madre Teresa de Calcuta, mujer que rompió paradigmas y extendía su mano para tocar todo tipo de enfermos, más que con su mano en verdad con su amor cristiano. Un Francisco, Papa de la radicalidad del encuentro con Jesús y la vivencia del evangelio, no teme encontrarse, saludar, escuchar incluso a los que la sociedad hoy rotula como “impuros”; dirá “¿Quién soy yo para condenarlos?” Y con su gesto de lo que él ha llamado cultura del encuentro produce más gozo y conversión que los rótulos que descalifican y excluyen a aquellas ovejas que Jesús ha venido a buscar; pues él fue claro: “No necesitan medico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a la conversión a justos sino a los pecadores” (Mt 5,32). Imitar a Jesús implica tener la audacia que él tuvo para dar Gloria a Dios y buscar la salvación de los demás, no su interés sino el bien de la mayoría. Hay que salir del rigorismo que excluye y margina la persona humana, no podemos seguir colocando rótulos de “impuro y puro”, hay que vivir como Jesús sin miedo a romper esquemas de exclusión y con un verdadero sentimiento de amor hacia el otro incorporarlo en la dimensión de la comunidad que se siente perdonada por Dios y vive la experiencia de ser Pueblo de Dios. La nueva lepra de hoy se manifiesta de mil formas, sin querer ser exhaustivos, pienso en las condiciones sexuales, en las enfermedades desconocidas que no entran bajo el control absoluto del hombre, la lepra de hoy es la exclusión social por color político o económico que polariza la comunidad. La lepra de hoy es la corrupción generalizada que condena a la vida harapienta a la inmensa mayoría, porque unos pocos solo piensan en su propio interés y no en los demás. La pandemia y sus efectos son una lepra. El coronavirus ha tocado la persona humana y quienes son tocados por este “mal leproso” han vivido y viven en carne propia lo que es ser tildado de “impuro”, sienten en su vida como los afecta en su condición física, espiritual y social. Son excluidos de toda relación, condenados a la soledad y a la miseria de “no seres humanos”; su enfermedad y muerte son “una desgracia” que con decisiones antihumanas hay que deshacerse de cualquier evidencia. Los excluimos de cualquier relación humana, aunque siguen en medio de nosotros, son marginados, los hacemos vivir solos y excluidos como si “moraran fuera del campamento”. Imitar a Cristo, sentir amor auténtico por el otro, no tener miedo de tocar, querer el bien para quienes han sido afectados, recuperar valientemente nuestras relaciones de comunidad humana y cristiana. Nuestra vida va más allá del temor, vivimos y morimos en Cristo. Esta realidad nos ofrece un ambiente propicio para vivir la imitación de Cristo, recuperar la dimensión religiosa y social por encima de prohibiciones absurdas como si se fuera dueño y señor de la vida. Que nuestra fe no se quede en un intimismo que aísla y encapsula en un ambiente egoísta y exclusivamente personal. Aquí hay que dar testimonio, ser ejemplo e imitar a Cristo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Señor que nuestra vivencia cristiana sea autentica como tu vida, que no tengamos miedo de vivir el encuentro con los más excluidos de la sociedad e integrarlos en esta historia de salvación. Que cada uno sepa acercarse, suplicar, vivir lo mandado por tu Ley y dar vivo testimonio del encuentro íntimo contigo. Míranos, Señor, siente tu conmovedor amor, tiende tu mano, tócanos, limpia nuestra impureza y haz que seamos imitadores de tu gran amor. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos esta es nuestra casa, con frecuencia somos invitados a vivir nuestra vida en estos espacios, pero puede darse que no nos sintamos en nuestro ambiente; así que recordemos que en la casa de Dios no somos extraños como en tierra extranjera; aquí en verdad somos ciudadanos del Reino, estamos en nuestra propiedad. Construyamos comunidad, acerquémonos a Jesús, vivamos un profundo encuentro con él, dejémonos tocar por amor, y como respuesta en todas las dimensiones de nuestra vida: Imitemos a Cristo. Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos vamos a escuchar la Palabra de Dios, ella siempre nos sorprende con la novedad, pero hoy, de manera especial, nos invita a abrir nuestros oídos y escuchar lo que ha vivido el pueblo de Dios, para que aprendamos a Imitar al Señor y no nos quedemos en nuestros estrechos esquemas de condenación. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Señor Dios, que has dispuesto la historia de la salvación para que el hombre aprenda a hacerlo todo para Gloria de Dios y salvación de la humanidad, escucha la oración de tus hijos que imploran tu bendición. Diciendo: R. Bendice a tu pueblo Señor 1. Padre Bueno, te pedimos por tu Iglesia, especialmente por nuestros pastores y nuestro párroco para que en sus enseñanzas nos muestren el verdadero camino para Imitar a Cristo el Salvador. 2. Padre Generoso, te suplicamos por quienes tienen el poder de autoridad en nuestra comunidad para que sepan interpretar los signos de los tiempos, y con sus decisiones den Gloria a Dios y busquen siempre la salvación de la humanidad. 3. Padre Misericordioso, te pedimos por la humanidad rotulada como “impura”, mírala con tu misericordia, absuélvela de su culpa y reintégrala a la vida espiritual y social. 4. Padre amoroso, te pedimos por los enfermos y por todos los que sufren para que vivan unidos a ti y ofrezcan su fidelidad, sufrimientos y oraciones por la evangelización del mundo. 5. Padre Buen Pastor, te pedimos por esta asamblea que es tu rebaño, tiene necesidad de tus cuidados amorosos, líbranos de caer en el escándalo, más bien enséñanos y danos la gracia de aprender en todo a Imitar a Cristo el Señor. En un momento de silencio presentemos nuestras intenciones personales Oración conclusiva Oh Dios, acoge favorablemente las súplicas que te hemos presentado, e incluso aquellas que han quedado en el secreto del corazón, y concedeos vernos beneficiados de tu bendición. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Jue 3 Dic 2020

Predicación Orante de la Palabra / Adviento – Navidad 2020 - 2011

Predicación Orante de la Palabra Tiempo de Adviento – Navidad 2020 - 2011 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar predicación orante[/icon]

Lun 30 Nov 2020

Boletín "Notas de Actualidad Litúrgica" No. 77

El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), presenta el Boletín Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA N° 77, ¡Regresemos con esperanza al templo!, en el contexto de vuelta progresiva al templo donde, experimentando ciertos temores, tenemos la firme esperanza de que el Señor siempre ha estado caminando con nosotros para ser capaces de discernir su voluntad en bien de todo su pueblo. En efecto, después de este tiempo de confinamiento y también de gracia, con las correspondientes orientaciones y aplicación de los respetivos protocolos de bioseguridad, se han ido reabriendo paulatinamente los templos y estamos, con ciertos temores, pero también con grandes esperanzas, retornando a las celebraciones litúrgicas que alimentan y fortalecen la vida espiritual del pueblo de Dios y, por tanto, la familiaridad comunitaria. Sin embargo, dado que en esta nueva etapa que ya estamos viviendo, unos todavía no pueden y otros definitivamente no podrían participar en las celebraciones en los templos, ya sea por las restricciones establecidas en los protocolos o por razones de salud o de edad, conviene mantener activa la preocupación y el esfuerzo pastoral para hacer que ellos, con las estrategias pastorales que han sido implementadas en esta época, se puedan unir a las celebraciones de la comunidad. Agradeciendo la colaboración de cada uno de los que aportaron sus conocimientos e ideas, deseamos que estas reflexiones nos ayuden a profundizar, iluminar y orientar más el momento histórico de celebración de la fe, en medio de la realidad concreta de la pandemia del coronavirus que estamos viviendo, para que todos, creyentes y aun los alejados, nos podamos encontrar con Jesucristo, único camino de conversión, comunión y solidaridad. Descargar Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 77 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 75 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 76[/icon]

Mié 11 Nov 2020

"La espera del retorno del Señor es el tiempo de la acción"

TRIGÉSIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 15 de noviembre Primera lectura: Pr 31,10-13.19-20.30-31 Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. 1a) Segunda lectura: 1Ts 5,1-6 Evangelio: Mt 25,14-30 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Ideas fuerza que nos ofrece la Palabra de Dios: • Los cristianos están llamados a vivir preparados y dispuestos para dejar que Dios se revele en sus vidas. • Es importante la guarda del respeto y del amor, como interpretación y vivencia del temor de Dios. • Es necesaria la decisión, disposición y administración del Reino de Dios, para heredar la vida eterna, a través de la imagen del banquete festivo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El último capítulo del libro de los proverbios está dedicado a destacar las virtudes y el valor que significa los dotes de una mujer en el contexto de un libro que está basado en las enseñanzas de carácter religioso y moral, que anticipan el plan de preparación virtuoso del que Pablo le habla a la comunidad de Tesalónica, casi como un presagio de la disposición en el contexto cristiano a la parusía. Mientras que el evangelio de Mateo en el capítulo 25 narrará tres parábolas (las 10 vírgenes, los talentos y el juicio final), en este domingo -XXXIII del tiempo ordinario-, la liturgia nos invita a detenernos en la «parábola de los talentos» y en ella, el evangelista nos insta a observar con atención el ejemplo de los tres siervos que ajustan su relación con el amo por medio de la administración de sus talentos, recordando así la vocación al servicio, propia de la vida cristiana. Los cristianos están llamados a vivir preparados, dispuestos y dedicados a dejar que Dios se revele en sus vidas. Por ello las virtudes que el libro de los Proverbios muestra en la mujer que, con su manera de ser, honra y hace magna la vida del hogar, ponen de manifiesto, lo que el autor sapiencial repite en la descripción de la mujer. El texto reiterará y centrará las acciones que ella puede hacer por medio de sus manos; por ello en la destreza y sostén para manejar lo material, el texto le dará un reconocimiento a la habilidad que tiene ella para manejar el hogar. Mientras que, en la relación con los más necesitados, la mujer hacendosa, abre y extiende sus manos, porque en su corazón siempre hay generosidad y bondad para darle a los demás, aquello que hace parte de sí misma. De esta manera la mujer debe ser exaltada, porque por su capacidad de hacer las cosas con sus manos, ella se convierte en un ejemplo para la comunidad y no sólo para su casa. La recitación del salmo 127 con el estribillo: «dichoso el que teme al Señor», le recuerda al creyente la importancia de guardar respeto y amor, como interpretación del temor, más allá de la comprensión primaria de asociarlo con el miedo. De allí que el recuerdo para que el hombre obtenga la bendición, por parte de su Dios, viene a ser la prosperidad por siempre como promesa que Dios cumple en quienes lo honran y buscan con sincero corazón. La unidad narrativa del evangelio de Mateo en el capítulo 25 contiene tres parábolas en las que se destacan tres verbos para acoger el Reino de Dios, disponer, administrar y heredar. Sin embargo, para este domingo, la parábola sobre la que recae la liturgia es aquella de los talentos. Ella relata la decisión que toma un hombre que, al partir al extranjero, confía sus bienes a tres de sus sirvientes. La parábola de los talentos es desafiante porque confronta al lector con la capacidad que tienen los siervos escogidos para administrar los talentos que les han distribuido. El amo para asignar los talentos debe conocer muy bien las facultades y capacidades que los siervos tienen porque sólo así les podrá dar según su capacidad de administrar aquello que les será confiado. El texto pone de manifiesto que, no sólo el amo, conoce a sus siervos, sino que ellos también conocen muy bien a su amo. Por ello hay en los siervos comprometidos una moral de responsabilidad que los lleva a ser merecedores de aquellos decoros que provienen de su patrón; de allí que el entrar en el banquete de su Señor se convierte en el mayor premio obtenido por aquellos administradores honrados y buenos. La infelicidad de aquel que, por miedo al amo, entierra el talento recibido, deja en claro, que no se hace merecedor del banquete del amor que su señor ha reservado para los que han renunciado a la pereza y desidia, sino que, al contrario, se hacen dignos del premio y herencia de su señor, solo aquellos que vencen la desidia como una tentación constante a no querer hacer nada por los demás. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La palabra de Dios en este domingo nos recuerda que el cristiano es siervo del Señor, y que tal y como la mujer del libro de los Proverbios, administra bien sus dones por medio de las obras de sus manos, de la misma manera el Señor pone su confianza en las capacidades que cada uno de sus siervos tiene. Él es el Señor de la vida quien conoce bien a cada uno de los que asumen su compromiso como siervos del amor. Es así como cada servidor está llamado a no compararse ante los otros, sino que debe, reconocer aquello con lo que Dios mismo lo ha dotado y responder a su vocación con generosidad y bondad. De este modo, la labor del siervo es reconocer que debe dar buenos fruto y que sus dones los debe poner al servicio de los demás, teniendo en cuenta su entorno. Por tanto, rechazar el don es enterrar el talento del servicio y disponibilidad a salir de sí para darse a los demás. En la esperanza de una segunda venida del Señor como lo dice Pablo, los talentos que nos vienen de Dios no son para sí, al contrario, deben contribuir con la esperanza y la alegría que tenemos de acoger y dar fruto, desde el servicio, en favor de los más vulnerables de la sociedad, tal como lo invita constantemente a vivir el Papa Francisco, especialmente, con su ejemplo de acogida a los migrantes. Si aceptamos y estimamos la vida como un tesoro invaluable, tendremos que reconocer que somos portadores de muchos talentos y que, como lo reitera el Papa Francisco, es importante no encerrarse en sí mismos, enterrando el propio talento, las propias riquezas espirituales, intelectuales, materiales, todo lo que el Señor nos ha dado, sino abrirse, ser solidarios, tener cuidado de los demás (Cfr. Catequesis, 24 abril 2013). De esta manera el cristiano busca cómo vivir de una forma libre y disponible el amor que viene del Señor, para compartir con los demás lo mejor de sí como una consecuencia del amor a Dios, a través de los demás y en sus respectivas comunidades. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Este domingo es un espacio privilegiado para pedirle al Señor que renueve en cada cristiano, la capacidad de entender el valor que proviene de los talentos o dones recibidos, por la gracia del amor a Dios y por medio del servicio. Los frutos abundantes del servicio del siervo honrado y cumplidor estimulan al siervo a seguir dando frutos desde sus capacidades. Solo cuando el siervo se abre a la obediencia hacia el amo, extiende su bondad sobre los demás en quienes reconoce el amor de su Señor y Dios. Por tanto, insistirá el Papa Francisco que en consonancia con el apóstol Pablo "la espera del retorno del Señor es el tiempo de la acción. Nosotros somos el tiempo de la acción, tiempo para sacar provecho de los dones de Dios, no para nosotros mismos, sino para Él, para la Iglesia, para los otros, tiempo para tratar siempre de hacer crecer el bien en el mundo" (ídem) II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Este domingo todos estamos llamados por Dios a vivir en comunidad el misterio de su amor por medio de la celebración de la eucaristía. Sean todos bienvenidos al banquete del amor pascual, en donde todos estamos llamados a dar lo mejor de sí, para el bien de la comunidad y así poder darle cumplimiento al mandato del Señor de amarnos todos como hermanos. Dispongamos nuestros corazones para acoger con alegría los dones que el Señor nos dará con su palabra y su pan partido y repartido con amor. Participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra La escucha de la Palabra de Dios en este contexto celebrativo nos invita a reflexionar sobre nuestras obras y la respuesta que le damos al Señor por medio de la comunidad, en la justa y recta administración de los talentos que hemos recibido de su bondad. Que esta liturgia de la Palabra nos siga disponiendo a la espera gloriosa de la segunda venida de nuestro salvador. Escuchemos con el corazón y la mente abierta el mensaje que nos trae el Señor. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero, para que nuestro Padre amoroso escuche las súplicas de su pueblo y nos prodigue lo que, por su voluntad, sea para el bien de todos y digamos: R. Padre misericordioso escucha nuestra oración 1. Por el Papa y todos los obispos para que sean ejemplo de servicio en nuestras comunidades y, así, todos busquemos dar lo mejor de nosotros mismos por el bien de la comunidad. Oremos al Señor. 2. Por la Iglesia para que, a ejemplo de la mujer virtuosa del libro de los Proverbios, busque ser protectora de la vida y ejemplo para la sociedad, en el servicio y el amor por los más necesitados. Oremos al Señor. 3. Por los gobernantes de nuestro país, para que no desperdicien los dones que les han sido otorgados para administrar y trabajar por el bien común y, desde el servicio, multipliquen sus obras a favor de la vida. Oremos al Señor. 4. Por los que sufren y pasan necesidad, para que experimenten la fuerza de Dios y la solidaridad de los creyentes, y no se dejen vencer por las dificultades. Oremos al Señor. 5. Por nuestra comunidad para que sea dócil a la escucha de la Palabra y sirva con la alegría del amor de Dios presente en su corazón. Oremos al Señor. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Escucha Padre de misericordia las súplicas que te dirigimos con fe y esperanza Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Sáb 8 Ago 2020

El Señor se nos sigue manifestando discretamente, en el silencio de nuestro interior

Predicación Orante de la Palabra XIX Dom TO, Asunción y XX Dom TO [1] DECIMONOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 09 de 2020 Primera lectura: 1R 19,9a.11-13a Salmo: 85(84),9ab+10.11-12.13-14 (R. 8) Segunda lectura: Rm 9,1-5 Evangelio: Mt 14,22-33 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • “Los Israelitas han abandonado tu alianza, han derribado los altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo sólo y buscan mi vida para quitármela”, dice Elías triste y acongojado. Está cansado de todas sus batallas, busca consuelo en Dios y parece no encontrarlo. • “Siento una gran tristeza y un dolor incesante en el corazón. Pues desearía ser yo mismo maltratado, separado de Cristo por mis hermanos, los de mi raza…”. En el mismo sentido se manifiesta San Pablo para tratar de explicar cómo el Plan de salvación de Dios no se realiza plenamente, no porque Dios rechace la fragilidad humana, sino que en medio de esa fragilidad permite que experimentemos su misericordia. • “Viendo Pedro la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: ‘¡Señor, sálvame!’. La escena que sigue al conocido pasaje de Jesús que camina sobre las aguas también describe la fragilidad de la condición humana. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura nos ubica en la primera mitad del siglo IX aC, cuando un general del ejército toma el poder y funda Samaría como nueva capital de Israel, a la que hace una nación rica y poderosa y a la que consolida por medio de matrimonios con extranjeros. De hecho, su hijo Acab se casará con la pérfida Jezabel, hija del rey de Tiro, que impone divinidades paganas, persigue y asesina a los verdaderos profetas, Elías huye hacia el desierto, sube al monte Horeb en el que cuatrocientos años antes Moisés había hablado con el Señor. Pasa la noche en una cueva, de la que Dios lo invita a salir para esperar su manifestación. Pasa un violento huracán, luego un terremoto, después pasa fuego, pero el Señor no está presente en estas violentas realidades. Sólo al final Dios se hace presente en el silencio de una brisa suave. Elías lo reconoce, lo escucha y regresa a cumplir la misión que le encomienda. En la segunda lectura se nos transmite la tristeza de san Pablo porque parte de su pueblo ha rechazado el mensaje de salvación del Evangelio. A pesar de que han pasado casi treinta años de la muerte y resurrección de Jesús, Pablo no se cansa de testimoniar que la Alianza de Dios es irrevocable y que su misericordia es eterna. En el evangelio de san Mateo, el relato de Jesús que camina sobre las aguas sigue a la narración de la multiplicación de los panes. Es de noche y Jesús “obliga” a sus discípulos a subir a la barca mientras él despide a la gente y sube al monte para orar. Al finalizar la noche, los discípulos que están en la barca zarandeada por las olas pues el viento es contrario, no reconocen a Jesús que se acerca. Jesús se identifica con palabras de ánimo y de fortaleza y Pedro, tras pedirle que lo mande a ir hacia él, comienza a caminar sobre las aguas hasta que “le entra miedo” y comienza a hundirse. Jesús lo levanta, suben a la barca, el viento se calma. La escena dramática concluye con una profesión de fe: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La vida es una sucesión de problemas cada vez más complejos. Cuando somos niños experimentamos dificultades y creemos que es el fin del mundo, pero el camino sigue, y en él, las angustias y los conflictos. Muchas veces son consecuencia de nuestros errores pero también hay ocasiones en que los líos parecen generarse incluso cuando tratamos de hacer las cosas bien. El problema del mal, las enfermedades y tragedias, las pandemias y el coronavirus, la pobreza, el hambre, la pérdida del trabajo y otras circunstancias pueden generar cansancio, desesperanza, desilusión y angustia. Al igual que la persecución que experimentaba Elías, la tristeza profunda que manifiesta san Pablo, el miedo de Pedro que se hunde bajo las aguas, la Palabra del Señor en este Domingo quiere ser una voz de ánimo para todos. Como al Príncipe de los Apóstoles, hoy el Señor nos dice a cada uno “¡Ven a mí!”. Como lo proclama san Pablo, la misericordia del Señor es eterna y Él es siempre fiel. Como al profeta, el Señor se nos sigue manifestando discretamente, en el silencio de nuestro interior, en la voz de nuestra conciencia, en las indicaciones de su Palabra, en sus pequeñas y cotidianas indicaciones. En medio de la noche que puede estar atravesando nuestra Iglesia, nuestra familia, nuestra empresa, nuestra economía, sólo existe una realidad capaz de hacer amainar el viento: la fuerza de la fe que surge de la experiencia del amor misericordioso de Dios. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Los Padres del desierto solían plantear a sus monjes una metáfora tomada de la práctica del cazador que cuando descubre la liebre que busca, suelta los perros para que la persigan y capturen porque es un animal sumamente ágil y rápido. Los canes salen veloces tras la liebre, pero poco a poco se van quedando por el camino porque los matorrales y obstáculos hacen que pierdan el rastro. Sólo el perro que nunca pierde de vista a su presa es capaz de alcanzarla y atraparla. Así es la vida cristiana: ninguna circunstancia puede hacernos perder de vista a Jesús que acompaña e ilumina nuestro caminar y nuestra vida. Pidamos al Señor la gracia de ser hombres y mujeres de fe inquebrantable, firmes en medio de las crisis y sólidos para ayudar a los que sufren un poco más que nosotros. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos todos a esta celebración de acción de gracias en la que experimentamos la presencia de Jesús resucitado, vencedor del pecado y de la muerte. Dispongámonos a celebrar nuestra fe y a experimentar la presencia constante y misericordiosa de Dios en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestra sociedad, en las alegrías, pero también en las dificultades que estamos experimentando. Monición a la Liturgia de la Palabra La angustia del profeta al que persiguen para matarlo, la tristeza del apóstol que sufre por amor a su pueblo y el miedo de Pedro que se hunde bajo las aguas por su falta de fe, ilustran las dificultades que podemos estar viviendo en los diversos contextos en los que nos movemos. Traigamos a nuestra mente los problemas que nos agobian o que hacen sufrir a nuestros seres queridos y escuchemos con atención las lecturas que nos traen un mensaje de fe y de fortaleza. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dirijamos nuestras súplicas y peticiones al Padre misericordioso con la confianza de los hijos, con la certeza de que él hace posible lo que para nosotros es imposible y nos concede siempre lo que más nos conviene. R. ¡Escucha, Padre, nuestra oración! 1. Te pedimos por la Iglesia, que como la barca de los apóstoles muchas veces tiene que enfrentar vientos contrarios y se ve zarandeada por las olas, para que experimente siempre la serena presencia de Cristo, el Hijo de Dios. 2. Te pedimos por los pastores de la Iglesia, para que siempre den testimonio de fe y de fortaleza, para que puedan caminar sobre las aguas del escepticismo y la incredulidad y puedan conducir a sus rebaños hacia Cristo, el único Salvador. 3. Te pedimos por los que sufren y son perseguidos, de modo especial por los que han perdido las fuerzas y la esperanza, para que encuentren en los que los rodean un testimonio eficaz de tu misericordia. 4. Te pedimos por todas las personas que trabajan en el campo de la salud y por todos los que arriesgan su vida por ayudar a los que más sufren, para que encuentren en la fe en Cristo la fuerza necesaria para ser incansables testigos de tu amor. Oración conclusiva Escucha, Padre bondadoso, las plegarias que te dirigimos con fe en esta celebración de la resurrección de tu Hijo, quien vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén. [1] Elaborado por el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) y Coordinado por el Dpto. de Liturgia. (2020). Predicación Orante de la Palabra, II. Santísima Trinidad a Cristo Rey, Ciclo A.

Mar 21 Jul 2020

Boletín "Notas de Actualidad Litúrgica" No. 76

El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), presenta el Boletín Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA N° 76: La Celebración de la Fe en la Pandemia - Reflexiones. El deseo es que estos aportes escritos y audiovisuales que se ofrecen contribuyan a iluminar y orientar el proceso de acompañamiento al pueblo de Dios en la celebración de su fe, en medio de la pandemia que vivimos. En esta dura y aleccionadora experiencia de la vivencia de la pandemia por la presencia del Coronavirus (Covid-19) en el mundo y en nuestro país, la Iglesia orienta y anima para que, en esta etapa de reapertura progresiva de los templos retornemos gozosos a la celebración litúrgica como modo de encuentro sacramental con Jesucristo y, a su vez, como discípulos misioneros, reemprendamos la tarea del anuncio del kerigma a los hijos de Dios dispersos, para que, a través, también, del uso conveniente y adecuado de los medios de comunicación y virtuales, sean iniciados y fortalecidos en su fe y disciernan modos de encuentro con el Señor resucitado, quien es camino seguro para la conversión, la comunión y la solidaridad (I A 3). En este contexto ofrecemos las presentes reflexiones escritas y, también, visuales, que iluminan y orientan en este proceso de acompañamiento al pueblo de Dios en la celebración de su fe en medio de la pandemia. Como pauta de orientación para este trabajo de colaboración en estos aportes reflexivos, se han tenido presentes los siguientes enunciados: ¿Qué estamos aprendiendo de la celebración de la fe en este tiempo del coronavirus? Espacios ofrecidos y buscados, modos de participación y comunicación de la fe. Si nada debe continuar lo mismo y algo o mucho debe cambiar, en cuanto a la celebración de la fe ¿qué se debería fortalecer? A partir de esta dura experiencia del confinamiento causado por el coronavirus ¿qué prioridades podrían implementarse para crecer en la participación, comunicación y vivencia de la fe? Agradecemos a todos los que, con interés y esmero, han colaborado con estos aportes, esperando que sean de motivación y orientación para continuar profundizando en esta reflexión de la celebración de la fe en la pandemia. Descargar Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 76 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 75

Mar 19 Nov 2019

Boletín "Notas de Actualidad Litúrgica" No. 74

El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), presenta el boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74, que busca informar y formar acerca de diferentes aspectos y realidades de la liturgia. En esta ocasión, el boletín ofrece, en el campo de la formación, diversas expresiones de la piedad popular relacionadas tanto con la devoción a la Virgen María, a los santos, los sufragios por los difuntos, como los santuarios, espacios hacia los que se peregrina, para buscar este encuentro con la divinidad. Además, presenta ideas del aporte del Papa Francisco sobre la piedad popular y algunas líneas de acción para el fortalecimiento de la pastoral en los santuarios. Así mismo, insumos para vivir el tiempo litúrgico de Adviento – Navidad. En el campo informativo, presenta orientaciones para vivir la devoción al Señor de los Milagros de Buga, que comprende: Historia de la advocación, celebración y sentido pastoral, sacramentales y expresiones de fe. Este material está dirigido a delegados episcopales de liturgia, profesores de Liturgia de seminarios, comunidades religiosas e institutos apostólicos, presbíteros, seminaristas y laicos comprometidos. Esperamos sea de gran ayuda para el crecimiento, celebración y vivencia del Misterio Pascual de Cristo que da sentido a nuestra vida cristiana. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 74[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 [/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 [/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 [/icon]