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evangelio

Mar 14 Mar 2023

15 de marzo | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19

Quien los cumpla y enseñe será grande EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No crean que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad les digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos». Palabra del Señor.

Lun 13 Mar 2023

14 de marzo | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35

Si cada cual no perdona a su hermano, tampoco el Padre lo perdonará. EN aquel tiempo, Acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿Cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: ´´Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo´´. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: ´´Págame lo que me debes´´. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: ´´Ten paciencia conmigo y te lo pagaré´´. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ´´¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?´´. Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano». Palabra del Señor.

Dom 12 Mar 2023

13 de marzo | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30

Jesús, al igual que Elías y Eliseo, no fue enviado solo a los judíos HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga: «En verdad les digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo asegurarles que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino. Palabra del Señor.

Sáb 11 Mar 2023

12 de marzo | Lectura del santo Evangelio según san Juan 4,5-42

Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna EN aquel tiempo, llegó Jesús a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el pozo de Jacob. Jesús cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era hacia la hora sexta. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber». Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» (porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice ´´dame de beber´´, le pedirías tú, y él te daría agua viva». La mujer le dice: «Señor, si no tienes balde, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de el bebieron él y su hijos y sus ganados?». Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna». La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla». Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve». La mujer contesta: «No tengo marido». Jesús le dice: «Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En esto has dicho la verdad». La mujer le dice: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén». Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran a uno que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad». La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo». Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo». En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?». La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: «Vengan a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será este el Mesías?». Salieron al pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían: «Maestro, come». Él les dijo: «Yo tengo un alimento que ustedes no conocen». Los discípulos comentaban entre ellos: «¿Le habrá traído alguien de comer?». Jesús les dice: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No dicen ustedes que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo les digo esto: levanten los ojos y contemplen los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador. Con todo, tiene razón el proverbio: uno siembra y otro siega. Yo los envié a segar lo que no han trabajado. Otros trabajaron y ustedes entraron en el fruto de sus trabajos». En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho». Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo». Palabra del Señor.

Vie 10 Mar 2023

11 de marzo | Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32

Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: ´´Padre, dame la parte que me toca de la fortuna´´. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: ´´Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros´´. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: ´´Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo´´. Pero el padre dijo a sus criados: ´´Saquen enseguida la mejor túnica y vístansela; pónganle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traigan el ternero cebado y sacrifíquenlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado´´. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: ´´Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud´´. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: ´´Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado´´. Él le dijo: ´´Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado´´». Palabra del Señor

Jue 9 Mar 2023

10 de marzo | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46

Este es el heredero: vengan, los matamos EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: « Escuchen otra parábola: «Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ´´Tendrán respeto a mi hijo´´. Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ´´Este es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia´´. Y agarrándolo, lo sacaron de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿Qué hará con aquellos labradores?». Le contestan: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No han leído nunca en la Escritura: ´´La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente´´? Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.» Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta. Palabra del Señor.

Jue 9 Mar 2023

Voz del Pastor | 12 de marzo de 2023

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según San Juan 4,5-15.19b-26.39a.40-42

Jue 9 Mar 2023

Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

TERCER DOMINGO DE CUARESMA Marzo 12 de 2023 Primera Lectura: Éxodo 17,3-7 Salmo: 95(94),1-2.6-7ab.7c-9 Segunda Lectura: Romanos 5,1-2.5-8 Evangelio: Juan 4, 5-42 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Tercer domingo de cuaresma en la tradición catecumenal está vinculado al primer escrutinio de quienes van a ser bautizados en la Pascua y resplandece un tema muy bautismal para guiar la celebración: El agua se hace protagonista en la historia de la salvación. - El agua brotando de la roca es un signo del don y una respuesta a las necesidades de la peregrinación (primera lectura) - La ausencia de agua debe ser motivo de búsqueda y crecimiento, no un motivo de rebeldía y murmuración (salmo responsorial) - Agua y amor de Dios se reclaman para ser siempre derramados en la vida de quienes se abren a la acción de Dios. - Jesús es el agua viva que sacia y da sentido a la existencia (Evangelio). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La peregrinación de un pueblo en camino de libertad, narrada en la primera lectura se vuelve la experiencia prototípica del inconforme que suele ver enorme los límites y muy pequeños los dones y bondades de Dios. El camino de la murmuración no resuelve nada con Dios, es el acto de confianza lo que produce resultados y la fe se vuelve acción que sacia la sed. El salmo 95 (94) es una clara respuesta a la primera lectura y un memorial continuo de que tentar a Dios y dudar no es el camino sino entrar por la voluntad del Señor. El camino de la conversación debe luchar contra el endurecimiento del corazón y en cuaresma este camino debe tomar formas concretas en un itinerario de acciones transformadoras. La segunda lectura presenta a la comunidad de Roma una realidad humana que puede ser de oscuridad pero que en el misterio pascual de Cristo se transforma y se vuelve una efusión de la gracia. Como el agua, el amor se derrama y da vida. El tercer domingo de la Cuaresma en el ciclo A, nos presenta la figura de Jesucristo como el Agua viva. Y nos pone en tónica de redescubrimiento del Bautismo. Hemos recorrido 2 domingos en los cuales hemos descubierto que los humanos tenemos la tentación a la puerta pero que igualmente el poder de Dios puede transfigurarnos y llevarnos a la experiencia de lo divino y a la certeza de la resurrección. Ahora, el camino cuaresmal nos dice que, sólo bebiendo de la fuente, que es Cristo, podemos vencer la duda y la tentación. El texto de la samaritana sigue siendo un texto catecumenal que se presenta en el movimiento del conocer de la mujer y en la auto - revelación de Jesús que finalmente se manifiesta como el agua viva, el agua corre y hace que en creyente brote esa misma agua. El movimiento del texto de este domingo empieza en el conocer y termina en el creer, pero esto pasa por la experiencia de Jesús: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo». En este tercer domingo, nuestra experiencia recorre la suerte de Israel y clamamos nuevamente al Señor diciendo “Danos agua que beber” (primera lectura) pero lo hacemos recordando que nuestra fe no puede titubear en el camino (salmo) debido a que “el amor ha sido derramado en nosotros por el Espíritu que se nos ha dado” (segunda lectura) y así el culmen de todo es Cristo como agua viva (Evangelio). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En una sociedad como la nuestra, con muchas ilusiones no alcanzadas y sueños no realizados, hay siempre la tentación de detener la marcha y hasta dudar de las promesas de Dios. La Palabra de Dios dice: “en el peligro grité al Señor y él me escuchó”, por eso hay que recordar siempre que el proceso de la fe no excluye las dificultades, sino que las interpreta y les da un sentido. En Cristo la humanidad haya una respuesta y un sentido. Proclamar que Jesús es el agua viva nos lleva a pensar que no podemos dejar de lado el agua viva que no se apaga y nos convierte en torrentes para los demás, por buscar riachuelos y pequeños estanques que nos prometen mucho y nos dejan sin esperanzas cumplidas. En Cuaresma la tentación no tiene la última palabra, es necesario dejarnos transfigurar para apagar definitivamente la sed. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El prefacio de la Samaritana es motivo de oración y nos relata que la sed produce un efecto fundamental en la persona “encender en ella el fuego del amor divino”. Es necesario un compromiso misionero que surge del encuentro con Jesús, es necesario salir a invitar para que otros vengan a ver y a escuchar. La sed debe ser saciada en el conocer: Conocer y ser conocidos por el Señor. Para contemplar, puede servir repetir siempre la frase del evangelio que define lo que ocurre en la vida del bautizado: “Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna” _________________________ Recomendaciones prácticas: • En este domingo se celebra el primer escrutinio de preparación para el bautismo de los catecúmenos que serán admitidos, en la Vigilia pascual a los sacramentos de la iniciación cristiana, usando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentra en las pp. 801-803 del Misal Romano. • Se debe recordar que la eucología de este domingo en el ciclo A tiene un prefacio propio. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La eucaristía de este domingo nos evoca un lugar, el pozo de Sicar y nos lleva al encuentro con el Señor, que sacia nuestra sed y nos reconforta en el camino. Dejemos que la acción del Resucitado sea una realidad en la vida de nuestra comunidad y oremos por los catecúmenos que recibirán el bautismo en la noche santa de la Pascua, para que juntos podamos descubrir que no hay otra fuente de vida distinta al Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra El itinerario cuaresmal nos regala ahora una Palabra que refresca y da vida. El agua se presenta como un símbolo de la vida de Dios en una comunidad y la garantía de un Dios fiel a sus promesas. Escuchemos con fe. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Como el sol abrasador que trajo la sed, hoy presentamos nuestras ansiedades y esperanzas al Señor que siempre nos atiende. R. Sacia nuestra sed, Señor. 1. Para que El Papa Francisco y los ministros de la Iglesia sepan acompañar las esperanzas de la humanidad y ayuden a descubrir la púnica posibilidad de saciar la sed, que es Cristo, el Señor. Roguemos al Señor. 2. Para que en las naciones reine siempre la justicia y la paz y se busquen condiciones dignas para los hombres que tienen ansia de plenitud. Roguemos al Señor. 3. Para que, en medio del dolor y sufrimiento, el Señor apague la sed de quienes se ven agobiados y desesperanzados. Roguemos al Señor. 4. Para que el camino sinodal posibilite a toda la búsqueda de los intereses comunes y beneficie la humanidad, haciendo de la Iglesia un hospital de campaña que sea sensible a la sed que agobia a hombres y mujeres de las diferentes culturas, razas y credos. Roguemos al Señor. 5. Para que quienes celebramos esta liturgia veamos colmadas nuestras esperanzas y seamos fortalecidos en la fe que hace brotar agua de las peñas. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Tú que eres nuestro Dios y Señor, recibe las oraciones que te presentamos y apaga la sed de nuestra peregrinación bajo la cruz de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.