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evangelio

Jue 27 Oct 2022

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

TRIGÉSIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 30 de 2022 Primera Lectura: Sb 11,22 - 12,2 Salmo: Sal 145(144), 1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R. cf. Sab 11,23) Segunda Lectura: 2Ts 1, 11 - 2,2 Evangelio: Lc 19, 1-10. I. Orientaciones para la Predicación Introducción Vamos terminando el año litúrgico y el tono de las lecturas va tomando una perspectiva escatológica. Hoy podemos registrar tres temas fundamentales en las lecturas de este domingo: El Evangelio, con la escena de Zaqueo, y la página sapiencial del Antiguo Testamento nos hablan del perdón de Dios. El salmo, nos anima a todos, que somos pecadores y necesitamos de esta misericordia de Dios, a confiar en él. Y el último tema lo contiene la segunda lectura: Mantenerse firmes y dignos de su vocación en el camino de la fe. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? • Este momento es un ejercicio de búsqueda del sentido, o mejor dicho, de los sentidos que tiene un texto bíblico. Abordemos cada uno de los textos de este domingo resaltando algunos detalles. • El libro de la Sabiduría, uno de los últimos del AT, nos ofrece una reflexión sobre la grandeza de Dios: "el mundo entero es ante ti como un gramo en la balanza" (11,22). Y a la vez su misericordia: "te compadeces de todos porque todo lo puedes... y no aborreces nada de lo que hiciste" (11,23.24). • Su autor resalta que Dios perdona: "a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida" (11,26). A los que hace falta corregirles, lo hace con tolerancia y amor: "corriges poco a poco a los que caen; a los que pecan les recuerdas su pecado, para que se conviertan y crean en ti" (12,2). • El salmo responsorial 145 (144) es una gozosa alabanza al Señor como soberano amoroso y tierno, preocupado por todas las criaturas: "el Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad... el Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan". • Tesalónica es una ciudad de Grecia, y san Pablo escribe dos cartas a su comunidad cristiana. La segunda, que es la que leeremos durante tres domingos, está llena de recomendaciones para que los de Tesalónica se mantengan firmes y dignos de su vocación en el camino de la fe. • En la segunda lectura el apóstol Pablo nombra la última venida de Cristo y nuestro encuentro con él. Pero a la vez dice que no es inminente, y que nadie se debe alarmar por supuestas revelaciones sobre el final del mundo, "como si afirmáramos que el día del Señor está encima" (2Ts 2,2). • En el Evangelio nos encontramos esta vez no con una parábola, si un hecho que sucedió al llegar Jesús a la ciudad de Jericó, ciudad comercial y rica, muy apta para que los recaudadores de impuestos "prosperen". Zaqueo, "jefe de publícanos y rico" (19,2), se siente movido primero por la curiosidad. Pero luego, la cercanía de Jesús, que se ha autoinvitado a comer en su casa, le toca el corazón y se convierte, sacando unas conclusiones muy concretas para reparar las injusticias que había cometido. • El comentario, gozoso, de Jesús es: "hoy ha sido la salvación de esta casa: también este es hijo de Abrahán" (19,9). Es una ocasión más en las que Jesús, de palabra y de hecho, nos ofrece el retrato de un Dios que perdona. Él mismo, Jesús, "ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (19,10) 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Papa Francisco Francisco reflexionando sobre la palabra de este día nos dice: “Y Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró con paz. Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida como a Zaqueo, a Bartimeo, a María Magdalena, a Pedro y también a cada uno de nosotros. Aunque no nos atrevemos a levantar los ojos al Señor, Él siempre nos mira primero. Es nuestra historia personal; al igual que muchos otros, cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada. Los invito, que hoy en sus casas, o en la iglesia, cuando estén tranquilos, solos, hagan un momento de silencio para recordar con gratitud y alegría aquellas circunstancias, aquel momento en que la mirada misericordiosa de Dios se posó en nuestra vida. Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá de todo eso. Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijo. Él ha venido precisamente a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás. Dejémonos mirar por Jesús, dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015). Las lecturas de hoy nos obligan a confrontar nuestras vidas con este retrato de Dios que nos ofrecen los pasajes del AT y el Evangelio. Ante todo, porque también nosotros le damos ocasión a Dios para ejercitar esta misericordia: todos necesitamos su perdón, en varios momentos de nuestra vida. No debemos perder la confianza, si creemos todo eso que han dicho las lecturas sobre cómo es nuestro Dios. Pero también nos interpelan estas lecturas sobre nuestra actitud con respecto a los demás. ¿Somos personas de buen corazón, misericordiosos, fáciles al perdón? ¿o, por el contrario, somos fáciles en la condena, como los fariseos que murmuraban porque Jesús "ha entrado en casa de un pecador"? Deberíamos ser capaces de dar un voto de confianza a las personas, por pecadoras que nos parezcan, de hacerles fácil la rehabilitación a las personas que han dado algún mal paso en su vida, sabiendo descubrir que, por debajo de una posible mala fama, a veces tienen valores interesantes. Pueden ser "pequeños de estatura", como Zaqueo (y seguramente en más de un sentido), pero en su interior -¿quién lo diría?- hay el deseo de "ver a Jesús", y pueden llegar a ser auténticos "hijos de Abrahán". 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Cada Eucaristía nos ayuda a vivir las dos direcciones de esta palabra. Jesús no se invita a nuestra casa, sino que nos invita a la suya. Nuestra Eucaristía es algo más que recibir, como Zaqueo, la visita del Señor. Es ser invitados por él a entrar en comunión con él mismo, que se ha querido convertir en nuestro alimento de vida. Cada vez sucede lo que sucedió en casa del publicano: "hoy ha sido la salvación de esta casa". Pero, a la vez, la Eucaristía es una escuela práctica en la que aprendemos a ser abiertos de corazón para con los demás. Imitando a ese Dios que quiere la salvación de todos, que no odia a nadie, que "es amigo de la vida", y a ese Jesús que se alegra del cambio de vida de Zaqueo, nosotros, en nuestra celebración, al rezar y cantar juntos y, sobre todo, al participar juntos del Cuerpo y Sangre de Cristo, sea cual sea nuestra raza, formación, edad y condición social, aprendemos a ser más comprensivos con los demás y a perdonar, si es el caso, lo que haya que perdonar. ______________________ Recomendaciones prácticas: • Primero de noviembre. Día de todos los santos. • Dos de noviembre: Conmemoración de los fieles difuntos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a esta celebración. Una vez más el Señor pone su mirada sobre nosotros y nos invita a compartir alrededor de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía que fortalecen nuestra vida de bautizados. Hoy la gratitud hace presencia y nos recuerda cómo el don recibido en lo cotidiano de nuestra vida revela la calidad de nuestro corazón. Participemos de manera plena, activa y consciente. Monición a la Liturgia de la Palabra Los textos bíblicos de hoy nos hablan de la misericordia divina. Es lógico que se repita tanto esta inefable realidad, porque la misericordia de Dios es una fuente inagotable de esperanza y porque nosotros estamos muy necesitados de la clemencia divina. Todos necesitamos que se nos recuerde muchas veces que el Señor es clemente y misericordioso. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos al Padre misericordioso y presentémosle nuestras peticiones y necesidades. Unámonos diciendo. R. Dios de amor, fortalécenos en tu amor. 1. Por la Iglesia, congregada en este día en torno a la mesa del sacrificio y del banquete del amor, para que alimentada de estos santos misterios sea signo de unidad en medio del mundo. Roguemos al Señor. 2. Por los que gobiernan de las naciones para que la participación en la Eucaristía los haga más solidarios con los más necesitados de sus comunidades. Roguemos al Señor. 3. Por los que sufren, por los enfermos, por los tristes y afligidos, para que la Eucaristía los fortalezca y consuele en sus anhelos y esperanzas. Roguemos al Señor. 4. Por los que aún desconocen o no reconocen la misericordia de Dios, para que encuentren en el camino personas buenas que los animen a hacer parte del rebaño del Señor. Roguemos al Señor. 5. Por todos nosotros, para que dándonos prisa como Zaqueo, dejemos entrar al Señor en nuestra casa y encontremos descanso y consuelo en su corazón misericordioso. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Padre Santo, que en Jesús nos has mostrado tu misericordia, atiende estas oraciones que dirigimos a Ti seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Lun 24 Oct 2022

31 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14,12-14.

EN aquel tiempo, Jesús dijo a uno de los principales fariseos que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. 13 Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; 14 y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos». Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

30 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 19,1-10.

EN aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. 2 En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, 3 trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. 4 Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. 5 Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». 6 Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. 7 Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». 8 Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». 9 Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. 10 Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido». Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

28 de octubre | Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,12-19

En aquel tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. 13 Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: 14 Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; 16 Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 17 Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 18 Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, 19 y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

27 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35.

EN aquel día, se acercaron unos fariseos a decirle: «Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte». 32 Y les dijo: «Vayan y digan a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada. 33 Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”. 34¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no han querido. Miren, su casa va a ser abandonada. 35Les digo que no me verán hasta el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!». Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

26 de octubre | Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30.

EN aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. 23 Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: 24 «Esfuércense en entrar por la puerta estrecha, pues les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25 Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él les dirá: “No sé quiénes son”. 26 Entonces comenzarán a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. 27 Pero él les dirá: “No sé de dónde son. Aléjense de mí todos los que obran la iniquidad”. 28 Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes se vean arrojados fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 Miren: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos». Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

25 de octubre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21

EN aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». 20 Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó». Palabra del Señor.

Lun 24 Oct 2022

Evangelizar a los que están lejos

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo, a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, en muchos ambientes y sectores que están físicamente cerca de nosotros, pero viven muy lejos de Dios y de su Palabra de Salvación. Ya el tiempo donde todos en la familia eran creyentes con fe firme, está pasando, y estamos en una época donde muchos recibieron el bautismo, pero en lo que se refiere a la fe, son indiferentes e incluso, rechazan abiertamente a Jesús. El Papa Pablo VI, en su momento, así lo percibía cuando afirmó: “aunque el primer anuncio va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús o a los niños, se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de la vida cristiana” (‘Evangelii Nuntian¬di’ #52). Esta realidad descrita por el Papa Pablo VI, es un fenómeno común en las nuevas generaciones de muchas de las familias creyentes y por esta razón, el Papa Francisco vuelve a retomar el tema cuando llama a evangelizar en todos los ámbitos, sin descuidar la pastoral ordinaria que se orienta al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios. Es necesario reconocer el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo y también hace el llamado a proclamar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado (cf. ‘Evangelii Gaudium’ #14), recordando que “los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14). La preocupación de toda la Iglesia, pastores y fieles, a lo largo de los siglos ha sido anunciar el Evangelio a los que están alejados de Cristo y por eso, en una época se identificaban los alejados con quienes habitaban fuera de las fronteras de nuestro entorno y existía una vocación misionera para atender directamente a esos hermanos nuestros. Pero hoy la realidad de los alejados está presente en nuestro territorio, en nuestra Diócesis, en las periferias y en el centro de nuestra ciudad, en la parte urbana y en el campo. Por ello, retomamos como propio el llamado del Papa Francisco cuando nos dice que “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15), de tal manera que, lo tenemos que hacer presente con la salida misionera a la que estamos convocados todos los creyentes. La salida misionera es el camino adecuado en este momento de nuestra historia para volver a traer al redil de la Iglesia a la oveja perdida. Jesús en el Evangelio nos da el testimonio del Pastor bueno que sale a buscar una oveja perdida, dejando las noventa y nueve en el redil (cf. Lc 15, 4-6), hoy tenemos que retomar la salida misionera para ir en busca de las noventa y nueve, dejando una en nuestro redil. Si no lo hacemos entre todos, corremos el riesgo de dejar a todo el pueblo de Dios a la deriva, con la conciencia que “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20), periferias que vemos avanzar en nuestra ciudad, no solamente por la limitación física de los recursos de muchas personas, sino por el vacío en la fe que padecen muchas personas que son nuestros vecinos y cercanos. Recordemos que los discípulos que se reunieron en torno a Jesús y que salieron a predicar con Él, no tenían un lugar para permanecer, porque “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20); siempre fueron itinerantes, siempre estaban en misión de un lugar para otro y así nació la Iglesia, en camino, en salida misionera. El Papa Francisco nos recuerda esta verdad cuando afirma: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera. Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo” (EG 23). La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María, Estrella de la evangelización y el glorioso Patriarca san José, fiel custodio de la fe, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo, el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta