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Iglesia

Vie 12 Abr 2019

Pautas para vivir la Semana Santa

Próximos a la celebración de la Semana Mayor, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, Secretario General de la Conferencia Episcopal, hizo un llamado a la comunidad católica a vivir intensamente este misterio Pascual. El prelado dejó tres invitaciones que ayudarán a entender y vivir el sentido auténtico de este Tiempo, en el que celebramos los misterios centrales de nuestra fe: pasión, muerte, sepultura y gloriosa resurrección de Señor. Primera: Sintámonos involucrados Al respecto invitó a no recordar esta Semana como algo que ocurrió en la historia, un grato recuerdo ‘teatral’: La Semana Santa nos involucra a todos, porque el sacrificio redentor de Cristo, también es por mí, es para la humanidad. Celebro mi propia salvación”, señaló. Segunda: Reflexionemos Exhortó a no dejarse distraer por las procesiones o celebraciones masivas, si bien reconoce que son necesarias e importantes, pidió centrar la atención en la reflexión y el encuentro con Dios. “Oremos, pidamos, meditemos, vivamos cada paso, cada palabra, cada invitación de la liturgia”. Tercera: “busquemos las cosas de allá arriba” Finalmente, recomendó buscar una renovación interior “desde ahí dediquémonos al trabajo por la paz, la reconciliación, la unidad, el amor, la caridad, la atención a los más pobres. Todo ello, viviendo en nosotros la vida nueva de Cristo resucitado”.

Vie 12 Abr 2019

Diócesis de Cúcuta y Corponor le dicen ¡no! a la palma de cera

En el marco de la campaña: "Porque la Vida es Sagrada, Vive esta Semana Santa en Paz con la Naturaleza” que adelanta la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), se ha unido la Diócesis de Cúcuta, para reafirmar el compromiso con el cuidado del medio ambiente. Este miércoles 10 de abril, en las instalaciones de la curia diocesana, fueron entregadas de manos del director general de Corponor, Gregorio Angarita Lamk, 4 mil palmas al Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, las cuales tienen como destino ser sembradas en cada una de las comunidades parroquiales de la ciudad de Cúcuta. El fin de esta iniciativa es promover la protección de los recursos naturales y el no uso de la palma de cera durante la celebración de la Semana Santa, ya que esta palma tarda más de 20 años en crecer y es la vivienda de muchas especies silvestres. Entre las 4 mil palmas recibidas por esta Iglesia particular se encuentran dos especies: palma areca y palma real o también llamada palma de Cúcuta. Monseñor Víctor Manuel expresó que en la vida litúrgica, es un compromiso cuidar el medio ambiente, “como lo llama el Papa Francisco en Laudato si’: la casa común”, refiriéndose a la Encíclica de Su Santidad, publicada en el 2015, donde hace un llamado urgente sobre el daño que el ser humano causa por el uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto en este planeta. Por su parte, el director de Corponor manifestó que este acto es una invitación para que el Domingo de Ramos, se siembre vida y adquirir el compromiso de “no comprar palma de cera, no permitir que se comercialice nuestro árbol nacional y sobre todo, que podamos sembrar palmas para que en el futuro haya mayor conservación ambiental”. Angarita Lamk, afirmó que “gracias a la Diócesis podemos llegar a todas las comunidades, enviando el mensaje de compromiso, de sembrar y cuidar”. Además aseguró que otras 15 mil palmas van a ser entregadas en el departamento y que su distribución será canalizada por la Iglesia católica. Fuente: Of. de comunicaciones diócesis de Cúcuta

Jue 11 Abr 2019

Encuentro con el Resucitado | Abril 14 de 2019

"El centurión al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo: «Verdaderamente este hombre era el hijo de Dios»" TAREAS 1. Asista a todos los actos de la Semana Mayor 2. Mantenga una buena disposición - confesión y oración 3. Privarse del mundo para encontrarse con Dios [icon class='fa fa-download fa-2x'] Ir a lista de reproducción[/icon]

Jue 11 Abr 2019

La muerte de Jesús se convierte en un verdadero sacrificio que trae la redención al género humano

En la Pasión del Señor: Lucas 19,28-40 Primera Lectura: Isaías 50,4-7 Salmo: 22(21),8-9.17-18a.19-20.23-24 (R. 2a) Segunda Lectura: Filipenses: 2,6-11 Evangelio: Lucas 22,14 - 23,56 Introducción De Palabra de Dios para este Domingo de Ramos podemos presentar tres ideas de reflexión: • Isaías nos presenta la imagen del siervo doliente que sufre el destierro, las burlas y humillaciones y a pesar de esto, supo responder siendo fiel a Yahveh. • San Pablo nos habla de la kenosis del Hijo de Dios que sabe abajarse despojándose hasta llegar al extremo de la muerte en la cruz. • El evangelista Lucas nos presenta la entrega de Jesús, verdadero sacrificio para la salvación de la humanidad. 1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? San Lucas nos presenta la pasión de Cristo como el sacrificio de la Nueva Alianza. Anterior a este acontecimiento, el evangelista nos presentó la entrada de Jesús en la ciudad de Jerusalén donde es recibido por la multitud de los discípulos. Esos mismos discípulos son que ven la muerte de Jesús como sacrificio de expiación y de una alianza nueva y definitiva, no porque rechacen la antigua alianza (cf. Jr. 31,31.33.34) sino porque se renueva de modo definitivo; ahora los discípulos no son simples espectadores, sino que participan de esa nueva alianza, pues es un memorial único de la salvación que Dios obra en medio de su pueblo. San Lucas nos presenta el ritual de la cena durante el cual se servían varias copas, según el evangelista, después de cenar se sirvió la copa de la alianza que Jesús presenta como la de su sangre derramada por muchos. La Pascua de Jesús es sacrificio que salva y memorial de un acontecimiento liberador, conmemora el paso desde Egipto hasta la liberación definitiva de Israel. Esta cena de Jesús y el acto de su entrega en la cruz son la memoria de la verdadera redención en un banquete mesiánico y escatológico que anticipa su pasión y muerte. San Lucas nos presenta las palabras de Jesús en la última cena como parte de la instrucción que el maestro da a sus discípulos donde les deja varias enseñanzas: 1) la infidelidad de Judas es un llamado para la fidelidad del discípulo; 2) la ocupación de un cargo debe ser para el servicio a los demás; 3) el verdadero discípulo es el que persevera en medio de las pruebas; 4) la tentación y la infidelidad de Pedro es ocasión para que los discípulos aprendan la necesidad de buscar fortaleza en medio de la debilidad; 5) el discípulo debe vivir su misión en el despojo de lo terreno; 6) la venganza no debe ser el distintivo del discípulo. A continuación, se presenta la oración en el Getsemaní, que debe servir de ayuda para que el discípulo aprenda a hacer la voluntad del Padre. La traición de Judas hace ver la necesidad del perdón y el amor a los enemigos. La negación de Pedro muestra la debilidad a que está sometido el discípulo. El proceso de condena contra Jesús muestra su mesianismo y deja claro que su reinado no es meramente temporal. El evangelista nos presenta el momento dramático de la cruz y es aquí donde Jesús es modelo para todo aquel que quiera seguirlo haciendo lo mismo que Él hizo. La muerte de Jesús se convierte en un verdadero sacrificio que trae la redención al género humano, por eso Jesús desde la cruz anuncia el hoy definitivo de la salvación. San Lucas nos invita a ver y contemplar al crucificado que triunfa como vencedor de la muerte. 2. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? El evangelista Lucas nos invita a involucrarnos en la pasión de Cristo no como meros espectadores sino como testigos que viven el momento definitivo de la Redención. Participar de la Pascua de Jesús implica sentarnos con él a la mesa para renovar el sacramento de la nueva alianza para comer su cuerpo y beber su sangre. Este es el auténtico sacrificio que redime la humanidad. El maestro nos enseña que la verdadera fidelidad se da cuando desde la oración cumplimos la voluntad del Padre mediante la entrega y la aceptación de lo que Dios nos pide, al igual que lo hizo Cristo en Getsemaní. Seguir a Jesús como la multitud de discípulos nos exige cargar con la cruz camino hacia el calvario. Al contemplar el drama de la pasión debemos ver las paradojas que allí se presentan: El aclamado por la multitud que lo sigue, es condenado por la turba que grita que sea crucificado; él que ha venido a enseñarnos la justicia, es ajusticiado por las autoridades; el hombre que ha enseñado la verdadera libertad, es llevado como reo; el que ha hablado abiertamente en público, es silenciado con la muerte; pero paradójicamente con su victoria nos enseña que la muerte es la causa del auténtico triunfo. En Jesucristo se cumple a plenitud lo que el profeta Isaías anunció del Siervo de Yahvé́. Es el hombre que sufre, pero sin culpabilidad de su parte; muere, pero no por un castigo propio sino que lo asume como suyo. Con su muerte se hace solidario con toda la humanidad. Su muerte no es una situación definitiva ni de derrota y, de hecho, su morir es un vivir para siempre. Por eso no se puede desligar la muerte de la resurrección, de ahí que San Lucas nos invita a ver y contemplar este espectáculo para mirar en Jesús al Hijo de Dios que muere y resurge para dar la vida al pueblo; de ahí que su sacrificio es para dar la vida nueva. La Pasión de Cristo no puede verse como una simple la historia o un recuerdo de un relato pasado donde un hombre fue condenado a muerte; todo lo contrario, releer la pasión debe ser una actualización del acontecimiento central de la salvación y la manifestación plena de la gloria de Dios. 3. ¿Qué me sugiera la Palabra que debo decirle a la comunidad? Al iniciar la semana santa, la liturgia de estos días nos invita a entrar en la pasión de Cristo, no como meros espectadores sino, como participes de su cruz y resurrección. La oración colecta de este día muy bien lo señala cuando pide que al guardar las enseñanzas de su pasión podamos participar de su gloriosa resurrección, es decir, que no nos quedamos simplemente con un recuerdo del pasado, sino que contemplamos un hecho salvífico y lo actualizamos en el memorial de la eucaristía para recibir sus frutos en nuestra vida. Recorrer el camino de Jesús implica entrar con él para seguirlo camino hacia Jerusalén; el recorrido que se hace en la procesión de este día llevando las palmas en las manos nos recuerda que también la creación aclama a Cristo como Rey que entra victorioso para asumir el martirio de la cruz. El maestro se sienta a la mesa para participarnos de su pasión y en la eucaristía memorial de su entrega nos deja el alimento necesario para que podamos continuar nuestra marcha como peregrinos, de modo que como sus discípulos nos invita a asumir la cruz no como instrumento de tortura y derrota sino como el instrumento de purificación en el que se nos dió la vida nueva. El Papa Francisco nos recuerda que “en el centro de esta celebración, que se presenta tan festiva, está la palabra que hemos escuchado en el himno de la Carta a los Filipenses: “Se humilló a sí mismo” (2, 8). La humillación de Jesús. Esta palabra nos desvela el estilo de Dios y, en consecuencia, el que debe ser del cristiano: la humildad. Un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde. Humillarse es ante todo el estilo de Dios: Dios se humilla para caminar con su pueblo, para soportar sus infidelidades. Esto se aprecia bien leyendo la historia del Éxodo: ¡Qué humillación para el Señor oír todas aquellas murmuraciones, aquellas quejas! Estaban dirigidas contra Moisés, pero, en el fondo, iban contra él, contra su Padre, que los había sacado de la esclavitud y los guiaba en el camino por el desierto hasta la tierra de la libertad” (Homilía, 29 de marzo de 2015). Durante estos días debemos tener una actitud humilde para despojarnos de aquello que nos impide seguir a Cristo con un corazón libre y poder participar de su pasión, muerte y resurrección. “Al hacerse como nosotros y cargar con nuestras culpas por nosotros, Cristo restauró la naturaleza humana tal y como estaba en el origen. Al principio, el primer hombre estaba en el delicioso paraíso; le adornaban la falta de sufrimiento y de corrupción. Cuando despreció el mandato comiendo del árbol prohibido, cayó bajo la maldición, la condena y los lazos de la muerte. Pero como he dicho, Cristo le restauró del mismo modo que al inicio: se convirtió en el fruto del árbol, soportando la gloriosa cruz por nosotros, para destruir la muerte que había invadido los cuerpos humanos por medio de un árbol. Y ahora de nuevo en el árbol glorioso de la cruz fuimos salvados” (San Cirilo de Alejandría, Comentario al evangelio de Lucas 153). 4. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? Hemos recorrido el itinerario cuaresmal donde el profeta Joel, el miércoles de ceniza nos invitaba a la conversión interior, es el momento para manifestar los frutos de este tiempo y durante esta semana participar en la pasión de Cristo para no quedarnos al margen del acontecimiento central de nuestra salvación. La oración, la penitencia, el ayuno, las obras de caridad de este tiempo nos deben servir para entrar en este momento cumbre del misterio pascual, al cargar la cruz de Cristo debemos morir definitivamente al hombre viejo para resucitar a la vida nueva de la gracia y manifestar ante el mundo que Cristo vive en medio de nosotros. Nuestro testimonio durante estos días debe servir de ejemplo para que muchos hombres y mujeres se animen al seguimiento de Cristo. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. La liturgia de este día trae tres momentos significativos: La bendición de los Ramos y la procesión, la lectura de la pasión y la celebración eucarística. Cada momento debe servir para recordar nuestra condición de peregrinos que llevan la cruz para salir victoriosos a la resurrección. 2. Motivar con tiempo la participación de la comunidad en la procesión con los ramos. Tener en cuenta que el verdadero signo de acogida y aclamación de Jesús como Hijo de Dios es con los elementos de la naturaleza (ramos, ramas). Tener presente que hay tres formas de conmemorar la entrada del Señor a Jerusalén, ver Misal, pág. 129 ss. Al concluir la procesión, al llegar al altar, se omiten los ritos iniciales y se hace la Oración Colecta. Un aspecto que conviene tener encuentra, es el papel de los jóvenes y de los niños. Así como a Jesús ellos le aclamaron en Jerusalén, es muy antigua la tradición en la Iglesia de que el canto y el protagonismo de los niños sean evidentes en esta celebración. 3. Para la lectura de la Pasión no se llevan cirios ni incienso, se omite el saludo y la signación del libro. Estos signos manifiestan la austeridad de estos días. Al proclamar la muerte de Cristo se debe hacer una pausa para guardar silencio y ponerse de rodillas durante unos instantes. Se sugiere que la proclamación de la Pasión se realice entre tres lectores, teniendo en cuenta la recomendación de la liturgia de reservar la parte propia de Cristo para que la lea el sacerdote. 4. Para evangelizar la piedad popular, conviene instruir a las fieles en que lo más importante en este día es la celebración de la Misa y, en ella, la lectura de la Pasión del Señor. Es importante realizar la bendición y procesión con su carácter litúrgico y darle el aspecto de una “Puerta de la Semana Mayor”, la cual incluye los actos litúrgicos y los de piedad popular 5. El canto es uno de los elementos que tiene un papel importante en la celebración del Domingo de Ramos. Así pues que el escoger los cantos más adecuados es ayudar a la asamblea para que capte la fuerza significativa del misterio celebrado. Para la entrada: Hacia ti, morada santa; Que alegría cuando me dijeron; Hosanna al Hijo de David; Anunciaremos tu Reino, Señor; Pueblo de Reyes; Tu Reino es vida. En este momento es sumamente oportuno cantar el ya famoso y muy bello Hosanna oh¡, en el que se habla incluso de los ramos de olivo. Aquí sí se debería cantar con fuerza y con gozo. También puede intercalarse entre las estrofas del salmo la segunda parte del Santo de la Misa, en sus varias versiones, desde donde dice: Bendito el que viene... 6. Con las oraciones propias para la Misa, también tiene propio el Prefacio: La Pasión del Señor, Misal pág. 138; y se podría seguir la Plegaria Eucarística II. 7. Se podría emplear como oración de bendición sobre el pueblo, la propia para este domingo, Misal, pág. 139.

Jue 11 Abr 2019

Diócesis de Pasto celebra su aniversario 160

Hoy son muchas las obras y acciones que permiten dar gracias a Dios por el caminar pastoral de la diócesis de Pasto, quien conmemoró este miércoles sus 160 años de creación, Jurisdicción ubicada al sur occidente de Colombia. En una sencilla ceremonia el obispo de esta ciudad, monseñor Julio Enrique Prado Bolaños, en unión con sus colaboradores, agradeció este momento importante para la Iglesia nariñense. “Como Diócesis de Pasto celebramos con gozo 160 años de vida diocesana, es la mejor oportunidad para recordar con gratitud el pasado, mirar con alegría el presente y afrontar con esperanza el futuro”. Expresó que este tiempo ha sido un peregrinar en la Fe, la Esperanza y la Caridad, del anuncio gozoso del Evangelio, “un espacio de gracia para esta Iglesia de Pasto que bajo el impulso vivificante del Espíritu, ha crecido gracias a la presencia de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos y laicos generosos, celosos y santos que se han comprometido con el anuncio del Evangelio y la promoción humana”. Según lo señala un mensaje emitido por esta Jurisdicción: “Tanto Obispos de feliz memoria entregaron su vida y sus talentos en la misión Evangelizadora, de manera especial recordamos a San Ezequiel Moreno, a su Eminencia Señor Cardenal José de Jesús Pimiento, quien inició su ministerio Episcopal en nuestra Diócesis”. “Con inmensa alegría, damos gracias al buen Dios por su abundante misericordia en estas tierras del Sur, a la vez confiamos a su bondad por los 24 años fructíferos de Ministerio Episcopal de Monseñor Enrique Prado Bolaños, al frente de nuestra Diócesis”, imprime la misiva. La diócesis de Pasto fue erigida el 10 de abril de 1859 con bula In excelsa del papa Pío IX. Del extenso territorio que la formaba han surgido 8 Jurisdicciones eclesiásticas: 4 Diócesis (Ipiales, Tumaco, Mocoa Sibundoy y Florencia) y 4 Vicariatos Apostólicos (Leticia, Puerto Leguízamo, San Vicente del Caguán y Guapi).

Mié 10 Abr 2019

“Las cosas que un jubilado puede hacer, a eso me dedicaré”: Mons. Flavio Calle

Monseñor Flavio Calle Zapata recuerda que han sido momentos muy gratos los vividos como pastor en la Arquidiócesis de Ibagué, donde sucedió a monseñor Juan Francisco Sarasti, de quien asegura haber recogido la herencia pastoral y espiritual dejada por él. En el año 2003, inicia su travesía por esta tierra musical tolimense. Rápidamente imprime en su trabajo un nuevo aliento evangelizador, tratando de responder a la realidad actual que se vivía en este territorio. “Llegué en una época en que había mucha violencia en algunas regiones del Tolima, pero a Dios gracias fue disminuyendo la arremetida del conflicto, hasta el punto que en los últimos años no hemos tenido hechos de aquellos que se vivieron con guerrilla y paramilitarismo. La vida en el Tolima ha sido más bien serena en los últimos años”, aseguró. Afirma que estos 16 años pasaron tan rápido que ni los sintió: “da la sensación como si hubieran sido unos 5 años no más”. Su tiempo ha transcurrido en el desarrollo de una agenda trazada por un plan pastoral, llevando el ritmo de vida de las personas de esta región y sus necesidades propias. Su vocación: La paz Considera que una de sus principales vocaciones ha estado ligada al tema de la paz. Es así como desde sus inicios en esta Jurisdicción impulsó la creación de la Corporación Desarrollo y Paz del Tolima -Toldipaz-, organismo que ha servido como mecanismo para promover el desarrollo y la ejecución de diferentes iniciativas sociales. “Parece que mi vocación está ligada al tema de la paz, la defensa de los flagelados, vulnerables, por ello he trabajado mucho a través de Toldipaz. Allí se le mide el pulso a cómo anda la región en temas de paz, respeto a la vida humana y a los derechos humanos. Desde que llegué hasta la presente he conservado mi tiempo, mi pensamiento y mi dedicación a proyectar desde esta institución y naturalmente a través de todas las dimensiones que asume la pastoral social de la arquidiócesis, que ha sido bastante activa también en la defensa de los DDHH”, afirmó. Se empieza a sentir con fuerza la partida de un ser carismático Cuenta que, si bien un momento culmen de su partida inició con la celebración de sus 50 años de sacerdocio, “este acontecimiento tenía cierto sentido de que la presencia mía ya iba terminando. Sin embargo –continúa- cuando llega la noticia de mi retiro siempre cae como durito en algunas personas, en los sacerdotes, en su corazón sincero manifiestan la gratitud y el vacío”. Reconoce que la misión de un ministro de la Iglesia es la entrega y el servicio a los demás. “Amar, ayudar, escuchar, bendecir y perdonar, a eso nos dedicamos y eso es muy lindo, eso crea una relación muy hermosa con la comunidad (…) Por eso, es natural que al partir haya una sensibilidad con sentimientos de gratitud con Dios, pero también de pesar por la partida”. Sobre el administrador arquidiocesano Afirma que la elección de monseñor Miguel Fernando González Mariño, como administrador arquidiocesano de Ibagué, nombrado recientemente por los miembros del Colegio de Consultores, fue asertiva y tiene grandes ventajas: “Él ha sido obispo auxiliar durante 3 años, entonces conoce muy bien la marcha de esta jurisdicción, el ritmo de la vida social, los fenómenos que aquí se producen, él ya está hecho al contexto que nos envuelve, por lo que estoy seguro no tendrá mucha dificultad en entrar a ejercer como pastor en esta comunidad. Lo hará con carácter de interinidad hasta el día en que el Papa nombre el nuevo arzobispo y se haya posesionado”. ¿Qué viene para monseñor Flavio Calle? “Las cosas que un jubilado puede hacer, a eso me dedicaré”. El prelado reconoce que tendrá que aprender a vivir la nueva vida, distribuirá sus tiempos entre la lectura “voy a leer un poco los clásicos antioqueños a don Tomás Carrasquilla y otros”, la música, compartir con la familia y amigos, desarrollar algunos hobbies que por su labor pastoral no logró cumplir, recoger apuntes y escribir sobre temas que siempre le han apasionado: la espiritualidad cristiana y ayuda en la pedagogía cristiana para las personas. Pero algo que definitivamente tiene claro hacer una vez salga jubilado, es dedicar un buen tiempo de su vida a confesar pues “escuchar y perdonar los pecados, creo que es uno de los ministerios más importantes y muy descuidados en la Iglesia actualmente”. Hay un hobby que disfrutó mucho de joven en el seminario, se trata del arte de la filatelia, manejo de las estampillas. “Voy a revivir lo que tenga para ponerlo en orden también, es un hobby muy lindo, lleva tiempo, muy delicado, muy cultural y muy agradable”. Monseñor Calle Zapata manifiesta que sólo estará en la arquidiócesis el tiempo funcional que convenga, una vez haya realizado el empalme con monseñor Gonzalez Mariño, piensa viajar a Medellín, donde se radicará para disfrutar de la compañía de su familia. Finalmente, recuerda la figura de san José, quien dice lo acompaña desde niño. “En los últimos años se ha acrecentado muchísimo el amor por él, la admiración por él y he sentido su amistad y compañía como si fuera una persona física. Precisamente el Papa Francisco me dio la libertad canónica de retirarme justamente en la fiesta de san José”.

Mié 10 Abr 2019

¡Cristo vive y es joven!

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra -Nada mejor que aludir en esta ocasión, a la Exhortación Post Sinodal que el Santo Padre Francisco acaba de entregar “a los jóvenes y a todo el Pueblo de Dios”, pues resulta muy propicia en este tiempo de preparación cuaresmal y celebración de la Pascua del Señor. Sí, Jesús está vivo, porque ha resucitado y ha devuelto la juventud a un mundo y a una humanidad subyugada por el pecado. Es la nueva creación, fruto de la victoria sobre la muerte y sobre una “cultura” que ha heredado tristezas y periferias existenciales. Profunda reflexión, saber que todo lo que Cristo vivo “toca”, se vuelve joven, se renueva, se llena de vida. Por esa razón el encuentro con Jesús que siempre está con nosotros porque nunca se va, es garantía para empezar siempre a pesar de los miedos, rencores y fracasos. El mismo Papa advierte que estas palabras no son únicamente para los jóvenes sino para todo el Pueblo de Dios, pastores y fieles, invitados a vivir la novedad y la juventud de Cristo. Y que el resultado de estas reflexiones son fruto del discernimiento sinodal consignadas en el Documento final, las más significativas, pero que representan un cúmulo de miles de voces escuchadas a creyentes y no creyentes, estos últimos, que incluso suscitaron en el Papa, nuevas preguntas. Capítulo a capítulo va desarrollando armónicamente una lección de vida partiendo de la presencia protagónica, a los ojos de Dios, en la Sagrada Escritura, de muchos jóvenes elegidos por él para realizar sus planes, teniendo en cuenta las características propias de su identidad; por ejemplo, José, el soñador, que siendo de los pequeños de la familia, en la flor de su juventud le confió una importante tarea en favor de sus hermanos, en Egipto. Del mismo modo, desfilan en esta elección de Dios, Gedeón, Samuel, el rey David, elegido siendo un muchacho y el mismo rey Salomón quien exclama ante el reto de suceder a su Padre “Soy un joven muchacho y no sé por dónde empezar y terminar” (Cfr.IRe 3,7), exclamación similar salida de los labios de Jeremías. Y qué decir de la joven Rut, generosa, comprometida y perseverante para vencer obstáculos y salir adelante. Un paradigma en el Nuevo Testamento, es el joven de la parábola del hijo pródigo, que puede reflejar los deseos de autonomía y libertad que mal interpretados pueden generar un desastre en el proyecto de vida. Pero el resultado que hace ver el Señor, es la capacidad de aquel joven para asumir el cambio, saber volver, saberse levantar. Contrasta con su hermano que no obstante también sus pocos años, tiene ya un corazón envejecido. Pero sin duda es Jesús quien a lo largo de toda su misión, aparece como el siempre joven y por eso sus palabras, sus signos y actitudes son una transparencia permanente del valor propio de ser joven. Jesús es por tanto inspiración para todo joven que busca madurar y cumplir una misión, compartiendo con la familia, con su pueblo, sin aislarse ni separarse, sino que a través de la cotidianidad de la vida, como lo hizo Jesús, reconociendo a su Padre, compartiendo con sus discípulos, compadecido de los débiles y los pobres, los enfermos y los pecadores. No desconoció el sufrimiento ni la incomprensión: “En Jesús todos los jóvenes pueden reconocerse”(Cf # 31). Mirando a Cristo la Iglesia también está llamada a rejuvenecerse, en un tiempo en el que, se notan en su rostro muchas arrugas y sonrojos por las infidelidades de sus hijos, rostro que las nuevas generaciones ayudarán a recrear. “En el corazón de la iglesia resplandece María”. Llamados por el Papa, como lo hiciera en Panamá, en la Jornada Mundial de la Juventud pasada, como el “ahora de Dios”, están llamados los jóvenes a transformar, unidos a todo el Pueblo de Dios, las diversas situaciones que ha generado un mundo en crisis, con un subproducto de crimen organizado, violencia en diferentes formas, esclavitud y explotación sexual, tráfico de drogas, migraciones etc. situaciones muchas veces, en las que son tanto protagonistas como víctimas. Y todo ello, en el vastísimo contexto de un mundo digital. Pero siempre hay una salida con esperanza, porque “Dios te ama”, “Cristo te salva” y, “¡Él vive!, con la fuerza del Espíritu Santo. Fraterno saludo Pascual y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Mié 10 Abr 2019

De todos los pecados, “la soberbia es la actitud más negativa para la vida cristiana”

Así lo advirtió el Papa Francisco durante la Audiencia General celebrada este miércoles 10 de abril en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En su catequesis, el Santo Padre llamó la atención sobre “la primera verdad de toda oración: aunque fuésemos personas perfectas, santos cristalinos que no se desvían nunca de una vida de bien, siempre seremos hijos que se lo deben todo al padre”. En ese sentido, explicó el Papa, se debe interpretar la petición que se realiza en el Padre Nuestro: “Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Las deudas, es decir, “los pecados, las cosas malas que hace”, destacó. Por ese motivo, “la actitud más peligrosa de toda vida cristiana es el orgullo. Es la actitud de quien se pone delante de Dios pensando siempre que tiene en orden todas las cuentas con Él. El orgulloso piensa que todo está bien”. “La gente que se cree perfecta, la gente que critica a los demás, es gente orgullosa. Ninguno de nosotros es perfecto, ninguno”. Por el contrario, “hay pecados que se ven y pecados que no se ven. Hay pecados enormes que hacen mucho ruido, pero también hay pecados sutiles que anidan en el corazón sin que ni siquiera nos demos cuentas”. El peor de esos pecados es la soberbia, “que incluso puede contagiar a aquellas personas que viven una intensa vida religiosa”. La soberbia “es el pecado que divide la fraternidad, que nos hace presumir de ser mejores que los demás, que nos hace creer que somos parecidos a Dios”. Y, sin embargo, “delante de Dios todos somos pecadores”. Pero, sobre todo, “somos deudores porque, en esta vida, hemos recibido mucho: la existencia, un padre y una madre, la amistad, las maravillas de la creación… Incluso si todos pasásemos por días difíciles, siempre debemos recordar que la vida es una gracia”. En segundo lugar, “somos deudores también porque, incluso si conseguimos amar, ninguno de nosotros es capaz de hacerlo únicamente con sus fuerzas. Ninguno de nosotros brilla con luz propia”. “Si amas es porque alguien, alguien externo a ti, te ha sonreído cuando eras un niño, enseñándote a responder con una sonrisa. Si amas es porque alguien a tu lado te ha despertado al amor, haciéndote comprender cómo reside en ella el sentido de la existencia”. El Papa concluyó: “Amamos, sobre todo, porque hemos sido amados; perdonamos, porque hemos sido perdonados. Y si alguno no ha sido iluminado por la luz del sol, se vuelve gélido como la tierra en invierno”.