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monseñor luis josé rueda

Mié 19 Feb 2020

“Ante el aborto custodiemos las dos vidas”: Mons. Rueda

Frente al proyecto que se propone en la Corte Constitucional para que las mujeres puedan interrumpir su embarazo libremente sin ninguna causal antes de los cuatro meses, el arzobispo de Popayán, monseñor Luis José Rueda Aparicio dijo que lamenta este propósito y recordó que tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como en la Constitución Política de Colombia se dice que "el Derecho a la vida es inviolable y no habrá pena de muerte". Expuso que siempre se debe defender la vida tanto de la madre como la del niño gestante, recalcando que “toda crisis humana es pasajera pero el aborto es para siempre, es irreversible”. Agregó que es importante orientar y prestar ayudar a través de especialistas a aquellas mujeres que estén pensando en abortar a sus hijos. “La verdad es que ellas NO necesitan un aborto, sino que se les brinde sustento, acompañamiento y cercanía en su difícil situación. Ellas en medio de esta situación de crisis, no buscan el aborto como tal, sino un apoyo a su difícil situación. Buscan que alguien las escuche y las oriente. Buscan argumentos verdaderos para poder tomar una decisión de vida”. “De ahí que, la mujer tiene el derecho a estar debidamente informada de las posibles soluciones, distintas a suspender la gestación, por ejemplo, dar al niño en adopción. Existen instituciones dispuestas y muy preparadas para custodiar la vida de la madre junto con la vida de su niño. Son personas profesionales y servidores de la vida”. Así mismo, el prelado hizo un llamado a la conciencia de los profesionales servidores de la salud, para que hagan un discernimiento frente a cada situación “porque en la gran mayoría de los abortos que se practican, la justificación se ubica en la salud mental de la madre” por lo que los animó a optar por el cuidado y respeto a la vida. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 13 Feb 2020

Iglesia en Popayán se pronuncia frente a caso de Juan Sebastián

Iluninado por la Carta Encíclica "El Evangelio de la Vida", de San Juan Pablo II, arzobispo de Popayán, monseñor Luis José Rueda Aparicio, ofreció una reflexión y recordó que la vida es un don de Dios y una buena noticia, esto al referirse al caso del bebé gestante de siete meses que fuera abortado por la madre. "El ambiente social de Colombia nos lleva a ser como una voz en el desierto, en favor de la vida frágil de los niños por nacer". Al mencionar un pasaje de la Carta Encíclica dijo que la Iglesia siempre ha enseñado, que "el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se de debe reconocer los derechos de la persona, personalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida". (EV 60). Finalmente, señaló que si se llegare a aprobar una ley contra la vida humana naciente en Colombia o cualquier lugar del mundo, "debemos recordar que la misión de defender la vida en hogares, en hospitales, en universidades, en campos y ciudades, nos corresponde a mujeres y hombres, con argumentos científicos, juriídicos, éticos y espirituales". [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 2 Ene 2020

2020 un año dedicado a la fraternidad: Mons. Luis José Rueda

El Año de la fraternidad marcará la ruta pastoral de la Arquidiócesis de Popayán durante el 2020, así lo dio a conocer el arzobispo de esa ciudad, monseñor Luis José Rueda Aparicio, en un mensaje al pueblo de Dios. "‘El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz, habitaba en tierra y sombra de muerte, y una luz les brilló’ (Is9,1). Estas palabras del profeta Isaías, nos llenan de esperanza al comienzo del año 2020. Son palabras motivadoras para comenzar un nuevo año de vida y de trabajos (...) Estamos convencidos que esa gran luz nos guiará por caminos de paz y fraternidad", así lo señaló en su mensaje pastoral. La Iglesia vive y promueve la fraternidad El arzobispo recordó que, en medio de las adversidades, la Iglesia siempre ha estado caminando con el pueblo, "presente en campos y ciudades, en comunión plena con el Papa Francisco, anunciando la Buena Nueva y renovando la esperanza de su misión”. La fraternidad se cultiva en comunidad Recordó que una forma de cultivar la fraternidad humana, es venciendo el egoísmo y la desconfianza, para ello dijo que "con la opción por la Nueva Evangelización nos proponemos durante el año 2020, seguir la convocatoria a los fieles laicos para que vivan su fe en pequeñas comunidades, al estilo de las primeras comunidades de seguidores de Cristo (Hc2,42)". La fraternidad nos enseña a dialogar Explicó que para poder vivir la fraternidad es importante el diálogo en sus diferentes ambientes: familiar, social, de trabajo y espiritual. "El diálogo familiar nos enseña la importancia de escucharnos con atención para encontrar soluciones a los diversos problemas. El diálogo social nos enseña a valorarnos, a respetarnos, a organizarnos por el bien común, evitando las polarizaciones, que nos conducen a la violencia y la exclusión. El diálogo espiritual nos enseña que la oración es fundamento de la fraternidad”. La fraternidad es camino de reconciliación Afirmó que una forma de superar los resentimientos es sentir al otro como hermano, solo así se llega a la unidad y al perdón. "La fraternidad nos ayuda a ser acogedores, nos motiva a proteger al que piensa distinto, para superar los odios y consolidar la paz". La fraternidad nos exige conversión Finalmente, explicó que el año de la fraternidad ha de ser un espacio donde se viva momentos de conversión personal, social y ecológica. "El año de la fraternidad es una oportunidad para sanar heridas, para crecer en la confianza mutua, para celebrar la unidad, empezando por casa, fraternizando en los barrios y veredas. Es un año para promover en las aulas de clase y en los medios de comunicación la cultura del encuentro, para que seamos un pueblo de hermanos. La conversión ecológica nos compromete en el cuidado de la casa común, nos exige cambiar nuestros hábitos depredadores, nos pide ser misioneros de la vida humana y ambiental". [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Sáb 30 Nov 2019

Adviento: tiempo de fe y esperanza

Al iniciar el tiempo de Adviento y el Año Litúrgico para la Iglesia Católica, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Popayán, ofreció algunas claves para vivir mejor este tiempo. El prelado recordó que el Adviento es un momento para que los católicos entren se preparen para el nacimiento del Emmanuel “Dios con nosotros”, por lo tanto, dijo, “es un tiempo para vivirlo en pequeñas comunidades y en las parroquias”. Así mismo, advirtió que el centro del Adviento, como de todo el Año Litúrgico, es Cristo. “Pero es Cristo esperado, es Cristo que nos toca el corazón y Él ha dicho: estoy a la puerta y llamo, si alguno me abre entraré y cenaremos juntos”, afirmó. Al contextualizar el tema del Adviento dentro del marco social, expuso que hombres y mujeres hoy necesitan de esperanza. “El Adviento es un tiempo para que nosotros nos encontremos, nos miremos, nos animemos unos a otros sabiendo que no estamos solos, que somos compañeros de camino unos de otros. Sabemos que tenemos una barca, que vamos llegando hacia ella y que es nuestra patria; ella llegará a buen puerto si nosotros somos hombres y mujeres de fe y esperanza”, advirtió.

Vie 15 Nov 2019

Iglesia colombiana anima Jornada Mundial de los Pobres

Al referirse al tema del Mensaje propuesto por el Papa Francisco para la III Jornada Mundial de los Pobres: «La esperanza de los pobres nunca se frustrará», el arzobispo de Popayán, monseñor Luis José Rueda Aparicio, dijo que esta iluminación es la ocasión propicia para vivir nuestra fe y proyectarla hacia los más necesitados con fraternidad y solidaridad. “Esta Jornada es una ocasión para sentirnos pobres, para sentirnos al estilo de Jesús que se hizo pobre. (…) La Iglesia debe ser sembradora de esperanza en medio de los pobres, acompañándolos en todo momento, llenándolos de optimismo (…) La esperanza es saber que no nos defrauda la presencia y la promesa del Señor que acompañará siempre nuestra vida”, afirmó. El prelado advirtió que esta Jornada, que se celebrará el próximo 17 de noviembre, será un espacio para que las parroquias pongan a funcionar la creatividad con diferentes actividades “es una jornada que suscita creatividad, porque pobres como dice el Señor Jesús, siempre los tendremos”. Finalmente, recordó que los pobres son personas a las que hay que ir a encontrar: “Están los ancianos, los indígenas, los afros, los migrantes venezolanos, todos aquellos que están sin empleo y sin vivienda (…) Tendremos la ocasión de vivir nuestra fe y proyectarla con quienes nos necesitan”. A continuación, mensajes del Papa Francisco para esta Jornada III Jornada Mundial de los Pobres 2019: «La esperanza de los pobres nunca se frustrará» II Jornada Mundial de los Pobres 2018: «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» I Jornada Mundial de los Pobres 2017: «No amemos de palabra sino con obras»

Mar 12 Nov 2019

Colombia: una paz al filo de la violencia y la muerte

Todavía duele Colombia, son surcos que no terminan de cerrarse, el bien por ahora no germina, mientras es arrasado por una tala de odios irrefrenables postergando los abrazos de la reconciliación. El hilo de sangre en el Cauca recorre cada recoveco de esta tierra ancestral. El resguardo de Tacueyó, al norte del departamento del Cauca, suroccidente del país, quedará en la memoria de los colombianos como uno de los capítulos ignominiosos de una paz al borde al filo de la violencia y la muerte. Aún resuena el grito estrepitoso de la masacre al pueblo indígena ante una sociedad indiferente. Contra todo pronóstico, pese a los riesgos y amenazas, los obispos de Cali y Popayán, Darío Monsalve y Luis José Rueda, peregrinaron con unas 120 personas al sitio donde fueron asesinados Cristina Bautista, gobernadora indígena, y sus 4 guardias, el pasado 4 de noviembre, durante la acción llamada ‘Tres minutos por la vida’, convocada por estas jurisdicciones, la Conferencia Episcopal y la Nunciatura. “Estuvimos en los escenarios del dolor para estar alrededor del altar de la Eucaristía y construir espacios de esperanza, de diálogo”, ha mencionado Darío Monsalve, arzobispo de Cali, en referencia a esta actividad. La vida está herida Desde el recrudecimiento del conflicto en el Cauca, uno de los principales promotores de la paz es Luis José Rueda, arzobispo de Popayán. Sobre la campaña La vida está herida y nos necesita a todos, cuya acción estuvo centrada en Los 3 minutos por la vida “por un lado denuncia pero por otro lado llama al compromiso y a la esperanza”. Además ha agradecido a la Conferencia Episcopal de Colombia y al propio nuncio Luis Mariano Montemayor por su apoyo irrestricto al hacerse eco de las iniciativas desde la iglesia local a todo el país. “Fue una respuesta positiva y contundente, se sintió en todo el Cauca y el país. Ahí aprendimos, descubrimos y ratificamos que como Iglesia nos movilizamos por causas justas, porque cuando nos unimos logramos efectos sorprendentes”, señaló. El prelado ha mencionado que en el momento dijeron a los indígenas “aquí estamos, puede ser que algunos entes del Estado les dé miedo entrar y sentarse a dialogar. Tal vez hayan diferencias de la forma, cómo concebimos la vida y el mundo, pero con ustedes aprendemos mucho”. Permeados por amenazas Por otra parte, el arzobispo de Popayán ha indicado que la situación del Cauca está permeada por muchas amenazas a la vida, tanto estructurales como conyunturales. “Estructurales, porque hace falta que el Estado y las comunidades se reconcilien y trabajen juntas. Coyunturales, porque el narcotráfico se ha metido, hay una economía de muerte y cuando alguna comunidad se organiza para defender su tierra sufren las consecuencias”. Luego de los acuerdos de la Habana hubo un respiro –señala el prelado– “todos empezamos a soñar y anhelar un nuevo país”, sin embargo “vimos que hubo como una indiferencia a la implementación de los acuerdos, con unos puntos de los acuerdos muy bien logrados, pero poco implementados en las regiones y al no estar implementados empiezan los grupos de disidencias de narcotráfico, de línea paramilitar o de línea guerrillera a hacer presencia en las comunidades y con ello vuelve el afro, el campesino y el indígena a quedar expuesto”. No hay respeto a la vida, mientras las comunidades buscan “defender sus cultivos para vivir una economía distinta, una economía limpia, entonces el narcotráfico se lleva por delante al que sea”, denuncia Rueda, quien lamenta esta situación y que debe ser analizada en su conjunto. Crear un clima de confianza El reto por la construcción de una paz duradera y, por ende, el camino de la reconciliación pasa por la voluntad de muchos actores políticos y sociales. “Es necesario que se crezcan en la confianza tanto los indígenas, afros y el Estado”, apunta Rueda, porque para lograr acuerdos es importante ir en doble vía: “por un lado el Estado debe acercarse a las comunidades, escucharlas, atender sus necesidades y, por el otro, los indígenas y los afros deben permitir también el diálogo”. Además es un imperativo coordinar proyectos y los programas desde un desarrollo integral, porque “esto está muy en la línea de lo que el magisterio de la Iglesia en el Sínodo Panamazónico que acaba de terminar con aquello de una conversión pastoral integral, donde nos descubramos como hermanos”, ha dicho el arzobispo de Popayán. También ha destacado el papel de la Iglesia en la construcción de la paz y reconciliación, pues “en todas las jurisdicciones de Colombia, hay una iglesia caminando, sudando, trabajando, en los talleres, en los almacenes, en las escuelas, en los hospitales, es la iglesia, que es usted y que soy yo, que somos todos los hombres y mujeres bautizados en el pueblo de Dios con la fuerza del Evangelio”, mencionó. Batallones de bien común Rueda no es partidario de la militarización de estos territorios, aunque respeta la institucionalidad del Estado en todos sus niveles. “Creo que es necesario actuar con la institucionalidad del país, es necesaria la presencia de la fuerza pública”, aclara. Sin embargo “así como se mueve un batallón de soldados, yo quisiera también ver cómo se mueve un batallón de médicos, un batallón de profesores, un batallón de agrónomos, batallón de trabajadores sociales, metidos allí sirviéndole al pueblo”, ha afirmado. Su mayor anhelo es ver a los indígenas y a los afros con batallones de gente comprometida al bien común y con propuestas de construcción de unidad y “con ello lograríamos desarrollar no solo el Cauca, sino todo el Pacífico colombiano que está bastante olvidado”. No confinarlos en las montañas “Es muy importante para la sociedad colombiana que la Iglesia católica asuma en la persona de sus pastores la respuesta a estos desafíos gravísimos”, opina Darío Monsalve, arzobispo de Cali, respecto a la actual coyuntura. Asimismo asegura que el exterminio al que están siendo sometidos los indígenas es un genocidio, requiere de un mínimo de respeto a la vida de la población y tender puentes entre los indígenas y el Estado colombiano, que “siempre impone verticalmente sus políticas a los indígenas y esto genera gran disgusto porque no hay esa confianza en ellos”, lamenta Monsalve. Llegado a este punto, el arzobispo de Cali asegura que este ejercicio de escucha sirva también para aprender de las culturas indígenas, porque “ellos quieren ampliar sus territorios, necesitan tierras productivas, no ser confinados a las laderas de las montañas”. Fuente: Portal digital Vida Nueva Foto redes: Arquidiócesis de Cali Video: Of. comunicaciones Arquidiócesis de Popayán

Mar 3 Sep 2019

“No a la guerra ni a la estrategia del miedo en el Cauca”

Con estas palabras el Arzobispo de Popayán, monseñor Luis José Rueda Aparicio, manifestó su rechazo por la masacre de seis personas, ocurridas el pasado domingo en zona rural del Municipio de Suárez, en el Departamento del Cauca. “Tomamos las palabras del Papa Francisco y levantamos la voz de nuestras comunidades para clamar: ‘No a la guerra ni a la estrategia del miedo’”, enfatizó el Arzobispo a través de un comunicado de prensa. En su mensaje señaló como enemigos del Cauca a todos aquellos que están a favor de la indiferencia, el resentimiento, la polarización, el terrorismo, el narcotráfico, la corrupción, el abandono del Estado, la anticultura del miedo y de la amenaza. Hizo un llamado a todos los habitantes de esta región para que reafirmen su vocación y compromiso por la defensa de la vida humana, aún en las diferencias. Así mismo, pidió la solidaridad de todos para que denuncien “a los destructores de la vida”. “Hacemos un llamado a los habitantes de nuestros territorios rurales y urbanos del Cauca, para que reafirmemos nuestra vocación y nuestro compromiso en la defensa de la vida humana, que es única, sagrada, y que debe ser protegida siempre”, aseveró. Luego el arzobispo manifestó que “está en juego el patrimonio mayor que es cada ser humano, está amenazada la Casa Común, se está deteriorando la democracia. Es hora de pasar a las obras que articulen la vitalidad de la sociedad civil y el Estado. Es hora de reconciliarnos para fortalecernos en el trabajo por la paz. Es hora de una política y economía al servicio de la vida y de la paz. Es hora de una espiritualidad liberadora que construya unidad. Es hora de afianzarnos en la esperanza para seguir viviendo. Al concluir, recordó que la Iglesia continuará su labor misionera en favor de todas las comunidades “anunciando que el amor es más fuerte que el odio y que la paz es posible aún en medio de la adversidad”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 18 Abr 2019

Reflexión del Sermón de las Siete Palabras por el Arzobispo de Popayán

LaConferencia Episcopal de Colombia (CEC)pone a disposición de todos los fieles el tradicional Sermón de las Siete Palabras predicado por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Popayán. Este material, producido por el departamento de Comunicación Social, es un insumo para las emisoras católicas del país y medios que tradicionalmente reproducen estas reflexiones durante el viernes santo. El prelado hace una lectura desde la biblia a cada palabra, para luego aterrizarla en un contexto social, de esta forma, pone en evidencia las diferentes problemáticas que viven actualmente los colombianos. Aborda temas como: El perdón, la reconciliación, la vida, la narco-economía, el feminicidio, la corrupción, la violencia, la ecología integral, la política, entre otros. Hace énfasis en la necesidad que tienen los colombianos de reconciliarse a pesar de las diferencias. Este material puede ser reproducido y descargado desde el sitio Web: de la Conferencia Episcopal de Colombia www.cec.org.co