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Urabá

Mar 19 Mar 2024

El papa Francisco designa nuevo obispo para la Diócesis de Apartadó: monseñor Carlos Alberto Correa Martínez

Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, quien desde febrero de 2014 se venía desempeñando como Vicario Apostólico de Guapi, en el departamento del Cauca, es nombrado por el Santo Padre como obispo para la Diócesis de Apartadó, una circunscripción eclesiástica ubicada entre los departamentos de Antioquia y Chocó. Así lo dio a conocer a primera hora de este martes 19 de marzo la Nunciatura Apostólica en Colombia. El prelado, nacido en Medellín y formado en el Seminario Misionero del Espíritu Santo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, asumirá ahora la importante misión de pastorear una Iglesia particular que se ha caracterizado por la amplia corresponsabilidad de sus laicos, así como por sus múltiples aportes a la búsqueda de la reconciliación y la paz territorial. En la Diócesis de Apartadó también confluyen diversos desafíos pastorales, sociales y culturales que seguirán siendo acompañados, visibilizados y atendidos desde la Iglesia, ahora bajo el liderazgo de monseñor Correa Martínez quien, durante estos diez años en Guapi, ha impulsado un importante trabajo en este sentido.En contextoPrecisamente, del 19 al 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, convocados por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se llevará a cabo un encuentro de los obispos de la frontera entre Colombia, Costa Rica y Panamá. En él se abordará una de los principales desafíos que tiene la Diócesis de Apartadó: el de la migración. En representación de esta jurisdicción, estará participando en el espacio el padre Leonidas Moreno Gallego, quien desde marzo de 2023 ha estado administrando esta jurisdicción, por encargo de sus hermanos sacerdotes a través del Colegio de Consultores.Los resultados y perspectivas de trabajo pastoral que se adelante duranta actividad que contempla, además, una visita y la celebración de la Santa Misa en en el campo de acogida de Lajas Blancas, ubicado en la selva de Darién, en donde viven alrededor de 3.000 migrantes, seguramente trazarán un importante camino para el nuevo encargo episcopal de monseñor Carlos Alberto Correa Martínez.Cabe recordar que el anterior obispo de esta jurisdicción fue monseñor Hugo Alberto Torres Marín, quien estuvo allí, desde octubre de 2014 hasta marzo de 2023, tras su posesión como Arzobispo Metropolitano de Santa Fe de Antioquia, provincia de la que hace parte la Diócesis de Apartadó.

Vie 17 Nov 2023

Tras visita a la Diócesis de Apartadó, Grupo de Trabajo por Colombia pide fortalecer acciones para proteger a migrantes en el Urabá

Del 13 al 17 de noviembre, miembros del Grupo de Trabajo por Colombia (GTC), integrado por las Cáritas de Europa y Norteamérica, así como por el Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana SNPS/CC, llevaron a cabo un nuevo encuentro. En esta oportunidad, visitaron la Diócesis de Apartadó, concretamente los municipios de Apartadó, Necoclí y Turbo (Antioquia), bajo el propósito central de conocer la situación actual de la movilidad humana en la subregión del Urabá, concretamente desde cuatro dimensiones: crisis migratoria, conflicto armado, afectación del medio ambiente y la construcción de paz.Este grupo fue recibido por el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador de la Diócesis de Apartadó y por su equipo de trabajo, también participaron los directores de pastoral social de la Arquidiócesis de Medellín y de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Además, lideró la actividad el padre Rafael Castillo Torres, director del SNPS.Al cierre de esta visita en territorio, en el auditorio de la Curia Diocesana de Apartadó, el Grupo de Trabajo por Colombia llevó a cabo una rueda de prensa para socializar su experiencia y dar a conocer un comunicado final sobre su percepción en el territorio, especialmente a partir del encuentro con diferentes miembros de la comunidad, organizaciones de la sociedad civil y agentes pastorales. En el encuentro con medios estuvieron presente Geraldine Hill, representante de SCIAF, Cáritas de Escocia, Joel Da Costa, representante de Cáritas de Francia y Liliana Zamudio, subdirectora de Cáritas Colombia.En dicha rueda de prensa se destacaron varios puntos clave sobre la realidad y las necesidades más urgentes que lograron evidenciar:Registro migratorio incompleto: El GTC señala la falta de un registro migratorio fiable y bajo control gubernamental, generando discrepancias en las cifras de migrantes.Dignidad del migrante en riesgo: Se enfatiza en la pérdida de respeto por la dignidad del migrante, evidenciada en la falta de alojamiento digno, atención médica oportuna, seguridad y protección, especialmente para grupos vulnerables.Débil regulación estatal: Se denuncia la falta de regulación estatal, contribuyendo a la trata de personas y la explotación de la población migrante.Implementación lenta de acuerdos de paz: Se expresan preocupaciones sobre la implementación de acuerdos de paz, especialmente en aspectos étnicos, restitución de tierras y enfoque de género.Necesidad de presencia estatal: Se subraya la importancia de una presencia real del Estado para evitar la transformación de negociaciones de paz en nuevas formas de violencia.Persistencia de control armado: A pesar de la disminución de enfrentamientos, afirman que la población sigue bajo el control de grupos armados, afectando la seguridad y la libertad de las personas.Impacto de megaproyectos: Se resalta el impacto negativo de megaproyectos como la producción bananera y la minería en el biosistema del Urabá, afectando su biodiversidad y las condiciones de vida de la población.Necesidad de abordar traumas y procesos comunitarios: Se insiste en abordar las afectaciones materiales, psicosociales y emocionales de la población mediante procesos comunitarios y apoyo para la construcción de tejido social.En el espacio también se destacó la importancia de la misión que adelanta la Iglesia Católica junto diversas organizaciones de la sociedad civil.El representante de Cáritas Francia hizo énfasis en la necesidad de dar visibilidad a las problemáticas que hay en la región: “Si la fuerza de la sociedad civil puede hacer algo, es visibilizar y hacer también incidencia directamente con las autoridades locales”.Desde el Secretariado Nacional de Pastoral Social, en la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre Rafael Castillo hizo un importante llamado a las estructuras criminales presentes en este territorio "que lo controlan, lo dominan y lo someten". Agregó: "Paren de seguir haciendo de la migración un negocio. La Iglesia denuncia y condena esta flagrante violación a los derechos humanos y al derecho fundamental a migrar. Saludamos todos estos esfuerzos, les invitamos a las comunidades a no tener miedo, a avanzar con coraje y con dignidad".En este mismo sentido, en el comunicado, el Grupo de Trabajo por Colombia pidió al Estado implementar una política pública con enfoque de derechos, garantizando la seguridad y la libertad de migrar. También destacó la importancia de trabajar conjuntamente con gobiernos regionales y organismos internacionales para abordar las causas fundamentales de la migración.Por otra parte, la subdirectora de Cáritas Colombia, Liliana Zamudio, manifestó que el Estado debe orientar y tener claridad en la articulación con las entidades locales, como son la Policía, las oficinas de migración, entre otras. “No existe esa claridad en la política migratoria, orientaciones de orden legal hacia las alcaldías. Se debería tener una política clara, que dé y articule a entidades locales, el orden y la seguridad que da migración y las garantías que se da a las personas locales por sus derechos”.Vea el mensaje del Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social:

Mar 28 Mar 2023

Iglesia en Apartadó ya tiene Administrador Diocesano

Este martes 28 de marzo el Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó eligió al padre Leonidas de Jesús Moreno Gallego como Administrador Diocesano de esta jurisdicción eclesiástica. El presbítero se venía desempeñando desde el año 1988 como Director de la Pastoral Social. Esta elección se da luego que monseñor Hugo Alberto Torres Marín, anterior obispo, asumiera el pasado 23 de marzo como nuevo Arzobispo Metropolitano de Santa Fe de Antioquia. El padre Moreno desempeñará este liderazgo encomendado por sus hermanos sacerdotes (a tenor del canon 421&1 del Código de Derecho Canónico) hasta que el Papa Francisco nombre nuevo obispo titular para la Diócesis de Apartadó. A través de un mensaje enviado a las comunidades en la mañana de hoy, el presbítero ha agradecido al organismo colegiado por haberle confiando esta misión; ha sido claro en que se trata de una responsabilidad conjunta y ha pedido que oren por él. Al tiempo, dijo que mantendrá el ritmo del importante legado pastoral que han dejado allí los señores obispos; que ha hecho que esa Iglesia particular vaya madurando, creciendo y consolidándose en su plan de pastoral. Sobre monseñor Hugo, puntualizó que en sus casi 9 años como pastor de esa diócesis"deja un testimonio muy importante; ha sido generoso en su entrega, espíritu misionero, obispo de las periferias, entregado realmente al encuentro, a la escucha, con una enorme paciencia y con una dedicación muy ejemplar". Recordó que el prelado sigue cerca, en Santa Fe de Antioquia, y que, por ende, seguirá acudiendo a él como un importante consejero. El sacerdote antioqueño ha estado en la región del Urabá desde el 20 de enero de 1981. Desde entonces, su misión pastoral ha tenido como enfoque central el trabajo por la reconciliación y la paz territorial. Desde su fundación en el año 2010, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, así como los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano, ha estado bajo su dirección. El presbítero ha trabajado en el territorio desde antes de la creación de la Diócesis de Apartadó, por ello, tiene toda la historia pastoral de esta Iglesia particular en su memoria. BIOGRAFÍA El presbítero Leonidas de Jesús Moreno Gallego nació el 26 de mayo de 1951 en la vereda La Casiana del municipio de Jardín (Antioquia); es el décimo hijo del matrimonio de Miguel Ángel Moreno Vargas y Raquel Alicia Gallego Díaz. Su hogar está conformado por 13 hermanos, 4 de ellos mujeres y 9 hombres. De esta familia Dios escogió 2 sacerdotes, el padre Leonidas y el padre Bernardino Moreno Gallego quien falleció en un lamentable accidente fluvial el 16 de julio de 1997. Estudió la primaria en la Escuela de Varones de Jardín, Moisés Rojas de su localidad de origen. Realizó de séptimo a noveno grado de bachillerato en el Seminario de El Carmen de Atrato, y décimo y undécimo, en el Seminario Conciliar de Jericó. En cuanto a sus estudios mayores, cursó filosofía en el Seminario Conciliar de Bogotá, viviendo en el Intermisional de Bogotá. La preparación en teología la realizó en el Seminario Cristo Sacerdote de La Ceja (Antioquia) y, posteriormente, se formó en teología fundamental en La Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. El padre Leonidas Moreno fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1980 en Jardín (Antioquia), por monseñor Pedro Grau Arola, en aquel entonces, obispo del vicariato Apostólico de Quibdó. Entre sus cargos desempeñados en esa región, se destacan: 1. Fundador y párroco de la Parroquia de Gilgal, para ese momento, de la Diócesis de Quibdó, ahora ubicada en la jurisdicción de la Diócesis de Apartadó. 2. Miembro fundador del Consejo Presbiteral de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 3 del 2 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 3. Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Social mediante decreto n° 10 del 23 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 4. Párroco y fundador de la Parroquia San José Obrero de Apartadó, por decreto n° 38 del 12 de septiembre de 1990 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 5. Párroco de del templo del Divino Ecce Homo de Turbo, decreto n° 151 del 12 de septiembre de 1994, de monseñor Isaías Duarte Cancino. 6. Director de Pastoral Social, decreto n° 194, del 17 de julio de 1996, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 7. Vicario del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, decreto n° 198, del 15 de agosto de 1997, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, obispo de Apartadó. 8. Fundador y párroco de la Catedral Nuestra Señora del Carmen en el año 1998, actualmente Catedral Santa María de la Antigua del Darién. 9. Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 002 del 31 de octubre de 2007, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de Apartadó. 10. Miembro del Consejo Económico de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 004 del 6 de noviembre de 2007. 11. Vicario Parroquial de San José Obrero de Apartadó, decreto n° 022 del 6 de mayo de 2008. 12. Miembro del Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 029 del 26 de junio de 2008, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval. 13. Miembro del Equipo de Pastoral Sacerdotal, decreto n° 033 del 15 de julio de 2000, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval. 14. Vicario Episcopal y Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 0223 del 16 de agosto de 2014, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 15. Confirmado como Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 001 del 20 de octubre de 2014, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, en aquel momento Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 16. Párroco y fundador del templo San Juan Pablo II de Apartadó, decreto 23/17 del 22 de diciembre de 2017, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó. 17. Desde, su fundación, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), 19 de febrero de 2010, ha estado bajo la dirección del padre Leonidas Moreno Gallego, una entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, más los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano. Consulte el comunicado oficial del nombramiento AQUÍ

Lun 7 Oct 2019

Iglesia facilita diálogo entre excombatientes y líderes del Urabá

En el marco de la novena sesión del diplomado en memoria para la construcción de una cultura de reconciliación y paz, que desarrolla la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) con miembros de la comunidad en el municipio de Apartadó (Antioquia), los participantes, acompañados del equipo facilitador, visitaron el Punto de Agrupamiento de San José de León, ubicado en el municipio de Mutatá. Se trata de un lugar habitado por personas en proceso de reincorporación a la vida civil que, junto a sus familias, le apuestan a una nueva vida y desarrollan diferentes proyectos productivos de forma asociativa. Dicho espacio de encuentro, desarrollado el 3 de octubre, posibilitó la sensibilización y el establecimiento de un diálogo horizontal sobre de temas como reconciliación, memoria histórica y los retos locales de la implementación del Acuerdo de Paz, tópicos que se han venido abordando de forma reflexiva y conceptual con los agentes comunitarios durante el diplomado en lo corrido del año. Este proceso también ha sido posible gracias al apoyo de la Diócesis de Apartadó y el Programa de Desarrollo y Paz de Córdoba y Urabá (Cordupaz). De acuerdo con Rogence Veloza, psicólogo de la CCN encargado de coordinar el trabajo que se adelanta en la actualidad con los grupos de esa región (Apartadó y Unguía), esta actividad sirvió para hacer posible “un encuentro humano entre excombatientes que están comprometidos con el cumplimiento de los acuerdos y líderes, lideresas sociales y agentes de pastoral de la región de Urabá que, desde otra orilla, le trabajan a una misma causa: la construcción de paz territorial.” Esta acción hace parte de una serie de estrategias de pedagogía social apoyadas por la Embajada de Alemania y diferentes diócesis del país, a través de las cuales la Comisión de Conciliación, atendiendo al llamado del Papa Francisco, busca seguir incentivando la cultura del encuentro en las regiones, donde se pueda construir a partir del diálogo, del encuentro con el otro y del compartir; espacios en los que las personas identifican diferencias constructivas pero también puntos de unión, convergencia y reconocimiento mutuo que les permite avanzar en la reconstrucción del tejido social que se ha roto durante el conflicto armado que ha vivido el país.

Vie 19 Jul 2019

Comunidades construyen memoria histórica desde el Urabá chocoano

Según la Sagrada Biblia, Gilgal es el nombre del primer campamento de Israel después de haber cruzado el río Jordán; es un lugar sagrado que representa un nuevo comienzo. En la región del Urabá, en el norte del departamento del Chocó, concretamente en el municipio de Unguía, hace alrededor de 60 años pastores evangélicos provenientes de los departamentos de Córdoba y Sucre fundaron un corregimiento con el mismo nombre, una tierra prometida de la que habían escuchado cuando buscaban tierras para poder cultivar y forjar sus hogares. Para llegar hasta él hay que embarcarse en una “panga" (así se le denomina a las lanchas en la región) en el puerto de Turbo y navegar durante 90 minutos por el Golfo de Urabá y el río Atrato hasta llegar a otro puerto artesanal en la localidad de Santa María. Posteriormente, se debe tomar un carro de servicio público (solo hay una opción) o una moto taxi para transportarse 15 kilómetros más hasta llegar al pueblo de El Gilgal. Según relatan sus habitantes, desde 1996 este corregimiento ha sufrido de forma directa a causa del conflicto armado. Diversos grupos al margen de la ley han intentado apoderarse de su territorio, atentando de forma indiscriminada contra la vida y la tranquilidad de sus habitantes. Así mismo, las condiciones en las que han tenido que vivir también los han convertido en víctimas del abandono institucional; la precariedad de la salud, las deficiencias en infraestructura, la falta de agua potable y luz, el comercio escaso y las pésimas condiciones de interconexión, así lo dejan notar. En El Gilgar, específicamente en el Instituto Comunitario Regional Alcides Fernández (ICRAF), cerca de 40 personas, entre docentes, líderes comunitarios, líderes indígenas y estudiantes, provenientes del área urbana de Unguía y de localidades como Santa María, Tanela, Titumate y del Resguardo Indígena de Cuti se reúnen cada quince días para hacer posible el Diplomado en Memoria para la construcción de una cultura de reconciliación y paz. Se trata de una iniciativa pedagógica de la Iglesia Católica que facilita la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) con el apoyo de la Diócesis de Apartadó y Cordupaz (Corporación Desarrollo y Paz de Córdoba y Urabá). Bajo metodologías teórico prácticas y respetando los saberes propios, temas como memoria, memoria histórica, nociones sobre derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario y tipos de justicia, han hecho parte del desarrollo de los encuentros en los que el compromiso y deseo de los asistentes por aportar a la reconciliación y la paz de su región se hace evidente en su alta participación, motivación y dinamismo. En el marco de esta iniciativa, los días viernes 12 y sábado 13 de julio se encontraron los participantes con Rogence Veloza y Francisco Montoya, facilitadores de la actividad vinculados a la Comisión de Conciliación, para desarrollar ejercicios relacionados con la construcción de su memoria histórica. En la tarde del viernes, dicho propósito se estimuló a partir de la fotografía, Rogence y Francisco, prepararon una exposición con imágenes antiguas de momentos importantes vividos por la comunidad. En las fotografías recopiladas se podía observar cómo en El Gilgar primaba el trabajo colaborativo y cooperativo. Sus habitantes (varios de ellos participantes del diplomado, otros, hijos o nietos de sus protagonistas) organizaban convites para sacar adelante construcciones de vías, casas, iglesias y puestos de salud; dinámicas solidarias que en muchas ocasiones eran animadas por líderes religiosos de la época, tanto de la iglesia evangélica como de la católica, sin ningún tipo de problema o exclusión. Prácticas que fueron posibles hasta que el conflicto empezó a arrebatarles su tranquilidad. En el ejercicio, poco a poco los participantes fueron realizando el recorrido, contemplando y rescatando recuerdos de épocas y personajes memorables que reflejaban su identidad, sus costumbres y, especialmente, prácticas que afianzaban su convivencia y les permitían disfrutar del territorio en el que estaban. Un proceso que de acuerdo con los facilitadores de la CCN les permite hacer memoria desde lo positivo, entender en qué momento el conflicto empezó a cambiar eso, recordar con alegría lo que fueron y a quienes ya no están, e intentar buscar la forma de recuperar costumbres sanas perdidas para reconstruirse y fortalecerse de nuevo como comunidad. “Estas imágenes nos permitieron recordar que antes no había reparo de nada, todos sentíamos lo mismo, alegría de estar aquí y por eso nos uníamos tanto en torno al mismo fin”, precisó Candelaria Ariza, una profesora cartagenera que llegó hace 45 años a Gilgar, se enamoró de la región y su gente y decidió entregar su vida al servicio de la educación de cientos de niños y jóvenes del municipio de Unguía. La también profesora Liliana Patricia Guerra, oriunda de Gilgar, agregó: “reviví muchos recuerdos, sentí nostalgia por encontrar personas que trabajaron mucho por el desarrollo de nuestra comunidad y que hoy ya no están”. Tras las historias y manifestaciones de añoranza que poco a poco fueron surgiendo luego del ejercicio de visualización, el profesor Jorge Eleázar Naranjo, rector del Instituto Comunitario Regional, invitó a sus compañeros a no perder la esencia de esas actividades maravillosas que los unían y que sacaban lo mejor de cada uno; a propósito de otros momentos visualizados en las fotografías, animó a rescatar con las nuevas generaciones aquellas actividades lúdicas populares sanas que realizaban, como la que denominaron “maratón de la amistad”. El día sábado 13 de julio el encuentro en el ICRAF para desarrollar la cuarta sesión del diplomado inició a las 8:00 a.m. Un ejercicio de reconocimiento y apropiación con alimentos que producen las fructíferas tierras de esa hermosa región chocoana, fue la primera actividad reflexiva a partir de la cual empezaron a dialogar y recordar su identidad. En el centro del salón los facilitadores elaboraron una especie de altar con productos representativos de la economía y cultura alimentaria del municipio como la hoja de plátano, el mango, la fruta de los siete sabores, la guanábana, el maíz y el arroz. “Todo lo que ven aquí crece en esta tierra, yo quiero que cada uno tome algo que sienta que tiene que ver con la historia de Unguía o que le recuerde algo personal de su niñez y nos lo comparta”, agregó Rogence. Bajo esta indicación y alrededor de los frutos, los participantes contaron historias y entendieron el sentido de esta apropiación. El resto del encuentro se realizó en torno a la comprensión de la importancia del trabajo comunitario desde el enfoque diferencial; el facilitador puntualizó los conceptos y, posteriormente, los invitó a realizar un ejercicio de construcción de memoria histórica sobre la realidad de sus comunidades articulado a tres enfoques específicos: niños, niñas y adolescentes, mujeres y comunidades étnicas. Por grupos, los participantes intercambiaron percepciones sobre estas dimensiones y en plenaria expusieron sus aportes sobre lo que desde la realidad del municipio se debe tener en cuenta en este trabajo de memoria. Animar a las comunidades facilitando el diálogo de saberes y rescatando elementos culturales propios de cada región, para brindarles herramientas conceptuales y prácticas que aporten a este importante trabajo construcción de memoria histórica enfocado a la reconciliación, es uno de lo objetivos centrales que tiene la Comisión de Conciliación Nacional con este proyecto que se hace posible gracias al apoyo solidario de la Embajada de Alemania. Paralelamente, en la región del Urabá, se viene desarrollando el diplomado con un variado y comprometido grupo líderes en el municipio de Apartadó. De acuerdo con el Padre Darío Echeverri, Secretario General de la Comisión de Conciliación Nacional, al finalizar el proceso en ésta y cinco regiones más del país, la CCN espera documentar con textos y productos audiovisuales los ejercicios adelantados, destacando hechos memorables de cada región en la que se trabaja la iniciativa, para aportar a la visibilización de las comunidades y a la verdad del país (necesaria para avanzar en el camino de la reconciliación); para que se pueda replicar la iniciativa en otras regiones; y para facilitar que los procesos de construcción iniciados en el marco del proyecto, puedan tener continuidad en las comunidades bajo su propio liderazgo. Fuente: Of. de comunicaciones de CCN

Mié 29 Mar 2017

Extorsiones y vacunas, pan de cada día en el Urabá Antioqueño

El deterioro de la seguridad en el Urabá Antioqueño preocupa al obispo de la diócesis de Apartadó, monseñor Hugo Alberto Torres Marín, quien denunció que cada día crece la extorsión y el cobro de vacunas hacia la población y a quienes llegan a traer alimentos y bebidas a esta región del país. El prelado resaltó el ambiente positivo que se vive frente a la desmovilización de las Farc, pero prendió las alarmas por la presencia de nuevos grupos al margen de la ley como los paramilitares y el incremento del narcotráfico, “hechos que siembran zozobra y desesperanza en la comunidad”. Dijo, además, que en algunos pueblos la comunidad tiene que pagar obligatoriamente la supuesta “vigilancia privada”, dinero que es destinado para el sostenimiento de estos grupos al margen de la ley. Monseñor Torres Marín afirmó que aunque el ejército y la policía tratan de enfrentar esta problemática es prácticamente imposible desmontarla. Por lo tanto hizo un llamado urgente para que haya una mayor presencia institucional por parte del Estado y de entes como la Fiscalía y Defensoría del Pueblo. Por último, hizo una invitación a estos grupos irregulares para que se desmovilicen y dejen el negocio de la coca que está invadiendo el territorio. Rechazó que los jóvenes sean utilizados para esta práctica del narcotráfico interno.

Jue 4 Ago 2016

Episcopado pide solidaridad con migrantes cubanos y haitianos

El episcopado colombiano manifiesta su dolor y honda preocupación por las dificultades que están atravesando los migrantes cubanos y haitianos que están en la zona del Urabá. Hacen un llamado a la comunidad internacional para que piensen "en los mejores modos" de resolver las problemáticas migratorias, asegurando el respeto a los derechos humanos y haciendo sentir la cercanía, solidaridad y ayuda efectiva. "Hoy se hace necesario poner en marcha iniciativas coordinadas entre los gobiernos para actuar en profundidad y resolver eficazmente los problemas migratorios", señala el comunicado que es firmado por monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y vicepresidente del episcopado. Asimismo invitan al pueblo colombiano a acabar con cualquier forma de indiferencia e impulsar la acogida y solidaridad. "Invitamos a los fieles católicos a actuar la fe, la esperanza y la caridad que permiten reducir las distancias que nos separan de los dramas humanos, a mirarlos con ojos de misericordia y a promover una cultura del encuentro", señala el comunicado. Finalmente los obispos agradecen los esfuerzos de acogida y atención que la diócesis de Apartadó ha tenido con los migrantes e invitan a estos ciudadanos a mantener viva la esperanza. "Los tenemos vivamente presentes en nuestras oraciones; encomendamos sus necesidades, anhelos y esperanzas a la protección maternal de María Madre, Reina de la Misericordia". [icon class='fa fa-download' link='']DESCARGA COMUNICADO[/icon] Fotografía tomada de Internet