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urabá antioqueño

Vie 17 Nov 2023

Tras visita a la Diócesis de Apartadó, Grupo de Trabajo por Colombia pide fortalecer acciones para proteger a migrantes en el Urabá

Del 13 al 17 de noviembre, miembros del Grupo de Trabajo por Colombia (GTC), integrado por las Cáritas de Europa y Norteamérica, así como por el Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana SNPS/CC, llevaron a cabo un nuevo encuentro. En esta oportunidad, visitaron la Diócesis de Apartadó, concretamente los municipios de Apartadó, Necoclí y Turbo (Antioquia), bajo el propósito central de conocer la situación actual de la movilidad humana en la subregión del Urabá, concretamente desde cuatro dimensiones: crisis migratoria, conflicto armado, afectación del medio ambiente y la construcción de paz.Este grupo fue recibido por el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador de la Diócesis de Apartadó y por su equipo de trabajo, también participaron los directores de pastoral social de la Arquidiócesis de Medellín y de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Además, lideró la actividad el padre Rafael Castillo Torres, director del SNPS.Al cierre de esta visita en territorio, en el auditorio de la Curia Diocesana de Apartadó, el Grupo de Trabajo por Colombia llevó a cabo una rueda de prensa para socializar su experiencia y dar a conocer un comunicado final sobre su percepción en el territorio, especialmente a partir del encuentro con diferentes miembros de la comunidad, organizaciones de la sociedad civil y agentes pastorales. En el encuentro con medios estuvieron presente Geraldine Hill, representante de SCIAF, Cáritas de Escocia, Joel Da Costa, representante de Cáritas de Francia y Liliana Zamudio, subdirectora de Cáritas Colombia.En dicha rueda de prensa se destacaron varios puntos clave sobre la realidad y las necesidades más urgentes que lograron evidenciar:Registro migratorio incompleto: El GTC señala la falta de un registro migratorio fiable y bajo control gubernamental, generando discrepancias en las cifras de migrantes.Dignidad del migrante en riesgo: Se enfatiza en la pérdida de respeto por la dignidad del migrante, evidenciada en la falta de alojamiento digno, atención médica oportuna, seguridad y protección, especialmente para grupos vulnerables.Débil regulación estatal: Se denuncia la falta de regulación estatal, contribuyendo a la trata de personas y la explotación de la población migrante.Implementación lenta de acuerdos de paz: Se expresan preocupaciones sobre la implementación de acuerdos de paz, especialmente en aspectos étnicos, restitución de tierras y enfoque de género.Necesidad de presencia estatal: Se subraya la importancia de una presencia real del Estado para evitar la transformación de negociaciones de paz en nuevas formas de violencia.Persistencia de control armado: A pesar de la disminución de enfrentamientos, afirman que la población sigue bajo el control de grupos armados, afectando la seguridad y la libertad de las personas.Impacto de megaproyectos: Se resalta el impacto negativo de megaproyectos como la producción bananera y la minería en el biosistema del Urabá, afectando su biodiversidad y las condiciones de vida de la población.Necesidad de abordar traumas y procesos comunitarios: Se insiste en abordar las afectaciones materiales, psicosociales y emocionales de la población mediante procesos comunitarios y apoyo para la construcción de tejido social.En el espacio también se destacó la importancia de la misión que adelanta la Iglesia Católica junto diversas organizaciones de la sociedad civil.El representante de Cáritas Francia hizo énfasis en la necesidad de dar visibilidad a las problemáticas que hay en la región: “Si la fuerza de la sociedad civil puede hacer algo, es visibilizar y hacer también incidencia directamente con las autoridades locales”.Desde el Secretariado Nacional de Pastoral Social, en la Conferencia Episcopal de Colombia, el padre Rafael Castillo hizo un importante llamado a las estructuras criminales presentes en este territorio "que lo controlan, lo dominan y lo someten". Agregó: "Paren de seguir haciendo de la migración un negocio. La Iglesia denuncia y condena esta flagrante violación a los derechos humanos y al derecho fundamental a migrar. Saludamos todos estos esfuerzos, les invitamos a las comunidades a no tener miedo, a avanzar con coraje y con dignidad".En este mismo sentido, en el comunicado, el Grupo de Trabajo por Colombia pidió al Estado implementar una política pública con enfoque de derechos, garantizando la seguridad y la libertad de migrar. También destacó la importancia de trabajar conjuntamente con gobiernos regionales y organismos internacionales para abordar las causas fundamentales de la migración.Por otra parte, la subdirectora de Cáritas Colombia, Liliana Zamudio, manifestó que el Estado debe orientar y tener claridad en la articulación con las entidades locales, como son la Policía, las oficinas de migración, entre otras. “No existe esa claridad en la política migratoria, orientaciones de orden legal hacia las alcaldías. Se debería tener una política clara, que dé y articule a entidades locales, el orden y la seguridad que da migración y las garantías que se da a las personas locales por sus derechos”.Vea el mensaje del Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social:

Mar 22 Nov 2022

Concluye visita pastoral de las directivas de las Conferencias Episcopales de Colombia y Venezuela a Necoclí

Los días 21 y 22 de noviembre, las presidencias de las Conferencias Episcopales de Colombia y Venezuela, acompañaron a los migrantes venezolanos, haitianos y ecuatorianos en el puerto de Necoclí en el Urabá antioqueño, como muestra de solidaridad y apoyo a esta población. Monseñor Hugo Torres Marín, obispo de Apartadó, fue el anfitrión de la acción humanitaria que se realizó en las playas de Necoclí en favor de las familias venezolanas, ecuatorianas y haitianas. Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, al expresar su amor a la Iglesia Católica como madre y servidora de las periferias existenciales, dijo que presentes en esta región de Colombia la "Iglesia acompaña, sana y bendice a los migrantes que van en una ruta riesgosa rumbo a EEUU". El prelado extendió su agradecimiento y bendición a monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de la Diócesis de Apartadó, a los fieles laicos, la vida consagrada y a los presbíteros, "por amar y servir a Jesús que está migrando: ‘Fuí extrajero y me acogiste’ (Mt 25, 35)". Al cierre de la visita los directivos de los episcopados de Venezuela y Colombia dieron lectura a un comunicado final. DESCARGAR COMUNICADO AQUÍ Agenda desarrollada Luego de compartir el desayuno en el puerto con algunas familias de migrantes, los señores obispos colombianos y venezolanos escucharon a un grupo de migrantes venezolanos, quienes expresaron sus dolorosas situaciones de desarraigo, las razones que motivan a un venezolano a establecerse en Colombia y los que deciden migrar a otras naciones. “Sabemos que es difícil pero vamos con Dios adelante”, fue la expresión de una madre cabeza de familia migrante venezolana presente en este espacio de encuentro. La reunión se realizó en los salones pastorales de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Necoclí. La acción de la Iglesia Católica es permanente y eficaz en las poblaciones de Necoclí y Acandí por medio del trabajo cotidiano de la Pastoral Social Nacional y de la diócesis de Apartadó, Caritas Colombiana, la Red Clamor, las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada y las religiosas Juanistas. La agenda de dos días, concluyó con una reunión que sostuvo la Iglesia con el grupo Inter gerencial migratorios mixtos, donde se hicieron presentes la Defensoría del Pueblo, Migración Colombia, UNICEF, OIM (Organización Internacional de Migraciones), ACNUR (la agencia de la ONU para los migrantes), Cruz Roja Colombiana, Mercy Corps y WORLD VISION. Los temas tratados fueron la caracterización de la última ola de migrantes que se realiza con la familia extensa, incluido niños, adolescentes y ancianos; la trata de personas; la explotación sexual y laboral; los niños y adolescentes migrantes sin acompañantes. Un punto que se resaltó fue el reconocerse como países receptores y de tránsito de migrantes. Consientes que el problema no es de una sola nación sino regional, los obispos colombianos y venezolanos se comprometieron a priorizar todas las iniciativas y proyectos para ayudar a los migrantes por medio de las pastorales sociales y las Cáritas Colombiana y Venezolana. Por la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) se hicieron presentes Monseñor Jesús González de Zárate, Arzobispo de Cumaná y presidente de la CE Venezolana, Monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y vicepresidente CEV. De la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) participaron Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y presidente CEC, Mons. Omar Alberto Sánchez, Arzobispo de Popayán y vicepresidente CEC, Mons. Luis Manuel Ali, obispo auxiliar de Bogotá y secretario CEC y Mons. Juan Carlos Barreto, obispo de Soacha y presidente de la comisión episcopal de Pastoral Social. MonseñorLuis Manuel Ali, obispo auxiliar de Bogotá y secretario CEC, da lectura al comunicado de prensa