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Virgen María

Mié 25 Mar 2020

Bajo tu amparo, Santa Madre de Dios

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid -Con gran esperanza y fe, escribo estas palabras para el periódico diocesano LA VERDAD, que en esta ocasión llega a ustedes por medio de los modernos medios de comunicación social, en forma virtual. Para todos es bien conocida la situación en la cual nos encontramos por un gran riesgo sanitario, ocasiona­do por un agente biológico, el virus CORONAVI­RUS, que ha ocasionado más de 240.000 contagios, superando las 10.000 personas fallecidas en más de 170 países del mundo, en cantidades diversas pero que ya es una PANDEMIA declarada. Con nuestros ojos y con nuestra particular forma de comprender las cosas vamos viendo ya los signos de esta gran preocupación para toda nuestra comunidad. También en Colombia, al momento de escribir estas palabras los infectados positivos al virus, son 145 personas y esta cifra está en crecimiento. Es una triste realidad, que por las condiciones de glo­balización y de posibilidad de movimiento y viajes que tienen las personas hoy, ha permitido el avance y contagio de este virus, que amenaza la vida humana. Seguramente hay otros virus y enfermedades que glo­balmente, ocasionan más muertes entre nosotros, pero la difusión que han hecho los medios de comunica­ción social y la virulencia y agresividad de este agente biológico, hacen temer un gran número de muertes en nuestro medio, especialmente las personas ancianas, con dificultades y problemas en sus defensas o que tienen otros problemas graves de salud los amenazan grandemente. Esta situación nos ha tocado también en la fe, en la vivencia de nuestra vida cristiana, privándonos de la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos, decisión dolorosa pero necesaria para no arriesgar la vida de muchos hermanos o la vida personal de quien se expone al virus, que es de muy fácil propagación. Debemos como comunidad de fe, reflexionar también en esta situación y en las enseñanzas que podemos adquirir todos en medio de esta prueba. Para muchos de nosotros la renuncia a la celebración de la Eucaristía, los sacerdotes la siguen celebrando en privado, nos hace reconocer la centralidad e im­portancia de este encuentro personal con Jesucris­to, donde le recibimos real y personalmente presente en el Pan y el Vino, que son su Cuerpo y su Sangre. También sentimos la ausencia de la comunidad de fe, de los hermanos que juntos se encuentran y viven comunitariamente su fe en la vivencia de los sacra­mentos, en la formación y catequesis que acompañan la vida cristiana. También tenemos que entender el sacrificio, la cari­dad, el dolor de muchos en este momento que están privados de lo necesario por la ausencia de trabajo o de bienes, por la dedicación inmensa que tienen que hacer de su vida y de sus acciones al servicio de los hermanos que viven la prueba. Esta gran emergencia tiene que hacernos pensar en muchos de los criterios que aplica la economía y el mercado imperante, los salarios de los jugadores son exorbitantes, como las ganancias de los artistas, que seguramente corresponden a su esfuerzo, pero se nos muestra que la compensación de los agentes sanita­rios (médicos, especialistas, investigadores, perso­nal de los hospitales, enfermeros) no corresponde a su trabajo generoso y riesgos asumidos en el servicio de los otros. La situación que enfrentamos, que ape­nas comienza, tiene que hacernos pen­sar en valores superiores, el cuidado y la dedicación a los ancianos que te­nemos que proteger y acompañar, la dolorosa realidad de los pobres y nece­sitados, la difícil situación de los que viven en condiciones precarias por la falta de trabajo, de justas oportuni­dades y remuneración. Muchos dedicarán su tiempo, su es­fuerzo, su tarea con un gran riesgo para atender la emergencia, en pri­mer lugar los Gobernantes, a nivel mundial y a nivel nacional, en nuestra región, de ellos esperamos gran decisión, claridad y precisión en sus decisiones. Para ellos pedimos a Dios las luces del Espíritu Santo. En sus decisiones está el futuro y el rumbo que tomen los volúmenes de contagio de esta enfermedad, que no perdonará a muchos. En momentos de la historia humana, donde el hom­bre consideraba que estaba a salvo y se consideraba el amo y señor de la naturaleza y del ambiente, un pequeño virus, ha tomado al descubierto a las nacio­nes más importantes de la tierra, poniéndolas de rodi­llas. Esta enfermedad nos recuerda la fragilidad de la vida humana, de su naturaleza superior por la inteligencia y capacidades decisionales, propias de su alma, pero también la fragilidad de la condición biológica de la persona humana. Un pequeño virus tiene en vilo a la humanidad entera. Se unen en el hombre su gran naturaleza y valor, pero también su gran fragilidad. De frente a esta gran pandemia, tenemos que entender que el hombre hace parte también de una realidad bio­lógica muy compleja, que no conocemos totalmente y que muestra la debilidad del hombre. Tenemos que aprender que el hombre es limitado, y no tiene las respuestas a todos los retos de la vida y existencia humana. La fragilidad y la debilidad de estos momentos nos tienen que llevar a respetar y a defender la vida humana en todas sus dimensiones, desde la concepción, desde el pri­mer instante, hasta el término na­tural de la existencia, esta es una de las grandes enseñanzas. El hombre y su inteligencia ha hecho adelantos inmensos en los últimos decenios, especialmente en la medicina, pero en esta situa­ción concreta se encuentra débil y con las manos vacías. En estas circunstancias aprende­mos muchas cosas, una de ellas la necesidad de la caridad y el servi­cio que debemos todos vivir, para ayudar a los enfermos, a los ne­cesitados, para propiciar la ayuda a quien esté en dificultades. En primer lugar los médicos, las autoridades, las fuerzas del orden -Ejercito y Policía Nacional- que están des­plegando su ingente tarea y acción. Es de valorar el esfuerzo de nuestros hospitales, clínicas, lugares de atención médica, a ellos tenemos que ayudar y prote­ger, de ellos depende nuestra vida. Gratitud para quienes nos siguen brindando la po­sibilidad del alimento, la provisión de lo necesario para la vida. Tenemos que ayudarnos y cuidarnos todos, mutuamente, en familia, permaneciendo en nuestros hogares y espacios seguros, para evi­tar ser transmisores de la enfermedad. Gran res­ponsabilidad en el aprovisionamiento de alimentos y bienes de primera necesidad, caridad hacia los pobres y necesitados, donde podamos ayudar y completar lo necesario a niños y ancianos. Saludo afectuosamente a los sacerdotes, quienes viven un particular momento de prueba en estos momentos por la ausencia de sus comunidades. Los invito a cui­dar a los enfermos, a los pobres, a los necesitados en estos momentos de prueba. A los religiosos y religio­sas, también un saludo para que continúen viviendo la caridad de Cristo en sus carismas y llamadas recibidas de Dios. A los seminaristas los exhorto a continuar su proceso formativo con gran responsabilidad, con la oración y el estudio. En esta grave crisis, como Obispo diocesano de Cú­cuta, he repetido la consagración que esta ciudad hizo al Sagrado Corazón de Jesús en ocasión del gran terremoto y que se cumplió en la construc­ción del Monumento de Cristo Rey que preside la ciudad. A Él, con fe cierta, pedimos la protección de la ciudad y de sus hijos, de Norte de Santander y de Colombia entera, también del hermano pueblo de Venezuela en momentos bien difíciles de su histo­ria. He querido llevar con devoción y solemnidad el Santísimo Sacramento por las calles de nuestra ciudad y bendecir cada uno de sus espacios, implorando la protección del Señor sobre nosotros. Los invito a que no cesemos en la oración, en la pe­tición a la protección de Dios sobre nosotros y sobre todo el mundo. Con devoción pidamos también a la Santa Madre de Dios que salvó a Roma de la peste negra en el año 590 que nos proteja. Oremos todos con devoción y fe: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, de todo peligro líbranos oh Virgen Gloriosa y Bendita. Amén. San José, nuestro celeste Patrono nos proteja como protegió a su Santa Familia, Jesús y María Santísima. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Sáb 28 Dic 2019

“Solo en la familia podremos vivir la auténtica comunión”

Con estas palabras el obispo de Palmira, monseñor Edgar de Jesús García Gil, resaltó la importancia de vivir en este tiempo de Navidad en unión familiar. “En estos días de Navidad, queridos amigos y amigas, yo quiero darles un saludo, pero basado en el ejemplo de la Sagrada Familia que encontramos en la cuna y en el pesebre de Belén”, afirmó. Recordó lo extraordinario de Dios, el haberle querido dar una familia a su Hijo Jesús. “Lo que significa que la familia sigue siendo importante, fundamental, extraordinaria y la salvación nos llega a nosotros a través de la familia. Por eso cuando contemplamos el pesebre de Belén, lo que estamos viendo es la familia que Dios quiere para nosotros”, aseveró. Invitó para que, en estos días de Navidad, en todos los pueblos y ciudades se reúnan en familia a vivir lo que hoy se conoce como ‘La comunión del amor’, único elemento que sostiene todos los valores fundamentales de la persona, la familia y la comunidad. “Yo los invito para que contemplando la Sagrada Familia le demos gracias a Dios y nosotros seamos también misioneros de la familia, en este año que termina y de aquí en adelante, porque somos hombres y mujeres que debemos ser misioneros permanentes de las propuestas de Dios y en este caso de la familia”, finalizó.

Mar 26 Mar 2019

Así fue la visita de la Patrona y Reina de Colombia por Boyacá y Santander

El 20 de marzo Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá inició su visita a los departamentos de Boyacá, Santander y Norte de Santander en el marco de la celebración del Centenario de su coronación como Reina y Patrona de Colombia A la fecha, el lienzo peregrino de la Madre de Dios ha recorrido más de 350 kilómetros pasando por Duitama, Sogamoso, Soatá y Málaga. Diócesis de Duitama- Sogamoso ya están en modo Centenario Durante cuatro días la misión del Centenario visitó las ciudades de Duitama y Sogamoso recorriendo nueve parroquias, dos monasterios y varias instituciones educativas de esta jurisdicción eclesiástica. El miércoles 20 de marzo Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá arribó a la Catedral de San Lorenzo de Duitama donde fue recibida por Monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia; Monseñor Misael Vacca Ramírez, obispo de la diócesis y varios sacerdotes. “Es una verdadera bendición, porque en el plano humano, cuando se va a visitar a la mamá uno se siente muy feliz, pero cuando la mamá es la que sale de visita se tiene que alistar la casa y prepararse para que nos vea bonitos. Ella quiere que cada uno de nosotros nos renovemos que seamos realmente ejemplo de Jesús”, señaló monseñor Vacca Ramírez. Durante su estadía en esta jurisdicción eclesiástica Ella visitó diferentes instituciones educativas que engalanaron sus sedes y realizaron diferentes actos marianos, quedando así demostrada la gran devoción que jóvenes y niños le profesan a la Madre de Dios. “Es maravillosa esta visita, pues nos fortalece en la fe. Es una bendición que Ella salga de su casa para encontrarse con nosotros y con los jóvenes”, señalaron los duitamenses. Bajo el acompañamiento de la fuerza pública de estas ciudades, la Virgen Renovada de Chiquinquirá recorrió las diferentes calles y miles de feligreses salían al encuentro de la réplica de la imagen con el fin de permanecer y acompañar la caravana. Quedó demostrado el cariño y la devoción que esta porción de pueblo de Dios tiene por la Patrona y Reina de Colombia, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Paso por Málaga y Soatá Al igual que Duitama y Sogamoso, la comunidad de la diócesis de Málaga-Soatá, en cabeza de monseñor José Libardo Garcés Monsalve, recibió a los frailes de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Durante su estadía, la Patrona de Colombia visitó las bellas poblaciones de Capitanejo, San José de Miranda y El Cerrito en el departamento de Santander dejando un mensaje de renovación, reconciliación y paz. A través de desfiles, serenatas, comparsas, actos marianos y eucaristías, la comunidad en pleno celebró la visita de la Patrona y quedó una vez más demostrado la fiel devoción y cariño que el pueblo de Santander profesa por la imagen renovada de Chiquinquirá. Cabe recordar que a lo largo del año los habitantes de esta región del país peregrinan al Santuario Mariano, convirtiéndose en el departamento más devoto de la Madre de todos los colombianos. La peregrinación más grande se realiza en Semana Santa, donde caminan durante casi tres días para llegar a la misa de los caminantes del Jueves Santo. Por esta razón, así como estos peregrinos cada año visitan sin falta la Basílica en Chiquinquirá, ahora la Virgen renovada salió a su encuentro para compartir con estos, sus fieles hijos de Santander. El turno ahora será para la Arquidiocesis de Nueva Pamplona donde estará del 27 al 29 de marzo recorriendo varios municipios de la región. Los frailes dominicos agradecen la acogida y la dedicación que las diferentes diócesis, en cabeza de sus señores obispos, han tenido en preparar cada una de las actividades con el mejor de los cuidados. Fuente: Oficina de comunicaciones Santuario Nuestra Señora de Chiquinquirá

Jue 20 Dic 2018

La madre de Jesús también es nuestra madre

Llega el Señor Jesús. Está a la puerta. Navidad que nos recuerda que Jesús está en medio de nosotros gracias al sí amoroso de la Virgen María. Qué hermosas las palabras de Isabel, que llenas del Espíritu Santo la llama: ¡Bendita entre las mujeres! Con un amor desbordante se pregunta: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? El cristiano debe preguntarse: Qué hace que María venga a nuestra vida. Sentir esa visita amorosa de María Santísima. Jesús no es huérfano, tiene mamá y su madre es también nuestra. Tareas: Toma consciencia del amor de Jesús y de María visitándolo en el pesebre y en una capilla de adoración. Reza el rosario contemplando los misterios gozosos. Repite constantemente: ¡Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad!

Vie 5 Mayo 2017

Fátima: A rescatar la niñez

Por: Darío de Jesús Monsalve Mejía - Han pasado 100 años desde la primera aparición de La Virgen María a los tres pastorcitos de Fátima, el 13 de mayo de 1917. Los 13 de cada mes, hasta octubre, la cita se repitió. Dos niñas, Lucia de 10 años y Jacinta de 7, y un niño, Francisco, de 9 añitos, hermanito de Jacinta, que ahora serán declarados santos por un Papa llamado también Francisco, son la "humanidad" que escoge María para manifestarse a la Iglesia y a una convulsionada población mundial. Tres menores de edad, pobres, campesinos, asustados del mundo en el que estaban viviendo su niñez, azotado por la Primera Guerra Mundial, por la revolución "bolchevique" comunista, por las guerras civiles. "Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna"(Juan 3,16). María se aparece una y otra vez, aquí y allá, a los pequeños e insignificantes de la tierra, para recordarle a las generaciones humanas este amor misericordioso, salvador y liberador de la muerte y de sus trampas, como las guerras. Seis apariciones en cinco (5) meses, que concluyen con una asamblea de más de 40 mil personas, reunidas en torno a los niños videntes, testigos de señales cósmicas, históricas y naturales, como el llamado "milagro del sol", el final de la primera guerra, los "secretos de Fátima", entre otras. Cien años después, el cuadro de la humanidad es de pronóstico reservado: hay ambiente de tercera guerra mundial; la tierra hierve con el cambio climático; la revolución sexual y tecnológica degeneran la cultura en lo inmediato y sin futuro; en fin, los niños y niñas tienen menos oportunidad de existir, de sobrevivir al aborto, a la exclusión social, al abuso, violación y violencias contra ellos. Crímenes horripilantes contra pequeñitos, conductas de pedofilia que destrozan la confianza en clérigos y en adultos que tendrían que proteger a la niñez, son, en estos tiempos nuestros, lo contrario al mensaje de Fátima, a la enseñanza de María sobre la niñez. Porque María, en Fátima de Portugal, escoge a estas almas sencillas, tiernas y unidas en la lúdica de la vida campesina y pastoril, como sus anfitriones en la tierra, sus interlocutores, sus mensajeros, los pregoneros de su afán por la humanidad, por la Iglesia, por los que repudian a Dios, por los que "no creen, no adoran a Dios, no esperan, no aman". Lo infantil es asumido por María para manifestar las cosas más serias, los asuntos más delicados, las llamadas más universales. TENEMOS QUE APRENDER MUCHO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS. Tenemos que respetarlos sagradamente, amarlos tiernamente, protegerlos con absoluta garantía, escucharlos con total interés, darle crédito a sus verdades. El misterio de Fátima tendría qué iluminar un camino de recuperación de la niñez por parte de la sociedad, el Estado, la familia y la misma institución eclesial, hoy estigmatizada por la vergüenza irreparable de tantos clérigos pedófilos y disolutos sexuales, corruptores de menores y usurpadores de la potestad religiosa para engañar a quienes depositan en ellos su confianza. Volver a la niñez, de la mano de María, de la mujer en la Iglesia, y a través de los papás y familias, aparece como el camino pastoral a seguir. Cultivar la fe y el testimonio de los niños y niñas, sigue siendo un desafío de confianza y credibilidad, que los Pastores católicos, las familias creyentes, las comunidades parroquiales y las instituciones educativas católicas, debemos asumir en conjunto. Es un camino surcado de espinas, cargado con el costo de crímenes cometidos, de perdón pedido, de acompañamiento humilde a víctimas, de prevención firme y real, constante y efectiva, de ofensa, manipulaciones y linchamiento mediáticos, de demandas y codicias económicas contra la institución eclesiástica. Un camino que la Iglesia empezó a liderar en el mundo y que asumiremos con decisión en Cali, convencidos de que hará a la Iglesia más laical, más de esposos y familias, con más participación apostólica de la mujer, con mayor fuerza del mensaje evangélico sobre la vida y el amor, su expresión en la sexualidad, su obra de paz, de inclusión y de unidad social. La Iglesia de Cali espera en estos CINCO MESES DEL CENTENARIO DE FÁTIMA, de mayo a octubre 2017, cristalizar la obra de respuesta, prevención y acompañamiento a "NIÑOS Y NIÑAS ABUSADOS: COMPROMISO DE EDUCACION Y REHABILITACIÓN" (NACER). Será un espacio para unir fuerzas eclesiales, sociales y de familias, en la lucha por la recuperación de la niñez abusada y de los espacios libres y seguros frente a la pederastia y violencia contra la niñez. El Centenario de Fátima, en su bello Santuario del barrio Granada, tendrá el centro de peregrinación y para lucrar la INDULGENCIA PLENARIA que el Papa Francisco concederá en este Año Jubilar de FÁTIMA. Pediremos a la Santa Sede que nuestro Santuario de Fátima sea elevado a Basílica Menor, convirtiéndolo en referente de esta advocación Mariana y de este compromiso eclesial con LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA, con la niñez reivindicada. Como lo enseñó el Ángel de Portugal a los pastorcitos, recemos cada día: "Dios mío, yo creo en Ti, yo Te adoro, yo espero en Ti, yo Te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no esperan en Ti, no te aman". Sea este un tiempo en el que el mensaje de Fátima, el de María y la niñez, el de la paz del mundo, la conversión de los pecadores, la penitencia y reparación por los daños y crímenes hechos, la oración constante, sobre todo del Santo Rosario, ayuden a Colombia y al mundo a reencontrar la senda del futuro posible y viable, la senda de la esperanza. Amén. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mié 28 Dic 2016

Nuncio apostólico en Colombia pone bajo el amparo de María el nuevo año

El Nuncio Apostólico del Vaticano, monseñor Ettore Balestrero, expresa al pueblo colombiano sus buenos deseos por un nuevo año lleno de felicidad. El representante del Papa Francisco, dice que este fin de año ha de ser un momento especial para presentar a Dios, como en un ofertorio, lo que hemos hecho y agradecer por todo lo recibido. “Un canto de alabanza que nosotros elevamos a Dios al final del año para darle gracias por habernos acompañado a lo largo del año, porque muchas veces ha estado cerca de nosotros”, señala el jerarca. Finalmente, monseñor Balestrero encomienda el nuevo año al amparo y protección de la Virgen María “a ella le pedimos que nos ayude a caminar, que nos proteja y nos acompañe en todas las dificultades”. Audio: Mons. Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico [icon class='fa fa-download fa-2x']Visite: Especial de Navidad[/icon]

Mié 7 Dic 2016

“A nuestra sociedad le falta transparencia”: Mons. Gonzalo Restrepo

Para el arzobispo de Manizales, monseñor Gonzalo Restrepo una de las carencias de la sociedad actual es la falta de transparencia, por ello la solemnidad de la Inamculada Concepción se presenta como una oportunidad para transformar nuestras consciencias y ser luz para nuestro país. “Inmaculada concepción significa que la Santísima Virgen está preservada de todo pecado desde su nacimiento, sin mancha, es decir con una conciencia transparente y sin ningún dolo en su mente, ni en su acción”, explicó el prelado. En este marco, monseñor Restrepo recordó que la falta de transparencia no nos permite andar con la verdad. “Nos falta transparencia, andar con la verdad. Si pusiéramos las cartas sobre la mesa y pudiéramos dialogar abiertamente creo que podríamos lograr una paz duradera y estable”. Por último, el prelado invitó a que en sintonía con la solemnidad de la Inmaculada Concepción que se celebra el 8 de diciembre, toda la comunidad actúe siempre con la verdad, sabiendo decir las cosas con respeto y claridad. Por su parte el obispo de Florencia, Monseñor Omar Mejía Giraldo, recordó que la Inmaculada Concepción de María, es un momento de preparación a la liturgia de la gran celebración del nacimiento del Niño Dios, por lo que invitó a disponerse para vivir momentos de silencio, confesarse y volver la mirada al corazón de Jesús. “Que esta fiesta de la Inmaculada Concepción sea la gran oportunidad para pensar en la originalidad con la cual hemos sido creados, venimos de los brazos de Jesús y allí tendremos que volver siempre, ojalá todos los días preparándonos para la eternidad”, dijo el prelado.

Lun 2 Mayo 2016

¿Seguro que sabes todo sobre la Virgen María?

Estamos en el mes de María y queremos iniciar este mes recordando aspectos centrales de nuestra relación con la madre del Salvador. A través de la serie animada "Un minuto con Francisco", del sitio Web Catholic-Link, veamos como cómo amar a la Virgen María y cuál es su papel fundamental que su amor de madre juega en nuestra vida.