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Actualidad

Dom 9 Abr 2017

Domingo de Ramos

El Domingo de Ramos o Domingo de la Pasión del Señor abre la Semana Mayor. En este día rememoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, los momentos en los que la multitud lo acoge en la ciudad de David, “ciudad símbolo de la humanidad” (Juan Pablo II), como un rey, como el Mesías esperado desde hacía varios siglos. Aclaman a Jesús: “Bendito el que viene en nombre del Señor” y “Hosanna” (en hebreo, esto significa “¡Salva, pues!”; exclamación de triunfo pero también de alegría y de confianza). Hoy, la Palabra de Dios nos ilumina para reconocer en el drama de la Pasión y muerte de Jesús, con toda su carga de injusticia, crueldad y traición, el supremo testimonio de obediencia al Padre. Jesús es el verdadero Siervo de Dios que fue contado entre los malhechores pero que por su obediencia ha sido glorificado. Si nosotros nos unimos a su obediencia, participaremos también de su exaltación en la gloria de Dios Padre. La procesión de ramos no es solo un hecho histórico, sino un acto por el cual caminamos con Jesús que viene a salvarnos en nombre de Dios. En las distintas parroquias, a lo largo del día, se celebra la sagrada eucaristía y se bendicen los ramos, que las familias católicas acostumbran llevar a sus hogares. Las palmas que se quedan en el Templo se queman y sus cenizas se utilizan el Miércoles de Ceniza del siguiente año.

Dom 9 Abr 2017

Celebración del Misterio Central de nuestra fe

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso del año en el que, como bautizados, celebramos el misterio central de nuestra fe: Pasión, sepultura, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Con especial amor, pastores y fieles nos preparamos para vivir estos misterios que deben partir de un acto de fe en la gloria de Jesús que ha vencido la muerte. La celebración recorre distintos momentos de la Semana en la que Jesús, tras llegar a Jerusalén, asume con amor generoso su entrega y su muerte y nos llena de alegría con su victoria en la Resurrección. Celebrar con dignidad este tiempo implica formarse en la fe y proponernos el cumplimiento de una serie de normas que son el fruto de una larguísima experiencia de la Iglesia, verdadera maestra en la forma de hacer presentes y vivos los misterios de la vida de Jesús. Retomando las palabras del Papa Francisco, en la primera Audiencia de su Pontificado, en la Semana Santa evocamos el designio de amor que recorre toda la historia de las relaciones entre Dios y la humanidad. Jesús entra en Jerusalén para dar el último paso, en el que resume toda su existencia: se dona totalmente, no se queda nada, ni siquiera la vida. En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz «para nosotros». El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, entrega en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar siempre con nosotros, para habitar en medio de nosotros. Vivir la Semana Santa, entonces, ha explicado el Papa, implica seguir a Jesús no sólo con la emoción del corazón; “vivir la Semana Santa siguiendo a Jesús quiere decir aprender a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, para ir hacia las periferias de la existencia, movernos nosotros en primer lugar hacia nuestros hermanos y nuestras hermanas, sobre todo aquellos más lejanos, aquellos que son olvidados, que tienen más necesidad de comprensión, de consolación, de ayuda. ¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús misericordioso y rico de amor! Vivir la Semana Santa es entrar cada vez más en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es ante todo aquella del dolor y de la muerte, sino la del amor y del don de sí que trae vida. Es entrar en la lógica del Evangelio”.

Jue 6 Abr 2017

El sufrimiento de Mocoa está en el corazón del Papa: Nuncio Apostólico

Monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico en Colombia, arribó este 6 de abril a Mocoa, llevando el mensaje de cercanía espiritual y pastoral del Papa Francisco con este pueblo. "El Papa transmite su sentido pésame a los familiares de las personas fallecidas durante la tragedia que golpeó a los mocoanos. Envía su mensaje de solidaridad y pide por el pronto restablecimiento de los heridos en tan dramáticas circunstancias (…) El Papa está muy afligido por los que han muerto, por todos los que están llorando a sus seres queridos, por todos los que han dado la vida para ayudar. Él quiere que yo les diga que están con su oración y en cada momento con todo su amor”, manifestó el prelado. De otra parte, Monseñor Balestrero agradeció el apoyo brindado a esta comunidad, de manera especial, destacó la presencia de la Iglesia. “Desde ahora, la Diócesis sigue adelante, porque no van a dejar a la gente. La Diócesis está aquí para acompañarlos, así como la Iglesia está aquí para quedarse y acompañar a todos los que sufren”. En estos días, agregó, “somos espectadores de un país entero, Colombia, que en cierto modo renace gracias a Mocoa, porque supera sus tensiones y polarizaciones, se une y se hace solidario con cada uno de los habitantes de esta ciudad. Es el amor y solo el amor el que permite renacer”. Durante su visita a la capital de Putumayo, el representante del Papa en Colombia, presidió la celebración de la Misa Crismal, en la catedral San Miguel Arcángel, en memoria de las más de 300 víctimas mortales, sus familias y cientos de damnificados, que deja la avalancha ocurrida en la madrugada del 1 de abril. HOMILIA MONSEÑOR ETTORE BALESTRERO

Jue 6 Abr 2017

“Debemos sembrar esperanza en Putumayo”: Obispo de Mocoa

Por las calles de la ciudad de Mocoa, en el departamento de Putumayo, el panorama es de angustia. Sin agua, sin energía eléctrica, con helicópteros sobrevolando los cielos mocuanos, camiones cisternas por todos lados, un caos que hasta ahora adquiere orden, pese a la adversidad. Personal de una centena de instituciones, así como también organismos nacionales e internacionales llegan día a día a ofrecer su formación y habilidades para tratar de mitigar la crisis humanitaria que se evidencia en cada esquina, en casa albergue; y que se resume al ver a los ojos a cualquier habitante de los barrios arrasados por la avalancha en la capital putumayense. Las quebradas La Taruca, El Mulato, y los ríos Sangoyaco y El Mocoa ya no serán vistos de la misma forma por los habitantes de los 17 barrios y asentamientos que fueron borrados de la geografía mocuana. El polvo de las calles de la capital de Putumayo nos recuerda cómo el lodo invadió el 60 por ciento de la ciudad. Uno de los sobrevivientes fue Silvio Edgar Burgos, uno de los habitantes del barrio San Fernando, quien recordó que algunos conocidos de él murieron de paro cardiaco, solo por ver la dimensión de la tragedia. “Eso fue impresionante. Yo logré salir porque la avalancha fue como en dos etapas. Una fue más suave, y en esa fue donde salí con los míos. Luego como a las 11 de la noche se vino la segunda tanda de la avalancha, y ahí sí se llevó todo”, puntualizó el hombre, quien trabaja como vigilante de seguridad privada. Lo perdí todo, puntualizó. Las zonas afectadas por la avalancha fueron los barrios Esmeralda, Los Bosques, Junín, San Fernando, Los Pinos, El Progreso, La Independencia, Miraflores, El Carmen, Villa del Norte, San Miguel, Laureles, San Agustín, Los Chíparos, José Homero Bajo, vereda San Antonio y la salida al municipio de Pitalito. “Aún estoy viva, papá” Mireya Hernández López, docente en el municipio de Puerto Asís, hace parte de una de las 1850 familias damnificadas de la avalancha de la madrugada del primero de abril. Cuenta que aquella noche se encontraba visitando a su familia y debido a la torrencial lluvia, que se precipitó con fuerza sobre las casas, decidió quedarse para viajar al siguiente día a su lugar de trabajo. “Gracias a Dios logramos salir mis padres, mis hermanos, pero tenemos familiares que aún están desaparecidos. Hoy acabamos de enterrar a la esposa de un primo”, resaltó. Pese a que logró sobrevivir, el dolor que despierta el desarraigo calcina aún su corazón. “Yo le pido a todas mis amistades, a la comunidad internacional, al presidente de la República que se solidaricen con mi pueblo, porque no solo me duele mi familia sino todo mi pueblo”, dijo entre sollozos la mujer. Y puntualizó: “También quiero enviar un mensaje a mi padre donde quiera que se encuentre, en cualquier rincón de Colombia, quien es el señor Sigifredo Hernández Guerrero, hijo de la señora Gloria Guerrero, que aún estoy viva. Hemos soportado dos avalanchas en éste pueblo, pero aún estoy viva, papá”. Como hormiguitas en la Diócesis Estas historias recorren los contornos de ése municipio putumayense, cargado de simbolismo amazónico y riqueza ancestral. Y son precisamente por éstas y otras vivencias que la Iglesia Católica viene trabajando para mitigar la grave crisis humanitaria que viven hoy los mocuanos. Las oficinas de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy, que una vez fueron unas sigilosas dependencias donde el caminar tranquilo de sus visitantes apenas se notaba, se convirtieron a partir de esta semana en una completa sala de operaciones, dinámica y mucho ajetreo. Una veintena de colaboradores, voluntarios y “cómplices de la esperanza”, como los llamó el Pbro. Oscar Claros Artunduaga, coordinador, vienen estos días trabajando como hormiguitas en las labores de asistencia social. “Puedo decirles que tenemos una bodega llena de mucha ayuda que han traído de varias zonas del país, y que se ha llevado a varios centros de albergue, para veredas, para núcleos familiares. Aquí tenemos lo que nos ha llegado en víveres, en colchonetas, en ropa, en agua y demás. Tenemos una coordinación, y desde allí sale el equipo de logística a llevar a éstos lugares”, explicó Monseñor Maldonado Monsalve. Un trabajo que “rompe el alma” Todos los días en la mañana, el comité de voluntariado de la Diócesis se reúne para coordinar las acciones de cara a mitigar la situación en la capital putumayense. Toneladas de ayuda entre lunes y martes se ha recibido por parte de organizaciones y entidades de Caquetá, Huila y otras latitudes de Colombia. El equipo diocesano ha solicitado a la comunidad en general que por favor envíen ropa en buen estado, pues están enviando piezas muy deterioradas. Pero una de las labores más difíciles y que “desgarra el alma”, como lo describió Monseñor Maldonado, es la que tienen que vivir sacerdotes Nelson Cruz y los frailes provenientes del municipio de Oporapa, Huila. Mientras las autoridades forenses, la Sijín de la Policía y el CTI de la Fiscalía, van avanzando en la identificación de cuerpos, los religiosos son los que muchas veces les toca ayudar a los familiares a abrir los huecos para enterrar a los cadáveres ya en estado de descomposición. "Nuestro trabajo caritativo ha sido un acompañamiento espiritual, celebrando eucaristías en el cementerio y en algunos barrios de Mocoa. Muchos familiares de fallecidos llegan sin alguien que les ayude a abrir la fosa para enterrar a sus muertos. Entonces, hemos también ayudado a abrir las fosas para los cadáveres", dijo el Pbro. Fray Lorenzo María del Buen Pastor, uno de los nueve franciscanos que llegaron desde el Huila a ayudar en las labores humanitarias. A ellos, Monseñor Maldonado les agradeció por su entrega y loable labor caritativa para con la comunidad afectada por la tragedia que hoy enluta al mundo. “La realidad más dura de Mocoa está en el cementerio. Quiero agradecer a los monjes franciscanos por su loable labor", dijo el señor obispo, quien agregó que de ahora en adelante la labor de la Iglesia para con la gente de Putumayo será la de “sembrar la esperanza en los corazones para así reconstruir nuestro pueblo”. La cifra oficial son, hasta este jueves, 308 muertos, de los cuales han entregado 195. En las horas de la tarde de ayer martes fueron encontrados siete cuerpos, uno de los cuales fue encontrado en inmediaciones del municipio de Curillo (Caquetá). Igualmente, han sido atendidas 332 personas en el Hospital José María Hernández de Mocoa. Fuente: Jhon Fredy Nagles Soto, Comunicador Social.

Mié 5 Abr 2017

Iglesia católica de Mocoa apoya ollas comunitarias

Cerca de 10 ollas comunitarias han sido implementadas por la Iglesia católica y otras instituciones para ayudar a los damnificados de la avalancha del sábado en Mocoa. Así lo informó el padre Edgar Omar Parra, Director de Pastoral Social de esta jurisdicción. El sacerdote comentó que estas ollas están funcionando gracias a la colaboración de sacerdotes, laicos y personal de Pastoral Social. El centro de acopio de ayudas está ubicado en la Catedral San Miguel, desde donde se está redistribuyendo a las 10 ollas comunitarias. Así también se atiende a cerca de 2200 personas que están ubicadas en el Instituto Tecnológico de Putumayo que ha servido, por estos días, como albergue provisional. “Hemos servido de referencia a las autoridades para decir quienes han sido desplazados, damnificados o tratar de reubicar a los niños perdidos o que han quedado huérfanos”, comentó. Acerca de las urgencias que se tienen en este momento, informó que hacen falta alimentos no perecederos, medicamentos esenciales, alcohol, agua potable, leche en polvo, suero, pañales para adultos y para bebés, mantas, cobijas, carpas y profesionales que presten servicios psicosociales. El padre Omar Parra comentó que los sacerdotes de la jurisdicción están acompañando a las personas en los cementerios, hospitales y en la morgue. “Hay dos sacerdotes en el hospital que están rotando”, precisó. Advirtió que se siente la falta de presencia de la institucionalidad y que se ha percibido mucha falta de coordinación. Recordó que en la mesa de crisis se pidió al Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, que se recurra a las comunidades de base, la juntas de acción comunal, las parroquias o a los líderes de otras denominaciones religiosas para establecer información certera. “Nosotros somos los que conocemos a la gente. Se corre el riesgo de que mucha gente viva se aproveche de esta situación, ya se han presentado robos y atracos”, comentó. Finalmente agradeció la generosidad del pueblo Colombiano y pidió que la ayude continúe debido a que las necesidades son muchas.

Mié 5 Abr 2017

Iglesia Católica destinará recursos de campaña de Cuaresma para Mocoa

Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), anunció que recursos de la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, adelantada por la Iglesia Católica en el tiempo de Cuaresma, serán destinados a la comunidad de Mocoa, ante el desastre natural ocurrido el 1 de abril. El prelado explicó: “Tenemos un ahorro estipulado para este tipo de desastres naturales, gracias a las colectas que hacemos entre religiosos y feligreses; por eso, esa ‘platica’, la vamos a llevar a Mocoa. El monto no lo develaremos del todo, lo importante es que llegue a quienes más lo necesitan en este momento, a quienes lo perdieron todo en la tragedia. Además, cada Diócesis se encargará de buscar y aportar ayudas no sólo en dinero, sino en especie”, afirmó el también arzobispo de Tunja. De otra parte, Monseñor Castro Quiroga, en diálogo con Caracol Radio, tras lamentar profundamente la tragedia en Mocoa exhortó a los colombianos a unirse en oración y solidaridad. “Elevamos una oración por todos los muertos. Oramos para que Dios les de valentía a los sobrevivientes de la avalancha y para que puedan recuperarse a todos los desaparecidos”. Finalmente, frente a la propuesta de que el Papa Francisco visite la zona afectada, el jerarca precisó, a BLU Radio, que “modificar la agenda del Sumo Pontífice está fuera del alcance de la Iglesia colombiana”, además que las condiciones geográficas dificultan el acceso. “La invitación es muy justa, pero hay que entender que el papa viene cuatro días y eso ya está programado”, señaló. A la fecha, según cifras entregadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el fenómeno natural ha dejado 293 víctimas mortales y cientos de damnificados.

Lun 3 Abr 2017

Más allá de la definición limítrofe, somos una sola región geográfica: Obispo de Cúcuta

Tras el encuentro entre los obispos de Cúcuta y San Cristóbal, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid y Mario del Valle Moronta, respectivamente, el 27 de marzo, los prelados ratificaron una vez más la unidad de estos pueblos y de la Iglesia Católica en la frontera. Una historia de fe compartida que, ante la compleja situación que afronta el vecino país, sigue fortaleciéndose, ahora con la conformación de dos Comisiones Presbiterales, orientadas a la acción social, pastoral y evangelizadora, desde aspectos teológicos, de catequesis, predicación y modelos de acción pastoral. Esta iniciativa se suma a las acciones que, de manera continua, viene liderando la Diócesis de Cúcuta en beneficio de la población deportada de Venezuela, que permanece en la frontera. “Ha sido un encuentro muy rico, que no es el primero. Es el fruto de un trabajo que venimos realizando juntos como hermanos obispos que predican y anuncian a Jesucristo”, Monseñor Ochoa, al tiempo que precisó: “Es un trabajo de evangelización; lo que hacemos no es solo la Pastoral Social, no es solo atender la necesidad de una persona humana, eso sería solidaridad, beneficencia, creo que es mucho más. Con la mano de la fe, con la mano de la caridad, con la mano del amor, atender al hermano que tiene fe y es miembro de nuestra Iglesia, que sufre”. Durante el encuentro también se establecieron las siguientes acciones y gestos de comunión entre ambas Diócesis: El señor Obispo de la Diócesis de San Cristóbal con una delegación de su presbiterio participará de la celebración de la Misa Crismal en Cúcuta el día 6 de abril en la Catedral San José. De igual manera, el señor Obispo de la Diócesis de Cúcuta y una delegación del presbiterio diocesano participarán de la Misa Crismal en San Cristóbal el día sábado 8 de abril. La Diócesis de Cúcuta participará de un encuentro de laicos organizado por la Diócesis de San Cristóbal el día 18 de junio en San Antonio del Táchira para trabajar aspectos relacionados al apoyo pastoral. Se estableció unir esfuerzos entre la Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta y Cáritas de San Cristóbal para apoyarse en la atención pastoral y humanitaria de la población más necesitada. Como única Iglesia presente en la zona de frontera se realizará un encuentro de los párrocos de las comunidades y parroquias de la frontera. De esta manera manifestar la cercanía y la comunión entre Iglesias hermanas que buscan evangelizar y colocar a Cristo en el corazón de los bautizados.

Lun 3 Abr 2017

Cáritas Colombiana apoya a las víctimas de la tragedia de Mocoa

Tras la fatídica avalancha ocurrida la madrugada del sábado 1 de abril en Mocoa, Caritas Colombiana, junto con la Diócesis de Mocoa y otras instancias de ayuda están desarrollando acciones en favor de las víctimas. La Diócesis de Mocoa creó un Comité de Atención a la emergencia que está haciendo una evaluación de las necesidades y el impacto. Así también, se ha organizado mecanismos vicariales para que los sacerdotes y laicos tracen líneas de acción. Por su parte, Caritas Colombiana envió dos especialistas en manejo de riesgo y emergencias para coordinar acciones y socorrer a las víctimas. También, ha organizado un Comité Nacional de Atención en el que junto con otras instituciones están coordinando acciones de ayuda. Monseñor Héctor Fabo Henao Gaviria, Director Nacional de SNPS – Caritas Colombiana explicó que se está realizando una evaluación general de las necesidades y que como principales urgencias se está ayudando a acceder el acceso a agua potable a través de carro tanques, se está brindando atención espiritual y psicosocial y se va desarrollar un plan de vivienda. “Estamos haciendo un esfuerzo para llegar a la atención de las personas más vulnerables como son los niños, niñas, ancianos y mujeres”, comentó monseñor Henao Gaviria. Recordó que tanto el Papa Francisco como el episcopado colombiano han invita a orar por todas las víctimas de esta tragedia. “Todo estamos en camino para rodear a Mocoa”, aseguró. “Estamos junto a ustedes para buscar las mejores soluciones y para encontrar las mejores formas de reconstruir Mocoa en un contexto distinto de mayor seguridad”, explicó monseñor Henao Gaviria. Caritas Colombiana está realizando un monitoreo permanente para prestar la ayuda a las víctimas de la avalancha que dejó como saldo más de 254 personas muertas, entre ellos 43 menores de edad y 203 heridos. Como Iglesia solidaria se invita a todos los colombianos a realizar sus aportes para ofrecer mano generosa a nuestros hermanos en sufrimiento en Mocoa. Datos: Cuenta corriente del Banco de Bogotá # 081-33959-0 A nombre del Secretariado Nacional de Pastoral Social NIT: 860039273-3 Enviar el comprobante de consignación al correo [email protected]