Jue 13 Oct 2022
Emergencia migratoria, exige activar un plan de respuesta urgente: Obispo de Apartadó
El obispo de Apartadó, Hugo Alberto Torres Marín, advirtió a través de un comunicado que lo que se está viviendo hoy en el territorio de Urabá y el Darién ante el aumento exagerado de la población migrante en tránsito hacia Centro América es una “crisis humanitaria”.
El obispo reveló que diariamente llegan y salen de Necoclí de 1800 a 2100 personas, e informó que a 30 de septiembre 46.298 caminaron por el Darién, sin contar los que salen por otras rutas. A esto agregó “Ya se siente el represamiento de los migrantes desde Mutatá hasta Necoclí y se comienzan a observar casos de mendicidad, hurtos, explotación sexual, trata y tráfico de personas”
Activar el plan de respuesta en emergencia
Advirtió que los esfuerzos y acciones que ofrece el Gobierno, entidades del Estado y organizaciones, para apoyar a la población migrante refugiada y la población civil no son suficientes, por lo que hace un llamado para que se active un plan de respuesta en emergencia por parte de los municipios.
“Hace falta activar el plan de respuesta en emergencia por parte de los municipios, regular precios de tiquetes fluviales según las edades, alojamiento para personas en situaciones de vulnerabilidad, adecuación de un espacio con las garantías mínimas, aumentar las entregas de alimento caliente, suplementos nutricionales para niños y mujeres gestantes, atención a niños no acompañados e investigar, buscar y hacer seguimiento a quienes explotan al migrante”.
Campaña: “En los pies del migrante”
Frente a esta difícil realidad que se está viviendo alrededor de este fenómeno migratorio, la Diócesis ha iniciado la campaña: “En los pies del migrante”, que busca en principio llamar la atención de toda la comunidad diocesana, entidades y personas de buena voluntad para apoyar a estas personas migrantes, ofreciendo su ayuda solidaria.
“Invito a la comunidad diocesana, entidades y personas de buena voluntad a que rodeemos a los hermanos migrantes con el respeto, la corrección fraterna y la ayuda concreta a través de ollas comunitarias, chocolatadas, o entregando en las parroquias y sitios previstos de la ayuda en alimento, botas de plástico, suero, dinero o bonos redimibles en supermercados, y el servicio de voluntariado”.
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