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Monseñor Germán Medina inicia su nueva misión episcopal en la Diócesis de Engativá impulsado por la fuerza de la esperanza
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Este viernes, 23 de agosto, en la Catedral San Juan Bautista de La Estrada, se llevó a cabo la posesión canónica de monseñor Germán Medina Acosta como nuevo obispo de la Diócesis de Engativá. Esto, tras haber sido designado para tal misión por el papa Francisco el 29 de junio. El prelado, quien desde el pasado mes de julio ejerce también como secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, fue posesionado por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá.
En la ceremonia, además de familiares, miembros del clero diocesano, religiosos y feligreses, a monseñor Germán lo acompañaron el cardenal Rubén Salazar Gómez y el cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal. Asimismo, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Bogotá, monseñor Luis Augusto Campos Florez, obispo de Socorro y San Gil, y varios sacerdotes del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC).
Durante el rito de posesión, el cardenal Luis José, haciendo referencia a las enseñanzas de San Juan Pablo II, recordó que el obispo, como pastor del rebaño de Cristo a él confiando es, ante todo, un hermano, un amigo y un padre que “tiene la hermosa tarea de ser un servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo”. Además, afirmó que los seres humanos pacientes como monseñor Germán, “son tejedores de bien”.
“La misión de monseñor Germán, junto con su presbiterio, sus diáconos, la vida consagrada, femenina y masculina y con todos los fieles laicos, será ser un servidor y un misionero de la esperanza, con la luz de la Palabra de Dios, con la gracia de los sacramentos y con el testimonio de su vida. Así leemos el Pastor y de este modo, viviendo como hombre de esperanza y reflejando en el propio ministerio la eclesiología de comunión y misión, los obispos deben ser verdaderamente motivo de esperanza para su grey. Sabemos que el mundo necesita de la esperanza que no defrauda. Sabemos que esta esperanza es Cristo. Lo sabemos y por eso predicamos la esperanza que brota de la cruz”.
El primado de Colombia también agradeció la misión apostólica de monseñor Héctor Gutiérrez Pabón y monseñor Francisco Antonio Nieto Súa, anteriores obispos de esa Iglesia particular.
Durante la homilía, monseñor Germán, quien, tras tres años de servicio a la Arquidiócesis de Bogotá como Obispo Auxiliar, se convierte ahora en el tercer obispo de la Diócesis de Engativá, se refirió a la figura y enseñanzas de San Gregorio de Nisa, obispo de Capadocia y teólogo del siglo IV, considerado padre de los padres de la Iglesia:
“Él afirmaba que en la vida cristiana se va de comienzo en comienzo a través de comienzos que no tienen nunca fin. Hermanos y hermanas, así experimentado mi vida ministerial, así quiero asumir esta nueva misión que se me confía. Considero que se trata de un nuevo comienzo, de una nueva oportunidad que el Señor me ofrece para responderle con mayor generosidad y fidelidad; una nueva oportunidad para la conversión personal, para enmendar mis propios pecados y obrar su misericordia. Es una nueva oportunidad para que, permaneciendo unido a Él, ofrezca mi vida al servicio de su pueblo peregrino en la Diócesis de Engativá. Si bien este nombramiento representa para mí un nuevo comienzo, considero a la vez que la llegada del nuevo obispo constituye también un nuevo comienzo para esta diócesis”.
Precisamente, al referirse a los presbíteros, religiosos y laicos de esta jurisdicción eclesiástica, monseñor Germán Medina, en comunión con la propuesta del papa Francisco, se refirió a la necesidad de seguir viviendo y forjando el espíritu sinodal. Al tiempo, haciendo eco de las palabras del cardenal Luis José, también destacó la importancia de seguir cultivando y transmitiendo el mensaje de la esperanza:
"Hoy necesitamos que sobreabunde la esperanza para testimoniar de manera creíble y atrayente la fe y el amor que llevamos en el corazón, para que la fe sea gozosa y la caridad entusiasta".
Al cierre de la ceremonia, el padre Alberto Camargo, vicario de la Diócesis de Engativá, en representación del clero, dio la bienvenida a su nuevo obispo y afirmó que seguirán avanzando en la construcción de la “Ciudad de la Misericordia”, una iniciativa de humanidad y fraternidad con enfoque samaritano que, desde hace más de 20 años, ha venido impulsando el caminar de esta Iglesia urbana:
“Cercano a la pedagogía social, ha dejado ver a través de sus inquietudes pastorales, su amor y su interés por los procesos humanos de la ciudad y con mayor ahínco su amor y compromiso por la misión de la Iglesia en esta urbe. Por todo ello, nuestra Diócesis de Engativá, que ha interpretado este legado del Espíritu al hacerse escenario de los ecos de la parábola del Buen Samaritano, suscitada por el Espíritu Divino en el correr de los años, se apresta a iniciar una nueva etapa de su historia, otro paso certero hacia el horizonte tópico de la “Ciudad de la Misericordia”, guiada por el cayado de su nuevo pastor. El paradigma samaritano ha ido configurando nuestra identidad. Hemos ido comprendiendo a través de las etapas de nuestro caminar que la samaritana es nuestra razón de ser, nuestro estilo, nuestra incesante búsqueda. Esto es una utopía del reino o la novedad del Espíritu que sopla donde quiere, llevándonos a crecer en su movimiento, que hace nuevas todas las cosas y se forja un lugar en nuestra ciudad para anunciar en ella la bienaventuranza de la justicia y la paz”.
Al cierre de la ceremonia, en representación del presidente y del vicepresidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco Javier Múnera Correa y monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, el padre Raúl Ortiz Toro, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal, leyó un mensaje de acción de gracias por el ministerio de monseñor Medina. También allí se hizo un énfasis especial en la esperanza:
“Hemos visto su testimonio de generoso servicio con particular énfasis en la virtud de la esperanza. Por ello queremos hacer eco de las palabras del Papa Francisco en la Bula de Convocación al Jubileo Ordinario 2025: “La esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz”. Deseamos que la esperanza se avive y el amor continúe ardiendo en esta nueva etapa de vida diocesana que hoy se inicia en Engativá en consonancia con su lema episcopal: “Los amó hasta el extremo” (Jn 13,1) (…) Tenemos puesta nuestra confianza en el Señor: seguros de que la esperanza no defrauda, sabemos que Él lo asistirá; que lo acompañará la protección maternal de la Virgen María y el amparo de San José; que la comunidad diocesana lo rodeará de bendiciones y afecto; que el Presbiterio y la Vida Consagrada lo reconocerá como padre y pastor, y que tendrá la colaboración constante de quienes, con usted, conformamos comunidad de trabajo para la extensión del Reino de Dios”.
Vea a continuación la transmisión de la ceremonia de posesión:
Peregrinos de Esperanza
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“El divorcio exprés”: una píldora que no sana
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Lun 3 Feb 2025
Obispos colombianos inician su CXVIII Asamblea Plenaria “anclados en la esperanza” frente a los desafíos que vive el país
Este lunes, 3 de febrero, con una Eucaristía presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, los obispos colombianos dieron inicio a su CXVIII Asamblea Plenaria. Durante la celebración, el Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia convocó a sus hermanos a tener una fe combativa y resistente; y a renovarse en la fraternidad misionera con Jesús para ir a evangelizar a la “otra orilla” de ambientes desconocidos, distintos a los eclesiales, acudiendo siempre a la humanidad.“Señor, danos valentía de corazón porque los obispos esperamos en ti”, expresó el purpurado al finalizar su homilía.Posteriormente, en su discurso inaugural monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, destacó la importancia de vivir la sinodalidad, fortalecer la esperanza y asumir con audacia la misión evangelizadora en medio de los múltiples desafíos sociales y eclesiales que vive Colombia.Al referirse a la situación actual del país y al trabajo que realizarán al respecto durante esta Asamblea, el Presidente del Episcopado ratificó que, como pastores, renuevan su compromiso de continuar en el servicio a la reconciliación y a la paz de Colombia, favoreciendo todos los esfuerzos que den alivio y esperanza a las comunidades. Además, hizo un importante llamado al Gobierno Nacional, a los diferentes actores institucionales y a los grupos armados:“Proponemos, tanto al Gobierno Nacional como a los distintos actores convocados en las Mesas de Diálogo y a los países acompañantes y garantes, la construcción de un marco ético que garantice el respeto a la vida, a los derechos humanos, al derecho internacional humanitario y dé claridad y seguridad sobre el propósito de la paz que se quiere alcanzar”.En este sentido, monseñor Múnera evocó también el llamado que ha hecho el papa Francisco en diversas ocasiones al país: “nos ha insistido en no ahorrar esfuerzos en esta tarea y recientemente, en su discurso al cuerpo diplomático, en el Vaticano, el 9 de enero de este año, nos reiteró este llamado: “Duele también constatar que permanecen, especialmente en el continente americano, varios contextos políticos de enfrentamiento político y social […]. Pienso en Colombia, donde confío que con la ayuda de todos se pueda superar la multiplicidad de los conflictos que lastiman al país desde hace demasiado tiempo””.Sinodalidad: un estilo de vida eclesialEl presidente del Episcopado inició su mensaje recordó los dos grandes acontecimientos que marcaron el horizonte de la Iglesia en 2024: la conclusión del Sínodo sobre la Sinodalidad y la apertura del Jubileo Ordinario de la Esperanza. Citando al Santo Padre, subrayó: “la Iglesia sinodal para la misión necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas por hechos. Este es el camino”.El presidente del Episcopado Colombiano enfatizó en el sentido profundo de la sinodalidad. Se refirió a ella como un estilo de vida eclesial que debe suscitar nuevas experiencias de comunión, participación y misión. “La sinodalidad actualiza la misión y nos invita a definir modos concretos para vivirla en nuestras Iglesias locales y en las provincias eclesiásticas”, afirmó.La esperanza como brújula en tiempos difícilesEn segundo lugar, monseñor Múnera se refirió al Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco; recordó la urgencia de ser “peregrinos de esperanza” en un mundo marcado por la guerra, la pobreza y la exclusión. Destacó que el primer signo de esperanza debe ser la paz, especialmente en un país como Colombia, sumergido en conflictos históricos.“El Papa nos pide ofrecer signos tangibles de esperanza a los más vulnerables: los privados de libertad, los enfermos, los jóvenes, los migrantes, los ancianos y los pobres”, señaló, recordando que las obras de misericordia son también obras de esperanza.Una Iglesia en salida misioneraInspirado en el XIII Congreso Nacional Misionero celebrado en julio de 2024, el Centenario Misionero de la Iglesia Colombiana, monseñor Francisco Múnera también hizo un llamado a redescubrir la pasión por la misión. “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra”, citó, subrayando la urgencia de ser “misioneros aquí, allí, allá y más allá de nuestras fronteras”.El Arzobispo pidió fortalecer la misión ad gentes en las Iglesias particulares, especialmente en las periferias geográficas, culturales y existenciales. “La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”, recordó, citando las palabras del papa Benedicto XVI en Aparecida, las mismas que el papa Francisco evocó en Evangelii Gaudium. Además, destacó la importancia de los movimientos apostólicos y la cooperación entre las provincias eclesiásticas para enviar equipos misioneros integrados por laicos, consagrados y ministros ordenados.Reconciliación, paz y cuidado de la casa común: signos concretos de esperanzaJunto al llamado por la reconciliación y la paz, monseñor Múnera destacó el papel de la Iglesia en la promoción de la conversión ecológica, inspirada en la encíclica Laudato si’. “Podemos ser promotores de participación ciudadana, educación para el cuidado, diálogo y alianzas en el ámbito del cuidado de la casa común”, señaló.“Anclados en la esperanza”Al finalizar su mensaje de instalación, monseñor Múnera invitó a los obispos a mantenerse anclados en la esperanza, mirando a Cristo como centro de su ministerio.“La esperanza cristiana nos asegura que, ante la muerte, la vida no termina, sino que se transforma”, afirmó, citando la Bula Spes Non Confundit con la que el papa Francisco convocó el Jubileo 2025.El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia concluyó su alocució encomendando el trabajo de la Asamblea a la Virgen María, “testigo más alto de la esperanza”. Recordó que, desde santuarios como el de Chiquinquirá, Ella ofrece fortaleza y consolación a la Iglesia en Colombia.Con este llamado a la sinodalidad, la esperanza y la misión, y con la esperanza de Cristo en el horizonte, esta CXVIII Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano será un espacio clave para definir el rumbo de la Iglesia en el país en los próximos años.Vea a continuación la transmisión de la Eucaristía inaugural presidida por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio:
Vie 31 Ene 2025
CXVIII Asamblea: Obispos definirán orientaciones para implementar el Sínodo de la Sinodalidad en la Iglesia colombiana
Del 3 al 7 de febrero, los obispos y administradores de las 78 jurisdicciones eclesiásticas de Colombia, es decir, de las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos, se encontrarán en Bogotá para celebrar su Asamblea Plenaria 118. En esta oportunidad, buscarán definir, de manera conjunta, acciones efectivas para aportar a los desafíos que afronta actualmente el país a nivel social, político y económico. Además, concretar orientaciones que permitan hacer vida el Sínodo sobre Sinodalidad en la Iglesia Católica colombiana, a partir de lo estipulado en el Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, finalizada en Roma en octubre de 2024.La metodología que usarán los prelados durante esta Asamblea priorizará el trabajo grupal. Desde el análisis de la realidad, enfatizando en las necesidades de los territorios y acudiendo a la escucha de diversos expertos; hasta la identificación de caminos que permitan implementar el Sínodo sobre Sinodalidad en las diversas Iglesias locales. Para esto, se centrarán en cuatro dimensiones o bloques temáticos: la conversión de las relaciones, la conversión de los procesos, la conversión de los vínculos y la formación de un pueblo de discípulos misioneros.En esta ocasión, la madre y los padres sinodales desempeñarán un rol fundamental. Partiendo de su experiencia en la XVI Asamblea General Ordinaria, la presidente de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas, la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, OND; el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá; y los arzobispos de Medellín y de Manizales, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, respectivamente, serán los principales dinamizadores de los espacios de análisis sobre el Sínodo.Como en cada encuentro, los obispos también llevarán a cabo reuniones por comisiones episcopales para evaluar el trabajo de la Iglesia a partir de líneas pastorales específicas, y por provincias, para establecer oportunidades de articulación regional.Vea a continuación la primera entrega del informativo del Episcopado Colombiano; el Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia comparte los detalles:
Jue 30 Ene 2025
Episcopado colombiano destaca la misión de los consagrados como peregrinos de esperanza en tiempos de conflicto e incertidumbre
Como cada año, el próximo domingo 2 de febrero, en el marco de la Fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia colombiana se unirá a la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En esta ocasión, en el contexto del Año Santo, la celebración estará inspirada en el llamado hecho por el papa Francisco: ser “Peregrinos de Esperanza, por el camino de la paz’”. La mayoría de las jurisdicciones eclesiásticas del país aprovecharán este momento especial para celebrar durante los próximos días el Jubileo de la Vida Consagrada.En representación de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, vicario apostólico de Puerto Leguízamo-Solano y presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, envió un mensaje reconociendo la importancia de esta misión en un país como Colombia, donde los escenarios de conflicto y violencia que persisten, son también los caminos por los que cientos de consagrados y consagradas peregrinan a diario consolando a las comunidades con el mensaje de Cristo.“El Papa Francisco nos desafía a todos los religiosos y religiosas a vivir el Jubileo de la Vida consagrada con el lema ‘Peregrinos de Esperanza, por el camino de la paz’. Esta invitación nos llega como una luz en medio de las tinieblas, especialmente en un contexto donde la incertidumbre y la desesperanza parecen ganar terreno”, expresó monseñor Pinzón.Compromiso con los pobres, cuidado de la creación y fraternidad universal: rutas para la misión en ColombiaDe acuerdo con monseñor Joaquín Humberto, el mensaje enviando por el Dicasterio para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica al respecto resalta tres pilares fundamentales para la vida consagrada:1. Compromiso con los «últimos», los pobres:Escuchar y acompañar a quienes viven en situación de pobreza y exclusión.2. Cuidado de la creación:Promover la protección del medio ambiente (la casa común) como signo de responsabilidad y amor hacia la obra de Dios.3. Fraternidad universal:Fomentar el encuentro y la solidaridad como medios para superar divisiones y construir una sociedad reconciliada.Estos principios, según monseñor Pinzón, deben ser acogidos como una hoja de ruta para que los consagrados en Colombia continúen siendo “profetas de esperanza” en medio de tantas comunidades rurales y urbanas que claman por la reconciliación y la justicia social. De acuerdo con el Obispo, el acompañamiento espiritual, el rol educativo y la asistencia humanitaria que prestan, se convierten en signos tangibles de esperanza para el país.Un llamado a celebrar y propagar la esperanzaEl Jubileo de la Esperanza también es una ocasión para fortalecer el compromiso de los consagrados con su misión. “Siguiendo el ejemplo y el mandato de Cristo, agradezcamos, celebremos y fortalezcamos nuestro Sí, haciendo eco de la oración del Jubileo y pidiéndole al Padre que el Espíritu Santo despierte en nosotros la bienaventuranza y la esperanza en la venida de su Reino”, concluyó monseñor Pinzón.Material para la celebración del Jubileo de la Vida Consagrada en ColombiaAunque en Roma el Jubileo de la Vida Consagrada se llevará a cabo durante el mes de octubre, aprovechando esta jornada, varias jurisdicciones eclesiásticas del país anunciaron la celebración de este Jubileo durante el primer fin de semana de febrero. Para ellos y para las demás Iglesias particulares y congregaciones, los Departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Secretaría General de la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) han elaborado una propuesta orientadora.El documento propone vivir este acontecimiento en dos momentos, así lo explica el padre Juan Manuel Beltrán Urrea, director de estos departamentos en la CEC:“En un primer momento, preferiblemente el 01 de febrero, junto con nuestros agentes pastorales, llevar a cabo acciones concretas de misericordia, con los más necesitados de nuestro territorio: recluidos, ancianos, huérfanos, pobres, enfermos, niños, jóvenes, desplazados; compartiendo con ellos el servicio de la caridad y la esperanza en un Cristo vivo y resucitado que camina junto a nosotros y comparte nuestras alegrías, tristezas, sueños, anhelos y que da sentido a nuestra historia.Al peregrinar al encuentro de nuestros hermanos más necesitados, podemos vivir con ellos una lectura orante de la Palabra, una celebración eucarística, una conversación en el espíritu, etc.; teniendo como centro el ágape o compartir fraterno, expresión de nuestra solidaridad, compromiso y generosidad, desde nuestra entrega material y espiritual, en la mesa común, donde los hermanos celebramos la alegría de ser una sola familia de discípulos misioneros de Jesús.En un segundo momento, el día 02 de febrero, en cada una de nuestras jurisdicciones eclesiásticas (Arquidiócesis, Diócesis, Vicariatos), preferiblemente, junto con nuestros pastores, celebremos la Eucaristía, en comunión con todo el pueblo de Dios, para festejar la vida, la acción de gracias, en este jubileo, que nos anima a ser «Peregrinos de esperanza, por el camino de la paz», con el deseo de contribuir a la búsqueda y construcción de la paz, la justicia, la fraternidad, la amistad social y demás valores humanos y cristianos”.Para descargar el material preparado por la CEC y la CRC, haga clic aquí.Vea el mensaje del presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica:
Mar 28 Ene 2025
¿Qué ocurrió durante el Jubileo de la Comunicación en Roma y qué lecciones dejó para Colombia?
Del 24 al 26 de enero, Roma fue epicentro del primero de los 36 grandes eventos que se desarrollarán durante este Año Jubilar 2025: el Jubileo del Mundo de la Comunicación. Un encuentro que congregó a cerca de 10.000 periodistas, profesionales de la comunicación y directivos de medios de todo el mundo para suscitar la reflexión en torno a su papel en la construcción de una sociedad más justa y pacífica, inspirada en los valores del Evangelio.Un mensaje de esperanza para los comunicadoresEl inicio de este Jubileo coincidió con la publicación del mensaje para la LIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el texto, el papa Francisco hace una poderosa invitación:"Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones". El Santo Padre exhortó a los comunicadores a ejercer su labor evitando la agresividad y promoviendo una comunicación capaz de construir puentes y derribar muros.En su reflexión, el Papa señaló la necesidad urgente de combatir la desinformación, el sensacionalismo y las dinámicas de comunicación que generan miedo, odio y polarización. En su lugar, instó a los comunicadores a promover un lenguaje de cuidado y reconciliación, subrayando la importancia de contar historias llenas de esperanza y de trabajar por el bien común.En referencia a los medios digitales, el pontífice señaló cómo los algoritmos diseñados para captar la atención pueden afectar al ser humano en su capacidad para construir comunidad. Frente a esto, llamó a una comunicación que no solo informe, sino que eduque en el bien común.Actividades del Jubileo: encuentro con el Papa, reflexión y formaciónEste Jubileo incluyó una serie de actividades diseñadas para inspirar, compartir experiencias y formar a los participantes. Entre los eventos más destacados estuvieron los"Diálogos con la Ciudad", encuentros culturales durante los cuales se abordaron temas como "Comunicación y esperanza". La iniciativa reunió a figuras internacionales como Maria Ressa, periodista y Premio Nobel de la Paz, y a Colum McCann, escritor y periodista irlandés.Invitando a los comunicadores a iluminar la esperanza con su oficio, se habló allí de la necesidad de contar con valentía y lejos de la corrupción; de construir alianzas más fuertes entre periodistas, con otros sectores y con las audiencias; y de tener fe en la verdad.En ese mismo espacio se vivió uno de los momentos más emotivos para los participantes del Jubileo, su encuentro con el Papa Francisco. Además de agradecerles por su misión, el Santo Padre los invitó a salir al encuentro del otro, a ser genuinos y a recuperar la humanidad en el corazón de la comunicación.En el discurso preparado y dirigido a los participantes en el Jubileo de la Comunicación, el Papa recordó a los periodistas que “han firmado con su sangre su servicio". Describió este año pasado como a uno de los más letales para el oficio. Según el informe anual de la Federación Internacional de Periodistas, 120 personas murieron por bombas y atentados en zonas de guerra.“El Jubileo se celebra en un momento difícil de la historia de la humanidad, con el mundo todavía herido por las guerras y la violencia, por el derramamiento de tanta sangre inocente. Por eso quiero, en primer lugar, dar las gracias a todos los trabajadores de la comunicación que arriesgan su vida para buscar la verdad y contar los horrores de la guerra”, expresó el pontífice.Otro momento clave de este Jubileo de la Comunicación fue el programa formativo "Jubilee of Hope. Uniting communicators for a shared journey" dirigido a jóvenes comunicadores. Buscó fomentar valores de la comunicación responsable y orientada al bien común entre las nuevas generaciones.Otras iniciativas en el marco del Jubileo de la ComunicaciónDurante estos días posteriores se estarán desarrollando también Roma varios seminarios y conferencias sobre comunicación. Uno de ellos, el organizado en colaboración con la Fundación Conrad N. Hilton, ‘Uniendo comunicadores para un viaje compartido, una iniciativa que ha involucrado a un grupo de 150 jóvenes profesionales de la comunicación de más de 60 países.Asimismo, entre el 27 y el 29 de enero se llevará a cabo el Congreso Internacional de Comunicadores Institucionales Católicos, en el que participarán 200 obispos, presidentes de las Comisiones Episcopales de comunicación y directores de las oficinas de comunicación de las Conferencias Episcopales y familias religiosas.Se lo contamos en video a continuación: