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“No soy yo, con lo poco que soy, el que debe conseguir los frutos en la diócesis...Es el Dios mismo, quien estará siempre conmigo”: Mons. Toro Vallejo
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![Ordenación episcopal monseñor Juan Manuel Toro Vallejo](/sites/default/files/styles/large/public/2024-05/20-mayo-ordenacion-episcopal-mons-juan-manuel-toro-vallejo-girardota-100.jpg?itok=qnNPODg_)
El pasado sábado, 18 de mayo, se llevó a cabo la ordenación episcopal de monseñor Juan Manuel Toro Vallejo, nombrado obispo de la Diócesis de Girardota por el papa Francisco el 21 de marzo. La ceremonia se celebró en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ubicada en el municipio de El Carmen de Viboral (Antioquia) y fue presidida por el obispo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid Marín.
Al evento asistieron 16 obispos oriundos de la región, incluyendo al arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y a monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien fungió como obispo de Giradota entre 2010 y lo corrido de este 2024. También, el administrador diocesano de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, el padre Luis Alfonso Urrego Monsalve; así como cientos de sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos de diferentes jurisdicciones del país.
Monseñor Juan Manuel Toro también estuvo acompañado por un importante número de familiares y amigos. Además, por distintas autoridades civiles locales, quienes manifestaron su cercanía al nuevo obispo colombiano.
Durante su homilía, monseñor Fidel remarcó que, a partir de ese momento, el nombrado obispo de Girardota, dejará de actuar en nombre propio según sus ideas, para empezar a hacerlo como enviado y colaborador de Jesús, con la responsabilidad de transmitir un mensaje que lo antecede y supera en grandeza y verdad, el mensaje de Dios.
“Juan Manuel, que los momentos más importante de tu ministerio sean los que pases a los pies del Señor, porque de ahí también va a depender la adecuada y paternal relación con tus sacerdotes, que dice el Papa Francisco, son tus prójimos más cercanos…Y de ahí también va a depender la calidad del tiempo que pases con tu pueblo”, expresó el obispo ordenante.
Al final de la Eucaristía, monseñor Juan Manuel manifestó su gratitud a los asistentes. De manera especial, a monseñor Cadavid, a monseñor Tobón y a monseñor Flavio Calle Zapata, obispo de emérito de Ibagué, de quien recibió la ordenación en 1995. También, a los demás obispos, por su fraternidad.
“Gracias sean dadas al Señor por la vida y el ministerio de monseñor Fidel León Cadavid, instrumento suyo para pastorear en estos últimos años. Gracias sean dadas por el ministerio de monseñor Ricardo Tobón, quien con su cariño de pastor se hizo cercano en mi regreso de los últimos años y me confió cargos importantes que me han preparado para este de mi vida. Agradecer también al Señor por la vida de monseñor Flavio, que, fiándose de mí, fue instrumento Señor para conferirle los sacramentos del diaconado y luego del presbiterado. Una acción de gracias muy especial al Señor por la presencia de los señores obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia, que me han permitido experimentar de múltiples maneras su cercanía y la fraternidad del Colegio”.
Además, monseñor Toro Vallejo agradeció a los miembros de la Asociación Sacerdotal Siervos del Espíritu Santo presentes en la ceremonia, de quienes fue director durante los últimos cuatro años. Rol que, asegura, le permitió empezar a prepararse para esta nueva tarea.
“Fueron mi última escuela, en la que ya me preparaba el Señor para este nuevo servicio en el episcopado, constituyéndose, además, en un medio precioso para establecer una cercanía especial con la persona del Espíritu Santo”.
El designado obispo de Girardota destacó que durante su ministerio sacerdotal ha inmensamente feliz pese a tener que asumir, desde la obediencia, cargos que, por temor, no hubiese deseado tener:
“En realidad, la felicidad no depende hacerse feliz a uno mismo dentro de la autorreferencialidad, como mucho lo ha recalcado el papa Francisco, depende de hacer feliz a los demás, de hacer feliz al otro, porque en el otro está Dios. Pues como lo dice el mismo Jesús: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo””.
En este mismo sentido, monseñor Juan Manuel afirmó que, aunque ese acontecimiento de su ordenación representa también felicidad para él, no había deseado ser obispo. Por eso, aunque siente temor, está dispuesto a asumir con amor en ese servicio pastoral que le ha pedido Dios a través del Santo Padre. “Sé que el Señor quien me ha llamado, que Él me dará la gracia y, además, porque no hubiera podido vivir el resto de mi vida habiendo dicho un “no” cuando Cristo nos enseñó, siendo el mismo el Amén encarnado, que el hombre está llamado a ser siempre un sí para Dios”, agregó.
Además, enfatizó en que esa nueva misión episcopal no se trata de lo que pueda lograr él, en este caso, pastoreando la Diócesis de Girardota, sino que es obra del mismo Dios.
“No soy yo, con lo poco que soy, el que debe conseguir los frutos en la diócesis que el Señor me confía, sino que es el Dios mismo, quien estará siempre conmigo”, expresó monseñor Juan Manuel Toro, tras su ordenación.
Luego de la ceremonia, el alcalde de El Carmen de Viboral, Hugo Jiménez Cuervo se acercó al obispo para hacerle entrega de un copón y un cáliz elaborado por artesanos carmelitanos con las pintas características de la cerámica local.
Vea a continuación la transmisión de la ceremonia:
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La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
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Consagrados al corazón de Jesús
Vie 31 Mayo 2024
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Vie 21 Jun 2024
En “La Sucursal del Cielo”: Iglesia, Estado y comunidad luchan juntos contra el hambre
Con la operación de 713 comedores, ubicados en las 22 comunas y en 15 corregimientos del Distrito Especial de Santiago de Cali, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en articulación con la Alcaldía de la capital vallecaucana y gracias al apoyo de gestores de la comunidad, diariamente brinda alimento a 58.000 personas de diferentes edades que tienen grandes necesidades económicas.En el caso de la Iglesia, la iniciativa se realiza mediante un servicio conocido como “Diaconía del Pan”. Desde el cual no solo brindan alimento material sino también espiritual a personas de escasos recursos.A través de estas acciones, la Arquidiócesis de Cali busca hacer vida la Doctrina Social de la Iglesia. Es así, como el padre Diego Fernando Guzmán, delegado de la pastoral social arquidiocesana, comenta que, hace aproximadamente nueve años, existe una alianza con el Distrito de Cali y los gestores sociales, mediante la cual se ha generado un impacto social importante para mitigar el hambre, un problema de grandes dimensiones en la denominada “Sucursal del Cielo”.“Desde esta acción conjunta logramos que la acción del Evangelio, el amor misericordioso de Jesucristo, la invitación a la fraternidad, a la mano tendida para el más pobre, pues se pueda hacer realidad, se pueda hacer efectiva”, agregó el sacerdote.De ollas a comedores comunitariosLa historia de estos comedores se remonta a 1996 con la creación de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz y del Banco de Alimentos, por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino. El pastor que abanderó una lucha decidida contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Lucha que, seis años más tarde, le costaría la vida, pues fue asesinado, al parecer, por sus fuertes denuncias en el marco del conflicto armado que afectada a la capital vallecaucana y a muchas otras regiones del país.En el año 2015, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali firmaron el primer convenio para trabajar por la mitigación del hambre. Con el apoyo de un importante número de laicos que hasta hoy desempeñan labores de gestores, pusieron en funcionamiento 46 espacios denominados “ollas comunitarias”, a través de los cuales alimentaban a cerca de 6.000 personas.En dichas “ollas” se unían diferentes familias, lideradas en su mayoría por las mujeres, para cocinar y compartir grandes cantidades de alimento como medio de supervivencia, debido a la difícil situación económica y la enorme ola de violencia que golpeada su territorio. En dicha misión, al calor de fogón de leña, prevalecía siempre el sentido por el bien común.Con el pasar de los años la iniciativa se fue fortaleciendo y permitió pasar “de las ollas”, a la creación de un programa más integral de comedores comunitarios. Desde él, ya no solo buscan brindar alimento material sino también alimento espiritual y acompañamiento psicosocial a las personas beneficiadas. Además, han logrado crear huertas comunitarias y apoyar emprendimientos locales, entre ellos, de pequeños productores, favoreciendo así el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.Conozca más detalles ingresando aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/19-Iglesia-en-Boyaca-atencion-y-prevencion-de-abusos-cultura-del-cuidado.jpg)
Jue 20 Jun 2024
Iglesia en Boyacá recibió formación en atención y prevención de abusos: casi 800 personas participaron
Entre el 12 y el 14 de junio, Duitama fue sede de las jornadas regionales de capacitación sobre atención y prevención de abusos desarrolladas por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en el marco de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras”. En esta oportunidad, con obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de la Provincia Eclesiástica de Tunja. De manera especial, de las cuatro jurisdicciones de Boyacá: la Arquidiócesis de Tunja y las diócesis de Duitama-Sogamoso, Garagoa y Chiquinquirá.Cerca de 800 personas de zonas urbanas y rurales del departamento acudieron a esta convocatoria, liderada por los obispos y los miembros de los organismos encargados de la cultura del cuidado en cada una de estas Iglesias particulares . También asistieron algunos representantes de la Diócesis de Yopal, que hace parte de esa provincia.Se trata del cuarto ciclo de formación por provincias eclesiásticas facilitado en lo que va corrido del 2024 por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y el Departamento de Comunicaciones de la CEC, así como por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado. En él, se llevaron a cabo conferencias, talleres y diálogos específicos en torno a temáticas como: claves para generar entornos protectores, elementos psicosociales para identificar situaciones de abuso, fundamentos canónicos para la atención y aspectos necesarios para comunicar con enfoque de cuidado y prevención.“Este momento ha sido un paso más, un escalón más, en todo el compromiso que tenemos las diferentes diócesis de esta jurisdicción, en esta cultura del cuidado y ser verdaderas apóstoles de la prevención”, expresó el padre Ricardo Alonso Lache, también de la Diócesis de Garagoa.Sobre el sentido fundamental de la cultura del cuidado y las reflexiones suscitadas durante las jornadas, monseñor Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa, afirmó: “Se trata de un acto de responsabilidad en lo que es la Iglesia como tal, que debe continuar la obra de Jesús, atendiendo de modo especial a los niños y brindándole a los niños ambientes seguros. Jesús bendecía a los niños. Nosotros estamos para cuidar a los niños y bendecirlos.”Por su parte, el padre Óscar Pinzón, administrador diocesano de Duitama, destacó la necesidad de afianzar cada vez más el trabajo por la cultura del cuidado a nivel provincial, así como los retos que tienen tras esta formación:"Aquí en Boyacá el tema provincial está muy muy arraigado y hemos trabajado de la mano las diócesis vecinas, conformando una suerte de comisión o Delegación Provincial para la Cultura del Cuidado, con la cual nos reunimos mes a mes, hemos preparado también remotamente este encuentro de Iglesias particulares, pero sigue el esfuerzo de ver qué nos hace falta: perfeccionar los decretos con los cuales se crean las comisiones, las oficinas, también de los materiales y de las formas en que en cada diócesis podemos llegar a ser multiplicadores de esta buena noticia".Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja también valoró la actividad como una oportunidad para aclarar dudas y unificar criterios. Además, aprovechó para hacer una invitación especial que permita seguir fortaleciendo el Sistema para la Cultura del Cuidado que ha sido definido por la Iglesia Católica colombiana:"Invitar a todos los que ya han pasado también por esta formación a que demos un paso adelante: que se estabilice en cada una de las jurisdicciones la oficina, como lo ha pedido el papa Francisco "Vos Estis Lux Mundi", que haya un organismo en el cual la gente tenga fácil acceso a todo lo que tiene que ver con denuncias o prevención de este fenómeno, de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, que tanto dolor causan en la sociedad y específicamente nuestra Iglesia".Las jornadas finales de este ciclo formativo se están desarrollando entre el 19 y el 21 de junio con las jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Así, la Conferencia Episcopal de Colombia clausurará la segunda etapa de este proyecto, que ha sido auspiciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Vea a continuación el informe del evento:
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Lun 17 Jun 2024
30 de junio: Jornada de oración y apoyo a la misión del papa Francisco desde Colombia
El domingo 30 de junio, en todas las parroquias de Colombia, se llevará a cabo la versión 2024 del “Óbolo de San Pedro”, la jornada mundial de oración y apoyo económico a la misión del papa Francisco en el anuncio del Evangelio y en sus obras de caridad hacia los más necesitados; así como al sostenimiento de los diferentes organismos de la Curia Romana. La colecta se realiza en el contexto de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.Las actividades apoyadas por la Santa Sede con la contribución que realizan cada año los fieles en los distintos países durante la colecta del Óbolo de San Pedro se categorizan en tres dimensiones centrales: proyectos sociales, apoyo a la presencia evangelizadora de Iglesias necesitadas y expansión o preservación de la evangelización en nuevas Iglesias. De allí, que los principales beneficiarios sean personas migrantes, refugiadas, afectadas por desastres naturales, guerras u otras adversidades humanitarias, personas de la tercera edad, hospitales o institutos religiosos en dificultad.La Conferencia Episcopal de Colombia y la Nunciatura Apostólica extienden una invitación especial a todo el Pueblo de Dios para que se unan a esta jornada, como signo concreto de comunión con el pontífice, como sucesor de Pedro, y de solidaridad con quienes él tiene la posibilidad de apoyar.“Se llama Óbolo porque es una pequeña ofrenda, pero una pequeña ofrenda de cada cristiano, de cada católico en todo el mundo, permite al Santo Padre llevar adelante su misión y nos permite a nosotros sentirnos unidos a él. Por supuesto, junto con esa pequeña ofrenda, estamos todos invitados a orar por el Santo Padre, por sus intenciones, a orar para que el Señor siga asistiéndolo y fortaleciéndolo en su ministerio”, expresó el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli.Para guiar esta jornada especial de oración por el papa Francisco durante la Santa Misa, el Departamento de Liturgia comparte un subsidio orientador con la monición inicial y la oración de los fieles.Lo recolectado en las parroquias durante este día en el momento de la ofrenda tendrá tal fin. Quienes deseen, pueden unirse también a la colecta de manera remota, haciendo su consignación a la cuenta de ahorros de Davivienda Nº 014542872, a nombre de la Nunciatura Apostólica.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/06-congreso-nacional-misionero-13-iglesia-misionera.jpg)
Lun 17 Jun 2024
La Iglesia colombiana está lista para celebrar su centenario misionero, en el marco del XIII Congreso Nacional
Entre el 5 y el 7 de julio de 2024, la Iglesia colombiana conmemorará cien años de haber realizado el Primer Congreso Nacional Misionero. Convocados por Obras Misionales Pontificias (OMP) y por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), mil doscientas personas, entre sacerdotes, consagrados, seminaristas y laicos, de las diferentes regiones, se reunirán en Bogotá, en la Pontificia Universidad Javeriana, para renovar su compromiso misionero y ser protagonistas en la concepción de nuevos y creativos modos de continuar anunciando el Evangelio, en el marco del XIII congreso, constituido como el congreso centenario. Los obispos del país acompañarán esta importante celebración.El Primer Congreso Nacional Misionero realizado del 15 al 24 de agosto de 1924 en Colombia fue pionero a nivel mundial, calificado como un despertar y Kairós del Espíritu en la Iglesia; la entonces Madre Laura Montoya Upegui, animó directamente su organización, como preparación para la exposición misionera que se realizó en Roma, con ocasión del Año Santo 1925. Años más tarde, lo empezaron a replicar en otros países, como México. De allí, el lema elegido para este centenario: “En la Iglesia Misionera, ¡Colombia de primera!”.El evento proyectó para Colombia un fructífero camino en la transmisión del Evangelio, del que han surgido grandes figuras de santos y mártires misioneros, entre ellos, la misma Santa Madre Laura, el Venerable Miguel Ángel Builes, el Beato Padre Marianito, los beatos mártires hospitalarios, el Beato Pedro María Ramírez, el Beato Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y la Beata María Berenice Duque Hencker. Además, importantes proyectos, comunidades e institutos, con un decidido compromiso por la misión, entre los que se destacan el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, las Misioneras Teresitas y las Hijas de la Misericordia.De manera especial, el congreso centenario iniciará oficialmente el día viernes 5 de julio con la entronización de las reliquias de Santa Laura Montoya. Durante su desarrollo, se llevarán a cabo diversas ponencias, sesiones de trabajo grupal, espacios con testimonios misioneros y jornadas de adoración eucarística. Todas ellas proyectadas para aportar al deseo de bautizados, formados y amantes de la misión, para que vayan las regiones de Colombia a anunciar al Señor, o también, a otros países donde aún no llega el mensaje o donde hacen falta más multiplicadores.El Cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto de la sección para la primera evangelización y las nuevas iglesias particulares del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, será el invitado internacional especial. A su cargo estará la primera ponencia del evento, titulada “La missio ad gentes en la Iglesia local”; además, el domingo 7 de julio, presidirá la Solemne Eucaristía de clausura y envío misionero.“El congreso cenentario va a ser para todos nosotros un punto de reinicio en la labor evangelizadora en Colombia y, sin lugar a dudas, una oportunidad maravillosa para que nuestra Iglesia Católica continúe florenciendo y haciendo que todo el pueblo colombiano, halle, entre otros, los caminos de tan anhelada paz”, expresó moseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó, administrador apostólico de Quibdó y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones.El prelado se refirió también a la necesidad de que este momento ayude a vivir en Colombia “un Evangelio dinámico”; indicó tres adverbios inspirados en Hechos de los Apóstoles 1,8 que enmarcan esta tarea: aquí, allí y allá. “Aquí, en mi parroquia y en mi diócesis; allí en el resto de las jurisdicciones de Colombia; y allá, en cualquier lugar del mundo”, explicó monseñor Mario.Es importante recordar que, en Colombia, cada 4 años se celebra un Congreso Nacional Misionero. Aunque en el caso de esta edición centenaria los cupos para participar de manera presencial ya están agotados, también se podrán unir a él quienes deseen desde cualquier parte del mundo, de manera virtual mediante un aporte de 40.000 COP o 12 USD. La inscripción se puede realizar aquí.Conozca la agenda preliminar del evento aquí.