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Obispo electo de Ipiales recibe Ordenación Episcopal
Tags: ordenación episcopal obispo de ipiales josé saúl grisales Nuncio apostólico catedral sonsón rionegro
En la Catedral Nuestra Señora de Chiquinquirá de Sonsón en Antioquia, monseñor José Saúl Grisales Grisales, obispo electo de Ipiales, recibió el pasado sábado 17 de marzo, la Consagración Episcopal, por imposición de manos, unción y oración consecratoria de monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Colombia.
La Eucaristía comenzó a las 11 de la mañana y se extendió por más de dos horas y contó con la presencia de más de 20 obispos de diferentes lugares del país, aproximadamente 250 sacerdotes, delegaciones de visitantes de la Diócesis de Ipiales, de otras jurisdicciones eclesiásticas, seminaristas, religiosas, fuerzas cívicas y fieles de la localidad.
Durante la ceremonia litúrgica se leyó el mandato apostólico, expedido por el Papa Francisco y en el cual lo nombraba obispo y le pide ser solícito pastor del rebaño a él encomendado “Haz fielmente, querido hijo, que el gravísimo oficio de Obispo sea ejercido de tal manera, que los fieles a ti confiados te den crédito y permanezcan fuertes en la ley del señor y caminen alegremente recordando estas palabras: “Hijo mío, guarda mis preceptos en tu corazón por todos los días y años de tu vida y tendrás paz”. La luz, la fuerza y el gozo del Espíritu Santo y la protección de Nuestra Señora de Chiquinquirá sea siempre contigo y con la queridísima comunidad eclesial en la amada Colombia” dice el mandato.
Posteriormente, en la homilía el Nuncio Apostólico, recordó el misterio al que será promovido monseñor Grisales, hijo de esa tierra sonsoneña, donde la iglesia ha sido presencia salvadora de su gente y la fe de ellos un terreno fecundo del que Dios se ha servido para suscitar vocaciones para su santo servicio. “Hoy contemplamos dicho sacramento, la realidad de que nos abre el pasaje del profeta Isaías. El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el señor me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desterrados, proclamar la amnistía a los cautivos y a los oprimidos la libertad”.
“Si dirigimos nuestra mirada la acción misteriosa de la trinidad, descubrimos que cada una de las divinas personas actúa según su propiedad. Realizando dicha profecía, el Padre es el que ha ungido, el Hijo ha sido ungido y el Espíritu Santo es la unción. Así el mismo espíritu que se derramó sobre Cristo, el ungido y enviado del padre hoy vuelve a difundirse en el alma de monseñor José Saúl, para agregarlo al número de los apóstoles y para no dejarnos nunca más”. Esta infusión del espíritu que se comunica al elegido va unida a la unción, un don gratuito, concedido en orden a una misión: Ser mensajero de la buena noticia, consolar a los abatidos, liberar a los cautivos y llevar a todos la alegría.
De esta manera el obispo pertenece exclusivamente a su misión, es decir, a quien lo ha consagrado por la unción. Por tanto, decía el Nuncio “oremos con fuerza, para que monseñor José Saúl se identifique también subjetivamente, psicológicamente, con cristo obispo y buen pastor; se done a Él sin reserva y desde hoy viva con alegría, empeño y total dedicación el ministerio que recibe”.
Es una inmensa responsabilidad, que él puede y debe vivir con coherencia en cada instante y en caso de circunstancias de su vida. “Entre el evangelio y en el elegido actúa el Espíritu Santo, que colma la pobreza del hombre y lo transforma en un servidor fiel. La palabra cubre y protege la persona y ministerio del obispo; la palabra viva de Dios debe, por así decirlo, invadirlo, de manera que se convierta totalmente en una sola cosa con él; que cristo viva en monseñor José Saúl y dé forma a su vida y de contenido a su vida. No existe más José Saúl, existe Cristo que se ha identificado y vive con Él”.
El nuncio recordó que el obispo necesita dejarse permear por el evangelio, para convertirse en un humilde servidor. El gesto de la Unción sobre la cabeza que reciben todos los obispos, debe conducir a pensamientos de humildad y conciencia de la común pobreza en el Espíritu y debe inducir a vivir una vida auténtica y ordenada en la Oración “la oración se convierte en el pulmón que nos hace respirar en las actividades apostólicas, la luz que ilumina y la fuerza que hace vencer toda dificultad”.
“Ser pastor consiste en decir no tengo nada mejor que hacer que cuidar de mis ovejas. Esta imagen es trasladada a Dios, supone que su principal quehacer es llamarnos y cuidar de nosotros. Y no lo hace y personalmente, sino personalmente con cada uno; de aquí que el primer don que puede ofrecerle el obispo a su grey es la paternidad, y está especialmente manifestada a sus sacerdotes, por quienes debe orar, velar, animar y acompañar”.
Monseñor Balestrero recordó las palabras del papa Francisco a los obispos en su visita a Colombia, “¿Qué cosa pueden dar a sus sacerdotes? El primer don es aquel de la paternidad que asegure que la mano que los ha generado y ha ungido no se ha retirado de sus vidas. El corazón de un padre -dijo el Papa- de un obispo, no puede limitarse a la precaria, impersonal y externa comunicación con su presbiterio; los sacerdotes precisan con necesidad y urgencia vita, de la cercanía física, afectiva y efectiva de su obispo. Los sacerdotes requieren sentir que tiene un padre; al mismo tiempo, la imagen del amor apasionado de un pastor que dedican su tiempo y su vida a amar y cuidar nos hace descubrir que nuestra fe en Dios no se puede concluir en creer que Dios es Padre en cuanto nos ha creado y nos ha traído a este mundo. No. Su paternidad va mucho más allá, no solo creemos en que Dios nos ha creado, sino que creemos en que nos acompaña y en todo momento camina junto a nosotros. El pastor nos cuida, nos alienta, nos indica el camino”.
“Yo confío tu ministerio episcopal a la Virgen María que preside esta catedral y también a la Diócesis de Ipiales, te ayude a guardar en el corazón lo que Dios dice y lo que a veces calla, para que, siendo un servidor fiel y prudente, te ayude con su intercesión, a ser pastor según el corazón de Cristo”, finalizó monseñor Balestrero.
Ver la homilía completa:
Rito de Ordenación
Después de la homilía, se realizó el rito de consagración Episcopal; inició con el interrogatorio, por parte del presidente de la celebración. Ser Obispo de la Iglesia del Señor supone que quien es elegido para este Ministerio, esté dispuesto a cumplir con fidelidad las tareas a él encomendadas, a saber: anunciar el Evangelio, conservar la Tradición Apostólica, edificar la Iglesia, obedecer al Sumo Pontífice como Sucesor de san Pedro, y cuidar de su pueblo con amor de Padre. Sobre estos aspectos fue interrogado monseñor Grisales.
Posteriormente, se postró rostro en tierra, en signo de escucha profunda y de entrega generosa al Señor, mientras todos los asistentes invocaban la protección de los Santos, mostrando la comunión íntima entre la Iglesia peregrina y el coro de los bienaventurados del cielo.
La Imposición de las manos sobre el elegido, es un signo muy antiguo de la Iglesia, empleado para manifestar la invocación del Don del Espíritu Santo sobre quien es destinado a una misión especial. Este gesto, realizado por todos los Obispos presentes, unido a la imposición del Libro de los Evangelios y a la Oración Consecratoria, constituyó el momento cumbre de la Ordenación Episcopal.
Luego se realizó la unción del Santo Crisma sobre su cabeza, así como Dios ungió a su hijo como Sacerdote Supremo; se le entregó el libro de los Evangelios, pues su misión primera es ser maestro de la verdad para sus fieles; se le entregó el anillo, como símbolo de compromiso con la Iglesia de Dios; se le impuso la Mitra, que lo compromete a ejercer su ministerio episcopal en fidelidad; se le entregó el báculo, como signo del Pastor que empieza a ser en las comunidades y se ubicó en la sede de primer concelebrante, como lo indica la liturgia en estos casos.
Monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo de Sonsón Rionegro, y monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario de la Conferencia Episcopal de colombia, fueron los primeros obispos ordenantes de la Consagración Episcopal. Al término de la celebración, monseñor Grisales agradeció a todos los presentes por su compañía en esta fiesta de la Iglesia.
La Eucaristía continuó como de costumbre, y al término de la celebración, monseñor José Saúl Grisales Grisales presentó un saludo a todos los presentes, que compartimos a continuación.
Palabras de Gratitud de Mons. Saúl Grisales:
Fuente: Oficina de comunicaciones diócesis de Sonsón Rionegro (Antioquia)
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El papa Francisco nombró obispo para la Diócesis de El Banco: Pbro. Dimas Antonio Acuña Jiménez
El papa Francisco nombró al padre Dimas Antonio Acuña Jiménez, miembro del clero de la Arquidiócesis de Barranquilla, como nuevo obispo de la Diócesis de El Banco, jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento del Magdalena.El padre Dimas se venía desempeñando como delegado de la Pastoral Universitaria y de la Pastoral de los Artistas de la Arquidiócesis de Barranquilla. Además, durante varios años, ha sido rector y formador del Seminario Mayor Juan XXIII.Desde enero de 2023, era monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de la Diócesis de Santa Marta, quien se venía desempeñando como administrador apostólico de esta jurisdicción eclesiástica por encargo del Santo Padre, tras el fallecimiento de monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, quien fue obispo y administrador apostólico de El Banco. BiografíaEl padre Dimas Antonio Acuña Jiménez nació el 25 de enero de 1972, en Usiacurí, municipio ubicado en el departamento del Atlántico. Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor Juan XXIII de Barranquilla. Es Licenciado en Teología de la Universidad Javeriana. Fue ordenado sacerdote el 22 de agosto de 1998, por monseñor Félix María Torres.Se especializó en Filosofía Contemporánea, en la Universidad del Norte de Barranquilla y estudió Teología Bíblica en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, en Roma.Entre sus encargos pastorales, se destacan:- Vicario Parroquial de San Pancracio (1997-1998)- Vicario Parroquial de la Catedral María Reina (1999)- Párroco en Nuestra Señora de Fátima (2000)- Párroco en San Carlos Borromeo (2001)- Párroco en San Agustín (2002)- Formador del Seminario Mayor Juan XXIII (2003-2008)- Párroco en Cristo Rey (2009-2010)- Párroco en Santa Laura (2013)- Rector del Seminario Mayor Juan XXIII (2014-2020)- Miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo Económico (2014-2020)- Párroco en Nuestra Señora de Torcoroma (2020 hasta la fecha)- Delegado de Pastoral Universitaria y Pastoral de los Artistas de la Arquidiócesis de Barranquilla.
Mar 14 Mayo 2024
El Nuncio Apostólico en Colombia nombra Pro-Vicario para Guapi
Monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia, nombró Pro-Vicario para el Vicariato Apostólico de Guapi. Se trata del padre Arnulfo Moreno Quiñonez, miembro del clero de esta jurisdicción ubicada en el departamento del Cauca.El padre Arnulfo se venía desempeñando desde el año 2021 como Vicario General y Párroco de la Catedral La Inmaculada Concepción de Guapi. Además, desde el 2019 lideraba la Pastoral Familiar. Ahora, como Pro-vicario, asumirá la administración eclesiástica de esta Iglesia particular.Este nombramiento se da luego que el pasado sábado, 11 de mayo, monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, anterior Vicario Apostólico de Guapi, tomara posesión de la Diócesis de Apartadó, sede en la que fue nombrado obispo el 19 de marzo por parte del papa Francisco.En diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el padre Arnulfo afirmó que toma esta designación como una gran responsabilidad para la que se encomienda a Dios. Además, como un importante voto de confianza para todo el clero del vicariato.Resaltó también que tienen como tarea central seguir trabajando en el desarrollo del actual plan pastoral, que contempla cinco dimensiones por fortalecer: familia, presbiterio, pastoral social, pastoral educativa y pastoral de la fe o catequesis.Frente a los múltiples desafíos sociales que enfrenta esta jurisdicción ubicada en el litoral pacífico, entre ellos, la violencia, el conflicto armado y el narcotráfico, afirmó que seguir acompañando permanentemente a las comunidades, con enfoque pastoral y humanitario, es una prioridad.Sobre el rol de Pro-VicarioSe utiliza esta figura para designar a quien va a estar temporalmente al tanto de la administración del Vicariato Apostólico en nombre del Santo Padre, mientras es nombrado el Vicario Apostólico en propiedad.Cabe recordar que los vicariatos apostólicos son jurisdicciones ubicadas en territorios de misión, regidas directamente por el Papa como obispo universal, y este ejerce su autoridad a través de un vicario o delegado. De allí, que la designación del Pro-Vicario de Guapi haya sido realizada por el Nuncio Apostólico como representante del Santo Padre en Colombia.BiografíaEl padre Arnulfo Moreno Quiñonez nació en el municipio de El Charco (Nariño) el 25 de marzo de 1979. Su primaria y secundaria las cursó en el Colegio Integral San José de Guapi.Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor San Pedro Apóstol de Cali en 2010, cursó Sagrada Teología Universidad Pontificia Bolivariana Medellín (2011). Realizó una especialización en Gestión Humana, en la Universidad Pontificia Bolivariana Medellín (2013), se licenció en Sagrada Teología sobre el Matrimonio y Familia en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma (2017).Entre sus encargos pastorales, se destacan:− Vicario Parroquial de la Catedral, La Inmaculada Concepción. Guapi, 2010.− Párroco, Parroquia San Antonio de Padua. Guapi, 2011 – 2014.− Coordinador de campo de profesores oferentes. Guapi, 2011 – 2012.− Párroco, Parroquia Nuestra Señora del Rosario Santa María – Timbiquí, 2017.− Administrador parroquial, Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles. España – Valencia, Chelva, 2015-2017.− Administrador parroquial, Parroquia La Santísima Trinidad. López de Micay, 2015.− Delegado para la Pastoral Familiar, Vicariato Apostólico de Guapi. Timbiquí, 2019.- Párroco, Catedral, La Inmaculada Concepción. Guapi, 2021.- Vicario General, 2021.
Mar 7 Mayo 2024
Fallece hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se suma a la acción de gracias a Dios por la vida terrena que le concedió a la señora MERCEDES PINZÓN GÜIZA, hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, quien, este 7 de mayo, ha vivido su pascua. Además, se une en oración, pidiendo a Cristo Resucitado que fortalezca la virtud de la esperanza cristiana en su familia y allegados, para que sientan el consuelo de su presencia.Las exequias se realizarán el próximo jueves 9 de mayo, en las horas de la mañana, en la parroquia La Consolata de la ciudad de Bucaramanga (Santander).
Lun 6 Mayo 2024
¡Monseñor Alejandro Díaz ya hace parte del colegio episcopal! Fue ordenado obispo auxiliar de Bogotá el pasado 4 de mayo
El pasado sábado, 4 de mayo, en la Catedral Primada de Colombia, se llevó la ordenación episcopal de monseñor Alejandro Díaz García como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá. La ceremonia fue presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).Junto a familiares, amigos y feligreses, en la Eucaristía participaron 20 obispos, cerca de 300 sacerdotes, así como representantes de diversas comunidades religiosas. Además, algunos presbíteros provenientes de Roma, en miembros del Dicasterio para la Evangelización.En la ceremonia, monseñor Octavio Ruíz Arenas, arzobispo emérito de Villavicencio y secretario emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo de Facatativá, fueron los obispos acompañantes y primeros ordenantes.“Una misión de fe, amor y esperanza”, así se refirió el cardenal Rueda al significado profundo del ministerio episcopal durante su homilía. Afirmó que la ordenación episcopal no es solo una ceremonia, sino el reconocimiento de una vocación permanente que ha sido guiada por Dios desde el inicio de la vida del ordenado.El purpurado también remarcó que, aunque como obispo de Colombia en la Iglesia primada asume una posición de liderazgo, seguirá siendo parte del pueblo de Dios y debe vivir en comunión y espíritu de hermandad.Por su parte, monseñor Alejandro se encomendó a Dios Padre y pidió la intercesión de la Virgen María en su nuevo rol pastoral, ahora desde el colegio episcopal, “para ser preservado del mal y permanecer en la verdad de Jesucristo”.El nuevo obispo agradeció, además, a quienes han sido instrumentos de Dios en su vida, desde los obispos hasta sus hermanos sacerdotes y amigos. De manera particular, se refirió a los cardenales Pedro Rubiano, Rubén Salazar y Luis José Rueda, así como a aquellos prelados que han guiado su formación y ministerio. También, a los fieles laicos que lo han apoyado y sostenido con su oración.En cuando a la misión que desarrollará ahora en la Arquidiócesis de Bogotá junto al cardenal Luis José Rueda y a monseñor Germán Medina Acosta, también obispo auxiliar, expresó su compromiso para servir con amor y dedicación, así como para dar a conocer el rostro de Jesús en todas las realidades de la capital colombiana.-------Crédito fotos: El Catolicismo - Arquidiócesis de Bogotá-------Vea a continuación la transmisión de la ordenación: