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cardenal colombiano

Vie 6 Oct 2023

Conversación Espiritual: El Cardenal explica este método de discernimiento usado en la asamblea sinodal

En el contexto de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrolla en el Vaticano desde este 4 de octubre. En esta fase, uno de los elementos que más se ha destacado ha destacado es el uso de la "Conversación Espiritual" como un método de discernimiento comunitario.Este enfoque, basado en la escucha activa y receptiva, ha facilitado el diálogo fraterno y el discernimiento en diferentes espacios de la Iglesia Católica. De hecho, en la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano desarrollada en el pasado mes de julio, esta metodología fue usada por los obispos para discernir y trabajar sobre el tema de la misericordia.La Conversación Espiritual es una experiencia compartida de escucha desde la voz del Espíritu Santo, que fomenta la disposición en clave de oración para entender lo que Dios está comunicando a través de la palabra, la vida y el testimonio de los demás.El objetivo de esta metodología es crear una atmósfera de confianza y acogida, para que las personas puedan expresarse con mayor libertad. Esto ayuda a tomar en serio lo que ocurre en su interior al escuchar a los demás y al hablar. En última instancia, esta atención interior los hace más conscientes de la presencia y la participación del Espíritu Santo en el proceso de compartir y discernir.En esta primera fase, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio y la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, comparten mesa de trabajo.Al tercer día de esta primera fase de la asamblea, desde su experiencia, el purpurado colombiano explica la forma en que se está empezando a desarrollar esta metodología.Se forman grupos pequeños de 11 o 12 personas de distintos lugares del mundo, agrupados por criterio temático y criterio de idiomas, cada uno con un coordinador y un secretario.Se plantean preguntas clave para guiar la conversación, como las intuiciones que surgen después de leer la síntesis universal del Sínodo. La idea es que cada miembro hable sobre los sentimientos experimentados durante el momento de oración personal. No se trata de ideas sobre el tema, sino de sentimientos.La conversación se divide en tres rondas en las cuales entre cada ronda hay silencio y oración.En la primera, los participantes comparten sus sentimientos experimentados durante la oración personal y de lo que piensa y ha traído de su país. En la segunda ronda, se expresa sobre lo que más les llamó la atención y los conmovió. Por último, en la tercera ronda dialogamos juntos a partir de lo que ha surgido previamente para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: reconocer intuiciones y convergencias; identificar discordancias, obstáculos y nuevas preguntas; dejar que surjan voces proféticas. Es importante que todos puedan sentirse representados por el resultado del trabajo.El señor Cardenal Luis José Rueda afirmó que “la experiencia sinodal parte de un yo, cuando compartimos lo nuestro, de un tú, cuando valoramos lo que hemos escuchado y de un nosotros para construir en comunidad”.Además, “Sí nosotros logramos hacer de esa metodología un estilo de las parroquias, de las pequeñas comunidades, de las diócesis, entonces nos dejaremos guiar por el Espíritu santo. La sinodalidad de esa manera se convierte en un estilo de vida; la “Conversación de la Espiritualidad” más que una metodología es una espiritualidad”, añade el presidente del Episcopado Colombiano.El silencio juega un papel crucial en la “Conversación Espiritual”, permitiendo expresar emociones indecibles y alegrías que trascienden las palabras. El papa Francisco ha subrayado la importancia del silencio en la vida del creyente, en la Iglesia y en el camino hacia la unidad cristiana.Este enfoque permite que diversas voces y necesidades de la Iglesia sean escuchadas y autorizadas, creando un espacio donde nadie prevalece sobre los demás y se busca la voluntad divina en conjunto.La implementación de la “Conversación Espiritual” en el Sínodo de la Sinodalidad fortalece el diálogo fraterno y enriquece el proceso de discernimiento en la Iglesia Católica. Este método refleja el espíritu sinodal de caminar juntos, como Pueblo de Dios.Vea la explicación del Señor Cardenal:

Jue 5 Oct 2023

“El Papa, nuevamente con voz profética, defiende la creación”: síntesis y reflexión sobre “Laudate Deum” por el Cardenal Luis José Rueda

Este 4 de octubre, día en que se llevó a cabo en la Ciudad del Vaticano la instalación de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y que se clausuró la celebración ecuménica denominada “Tiempo de la Creación”, la Santa Sede dio a conocer la nueva Exhortación Apostólica del papa Francisco sobre la crisis climática, denominada Laudate Deum. Sobre este nuevo documento, desde Roma, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ofrece a todos los miembros de la Iglesia un texto y un video a través de los cuales sintetiza, reflexiona e invita a asumir al llamado del Santo Padre frente a "la responsabilidad que tenemos todos los seres humanos de defender, mejorar y conservar la obra de Dios”.Frente a este texto, en su reflexión, el purpurado afirma que el Santo Padreestá haciendo una crítica, como lo hizo enLaudato si', del sistema tecnocrático en que la humanidad vive hoy.“¿En qué consiste el sistema tecnocrático?En que, en poco tiempo, con menos inversión, tenemos mayor ganancia.Y eso nos ha llevado a ser depredadores de la naturaleza, depredadores de los árboles, de los animales, del aire, del agua y de todas las riquezas que el Señor nos ha dado en la casa común. Por lo tanto, el Papa, nuevamente con voz profética,defiende la casa común, defiende la creación. defiende la casa común, defiende la creación”, expresa en su videomensaje el señor CardenalLos 10 puntos clave de Laudate Deum que destaca el Cardenal1. Laudate Deum (Alaben a Dios) es una exhortación apostólica sobre el cambio climático y complementa el magisterio del Papa Francisco sobre la ecología integral que nos ofreció en la Carta Encíclica Laudato Si´del año 2015.2. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. (L.D. 3)3.Los signos del cambio climático. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. (L.D. 5)4. Burlas ante el cambio climático. En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación. Olvidan mencionar que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo. (L.D. 16)5. Origen humano del cambio climático. Ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos. (L.D. 16)6. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia…Le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación. (L.D. 24)7. El modelo tecnocrático. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. (L.D. 31)8.La debilidad de la política internacional. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz…Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos. (L.D. 43)9.Lo que se espera de la COP28 de Dubai. Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos. No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora, y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males. (L.D. 59)10. Las motivaciones espirituales. La fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado. (L.D. 61). Antropocentrismo situado (L.D. 67). Acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga (L.D. 69). «Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo. (L.D. 73).Reflexión y llamado del Cardenal a todo el Pueblo de Dios, a partir de Laudate Deum

Lun 2 Oct 2023

“Nuestra vida no es una idea...Nuestra vida es un camino”: Sr. Cardenal Luis José Rueda en su primera Eucaristía

Este domingo, 1 de octubre, en la Capilla del Santísimo de la emblemática Basílica de San Pedro, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió su primera Eucaristía bajo este nuevo rol de servicio y liderazgo en la Iglesia Universal. El purpurado ofreció la celebración por el inicio del mes de las misiones.Durante esta Santa Misa monseñor Rueda estuvo acompañado por sus familiares, algunos miembros del clero de la Arquidiócesis de Bogotá que asistieron al consistorio, así como por sacerdotes y religiosas de otras jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran estudiando en Roma.Además, seis de sus hermanos en el episcopado también estuvieron allí, celebrando junto a él y manifestándole, una vez más, su fraternidad y cercanía en este momento especial. Se trata específicamente de monseñor Ismael Rueda, arzobispo de Bucaramanga, monseñor Germán Medina, obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Pedro Salamanca, obispo de Facatativá, monseñor Luis Augusto Campos, obispo de Socorro y San Gil y monseñor Ramón Alberto Rolón, obispo de Montería.Durante su homilía, el purpurado puntualizó tres aspectos fundamentales:1. Para tener nosotros una relación viva con el padre celestial como hijos e hijas, debemos parecernos a Cristo, tener los sentimientos de él y vivir todos los días en una búsqueda permanente para obrar y pensar cómo él.2. Debemos pedirle a Dios que nos enseñe sus caminos. Sobre esto expresó: “Nuestra vida no es una idea, nuestra vida no es una definición teórica, nuestra vida es un camino…No permitas Señor que yo me equivoque de camino”.3. Recordó los mensajes que les dio a conocer el Santo Padre el pasado sábado 30 de septiembre durante el consistorio en horas de la mañana y, posteriormente, en la Vigilia Ecuménica "Together" celebrada también en la Plaza de San Pedro.El papa Francisco pidió a los cardenales y, a través de ellos a todo el Pueblo Fiel de Dios, ser como una orquesta sinfónica que interpreta una melodía única a pesar de las diferencias de instrumentos y músicos. Para lograrlo, dijo el Cardenal, es necesario no comparar, sino articular.En la tarde, durante la vigilia, el pontífice habló sobre la importancia del silencio para recibir las mociones del espíritu. "Debemos cultivar el silencio, escuchar al otro requiere silencio, escuchar la voz de Dios y escucharnos a nosotros también. En un mundo de ruidos, de frenesí, de quejas, de reclamos, es necesario estar en silencio para poder pasar a la gratitud de la vida", puntualizó el purpurado.Además, agradeció los signos de fraternidad espiritual quienes lo han acompañado. Dijo que estos han sido una expresión de la fraternidad de toda la Iglesia colombiana.Posteriormente, al terminar la celebración, el presidente del episcopado colombiano estuvo compartiendo en la Basílica con algunos de los fieles y turistas presentes allí que, de manera especial, al verlo, quisieron saludarlo y pedir su bendición.

Jue 28 Sep 2023

“Uno sigue siendo el ser humano pequeño, frágil, que sufre, que se equivoca”: Mons. Rueda Aparicio

Antes de viajar a Roma para ser creado cardenal de la Iglesia Católica Universal por el papa Francisco el próximo sábado 30 de septiembre, en una conversación tan sencilla como su esencia misma, monseñor Luis José Rueda Aparicio, compartió detalles de su historia de vida con el equipo de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, organismo que preside desde el año 2021.“La cuestión es que cuando lo eligen a uno cardenal, generalmente la figura es muy superficial. Miran desde afuera, se les olvida que los miembros de la Iglesia somos seres humanos de carne y hueso, que nacimos en una familia”, inicia afirmando el prelado.Durante la conversación, el arzobispo santandereano narró detalles que hasta hoy han sido poco conocidos públicamente. Algunos muy íntimos, otros, familiares y los demás, asociados a su camino pastoral. Todos dan cuenta de cómo ha influido su origen humilde, el ejemplo y amor de su familia, lo que ha aprendido de sus hermanos en la fe, las realidades de las tres jurisdicciones eclesiásticas que ha pastoreado y sus convicciones éticas y sociales, en quien es hoy.“A la Iglesia le debo todo”Con convicción y gratitud profunda monseñor Luis José, bautizado a los 15 días de nacido, como sus otros 11 hermanos, afirma que a la Iglesia le debe todo. Sin embargo, hace una precisión: “A la Iglesia pueblo de Dios, no a la Iglesia solamente “jerarquía”. Porque cuando se habla de la Iglesia unos piensan en los obispos, en el Papa, en los sacerdotes, y se les olvida que papá y mamá, que los hermanos laicos, que los casados, que los sobrinos, las sobrinas, son Iglesia”.El primado de Colombia cuenta, por ejemplo, que gracias a Dios, a través de uno de los sacerdotes de su tierra natal, para quien su padre trabajó en la construcción de un templo, él y su familia, lograron tener casa propia.“¿Cuál es la historia? En San Gil, hasta 1950, solamente había una parroquia. Pero en esa década ya empezó San Gil a crecer un poquito más, entonces el obispo de ese tiempo dice: “Nos toca crear otra parroquia” y un donante dice “yo”, y donó un terreno y otro donante donó otro terreno. Entonces el párroco de ese tiempo se ve en el dilema de no rechazar a los dos donantes y los dos lotes buenos para ser parroquia”, cuenta el pastor.“Optó por uno y se la jugó por otra medida”-continúa explicando-, “dijo entonces al otro donante: “Allá en el lote que nos donó, no vamos a construir el templo, pero vamos a construir siete casas. En el templo duraron más de cinco años construyendo el templo y mi papá, que trabajaba en construcción, Luis Emilio, trabajó todos los años””.Cuenta después que sorpresivamente y con una especie de “responsabilidad social eclesial”, el sacerdote terminó asignándoles con escritura cada una de esas casas a siete de los trabajadores que permanecieron siempre en la obra. “Por eso tenemos casa propia”, puntualiza monseñor. Casa que aún conservan como patrimonio familiar, que visita y en la que comparte con los suyos cada vez que su ministerio se lo permite.Sobre su infancia, hay detalles muy especiales en el relato. “Los vecinos del barrio, los que me conocen en San Gil saben que no era un ángel, que era normal, tampoco era un vago porque trabajábamos mucho, pero pero éramos normales, sin pretender santidades que no existen. Pero algo sí era muy importante: todo los domingos, misa y comunión”, comenta monseñor.Uno de los 21 nuevos cardenales que tendrá próximamente la Iglesia, el hijo de Luis Emilio y Socorro, junto a sus hermanos y como seguramente muchos otros de su época, llegaba a acuerdos con su padre para participar de la Eucaristía dominical: “Llegó la adolescencia y nosotros le negociábamos a mi papá: no vamos a la misa de diez porque nos corta la mañana, no vamos en la noche porque en la noche es mejor ir con las amigas. Entonces más bien, madrugamos a Misa y salimos de eso. Era la forma de decirle a mi papá y él decía “listo entonces, pero van a misa y comulgan. Y esa era nuestra tarea”.Ese adolescente también experimentó su vida afectiva. Vivió desde el inicio del bachillerato y durante seis años, una relación muy especial con Nancy, una joven a la que quiso mucho y con quien compartía, entre otros, su gusto por jugar ping pong durante largas horas. Además, es seguidor del fútbol (hincha del Atlético Bucaramanga, por cierto), aprendió de construcción gracias a su padre y de metalistería gracias a su colegio, derramó lágrimas durante su servicio militar obligatorio del que fue “rescatado” por su madre en La Guajira y más adelante, se vinculó al laboratorio de una cementera.“Yo pasaba de la empresa la casa por un templo donde está el cementerio de San Gil y yo entraba a rezar un ratico con mi uniforme, con mi overol y yo veía al Cristo, era un Cristo crucificado, pero con los ojos abiertos. Hasta ahora entiendo que era un Cristo agonizante, no estaba muerto, no es un Cristo con los ojos abiertos. Yo decía: pero, ¿Él está muerto o está vivo? Porque tiene los ojos abiertos. Y me impresionaba mucho y eso se me fue metiendo, hasta que un día le dije a ella: yo quiero ser sacerdote”.A monseñor Rueda le costó entender su vocación por esa “extraña” manera en que sintió el llamado a los 19 años de edad. En aquella época hasta llegó a pensar que ingresar al seminario podía ser una especie de traición a Nancy, con quien seguía compartiendo; también a su familia, pues él aportaba para el sostenimiento de su casa, ya su padre estaba enfermo, irse limitaba por completo sus posibilidades de seguirlo haciendo.Tomar la decisión de iniciar su vida sacerdotal fue una reto, pero lograr que le creyeran y poder ingresar al Seminario Conciliar San Carlos de San Gil, significó uno mayor. Aunque su padre lo había animado a dar el primer paso para empezar ese camino, advirtiéndole que debía hacerlo bien, varias pruebas se le cruzaron en él, entre ellas, lograr que algún sacerdote le diera una especie de “carta de recomendación”.“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo?”“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo? ¿Entonces él se rió, me atendió, era una persona muy seria, muy respetuoso y me dijo Usted tiene novia? Yo dije Sí, le digo que sí. Me dice váyase, no sé cómo será eso. ¿Y yo le dije no, así como tal, no? Y entonces él me dijo: Es bueno que consiga una amiga, que usted experimente su afectividad, que interactúe con ella. Salí aburrido de ese diálogo, debí haberle dicho la verdad a monseñor Víctor”, cuenta, con cierta emotividad, el hoy presidente del episcopado colombiano, al referirse a su primera conversación con monseñor Victor López Forero, el arzobispo emérito de Bucaramanga, en ese tiempo…,quien precisamente el pasado 23 de septiembre partió a la casa del Señor.Aunque finalmente consiguió esa carta con el capellán del Colegio Nacional San José de Guanentá Integrado de San Gil, uno de los cinco por los que pasó porque, coincidencialmente, los cerraban o se trasladaba. Él mismo cuenta que no fue realmente activo a nivel de vida parroquial. Aunque la Misa de los domingos y el rezo del Santo Rosario en su hogar, eran sagrados, no fue de participar activamente en comunidades ni grupos. De hecho, recuerda que en esa exploración, una de las primeras cosas que hizo fue ir a una convivencia vocacional y no le gustó.“Uno aprende a ser cura con la gente”Finalmente monseñor Luis José ingresó al seminario, disfrutó de su proceso y tras terminarlo, a los 27 años de edad, fue enviado por monseñor Leonardo Gómez Serna, a una parroquia rural en una localidad llamada Albania que en ese tiempo pertenecía a la Diócesis de Socorro y San Gil y estaba ubicada a siete horas de San Gil.“Quiero advertirle que de allí se han retirado cuatro sacerdotes por distintos motivos. Uno por el alcoholismo, otro porque se enredó con una dama, pero yo confío en usted y está listo”, le dijo monseñor Gómez Serna al Luis José Rueda de aquella época, aún inexperto, que jamás llegó si quiera a sospechar la misión que el Santo Padre le encomendaría hoy. “Y me di cuenta de una cosa que uno en el seminario aprende la teoría, pero que uno aprende a ser cura con la gente”, agregó con firmeza el cardenal electo.Hoy, 33 años después de ordenado, recuerda con cariño pero también con cierta sorpresa su camino episcopal. Tres jurisdicciones pastoreadas en regiones muy distintas, un periodo en la presidencia del episcopado que terminará en julio del 2024 junto a sus hermanos monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y Luis Manuel Alí Herrera, vicepresidente y secretario general de la Conferencia, respectivamente. Ademas, una gran cantidad y diversidad de lugares y personas que ha podido conocer, desde los más humildes y necesitados, hasta las personalidades más destacadas de la vida social y política del país.“Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”Aunque significó una alegría muy grande para sus coterráneos, la noticia de que el papa Benedicto XVI lo había nombrado obispo de la Diócesis de Montelíbanofue toda una sorpresa, no solo para él sino también para su familia.“El día que avisaron que iba a ser obispo yo ya sabía, pero toca guardarlo en secreto. Y uno está ahí, como con “el entre pecho y espalda”, con ese secreto. Cuando ya se supo, hubo mucha alegría en la familia y en San Gil. Solo en la tarde pude ir a comer con mi madre y le dije, Y ella dijo: “Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”. Fue la expresión que nunca se me olvida”, narró monseñor.El prelado partió hacia esta Iglesia particular en Córdoba, región que no conocía, en la que tuvo que acompañar durante seis años a las comunidades en medio de complejos retos del contexto social por cuenta de situaciones asociadas al conflicto armado, pero a la que quiso mucho.“Yo aprendí a ser obispo con los sacerdotes”“Estando allá, cambia la ruta porque renuncia Benedicto y nombran a Francisco, y Francisco me pasó a Popayán y yo llegué a ser Arzobispo de Popayán. Eso es una cosa muy grande, pero uno sigue siendo el ser humano pequeño, el ser humano frágil, el ser humano que sufre, que se equivoca”, afirma monseñor.Al conocer y celebrar la Eucaristía en todas sus parroquias, monseñor Luis José se enamoró del Cauca, de su gente, su cultura y su geografía. Sin embargo, no había cumplido los dos años aún y es notificado en mayo de 2018, a través de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico en Colombia durante esta época, que el Santo Padre lo había nombrado arzobispo de Bogotá.“¡No puede ser! ¿Suceder a monseñor Rubén Salazar Gómez? ¡Esas son palabras con mayúscula sostenida!”La capital, tan grande y diversa, recibió en junio de 2020 a monseñor Luis José, en plena época de confinamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19. Los retos de esa época y la responsabilidad tan enorme que sentía en ese nuevo encargo eran inmensos.Su misión en Bogotá y, al tiempo, la tarea de presidir el episcopado colombiano, le han permitido al arzobispo hacer llegar un mensaje más directo a diferentes actores y sectores frente a sus preocupaciones por las realidades que vive hoy el país. Su insistencia en la defensa de la vida y en la necesidad de construir la reconciliación y la paz, desde la justicia, el amor y el respeto por los derechos humanos, han sido permanentes.“Y aprendí a conocer Bogotá y a amarla, y a darme cuenta de que Bogotá no es lo que otros piensan desde fuera. Algunos dicen Bogotá tiene dos partes el sur y el norte, falso, Bogotá tiene una multiplicidad. En el norte hay periferias existenciales, en el sur hay belleza, riquezas, hay de todo”, afirma monseñor Rueda, al tiempo que recuerda su gusto por haberse podido acercar e involucrar con la realidad de los habitantes de calle.“Como dice el Papa, yo he cometido muchos pecados, pero yo he sido misericordiado por el Señor”.Enterarse de la noticia de su designación como Cardenal el pasado 9 de julio, fue más inesperada aún. La semana previa había finalizado la asamblea plenaria del episcopado y justamente, un día antes, la Iglesia colombiana iniciaba su luto por la partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos.Esa noticia, que llegó para el país como un bálsamo de esperanza, pareciera aún increíble para monseñor Rueda Aparicio. “El Papa me mandó una carta muy bonita, una carta privada personal donde me anima, donde me dice: “Ahora entra al Colegio Cardenalicio” y lo que eso significa en clave de servicio, en clave de unidad con el Papa, con el sucesor de Pedro y de martirio. Y por eso debe estar dispuesto”, expresa con actitud de obediencia el arzobispo de Bogotá.Luis José Rueda Aparicio, no solo el del nuevo título que recibirá en la Santa Sede, sino el ser humano, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, narra que mirar hacia atrás, le da la oportunidad de darse cuenta cómo su vida se la ha ido transformando el Señor. Termina su relato afirmando que más allá de las pruebas, ama a Dios, a la Iglesia y al país y está dispuesto a entregar su vida.Vea la entrevista completa aquí:

Mar 31 Mayo 2022

Jiménez Carvajal: El desafío de la Iglesia es dar esperanza a Colombia

Tras haber sido designado por el papa Francisco como uno de los nuevos cardenales para Colombia, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, dialogó con la periodista Alina Tufani Díaz, del portal católico Vatican News, a quien le manifestó que este nombramiento le tomó por sorpresa. Los invitamos para que a continuación lean la nota periodística de la entrevista a monseñor Jiménez Carvajal, cardenal electo para Colombia. AQUÍ ⏬ Es el arzobispo emérito de Cartagena de Indias, en Colombia, con más de 55 años de misión sacerdotal y pastoral, gran conocedor de la Iglesia Latinoamericana tras casi una década de servicio en el Celam. Sin duda, el anuncio del Papa Francisco que lo creará cardenal en el Consistorio del 27 de agosto lo tomó “totalmente de sorpresa” como lo dice a Vatican News. “!Pero qué tonterías estás diciendo!”. Esta fue la respuesta de monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena de Indias, en Colombia, cuando un sacerdote de confianza, a las 5 de la mañana, lo llama para decirle que el Papa lo había nombrado cardenal. De hecho, cuando le llegó el audio del Santo Padre, con la lista de cardenales, al final del rezo del Regina Coeli, ayer domingo, en la Plaza de San Pedro, al prelado colombiano lo tomó “totalmente de sorpresa”, como comenta riendo a Vatican News. Todo en la Iglesia es servicio Sobre la nueva misión en la Iglesia como cardenal, el arzobispo emérito espera que el Santo Padre le “haga saber” qué espera de él en esa misión, en ese servicio. “Me imagino que algún servicio será lo que puedo ofrecer como cardenal”, dice divertido y con humildad, pero sin olvidar que la Iglesia existe para evangelizar. “Todo en la Iglesia es para el servicio, todo. A pesar que nosotros, a veces, cometemos pecado y la burocratizamos, es todo lo contrario de la burocracia. La Iglesia Católica, todos los servicios que presta, todas sus instituciones, son para servir y, de una manera muy concreta, no de imaginación: Para anunciar el Evangelio de Jesús, no existimos para otra cosa”- puntualiza Mons. Jiménez. Y con ello, recuerda más adelante, la “bellísima” Encíclica Evangelii Nuntiandi del Papa Pablo VI en la que afirmaba: “La Iglesia sirve para evangelizar”. Algo reiterado por el Papa Francisco, en su reciente Constitución Apostólica Praedicate Evangeliun, con la cual “se va a comenzar una renovación en la Curia Romana” y, por ende, en toda la Iglesia, “porque va a tener mucha repercusión y nos dice eso: Prediquen el Evangelio”. Una amistad muy sencilla Jiménez Carvajal conoce a Jorge Bergolio desde hace “bastantes años”, desde que era obispo coadjutor en Buenos Aires y, en particular, en el contexto de algunas Asambleas del Celam (Consejo episcopal Latinoamericano) del cual el neo cardenal fue Secretario General de 1995 a 1999 y presidente de 1999 a 2003. Sin embargo, nos comenta que su relación más cercana fue durante el Sínodo de Obispos, en 2001, dedicado al “Obispo: servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo". “Estábamos hospedados en diferentes casas de las que la Santa Sede tiene al servicio de los obispos para los encuentros. Pero igual, todos los días sobre la Vía de la Conciliación, en camino hacia el Vaticano, nos encontrábamos y caminábamos juntos hasta el lugar de la reunión. Allí tuve la oportunidad de irlo conociendo, de descubrir una persona tan interesante y tan grande como es el Papa Francisco. Una amistad muy sencilla, muy sencilla”. Darle esperanza a Colombia Sobre el compromiso y los retos de la Iglesia en Colombia, el arzobispo Jiménez Carvajal, casi con la voz cortada, responde que los desafíos son muchos y por todos lados. “Colombia, mi patria, ha tenido un caminar difícil”, asegura el prelado colombiano que admite que “hay unas posibilidades hermosas para servir, pero están llenas de dificultades”. “En este momento de elecciones, el gran desafío de nuestra Iglesia es darle esperanza a Colombia. Y para dar esperanza tenemos que ofrecer la Palabra de Jesús, el testimonio de Jesús, la vida de Jesús, los sacramentos de nuestra Iglesia, tantos medios que tenemos para dar esperanza. Esa es la tarea de la Iglesia hoy, como lo ha sido siempre”, concluye el neo cardenal Jiménez Carvajal.

Dom 29 Mayo 2022

El Papa Francisco nombra nuevo Cardenal para Colombia

Este domingo 29 de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, luego del rezo del Regina Coeli, en la plaza San Pedro, el Papa Francisco anuncióque el próximo 27 de agosto tendrá lugar un consistorio para la creación de 21 nuevos cardenales,entre los que se encuentra el arzobispo emérito de Cartagena, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal. De acuerdo con el Pontífice, 16 de ellos serán electores en un futuro cónclave para elegir pontífice y cinco mayores de 80 años. Entre los nombrados cuatro son latinoamericanos: dos brasileños, un paraguayo y un colombiano. Saludo del episcopado Monseñor Luis José Rueda Arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en nombre de los obispos expresó la alegría del nombramiento de este hermano en el episcopado y aseguró su oración para que el Señor le asista en esta nuevo servicio encomendado por la Iglesia universal. "Oramos agradecidos por nuestro querido Cardenal Jiménez Carvajal, el Señor lo asista en su servicio al Papa y a la Iglesia, como lo ha sabido hacer en toda su vida. Su vocación y misión es un fruto maduro de la Iglesia que ora y trabaja en Colombia", aseguró el prelado. Quién es monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, cjm. Nació en Bucaramanga (Santander) el 29 de Marzo de 1942. A partir de 1959 realizó el Noviciado en la Congregación de Jesús y de María (Padres Eudistas). Estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y Teología en el Seminario Eudista de Valmaría en la misma ciudad. El 17 de Mayo de 1964 se incorporó a la Congregación de Jesús y de María. Fue ordenado Presbítero el 17 de Junio de 1967. En el transcurso de su ministerio sacerdotal desempeñó sucesivamente los siguientes cargos: • Formador en el Seminario Valmaría (1967-1971) • Miembro de la Comunidad Eudista del Minuto de Dios y responsable del área social de la misma (1972-1978) • Miembro del Equipo del Secretariado Nacional de Pastoral Social del Episcopado Colombiano (1975-1978) • Director de Estudios del Instituto Teológico Pastoral del CELAM en Medellín (1979-1988) • Superior Provincial de la Congregación de Jesús y de María (1988-1992) y Secretario de la Confederación • Latinoamericana de Religiosos (1989-1991) El 9 de Noviembre de 1992 fue nombrado por el Papa Juan Pablo II Obispo de Zipaquirá; recibió la consagración episcopal el 12 de diciembre del mismo año. Se desempeñó como Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia (1993-1995), Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM (1995-1999) y Presidente del mismo (1999-2003). Fue miembro de la Pontificia Comisión para América Latina y del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios; en el CELAM fue responsable del Instituto Teológico Pastoral ITEPAL y, en la Conferencia Episcopal de Colombia, fue miembro del Comité de Coordinación con el CELAM. El 6 de Febrero de 2004, Su Santidad Juan Pablo II lo nombró Arzobispo Coadjutor de Cartagena. El 24 de Octubre de 2005 comienza a regir como nuevo Arzobispo de Cartagena, al aceptarle la renuncia el Papa Benedicto XVI a Monseñor Carlos José Ruiseco. El 25 de marzo de 2021, el Papa Francisco acepta la renuncia al cargo episcopal como arzobispo de Cartagena. El 29 de mayo de 2022, el Papa Francisco lo nombra como Cardenal de Colombia.

Jue 10 Mar 2022

Episcopado invita a orar por la salud del cardenal Rubén Salazar

A través de un comunicado, la Arquidiócesis de Bogotá ha informado este jueves 10 de marzo, que el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, se encuentra desde el pasado martes, interno en una clínica de la ciudad de Bogotá, tras sufrir quebrantos de salud a nivel cardiaco. La misiva señala que, según el último reporte médico la salud del cardenal Salazar "ha venido evolucionando positivamente". Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá; el vicepresidente, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán; y el secretario general, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá, en nombre de todos los obispos del país, se unen en oración por la salud del cardenal e invitan a la comunidad católica unirse a esta plegaria.

Dom 11 Jul 2021

Bodas de oro episcopales del cardenal Rubiano

En un mensaje, la Conferencia Episcopal saludó al arzobispo emérito de Bogotá y cardenal de Colombia, monseñor Pedro Rubiano Sáenz, con motivo de celebrar los 50 años de su ordenación episcopal. Las directivas de la institución, al expresar la acción de gracias por la vida y ministerio del cardenal, recordaron que es un compromiso de cada creyente en esta nación "acordarnos de todo el servicio y bien que prestó y presta con su vida y testimonio (...) Toda una vida entregada al servicio de Dios y de su pueblo". Luego de hacer un recorrido de su servicio pastoral, que inició hace 65 años cuando se ordenó como sacerdote, indicaron que estos "son motivos suficientes para elevar nuestra acción de gracias a Dios por su vida y ministerio, seguir orando por su bienestar y salud". Finalmente, al hacer un reconocimiento al cardenal Rubiano, por su entrega generosa en el anuncio del Evangelio, extendieron también su saludo de gratitud y felicitación a la familia del prelado y a las iglesias particulares de Cali, Cúcuta y Bogotá, donde sirvió como su pastor. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]