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conferencia episcopal

Sáb 19 Sep 2020

Nueva versión del Diplomado virtual en Educación Religiosa Escolar

Con el fin de brindar una mejor calidad en la extensión de los estándares de educación religiosa y en cumplimiento con la legislación colombiana a través de Ministerio de Educación, que exige a los docentes del área de religión, idoneidad en los procesos de formación en esta área, la Conferencia Episcopal de Colombia en alianza con la Pontificia Universidad Javeriana, ha organizado el Diplomado virtual: “Educación religiosa escolar: Naturaleza, Fundamentos y Perspectivas”. Este programa académico busca "Estudiar la naturaleza y los fundamentos epistemológicos, teológicos, socioculturales, pedagógicos y didácticos de la Educación Religiosa Escolar como punto de referencia para la construcción de una sociedad humana alternativa donde la dignidad, la justicia, la libertad y la concordia dejen de ser un predicado y se constituyan en sustantivo". Va dirigido específicamente a docentes de educación religiosa escolar, teólogos, pastoralistas, catequistas, sacerdotes y público en general interesado en el estudio de la religión en ambientes escolares. Tendrá una modalidad virtual, con una extensión de 100 horas. Inicia este 24 de septiembre de 2020 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Mayor información AQUÍ[/icon]

Vie 18 Sep 2020

Ciclo formativo: Problemáticas, desafíos y respuestas en la Amazonía

En atención al llamado que hizo el Papa Francisco para celebrar el «Jubileo de la tierra», del 1 de septiembre al 4 de octubre, el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM Colombia), han programado para los próximos días un ciclo formativo virtual denominado: “Problemáticas, desafíos y respuestas de la Región Amazónica”. Según sus organizadores este “será un espacio donde dialogaremos y reflexionaremos sobre las principales problemáticas sociales y ambientales que afectan a la Región Amazónica y con implicaciones a todo el territorio nacional”. Estos foros virtuales se desarrollarán en alianza con la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales (IRI Colombia) y la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), durante los días 22 y 29 de septiembre y 6 y 13 de octubre, en el horario de 11:00 a.m. a 12:30 p.m. Este proceso de capacitación estará en marcado en cuatro módulos de aprendizaje. Así: Impactos del modelo extractivista en pueblos y territorios; Minería, fracking e hidrocarburos; Bonos de carbonos, deforestación y reforestación; y opinión pública en defensa del territorio. Contará además con el aval académico de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali. Los interesados en participar, lo podrán hacer inscribiéndose[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]luego de diligenciar el formulario recibirá el link de acceso para la sesión por la plataforma de Zoom. El ciclo formativo será retransmitido por las páginas en Facebook @repamcolombia, @pastoralsocialc, @episcopadocol @iricolombia y @opiac.oficial Recordemos que el Papa Francisco después de promulgar la Encíclica 'Laudato si’, en la que invita a una “conversión ecológica”, estableció el 1 de septiembre como Jornada de Oración por el cuidado de la Creación. Este año y en esa fecha, el Papa recordó que del 1 de septiembre al 4 de octubre “celebraremos con nuestros hermanos y hermanas, cristianos de diversas Iglesias y tradiciones el «Jubileo de la Tierra», para conmemorar el establecimiento, hace 50 años, del Día de la Tierra”.

Mié 16 Sep 2020

“Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”

VIGÉSIMOQUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 20 de septiembre Primera lectura: Is 55,6-9 Salmo: 145(144),2-3.8-9.17-18 (R. 18a) Segunda lectura: Flp 1,20c-24. 27a Evangelio: Mt 20,1-16 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Ideas temáticas que surgen de la Palabra de Dios para este domingo: • Esta parábola es una hermosa explicación de la bondad de Dios, aunque con ojos humanos se puede interpretar como injusta la paga, pero, para Dios prima su generosidad. Es lo que demuestra el dueño de la viña: “su generosidad y su justicia”, puesto que llama a trabajar a su viña a todos los que deseen, durante toda una jornada y pagándoles lo acordado. • Igualmente, la actitud de los primeros jornaleros muestra “envidia”, porque sentían que habían trabajado más tiempo. Es el precio que se acordó, no el tiempo trabajado: "…Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete”. Además, no es el mérito de un tiempo más trabajado sino, la gracia que se recibe del ofrecimiento hecho por el dueño de la viña, porque “…los últimos serán los primeros y los primeros los últimos”. Es un regalo de Dios para todos. • La libertad de Dios frente al manejo de sus posesiones que son para todos, observado en el dueño de la viña que llama a quienes deseen trabajar en su posesión durante toda la jornada de trabajo, es un regalo, una ofrenda para quienes lo deseen y en el salario acordado. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El Evangelio muestra, una vez más, la pedagogía de Jesús para darle a entender a sus discípulos el Reinado de Dios y la paga o la recompensa que tendrán por la respuesta dada a Dios en la entrega total y disponible al servicio del Reino. Es la parábola de los obreros de la viña que Jesús utiliza para dar a conocer la justicia y la generosidad de su Padre para con quienes le siguen. Es el dueño de una viña que en el tiempo de la vendimia sale a buscar trabajadores para que laboren en sus campos. Este viñador es una persona disponible, no le interesa su tiempo, puesto que sale a la plaza del pueblo en diferentes momentos del día e invita a todos los que quieran trabajar en ella. Él les promete un mismo salario a todos los que contrata, no le interesa la hora en que empiezan a trabajar. ¡Siempre encontró quienes necesitaban trabajo y fueron contratados! ¡A todos los contrata por el mismo salario! Luego, cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno, según lo contratado. Sin embargo, los que llegaron de primero protestaron contra el amo “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”, manifestando su descontento, sintieron que no habían recibido el salario justo, pero como no tuvieron presente que fue lo pactado entre ellos y el dueño de la viña, se le recordó a cada uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos”; esta actitud muestra la generosidad, justicia y bondad de Dios para con los que lo siguen. Se muestra claramente la imagen de un Dios de bondad, que sobrepasa la justicia, a todos los llama a participar de su Reino, no le interesa el momento ni las circunstancias de quienes se lanzan a trabajar con Él, el llamado es para todos, porque “los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El dueño del viñedo hace una invitación a todo aquel que quiera ir a laborar en su viña, Él sale en muchos momentos a la plaza a ofrecer trabajo y les promete un salario: ¿Qué significa hoy que Jesús sigue invitando a través de su Palabra a todos los que quieran ir a trabajar a su Viña? Se puede relacionar con el servicio, la ayuda, la colaboración que se presta a la parroquia, a la Iglesia y que recibirá la recompensa del Señor, a pesar de la lucha y el sacrificio de que puede significar. Cada vez que el dueño de la viña sale a la plaza a ofrecer trabajo encuentra gente que quiere ir a realizar esta labor; hasta última hora encuentra quienes quieren ir. Es la disponibilidad, la apertura a la escucha a la invitación de Dios, invita a todos y todos pueden participar del Reino. Es clave la disponibilidad del dueño de la viña y de quienes están buscando empleo, puesto que el viñador les ofrece, los llama, los busca; no interesa el tiempo, el momento, simplemente quiere que muchos vayan a trabajar a su viñedo. La Iglesia en sinodalidad, abierta, en salida y disponible para todos los que quieran participar del Plan de Dios. Para todos, los buenos, los malos, los incrédulos, los pecadores, todos llamados e invitados a ser parte del Reino; todos tienen que aportar, los dones y las gracias recibidas de Dios, así se va construyendo el Reino. Es un llamado a la participación, a la corresponsabilidad y a la generosidad, todos aportan; no interesa lo que cada uno da, sino la forma como lo pone al servicio de los demás, es dar testimonio personal y comunitario, desde los diferentes servicios de pastoral para llevar a todos el Evangelio, que alcance a tocar el corazón de todos los que lo reciban e ir aportando al fortalecimiento del Reino, a los más débiles, a los que tienen hambre, a los más vulnerables, a los migrantes, a los que no conocen a Dios, allí donde hay dolor y miseria, que todos logren la construcción de la paz y del amor. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? • Reconstruimos el texto con las frases más impactantes para que nos permita generar espacio para la oración de petición, súplica y perdón. • La oración se centrada en cada una de las horas del día, tiempo en que salió el viñador a hacer la invitación a trabajar en su viña: en la madrugada, a la media mañana, al medio día, a la puesta del sol, al anochecer… • Así, podemos orar con las actitudes del dueño de la viña: generosidad, justicia, gratuidad, don, gracia, entrega, disponibilidad, servicio, ofrenda, apertura, acogida, invitación, llamado…: Hora de la tarde, fin de las labores. Amo de las viñas, paga los trabajos de tus viñadores. Al romper el día nos apalabraste. Cuidamos tu viña del alba a la tarde. Ahora que nos pagas, nos lo das de balde, que a jornal de gloria no hay trabajo grande. Hora de la tarde, fin de las labores. Amo de las viñas, paga los trabajos de tus viñadores. Das al vespertino lo que al mañanero. Son tuyas las horas y tuyo el viñedo. A lo que sembramos dale crecimiento. Eres Tú la viña, cuida los sarmientos. Hora de la tarde, fin de las labores. Amo de las viñas, paga los trabajos de tus viñadores, de tus viñadores. (Himno liturgia de las Horas) II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos vivamos esta Eucaristía con un espíritu de apertura y escucha a la voz de Dios, que nos llama a trabajar por la evangelización del Reino. Con fe y esperanza de ser parte de este Plan de Salvación iniciemos esta celebración eucarística. Monición a la Liturgia de la Palabra Hoy, por medio de la Palabra, el Señor se nos invita a participar en la construcción del Reino de su Padre en medio de nosotros. Escuchemos con mucha atención y devoción. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios Padre por todos los hombres y mujeres que son llamados a participar en la construcción del Reino y entreguémosle las preocupaciones y necesidades. Con plena confianza supliquémosle diciendo: R. Dios justo y bondadoso, escúchanos 1. Padre justo y bondadoso, te presentamos a los ministros de tu Iglesia para que fieles a tus mandatos, sean testimonio de santidad en medio de tu pueblo. 2. Padre bueno, te pedimos por nuestros gobernantes, que tienen en sus manos la administración de las riquezas del mundo para que sean justos y fomenten la paz y la libertad. 3. Padre generoso, te entregamos a quienes sufren, especialmente a los migrantes, para que los fortalezcas en sus necesidades materiales, espirituales y de salud y así experimenten tu consuelo y fortaleza. 4. Padre bondadoso que nos llamas a trabajar en tu viña, regala a los presentes y a los que nos acompañan espiritualmente en esta Eucaristía, tu amor misericordioso, la perseverancia en la fe y el deseo de participar activamente en la construcción del Reino de justicia, amor y paz. 5. Padre Misericordioso, te pedimos por los fieles difuntos, de manera especial por aquellos que han fallecido a causa del COVID-19, para que les alcance tu favor y la vida eterna, si es tu voluntad. Oración conclusiva Padre justo y bondadoso que nos invitas a participar en la construcción de tu Reino acoge estas peticiones que te dirigimos. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén

Dom 13 Sep 2020

Preparación Inmediata al Sacramento del Matrimonio (PIM)

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición la publicación: Preparación Inmediata al Sacramento del Matrimonio (PIM). [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] Teniendo presente la magnitud de lo que significa la Gracia del Sacramento del matrimonio y el discernimiento para llegar a él, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Matrimonio y Familia, ha elaborado las directrices para el itinerario de Preparación Inmediata al Sacramento del Matrimonio (PIM). Este itinerario irá llevando de una manera pedagógica y clara a las parejas para que asuman con responsabilidad el sacramento con un amor esponsal que siga la ruta de la Santidad. [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a): Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Matrimonio y Familia Catálogo: Idioma: Español Número de Páginas: 120 Editora: Pictograma Creativos Año de publicación:Septiembre de 2019 Dimensiones: 16,5cm x 23cm [/tab][tab title="COMENTARIOS" icon="Icon name 1"] [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Correo electrónico: [email protected]

Dom 6 Sep 2020

Curso práctico de acompañamiento a las familias

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) , a través del Departamento de Matrimonio y Familia pone a disposición la publicación: Curso práctico de acompañamiento a familias". [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] “La Conferencia Episcopal de Colombia a través del Departamento de Matrimonio y Familia, ha elaborado este material del trabajo para el acompañamiento de familias bellamente imperfectas, pero que quieren hacer su camino hacia la Santidad”. Este material está preparado, desde el conocimiento real de lo que viven las familias y por eso, invita al encuentro permanente de la familia buscando fortalecer los lazos de amor, educación de los padres, educación de los hijos, la escucha permanente de niños y jóvenes que piden ser valorados y atendidos, pero con lenguaje de amor, lenguaje sencillo, y con una experiencia pedagógica, aprendiendo a ser buenos padres, para tener buenos hijos" [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a): Departamento de Matrimonio y Familia Catálogo: Idioma: Español Número de Páginas: 155 Editora: . Año de publicación: Septiembre de 2019 Dimensiones: 16cm x 22,5cm [/tab][tab title="COMENTARIOS" icon="Icon name 1"] [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Correo electrónico: [email protected]

Mié 2 Sep 2020

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente"

VIGÉSIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Septiembre 06 de 2020 Primera lectura: Ez 33,7-9 Salmo: 95(94),1-2.6-7ab. 7c-9 Segunda lectura: Rm 13,8-10 Evangelio: Mt 18,15-20 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios en este domingo, día del Señor e inicio de la Semana por la paz, nos ofrece el tema de la conversión inicial y permanente de los hijos de Dios. La conversión inicial, en efecto, parte de la predicación que debe “poner en guardia al malvado”, pero se debe acompañar permanentemente con la llamada “corrección fraterna” y la mediación de la comunidad creyente; así no se deberá nada más que amor a los demás a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo quien nos enseñó que el mandamiento mayor es “Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente". Este es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En el texto de Ezequiel, de la primera lectura, Dios le recuerda al profeta su responsabilidad de cumplir la misión encomendada de realizar su programa profético: ser centinela, escuchar a Dios y dar la alarma al pueblo para provocar la conversión. Su función se determina por ser canal de comunicación – oír y hablar –, oír a Dios y transmitir al pueblo, especialmente a los malvados, el mensaje que ha escuchado de parte de Dios, en ello se juega la vida y la muerte, la propia y la de los demás. El salmo contiene dos partes: un Invitatorio (vv. 1-7c) y una sección exhortativa a la fidelidad (cc. 7d-11). Los encargados del culto invitan a la asamblea, mediante este canto invitatorio, a que ingresen procesionalmente al santuario con las actitudes propias para este sublime momento: vítores, aclamaciones, acciones de gracias, bendiciones y postración. Luego, los exhorta a escuchar la voz de Dios para motivar así la fidelidad y la confianza en Dios, pastor de su pueblo. En la segunda lectura, el apóstol Pablo, dirigiéndose a la comunidad de Roma exhorta al amor como fundamento para fortalecer los comportamientos del creyente. El amor es, en efecto, el nuevo principio interior o nuevo mandato que debe unificar todas las acciones del creyente, los mandamientos encuentran en el amor su plenitud; y, por consiguiente, el cristiano está en capacidad de cumplirlos por la vivencia del amor, por ello es la única deuda en su relación con los demás. Esto no es un invento paulino, sino que es la puesta en práctica de las enseñanzas de Jesús, pues cuando, en un pasaje del evangelio, un fariseo le preguntó sobre el mandamiento mayor, Él respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente". Este es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden la Ley y los Profetas” (Mt 37-40) El pasaje del evangelio está dentro del llamado discurso eclesial de Jesús (18, 1-35), en el que Jesús aborda temas de la vida de la comunidad cristiana; instruye, sobre todo, a los responsables de la asamblea – la Iglesia – sobre el estilo de vida que debe identificar la nueva comunidad creyente. La asamblea de hermanos, así define al otro, no está libre de pecado o errores, lo que la diferencia de otras realidades comunitarias es que al interno de ella los conflictos se resuelven de manera diversa a como los afronta el mundo; aquí en esta comunidad el error no solo afecta la realidad social sino la relación divina, por ello se han de solucionar mediante la reconciliación, el perdón, y aplicando la corrección fraterna para ganar y salvar al hermano, ese es el objetivo fundamental. Para realizar todo este proceso, en medio de la comunidad de hermanos debe imperar la oración con la certeza de la presencia de Jesús entre la comunidad orante. La corrección fraterna y la oración en común van vinculadas, no son dos temas separados. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En los evangelios se ve claro que Jesús tuvo la intencionalidad de formar una nueva comunidad en la cual se transmitiera la Buena Noticia y aconteciera la gracia de la Salvación. Jesús formó esta comunidad con aquellos que él quiso y fue llamando para que estuvieran más cerca de él, a ellos les fue brindando, en muchas oportunidades, una formación particular, “a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado” (Mc 4,34). En Mateo esta comunidad viene definida como Iglesia (ekklesia), no es una comunidad cualquiera sino la Iglesia; a la cual Jesús dota de una responsabilidad para solucionar los conflictos (18, 15-20), que es el texto que este domingo se proclama. Es la comunidad la que, en últimas, tiene la palabra para resolver la situación de los hermanos en situación de pecado. Es importante precisar aquí que no es el único poder que Jesús da a la Iglesia, así, para tener una visión completa de su responsabilidad tendríamos que recurrir a muchas partes de los evangelios. En el pasaje de Mt 18, 15-20 podemos destacar algunos elementos. El miembro de la comunidad es un “hermano”, y aunque haya pecado sigue siendo hermano; la corresponsabilidad del creyente es salvar, ganar al hermano para Dios, a un hermano en forma particular no le corresponde el excluir al hermano, ni siquiera el testimonio de dos o tres, ellos son un eslabón del proceso, todo se hace para atraer a quien se ha apartado por el pecado. Quien tiene la facultad final es la Iglesia, ella tiene el poder de atar o desatar (v.18). La Iglesia tiene este poder, pero no lo usa a su antojo, sino que tiene como modelo último la misericordia infinita de Dios, siempre ha de recurrir a esta medida y para comprenderla debe orar siempre en comunión. El poder que aquí el Señor da a los discípulos encargados de la Iglesia es una extensión del ya dado a Pedro, “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mt 16, 19. Atar y desatar designan la autoridad para decidir sobre las acciones que están permitidas o prohibidas, es el poder de determinar, en última estancia, si alguien está admitido o excluido de la Iglesia. La responsabilidad individual y comunitaria de la Iglesia está en la línea de la voz profética, cada uno desde el momento de aceptar a Jesús se convierte en profeta, ha de escuchar a Dios y comunicar su palabra a los hermanos. La corresponsabilidad está sobre el anuncio, la evangelización, el ganar a otros para Dios; también lo es en su oración en comunidad y en forma de plenitud cristiana su corresponsabilidad está en el amor. El amor vivido y donado a todos es lo que debe caracterizar a la comunidad creyente, es decir a la Iglesia. Estamos en el contexto de la Semana por la Paz, que inicia en este domingo, y que tiene como objetivo continuar adelantando acciones que nos inviten a seguir dando pasos para la construcción comunitaria de la paz y la reconciliación. Este fue el propósito del Papa Francisco en su visita a Colombia cuando nos dijo: «¡Demos el primer paso!», y que este primer paso sea en una dirección común. «Dar el primer paso» es, sobre todo, salir al encuentro de los demás con Cristo, el Señor. Por eso en este primer día de apertura de esta semana por la paz, demos el paso hacia la fe en Dios, renovando la gracia del don de la paz suplicando la bendición de Dios sobre nuestra familias y comunidades, con las mismas palabras de Jesús: “Que descienda la Paz sobre esta casa”, imitando, así, la bendición del papa Francisco a los fieles impartida, desde el Palacio Cardenalicio, para todo el pueblo colombiano, cuando también nos dijo: Quise venir hasta aquí como peregrino de paz y de esperanza, y deseo vivir estos momentos de encuentro con alegría, dando gracias a Dios por todo el bien que ha hecho en esta Nación y en cada una de sus vidas. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Oremos al Señor y supliquémosle por la Iglesia para que siga cumpliendo de manera misericordiosa el encargo dado por Jesús de animar para que todos sus hijos, asumamos el compromiso de la evangelización de ganar a muchos para Dios. Concretamente, en esta semana por la paz, roguemos por los pasos decididos y seguros que podamos dar en acercamiento a los hermanos, renunciando a la pretensión de ser perdonados sin perdonar, de ser amados sin amar, para que por caminos de la reconciliación busquemos el bien común, la equidad, la justicia, el respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias. Todos somos responsables de que el amor de Dios sea conocido, aceptado y vivido por los hermanos que nunca han escuchado hablar de Jesús, por aquellos que un día escucharon, pero hoy viven alejados de la fe y por los que sí están comprometidos de forma activa en las realidades eclesiales, de este modo todos seremos artesanos de la paz que busca la reconciliación entre los hermanos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos con la certeza que somos la Iglesia del Señor Jesús, despertemos en nosotros esos sentimientos de identidad y compromiso católico y recordemos que el Señor ha prometido hacerse presente en medio de su comunidad, ahora en la Eucaristía, para acompañarnos y bendecirnos. Estamos en el contexto de la Semana por la Paz, que inicia en este domingo, y que tiene como objetivo continuar adelantando acciones que nos inviten a seguir dando pasos para la construcción comunitaria de la paz y la reconciliación. Este fue el propósito del Papa Francisco en su visita a Colombia cuando nos dijo: «¡Demos el primer paso!», y que este primer paso sea en una dirección común. «Dar el primer paso» es, sobre todo, salir al encuentro de los demás con Cristo, el Señor. Celebremos con inmensa alegría esta experiencia de encuentro con Jesús y oremos para que esta jornada por la paz traiga bendiciones divinas para nuestra comunidad. Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos, otra forma como el Señor se hace presente es en la voz de su Palabra; ante ella todo lo que se nos pide inicialmente es tener la capacidad de escuchar la voz del Señor. No perdamos esta oportunidad, estemos atentos a cada palabra de su mensaje y no endurezcamos el corazón. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, con la certeza de que: “…donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, Yo estoy presente en medio de ellos.” Unámonos con fe, diciendo: R. Escucha Padre la oración de tu Iglesia 1. Te pedimos Padre, que bendigas y protejas a tu Iglesia, y la hagas fecunda en el ministerio de cada bautizado, de manera que engendre nuevos hijos para tu Reino y se suscite el llamado de vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa y consagrada. 2. Te pedimos Padre, por quienes ejercen el poder de la autoridad en nuestro país, para que no se dejen contagiar por la corrupción, y que en todo asuman el compromiso de servir en bien de las comunidades. 3. Te pedimos Padre, por los enfermos y agonizantes a causa de la pandemia que acecha al mundo, para que por medio de sus dolores encuentren en la cruz de tu Hijo, el consuelo y el alivio a sus sufrimientos. 4. Te pedimos Padre, por las diversas acciones que se realizarán con motivo de la semana por la paz para que, con la asistencia del Espíritu Santo, nuestros hermanos, puedan escuchar la voz de la Iglesia que los llama al perdón, la reconciliación, al amor verdadero. 5. Te pedimos Padre, por cada uno de los que participamos de esta asamblea, para que afiancemos nuestra fe y asumamos la responsabilidad de nuestra salvación y la de los demás; y que este mes de la Biblia nos lleve a escuchar tu voz y asumir con responsabilidad la misión. En un momento de silencio presentemos a Dios Padre nuestras intenciones personales…. Oración conclusiva Dios, Padre de la paz y la reconciliación, que quisiste llamarnos a formar parte de tu familia, la Iglesia; escucha nuestra oración humilde y confiada, que te presentamos. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén

Jue 27 Ago 2020

CEC programa talleres para la formación de agentes de escucha parroquial

Pensando en la compleja realidad que se vive en este tiempo de pandemia, donde se ven comprometidos aspectos de la vida social, familiar, laboral y pastoral de las personas, los departamentos de Matrimonio - Familia y Promoción y Defensa de la vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, han diseñado un proceso de "Formación de Facilitadores para la Comunidad de Escucha Parroquial", que busca desarrollar habilidades en los futuros facilitadores para que puedan brindar un servicio de escucha a la comunidad. Se contempla que la Comunidad de Escucha Parroquial, será en principio un servicio voluntario que se brindará desde y en la parroquia (no en domicilios particulares), de acompañamiento espiritual y psicológico para sostener a quienes están más vulnerables ante el avance del Covid-19. Este trabajo pastoral se materializará a través de video llamadas, conforme se autorice la reapertura de los templos, se migrará a sesiones presenciales. Los organizadores han dispuesto de unas sesiones informativas, para que las personas interesadas en conocer más de este proyecto, lo hagan a través de la plataforma Zoom, los días: sábado 29 de agosto de 15:30 a 16:30 hrs.; el 2 de septiembre de 11:00 a 12:00 hrs; y el 5 de Septiembre de 15:30 a 16:30 hrs. Los interesados sólo deben acudir a una sesión informativa y podrán escribir al Whatsapp 3156966653 para recibir la liga de la conexión. Este taller teórico-práctico iniciará el próximo 12 de septiembre de 05:00 p.m. a 07:30 p.m. y se desarrollará a través de 4 sesiones, que requerirán de la participación activa de los asistentes: Sesión 1 • La misión del facilitador como formador de personas autodirigidas. • Errores al estar escuchando. • Preguntas que invitan a la reflexión. Sesión 2 • Desarrollar la confianza de unos para los otros. • Uso eficaz de la paráfrasis. Sesión 3 • La conversación de reflexión. • Diálogos de planeación. • Pasos para la creación de la Comunidad de Escucha Parroquial. Sesión 4 • Manejo del silencio. • Ejercicios de reflexión y planeación. Perfil de los facilitadores Se sugiere que sean personas mayores de 40 años, con el deseo de prestar un servicio voluntario y la disponibilidad de tener como mínimo 4 horas de servicio a la semana; que tenga una trayectoria personal y familiar estable; compromiso histórico con la parroquia como mínimo de 3 años; y la facultad de la escucha y el habla. El proceso de inscripción se realizará a través de un [icon class='fa fa-download fa-2x'] formulario[/icon]. La inversión será de $128,000 pesos por conexión, que ampara el taller completo para dos personas.

Mié 26 Ago 2020

La relación íntima y amorosa del creyente con el Señor brota de la iniciativa divina

VIGÉSIMOSEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Agosto 30 de 2020 Primera lectura: Jr 20,7-9 Salmo: 63(62),2.3-4.5-6.8-9 (R. 2b) Segunda lectura: Rm 12,1-2 Evangelio: Mt 16,21-27 I. Orientaciones para la Predicación Introducción En la Palara de Dios que se nos propone en este domingo, podemos individualizar tres ideas para la reflexión: • La experiencia de Dios en la vida del discípulo – misionero de frente a su realidad personal y comunitaria. • El verdadero seguimiento del Señor, incluyendo necesariamente la aceptación del auténtico mesianismo del Hijo de Dios, como se le pide a Pedro, debe superar toda idea preconcebida. • La voluntad de Dios se descubre mediante el discernimiento y tiene unas características bien definidas que incluye todo lo que es bueno, agradable y perfecto. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En el libro de Jeremías encontramos diversos pasajes en los que el profeta refleja la experiencia de amor de Dios en su propia vida; en ellos el profeta desnuda su corazón y manifiesta sus sentimientos más profundos. Estos textos son conocidos como “las confesiones de Jeremías”, y que los expertos identifican cinco (Cf. 11,18 – 12,5; 15, 10-21; 17, 1-18; 18, 18-23; y 20, 77-18). La primera lectura de hoy es una sección de la quinta confesión en donde Jeremías atestigua la crisis interna que vivió en medio de su ministerio profético, y que, manifestado a modo de salmo de lamentación, refleja un amor herido o, en parte, decepcionado, pero con la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia. Así, en efecto, el enamoramiento que describe como una seducción, de frente a la reacción de los que lo escuchan, lo convierte en objeto del “hazmerreir” de la gente, por lo que descubre que su mensaje no es lo que él quiere decir, pues al “gritar violencia – destrucción” entra en crisis porque la “palabra del Señor se le volvió oprobio” y su reacción lo induce a desistir de sumisión; pero finalmente experimenta que Dios y su Palabra siempre se imponen como fuego incontenible. El Salmo contiene una de las más bellas descripciones de la relación íntima y amorosa del creyente con Dios; en él se expresa, en efecto, el ardiente deseo de Dios; hay una cascada de acciones que reflejan esta realidad: madrugar, sed, ansia, contemplar, alabar, orar, bendecir, invocar…; todo apunta a señalar que no hay nada como estar con el Señor, unirse y sostenerse en él es saciarse de paz, gozo y alegría sin igual. Pablo es el enamorado de Dios, su vida es el Señor. Como experiencia y fruto y de este amor anima a los romanos y les dice “los exhorto por la misericordia de Dios” y quiere que esta comunidad lo comprenda; no lo mueve otro interés más que el amor. Inicia esta exhortación animando y orientando sobre el verdadero culto espiritual. Pablo, en esta carta, ya ha dicho que el ministerio apostólico es un culto dado a Dios, “Dios a quien tributo un culto espiritual anunciando la Buena Noticia de su Hijo…” (1,9), así se da culto concreto y de ello nace su compromiso por evangelizar, por dar culto a Dios con esa acción concreta, “de ahí mi ansia por llevarles el Evangelio… del cual no me avergüenzo…” (Cf. 1, 15-16). Por ello, Pablo exhorta a ofrecer la vida entera como ofrenda agradable; se trata de aceptar la Buena Nueva y convertirse en comunicador de ella, dar culto espiritual con todo el cuerpo anunciando la Buena Noticia del Hijo de Dios. El evangelio presenta el anuncio de Jesús sobre su sufrimiento, muerte y resurrección. Este primer anuncio de la pasión expresa su mesianismo en unas categorías que no eran las esperadas por el pueblo, el glorioso servicio del Mesías pasa por el doloroso camino del sufrimiento, muerte y resurrección. La reacción no se hace esperar, y Pedro, que no comprende este camino, se expresa diciendo: “¡No lo permita Dios, Señor, eso no puede pasarte!”; de su parte Jesús corrige, primero a Pedro, haciéndole un nuevo llamado a quitarse de enfrente y a colocarse de nuevo detrás de Él, al tiempo que le evidencia el motivo de su error, “pensar como los hombres y no como Dios”; luego la corrección se dirige también a sus discípulos clarificándoles las condiciones de su seguimiento: “negarse a sí mismo”, “cargar la cruz” y “seguirlo”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La relación íntima y amorosa del creyente con el Señor brota de la iniciativa divina; en efecto, Dios conquista al hombre suscitando en él una renovación y transformación de mente y corazón de modo que el que es tocado por esta acción divina ya no se ajusta a este mundo y sus ofrecimientos, sino que busca experimentar este amor que Dios le ofrece. Así el nuevo amado siente que su gozo, alegría y paz es vivir en la presencia de Dios, unido y sostenido por Él. Cuando de verdad el hombre se siente amado por Dios la vida cambia. Cuando esta experiencia del amor de Dios en la vida del creyente se fortalece y, por tanto, no se deja debilitar, el amado pronto comienza a darse cuenta que en esta relación amorosa hay una responsabilidad qué asumir, porque el amor que siente no puede guardarse, sino que, por el contrario, debe anunciarlo, y compartirlo con los demás, para ello Dios llama y concede carismas o responsabilidades sea como profeta, apóstol o discípulo; en términos de hoy, se trata de asumir el compromiso de ser “discípulo misionero” en el contexto del plan presentado por Jesús para el anuncio del Evangelio. Cuando el discípulo se compromete en su ser misionero, pronto comienza a percibir que el camino se hace tortuoso, similar al de Jesús, lo que realmente le exige renunciar a su forma de pensar, a no dejarse conquistar por el mundo; igualmente, ha de tener presente que en su camino diario es necesario el discernimiento para descubrir la voluntad de Dios y hacerla norma de su vida. En estas circunstancias el caminar para el discípulo se torna difícil porque aparecen diversas reacciones negativas de parte de quienes reciben el mensaje, pues no siempre es recibido con agrado, sino que, muchas veces, la actitud es de rechazo, burla, desprecio, indiferencia, lo que hace que, poco a poco, su grado de compromiso y respuesta se convierta en una cruz que, muchas veces, pesa; pueden surgir, entonces, sentimientos de miedo, angustia, frustración al pensar que se estaba mejor sin asumir estos compromisos en el seguimiento del Señor. Toda esta realidad muestra que muchos creyentes, como el profeta Jeremías, preferirían no acordarse más de Dios y, por tanto, callar y no hablar en su nombre o, como Pedro en el evangelio, afirmar que “eso no puede pasar”. Al confrontar, así, la identidad cristiana con los valores y compromisos del evangelio pueden surgir, entonces, las crisis causadas también por las diversas tentaciones a que están expuestos los diversos agentes de pastoral y que interrogan profundamente la vida del creyente. Cuánto exige asumir en la vida diaria el compromiso cristiano y misionero de seguir coherentemente el camino propuesto por Jesús. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Señor, no obstante, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones haznos sentir que tu Palabra es fuego ardiente e incontenible dentro de cada uno de nosotros; que siempre tengamos pastores, como Pablo, que nos exhorten sobre el verdadero culto, el compromiso evangelizador y el discernimiento de la voluntad divina para no caer en lecturas fundamentalistas, fatalistas o superficiales del acontecer divino. Señor, queremos reflejar en nuestra vida de discípulos misioneros el auténtico seguimiento, por ello cada vez que erremos en nuestra forma de pensar y proceder, como pasó con la buena intención de Pedro, que nunca nos falte tu misericordiosa corrección; que tus exigentes palabras sean siempre acogidas por nosotros para que nos indiquen el camino a seguir y, como Pedro en su proceso de maduración en la fe, también podamos decir: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Solo tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6,68). II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, que alegría poder reunirnos como Iglesia para celebrar nuestra fe. Que vivamos este momento de gracia como momento íntimo de encuentro con el Señor, dejemos que él nos hable al corazón y aprendamos a ser en verdad discípulos misioneros de su gran amor. Participemos con fe y alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos, el Señor Dios nos va a hablar, su amor nos conquistará para que nos sintamos amados por él. Escuchemos con atención y dejemos que su amor se arraigue como fuego en nuestro corazón. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Padre bueno que nos has llamado a tu seguimiento, escucha los sentimientos y necesidades que se gestan en nuestros corazones. Supliquémosle con fe diciendo: R. Mi alma está sedienta de ti, Señor 1. Señor, que tu Iglesia sea fortalecida por hombres y mujeres que con valentía y entrega asuman la misión evangelizadora y que tu gracia nos dé abundantes vocaciones para el anuncio de tu reino. Oremos. 2. Señor, que los gobernantes de los pueblos reconozcan tu acción y se comprometan convenientemente en valorar adecuadamente la dignidad humana, en buscar mayor fraternidad, solidaridad y unión entre los hermanos. Oremos. 3. Señor, que quienes sufren angustias, problemas y enfermedades a causa de la pandemia que nos azota, puedan encontrar en tu palabra y la solidaridad de las personas la ayuda necesaria que fortalezca sus vidas y corazones con la certeza que tu amor siempre los acompaña. 4. Señor, mira con amor esta asamblea y concede a cada uno lo que más le convenga según tu voluntad En un momento de silencio, presentemos nuestras necesidades personales… Oración conclusiva Padre Santo, Acoge misericordioso las súplicas de este pueblo que busca y tiene ansia de tu salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén