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iglesia católica

Mar 10 Oct 2023

Entre oraciones y reflexiones, concluye fase de escucha del Sínodo Pastoral Diocesano en Pasto

Entre el 25 y el 29 de septiembre, la Diócesis de Pasto llevó a cabo la asamblea diocesana con la que esta Iglesia particular concluyó la primera fase de su sínodo pastoral. Proceso que inició el 16 de marzo de 2023 bajo el propósito de "recorrer juntos un camino de escucha, discernimiento, toma de decisiones e implementación, para fortalecer su proceso evangelizador". Además, analizar y actualizar la realidad socio-cultural de la diócesis e identificar los nuevos retos y desafíos en el ámbito local, nacional y mundial.Este Sínodo Pastoral Diocesano que se extenderá hasta 2024, se ha centrado en tres pilares fundamentales: escuchar, discernir y decidir. La fase de escucha finalizó con este importante encuentro de laicos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, en el que se llevaron a cabo diversos espacios espirituales y conferencias enfocadas en las realidades del mundo, así como en la corresponsabilidad de los laicos en la misión de la Iglesia.La asamblea fue presidida por monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de esta jurisdicción, quien lideró las oraciones diarias, infundiendo una espiritualidad de comunión en todo el evento, junto con la Comisión de Liturgia y Espiritualidad. Durante el encuentro se utilizaron símbolos significativos para este proceso, como la barca, que, de acuerdo con la diócesis, representa la experiencia de la Iglesia y la comunidad de creyentes.Según el sacerdote Milton Andrés Delgado Díaz, Rector del Santuario Nuestra Señora de La Merced “la barca es símbolo de la fe en la comunión, es el elemento que permite hacer un viaje espiritual y navegar en los mares de nuestras realidades”.Otros símbolos presentes fueron el mar y las tormentas, que simbolizan los desafíos diarios. El padre Díaz afirmó: “siempre se tiene miedo en la tormenta, pero el Señor dice *no tengan miedo, yo estoy aquí*”.Por su parte, Ana Alexandra Rendón, quien participó en la asamblea en representación de la parroquia San Juan Bautista de Taminango, compartió su experiencia: “Mi participación ha sido enriquecedora. Hemos estado al lado de los sacerdotes, laicos y el obispo, escuchando charlas sobre espiritualidad, comunión y misión, para tratar de mejorar nuestra Iglesia y vivir en comunión”.La asamblea diocesana no solo proporcionó orientación espiritual, sino también fortaleció el sentido de comunión entre los creyentes. Fue un paso significativo hacia un futuro en el que la fe y la acción comunitaria se entrelazan para guiar a la Diócesis de Pasto en su camino sinodal.

Sáb 7 Oct 2023

¡En la Iglesia misionera, Colombia de primera!

Por: Pbro. Samir García Valencia.Director (E) OMP de Colombia y Director del Centro Nacional Misionero de la CEC. Al inicio del siglo XX la Iglesia universal fijó especial atención e interés a la más sublime obra que marca su propia identidad: La misión y las misiones. La comunidad de creyentes en Cristo tuvo su origen en el envío misionero. La Iglesia nace de la misión y para la misión. El mandato misionero es explícito y directo: “vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio” (Cf. Mt 28,16-20; Mc 16, 12-20; Lc 24, 44-48; Hch 1, 8; Jn 20, 19-22). De ahí que, en los inicios del siglo anterior, dos pontífices dieran un paso importante para llamar de nuevo la atención sobre el ser y quehacer eclesial. El primero fue Benedicto XV quien en 1919, a través de la Carta Apostólica “La grande y santísima Misión” (Maximum Illud), alentó a la comunidad eclesial a descubrir en ella la obra máxima, la más grande, e identificó a las Obras Misionales Pontificias como aquel canal prioritario que tanto bien hace a la misión universal de la Iglesia (Cf. Maximum Illud, nn. 96-102). Seguidamente Pio XI, llamado “el Papa de las Misiones”, a través de la Encíclica “En la historia de la Iglesia” (Rerum Ecclesiae), retomando las iniciativas de su predecesor, recomendó promover las Obras Misionales Pontificias en las iniciativas misioneras y en el compromiso de toda la Iglesia para apoyar a las misiones (nn. 43-61). Y, dos meses después de promulgarse esta encíclica, el 14 de abril de 1926, el mismo papa Pio XI, a través de un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, firmado por el Prefecto Cardenal Antonio Vico, instituyó oficialmente el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones).Así, entonces, con el impulso de estos pontífices de inicio del siglo XX y, por supuesto, con todo el ímpetu, además, de los pontífices posteriores y las grandes iniciativas misioneras que comenzaron a surgir en la Iglesia, se ha ido constituyendo y fortaleciendo no solo el Domingo Mundial de las Misiones sino, ahora también, todo el mes de octubre como tiempo privilegiado en la Iglesia para dedicarlo a este compromiso que hace parte de la identidad misma de toda la comunidad de bautizados, en nuestra Iglesia Católica.El Espíritu Santo, protagonista de la misión, inspira y abre caminos en la Iglesia para continuar, sin desfallecer, cumpliendo con la invitación de Jesús Resucitado de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio.La Iglesia que camina en Colombia ha tenido un especial cuidado y atención en el cumplimiento de este deber. En 1924, leyendo e interpretando los signos de los tiempos, preparándose para la Exposición Misional con ocasión del Año Santo 1925 en Roma, la Iglesia en Colombia celebró el Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones. Fue un acontecimiento renovador para la Iglesia peregrina en Colombia y proyectó un camino realmente significativo del que han surgido no solo grandes figuras de santos y mártires misioneros sino también grandes proyectos, comunidades e institutos con un decidido compromiso por la misión, con especial interés por la misión Ad Gentes; como es, por ejemplo, el instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, las Misioneras Teresitas y las Hijas de la Misericordia. Y, por supuesto, el congreso le dio un nuevo impulso a la Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, conocidas como hermanas Lauritas, que ya habían sido fundadas diez años antes, el 14 de mayo de 1914. ¡Qué importancia y enorme significado tuvo entonces la celebración y proyección de este Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones en nuestro país!.Frente a este panorama misionero, retomando los grandes momentos de la historia y proyectando renovados caminos, nos preparamos para celebrar del 5 al 7 de julio de 2024 el CONGRESO MISIONERO – CENTENARIO para conmemorar dicho evento eclesial. Será, con toda seguridad, un Kayros, un acontecimiento del Espíritu Santo que unirá todas las fuerzas misioneras presentes en nuestro país para responder con eficacia y determinación a la tarea que Jesús ha puesto en nuestras manos de “ir y anunciar el evangelio hasta los confines del mundo”. Toda la Iglesia Colombiana, experimentando la urgencia y necesidad de este compromiso misionero, dirá al unísono que ¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!¡Vamos, pues, adelante! El Señor Resucitado nos llama y nos envía. Aprovechemos este mes de octubre para orar, ofrecer nuestros sacrificios y contribuir generosamente con nuestra ofrenda económica por la misión y las misiones. La Iglesia es una sola y todos estamos invitados a participar de la misión que Jesús le confía. La Iglesia no solo hace la misión, sobre todo la Iglesia es misión. Las Obras Misionales Pontificias de Colombia preparan cada año el material de Octubre Misionero, que sin duda alguna marca una ruta especial para vivir nuestra identidad propia como es SER MISIÓN. Todo el material ha sido construido con el fiel y noble propósito de invitar a toda la Iglesia que camina en Colombia a reavivar, fortalecer y renovar el compromiso con la MISIÓN UNIVERSAL. Todas las Iglesias para todo el mundo.

Vie 6 Oct 2023

Conversación Espiritual: El Cardenal explica este método de discernimiento usado en la asamblea sinodal

En el contexto de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrolla en el Vaticano desde este 4 de octubre. En esta fase, uno de los elementos que más se ha destacado ha destacado es el uso de la "Conversación Espiritual" como un método de discernimiento comunitario.Este enfoque, basado en la escucha activa y receptiva, ha facilitado el diálogo fraterno y el discernimiento en diferentes espacios de la Iglesia Católica. De hecho, en la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano desarrollada en el pasado mes de julio, esta metodología fue usada por los obispos para discernir y trabajar sobre el tema de la misericordia.La Conversación Espiritual es una experiencia compartida de escucha desde la voz del Espíritu Santo, que fomenta la disposición en clave de oración para entender lo que Dios está comunicando a través de la palabra, la vida y el testimonio de los demás.El objetivo de esta metodología es crear una atmósfera de confianza y acogida, para que las personas puedan expresarse con mayor libertad. Esto ayuda a tomar en serio lo que ocurre en su interior al escuchar a los demás y al hablar. En última instancia, esta atención interior los hace más conscientes de la presencia y la participación del Espíritu Santo en el proceso de compartir y discernir.En esta primera fase, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio y la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, comparten mesa de trabajo.Al tercer día de esta primera fase de la asamblea, desde su experiencia, el purpurado colombiano explica la forma en que se está empezando a desarrollar esta metodología.Se forman grupos pequeños de 11 o 12 personas de distintos lugares del mundo, agrupados por criterio temático y criterio de idiomas, cada uno con un coordinador y un secretario.Se plantean preguntas clave para guiar la conversación, como las intuiciones que surgen después de leer la síntesis universal del Sínodo. La idea es que cada miembro hable sobre los sentimientos experimentados durante el momento de oración personal. No se trata de ideas sobre el tema, sino de sentimientos.La conversación se divide en tres rondas en las cuales entre cada ronda hay silencio y oración.En la primera, los participantes comparten sus sentimientos experimentados durante la oración personal y de lo que piensa y ha traído de su país. En la segunda ronda, se expresa sobre lo que más les llamó la atención y los conmovió. Por último, en la tercera ronda dialogamos juntos a partir de lo que ha surgido previamente para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: reconocer intuiciones y convergencias; identificar discordancias, obstáculos y nuevas preguntas; dejar que surjan voces proféticas. Es importante que todos puedan sentirse representados por el resultado del trabajo.El señor Cardenal Luis José Rueda afirmó que “la experiencia sinodal parte de un yo, cuando compartimos lo nuestro, de un tú, cuando valoramos lo que hemos escuchado y de un nosotros para construir en comunidad”.Además, “Sí nosotros logramos hacer de esa metodología un estilo de las parroquias, de las pequeñas comunidades, de las diócesis, entonces nos dejaremos guiar por el Espíritu santo. La sinodalidad de esa manera se convierte en un estilo de vida; la “Conversación de la Espiritualidad” más que una metodología es una espiritualidad”, añade el presidente del Episcopado Colombiano.El silencio juega un papel crucial en la “Conversación Espiritual”, permitiendo expresar emociones indecibles y alegrías que trascienden las palabras. El papa Francisco ha subrayado la importancia del silencio en la vida del creyente, en la Iglesia y en el camino hacia la unidad cristiana.Este enfoque permite que diversas voces y necesidades de la Iglesia sean escuchadas y autorizadas, creando un espacio donde nadie prevalece sobre los demás y se busca la voluntad divina en conjunto.La implementación de la “Conversación Espiritual” en el Sínodo de la Sinodalidad fortalece el diálogo fraterno y enriquece el proceso de discernimiento en la Iglesia Católica. Este método refleja el espíritu sinodal de caminar juntos, como Pueblo de Dios.Vea la explicación del Señor Cardenal:

Vie 6 Oct 2023

En Roma y en Bogotá se vivió "Together, Encuentro del Pueblo de Dios"

El pasado 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro, en Roma, el papa Francisco presidió una vigilia ecuménica para encomendar los trabajos del Sínodo sobre la Sinodalidad que tendrá, en esta etapa universal, una primera sesión de Asamblea General entre el miércoles 4 y el domingo 29 de octubre. Al encuentro de oración llegaron personas de diversas partes del mundo y líderes de distintas comunidades cristianas para dar testimonio de unidad en un momento crucial para la Iglesia Católica. La iniciativa surgió, precisamente, del contexto ecuménico, pues fue el hermano Alois Löser, de la comunidad ecuménica de Taizé, quien propuso al pontífice la realización de este encuentro, con réplicas en todo el mundo, con el argumento de que, si la Iglesia se abre al diálogo con los hermanos cristianos, en espíritu de fraternidad, esto contribuye a que sea verdaderamente sinodal, pues la Iglesia debe llegar a todos.También en Bogotá, gracias al liderazgo de la Red Juvenil Ignaciana dirigida por el padre Daniel Vargas sj, se realizó la versión de Together en la que tomaron parte activa los líderes y jóvenes de la Central de Juventudes, el Movimiento de los Focolares y el “Grupo Taizé – Bogotá” que está inspirado en la comunidad del mismo nombre. Por su parte, las delegaciones de algunas iglesias cristianas históricas hicieron presencia en este evento ecuménico local realizado el 23 de septiembre en el Auditorio Félix Restrepo de la Universidad Javeriana; entre ellas se destaca la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Constantinopla, la Iglesia Siro-Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía, la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana, la Iglesia Luterana Alemana – Congregación San Mateo - ¡que además organizó el coro que fue parte fundamental de la vigilia! -, la Iglesia Bautista, la Iglesia Discípulos de Cristo, la Iglesia Metodista y la Iglesia Menonita.Por parte de la Iglesia Católica, además de las instituciones que se han mencionado, participó una delegación de los Misioneros de la Unidad, venida desde Valledupar (Cesar), y el Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia, además de varias personas de distintas parroquias interesadas en el tema ecuménico. De la misma manera como se vivió en Roma, también en Bogotá la oración fue guiada por la metodología de Taizé con base en cantos de reflexión y silencios profundos. Las plegarias y textos bíblicos fueron pronunciados por los diferentes líderes de las iglesias participantes, así como la bendición final. En Bogotá, además, hubo tiempo para un provechoso trabajo en grupos, a modo de conversación espiritual, en el que salieron a relucir los puntos en común que deben ser base para el trabajo por la unidad entre cristianos.El papa Francisco en su magisterio ha hablado incluso de una “conversión ecuménica”; así lo afirmó este año, con motivo de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, Apóstol, el 25 de enero, con estas palabras: “nuestra conversión ecuménica avanza en la medida en que nos reconocemos necesitados de gracia; necesitados de la misma misericordia; sabiendo que todos dependemos en todo de Dios, nos sentiremos y seremos, con su ayuda, verdaderamente uno (cf. Jn 17,21), hermanos de verdad”. Esta convicción de Francisco demuestra que el tema ecuménico es muy cercano a su corazón; precisamente, durante la Asamblea General del Sínodo de la Sinodalidad, motivo de oración de Together, habrá presencia de “Delegados fraternos” del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Iglesia Ortodoxa serbia, la Iglesia Ortodoxa rumana, la Iglesia Ortodoxa Copta, la Iglesia Apostólica Armena, la Iglesia Ortodoxa siro malankar, la Comunión Anglicana, el Consejo Metodista Mundial, la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas, la Alianza Bautista Mundial, la Fraternidad Pentecostal Mundial y los Discípulos de Cristo.

Mié 4 Oct 2023

La Iglesia colombiana en la Asamblea General del Sínodo: primeros momentos, imágenes y voces

En la mañana de este miércoles 4 de octubre, con una Santa Misa a la que asistieron miles de feligreses, presidida en la Plaza de San Pedro por el papa Francisco en compañía de los miembros del Colegio Cardenalicio, entre ellos, el señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, se dio apertura a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Este encuentro marca el inicio de la etapa universal del camino de comunión, participación y misión en el que, desde la convocatoria del papa Francisco en 2021, la Iglesia ha venido trabajando a nivel local y continental.Esta asamblea acoge en la Ciudad del Vaticano a 365 miembros de la Iglesia, provenientes de los cinco continentes, que estarán orando, discerniendo y trabajando hasta el 29 de octubre en esta primera etapa. El segundo momento se desarrollará en octubre de 2024, fecha en la que se tendrá una síntesis final con orientaciones producto de todo el proceso, que serán recogidas por el pontífice.Entre estos participantes, hay cinco colombianos. Además del señor Cardenal, están presentes monseñor Ricardo Tobón (arzobispo de Medellín), monseñor José Miguel Gómez, (arzobispo de Manizales), monseñor Juan Usma (miembro del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) y la hermana Gloria Liliana Franco (presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos).Tanto en la Eucaristía, como en la instalación del encuentro, el Santo Padre recordó de diversas maneras a participantes y, en general, a todos los fieles, que el sínodo no es un parlamento sino un proceso que se da a partir del caminar bajo la presencia del Espíritu Santo, origen de la armonía. En él, reafirmó el Santo Padre, la escucha es fundamental. Además, pidió humildad, caridad y oración.Conozca los demás detalles en el informe especial presentado a continuación desde Roma:

Mar 3 Oct 2023

Iglesia en Cartagena dio un paso adelante en la prevención de abusos

La Arquidiócesis de Cartagena dio un paso adelante en su compromiso con la protección y el bienestar de los niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables en la Iglesia Católica.“Cuidar es Amar”: este el lema que inspira la importante misión que desarrollará dicha jurisdicción eclesiástica desde esta nueva área. Más que un espacio físico, se convierte en un eje prioritario de su trabajo, desde el cual se buscará fomentar entre todos sus miembros una Iglesia que cuida, custodia, protege, acompaña a su comunidad y que trabaja por formar apóstoles del cuidado.Implementar estrategias para prevenir los abusos y brindar apoyo psicosocial a niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables en cualquier entorno relacionado con la Iglesia en Cartagena: estos serán dos de las principales dimensiones de este trabajo. Para ello, según han expresado, buscarán implementar políticas, protocolos y procedimientos alineados con las directrices de la Conferencia Episcopal de Colombia en el marco de un Sistema para la Cultura del Cuidado.De manera concreta, Mirma Cerra De La Cruz, la psicóloga que estará directamente encargada de la oficina para la Cultura del Cuidado, destaca que el trabajo desde allí se proyectará en cuatro dimensiones: prevención a través de formación en las instituciones educativas y eclesiásticas, detección de los casos que pueden ser reportados por la comunidad a través de diversos canales, atención terapéutica y reparación integral.La Arquidiócesis de Cartagena, como provincia eclesiástica, buscará también trabajar en articulación con otras diócesis de la región para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las comunidades. Esto, inspirado en la iniciativa de la Conferencia Episcopal de Colombia denominada “Iglesias Particulares Seguras y Protectoras” entre los meses de mayo y junio, que permitió realizar varias jornadas de formación en algunas de las jurisdicciones que la confirman.El Vicario General de la Arquidiócesis de Cartagena, padre Richard Nieto, dio a conocer que el próximo mes “se llevarán a cabo encuentros formativos en diferentes ambientes eclesiales de la Arquidiócesis de Cartagena y asesorías a unidades de servicio, contextualizando a toda la comunidad arquidiocesana y trazando rutas para identificar y trabajar en estrategias de cuidado y el autocuidado”.El padre Nieto subraya también la importancia de esta Cultura del Cuidado para proteger a todas las personas que trabajan en la Arquidiócesis de Cartagena “cuidarnos los unos a los otros y caminar en esperanza”.La Oficina para la cultura del cuidado ofrece atención telefónica, presencial, virtual y anónima.Vía telefónica o WhatsApp: 315-3380 337Vía electrónica: [email protected]ón de quejas o denuncias escritas: en información de la curia arzobispal de Cartagena de lunes a viernes de 8-1pm y de 2 a 4 pm.La atención presencial se realiza de lunes a viernes desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p. m en la oficina ubicada en el segundo piso de la Curia Arquidiocesana, Centro Histórico (carrera 5#34-55).

Lun 2 Oct 2023

Santuarios de Colombia: protagonistas en la preparación del Jubileo de la Esperanza 2025

Entre el 26 y el 28 de septiembre, 46 sacerdotes que lideran diversos santuarios en el país, se reunieron en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia para participar en un encuentro que permitió identificar el rol crucial que cumplen estos importantes centros de culto en la tarea evangelizadora de la Iglesia.El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) fue el encargado de convocar y liderar la realización del espacio. De acuerdo con su director, el P. Jairo Ramírez, este espacio fue clave en el contexto de la preparación desde la oración para el Jubileo de la Esperanza que se llevará a cabo en 2025.Cada uno de los tres días de reunión acogió una ponencia central. La primera de ellas estuvo a cargo del padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina del SPEC, quien la tituló: “Los Santuarios como promotores de evangelización permanente”.La segunda ponencia abordó los aspectos fundamentales del peregrinar religioso en los santuarios y estuvo a cargo de monseñor Mauricio Rueda Beltz, Nuncio Apostólico en Costa de Marfil, quien estuvo presente en el evento antes de su viaje al país africano el próximo 15 de octubre.Sobre su intervención, el señor Nuncio remarcó tres elementos: “El primero es la oración personal y el silencio interior, también a través de la oración litúrgica de la Iglesia que cada santuario le proporciona; en el segundo, el peregrino, mediante la caridad en el santuario, cuya mayor expresión es el sacramento de la misericordia y el perdón con los que logra también ese encuentro transformador; y en tercer lugar, a través de la piedad popular, el “tacto de Dios” se logra igualmente esa transformación de su corazón”.Para cerrar el espacio, se llevó a cabo la tercera exposición titulada “la administración de los recursos económicos de los santuarios”. Esta conferencia fue dirigida por el padre Oscar Martínez, Sacerdote redentorista y por el padre Ramiro Bustamante, rector del Santuario del Señor de los Milagros de Buga.Este encuentro fue tan formativo, como vivencial, pues los rectores también compartieron espacios de oración y de peregrinación hacia el Santuario del Divino Niño y de la Basílica Nuestra Señora de Lourdes de la ciudad de Bogotá.Por su parte, Luis Carlos Gavilán, rector del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas en Ipiales (Nariño), comentó que “este encuentro fortalece los lazos entre los responsables de los santuarios, y esto permite reflexionar sobre el papel fundamental que se desempeña en la tarea de la nueva evangelización”.

Lun 2 Oct 2023

“Nuestra vida no es una idea...Nuestra vida es un camino”: Sr. Cardenal Luis José Rueda en su primera Eucaristía

Este domingo, 1 de octubre, en la Capilla del Santísimo de la emblemática Basílica de San Pedro, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió su primera Eucaristía bajo este nuevo rol de servicio y liderazgo en la Iglesia Universal. El purpurado ofreció la celebración por el inicio del mes de las misiones.Durante esta Santa Misa monseñor Rueda estuvo acompañado por sus familiares, algunos miembros del clero de la Arquidiócesis de Bogotá que asistieron al consistorio, así como por sacerdotes y religiosas de otras jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran estudiando en Roma.Además, seis de sus hermanos en el episcopado también estuvieron allí, celebrando junto a él y manifestándole, una vez más, su fraternidad y cercanía en este momento especial. Se trata específicamente de monseñor Ismael Rueda, arzobispo de Bucaramanga, monseñor Germán Medina, obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Pedro Salamanca, obispo de Facatativá, monseñor Luis Augusto Campos, obispo de Socorro y San Gil y monseñor Ramón Alberto Rolón, obispo de Montería.Durante su homilía, el purpurado puntualizó tres aspectos fundamentales:1. Para tener nosotros una relación viva con el padre celestial como hijos e hijas, debemos parecernos a Cristo, tener los sentimientos de él y vivir todos los días en una búsqueda permanente para obrar y pensar cómo él.2. Debemos pedirle a Dios que nos enseñe sus caminos. Sobre esto expresó: “Nuestra vida no es una idea, nuestra vida no es una definición teórica, nuestra vida es un camino…No permitas Señor que yo me equivoque de camino”.3. Recordó los mensajes que les dio a conocer el Santo Padre el pasado sábado 30 de septiembre durante el consistorio en horas de la mañana y, posteriormente, en la Vigilia Ecuménica "Together" celebrada también en la Plaza de San Pedro.El papa Francisco pidió a los cardenales y, a través de ellos a todo el Pueblo Fiel de Dios, ser como una orquesta sinfónica que interpreta una melodía única a pesar de las diferencias de instrumentos y músicos. Para lograrlo, dijo el Cardenal, es necesario no comparar, sino articular.En la tarde, durante la vigilia, el pontífice habló sobre la importancia del silencio para recibir las mociones del espíritu. "Debemos cultivar el silencio, escuchar al otro requiere silencio, escuchar la voz de Dios y escucharnos a nosotros también. En un mundo de ruidos, de frenesí, de quejas, de reclamos, es necesario estar en silencio para poder pasar a la gratitud de la vida", puntualizó el purpurado.Además, agradeció los signos de fraternidad espiritual quienes lo han acompañado. Dijo que estos han sido una expresión de la fraternidad de toda la Iglesia colombiana.Posteriormente, al terminar la celebración, el presidente del episcopado colombiano estuvo compartiendo en la Basílica con algunos de los fieles y turistas presentes allí que, de manera especial, al verlo, quisieron saludarlo y pedir su bendición.