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iglesia católica

Mié 15 Nov 2023

La séptima Jornada Mundial de los Pobres

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - El próximo domingo 19 de noviembre, convocados por el Papa Francisco, la Iglesia celebra la Séptima Jornada Mundial de los Pobres con una exhortación muy concreta: “Un río de pobreza atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse; ese río parece arrastrarnos, tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace cada vez más fuerte”.Recordemos cómo esta Jornada surgió hace siete años, en el cierre del año de la misericordia celebrando el jubileo de las personas marginadas, empobrecidas y excluidas, por lo que el Papa Francisco, en su mensaje de este año, no duda en afirmar que “la Jornada mundial de los pobres, es una cita que la Iglesia va arraigando poco a poco en su pastoral, para descubrir cada vez más el contenido central del Evangelio”. Justamente el año inmediatamente anterior nos pedía “hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario”, recordándonos que “no es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído”.Una pregunta que nos cabe a quienes servimos en una nación como Colombia, inequitativa y desigual, es la que nos suscita el santo padre: ¿Qué pasos acertados debemos dar en todos nuestros ámbitos de la vida eclesial, para que esta jornada sea la oportunidad, que todos nos damos, para mantenernos en el contenido central del Evangelio?1.Una mayor toma de conciencia a partir de la realidad que estamos viviendo. No podemos ocultar que, durante décadas, y todavía hoy, se nos sigue diciendo con bastante insistencia, que la pobreza entre nosotros es un fenómeno residual y que basta con darle tiempo al tiempo para que vaya desapareciendo. No han faltado quienes afirmen que la tarea sigue siendo aumentar el tamaño de la torta sin necesidad de esas políticas redistributivas que ponen tan nerviosos a los sectores más dinámicos de la economía y que acaban produciendo efectos desastrosos.Mientras llegaba ese gran momento esperado, con el fin de no enturbiar ese clima alegre y confiado de una sociedad opulenta, cuyas utilidades son en cientos billones de pesos, se debía mantener, en las periferias existenciales, a los pobres. Lo que vemos, y podemos señalar con el dedo, es que la pobreza, lejos de disminuir crece en progresión geométrica extendiéndose a los pensionados que sobreviven y a los no pocos enfermos crónicos que ciertamente se están muriendo, a los migrantes y desplazados, a las víctimas de la violencia, a las minorías étnicas y las familias que luchan por mantenerse unidas. Amén de las personas en situación de discapacidad.Estas situaciones de injusticia constituyen un gran desafío para nosotros como Iglesia. Nuestras últimas conversaciones espirituales, y eso lo meditamos en el documento Luces en el Camino Hacia la Paz de nuestros Pastores, nos recuerda que el Espíritu de Dios nos está llevando a descubrir con mayor claridad que, hoy, la cima de la santidad y la santificación del Pueblo de Dios, no son posibles sin un compromiso con la justicia, sin una solidaridad con los pobres y oprimidos y sin hacer, juntos, de la sinodalidad un estilo de vida y una forma de ser Iglesia.2.Redescubrir las razones de Dios y de Jesús para estar con los pobres.Jesús siempre actuó prefiriendo a los que menos tenían y más sufrían. Colocó al centro todas las vidas echadas a perder. Su preferencia por ellos resultó ser escandalosa. Pero Jesús prefirió y prefiere a los pobres no porque en ellos encontró una cualidad especial, sino precisamente porque eran pobres. Creo que algunos ejemplos nos pueden ayudar.Prefirió a la ovejita número cien (Lucas 15, 4-6) que se apartó del rebaño, a las noventa y nueve juntas, sólo porque se había perdido y no tenía la capacidad de retorno. Tuvieron que traerla cargada. Esa fue su ovejita más querida, no antes de perderse, sino después de que se había perdido. A la hora de cumplir con un contrato laboral, da preferencia a los obreros que habían estado desempleados frente a los demás (Mateo 20 1 -16) únicamente porque nadie les había ofrecido trabajo estando disponibles y sabiendo trabajar. Y en el caso de Lázaro, (Lucas 16, 9 -31) éste no tenía otro mérito frente a Epulón que el de ser pobre.Como podemos ver, este Dios que siempre aborrece lo que sobresale, que en términos del Papa Francisco es la referencialidad, se complace en los pequeños, no por lo que puedan pensar o por su humildad, sino simplemente por ser lo que son, los pequeños. Esta predilección no viene de ellos, sino que nace de Dios. Dios siendo el Padre de todos no puede querer para nosotros sino el bien y la igualdad de sus hijos. Las desigualdades como las que vivimos en Colombia hieren a Dios en su amor. Y esta es una lógica que Jesús va a radicalizar radicalizando la paternidad de Dios. Por eso Dios y Jesús están siempre al lado de los pobres, porque viendo cómo la balanza se inclina siempre del lado del mas fuerte, en casi todos los aspectos, Ellos, decididamente, han querido restablecer el equilibrio.3.Volver a las fuentes que nos mantienen en lo esencial.Los concilios de los siglos V y VI como el de Vaisón del año 442, el de Roma bajo el Papa Símaco, año 504, el de Adge, año 506, el de Orleans, año 549, el de París, año 557 y el de Tours, año 567, serán reiterativos en afirmar que la asistencia a los pobres es una obligación tan fuerte que “el que retenga los dones hechos a la Iglesia debe ser excomulgado y considerado un verdadero “necátor pauperum” (Asesino de los pobres). Y ello precisamente, porque como afirmará más tarde Julianus Pomerius en el concilio de Arlés del año 836, en el tratado de Vita contemplativa “los bienes de la Iglesia son el patrimonio de los pobres”. Los santos padres igualmente tuvieron un radicalismo, aprendido en las sagradas escrituras, que inspiraron estas conclusiones conciliares. Si Dios ha querido el Destino Universal de los bienes como enseña la doctrina social de la Iglesia, ello nos lleva a pensar y a profetizar que las riquezas serán siempre injustas mientras coexistan con la pobreza, prescindiendo de cómo se hayan obtenido, como bien lo expresó monseñor Barreto presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, cuando afirmó: “ Estas reflexiones surgen del análisis de los datos oficiales (los cuales son incontrovertibles), de la preocupación por la desinformación que difunden muchos medios de comunicación, sectores políticos y económicos, y ante la tristeza de ver que el país puede seguir generando riquezas solo para los grandes empresarios, los banqueros, los terratenientes y otros ricos”.Permítanme citar los interrogantes de San juan Crisóstomo en su homilía sobre la 1ª carta a Timoteo: “Dime ¿De dónde te viene ser tan rico?, ¿De dónde recibiste la riqueza?, y ese otro, ¿De quién la recibió? Del abuelo, dirás, del padre. ¿Y podrás remontarte por el árbol genealógico, demostrando la justicia de tus posesiones? Seguro que no podrás. Necesariamente, en su principio y en su raíz hay una injusticia. ¿Que cómo llego a esa conclusión? Porque al principio Dios no hizo rico a uno y pobre al otro, ni tomo a uno y le mostró los grandes yacimientos de oro y al otro lo privó de este hallazgo. No, Dios puso, delante de todos, la misma tierra. ¿Cómo, pues, siendo todo común, tu posees tierras y más tierras, y el otro ni un terrón?También otro padre de la Iglesia, que vivió en Palestina, como es San Jerónimo, en su carta 120, dirigida a Edibia nos enseña: “Sabiamente habla el evangelio de “riquezas injustas” pues todas las riquezas proceden de la injusticia y uno no se puede adueñar de ellas a no ser que otro las pierda o se arruine. Por eso a mí me parece certísima aquella sentencia popular que dice: “el rico o es injusto o es heredero de un injusto”.”No son pocos los santos padres de la Iglesia como san Juan Crisóstomo y san Jerónimo que nos recordaran que aquello que le sobra el rico, le pertenece al pobre. En su tiempo fueron afirmaciones escandalosas, y hoy también lo son. Pero los santos padres jamás ignoraron que los ricos bien podían exhibir las escrituras de sus tierras y justificar sus propiedades mostrando todo en regla. No obstante, ellos, jamás dieron marcha atrás. Ellos distinguieron entre la legalidad formal y la justicia real cuestionando con su magisterio el orden social vigente. San Gregorio Nacianceno les dirá: “Esas son las leyes de los poderosos, no las del creador”. También san Ambrosio y san Agustín dirán de manera tajante: “continuamente se citan leyes en sus palacios, pero estas son las de Justiniano, no las del Señor”.4.Tener un encuentro más sincero con el Señor. Creo que nuestra principal tarea es traducir la belleza de las Plegarias litúrgicas, VC y VB, en nuestro compromiso con los pobres según el corazón de Dios y el querer de la Iglesia.Hoy se habla de la secularización y de la perdida de la fe, pero, no obstante, nuestro pueblo sigue siendo profundamente religioso y más de lo que se piensa. Seguimos buscando estar a bien con Dios y contar con su protección divina. La dificultad está en que no siempre nuestras celebraciones son un encuentro sincero con Dios. Muchas de nuestras celebraciones sacramentales quedan reducidas a una reunión de carácter social, un acto impuesto por la costumbre o un rito que se hace sin comprender muy bien lo que significa y sin que, por supuesto, implique compromiso alguno para la vida. Por ello, en la celebración de esta jornada, en la que debemos cultivar nuestras motivaciones internas, cuando nuestro párroco o el sacerdote celebrante nos diga al momento de la Plegaria eucarística: ¡Levantemos el corazón! Esa respuesta: ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor! Debe ser muy sincera, porque lo que sigue es una oración muy sentida que ilumina esta jornada: “Señor, danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón y de paz”. Bendecida celebración de esta jornada en la solidaridad y la esperanza.Pbro. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social

Vie 10 Nov 2023

Velad, porque no sabéis el día ni la hora

TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO12 de noviembre de 2023Primera lectura: Sabiduría 6,12-16Salmo: 63(62),2.3-4.5-6.7-8 (R. 2b)Segunda lectura: 1Tesalonicenses 4,13-18Evangelio: Mateo 25,1-13I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn vísperas de la Pasión, Jesús instruye a los discípulos sobre la manera de estar preparados para el final de los tiempos; la primera condición es la vigilancia, porque no se sabe el día ni la hora de la segunda venida de Cristo. La parábola de las doncellas prudentes anima a los cristianos a mantener encendida la luz de la fe y la gracia que recibieron en el Bautismo (Evangelio). Jesús es la encarnación de la sabiduría divina que había de ser buscada sin descanso, velando por ella (primera lectura).En estos domingos finales del año litúrgico, san Pablo explica la esperanzadora doctrina cristiana sobre los últimos tiempos y sobre la suerte de los difuntos (segunda lectura).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Sabiduría 6, 12-116:-Quien madruga a buscar la Sabiduría la encontrará en su puerta.-La Sabiduría va por todas partes buscando a los que son dignos de ella.Salmo 62:-Dios mío, yo te busco, mi alma tiene sed de Ti.1Tesalonicenses:-No se entristezcan como los demás que no tienen esperanzaMateo:-Vírgenes prudentes, quienes tenían listo el aceite en sus alcuzas2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Ya vamos llegando al final del año litúrgico y la Palabra de Dios en esta domínica nos ayuda a hacer una síntesis de lo que ha sido este año de búsqueda del Señor en nuestra vida personal y familiar. La primera interpelación es a no dejar nunca una actitud de búsqueda de la sabiduría, es decir, nunca dejar de cuestionarme sobre el sentido de mi vida y esto es posible con una actitud orante en el día a día. Una persona que cada mañana y cada anochecer eleve su corazón a Dios recibirá, sin duda, el regalo de la sabiduría, la gracia de encontrarle el auténtico sentido a su vida. Cuando en nuestro tiempo tantas personas se sienten a la deriva, sin horizonte hacia dónde dirigirse, aún en medio de riquezas, de bienestar material y vanidades de todo estilo, un cristiano que con sinceridad busca a Dios en su vida logra asumir que sólo Él le da sentido a su existencia y aprende a relativizar lo pasajero. Por eso el vehemente llamado del salmo 63 /62 “Dios mío yo te busco, mi alma tiene sed de Ti”. La sed de Dios es el mismo deseo interior de la Sabiduría.El Evangelio de Mateo hoy, en los primeros versos del capítulo 25, precisamente, nos ayuda a comprender lo que significa la búsqueda de la Sabiduría, representada en las 5 vírgenes sabias que tenían listo el aceite para encender sus lámparas. Estas mujeres sabias aplican muy bien el llamado de la primera lectura de hoy a buscar la Sabiduría, la cual no llega de una manera improvisada; al contrario, es necesario buscar el aceite, prepararlo con tiempo, estar preparados. El “vayan ustedes a buscarlo” (el aceite), significa la necesidad de estar todos los días listo, preparado y debe ser una preparación personal, nadie lo puede hacer por mí. Ese fue el error o pecado de las otras 5 vírgenes y por eso las conocemos como las vírgenes necias, cuya pasividad reflejaba su actitud de vida sin horizonte, sin esperanza, sin búsqueda, sin la capacidad de ver en profundidad el significado de cada día, la novedad de cada día. Está bien que las 10 vírgenes se quedaron dormidas, por el cansancio, sin embargo, cuando llegó la hora de recibir el esposo para ingresar a la boda, obviamente, las vírgenes necias no estaban preparadas para entrar con él. La Palabra de Dios nos está invitando hoy a asumir una actitud sincera de búsqueda de Dios, a buscarlo como un “esposo”, como mi amado que mantiene encendida mi lámpara para estar atento, siempre alerta, para recibirlo, como las 5 vírgenes sabias: “Solo el que ama encuentra la sabiduría, una sabiduría que está a la entrada, a la puerta”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Dame, Señor, el don de la perseverancia en mi búsqueda de Tí, en el día a día de mi vida, en los momentos de prosperidad, luz y alegría, pero también en las dificultades, oscuridades y tristezas. Regálame, Dios mío, la gracia de la oración, que es la búsqueda incesante de tu Sabiduría. Que no me falte nunca el aceite en mi lámpara para estar siempre listo cuando llegues. AMEN._______________________Recomendaciones prácticas:II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Con las lámparas encendidas y el corazón en vela hemos venido a este banquete, ansiosos de alimentarnos de la Palabra y del cuerpo y sangre de Cristo. Dejemos que la Eucaristía sea hoy la celebración de la comunidad en la fe y que juntos podamos seguir en la búsqueda de la verdadera sabiduría. Participemos activamente.Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios, nos invita a estar preparados, con suficiente aceite en nuestras lámparas, para recibir el esposo en el día de las bodas. Utiliza así la Palabra de Dios, el simbolismo de las bodas matrimoniales, una fiesta de bodas, un banquete. Jesucristo es el esposo que llega y quienes tengan las lámparas encendidas con suficiente aceite en sus alcuzas entrarán con Él al banquete de bodas. Participemos con fe y esperanza.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, la Palabra de Dios que hemos escuchado nos ha invitado a asumir una vida de búsqueda sincera de la Sabiduría y de cumplir su Santa Voluntad, superando no solo la pereza, sino también el desgano y el rechazo a tu Palabra. Digamos al Padre juntos:R. Dios de amor, escúchanos.1.Por la Iglesia, el santo papa Francisco, los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas para que, en su ministerio de servicio a la Iglesia, con la asistencia del Espíritu Santo guíen bien a su pueblo, sepan escucharlo en sus necesidades de cada día y lo conduzcan por los caminos de la sabiduría, la prudencia y el amor.2.Por las naciones del mundo, para que reine en ellas la paz, la armonía, la justicia y se estreche más la hermandad de todos los hombres.3.Por los laicos comprometidos en diversos servicios a la sociedad civil y a la Iglesia para que su ministerio lo realicen como las vírgenes sabias, siempre preparados para un servicio sincero y generoso, libre de toda actitud egoísta como las vírgenes necias.4.Por las familias de nuestra comunidad cristiana para que cumplan su misión de ser tus testigos en su vida de hogar, viviendo los valores evangélicos de la fe, la esperanza y la caridad como signos de tu amor a la humanidad.5.Por nuestros hermanos que han muerto en la Esperanza de la Resurrección para que su partida de entre nosotros nos llene del consuelo de tu misericordia y aleje de nosotros la tristeza y el vivir como aquellos que no tienen esperanza.Oración conclusivaTodo esto te lo pedimosen tu Hijo y Señor nuestro,Jesucristo, quien vive yreina por los siglos de los siglos.R. Amén.

Vie 10 Nov 2023

¿Qué dijo el dicasterio de doctrina sobre las personas transexuales y con orientación homoafectiva?

Por P. Raúl Ortiz ToroDirector del Departamento de DoctrinaEl 8 de noviembre pasado, en el portal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), fue publicado un documento de respuesta a varias preguntas enviadas por el obispo José Negri, de la diócesis de Santo Amaro en Brasil. En primer lugar, se debe tener en cuenta la catalogación del documento, es decir, se trata de una respuesta a seis preguntas particulares de carácter pastoral, concepto emitido por un Dicasterio con el aval del Papa Francisco. En este caso, la respuesta del DDF resuelve casos particulares, pero no tiene “fuerza de ley”, pues no corresponde a lo que se conoce como “interpretación auténtica” (canon 16) que es competencia del Papa o, en su defecto, del Dicasterio para los Textos Legislativos. Por otra parte, la ley canónica enseña la diferencia entre lo que “se ha de creer con fe divina y católica”, es decir, todo lo contenido en la Palabra de Dios, escrita o transmitida por tradición (este no es el caso – cf. canon 750) y las enseñanzas “acerca de la fe y de las costumbres” a las que se le debe “prestar un asentimiento religioso del entendimiento y de la voluntad, sin que llegue a ser de fe” (como en este caso – cf. canon 752).Esto indica que, con las directrices que ha dado el DDF, las Conferencias Episcopales pueden emitir orientaciones al respecto, considerando la situación pastoral de la Iglesia en cada país. Por ejemplo, el documento responde afirmativamente a si las personas transexuales (incluso si se han sometido a tratamiento hormonal y a intervención quirúrgica de reasignación de sexo) pueden ser bautizadas, si no lo están, pero con la condición de que se sigan los procesos habituales, “con las mismas condiciones de los demás fieles”. Esta expresión debe tenerse en cuenta pues quiere decir que si “Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10, 34”), la Iglesia tampoco las hace, pero siguiendo la praxis pre-sacramental. Esto es: que haya deseo de recibir el sacramento, que se conozcan las verdades de fe, las obligaciones cristianas y que haya arrepentimiento por los pecados cometidos.Las anteriores son condiciones que se les pide a todos los que desean ser bautizados en la Iglesia. De modo que la respuesta del DDF considera, sobre todo, el deseo expresado por una persona de recibir la fe en Jesús a través de la Iglesia, con todo lo que ello implica; y es apenas lógico que si una persona transexual conoce la fe y reconoce las obligaciones que conlleva asumir esa fe, no tenga impedimentos para acercarse al sacramento; porque el bautismo es don y es tarea diaria por vivir las consecuencias de ese don. Así, la segunda respuesta sobre las personas transexuales deriva de este concepto: es decir, si están integradas a la comunidad de fe, pueden ser padrinos o madrinas de bautismo, excepto si ello conlleva el “peligro de escándalo, indebida legitimación o desorientación en el ámbito educativo de la comunidad eclesial”. Esta es una condición que debe tenerse muy en cuenta y que, seguramente, las Conferencias Episcopales explicarán con orientaciones específicas sobre la base de un discernimiento de acogida, pero también, de evitación de deformación de la doctrina.Por ahora el acento está en que se debe evitar el prejuicio que históricamente se ha tenido respecto de las personas y sus condiciones, de modo que en el servicio de acogida que hace la Iglesia se pueda contemporáneamente predicar la verdad sobre Jesús y las obligaciones que esto conlleva. El mismo principio aplica para la tercera respuesta en la que se indica que “en la legislación canónica universal vigente no existe prohibición de que una persona transexual sea testigo de un matrimonio”.El segundo bloque, también con tres respuestas, trata específicamente algunos casos de la práctica pastoral diaria en las parroquias respecto de las personas con orientación homoafectiva. La respuesta cuatro no pone reparos a que un niño sea bautizado, pues este no es responsable del comportamiento de sus padres o el método mediante el cual fue gestado, como, por ejemplo, a través de un vientre subrogado (es decir, de alquiler). El principio es muy válido y desde hace años se sigue en la Iglesia: los niños no tienen culpa respecto de estos temas; son criaturas de Dios y el bautismo no puede negarse aludiendo a condiciones de carácter moral que no le atañen al menor. El DDF ha respondido simplemente que “Para bautizar a un niño, se requiere que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica”, sin más explicaciones.Un poco más elaborada es la respuesta a la pregunta cinco, respecto de si “una persona homoafectiva y que convive con otra puede ser padrino o madrina de un bautizando”. El DDF aclara que, con base en la ley canónica (cf. canon 874), para ser padrino o madrina en un bautismo, basta con que la persona “tenga capacidad para esta misión” y “lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir”. Estas dos condiciones superan la clasificación de orientación sexual y se aplican a todos los padrinos y madrinas en general. El problema radica en si la comunidad eclesial tiene conocimiento de que los futuros padrinos de orientación homoafectiva sostienen convivencia estable, es decir, unión marital civil. En este caso el DDF invita a practicar “prudencia pastoral” que exige “que cada caso sea sabiamente ponderado, para salvaguardar el sacramento del bautismo y sobre todo su recepción, que es un bien precioso que se debe tutelar”.Incluso el documento permite considerar la conveniencia o no de la presencia de padrinos en el bautismo, ya que cada comunidad eclesial asigna diversos valores a este servicio, y la ley canónica no los exige como condición sine qua non sino, “en la medida de lo posible” (canon 872). No se ha de olvidar que, en Italia, este año y durante tres más, algunas diócesis han decidido suspender la exigencia de padrinos para el bautismo mientras se estudia su pertinencia y viabilidad, sobre todo en contextos culturales en los que se ha desnaturalizado esta misión y ha derivado en muestras de compromiso y conveniencia económica. El documento del DDF invita a los padres de familia para que los padrinos sean escogidos, preferiblemente, del círculo familiar y garanticen la formación en la fe de sus ahijados. Además, que consideren que hay otros modos de participar durante el rito de bautismo, por ejemplo, como testigos.Finalmente, como se advirtió respecto de las personas transexuales, el documento del DDF responde que tampoco existen actualmente impedimentos en la ley canónica para que las personas de orientación homoafectiva puedan ser testigos de un matrimonio.

Vie 10 Nov 2023

El administrador no es el dueño, es transitorio y está llamado a rendir cuentas: las tres enseñanzas del Cardenal a los colaboradores del episcopado colombiano

Pocos días después de su retorno a Colombia, tras haber permanecido en Roma durante cerca de 40 días, y, por primera vez, como cardenal de la Iglesia Católica Universal, este viernes 10 de noviembre, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), presidió una Eucaristía muy especial en la sede del episcopado, a través de la cual los presbíteros que dirigen los diversos departamentos junto a los colaboradores de esta institución, quisieron agradecer a Dios por su cardenalato y por el regalo que esta designación representa para la Iglesia colombiana.En la celebración también participaron otros 13 obispos, quienes durante este jueves 9 y viernes 10 de octubre han estado reunidos en Bogotá para llevar a cabo un nuevo encuentro de la Comisión Permanente del Episcopado, entre ellos, el vicepresidente y el secretario general de la CEC, monseñor Omar Alberto Sánchez y monseñor Luis Manuel Alí, respectivamente.Durante su homilía, inspirado en la Palabra de Dios, concretamente en Romanos 15 y Lucas 16, el Cardenal compartió con la comunidad institucional tres enseñanzas concretas que invitó a poner en práctica a nivel personal y en el servicio de cada uno prestada a la Iglesia colombiana. Se trata de tres características que, según el Purpurado, son características de un administrador de la vida y las instituciones fiel a Jesucristo.La primera reflexión compartida por el primado de Colombia fue “el administrador no es el dueño”. Afirmó que no somos dueños de la Iglesia ni de los talentos que tenemos, ni del don de la vida que se nos ha otorgado, el único dueño es Dios y nosotros debemos asumir su administración. Por ello, advirtió que es fundamental no perder la humildad ni la serenidad en esta misión.Seguidamente, dijo que “el administrador debe reconocer que es transitorio”. “Hoy estamos nosotros, pero después vienen otros…No llegamos para quedarnos eternamente, somos peregrinos, pasajeros…El único eterno es el señor”, precisó. Aseguró que esto debe darnos el gozo y la convicción para trabajar con energía, a partir de lo que hicieron nuestros antecesores y reconociendo que otros vendrán después a continuar esa labor.Finalmente, afirmó que, “en nuestra condición de administradores, nos corresponde rendir cuentas”. De acuerdo con el Cardenal, esto se está profundizando cada vez más en la vida de la Iglesia. “Rendir cuentas con claridad para que el pueblo de Dios sepa a qué atenerse…Aunque no seamos perfectos en los resultados, pero somos una perfección en camino acompañados por el Espíritu Santo y por el amor de la Virgen María”.Al final de la Eucaristía, el purpurado recordó que la designación que le fue hecha por el papa Francisco como Cardenal no hace referencia al mérito de una persona, es decir, a su mérito propio. Al contrario, para el presidente del episcopado colombiana, se trata de una designación por los méritos del Pueblo de Dios, “de toda una comunidad que está sirviendo a la Iglesia, a la paz y a la reconciliación”.Vea la homilía aquí:

Jue 2 Nov 2023

03 de Noviembre | Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 1-6

03 Noviembre, Viernes.Lc 14, 1-6¿A quién se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en día de sábado?Lectura del santo Evangelio según san Lucas.UN sábado, entró él en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos le estaban espiando. Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía, y tomando la palabra, dijo a los maestros de la Ley y a los fariseos: ¿Es lícito curar los sábados, o no? Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de ustedes se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca enseguida en día de sábado?». Y no pudieron replicar a esto.Palabra del Señor.

Mié 1 Nov 2023

Se acaba la vida, no el amor

Por Mons. Miguel Fernando González Mariño - Una antigua lápida decía: “terminus vitae, non amoris”. Se acaba la vida, no el amor. “Para este fin de amor hemos sido creados", dice San Juan de la Cruz.Cada año en el mes de noviembre nuestra santa madre la Iglesia, muy pedagógicamente nos recuerda la realidad más evidente de nuestra vida: que un día tendremos que morir. A pesar de ser tan evidente, el mundo se empeña por evadirla, desconocerla o desfigurarla, y en el peor de los casos, jugar con ella de las más diversas formas, queriéndole arrebatar a Dios su soberanía como el único Señor y dador de vida. Algunos científicos se creen con el derecho de fabricar, manipular y matar embriones humanos. Hay también, magistrados que, con aberrante soberbia, les conceden a las madres el derecho de matar a sus hijos antes de que nazcan. Es tan insidiosa la insistencia de “la cultura de la muerte” que hoy en día atentan contra sus vidas o directamente piden la muerte ya no solo adultos desesperados por graves problemas o enfermos terminales en gran sufrimiento, sino también adolescentes y cada vez más niños y jóvenes, que están comenzando a vivir y por cualquier contrariedad les parece que no vale la pena vivir. Lo cierto es que hoy, son cada vez más los imbuidos por la cultura del descarte que demuestran que, quien no valora la muerte, es porque no valora la vida.Cuando san Pablo escribió “Para mí la vida es Cristo y morir una ganancia” (Flp 1,21) no padecía de ideación suicida, ni mucho menos. El suicida es el que quiere erróneamente escaparse de la vida, huir, evadirlo todo. En cambio, para tener la convicción de Pablo, se requiere estar enamorado de Cristo. Para ver la muerte como una ganancia, Pablo primero asumió a Cristo, no solo como un maestro, o como un modelo a seguir, sino como su vida misma, la razón de su existencia, y entonces toda su vida en esta tierra, cada día y cada momento los utilizó para asimilarse más a Cristo, para tener sus mismos sentimientos, su misma forma de pensar, de tratar al prójimo, y a sí mismo como hijos de Dios. En fin, preparó su alma para encontrarse cara a cara con Él, para vivir en Él eternamente.“La muerte es el final de la vida terrena” dice el Catecismo de la Iglesia Católica (1007) y agrega que “el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida.” Y en qué puede consistir “llevar a término nuestra vida” sino en aprender a amar y, como dice el Papa Francisco, como dice el Papa Francisco en términos futbolísticos: la vida terrena es como el campo de entrenamiento para el gran partido. Estamos aquí para “entrenarnos en el amor. La vida eterna que nuestro Padre Dios nos ofrece es vivir no junto a Él sino en Él, que es Amor absoluto, o sea que para estar en el cielo ciertamente tenemos que ser “expertos en amar.” Todo el evangelio es una continua exposición de cómo Jesús ama, me ama, incluso hasta dar su vida por mi salvación. “Qué bonita que es la vida” dice la conocida canción. Pero toda su belleza sólo se reconoce cuando la asumimos como el único medio que Dios nos presenta para llegar al cielo, cuando vivimos con los pies muy en la tierra pero el corazón en el cielo, puesto en Dios, cumpliendo a cabalidad los deberes de cada día, queriendo ayudar a hacer más feliz la vida de nuestros hermanos, ayudándoles a conocer, ya aquí en este mundo una muestra del infinito amor de Dios. Cuando valoramos así la vida, en su justa medida, valoramos entonces la muerte, como lo que es: el momento del abrazo del Padre que nos acoge en su casa. Entonces sí entendemos porque hay que morir para vivir. Mortem, terminus vitae, non amoris.+Miguel Fernando González MariñoObispo de la Diócesis de El Espinal

Mié 1 Nov 2023

"La oración de ustedes me da fuerzas y me ayuda": Papa Francisco

En el más reciente videomensaje enviado por el Santo Padre a la Iglesia universal a través de la iniciativa Red Mundial de Oración del Papa, en el que comparte la intención para este mes de noviembre, el pontífice pide orar por él. En esta ocasión, con un tono muy íntimo, abre su corazón para confesar que necesita de esta oración de los creyentes para poder cumplir con su misión.En este Video del Papa, las imágenes que acompañan sus palabras se convierten en una especie de relato de su pontificado a través de diversas emociones.“Por el hecho de ser Papa, uno no pierde su humanidad. Al contrario, mi humanidad cada día crece más con el santo pueblo fiel de Dios”, expresa el Santo Padre.Además, reconoce que ser Papa es un proceso: “Uno va tomando conciencia de lo que significa ser pastor. Y en este proceso aprende a ser más caritativo, más misericordioso y, sobre todo, más paciente, como es nuestro padre Dios, que es tan paciente”, agrega.El papa Francisco pide también allí que lo “juzguen con benevolencia. Y que recen para que el Papa, sea quien sea (...) reciba la ayuda del Espíritu Santo, sea dócil a esa ayuda”. Finalmente, concluye el video con una pizca de humor diciendo: “Recen por mí. ¡A favor!”.Según la tradición del Apostolado de la Oración (antiguo nombre de la Red Mundial de Oración del Papa), los Papas encomiendan desde 1879 una intención de oración cada mes a la Iglesia, a través de la Red Mundial de Oración del Papa. En este mes, la intención es la siguiente: “Oremos por el Papa, para que en el ejercicio de su misión siga acompañando en la fe a la grey que le ha sido encomendada por Jesús y siempre con la ayuda del Espíritu Santo”.

Mar 31 Oct 2023

La pastoral sacerdotal en Colombia, cada vez más consolidada

Bajo la misión de fortalecer la pastoral sacerdotal en Colombia, se llevó a cabo del 23 al 25 de octubre en Bogotá el Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Sacerdotal de 2023. En el espacio que fue convocado por el Departamento de Ministerios Ordenados de la Conferencia Episcopal de Colombia participaron 38 sacerdotes de diferentes jurisdicciones eclesiásticas del país.Este encuentro significó un importante paso hacia adelante en el camino de la consolidación de dicha pastoral, dando respuesta a los desafíos pastorales y humanos de los sacerdotes en cada Iglesia particular, frente a aspectos como la autoestima, la capacidad de escucha, la cultura del encuentro. Lo que permitirá fortalecer, a su vez, el servicio prestado a los fieles.Para facilitar dicho fortalecimiento, durante el encuentro, monseñor Luis Albeiro Maldonado, obispo de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy y miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados, presentó una publicación con diez talleres de aplicación práctica, producto de un diagnóstico que se inició desde la época de pandemia en cada jurisdicción. El prelado enfatizó en la importancia de brindar una formación continua a los delegados y generar una colaboración permanente entre los presbiterios. Aseguró que aunque la primera responsabilidad en este sentido es para el obispo, todos son llamados a aportar.“Todos somos responsables de la Pastoral Sacerdotal, cuando se abren las posibilidades de generar acompañamiento y formación es necesario que todos respondamos a esta dinámica generosa que la Iglesia nos propone” expresó monseñor Maldonado.Por su parte, el padre Fredys Bernardo Bayuelo, Delegado la Pastoral Sacerdotal y Rector del Seminario de la Diócesis de Engativá, destacó estos encuentros como espacios de aprendizaje colaborativo y crecimiento espiritual, al promover el trabajo en equipo y la sensibilización sobre la importancia de la pastoral sacerdotal: “Asisto por primera vez a estos encuentros y es muy importante saber la conformación de nuestro presbiterio, es muy necesario aunar una fuerza a través del plan de pastoral de la diócesis, para que todos podamos manejar un mismo lenguaje en el servicio que prestamos a nuestros fieles”, puntualizó.El presbítero Martín Medina Gómez, Delegado de la Pastoral Sacerdotal de la Diócesis de Girardot, destacó el crecimiento que han tenido estos encuentros y, a su vez, las delegaciones: “Yo llevo 12 años participando como delegado y me complace mucho ver el crecimiento que ha tenido el grupo de delegados de cada una de las jurisdicciones. Empezamos con 17 de participantes y en esta ocasión ya tuvimos 38 participantes, lo cual significa que las jurisdicciones ya están tomando conciencia sobre la necesidad y la importancia de la pastoral sacerdotal”.