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Iglesia

Vie 3 Mayo 2019

Vive la Semana por la Familia 2019

Bajo el lema “Vivir la alegría del amor de Dios en la familia”,la Conferencia Episcopal de Colombia, a través delDepartamento de Matrimonio y Familia, invita a vivir esta jornada, que se desarrollará del 12 al 19 de mayo. Inspirados en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco, se propone “dedicar una semana para volver a insistir en la tarea de la familia como lugar esencial donde se vive el amor”, ha explicado el padre Ramiro Antonio López Montoya, director de esta estructura del Episcopado Colombiano. “El mismo Papa Francisco nos recuerda que esta alegría del amor de Dios se vive de modo especial en la familia y es motivo de regocijo para la Iglesia (Cf Amoris Laetitia, 1), pues ella es reflejo del amor de Dios Uno y Trino que quiso hacerse hombre en la familia de Nazaret”, agregó el sacerdote. De otra parte,señaló que la Iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad, quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata de vivirlo fielmente. Sobre todo, en los distintos contextos, muchas veces adversos, que debe afrontar, como lo manifestó San Juan Pablo II al señalar: “La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus derechos fundamentales”. He aquí, insiste el padre Ramiro, “la importancia de que recuperemos la vivencia del amor en la familia como Institución básica de la sociedad, puesla familia posee tareas esenciales que nadie puede reemplazaro suprimir”. Para animar la Semana de la Familia, se ha diseñado una cartilla que busca ser una guía de ruta para trabajar en familia y con las comunidades de apoyo, temas de interés propios para esta celebración. La cartilla se podrá adquirir en la librería de la Conferencia Episcopal. PBX: 4375540 | Cel: 313 8808447 | Correo electrónico: [email protected] Descargueinsumos para la Semana de la Familia 2019– Aportes para la reflexión sobre el papel de la familia en la sociedad [icon class='fa fa-download fa-2x'] Eucaristía de Inicio[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Eucaristía de cierre[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Viacrucis de la familia[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Oración por las familias[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Mapa conceptual - Cartilla Semana de la Familia[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Carátula de la cartilla[/icon]

Vie 3 Mayo 2019

Medellín sede del Encuentro Nacional de Rectores de Seminarios Mayores

Las Comisiones de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia, realizarán del 13 al 17 de mayo el Encuentro Nacional de Rectores de Seminarios Mayores y Casas de Formación Religiosa. El evento que se realizará en el Seminario Redemptoris Mater, en la ciudad de Medellín, tendrá como objetivo “profundizar en la formación humano-afectiva y sexual de quienes se forman en los Seminarios y Casas de Formación; será la oportunidad, también, para ofrecer criterios y líneas de acción al equipo de formadores en la tarea de responder a las exigencias actuales de la Iglesia”. Se contará con la participación especial como ponente de la doctora Rosario Alfaro, Directora de la Fundación Almas (Asociación de Laicos por la Madurez Afectiva y Sexual, una ayuda para los que más ayudan) de la ciudad de México. Podrán asistir a este evento, los rectores diocesanos y de casas de formación religiosa de los Seminarios Mayores. Mayor información, con la señora Alba Lucía Yepes (Secretaria del departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada), en el teléfono 1-4375547, o al Celular 3124508761, también al correo electrónico [email protected] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar ficha de inscripción[/icon]

Vie 3 Mayo 2019

La voz del Pastor | Mayo 05 de 2019

Reflexión del cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según san Juan 21, 1-19

Vie 3 Mayo 2019

Más de 50 ciudades marcharán por el fin del aborto y la protección a la mujer

La jornada convocada por la plataforma ciudadana ‘Unidos por la Vida’se realizará en Colombiaestesábado 4 de mayo, sumándose a “la Ola Celeste latinoamericana para rechazar el aborto, pedir protección real para la mujer y exigirle al Congreso una ley que proteja la vida desde la fecundación hasta su muerte natural”, han señalado los organizadores. En Bogotáinicia a las 10:00 a.m., desde el Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar. La marcha, explican sus promotores, “es una protesta pacífica por los 13 años de la despenalización del aborto en Colombia. Aunque la Corte Constitucional solo despenalizó el aborto en tres causales, en la práctica está completamente despenalizado, puesla causal de "salud materna" permite que cualquier situación emocional sea considerada un riesgo para la salud de la mujer”. Sobre las motivaciones de la marcha, Jesús Magaña, director de la plataforma Unidos por la Vida, señala que “es un mensaje equivocado decir que, si no estamos a favor del aborto legal, estamos a favor del aborto clandestino, del que ni siquiera hay cifras oficiales en Colombia. “Legal o no legal, siempre habrá dos vidas afectadas: la del bebé que muere por el aborto y la de su madre. Nos quieren encasillar en ese debate, cuando el camino sensato empieza por exigir políticas que eliminen los abortos clandestinos y, sobre todo, que mejoren las condiciones y los apoyos para la mujer embarazada y su bebé”, afirma. El lema de la marcha para este año es“Elijo las 2 vidas”, pues además de buscar salvar la vida del bebé por nacer y la de su mamá, se busca enviar un mensaje fuerte y claro “a los candidatos a gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y demás corporaciones públicas:el pueblo colombiano solo votará por aquellos candidatos que defiendan la vida y generen políticas públicas en este sentido”. Quienes marchen este sábado, agregan los organizadores, “lo harán también contra el asesinato de líderes sociales, soldados y policías, y el maltrato de niños y niñas por casos de violencia sexual. Pedirán justicia y reparación para los ciudadanos que han muerto por robarles celulares o bicicletas, las mujeres víctimas de abusos sexuales y abortos forzados por las FARC, y por los enfermos que son víctimas de la indigna eutanasia”. En su comunicado del pasado 10 de abril de 2019, la Conferencia Episcopal de Colombia motiva la participación de los católicos en esta expresión de defensa de la vida. Por su parte, los Obispos de Colombia en su mensaje titulado ¡Amemos y custodiemos la vida!, señalan: “Animamos a promover acciones en defensa de la vida, a profundizar en la enseñanza de la Iglesia y a discernir el compromiso comunitario de frente a situaciones y legislaciones que desconocen el derecho a la vida o atentan contra ella (…) Una oportunidad para manifestar este compromiso es la XIII Marcha por la Vida (…) Invitamos a participar en este evento”. ¡Proclamamos que toda vida humana es valiosa y digna, y se debe respetar y proteger porque es sagrada! [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 3 Mayo 2019

“No todo está perdido en Colombia”

Así lo afirmó Monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien presidió, en la mañana de este viernes 03 de mayo, la eucaristía, en la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y el Día de la Reconciliación, instituido tras la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia, en septiembre de 2017. En su homilía, el Prelado recordó que, a pesar del sombrío panorama que vive el país en aspectos sociales, políticos, culturales, económicos, donde se continúa la agresión contra niños, mujeres y ancianos, aún hay esperanza para todos, “los que han promovido violencia y los que han sido víctimas”. “Así como la cruz produjo tantas lágrimas para Jesús, para María, los discípulos y las mujeres que lo siguieron hasta el calvario, esa misma cruz puede comunicarnos libertad, sanación, redención, liberación, reconciliación y vida fraterna que origina una verdadera cultura del encuentro en nuestras familias que hoy también son azotadas por la plaga de la violencia intrafamiliar”, aseveró. El también arzobispo de Villavicencio exhortó a las familias y a la sociedad en general a no dejarse esclavizar por el odio y la indiferencia “que están sumergiendo a niños y jóvenes en el consumo de la droga, el suicidio y la violencia” – continuó – “Tenemos la fuerza que brota de nuestra fe para hacer renacer nuestras vidas, nuestra vivencia ética, el cultivo de los valores auténticos y perennes que nos vienen del Evangelio”. Monseñor Urbina Ortega, detuvo su reflexión en el Evangelio de San Juan que muestra la figura de la serpiente, que dejando “de arrastrarse por la tierra se levanta entre el cielo y la tierra para sanar las heridas y el veneno de su mordedura”. “La serpiente es símbolo de amenaza, de terror por su veneno. Se relaciona con las heridas que llevamos en el corazón y que son más profundas y difíciles de sanar que las del cuerpo. Pero, la serpiente por su cambio de piel es la imagen de nuestra reconstrucción humana: es preciso liberarnos de la vieja envoltura del rencor y abrazar en la cruz el amor que libera y reconstruye”, afirmó. En su reflexión, el Prelado recordó la Pascua que la Iglesia católica está viviendo, e hizo un fuerte llamado a que florezca en los colombianos la vida y la resurrección “para que, junto a Cristo, bajo la sombra de su árbol santo, aprendamos la fuerza del perdón y la grandeza de su entrega y de su amor”, concluyó. Esta eucaristía conmemora la segunda jornada de oración y reflexión sobre la reconciliación del país, evocando los 17 años de una de las peores masacres que ocurrió en el municipio de Bojayá, departamento de Chocó. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon]

Jue 2 Mayo 2019

¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión?

Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41 Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a) Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14 Evangelio: Juan 21,1-19 Introducción Las lecturas de este domingo proporcionan una riqueza temática que permite plantear tres temas: • Después de la Resurrección se muestra la Iglesia naciente, con la predicación activa de los Apóstoles, perseverando en la enseñanza, obedeciendo a Dios antes que a los hombres y sufriendo las persecuciones por causa de predicar a Jesucristo vivo. • La experiencia de Dios en el creyente que, a pesar de las contradicciones de la vida diaria, las angustias, persecuciones, dolores, sufrimientos, lágrimas, es capaz de perseverar en el Señor; y puede convertir el luto en danza, la debilidad en fortaleza, el dolor y el sufrimiento en alegría y esperanza. • El encuentro de los discípulos con Jesucristo Resucitado transforma la desolación en consolación, renace la alegría y la esperanza, y convierte a los apóstoles en misioneros, continuadores de la obra de construcción del Reino de Dios. 1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles muestra como el Sanedrín en cabeza del Sumo sacerdote, les prohíbe a los Apóstoles “enseñar en nombre de ese” y los acusan de haber “llenado a Jerusalén con esa doctrina”. Los Apóstoles a su vez les responden: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Cómo ellos se convierten en testigos de la resurrección de Jesucristo y cómo salen contentos por haber sido considerados dignos de sufrir los ultrajes por el Nombre de Jesucristo. El Salmo 30 (29), resalta la súplica del creyente que clama y llama a Dios, sana su herida, saca su alma del abismo. A partir de esta experiencia el creyente, hace una lectura de la experiencia de Dios que es capaz de visitarlo en medio del sufrimiento con las lágrimas; pero pasado el tiempo, ese sufrimiento se convierte en gozo. Es así, como Dios es capaz de transformar el luto en danza, por estas proezas, el creyente, alaba a Dios por siempre. La segunda lectura tomada del libro del Apocalipsis, refleja mediante los órganos del oído y de la visión, la experiencia de Dios. El creyente que ve y escucha a Dios vive recibiendo la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza para Adorar permanente a Dios. La perícopa del Evangelio, manifiesta tres momentos sublimes en la experiencia de Jesucristo resucitado en la vida de los Apóstoles: 1. Un primer momento de desolación. Los Apóstoles no saben qué hacer, tratan de volver al lugar donde el Maestro los había llamado y escogido. Ante la muerte de Jesús, se pierde la esperanza, y se quiere volver atrás mediante el trabajo cotidiano, a las redes y a la barca. Es una forma de mitigar la tristeza que le ha causado la muerte del Señor. 2. El segundo momento, está iluminado por la pesca milagrosa, los Apóstoles en cabeza del discípulo amado, descubren la presencia del Señor, escuchan y obedecen la Palabra del Señor, y de las aguas vuelven a la tierra, sabiendo que El Señor no ha muerto, está con ellos, renace la esperanza y esto los llena de ilusiones y alegría. 3. Un tercer momento, en el cual el Señor les encarga la misión de continuar predicando el Evangelio y la Buena Nueva de la salvación, se ratifica el amor y el seguimiento del Señor. 2. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? La narración evangélica evoca la celebración de la Eucaristía. Así, como en el Evangelio de este domingo se pueden observar tres momentos sublimes, de la misma manera, se pueden vivir estos tres momentos en la Misa: El momento de la desolación; de la consolación; y de la misión. Así, pues, en la Eucaristía, memorial de la Nueva alianza, podemos observar los tres momentos, así: 1. El momento de la desolación, cuando en la primera parte de la Eucaristía, llegamos de la vida en ocasiones cargados con nuestras contradicciones, desesperanzados, tristes y agobiados por los problemas cotidianos y por la carga de nuestros pecados. En el acto penitencial se nos pide hacer memoria de nuestros pecados y pedirle perdón al Señor, por todos estos momentos de sufrimiento y dolor. 2. En la Liturgia de la Palabra y de la Eucaristía propiamente dicha, nuestros sentidos se abren para que escuchando nos dejemos iluminar por la Palabra del Señor. Como Pedro llegamos a la misa desnudos, desprotegidos y desvencijados, y una vez, que escuchamos al Señor, empezamos a descubrir que Él está allí con nosotros, que no tengamos miedo, que nos revistamos de su gracia, nos cubre y protege. Él nos invita a salir de las aguas que inundan y amenazan nuestra existencia, y nos invita a aterrizar, Él en la Eucaristía, nos prepara el Banquete de la Alianza, su Cuerpo y su Sangre, nos alimenta, nos fortalece, nos invita a hacer comunidad. En comunidad se fortalecen nuestros vínculos, renace en nosotros la alegría y la esperanza. En comunidad permite que escuchemos al Señor en su Palabra. La comunidad permite que trabajemos juntos por una pesca abundante, donde a cada uno no le haga falta el alimento; en este sentido, la comunidad fortalece la fraternidad y se vive la caridad. 3. Tercer momento: Una vez que el Señor nos ha alimentado con su Cuerpo y con su Sangre, salimos de la misa entusiasmados, llenos de alegría y esperanza, el Señor camina con nosotros, como camina con Pedro, ratifica con cada uno de los creyentes su pacto de amor, nos invita a perseverar en el camino de la caridad, y nos encarga la misión de continuar su obra de amor a través de los tiempos y de las naciones. El Señor, nos envía, como envió a sus discípulos. Cada Eucaristía, cuando salimos es a vivir lo que hemos experimentado en comunidad, al salir del templo, cada cristiano, debe sentir que el Señor camina con él, que ratifica su amor por nosotros y nos hace sus discípulos misioneros en el camino de la vida en la edificación del Reino de Dios. 3. ¿Qué me sugiere la Palabra que debo decirle a la comunidad? Cristo resucitado que nos hace discípulos misioneros que construyen su reino con el amor y la paz; a través de las palabras del Papa Francisco, en la reciente Exhortación Apostólica Gaudete ed Exultate, el llamado que nos hace a la santidad, comentando las bienaventuranzas, dice: ¨dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios¨. Al final del numeral 89 de esta exhortación, acuña una frase, que sin duda alguna pudo haber aprendido de la visita en Colombia, pues nos invita a ser artesanos de la paz, y dice textualmente: “Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza. Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad”. En esta misma línea del mandato que hace el Señor a Pedro y a los discípulos y a través de ellos, a toda la Iglesia, el Papa Francisco exhorta a la comunidad creyente a que seamos discípulos misioneros al encuentro de Jesucristo vivo. “Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. Se trata entonces de un camino de santidad que se construye con la Gracia que Cristo resucitado infunde en sus apóstoles, discípulos, misioneros, y en toda la Iglesia. 4. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? El encuentro con Jesucristo resucitado se parece a ese camino que realizó el Señor con Pedro. Tres veces le pregunta el Señor si lo ama, y tres veces le responde Pedro que, sí lo quiere, y en la tercera, Pedro se entristece, pero el Señor lo ratifica en el amor. Varias interpretaciones sugieren que el número tres en la Biblia, es significativo, porque es la forma de ratificar un compromiso, y sellar un pacto; pero también es la forma de recordar las tres ocasiones en que Pedro negó al Señor. De alguna manera, se ve en esta triple pregunta que, por encima de las negaciones, está el amor que consolida el sello de la alianza con el Señor. Así, nosotros, podemos recordar momentos en que con nuestras actitudes, conductas o pecados hemos negado al Señor. Así, como en la Cruz el cayó tres veces, tres veces se levantó; de esta forma, nosotros debemos ratificar ese amor, no nos quedemos anclados en la negatividad del pasado sino que levantándonos de nuestras contradicciones y pecado, podamos con la Gracia del Señor, animarnos a seguirlo, a ser discípulos, a continuar caminando por el camino de la vida, llenos del amor que Él nos regala. El Señor no nos condena, ni se alegra de nuestras contradicciones, sino que nos amina a seguirlo amorosamente en el camino de la vida. No nos cansemos de levantarnos, no nos cansemos de decirle Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te amo, no nos dejemos inundar de desesperanza en el camino de la vida, sino que sigamos diciéndole, sí, Señor, hágase en mí según tu palabra. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Se sigue en el Tiempo pascual, cuyo tiempo se expresa en la alegría de los cantos, orientados al seguimiento y discipulado misionero. 2. Cuidar los signos propios de este Tiempo Pascual: manteles, luces, flores, ornamentos festivos, 3. Sería oportuno hacer hoy el Rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, propio para la cincuentena pascual, Misal, p. 1058. 4. Debido a la temática del amor que presenta la Palabra de Dios, se recomienda tomar la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias IV, con su Prefacio: “Jesús, que pasó haciendo el bien”. 5. Recordar que el viernes 3, es en Colombia la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y día de la Reconciliación. 6. En este día se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera.

Jue 2 Mayo 2019

La sociedad arrinconada

Por: Mons. Cesar Alcides Balbín Tamayo - Sí, la sociedad en la que vivimos la podemos definir como una sociedad arrinconada. Podemos hablar de muchas clases de sociedad: la sociedad antigua o primitiva, la sociedad del medioevo, la sociedad moderna, la agraria, la urbana, la industrial, la sociedad de consumo, hasta «la sociedad de los poetas muertos», y la sociedad del miedo, en el sentido en el que lo dice el sociólogo alemán Heinz Bude, cuando afirma que esta sociedad está fuertemente marcada por la incertidumbre, la amargura, la rabia y la impotencia. Esto se experimenta en muchos de los aspectos de la vida. Todo esto lleva a vivir en la sensación de una constante derrota, en la imposibilidad o al menos en la gran dificultad para avanzar; a la soledad en medio de la turba, a unas ganas irrefrenables de no hacer nada, a sentir que no vale la pena, que esto no tiene sentido y que la fuerza de unos pocos arrodilla a muchos: a las personas, a las instituciones, al comercio, a la industria. Sí, así se siente cuando asistimos a lo que estamos asistiendo en nuestro medio: estamos arrodillados por un puñado de forajidos, sin Dios y sin ley. Pequeños grupos de delincuentes que a todos amenazan, que no le es suficiente que hayan invadido nuestras calles, nuestras escuelas y colegios de droga, llevando a niños y niñas, desde la más tierna edad, a perder lo más preciado como es su inocencia y su tranquilidad, y a depender de la malvada droga. Todos acorralados: las autoridades, el Estado, que parece que funciona solo en la gran capital, y desde donde se hacen las leyes y se distribuyen las tareas, más no el presupuesto, gobiernos de escritorio que poco aparecen por nuestras veredas. Acorralados en los campos o en los pueblos, donde mandan los que tienen un arma. Todos confinados a las dos o tres calles del pueblo, y avanzando a pasos agigantados a sus casas, antes de que caiga la noche, a encerrarse por miedo a las bandas que han ocupado los espacios, incluso aquellos de las autoridades. Llaman, juzgan, dictan sentencia, aplican la justicia, hacen las veces de jueces y con la facilidad de quien se toma un vaso de agua, aplican «la ley», la de ellos, y así disponen de los bienes e incluso de la vida de los demás. Es una sociedad acorralada donde el respeto a la autoridad, (si es que la hay), ha desaparecido. Nuestros pueblos, nuestras calles y nuestras veredas están secuestrados nuestras familias, nuestros jóvenes y nuestros niños: todos secuestrados, todos acorralados, todos confinados, todos arrinconados. Ya los delincuentes no caben en las cárceles, tampoco en las calles. Vamos siempre a la defensiva, no sabemos con quien nos vamos a encontrar, cunde la desconfianza, y vamos en veloz carrera. Tememos a las motos, tememos a los carros, tememos a los que van por las calles drogados, “greñudos y sucios”, tememos a los que avanzan de manera sospechosa. Tememos salir por las carreteras veredales, por las calles solitarias y por las calles congestionadas. Tememos ir solos, tememos ir en el tumulto: ¡que contradicción! Es esta la experiencia que se vive en este sur del Valle de Aburrá y en este Suroeste Cercano. La vida en nuestros pueblos se ha venido convirtiendo en una verdadera pesadilla. Escuchar a los sacerdotes y a los laicos de la Diócesis, nos ha llevado a concluir que no hay rincón que se salve. Los pueblos grandes, los pequeños, los corregimientos, las veredas, todos viven la amarga experiencia de sentirse impotentes ante tanta inseguridad. Todos ubican con facilidad el origen de tanto mal. Ubican también los lugares, las bandas, los grupos, las personas. Saben de dónde procede la droga, quién la distribuye, de quién es este perverso mercado. Y es cuando nos hacemos la pregunta: ¿será que las autoridades no lo saben o no lo quieren saber? ¿O sí lo saben, pero…? Hay que escuchar los lamentos y la impotencia de los alcaldes, ante los oídos sordos del gobierno departamental, por ejemplo, cuando ponen en su conocimiento toda esta tragedia. ¿Hasta cuándo? La sociedad arrinconada es la sociedad del egoísmo: sálvese quien pueda. Es y seguirá siendo la sociedad del miedo, del silencio, muchas veces cómplice, y otras veces complaciente, máxime si seguimos en este silencio. ¿Tendremos que concluir, entonces, que en el Suroeste estamos perdiendo el norte? + Cesar Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas

Jue 2 Mayo 2019

Que la Iglesia en África sea fermento de unidad y de esperanza

Este fue el mensaje que presentó hoy la Santa Sede con las intenciones del Papa Francisco para el mes de mayo. En esta ocasión el Pontífice pide orar por la Iglesia de África. En el video, el Santo Padre asegura que “las divisiones étnicas, lingüísticas y tribales de África pueden superarse promoviendo la unidad en la diversidad”. En este contexto, agradece “a las monjas, los sacerdotes, los laicos y misioneros por su labor a favor del diálogo y la reconciliación entre los diversos sectores de la sociedad africana”. “Recemos este mes para que a través del compromiso de sus miembros, la Iglesia en África sea un fermento de unidad entre todos los pueblos y sea un signo de esperanza para este continente”, expresó Francisco. El Papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apostolado de la Oración, intenciones que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Su intención de oración mensual (un mes es universal, otro mes por la evangelización) es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resume su plan de acción para movilizarnos cada mes, por la oración y la acción, por un propósito que nos invita a construir un mundo más humano y solidario.