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Iglesia

Jue 3 Mayo 2018

El gran desafío para Colombia es la verdad, el perdón y la justicia

Así lo recordó Monseñor Óscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), durante la celebración del Primer Día Nacional de la Reconciliación, conmemorado en el marco de la Fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 3 de mayo. Retomando el mensaje del Papa Francisco ante el Cristo negro de Bojayá, durante su visita a Villavicencio (Colombia), el Arzobispo afirmó que en estos momentos complejos que vive el país “nada nos impide a nosotros dar el plus del amor (…) Dios es amor y a los pies de la cruz descubrimos que el mejor escenario es acercarnos a los que sufren, colocar a las víctimas en el centro de la reconciliación”. En este sentido, tras explicar que la paz estable es la capacidad de adoptar un nuevo estilo de convivencia inspirada en el encuentro desde relaciones transparentes y generosas con los demás, agregó: “Estamos llamados a buscar la verdad, desafío grande pero necesario (…) No podemos permanecer prisioneros del pasado, solo el perdón nos podrá sanar las heridas”. El Día Nacional de la Reconciliación es una jornada promovida por los obispos de Colombia, con la que se hace eco a las palabras del Santo Padre ¡“Colombia, abre tu corazón de pueblo de Dios, déjate reconciliar! Colombianos, no tengan miedo a pedir y ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse, reencontrarse como hermanos y superar las enemistades. Es hora de sanar heridas…” [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon] La eucaristía realizada en las instalaciones de la CEC fue concelebrada por Mons. Ricardo Tobón, Arzobispo de Medellín - Vicepresidente de la CEC y Mons. Elkin Fernando Álvarez, Obispo Auxiliar de Medellín - Secretario General de la CEC. Terminada la celebración en la que también participaron los Obispos que hacen parte de la Comisión Permanente y los colaboradores del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), se realizó un taller de reconciliación, a partir de cuatro claves: necesidad de reconciliación, oración, compromiso y promoción de valores.

Jue 3 Mayo 2018

Catatumbo: “La gente como que perdió el miedo”

El obispo de Tibú ha sido uno de los protagonistas de las movilizaciones en Catatumbo para parar la violencia desatada en la zona en estos meses. Su visión del problema de la coca y del papel de guerrillas y Estado es clarificadora. Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, ha sido una voz crítica y valiente en aquella región abandonada por el Estado. Monseñor también ha liderado las recientes protestas en el Catatumbo en contra de la guerra. Cerca de cien mil personas se han visto afectadas por la confrontación que mantienen el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dos guerrillas que se disputan el control de la zona. Colombia Plural conversó con él para entender mejor lo que está pasando en el Catatumbo. La siguiente es la entrevista que Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, concedió al portal COLOMBIA PLURAL. — ¿Cómo está la crisis humanitaria hoy después de cuatro meses de enfrentamientos entre las dos guerrillas? Hasta donde sabía estábamos cerca de los seis mil desplazados, hay veredas confinadas. La cifra de muertos es incierta, porque a lo mejor si han caído en el campo ellos no van a dejar ver sus víctimas, pero las ha habido, de hecho esta semana mataron a un líder conocido del EPL. El EPL tiene tomados unos muchachos como rehenes, que no sé si ya los estarán devolviendo. — Usted dice que nunca había visto movilizaciones tan grandes y potentes en el Catatumbo exigiéndole a los grupos armados que cesen la confrontación. ¿Algo está cambiando? Por venir de afuera uno puede tener la percepción de que la cultura en el Catatumbo es de resignación frente a los grupos armados, es decir, vamos a sobrevivir con este grupo y lo tenemos que tolerar. La gente se ha adaptado para sobrevivir y tiene un código de resignación muy alto. ¿Qué es lo nuevo? Al comienzo de la confrontación lo que uno percibía es que los líderes deseaban que las guerrillas sólo se pusieran de acuerdo, consideraban que eso era suficiente. Pero el pueblo del Catatumbo es un pueblo parado, valiente, fuerte, que aguanta muchas cosas, así que el boicoteo que hizo el EPL con el paro armado fue muy mal pensado porque sumó todas las voluntades contra la guerra. El paro fue una estrategia que no se sabía si era de guerra o de paz: poner la gente en la mitad para presionar una negociación con el ELN, pero finalmente les sucedió al revés porque la gente hizo unas expresiones contra la guerra tremendas, que no es tan fácil porque estos grupos están muy insertados y vinculados con la comunidad, pero en ese sentido ahí hay una circunstancia nueva: la gente como que perdió el miedo. Nuestras comunidades están viendo que pueden hacer algo más que aguantar la guerra. Si un pueblo logra pasar de su mentalidad derrotada o derrotista empieza a imaginarse nuevos escenarios, por ejemplo, yo en una de esas manifestaciones les preguntaba: ¿por qué no podemos soñar que mañana no hay coca? Imaginémonos cómo sería esto sin coca, imaginémonos qué pasaría si este Catatumbo no tuviera ni un grupo armado. ¿Cómo viviríamos? ¿Cómo nos relacionaríamos? ¿Cómo produciríamos? Imaginémonos que el Estado no es el enemigo nuestro que nos olvidó, sino que es el aliado en la construcción de futuro. Ese imaginario hay que despertarlo porque ellos no lo tienen, pienso que la tarea nuestra es en esa dirección. — Justo en el Catatumbo empezó a fracasar el programa de sustitución de cultivos porque el Estado le incumplió a los campesinos, ¿Cómo va eso? Nosotros dijimos “mientras estos están en guerra nosotros salvemos el programa de sustitución voluntaria y los planes especiales para los municipios priorizados, que nuestras comunidades no se quedaran sin esos marcos de proyección a diez años”. Esa fue nuestra apuesta con los alcaldes y el Gobierno entendió eso, ahora, no es claro que en estos tres meses tengan la capacidad de moverse más rápidamente. Pero realmente sí hay muy pocas personas que se inscribieron en el programa de sustitución de cultivos y el Gobierno no tiene la gerencia ni la habilidad para cumplirle a los campesinos que dan ese paso de dejar la coca. Definitivamente, la gente está lista pero no frente a un Estado tan débil y tan poco asertivo, si el Estado cumpliera la gente daría pasos más rápidos. — ¿Ha habido presión de los grupos armados para que la sustitución no avance? No se han enfrentado porque hay tanta coca, es tan masiva, que el programa todavía no representa una amenaza para ellos, la tendencia es a que la coca no se quita. Los campesinos que firmaron los acuerdos son muy poquitos, están en Caño Indio en una vereda en particular y en este momento están centralizados sólo Tibú y Sardinata. Aunque sí hubo un caso de amenaza a un líder de una comunidad que se ha puesto en la tarea de promover la sustitución, le dijeron: “Quédese callado, no se meta en eso”. Hay intereses concretos de mucha gente que vive de la coca, no sólo de las guerrillas. — El Ejército de Liberación Nacional se negó durante muchos años a mezclarse con el narcotráfico ¿Están involucrados ahora en ese negocio? Sí, eran muy reacios, de hecho yo creo que fueron ellos los que acabaron la coca en Arauca. Acá es diferente, diciéndolo francamente ellos tuvieron que decidir entre ser cómplices o enfrentarse a la gente, porque la gente se lo impuso. Digamos que no manejan líneas ni cargamentos, pero la cultura coquera lo que hace es mover mucha plata. Por ejemplo, por cada canasta de cerveza son diez mil pesos de ganancias para las guerrillas. — Además, el Catatumbo tiene un problema de superposición territorial muy fuerte: hay tierras despojadas y reclamantes, hay Parques y Reservas Naturales, hay colonos, hay resguardos indígenas y hasta un proyecto de Reserva Campesina… Es un territorio que tiene toda la informalidad en tema de tierra y va a ser muy difícil solucionar eso porque casi nadie tiene escrituras públicas, son posesiones o documentos de compraventa. El tema de tierras para mí en este momento no es un problema fundamental, lo será en otro momento, cuando la gente vaya a pedir un préstamo en el banco y necesite las escrituras de su finca. Para mí, el punto de quiebre en ese territorio, en la línea que abrieron los acuerdos de La Habana, sería administrar correctamente el problema de los cultivos ilícitos, si la coca comienza a disminuir en el territorio va a haber un problema porque es la riqueza que trae la coca la que alimenta los grupos armados, es mucho dinero que se mueve. — El Ejército Popular de Liberación es menospreciado por el gobierno, que los llama la banda de “Los pelusos” ¿Usted cree que sean un actor político? El EPL tiene una cepa muy revolucionaria, ahí hay unos “cacaos” de lo que quedó del EPL original que son muy radicales y no dieron el paso a la paz cuando hubo el acuerdo con esa guerrilla. Esa base existe, es ideológica, pero es una base pequeña, casi que invisible, incluso se dice que no están en el territorio. Es indudable que el ELN tiene una mayor formación política e ideológica en sus miembros. El EPL empezó a reproducirse a partir de Megateo [Víctor Ramón Navarro, comandante del EP, muerto en 2015] porque él tenía el propósito de hacer crecer esa guerrilla, pero lo hizo de un modo no muy revolucionario, enrolando jóvenes sin formación política, sólo por la atracción de las armas. Megateo se estaba convirtiendo en un estorbo para esa cepa original del EPL, era algo así como una especie de mafioso que desfiguraba la cosa. Yo pensé que después de la muerte de Megateo se iba a calmar la situación y fue al revés, empezó a crecer y ahora no hay una unidad de mando, hay un montón de caudillismos. Fuente: Colombia plural

Mié 2 Mayo 2018

La Evangelización en los llanos orientales de Colombia

Por: Mons. Francisco Antonio Ceballos Escobar - La evangelización en los Llanos Orientales de Colombia data de mediados del siglo XVII cuando Jesuitas y Franciscanos, movidos por el ardor misionero de sus familias religiosas, se establecieron en estas inhóspitas tierras bendecidas por Dios con caudalosos ríos, extensas sabanas naturales y tupidas selvas vírgenes. Más tarde, al ser expulsados los Jesuitas de la Nueva Granada, llegaron los Agustinos y los Capuchinos. En los albores del siglo XX, Monfortianos y Javerianos de Yarumal, se establecieron en la Orinoquía, y al fenecer el siglo los redentoristas asumieron parte de lo que fuera la Prefectura Apostólica del Vichada. También la vida religiosa femenina jugó un papel importante en la evangelización de estas tierras: Salesianas, Lauritas, Dominicas de la Presentación, hermanas de la Sabiduría, Vicentinas, Teresitas, etc. En su afán por anunciar el Evangelio en los más recónditos lugares de los Llanos Orientales y del piedemonte llanero, muchos misioneros y misioneras “perdieron su vida”; algunos fueron sacrificados por indígenas; otros mordidos por serpientes o devorados por fieras salvajes; hubo quienes no pudieron resistir las enfermedades tropicales o se ahogaron en los turbulentos y caudalosos ríos. La semilla del Evangelio sembrada en el corazón de indígenas, raizales y colonos, y regadas con el sudor de los misioneros, dieron fruto. Hoy encontramos muchos hombres y mujeres con una acendrada fe en Dios y una profunda devoción a la Santísima Virgen María; personas caritativas, hospitalarias y cumplidoras de la palabra empeñada. La costumbre de “echar el agua” a los niños, aún se practica entre sus pobladores, como manifestación de su compromiso de seguir a Cristo y pertenecer a la Iglesia Cristiana Católica. No obstante, entre algunos católicos reconocemos antivalores como machismo, alcoholismo, violencia doméstica, narcotráfico, corrupción, escasa participación en la eucaristía y sincretismo religioso. En la misión de los Llanos Orientales, además del anuncio explícito de la Palabra de Dios, se ha predicado el Evangelio de la caridad desde los mismísimos comienzos de la evangelización, pues bien han entendido los misioneros que entre evangelización, promoción humana y social hay una íntima conexión. Por eso construyeron escuelas, centros de salud, internados, comedores y asilos; abrieron caminos, enseñaron el arte de la ganadería y la agricultura, como también trajeron los instrumentos musicales como el arpa, el cuatro, el requinto y los capachos, con los cuales llaneros y colonos alegran sus “parrandos” a lo largo y ancho de la sabana. Hoy las pastorales sociales vienen desarrollando, entre colonos, raizales e indígenas, una labor de formación en derechos, en educación para la paz y la convivencia, en atención a las víctimas del conflicto y en promoción de programas de desarrollo socio económico. Es que, como escribe el Papa Francisco: “El servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia” (EG 179). Un signo claro de madurez en la evangelización de los Llanos Orientales es el surgimiento y consolidación de iglesias particulares como: la Arquidiócesis de Villavicencio; las diócesis de Granada, San José del Guaviare, Yopal y Arauca; y los Vicariatos Apostólicos de Trinidad, Mitú, Puerto Inírida, Puerto Carreño y Puerto Gaitán. La evangelización en la Orinoquía, en esta hora de la historia, presenta grandes desafíos, tales como: la transmisión generacional de la fe cristiana; el éxodo de muchos bautizados hacia otras comunidades de fe; la inculturación del Evangelio en las comunidades indígenas; la atención a los niños y a los jóvenes; el cuidado y defensa de la vida y del medio ambiente; la formación de los dirigentes, la atención a las víctimas y victimarios que dejó la violencia, la inmigración de venezolanos, etc. Desafíos que se deben afrontar con audacia misionera y aguante apostólico, pues la evangelización tiene mucho de paciencia. En esta misión se conoce de pobreza y se trabaja con lo poco que se tiene. Aunque escasean los recursos humanos, económicos y materiales, sobra en los evangelizadores la confianza en el Dios Providente. De algo se está seguro, no hace falta Dios en esta tierra, pues antes de que llegaran los misioneros el Espíritu ya se les había adelantado. Por aquí las semillas del Verbo se descubren por doquier; por eso seguimos anunciando la “Alegría del Evangelio” de manera ordinaria y extraordinaria; y cuando no es posible hacerlo de manera expresa, se hace con el testimonio callado de una vida entregada y sacrificada al servicio de Dios y de los pobres. Las palabras y el testimonio del Papa Francisco, en su recordada visita a Colombia, y de manera especial a Villavicencio, nos anima a seguir anunciando la Buena Nueva de la salvación, pues somos conscientes de que el Evangelio aún no ha logrado permear la cultura de estos pueblos de la patria. Qué bueno que las iglesias particulares y comunidades religiosas sigan considerando a estas tierras como lugar de misión para que con generosidad compartan las bendiciones que han recibido de Dios, de tal manera que no pierdan su vocación y la oportunidad de ser Iglesias evangelizadas y evangelizadoras. + Mons. Francisco Antonio Ceballos Escobar Obispo Vicariato Apostólico de Puerto Carreño

Lun 30 Abr 2018

Seminarios avanzan en elaboración de Itinerarios formativos

Los Rectores de Seminarios Mayores Diocesanos y Religiosos de Colombia se dieron cita del 23 al 27 de abril en Medellín, con el objetivo de avanzar en la construcción del documento Ratio National, en que se organiza lo concerniente a la formación en los Seminarios del país, acompañando a los jóvenes en su camino a la madurez personal y en su llamado. Siguiendo las orientaciones de la reunión internacional que propició la Congregación del Clero para indicar la manera en que se debía adaptar la Ratio Fundamentalis a los Seminarios de cada país, durante la jornada se desarrollaron los siguientes aspectos: Descripción del contexto social, cultural y eclesial en el que los rectores y las Casas de Formación desarrollan su trabajo: En este primer momento, se realizó una mirada a la realidad del joven que llega al Seminario y del sacerdote que se está formando. Seguidamente, se abordaron los desafíos de la Pastoral Vocacional, destacando la importancia de un trabajo articulado entre las iniciativas diocesanas y la realidad de sus Seminarios. Frente a las etapas de formación, que es una de las novedades del documento, se analizaron las fases del proceso: Propedéutico; Etapa Discipular (Ciclo Filosófico); Etapa Configurativa (Ciclo Teológico) y una nueva etapa, cuando el joven termina su proceso formativo en el Seminario, sale a la vida diocesana y se inserta en una parroquia en la que toma las decisiones para solicitar su admisión como diácono o presbítero en la Iglesia, llamada Etapa de Síntesis Vocacional. Finalmente, se insistió en las dimensiones de la formación ( humana, espiritual, intelectual y pastoral). “En principio hemos tenido el Seminario configurado con la formación humana y damos unas ideas generales, pero ahora tenemos que pensar qué es lo específico de lo humano en Propedéutico, qué en la Etapa Discipular, en la Etapa Configurativa y en la Síntesis Vocacional, esto va implicar para los Seminarios, para los equipos de Formadores, la elaboración de los nuevos itinerarios formativos; es decir, tenemos una tarea amplia, a largo plazo. Lo que nos hemos propuesto es que el documento final, que debe ser aprobado por la Congregación del Clero, lo podamos tener hacia el 2020. Es un proceso que tenemos que ir desarrollando secuencialmente”, explicó el padre Manuel Vega, director de Ministerios Ordenados del episcopado colombiano.

Vie 27 Abr 2018

Iglesia apoya Congreso de Ciencia y educación para la Paz

Abordando temas como reconciliación y cultura de paz, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) hizo parte del II Congreso Internacional de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz, un escenario de consenso, inclusión y discusión creado para construir propuestas colectivas en educación y ciencia, desde el aporte de distintos sectores de la sociedad. Durante el segundo día del Congreso, el Padre Darío Echeverri, Secretario General de la CCN, y el Padre Francisco de Roux, Presidente de la Comisión de la Verdad, invitado por la Comisión de Conciliación, participaron en el panel titulado Retos de la Ciencia y la Educación en la Paz y el Desarrollo. En su intervención, el Padre Darío, también párroco de la iglesia del Voto Nacional, construida en Bogotá pidiendo el fin de la Guerra de los Mil Días en Colombia, fue enfático en que educar para la paz desde la integralidad y la verdad en este país que lleva más de 50 años en conflicto armado, es todo en desafío que requiere el aporte de todos. En este sentido, según el sacerdote, es necesario prestar una atención especial en la educación de esa Colombia profunda y rural a la que pocas oportunidades llegan. De acuerdo con su ponencia, los retos de la ciencia y la educación para construir una colombia reconciliada y en paz son varios. Estos fueron algunos de los que evocó el sacerdote: “ "Educar para la paz es garantizar que todos los niños y niñas puedan acceder a una excelente educación, enseñarles que se deben ver unos a otros iguales y con los mismos derechos. * Educar para la paz es también extender una mirada a nuestros hermanos Venezonalos y acogerlos. * Educar para la paz es formar a la ciudadanía, desarrollar competencias para la convivencia pacífica, para la participación democrática, para la pluralidad de la identidad, para la valoración de todas las diferencias. * Educar para la paz es educar para la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Las universidades del país no se han comprometido con la justicia transicional, y estos elementos que son fundamentales”. Por su parte, el Padre Francisco De Roux, Presidente de la Comisión de la Verdad, quien afirmó que en Colombia los problemas estructurales nunca los hemos encarado y resuelto, dijo que “aún nos da miedo decir la verdad y somos incapaces de tomar decisiones”. Según De Roux, éste es un hecho que está vinculado también con la profunda falta de carácter que inicia desde la primera escuela. “Me parece valioso lo que aquí se ha planteado en términos de ubicarnos en un país de regiones (…) Estoy completamente de acuerdo en que tenemos que hacer un ejercicio transdisciplinario si queremos empezar a transformar este tipo de realidades (…) No hemos enfrentado la verdad. La formación del carácter en los niños es frágil (…) No basta con saber, si no decidimos y no ponemos en práctica, no estamos en nada”, le dijo Francisco De Roux a los asistentes. Stephan Miethke, Asesor Internacional de la CCN, fue uno de los coordinadores del eje de trabajo sobre Aportes de la Educación y la Ciencia para una Cultura de Reconciliación y Paz desarrollado durante el segundo y tercer día del Congreso, en el que participaron representantes de otras organizaciones como la Fundación Escuelas de Paz y de la IPB Consultant. Sobre el tema central de este eje, que busca ser un impulso inicial para que los participantes se interesen en temas como la cultura de paz, Miethke afirmó: “tenemos que mirar cuáles son nuestras costumbres cotidianas, qué tienen que ver con la violencia que estamos viviendo diariamente, porque la violencia no es solamente el enfrentamiento entre grupos armados, está en hogares, vecindades y escuelas. Tenemos que buscar esas causas para desarrollar estrategias que sirvan”. Durante su intervención en este eje, el Padre Darío Echeverri afirmó que “el perdón no obedece a ninguna lógica” y es un elemento del que se debe partir si se quiere avanzar en el camino hacia la reconciliación y la paz. El Foro Permanente de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz fue la organización que convocó este importante Congreso. La Comisión de Conciliación Nacional hace parte de este Foro, conformado por más de 100 instituciones, desde el año 2013. Con su participación, en representación de la Iglesia, la CCN busca construir alianzas con el sector educativo para impulsar estrategias que permitan fomentar una cultura de paz en el país. El evento, desarrollado entre el 25 y el 27 de abril en la Universidad de Antioquia, en Medellín, convocó a cerca de 200 personas, entre estudiantes, docentes, investigadores, directivas de instituciones educativas, padres de familia, representantes de instituciones gubernamentales, políticos y líderes religiosos. Fuente: Oficina de comunicaciones Comisión Nacional de Conciliación

Jue 26 Abr 2018

Iglesia en Tumaco convoca a marcha por la paz y la justicia

Ante la compleja y difícil realidad que atraviesa todo el territorio del pacífico, la Diócesis de Tumaco, la Cámara de Comercio, la sociedad civil y otras organizaciones de esta región, se han unido para realizar el próximo viernes 27 de mayo la marcha por la vida y la justicia, así lo dio a conocer el obispo de esta ciudad, monseñor Orlando Olave Villanova. “Esta marcha hace parte de una propuesta global, no queremos que se quede como un hecho aislado, esta es una primera voz dentro de toda la estrategia que hemos venido pensando para decirle al Gobierno Nacional actual y a los venideros que den su mirada a estos territorios del pacífico. “Queremos que se escuche a las comunidades de esta región y en este caso a nosotros como organizaciones de la sociedad. Deseamos ser esa voz dentro de muchas voces que existen en el territorio, anhelamos ayudar a construir esa agenda de desarrollo integral para Tumaco”. El prelado dijo comprometerse con su vida para ayudar en la transformación de la realidad de esta perla del pacífico; considera además, que ese municipio del suroeste de Colombia y fronterizo con Ecuador, está asfixiado entre el olvido estatal y el recrudecimiento de la violencia de grupos armados ilegales. Asimismo, monseñor Olave Villanova informó que en los dos últimos años se ha recrudecido en este territorio los hechos de violencia, por ello la manifestación de la marcha tendrá dos grandes componentes: La vida y la justicia. “No queremos más víctimas, ni más violencia, por ello nos hemos reunido un grupo de instituciones para realizar esta marcha. Primero por la vida, porque nos duele nuestra gente que muere, los jóvenes, soldados y aquellos hombres o mujeres que están en los grupos armados irregulares, porque también son vidas humanas; pero también por la justicia, porque aquí hay unas estructuras de injusticia que se han registrado en el territorio que han hecho que muchas personas tomen caminos equivocados”, aseguró. El prelado recordó que en el pacífico el 30 % de la población es menor de 30 años, son 350 mil habitantes, cerca de 100 mil son jóvenes y cuentan con pocas oportunidades, hecho que hace que los jóvenes sean las primeras víctimas y los victimarios de la violencia en estos territorios del pacífico. “Uno ve a los jóvenes caminando por las calles sin ilusiones. Por ello la marcha quiere hacerle un llamado al Gobierno para que se interese en la construcción de alternativas en la educación de los jóvenes que es precaria; el tema del desempleo para los jóvenes desborda el 60 %, esto hace que ellos sean las primerasvíctimas y los victimarios de esta violencia que estamos viviendo en nuestro pacífico”. La marcha se realizará el próximo viernes 27 de abril a las 8:00 de la mañana, saliendo de 4 puntos estratégicos de la ciudad de Tumaco, para llegar hasta el emblemático parque San Judas, lugar donde hace más de 20 años el Papa Juan Pablo II visitó. Se podrá dar seguimiento a través de redes sociales se moverán con el #TumacoNoAguantaMás. El Comité Tumaco, Unidos por la vida y la Justicia, envió una carta al presidente Juan Manuel Santos para pedirle de manera "urgente" realice un Consejo de Ministros en Tumaco con el fin de tomar medidas para resolver la crisis de orden social y económico [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar carta del Comité Tumaco al presidente Juan Manuel Santos[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicadi diócesis Tumaco[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar declaratoria día cívico en Tumaco[/icon] Foto: Revista Semana

Jue 26 Abr 2018

Marcha por la vida

Por. Mons. Ricardo Tobón Restrepo - La defensa de la vida es fundamental para el futuro de la humanidad. La gran batalla que se viene librando en las últimas cuatro décadas busca proclamar la dignidad inviolable de toda persona humana, en cualquier momento de su desarrollo o en cualesquiera de sus circunstancias particulares. La Iglesia Católica ha asumido siempre esta causa como un servicio fundamental a la justicia social y como un apoyo a los más débiles y oprimidos. La batalla contra la destrucción de la familia, el aborto, la eutanasia, las diversas formas de maltratar la vida, las actitudes que desconocen la dignidad y la misión de la mujer, ha sido ampliamente ilustrada por el Magisterio, porque es la frontera decisiva de nuestro tiempo. El Papa Francisco, en su reciente exhortación apostólica, ha vuelto con fuerza sobre este tema diciendo: “La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte” (Gaudete et exultate, 101). San Juan Pablo II, por su parte, nos hacía ver nuestra grave responsabilidad personal: “Estamos ante un enorme y dramático choque entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la ‘cultura de la muerte’ y la ‘cultura de la vida’. Estamos no sólo ‘ante’, sino necesariamente ‘en medio’ de ese conflicto: todos nos vemos implicados y obligados a participar, con la responsabilidad ineludible de elegir incondicionalmente a favor de la vida…Es urgente una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético, para poner en práctica una gran estrategia en favor de la vida. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida” (Evangelium Vitae, 28). Sin embargo, no obstante estas enseñanzas y esfuerzos, vemos con honda preocupación cómo se multiplican en el país diversas acciones contra la vida humana: promoción del crimen del aborto, asesinatos, personas destruidas que no logran encontrar sentido y esperanza en su existencia y, últimamente, la reglamentación que ha hecho el Gobierno de la eutanasia para niños y adolescentes, aun contra las clamorosas manifestaciones del pueblo colombiano. La Conferencia Episcopal advirtió: “Promover la eutanasia es sumarle más muertes a las muertes que ya hemos sufrido; no alcanzaremos la paz si continuamos atentando contra la vida” (Comunicado, 20.3.2018). Por tanto, nos vamos a unir todos a la XII Marcha Nacional por la Vida, que tendrá lugar el próximo 5 de mayo. En Medellín, habrá una gran concentración en el Parque Bolívar a partir de las 10.00 a.m. Luego, a las 12.00 m., celebraremos la Eucaristía en la Catedral. Así queremos manifestar nuestro compromiso con el anuncio del Evangelio de la Vida, defender el principio firme y no negociable de que la vida es un don de Dios del que nosotros no podemos disponer, y elevar nuestra oración para que cesen todos los atentados contra la vida humana y se garantice este derecho fundamental e inviolable. Que nos mueva a todos a participar en esta marcha la enseñanza del Papa Francisco cuando nos ha dicho que un ser humano es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los demás derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno (Evangelium Gaudium, 213). + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mié 25 Abr 2018

CEC lamenta fallecimiento del sacerdote paulino Aristelio Monroy

La Conferencia Episcopal y el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano –SPEC- lamentan el fallecimiento del padre Aristelio Monroy Hurtado, sacerdote de la Sociedad de San Pablo, y se unen en oración de acción de gracias por su vida y ministerio. Resaltan la labor realizada por el padre Monroy Hurtado como director del Departamento de Comunicaciones del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano –SPEC-, durante el periodo 1980 – 1992. El Episcopado recuerda a este insigne sacerdote como un hombre con alto sentido del servicio y apasionado por el tema de las comunicaciones, lo que le permitió hacer un gran aporte en este campo a la Iglesia en Colombia. Expresa el saludo de condolencia a la familia del padre Monroy Hurtado y a la comunidad Sociedad de San Pablo, donde compartió su gran testimonio de vida y ministerio sacerdotal. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar biografía Padre Aristelio Monroy[/icon]