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Iglesia

Mié 30 Dic 2015

Promensas de año nuevo

Pocos momentos tan llenos de buenas intenciones como el primero de enero y en general todo el primer mes del año. Y también, pocos días tan realistas como los de fin de cada año para caer en cuenta que se pasaron 365 días en los que no se llevaron a cabo las buenas intenciones del inicio. ¿Qué nos hace falta o qué falla cuando se trata de poner en marcha las promesas y concretarlas? En primer lugar parece ser que no hemos logrado superar la eterna dicotomía entre lo urgente y lo necesario. Empeñados en miles de ocupaciones vamos saltando de urgencia en urgencia y posponemos lo que en realidad sería más estable: lo necesario para el futuro; por ejemplo, de este modo se privilegia el trabajo sobre un proyecto de estudio, o sobre un tratamiento para la salud. En segundo lugar, existe una palabra poco conocida pero muy practicada al punto que todos hemos tenido que ver con ella: “Procrastinación”. Es la acción de diferir y aplazar las cosas. “Si lo puedes hacer mañana, ¿para qué te preocupas hoy? Se ha vuelto típico en los estudiantes que siempre añoran la última noche antes del parcial o la tarea. Como tercera razón la inseguridad cada día es más frecuente y las dudas surgen cada vez que se quiere tomar una decisión. Resultan grandes ideales aplastados por esa mezcla de pesimismo y realidad que vuelve inseguras a las personas. El proyecto anhelado pierde piso de repente cuando aparece la idea de que es mejor no arriesgarse en un propósito que quizá va a quedar a media marcha por dificultades económicas, de tiempo o de voluntad. Precisamente, allí viene el núcleo del asunto; lo que san Agustín llamaba la enfermedad de la voluntad. Queremos ganarnos el cielo pero la voluntad enferma se inclina por el pecado. Sabemos que el cielo es un gran premio pero lo vivimos perdiendo por nuestro poco esfuerzo. Fijémonos en que las promesas que hacemos tocan todos los rincones de nuestra vida: desde el ámbito espiritual hasta lo material y terreno, pasando por la salud y el bienestar. ¿Qué podemos hacer? Sirve mucho hacerse planes concretos y trazarse metas cuantificables, evaluables, medibles. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “este año sí voy a ir al médico”, que marcar en el calendario un día límite para gestionar la cita: “Hasta esta fecha tengo tiempo para buscar al médico”. Se trata de un mínimo proyecto personal de vida con metas concretas y alcanzables. Y en el campo espiritual también debemos ser específicos pues no basta con anhelar: “Este año voy a cambiar” ya que eso no dice nada. Quien quiere obrar un cambio en su vida debe decir: “Esta semana me propongo ser más tolerante con tres personas” de modo que el sábado usted se pueda preguntar si en realidad pudo cumplirlo. De modo que en este año 2016 debemos ser más concretos para que nos resulten las cosas. No nos quejemos de un supuesto abandono de Dios a nuestros proyectos pues su ayuda es constante y sin falta; más bien lamentemos nuestra falta de decisión por emprender planes que en verdad sirvan para nuestro crecimiento y que estemos asistidos por el Espíritu Santo pues lo que muchas veces ocurre es que “no sabemos pedir como conviene” (Romanos 8, 26). P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Mar 22 Dic 2015

La Navidad una verdadera fiesta

Por: Mons. Gonzalo Restrepo Restrepo - Muy queridos hijos: Estamos terminando otro año en nuestra historia. Estoy seguro que todos sentimos que el tiempo está pasando muy rápido y en él se van sucediendo acontecimientos inesperados. Es la mano de Dios y su voluntad la que se hace presente en cada una de nuestras vidas personales, familiares y comunitarias. Por eso, con ocasión de estas celebraciones de Navidad y Año Nuevo los invito para que juntos, como hermanos, elevemos nuestras plegarias a Dios-Padre por sus bondades y su misericordia para con nosotros. La Navidad debe ser una verdadera “fiesta” en nuestra vida de fe. En este tiempo celebramos el nacimiento de Jesucristo, Dios que se hace hombre y viene a establecer su morada en medio de nosotros. La grandeza de Dios visita la pequeñez del hombre y se encarna, se hace hombre; de tal manera que en Jesucristo encontramos la “Palabra de Dios”, “El Verbo encarnado”, el “Emanuel”, el “Dos con nosotros”. Este tiempo de Navidad es tiempo de luz y de esperanza, es tiempo de fraternidad, de perdón y de reconciliación. Dios ha venido a todos nosotros, a toda la humanidad entregándonos a su Hijo Jesucristo y mostrándonos por medio de Él, su amor, su misericordia, su perdón y su redención. Por Jesucristo nos hemos levantado de nuestra postración, aquella que nos dejó el pecado y el egoísmo y nos condujo a separarnos de Dios. La Navidad es el tiempo de volver a entablar el diálogo con Dios descubriendo en Jesucristo al “Dios con nosotros”; pero sobretodo, es el momento de reconciliarnos en nuestros hogares, de tratarnos como hermanos, de olvidar y dejar atrás los resentimientos y de sembrar semillas de esperanza en los más próximos a nosotros. También celebramos el Año Nuevo. Terminamos el 2015 y se inicia el 2016. El Papa Francisco en su mensaje de la Jornada Mundial de la Paz que celebraremos el 1 de enero del 2016, nos invita a que venzamos la indiferencia y conquistemos la paz. Es un llamado a que reaccionemos frente a la indiferencia que solemos tener en relación con los acontecimientos que no tocan directamente con nosotros, ni con nuestra vida ni con nuestra familia. Tenemos que reconocer que somos muy individualistas y que vivimos muy al interior y en relación sólo con nuestros problemas y nuestras preocupaciones. Lo que atinamos a decir cuando nos informamos sobre lo que sucede en nuestra comunidad, en nuestro país y en el mundo entero, es “qué pesar”, “no debía de ser”, “es increíble”. Pero, preguntémonos: ¿Realmente. Qué hacemos? ¿Cuál es nuestra posición al respecto? ¿Por lo menos oramos, nos dirigimos a Dios? Deberíamos reaccionar de otra manera. Es cierto que no tenemos la solución en nuestras manos, pero también es cierto que deberíamos comenzar por nosotros y nuestro entorno y cambiar aquello que es causa directa o remota de lo que sucede a nuestro alrededor y en el mundo entero. “Vence la indiferencia y conquista la paz”. Esta es la invitación que nos hace el Papa Francisco. Es la oportunidad para responderle al Señor y entre todos, como hermanos, construir un mundo mejor, un mundo más consciente y misericordioso, un mundo más libre y más justo. Y en nuestra querida Colombia, en estos momentos, cuando se está negociando la paz, es bueno que seamos conscientes de la necesidad de la paz, pero sin sacrificar nuestros principios, nuestros criterios y, sobre todo, respetando la institucionalidad y las leyes de nuestro país. Además, es necesario que tengamos en cuenta que todos tenemos “deberes y derechos” y que en una sociedad justa y equitativa, todos tenemos que actuar coherentemente sin pretender solamente reclamar derechos. Que el Señor Jesús, el Niño Dios, el Emanuel, el Dios con nosotros, llene nuestros corazones de paz, de alegría y de esperanzas y que nos dé la fortaleza y la energía para dejar nuestra indiferencia y actuar como verdaderos hermanos, con responsabilidad, conciencia y equidad. Para todos FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO NUEO PLENO DE PAZ Y PROSPERIDAD. GONZALO RESTREPO RESTREPO Arzobispo de Manizales

Mié 16 Dic 2015

Vivir la Navidad

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – La sociedad de consumo y la superficialidad de nuestra vida han venido cambiando el sentido cristiano de la Navidad por un tiempo de compras y de bulliciosa diversión. Para muchos la Navidad es una fiesta vacía, amnésica, porque no son conscientes de la celebración del misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Tantas veces, todo se reduce a pólvora, regalos, comidas, licor y ruido. En muchos ambientes se ha vuelto una fiesta completamente pagana que ya no da sentido a la vida, ni alegría verdadera, ni profunda esperanza. Más aún, la propuesta secularista trata de borrar todo sentido cristiano de la Navidad. En algunos países desean felices fiestas y decoran el árbol de vacaciones. En Oxford se prohibió usar la palabra Navidad para no ofender a las minorías y se cambió por “Festival de invierno”. En no pocos lugares no aparece el niño Jesús, sino el Papá Noel que reparte regalos; las decoraciones no tienen ningún contenido religioso. La actual celebración de la Navidad ya no les habla, a buena parte de las nuevas generaciones, del acontecimiento trascendente que le dio origen. Nosotros, los que nos sentimos discípulos de Jesús, debemos vivir y enseñar a vivir la Navidad como un tiempo en el que aprendemos a leer el Evangelio, a conocer a Jesús no simplemente como el Niño del pesebre, sino como aquel en quien Dios nos ha revelado su ser y su misericordia. Es en el Evangelio donde los cristianos debemos encontrar inspiración para nuestro comportamiento frente a todas las realidades del mundo. La humildad, la pobreza y el amor que entrañan el nacimiento de Cristo nos llevan a repensar nuestras opciones, nuestros valores, el sentido mismo de la vida. Los cristianos combatimos todo atentado contra la vida porque reconocemos la dignidad inviolable de todo ser humano y su destino eterno, que refulgen en la encarnación del Verbo de Dios. Los cristianos nos oponemos a la inequidad porque sabemos que en la administración del mundo que se nos ha confiado todos tenemos los mismo derechos y se deben privilegiar las necesidades de los pobres. Los cristianos promovemos la justicia, la verdad, la libertad y la solidaridad porque sabemos que estos valores esenciales enseñados por Jesús son el camino que conduce a la plenitud de la vida. La fe cristiana, que encuentra en la Navidad un tiempo oportuno para madurar y manifestarse, debe impedirnos ser esclavos de ídolos y costumbres paganas, para entrar en el nuevo mundo que se inaugura con el nacimiento del Señor. El nos trae una nueva forma de vivir que no se establece a partir de la fuerza de las armas, ni de la comodidad que ofrecen las riquezas, ni de los triunfos aparentes del poder, ni de las sensaciones efímeras del placer, sino del gozo, de la seguridad y de la paz que brotan en el corazón humano y en la sociedad cuando permitimos que Dios reine; es decir, que sea en verdad Padre de todos. Cristo es la novedad eterna y universal, es la verdadera alegría de la humanidad, es la fuente del amor para el mundo. El nos llama a todos, y especialmente a los que viven al margen de la sociedad o están lastimados por el sufrimiento y la soledad, a la esperanza. La invitación a comprender de esta manera la Navidad y a celebrarla como una amorosa acogida de Cristo, es la mejor posibilidad que tengo para agradecer a los obispos auxiliares, a los vicarios, a los presbíteros, a los diáconos, a las personas consagradas y a los fieles laicos su valiosa participación en la vida y misión de nuestra Arquidiócesis y desearles todas las bendiciones divinas en el Año de la Misericordia. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Vie 11 Dic 2015

¡Ay va y ahora!

Por: Marta Mojica -Es la expresión que se escuchó cuando el gerente de una empresa solicitó informe sobre la elaboración del Estado de Situación Financiera de Apertura, “ESFA”; y como en todas partes “se cuecen habas y en mi casa a calderadas”, respondamos cuatro preguntas orientadoras sobre el ESFA. Como es bien sabido, nuestras entidades eclesiales están obligadas a implementar Normas Internacionales de Información Financiera; aplicando el estándar que les corresponda según el grupo en el que se clasificaron. Se podría considerar el ESFA como un primer resultado del proceso de implementación y dada su importancia, abordaremos este tema de manera general: 1. ¿Qué es ESFA? Es la sigla de Estado de Situación Financiera de Apertura; también conocido como balance de apertura. 2. ¿Cómo se elabora? Se toma como base el balance general bajo normatividad local con corte al 31/12/2014 y se procede a reclasificar, medir y reconocer o no; cada una de las transacciones que conforman dicho balance, a la luz de las normas internacionales de información financiera que le correspondan a la entidad, según el grupo en el que se clasificó. 3. ¿Cuándo debo presentarlo? Dependiendo el grupo al que pertenezca la entidad; las fechas establecidas por el gobierno nacional son:  Grupo 1: Emisión del ESFA 01/01/2014 según Decreto 2784 de 2012.  Grupo 2: Emisión del ESFA 01/01/2015 según Decreto 3022 de 2013.  Grupo 3: Emisión del ESFA 01/01/2014 según Decreto 2706 de 2012. 4. ¿Qué hago con el ESFA? • Tomar como saldos iniciales en la contabilidad NIIF, La información del ESFA. • Utilizar el ESFA para comparar el Estado de Situación Financiera (balance bajo NIIF), que se emita al final del periodo de transición. • Reflexionar respecto a su contenido y a la realidad económica y financiera que refleja de la entidad, libre de sesgos eminentemente tributarios; para que sirva como herramienta en la toma de decisiones por parte del administrador. Recordemos que el éxito del proceso de implementación de las NIIF depende, en gran medida, de la compenetración, comunicación y compromiso que pueda existir entre el equipo responsable del proceso. Cuando se trabaja en equipo, las actividades fluyen de manera más rápida y eficiente y la respuesta cuando nos pregunten por el ESFA será: aquí está o se le tiene. Marta Mojica Contadora Pública Especialista en Finanzas

Jue 10 Dic 2015

“Acciones del ELN no son democráticas”, monseñor Castro.

Con motivo del reciente anuncio por parte de la guerrilla del ELN sobre el paro armado que se tomaría algunas regiones del oriente del país, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, manifestó que ellos deben explicar si este acto es un signo de guerra, de paz o es una acción al margen de la guerra. “Esperamos que lo aclaren mejor y que cualquier informe no llegue a través de un panfleto, sino que sean las altas esferas de este grupo quienes expliquen qué significan estos hechos que van en contravía de un acercamiento a la paz”, aseveró el arzobispo de Tunja. En diálogo con la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal, indicó que este hecho atenta contra los acercamientos que se adelantan con el ELN para un posible acuerdo de paz y pide que se explique concretamente de qué se trata esta acción. Monseñor Castro expresó que “Boyacá es un territorio de paz y una cosa de esas desestabiliza esa paz en el departamento”. Insistió que es importante que se sepa de dónde viene, en qué consiste y para dónde va esta declaratoria de paro armado, pues es necesario que se explique. Así mismo, invitó al ELN para que se defina por una política de paz y no por una política agresiva contra las poblaciones. “Deben decidirse por una política tendiente a llegar a un acuerdo que termine con una firma del mismo, de forma tal que regresen a realizar sus acciones a través de la democracia y no de estas acciones que de democráticas no tienen nada”, aseveró el obispo. Por último, el arzobispo hizo un llamado a las autoridades para que en estas fiestas navideñas y de fin de año se garantice la seguridad de los ciudadanos. Así mismo, advirtió a los colombianos que se debe ser prudente al viajar. Dijo que este tipo de acciones por parte de los grupos armados puede enturbiar el descanso de los colombianos que quieren disfrutar de un descanso por las regiones de Arauca, Casanare y Boyacá “Las personas que viajan se van a ver muy cohibidas, con temor y yo espero que las autoridades aseguren el bien caminar de los colombianos”, insistió monseñor.

Lun 7 Dic 2015

Navidad: Muchas luces, poca luz

Por: P. Raúl Ortiz Toro - Discúlpenme el pesimismo pero creo que la celebración de la Navidad se nos salió de las manos. La Navidad, para muchos en el mundo contemporáneo, se llama “fiestas de fin de año” y no tiene sabor a Cristo. La mayoría de la gente, incluso aquellos que se dicen católicos, arregla la casa, pone luces en cada rincón, prepara suculentas cenas, hace el brindis, comparte en familia o con amigos pero sin ningún sentido religioso. Estoy viendo las estadísticas de la línea 123 de la Policía en la Navidad del año pasado, 2014, entregadas a un medio de comunicación nacional: Solo en el caso de Bogotá, que viene siendo una radiografía nacional, en la noche del 24-25 de diciembre “se recibieron 497 casos de uso y manipulación indebida de pólvora, hubo 1157 riñas atendidas por las autoridades, también se presentaron 415 accidentes de tránsito”. Y ese es un pálido informe que refleja solo el número de quienes fueron atendidos por esta línea de emergencias, habría que multiplicar estas cifras por algunos dígitos para ajustarnos a la realidad. ¿Qué traduce esto? Que la Navidad se ha venido desfigurando paulatinamente; pero, en verdad, no es la Navidad sino la sociedad misma la que se ha ido desfigurando; cada vez más desarraigados de la identidad cristiana en esa cultura de la modernidad líquida de la cual ha hablado el sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Pero no es solamente lamentable por el hecho de que los niños ahora crezcan sin saber quién es Jesús porque la familia ya no habla de Dios sino también porque en nombre de la laicidad se cae en el ridículo de una sutil campaña para borrar lo religioso de la escena pública. El año pasado, en la católica Italia, en una escuela de Florencia llamada Cadorna, las profesoras decidieron hacer el “pesebre” pero sustituyeron las imágenes sagradas de Jesús, María y José, por la representación de Caperucita Roja con sus personajes: La niña, el lobo, la abuelita y el cazador. La explicación que dieron es que “se trata de representar una fábula como la de Jesús, pero que tenga una validez más acorde con nuestros tiempos”. Un caso de este año es que en Barcelona (España) el Ayuntamiento no celebrará Navidad sino el Solsticio de Invierno. “Feliz Navidad” se ha convertido en “¡Ven y disfruta del solsticio de invierno!”. Por estos lados creo que no hemos llegado a ese punto pero ya una Representante a la Cámara, colombiana, en días pasados añoraba que siguiéramos la postura de México donde no hay “crucifijo, pesebre, capilla en escenarios públicos o colegios” (Angélica Lozano). Sin embargo, comercialmente ya estamos entrando en esa tónica: el comercio norteamericano ha ido imponiendo Papá Noel como alternativa al Niño Dios y el secularismo ha aplaudido la decisión insistiendo en que la figura del Niño Dios coarta la libertad de cultos; para ellos, una figura más pluralista es un Santa Claus pero ¡vaya sorpresa!, en últimas, se trata también de un personaje cristiano pues es la pobre desfiguración de san Nicolás, obispo de Bari (Italia) en el siglo IV. Ni siquiera allí se libra el laicismo de las raíces cristianas de la cultura. ¿Qué podemos hacer? Se trata de un verdadero reto. En la noche de Navidad se llenan las iglesias pero una parroquia promedio, de 10.000 habitantes, no acoge esa noche a más del 20 por ciento de sus fieles. Los demás estarán en sus cosas, como lo hemos leído en el evangelio del primer domingo de adviento: embotada la mente en los vicios, la bebida y los agobios de la vida (cf. Lucas 21, 34). Vuelve a estar la respuesta en la familia. Tiene que ser nuestro tema recurrente: es en la familia donde el niño aprende que no hay Navidad sin Cristo. Por eso mi pesimismo deja paso al optimismo de saber que la Iglesia se viene comprometiendo cada vez más con ese tema; es compromiso de todos. No dejemos que en esta Navidad haya muchas luces pero ignorando a quien es la verdadera y única Luz: Cristo Jesús. P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Lun 7 Dic 2015

María, ideal de pureza, nos aparta del pecado y del mal

El arzobispo de Santa Fe de Antioquia, Orlando Antonio Correa García, recuerda que en la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, se presenta a la Santísima Virgen como modelo de pureza, de gracia y limpia de pecado. Señaló además que esta celebración invita a vivir en todo católico "este ideal de pureza, apartándonos del pecado y del mal". Exhortó para que en esta fecha de manera especial, se honre con mucha fe y amor a la Santísima Virgen María. “Si bien hay una distancia enorme entre ella y nosotros, porque todos los que hacemos parte de la Iglesia fuimos concebidos con esa mancha de pecado y también hemos pecado, sin embargo podemos acercarnos a ella con toda confianza, con la certeza de ser escuchados, amados y acompañados por su intercesión maternal”, dijo el prelado. Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana. El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus, proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Audio: Monseñor Orlando Antonio Correa

Lun 7 Dic 2015

Para volver a amarnos

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Estamos en la hora del retorno, del regreso del exilio, de la corrección colectiva y universal, de la reconciliación como gracia de Dios y disposición nuestra. Es hora de regresar del calentamiento global al clima sostenible. De la depredación voraz, al cuidado de la casa común. Del cruce de los umbrales de la violencia entre Occidente y “Estado Islámico”, a una casi imposible salida política. Del bienestar individualista de Europa y USA, a compartirlo con oleadas de refugiados y emigrantes. De destruir la familia para imponer la anti-natalidad a toda costa, a rehacer la vía afectiva y la estabilidad unitiva y procreadora entre hombres y mujeres. Del “todo vale” y “des-limítate”, generadores de corrupción, degradación y graves injusticias, al “todos contamos”, a la inclusión y la trasparencia. En fin, de sostener, como piedras imperturbables, guerras tan eternas y desastrosas como la que aflige a Colombia, a abrir los espacios a la palabra, el acuerdo y los cambios. Es la hora de la humanidad que ajusta cuentas en todas las áreas de la vida humana, social, planetaria, integrando sus grandes avances a una lógica del sentido, del bien común, de garantizar futuro, de responsabilidad globalizada. Y en esta hora, marcada con esa sensación de celeridad vertiginosa, tan propia de estos tiempos y calendarios, llega la voz universal del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, convocándonos al AÑO DE LA MISERICORDIA, desde el 8 de diciembre de 2015, hasta el 20 de noviembre 2016. Es el llamado a “experimentar el perdón” como amor de Dios al alcance de nuestras manos, de las manos de todos. De levantarnos de nuestro lugar, unirnos a los demás y peregrinar juntos para “cruzar la puerta”, pasar por la Puerta de la Misericordia” como gesto regenerador de conciencias, sanador de sicologías heridas, esperanzador de horizontes nuevos. Y recibir y dar la INDULGENCIA, y abrirle de nuevo la propia vida al prójimo, al que es víctima, quizás mía, al que clama misericordia, solidaridad, alivio, consuelo, luz, descanso. Es un año para que todos renazcamos a la esperanza y volvamos a amar, porque nos sabemos amados y perdonados, porque nos sentimos acogidos e indultados, porque podemos decir nuestra verdad y escuchar la del otro, porque todo puede ser nuevo, empezando por el amor… Todos invitados: hombres y mujeres, esposos, parejas, amigos, amantes, libres y prisioneros, sanos y enfermos, víctimas y victimarios, cercanos y lejanos, sin edades, sexos, razas, con una sola identidad, la de ser humanos y humanados en una dignidad común, la de ser adoptados y hermanados en La Misericordia de Dios, esa que para nosotros tiene el rostro de Jesucristo, sin excluir cómo la vivan otros. Convoco a todos a unirnos al Santo Padre el Papa Francisco este 8 de diciembre en la apertura del La Puerta Santa desde Roma, y a congregarnos todos en las Iglesias Parroquiales y Santuarios de la Arquidiócesis el 13 de diciembre, Tercer Domingo del Adviento, para la inauguración local del AÑO DE LA MISERICORDIA. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali.