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lectio dominical

Vie 20 Jun 2025

Los partió y se los iba dando

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTOJUNIO 22 DE 2025Primera lectura: Gn 14,18-20Salmo: 110(109),1.2.3.4 (R. cf. 4b) /Segunda lectura: 1Co 11,23-26 Evangelio: Lc 9,11b-17.I.Orientaciones para la Predicación- Introducción: Melquisedec, rey y sacerdote de Salem, es figura del nuevo y eterno sacerdote, Jesucristo nuestro Señor, quien se entregó en el ara de la cruz por nuestra salvación y que anticipó esta ofrenda de manera sacramental en la última Cena, cuando tomó el pan y dando gracias a Dios lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros”, y la copa de vino: “Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre”.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La primera lectura del libro del Génesis nos presenta a Abrán regresando de una batalla victoriosa y encontrándose con Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, quien presentó pan y vino, bendijo a Abrán y a Dios que entregó a sus enemigos en sus manos; el Patriarca le dio el diezmo de todo. Este misterioso rey y sacerdote es identificado en el Salmo 110,4 como figura de David, quien a su vez es figura de Jesús, rey y sacerdote de la nueva alianza. La carta a los Hebreos, en el capítulo 7, desarrolla ampliamente su identificación con Cristo Sacerdote.El nuevo y eterno sacerdote, Jesucristo, Nuestro Señor, hizo ofrenda de su propio cuerpo en el ara de la cruz y anticipó sacramentalmente este gesto en la última Cena con sus discípulos; de esta manera, se nos concede como alimento que comunica vida y vida en abundancia; así, se ha convertido en el Mediador entre Dios y los hombres, que ofrece como sacrificio para el perdón de los pecados su misma vida, convertida en manjar que nutre el alma y en sangre que concede plenitud y felicidad. Esta es la tradición que nos transmite san Pablo y que escuchamos como segunda lectura.En el Evangelio se nos cuenta la multiplicación de los panes, que tuvo lugar después del regreso de los discípulos de su envío misionero; según san Lucas, los discípulos le cuentan lo que habían hecho y Jesús se los lleva a un lugar solitario a descansar, pero la gente lo supo y los siguió. Entonces, su reacción fue de acogida, se puso a predicarles y curó a los que tenían necesidad de ello. Como ya era tarde, los discípulos le piden que los despida para que vayan a los pueblos y aldeas cercanos y busquen alimento y alojamiento. Y es en estos momentos cuando multiplica los cinco panes y los dos peces y da comida en abundancia, hasta quedar satisfechos. Este milagro anticipa y es figura del gran milagro de la Eucaristía, en donde Él mismo se partirá y repartirá para comunicar vida y vida en abundancia.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La vida de Jesús fue una ofrenda continua y permanente, que encontró su máxima expresión en el árbol de la cruz. Es lo que vemos en el contexto de la multiplicación de los panes y los peces, según nos lo presenta el Evangelio que hemos escuchado. El contexto del texto es el regreso de sus apóstoles, después de haber sido enviados a misionar; Jesús los acoge, los escucha y los invita a ir a un lugar solitario para descansar, pues en san Marcos aparece explícitamente esta intención. Pero al llegar, resulta que la gente lo ha seguido y desea que les siga enseñando. El texto dice textualmente a continuación: “Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados”. Más aún, la paciencia y la bondad llegó a tal extremo que, al caer la tarde, Él les seguía hablando y curando, pues sigue el pasaje: “Como el día había comenzado a declinar, se le acercaron los doce y le dijeron: Despide a la gente…”La actitud de sus discípulos es la de quien no desea salir de su comodidad y no quieren que les interrumpan su tranquilidad y descanso; más aún, si por algún motivo se ven forzado a salir de su zona de confort, están muy atento para desembarazarse lo más pronto posible de la situación y volver al disfrute del confort y la comodidad. En cambio, Jesús reacciona con inmenso dominio de sí mismo, más aún, con inmensa caridad; piensa poco en sí y en la necesidad de descanso; este consiste en que la criatura humana vuelva a su Creador, retorne de las sendas equivocadas que ha recorrido, vuelva a la casa paterna. Esta es una característica de su vida, como aparece, por ejemplo, ante la pregunta sobre la razón por la cual cura en sábado; en su respuesta se remite a Dios: “Mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo” (Jn 5,17). Su pasión por Dios y por la humanidad lo lleva a olvidarse completamente de sí mismo y de un merecido descanso, pues su descanso es que nosotros descansemos en Él y no descansa hasta no haber logrado el propósito y aunque su descanso último sea la cruz.Este amor hasta el extremo, hermoso y grande, se ha hecho alimento; y este alimento sí sacia los anhelos más hondos del corazón humano. En la Eucaristía se hace presente este Amor entregado por nosotros para llenarnos de vida y gozo y salir de cada Misa deseosos de involucrarnos en su dinamismo de entrega y de ofrenda. Esto hemos de concretizarlo en las circunstancias concretas de la vida de cada uno: siendo pacientes con quien resulta difícil, comprensivos con quien es duro, serviciales con quien necesite de nuestra ayuda, leales incluso con quien es doble y mentiroso, caritativos con el necesitado, misericordiosos con quien nos ofende, prontos para toda obra buena y todo esto realizado con perseverancia, día a día, como Jesús que se entregó completamente en la cruz, pero toda su vida fue una continua ofrenda manifestada en un olvido total de sí para hacer lo que más agradaba al Padre.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, derrama tu luz sobre nuestras mentes para que descubramos cada día más intensamente el gran misterio que se nos ofrece en toda Eucaristía; que, como los caminantes de Emaús, seamos iluminados por el amor de tu corazón, para que lo descubramos al partir el pan y abiertos los ojos del corazón podamos experimentar tu presencia, recibirte con fe y espíritu de adoración y permitirte que nos inunde y nos colme de dicha y felicidad.Señor, que al recibirte en la santa Misa comprendamos que vienes a nuestro corazón para colmarlo y, al mismo tiempo, para insertarlo en su dinamismo de entrega hasta el olvido total de sí mismo, pues la Eucaristía quiere convertirnos en otro Cristo, que tengamos sus mismos sentimientos. Pero como esto solamente es posible si cooperamos con el esfuerzo por olvidarnos de nosotros mismos, te pedimos que nos concedas las fuerzas para vencer la resistencia del egoísmo que todos llevamos tan entrañado en lo más profundo de nuestro corazón y que nos lleva a buscar y privilegiar nuestro bienestar y confort.Señor, danos ese corazón bueno y misericordioso que no se contentó con predicar y curar a los enfermos y esto hasta la caída de la tarde, sino que ante la incomodidad de los discípulos porque no habían podido descansar, realizó la multiplicación de los panes y los peces, enviándolos a sus casas con el corazón alimentado y el cuerpo satisfecho. Señor, ayúdanos, de este modo, a convertirnos en alimento para los demás, mediante la entrega diaria en el servicio bondadoso, la comprensión, la ayuda desinteresada, la capacidad de sacrificio por los demás, yendo hasta el extremo de la finura de los detalles como sonreír cuando no nos quiera salir espontáneamente, responder de buenas maneras a palabras bruscas y ofensivas, hacer algo que no nos corresponda como oficio en casa, en la calle o en el trabajo…Recomendaciones prácticas:-Recordemos la procesión terminada la misa y llevando la Hostia que se ha consagrado en ella tal como lo pide la Iglesia en este día. Tiene como finalidad rendir un homenaje público de adoración y de acción de gracias a quien se ha dignado permanecer entre nosotros en el Santísimo Sacramento y proclamar la centralidad del Dios revelado en Jesucristo para toda vida humana.-Un poco de historia: esta solemnidad tiene su origen en el movimiento eucarístico surgido en Lieja-Bélgica en el siglo XIII, cuyo centro era la Abadía de Cornillón y, particularmente, aquella que fue religiosa y priora de este Monasterio, santa Juliana, quien desde joven tuvo una gran veneración por el Santísimo Sacramento y deseaba que se instituyese una fiesta especial en su honor, deseo que al parecer creció como fruto de una aparición. Ya iniciada la fiesta en varios lugares, el papa Urbano IV, quien había sido archidiácono de Lieja, la extiende a la Iglesia universal en 1264; a ello contribuyó también el milagro eucarístico de Bolsena que tuvo lugar un poco antes.-20 – 22 de junio. Jubileo de los Gobernantes.-23 – 24 de junio. Jubileo de los Seminaristas.-24 Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista.-25 de junio. Jubileo de los Obispos.-25 – 27de junio. Jubileo de los Sacerdotes.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Eucaristía es el encuentro con Cristo, quien se nos da como alimento y bebida que nutre el espíritu y sacia nuestra sed de vida plena; vivamos con fe esta celebración, en la que de modo especial reconocemos y alabamos su presencia real como cuerpo entregado y sangre derramada para nuestra salvación.Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas de la Misa de hoy nos ayudan a comprender e interiorizar el misterio de su presencia real en las especies sacramentales, prefigurada en el Antiguo Testamento con la ofrenda de pan y vino del rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, Melquisedec, y hecha realidad mediante el misterio pascual de Cristo. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: En esta solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, elevemos al Padre de los cielos todas nuestras intenciones, por mediación del eterno y único sacerdote.R/: Dios de amor, escúchanos.1.Por la Santa Iglesia de Dios para que custodie con fe y devoción el admirable sacramento de tu presencia eucarística.2.Por los Obispos y Sacerdotes que hacen presente a Cristo en el Altar, para que la celebración del Jubileo los fortalezca en el amor por Aquel que los ha llamado a tan sagrada misión.3.Por las familias para que, alimentadas con el manjar del cielo, crezca en ellas la unidad y la concordia.4.Por quienes sufren, para que encuentren en el Pan de los fuertes la gracia de ofrecer sus padecimientos para gloria de Dios y salvación de la humanidad.5.Por los seminaristas y gobernantes, quienes celebraran su Jubileo, para que pongan sus dones al servicio de la Iglesia y de la sociedad.6.Por quienes participamos en esta celebración y vamos a recibir el Cuerpo de Cristo, para que trabajemos por reproducir en nuestra vida los mismos sentimientos que animaron a nuestro gran Sacerdote en el ara de la cruz.Oración conclusivaTe presentamos, Padre bueno, todas estas súplicas, dirigidas con fe y confianza, por mediación de tu Hijo, Sacerdote de la nueva y eterna alianza, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.R. Amén.

Vie 9 Mayo 2025

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

CUARTO DOMINGO DE PASCUAMayo 11 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52Salmo: 100(99), 1-2.3.5 (R. 3c)Segunda lectura: Apocalipsis 7, 9.14b-17Evangelio: Juan 10, 27-30I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLos primeros domingos de Pascua la Iglesia presenta en la liturgia las apariciones del Resucitado a sus discípulos, pero el cuarto domingo de Pascua ofrece una figura especial, la de Cristo Pastor de las ovejas; es claro para nosotros que Él es el único Buen Pastor para sus fieles, pero el pueblo ha reconocido a través de los siglos en el papa, los obispos y los presbíteros un ministerio a favor de aquel del Único Pastor que reúne bajo su cuidado a gentes muy diversas, como sucedía ya desde las primeras comunidades cristianas compuestas de fieles provenientes de los judíos y de los gentiles (cf. Directorio Homilético, apéndice I, ciclo c, Cuarto domingo de Pascua).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La lectura de los Hechos de los Apóstoles se inserta en un apartado sobre la evangelización de Chipre y Asia menor, pero más específicamente nos presenta a Pablo y a Bernabé en Antioquia de Pisidia mientras ofrecen a los gentiles el mensaje de salvación ya que muchos judíos, sus primeros destinatarios, lo habían rechazado; así, quienes aceptaban el mensaje se alegraban y daban alabanza a la Palabra proclamada y quienes lo rechazaban experimentaban envidia e ira contra los discípulos al ver que muchos acudían a la escucha de la Palabra. El Salmo noventa y nueve es un llamado a la alabanza por el gozo del reconocimiento de la misericordia fiel del Señor con su pueblo, es también por esto acción de gracias, pero además confesión de la fe en Dios creador y guía del pueblo –expresado como las «ovejas de su rebano»–, es evidente así, que el Salmo pone también en tono de oración el contenido de la lectura de los Hechos. Además, como segunda lectura se continua el libro del Apocalipsis que la Iglesia hace terminar en los versículos que declaran que el Cordero (Cristo) será el pastor que conducirá hacia fuentes de aguas vivas a los que han sido atribulados y pasados por la sangre del Cordero para secar sus lágrimas: una consoladora imagen profética y apocalíptica de la comunión de los mártires de todos los tiempos.La dirección de toda esta riqueza de la Escritura la señala el Evangelio, que propone un breve, pero muy diciente pasaje del evangelista Juan en que Jesús, después de que un grupo de judíos le pidiera que les dijera expresamente si era o no el Mesías –porque la incertidumbre les turbaba el alma–, les responde que se los ha dicho, pero no se lo creen porque no son ovejas suyas, en cambio sus ovejas, las que el Padre le dio, escuchan su voz y lo siguen.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Quienes acuden a la escucha de la Palabra de Dios, son reunidos de los más diversos pueblos y reciben hoy, como en muchas épocas, la alegría que brota de ella y la alaban, como sucedía con los gentiles que acogían la Buena Noticia por parte de los Apóstoles, en el mensaje de la primera lectura. En efecto, el mensaje del Señor llega como la luz a todos los extremos de la tierra para iluminar a los que viven en las tinieblas y para congregarlos como su pueblo y ovejas de su rebano; esta es la respuesta que se ofrece para que la comunidad ratifique cada una de las estrofas del salmo de alabanza que acompaña la lectura. La segunda lectura continúa motivándonos a una alegre fe y a una firme esperanza, esta vez recordando que el Cordero de Dios será quien como un pastor conduzca los mártires, a quienes han pasado por la sangre del Cordero, hacia la vida, hacia las aguas vivas y quien dé recompensa a los sufrimientos que asumieron por seguir fielmente a su pastor. El verso preparatorio al Evangelio recuerda el conocimiento mutuo que caracteriza al Pastor y a las ovejas, esa conexión supera por mucho el oficio del pastor de este mundo de Cristo Pastor, porque él nos da vida, no es aquel que usufructúa la vida de las ovejas.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración colecta, que da el tono de la celebración de la Misa, pedimos al Señor que, a pesar de las debilidades del rebano del Señor, este pueda llegar a la gloria que nos alcanzó la fortaleza de Cristo, nuestro único pastor, es decir que por el ejemplo de Jesucristo, logremos perseverar en Él para alcanzar los gozos celestiales; reflejamos el encuentro con esta Palabra en nuestra vida cotidiana de diversas formas, entre las cuales se encuentra el recordar que ante las dificultades por subsistir en este mundo, contamos con la providencia del Señor, que no solo nos prodiga lo necesario para subsistir sino también el alimento de la Palabra que nos llena de alegría en el Espíritu Santo y de la Eucaristía, que es fuente inagotable de alegría y precio de nuestra salvación (cf. Misal Romano, III Domingo de Pascua, oración sobre las ofrendas y después de la comunión)____________Recomendaciones prácticas:•Día del Buen Pastor.•Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales.•Día de la Madre.•12 – 14 de mayo. Jubileo de las Iglesias Orientales•16 – 18 de mayo. Jubileo de las Cofradías•15 de mayo. Día del EducadorII.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaSomos congregados por el amor de Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación, por su amor que nos ha limpiado de la turbidez del pecado; escucharemos la Palabra del Señor y comulgaremos su pan y bebida de salvación y de esta forma somos participes de la vida eterna que solo Él puede otorgar. ¡Qué alegría, en este domingo hemos sido congregados por el Señor, nuestro único Pastor, como ovejas de su rebano!Monición a la Liturgia de la PalabraLa voz del Pastor conduce a sus ovejas hacia él; nosotros, que acudimos a escuchar la Palabra de Dios, somos conducidos por ella hacia la fuente de nuestro consuelo, al Señor, que nos da la vida eterna y nos llena de la alegría y del Espíritu Santo, el mismo que inspiró cuanto ahora se nos proclamará. ¡Escuchemos!Oración Universal o de los FielesPresidente: Hermanos, confiados en Dios, nuestro Padre, que por amor nos ha enviado a su Hijo, Buen Pastor, dirijámosle nuestras súplicas por las necesidades propias y las del mundo entero. Oremos diciendo:R. Escúchanos, Señor.1.Por la Iglesia, extendida por toda la tierra, especialmente por la Iglesia Oriental, para que el testimonio de muchos sirva de ejemplo a otros, y así ellos te sigan y te alaben llenos del Espíritu Santo. Oremos.2.Por la santificación de los sacerdotes para que tú, Pastor y Guardián de las almas, concedas fruto abundante a su ministerio y a su grey docilidad. Oremos.3.Por las madres de familia, para que su ejemplo de fe, de amor y de servicio sea un testimonio de vida cristiana para los hijos. Oremos.4.Por los que sufren, para que conducidos por Ti hacía a las buenas aguas del consuelo, sean fortalecidos en su cuerpo y espíritu. Oremos.5.Por los educadores, para que su enseñanza sea un espacio donde quienes está a su cargo, logren abrir su mente y corazón la obra de Dios. Oremos.6.Por todas las Cofradías, para que en el marco de la celebración de su Jubileo crezcan siempre en la alegría de ser instrumento al servicio de Dios y de los hombres. Oremos.Oración conclusivaPadre bueno,escucha estás súplicasque te hemos dirigido con fe y esperanza,con la confianza de que serán escuchadas.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 2 Mayo 2025

¿Me quieres?

TERCER DOMINGO DE PASCUAMayo 04 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a)Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14Evangelio: Juan 21,1-19I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el camino de la Pascua, la Palabra de Dios nos pone en contexto de gozo eucarístico y de testimonio comunitario del Señor Resucitado.La liturgia de la Palabra nos regala unas luces precisas para desarrollar estas ideas y ponernos en camino permanente de fe:· La fuerza del encuentro con el Resucitado produce un cambio tan radical en la comunidad que el testimonio no puede verse de otra manera que algo intrínseco a la vida cristiana. O se es testigo o no se puede ser discípulo. Ser testigo del resucitado hace proclamar que la misericordia del Señor llena la tierra.· La Comunidad cristiana es siempre una comunidad en crisis por la persecución en medio de la fidelidad. Los cristianos, como el Cordero, permanecen de pie, aunque muchas veces se sientan degollados.· La experiencia de la resurrección es siempre una iniciativa del Resucitado que vuelve a la comunidad y se hace presente en su cotidianidad para transformarla y fortalecer el ser de los discípulos. Todo encuentro con el Señor es vocacional porque siempre termina con la invitación al seguimiento en la fidelidad.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El texto de este domingo se enmarca en la tradición del discípulo amado del capítulo 21 de Juan, que a su vez es un apéndice que aparece pocos años después de haberse concluido el IV Evangelio y que refleja la necesidad de una catequesis eclesial sobre la resurrección. Dos partes se distinguen en el texto de hoy: La aparición del resucitado y el diálogo de Jesús con Pedro.Aparición del resucitado: Los discípulos han vuelto a su oficio de pescadores y se mencionan los nombres de 5 discípulos más otros dos que son símbolo del discípulo amado, de la comunidad eclesial, un total de 7 (plenitud).En el marco de la aparición es normal que no se le reconozca al resucitado, pero luego se abrirán sus ojos y le verán. Tirar las redes a la derecha es signo de buenos deseos y allí aparece el discípulo amado reconociendo al Señor, cosa que refleja la competencia que existía en las comunidades primitivas por la figura de Pedro y Juan, además debe recordarse que el discípulo amado fue el primer creyente del resucitado en la tumba vacía.La rede repleta de peces es arrastrada hasta la orilla por Pedro, unos cien metros (doscientos codos, cada uno de 45 cm) y refleja un simbolismo de la Iglesia, de la comunidad (eso significa 153) pero también significa la universalidad de la misión.Diálogo con Pedro: En este diálogo se establece nuevamente el carácter misionero de la resurrección. Jesús pregunta a Simón si le ama en dos oportunidades (verbo agapao: entrega total hasta morir) y Pedro responde que le quiere (Verbo fileo: amor de hijo a padre, pero no de entrega total), una tercera vez le pregunta si le quiere (verbo fileo) y viene en cada una de las preguntas la entrega de la misión que se le confía: apacentar, pastorear, apacentar, que no es otra cosa del reconocimiento que tenía la comunidad de la misión de pastor de Pedro en medio de las comunidades.Como al parecer Pedro no ha entendido la dimensión perfecta del amor como entrega, se le repite lo que debe comprender: morirá por el Señor y deberá someterse a lo que otros hagan con él, pero en todo se vivirá una obediencia a la voluntad del maestro que en medio de la persecución y el dolor sigue repitiendo a los discípulos de todos los tiempos: sígueme.En este domingo el evangelio de Juan nos muestra que ser testigo implica seguimiento y perseverancia.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? La Iglesia, peregrina de la esperanza y puesta siempre en camino sinodal recibe esta Palabra de este domingo como una ayuda concreta para la peregrinación.En primer lugar, la pregunta por la experiencia es fundamental: ¿Hemos visto al Señor?, ¿Hemos comido con él? La resurrección no es una historia ni un mito, es una experiencia concreta que genera un testimonio de vida; por eso los frutos son necesarios en la comunidad cristiana (“por sus frutos los conocerán”) y estos frutos deben ser acciones concretas que muestra la comunidad de los resucitados.En segundo lugar, la experiencia del encuentro con el resucitado siempre generará la necesidad de evaluar nuestro amor y nuestra vida discipular como entrega hasta las últimas consecuencias. Somos discípulos del Mesías crucificado, discípulos amados y adheridos al Señor en la experiencia de la Cruz y por ello la mejor manera de dar fruto es morir por el otro.Un testigo sabe morir por la verdad. Ya el Papa Benedicto XVI nos enseñó que la mayor prueba de la resurrección es el martirio. Ya que nadie muere por una mentira. Seguimiento y martirio se reclaman siempre.Vivir la experiencia de la comunidad nos lleva a comer y beber con el Señor. La Eucaristía nos hace testigos y nos alimenta para poder proyectar el testimonio3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Bula de convocación al Jubileo del 2025, el Papa Francisco expresaba: “en medio de la oscuridad se percibe una luz; se descubre cómo lo que sostiene la evangelización es la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo.” (Spes non confundit 4). En este domingo la comunidad sabe que es peregrina en medio de las oscuridades que tratan de opacarla, pero es allí donde resplandece el Resucitado que irrumpe en la comunidad, se mete en la historia y hace posible renacer la esperanza y volver a la luz.Hoy más que nunca es necesario suplicar al Señor por la fortaleza en el camino, la fidelidad en la vida cristiana y la virtud de la esperanza que permite que el amor no se deje cegar ni obnubilar por nada ni por nadie distinto al Resucitado.Una comunidad resucitada, una comunidad pascualizada es la comunidad eucarística que se ve reflejada en actos concretos de amor y de entrega, que no se reserva nada y en el otro ve la llamada constante al seguimiento del Señor.______________________Recomendaciones prácticas:· Jornada Mundial de la Infancia Misionera· 4 – 5 mayo. Jubileo de los Empresarios· 10 – 11 de mayo. Jubileo de las Bandas MusicalesSe recomienda hacer aspersión con el agua bendita.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este domingo resuena la invitación del Resucitado: vengan a comer. Nuevamente el Señor irrumpe en nuestra vida y en nuestra historia comunitaria y se presenta en medio de las tinieblas que están llamadas a ser vencida por la luz y allí fortalece nuestra fe, renueva nuestra esperanza y nos compromete en la vivencia del amor. Aceptemos esta invitación del Señor y acerquémonos a él para comer y beber su mismo ser.Monición a la Liturgia de la Palabra Sólo quien escucha la invitación y el llamado puede volverse discípulo y testigo. Hoy se nos dirige una Palabra de salvación para que seamos fieles seguidores del Señor. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fuerza de la esperanza dirijamos nuestras oraciones al Dios que no nos ha dejado solos y nos regala la presencia de su hijo entre nosotros.R. Escucha, Señor, y ten piedad.1. Padre de amor que te has compadecido del género humano y nos has puesto en camino y peregrinación, no permitas que la red de tu Iglesia se rompa y pierda alguno de los que has llamado a ser discípulos. Oremos.2. Padre de bondad cuya bondad dura eternamente, acompaña a los gobernantes y de manera especial a quienes deben impartir la justicia, para que vivan siempre la llamada y la entrega a la verdad y al amor que brotan del corazón de tu hijo. Oremos.3. Padre de todos los hombres que cambias en luto en danza, permite que los que sufren experimenten nuestra caridad y nuestra presencia fiel y generosa para ser levantados de sus sufrimientos. Oremos.4. Padre de misericordia, que nos envías por el mundo a llevar tu mensaje de amor, fortalece la Infancia Misionera, para que desde la sencillez del corazón puedan hablar de tus maravillas. Oremos.5. Padre omnipotente, tu que das a cada hombre un don especial para glorificarte, te pedimos por los Empresarios y las Bandas Musicales, que en los próximos días celebran su propio Jubileo, para llenos de tu amor, estén dispuestos a anunciarte en cada una de sus profesiones. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Señor, y ten piedad, socórrenos y haznos fieles a tu llamada. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Vie 4 Abr 2025

Anda, y no peques más

QUINTO DOMINGO DE CUARESMAAbril 06 de 2025Primera lectura: Isaías 43,16-21Salmo: 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6Segunda lectura: Filipenses 3,8-14Evangelio: Juan 8,1-11I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEste domingo nos apartamos del evangelio de Lucas para entrar, dentro del evangelio de Juan, en un bellísimo pasaje que de todas formas tiene sabor lucano y no pierde de vista la experiencia de la misericordia. Se trata del episodio de la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8,1-11). Frente a ella y también frente a sus acusadores hoy vemos a Jesús como Señor de la misericordia y del perdón, que penetra en lo más íntimo del corazón del hombre. El contexto del pasaje es del conflicto. Como vimos el domingo pasado, la misericordia de Jesús escandalizó a los fariseos y escribas de su tiempo. Por eso desaprobaron la praxis de Jesús y buscaron la manera de demostrarle que solamente su comportamiento era el que correspondía a la voluntad de Dios. Para ellos el punto de referencia era estrictamente la Ley. Precisamente en este punto es que ahora ponen a prueba a Jesús y ésta será la ocasión para una magnífica enseñanza sobre el dinamismo del perdón: reconocer el pecado, ser perdonado y perdonar a los demás. Y viceversa, así como no está autorizado para juzgar quien tiene motivos para ser juzgado, igualmente sólo quien perdona puede ser perdonado por Dios .1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?A Jesús le presentan una mujer sorprendida en adulterio, con ello buscaban algún motivo para hacerle caer. Según la ley de Moisés, la mujer adúltera debía ser lapidada. Si Jesús aceptaba la lapidación, la misericordia que él predicaba quedaría desvirtuada; si la rechazaba, estaría contrariando la Ley. La respuesta de Cristo es una lección de justicia y misericordia: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Quienes pedían castigo por el pecado, estaban llenos también de culpa. A la mujer, quien ha quedado sola con Él, Jesús, le ofrece su misericordia diciéndole: “yo tampoco te condeno”, pero la invita a la conversión: “vete y no peques más”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?1. Después de pasar la noche en el monte de los Olivos, Jesús madruga para ir al Templo y allí lo rodea una gran cantidad de gente que busca su enseñanza. El texto dice que el auditorio estaba compuesto por “todo el pueblo”. Pareciera exagerado, pero es la manera de ambientar la escena y preparar lo que viene: Jesús está ante la Ciudad Santa en calidad de “Maestro”, por eso dice “se sentó y se puso a enseñarles”. El reconocimiento de la autoridad de Jesús llega al máximo entre la gente. Puesto que “todo” el pueblo está allí, un fracaso ante los otros maestros podría desautorizarlo definitivamente. La situación es peligrosa. La situación será aprovechada por los enemigos de Jesús para emboscarlo en una trampa jurídica, desacreditarlo y llevarlo al patíbulo.2. En esa circunstancia, “los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio”. Parece ser que el hecho es indudable. Al respecto la Ley es muy clara: “Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero como la adúltera” (Levítico 20,10).Jesús es abordado como Maestro que debe dar el veredicto. Los acusadores le presentan a Jesús el hecho; le recuerdan la norma de la Ley: “Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres”; le piden el veredicto: “¿Tú que dices?”.Jesús es colocado entre la espada y la pared, en principio no le queda más alternativa que asociarse a la praxis de sus adversarios y responder pidiendo la pena de muerte de la mujer. De no hacerlo daría suficientes motivos para ser señalado de actuar contra la Ley de Dios.El evangelista nos dice que “esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle”. Oportuna precisión que saca a la luz la cuestión de fondo: Si Jesús aprueba el comportamiento de sus enemigos, también acepta su posición contra los pecadores; en consecuencia, tendría que ponerle fin a su praxis de misericordia y aparecer ante el pueblo como un falso maestro. Pero si Jesús no lo hace, resulta que termina desaprobando una Ley inequívoca ante un hecho inequívoco, e igualmente daría motivos para ser acusado de falso maestro que aparta a la gente de la Ley de Dios y, en consecuencia, debería ser quitado de en medio del Pueblo.Jesús responde con un gesto y con una frase. El gesto silencioso: “Inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra”. Jesús no se precipita para dar el veredicto, se toma un tiempo. Quizás esto sea lo más importante puesto que lo hace dos veces, enmarcando la única frase que pronuncia. Su primera respuesta es el silencio, un silencio que invita a todos a la reflexión. Jesús se comporta como si estuviera completamente solo, concentrado en su juego de hacer garabatos en la tierra.Este gesto podría ser interpretado como una indicación de la calma y la seguridad que Jesús tiene; como una manera de cansar e irritar a sus enemigos; como un gesto simbólico.Muchos han explorado la tercera posibilidad, una de las más interesantes es la que ve allí la referencia de Jeremías 17,13: “Los que se apartan de ti, en la tierra serán escritos, por haber abandonado el manantial de aguas vivas, Yahveh”. De ser así, ¿Jesús le estaría recordando a sus adversarios que son infieles a Dios y merecen ser escritos en el polvo y extinguidos? De cualquier forma, ellos pierden la paciencia y presionan a Jesús para que les dé una respuesta.Jesús se levanta y les dice la siguiente frase: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra”.Por fin Jesús los toma en cuenta y se dirige directamente a sus adversarios citando de forma adaptada la norma de Deuteronomio 17,7. Con sus palabras, les hace caer en cuenta de un tercer elemento que no han tenido en cuenta: ellos apuntaron el delito, lo confrontaron con la Ley; pero no han tenido en cuenta sus propios pecados. Ellos no pueden presentarse como si no tuvieran ninguna falta y por eso también necesitan de la paciencia, de la misericordia y del perdón de Dios. ¿Por qué tienen tanto afán en la condenación de la mujer adúltera?Los escribas y fariseos quieren tratar a la mujer como un caso más, fríamente, como si fuera un problema de aritmética. Jesús introduce una nueva consideración: la situación de los acusadores ante Dios. Los lleva a examinarse a sí mismos, ¿cómo quisieran ser tratados? Jesús deja un nuevo espacio de reflexión.Los adversarios son honestos y aceptan en su corazón la palabra de Jesús: “al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro”. Lo mismo hace todo el auditorio. ¡Qué increíble lección recibieron aquel día! Ninguno de los presentes afirmó que no tuviera ninguna culpa ni arrojó la primera piedra. Todos se fueron. Jesús y la mujer quedan solos.3. Jesús se levanta y se percata de que no quedan sino la mujer y él. Hasta el momento Jesús se ha dedicado a los acusadores, ahora se dirige a la mujer acusada. Este grandioso momento final gira en torno a un diálogo delicado y concreto entre los dos. Jesús hace dos preguntas y dos afirmaciones: Las dos preguntas aclaran la nueva situación: los acusadores ya no están y ninguno ha condenado a la mujer.En las dos afirmaciones Jesús plantea su propia posición: tampoco él la condena a la pena de muerte y la despide exhortándola a comenzar una nueva vida. En otras palabras: una absolución y el encargo de una nueva tarea. Interesante esta postura de Jesús: no le aprueba el pecado, pero tampoco se lo relativiza como si no hubiera pasado nada. Jesús le habla enérgicamente pidiéndole que se abstenga del comportamiento que la apartó de la voluntad de Dios y la expuso a la muerte.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?“Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle. Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos. Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi prójimo, sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos” (Sor Faustina Kowalska)_________________Recomendaciones prácticas:•Comienza la semana de dolor. Por tanto, una oportunidad privilegiada para convocar a una celebración comunitaria del Sacramento de la Penitencia.II.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaHermanos, en este domingo venimos como la mujer pecadora del Evangelio, a postrarnos ante Jesús, reconociendo en Él no un verdugo, sino un juez justo que dicta sentencia de amor, un médico que sana las heridas de nuestro corazón y un guía que nos indica el buen camino. Sintiéndonos acogidos por su amor fraternal, celebremos con alegría estos Sagrados Misterios.Monición a la Liturgia de la PalabraHermanos, Dios promete sanar la aridez de nuestra vida y transformar nuestro corazón. Como san Pablo estamos llamados a reconocer esas maravillas que Cristo realiza en nuestra vida, a darle a él el primer lugar. Aun cuando todos nos rechacen, el Señor estará a nuestro lado, perdonando, amando y cambiando lo malo que hay en nuestro interior.Oración Universal o de los FielesPresidente: Oremos al Padre del cielo por las necesidades e intenciones de todos los que se preparan para vivir la pascua de su Hijo, con un corazón contrito y humillado. Digamos con fe:R. Padre de amor y misericordia, escucha nuestra oración. 1.Pidamos al Señor por el Papa y todos los ministros de la Iglesia, para que, escuchado el mandato del Señor a seguirlo y negándose a sí mismos, permanezcan fieles al amor que profesaron en la respuesta que dieron a su vocación. 2.Supliquemos al Señor por la Iglesia y por todos los fieles que viven este tiempo de Cuaresma, para que caminen como compañeros, uno al lado del otro en el mismo camino.3.Imploremos al Señor por nuestros gobernantes, para que no dejen de atender las súplicas y necesidades del pueblo, promoviendo la justicia, la equidad y los valores del respeto a la dignidad humana y trabajen siempre por el bien común. 4.Roguemos al Señor por las necesidades particulares de nuestra comunidad, especialmente, por todos los hermanos que buscan ser cada vez más fieles a la misericordia de Dios y sufren en su cuerpo y alma, la persecución por causa de la predicación del evangelio. 5.Por todos aquellos, que por las contrariedades de la vida, llevan en sus corazones profundas heridas, para que desde la fe y la caridad fraterna, encuentren consuelo, esperanza y paz. Oremos.Oración conclusivaDios de infinita bondad,acoge nuestras súplicas y haz que también nosotros acojamos con un corazón dócil la gracia que este tiempo cuaresmal nos ofrece.Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 21 Feb 2025

Amad a vuestros enemigos

SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOFebrero 23 de 2025Primera lectura: 1S 26, 2.7-9.12-13.22-23Salmo: Sal 103(102), 1-2.3-4.8 y 10.12-13 (R. 8a)Segunda lectura: 1Corintios 15,45-49Evangelio: Lucas 6,27-38I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el Evangelio del domingo pasado se proclamaba dichosos, alegres y ¡ay de vosotros! Este domingo, el evangelista Lucas invita a dar un paso más en el acercamiento a Dios, y para ello propone llenar el corazón de verdadera misericordia y mostrarla por medio del perdón a todos aquellos que entren en relación, tanto personal, como comunitaria con nosotros. Nos recuerda la Palabra, que el auténtico perdón no deja lugar ni a la venganza, ni al rencor; implica además un alma noble donde habite la verdadera misericordia. Tres ideas temáticas que presentan las lecturas:•Primera lectura (1S 26, 2.7-9.12-13.22-23): 1 Sm 26 es una segunda versión del tema de 1 Sm 24. Cambia la forma, pero el fondo es el mismo. En ambos casos Saúl está al alcance de David, pero éste le perdona la vida sin causarle ningún daño. En ambos casos aparece la magnanimidad de David y el mismo respeto hacia el ungido del Señor. En uno y otro caso Saúl reconoce su mal proceder, y, por último, en ambos casos, Saúl augura a David la bendición de Dios y el éxito en sus empresas (1 Sm 26,25). •Segunda lectura (1 Co15,45-49): Este texto hace parte de la disertación paulina sobre el misterio de la vida, sobre la resurrección de los muertos (1 Co 15). No hemos nacido para quedarnos en la tierra, sino para ser seres espirituales, donde la muerte no nos lleve a la nada. Es eso lo que se propone bajo la imagen de los dos Adanes: el de la tierra y el del cielo. Pablo se funda en la Escritura en una fórmula habitual en el judaísmo: “Así está escrito”. Sigue un texto de Gn 2,7 para sacar unas consecuencias entre el hombre natural, biológico, genético si cabe, y el hombre espiritual (el de la resurrección). La comparación entre el primer hombre Adán y el último Adán evoca la que se había establecido en 15,21 (22) entre Adán y Cristo; el último Adán de 15,45b es lógicamente Cristo; tal correspondencia la confirma la consideración del último Adán como espíritu vivificante de 15,22.•Evangelio (Lc 6,27-38): Se nos propone el amor al prójimo; reflexionemos con atención en este aspecto importante que nos presenta el Evangelio. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Al bajar de la montaña junto con Jesús, los discípulos escuchan el Sermón de la llanura (Lc 6,20-49). Lucas introduce en su relato uno de los discursos de Jesús, orientado concretamente a sus discípulos: “Y Él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía…” (Lc 6,20); para él, este discurso compendia las instrucciones que Jesús impartió a aquellos que serían sus testigos en Galilea. El “discurso de la llanura”, calificación con la que se le conoce usualmente (cf. Lc 6,12.17), es paralelo al “discurso del monte” en el Evangelio Según Mateo (cf. Mt 5,1-7,27). Este último se dirige a la “multitud” y a sus “discípulos” (cf. Mt 5,1) y el de Lucas se dirige, desde sus inicios, solamente a “los discípulos”, como lo hemos dicho antes.El amor al prójimo ocupa buena parte del discurso programático de Jesús. Se dirige a cuantos escuchan. Este amor, debe extenderse a los enemigos. En esto insisten los dichos iniciales, en cuyo centro se encuentra la regla de oro: “Traten a los demás, como quieren que ellos los traten a ustedes (6,31). Concretamente, amar a los enemigos significa hacerles bien, desearles bien, esto es, bendecir, orar por ellos, renunciar a toda retorsión (es decir, presentar la otra mejilla), ser condescendientes (es decir, ceder la túnica o el manto), dar prestado de manera desinteresada. De aquí sigue, una serie de preguntas retóricas “Si aman a los que los aman…” mostrando la diferencia entre la conducta del verdadero discípulo y la de los “pecadores”; de esta manera, el discípulo de Jesús está llamado a imitar el amor generoso del Padre celestial, que da sus beneficios a los ingratos y a los malos (6,35). De la misma forma, la imitación de Dios se retoma en el dicho “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre” (6,36). Jesús aplica este principio en las relaciones con el hermano, advirtiendo que no seamos severos con ellos, porque “con la medida con que se mide, Dios los meditará a ustedes”. La exhortación a la generosidad: “Den, y Dios les dará” se dilata en una descripción de la recompensa divina (cf. 6,38)2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Hemos escuchado en el Evangelio algunas de las frases más fuertes y exigentes del mensaje de Jesús: “amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian”. Todas estas enseñanzas del Maestro, fuera de su contexto, aisladas, pueden parecer para muchos, exageradas, utópicas, absurdas, Pero ¿cuál es su contexto?: Es la posición del hombre con respecto a Dios. Es decir, aquellos que aparecen como dichosos en las bienaventuranzas, se encuentran en una nueva relación con Dios (son sus hijos: Lc 6,36). Y esta nueva relación pide un nuevo comportamiento con los demás. Lucas viene a decir que los cristianos han sido transformados en la totalidad de su persona; ¿De qué manera? En sus sentimientos, el amor sustituye al odio; en sus palabras, la bendición a la maldición; en sus acciones, la no violencia a la violencia. Jesús une estrechamente el precepto del amor a los enemigos con el del amor al prójimo, que, en el Antiguo Testamento, no era del todo claro. Hay, por tanto, que ignorar las barreras creadas por las afinidades y simpatías naturales (cf. Lc 14,12). Se trata, en definitiva, de adoptar el comportamiento misericordioso de Dios (Lc 6,35-36) para recrear una humanidad nueva: “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre” (v. 36). El Papa Francisco, en la Audiencia General del 1 de septiembre de 2016, se preguntaba: “¿Las palabras de Jesús son realistas? ¿Es verdaderamente posible amar como ama Dios y ser misericordiosos como Él?” responde el Santo Padre “Si observamos la historia de la salvación, vemos que toda la revelación de Dios es un incesante e incansable amor por los hombres: Dios es como un padre o como una madre que ama con amor infinito y lo derrama con generosidad sobre cada criatura. La muerte de Jesús en la cruz es la culminación de la historia de amor de Dios con el hombre. Un amor tan grande que sólo Dios puede realizarlo. Es evidente que, comparado con este amor que no tiene medidas, nuestro amor siempre será insuficiente. Pero, cuando Jesús nos pide que seamos misericordiosos como el Padre, ¡no piensa en la cantidad! Él pide a sus discípulos convertirse en signo, canales, testigos de su misericordia”. Por esta razón, el amor del discípulo de Jesús, que siempre es comprendido en el Nuevo Testamento no como un sentimiento sino como una acción y una tarea, debe alcanzar incluso a aquellos que aparentemente no lo merecen: los enemigos, los que te odian, los que te golpean y los que te roban. La afirmación que encontramos en el texto del Evangelio, concretamente en Lc 6,31 dice: “Traten a los demás, como quieren que ellos los traten”, es una regla revolucionaria, que también se encuentra en otras religiones, señal de que aquí se expresa una intuición o un deseo universal que nace del fondo del corazón humano.En su enseñanza, Jesús, muchas veces, afirma el deseo más profundo y universal del corazón humano, el deseo de fraternidad, nacido de la voluntad de querer bien a los demás con total gratuidad. Es en la fraternidad sincera, bien vivida, donde se revela el rostro de Dios. Esta expresión, que suele llamarse “la regla de oro” de la caridad cristiana, nos indica que el amor no se limita a excluir el mal, sino que implica un compromiso operativo para hacer el bien al prójimo. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor Jesús, tú conoces por experiencia la fragilidad, la debilidad y también la dureza de la naturaleza humana; sin embargo, desde lo alto de la cruz tuviste expresiones de compasión y de perdón incluso por los que te estaban crucificando. Derrama en nuestros corazones tu Espíritu de amor, para que nos dé la fuerza de poner en práctica tu Palabra incluso cuando nos parece demasiado exigente. Infunde tú mismo en nosotros una infinita capacidad de paciencia y de perdón, a fin de que el Padre celestial pueda reconocernos como sus verdaderos hijos. Amén Las palabras dirigidas por Jesús a quienes le escuchaban se orientan a que el discípulo sea un imitador de Dios Padre. La concreción más clara de la misericordia es la que se manifiesta en las parábolas del Buen Samaritano (Lc 10,25-37) o del Hijo pródigo (15,11-31), que revelan la forma de vida de Jesús. Se trata de un llamado a la conversión. Él quiere que sus seguidores tengan una forma de comportarse contraria a las formas habituales del mundo. Aquí radica la verdadera novedad del Evangelio, que se funda en una nueva experiencia de Dios, Padre de amor. No olvidemos que el amor de Dios por nosotros es totalmente gratuito. El verdadero amor quiere el bien del otro independientemente de lo que han hecho por mí; de esta manera, imitamos la misericordia de Dios Padre que es bueno con los ingratos y con los malvados. Por eso, ¿Será que nosotros miramos la vida y a las personas con la misma mirada de Jesús? ¿Cómo aplicar en mi vida las palabras de Jesús: “Sean misericordiosos, como es misericordioso su Padre”? II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos, con mucha alegría y gozo nos reunimos nuevamente en este lugar santo, donde Dios nos seguirá instruyendo con su Palabra de vida. El «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos es lo que más caracteriza la Palabra de Dios de este día. Hoy, en la liturgia, Cristo nos llama a una radical revisión de vida. El cristiano debe bendecir a los que le odian y perdonar a los que le ofenden. Celebremos con gozo y fe esta fiesta dominical.Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos, la Palabra de Dios resalta hoy el mandamiento del amor y el perdón mutuo. En la primera lectura, tomada del libro de Samuel, nos encontramos hoy con la heroicidad de David, capaz de amar a su enemigo hasta el punto de perdonarle la vida. Por su parte, la segunda lectura, tomada del apóstol San Pablo en la Carta a los Corintios, continúa hoy su razonamiento sobre la resurrección de los muertos. En el Evangelio meditamos sobre el «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos. Nos recuerda que Dios siente compasión para con los pecadores, y nos invita a imitar esa conducta generosa de nuestro Padre. Cuando lo hacemos, obtenemos el gran premio de asemejarnos a Él. Jesús nos trae la regla de oro de la verdadera caridad: tratar a los demás como queremos que los demás nos traten a nosotros. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, Dios nos invita a vivir en el amor sin poner condiciones, a vivir como Él vivió. Unámonos diciendoR. Señor, enséñanos a amar1.Por los que han sido ungidos por el Señor, para que sean testigos de su amor y promuevan la justicia, la paz y la libertad, en la Iglesia y en el mundo. Oremos.2.Por nuestros gobernantes y los del mundo entero para que trabajen por la paz del mundo, para que se frenen las ambiciones, desaparezcan las enemistades y brote el amor y la concordia en el corazón de todos los hombres. Oremos.3.Por nosotros, para que que imitando a Jesús sigamos sus huellas, y para que viviendo la santidad a la que Él nos llama, tengamos sus mismos sentimientos de compasión, perdón y bondad. Oremos.4.Por los emigrantes, los prisioneros, los desempleados y los que están lejos de sus hogares, para que se sientan hijos de la gran familia de Dios y encuentren consuelo en sus penas. Oremos.5.Por todos los que estamos aquí reunidos en el Señor, para que Dios nos conceda perseverar en la fe y crecer siempre en la caridad. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Padre, la oración que te hemos presentado, y haz que caminemos unidos los que profesamos una misma fe y un mismo amor. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Jue 13 Feb 2025

Bienaventurados

SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOFebrero 16 de 2025Primera lectura: Jeremías 17, 5-8Salmo: Sal 1, 1-2.3.4 y 6 (R. cf. 39, 5a)Segunda lectura: 1Corintios 15, 12.16-20Evangelio: Lucas 6, 17.20-26I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn este sexto domingo del tiempo ordinario se nos invita, no solo a oír la Palabra de Dios, si no escucharla con el corazón para que ella produzca frutos en nosotros. La palabra de Dios hoy, por medio del profeta Jeremías nos recuerda que quien opta por Dios, quien aprende a escuchar su voz y la pone en práctica experimentará la bendición, será “bendito quien se fía de Yahvé, pues no defraudará Yahvé su confianza (Jr. 17,7), pero quien se hace el sordo a la palabra de Dios, no deja que ella produzca frutos abundantes, quien pone su confianza en las cosas humanas no será maldito. El apóstol san Pablo con fuerza le habla a la comunidad de los corintios y les hace saber que el mensaje que les está predicando tiene como centro la resurrección de Cristo y por ende la esperanza que todos por le fe en Él resucitarán, pues si Cristo no resucito vacía es la predicación y vana nuestra fe,” somos los hombres más dignos de compasión” (1 Cor. 15,19).El evangelio de San Lucas, en el pasaje de las Bienaventuranzas, nos recuerda que la verdadera felicidad no está en las cosas que posemos o ambicionamos, la verdadera felicidad no está en tener muchas personas a nuestro alrededor, la verdadera felicidad está en abandonarnos en Él, poner a Dios en el centro de nuestra vida y hacer de Él nuestro mayor tesoro, nuestro alimento, buscar agradarle primero a Él y no a los demás. No podemos olvidar que es bienaventurado, feliz, bendecido y lleno de vida verdadera quien confían en Dios y solo en ÉL.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? De una manera maravillosa la Palabra de Dios, por medio del apóstol San Pablo nos vuelve a poner en el contexto de la pascua, nos invita a volver la mirada al día de Pascua a no olvidar cual el centro, razón y fuerza de nuestra fe, Cristo Resucitado. San Pablo dedica su vida al anuncio de Jesús, pero lo anuncia muerto y resucitado, lo anuncia como el vencedor de la muerte, aunque sabe que para muchos será incomoda su predicación, él con valentía manifiesta que si no creemos en la resurrección seremos los más desdichados de todos. Por ello la Iglesia desde sus inicios ha predicado a Jesucristo que padece, muere en la cruz y al tercer día resucita de entre los muertos para romper las cadenas de la muerte y así conceder a quienes crean en Él la esperanza de una vida nueva. por ello Pablo no solo anuncia que Cristo Resucito, sino que también los creyentes resucitarán por la fe en Él, la muerte no es el final de la vida, es Pascua, es el paso de esta vida a la eterna por la confesión del nombre de Jesús, por la fe en Jesús.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Al acercarnos a la Palabra de Dios en este domingo, Dios quiere hablarnos al corazón para llenar de alegría nuestro corazón y darle sentido y fortaleza a nuestra vida. Hoy Jesús me dice y te dice que Él es la fuente de la vida verdadera, que ha muerto para ofrecernos la posibilidad de vivir una vida verdaderamente feliz en esta tierra con la esperanza de disfrutar de la vida que no se acaba en el cielo. Pero esto no se puede quedar en un simple discurso, tiene convertirse en nosotros en una convicción que surja desde lo profundo de nuestro corazón y desde allí se convierta en una fuerza que nos lleve a ser cristianos que demos testimonio de Jesús en nuestra vida concreta. En una sociedad que pareciera que se fuera alejando cada día más de Dios, en un mundo donde aparentemente el mal, la muerte y la “oscuridad” se han fortalecido, nosotros los discípulos de Jesús, usted y yo, todos debemos como Pablo, los apóstoles y tantos hombres y mujeres a los lardo de más de 2.000 años, anunciar a Jesús que ha resucitado, proclamar que la vida ha triunfado sobre la muerte, que el mal, el diablo no tienen la última palabra y con nuestra manera de vivir, de hablar y pensar podemos hacer presente a Cristo, vencedor de la muerte. Como Iglesia, como creyentes, estamos llamados a ser Luz y anunciar con palabras y obras, a tiempo y destiempo el evangelio de la vida.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La Palabra de Dios busca producir frutos en aquellos que se disponen como tierra buena para recibirla, pedimos a Dios que nos de la gracia de abrir el corazón a su palabra en este domingo, acoger con un corazón limpio este llamado que nos hace a alejarnos del pecado, pedimos a Dios que nos de la fuerza para “solo confiar en Él”, te pedimos que no permitas que coloquemos nuestra esperanza en las cosas o las personas, pues solo tú tienes Palabras de Vida eterna, danos la sabiduría necesaria para comprender que solo en ti podemos ser realmente “bienaventurados.Pedimos a Dios la gracia de poder transmitir con nuestras palabras y nuestra manera de vivir la alegría de la fe, el gozo de que sentimos por ser hijos de Dios y poder experimentar su amor, pidamos a Dios que podamos contagiar a muchos de la alegría de ser cristianos, recordándoles, mostrándoles que si tenemos a Jesús en nuestro corazón el llena de sentido, de alegría y paz la existencia. Pidámosle a Jesús que nos de la gracia de ser motivo de verdadera a alegría para los que están a nuestro lado._______________________Recomendaciones prácticas: •21 – 23 de febrero. Jubileo de los DiáconosII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Al reunirnos como comunidad en este domingo, la Iglesia nos invita hacernos consientes que en medio de nosotros esta Jesús, el Señor, que nos llama a seguirle para llenar nuestra vida de su presencia y alcanzar la bienaventuranza y compartirla con los demás.Unidos, participemos de la mesa de la Palabra y compartamos el pan Eucarístico. Con profunda fe iniciemos nuestra celebraciónMonición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos va a recordar que tenemos delante de nosotros dos caminos, el camino del bien y del mal, la posibilidad de optar por Dios y acercarnos a Él o por le contraria alejarnos. Escuchemos con atención esta Palabra, alimentémonos de ella y comprometámonos a ponerla en práctica siempre.Oración Universal o de los FielesPresidente: Elevemos al Dios nuestras suplicas y con la confianza de saber que siempre nos escucha, digamos:R. Padre Bueno, escúchanos.1.Por la Iglesia, para que sea obediente a la voluntad del Padre Eterno y ayude a todos a acercarse a Él como única fuente de vida verdadera. Oremos.2.Por los gobernantes para que cada día, iluminados por el Espíritu Santo trabajen por la justicia y el progreso de los todos. Oremos.3.Por aquellos que se han alejado de Dios, para abriendo su corazón a Él pueden llenar su vida de sentido y verdadera alegría. Oremos.4.Por nosotros, para que, al participar de la Eucaristía, experimentemos el gozo de sabernos amados por Dios y así podamos también vivir en la verdadera caridad. Oremos.5.Por el Jubileo de los Diáconos, para que su ministerio se enriquezca y desempeñen dignamente su servicio en el altar y en todos los lugares donde son enviados. Oremos.Oración conclusivaPadre bueno, Tú conoces mejor que nosotros las necesidades del mundo, acoge nuestras oraciones y concédenos los auxilios que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 17 Ene 2025

No tienen vino

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOEnero 19 de 2025Primera lectura: Isaías 62,1-5Salmo: 96(95),1-2a.2b-3.7-8a.9-10ac (R. cf. 97[96],6)Segunda lectura: 1Corintios 12,4-11Evangelio: Juan 2,1-11I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLas lecturas que nos propone la liturgia de este domingo tienen un tono festivo, provocado por el gozo eterno que celebra el amor desbordante de Dios que nunca abandona, sino que cuida, restaura y mantiene firme su elección y alianza con Israel. Esta alianza encuentra su plenitud en Jesús, quien inaugura su misión, según el Evangelio de Juan, en una boda donde la alegría y el gozo de la fiesta no tienen límite, porque “el mejor vino” ha llegado: Jesús.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Tanto la primera como la segunda lectura hablan de una boda, un desposorio que evoca la alianza en la que se declara el profundo amor y compromiso de Dios hacia su pueblo. Y es justamente, en el contexto de una boda, donde Jesús realiza, en el Evangelio de Juan, el primero de una serie de signos que irán revelando, progresivamente, la Gloria de Dios.El evangelio empieza con una indicación temporal ─“el tercer día”─ que tiene una fuerte connotación teológica en el Antiguo Testamento. En el tercer día se verifican eventos decisivos en la historia de Israel, sobre todo, en el contexto de la alianza (Gn 22,4-8; Ex 19,1. 10-11. 16). El tercer día, por tanto, pone el relato del evangelio, a nivel teológico, en el contexto de la alianza. Una alianza que, debido a las acciones del pueblo, le empezó a faltar “el mejor vino”.Después de ubicar la narración en un tiempo y lugar ─ elementos que anuncian que Jesús no está distante ni desconectado de nuestras actividades diarias, más bien, Él desea estar con nosotros en cada aspecto de nuestra vida, participando en nuestras alegrías y preocupaciones ─ el evangelista nos presenta a los invitados principales de la boda: La madre de Jesús y Jesús con sus discípulos: “Jesús fue invitado con sus discípulos”. Jesús y sus discípulos ya son uno. Ya uno no está más sin el otro.Justo, cuando lo mejor de la boda está por empezar, la madre de Jesús observa una necesidad y acude a su hijo: “no tiene vino”. Aunque Jesús inicialmente responde que no ha llegado su “hora”; María nos invita a entrar en el camino de la fe y del encuentro con su Hijo al decirnos: “¡hagan lo que él les diga!” … “Y llenaron las tinajas hasta el borde”.Nosotros, como los sirvientes, somos llamados a estar atentos a la voz de nuestro “Señor” y a responder con prontitud a su palabra, Él es la Palabra de vida eterna. No somos espectadores, somos partícipes y testigos de la obra salvífica de Dios en su Hijo. Resuenan aquí las palabras de Jesús: “Ustedes son mis amigos si hacen los que yo les digo. Ya no los llamo siervos, porque los siervos no saben lo que hace el amo; los llamo amigos porque todo lo que he oído a mi padre, se los he dado a conocer” (Jn 15,14-15).Cómo advino el gran signo, en qué momento el agua se convirtió en vino, esto no está descrito: “la acción de Dios no se deja objetivar”. Pensemos un momento en los pequeñas y grandes transformaciones que vivimos cada día… Nuestra fe en Jesús hace que lo ordinario de la vida sea extraordinario. Hemos de celebrar cada día que el vino de la vida nueva, de la alegría, de la hora inaugurada en Jesús, no tiene fin… Cada uno de nosotros portamos en nuestra vida una gota desbordante del “mejor vino” … Nosotros, como los diáconos, hemos participado del signo, sabemos al igual que ellos de dónde proviene el “mejor vino” … Sabemos dónde encontrarlo y estamos llamados a sacarlo y ofrecerlo a la humanidad carente e incapaz de reconocer los signos abundantes del amor de Dios.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El mundo nos propone un gozo y alegría momentáneo que va generando progresivamente la escasez de vida plena en nosotros. Poco a poco, sin darnos cuenta, podemos quedar como las tinajas, vacíos, pesados y agrietados. Incluso, podemos correr el riesgo de enterrar los carismas que hemos recibido ─de los que habla Pablo en la segunda lectura─ en el vaivén de la rutina y del tiempo que parecen ser los dueños y señores de nuestra vida. Sin embargo, así como los discípulos, somos invitados por Jesús a participar de la fiesta eterna de la vida en la que continuamente se está manifestando la Gloria de Dios. Invitemos a Jesús a la fiesta de nuestra vida, Él siempre viene.María nos indica el camino, ella nos invita a fijar los ojos en Jesús, Él es la fuente de toda alegría plena y, junto con “los servidores”, estamos llamados a poner al servicio del Reino de Dios nuestros carismas para continuar sacando el “mejor vino” y ofrecerlo para que todos “tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10).Creamos, como nos dice el Papa Francisco, queel mejor de los vinos está por venir, aunque todas las variables y estadísticas digan lo contrario; el mejor vino está por venir en aquellos que hoy ven derrumbarse todo.Murmúrenlo hasta creérselo: el mejor vino está por venir. Murmúrenselo cada uno en su corazón: El mejor vino está por venir. Y susúrrenselo a los desesperados o a los desamorados…El mejor vino está por venir.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El evangelio concluye con dos afirmaciones: “En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él”.Los discípulos han sido invitados a la boda con Jesús, estaban con Él y contemplaron su gloria e inician su camino de fe en el Señor de la vida. Para nosotros, discípulos y creyentes, el signo abundante del “mejor vino” es un constante recuerdo de que Jesús puede transformar todas nuestras escaseces en gracias abundantes, basta que tengamos fe y que creamos que la Gloria de Dios se manifiesta cada día en nuestra vida. Supliquemos humildemente: ¡Señor, aumenta mi fe! ¡Llena mi vida del “mejor vino”! ¡Tú, Señor de mis alegrías y esperanzas! María, mujer creyente, acompaña nuestro caminar._______________________Recomendaciones prácticas:•24 – 26 de enero. Jubileo del Mundo de la ComunicaciónII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Cada Domingo celebramos la gran fiesta del Banquete Eucarístico, en la que Jesús se nos da como el pan de vida eterna. Hoy María nos anima a hacer todo lo que Jesús nos diga, para que Jesús, “el mejor vino” alegre el corazón de todos los creyentes. Participemos con fe. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra que nos ofrece la liturgia de hoy, nos invita a regocijarnos y celebrar cada día el amor eterno de Dios que nos sana y restaura. Un amor que, en su Hijo Jesús, “el mejor vino”, se hace abundante y se nos ofrece para que la fiesta del Reino continúe. Dispongámonos como los servidores del evangelio para acoger la palabra de Dios, que sea ella quien nutra los carismas que cada uno hemos recibido por la gracia del Espíritu Santo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Reunidos, como pueblo de la nueva alianza, confiados a la intercesión de María y con los ojos fijos en Jesús, dirijamos nuestras súplicas a Dios Padre. Digamos con feR. Padre misericordioso, escúchanos.1.Por la Iglesia para que, al igual que María en las bodas de Caná, siempre interceda por las necesidades de todos los fieles y guíe a todos hacia su Hijo Jesucristo. Oremos.2.Por los que tienen la misión de gobernar las naciones, para que asuman con responsabilidad y cuidado los recursos humanos, económicos y de la madre tierra. Oremos.3.Por los matrimonios y las familias, para que vivan siempre la abundancia del “mejor vino” ofrecido por Jesús: el amor, la unidad, la paz y el perdón. Oremos.4.Por los necesitados y los que sufren, para que experimenten el amor de Dios que cuida y restaura toda dolencia. Oremos.5.Por nuestra comunidad, para que, inspirados por el signo de Caná, seamos siempre generosos y atentos a las necesidades de los demás, viviendo en fraternidad y solidaridad. Oremos.6.Por el Jubileo del Mundo de la Comunicación, para que la Iglesia promueva a través de los medios de comunicación, los valores de la persona humana, lleven a los hombres a la unidad y al amor fraterno. Oremos.Oración conclusivaDios de amor y misericordia, escucha nuestras oraciones y, por intercesión de la Virgen María, concede lo que con fe te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.R. Amén.

Vie 3 Ene 2025

Hemos visto salir su estrella y venimos a adorar al Señor

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOREnero 05 de 2025Primera lectura: Isaías 60,1-6Salmo: 72(71), 1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11)Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6Evangelio: Mateo 2,1-12I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLas lecturas de este domingo del tiempo de navidad apuntan, como no podría ser de otra manera, a la presentación clara de Jesús hecho hombre entre los seres humanos. Es una suma de bienes, comenzando por la luz, lo que supone la presencia de Dios vivo; y mucho más allá de una sensación de placer es la realidad palpable de la inclusión de todos los hombres en el plan divino de la salvación. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Reconocemos en este texto del final del profeta Isaías un anuncio gozoso de la llegada de la luz; sin embargo, es como si la luz en sí no bastara para anunciarse por sí misma, hace falta quien la pregone; de hecho, el profeta ordena, impone el aviso: la luz ha de ser proclamada, el cambio de suerte de la oscuridad a la luz, de la opacidad al resplandor, de la pobreza a la riqueza no es algo que de suyo se suponga, sino que tienen un fuerte componente misional. Ya no es una esperanza, sino una certeza; el pregonero no invita a esperar sino a reconocer y a disfrutar. Es por eso que el Salmo 72, mesiánico por excelencia, se inscribe en este horizonte de los bienes de Dios presentes y no duda en describir la nueva situación como bienaventurada y dichosa, no hay que esperar ya al mesías, está presente y aquí están las maravillas asociadas a tanta grandeza.Pero mal haría el creyente en suponer que los dones de Dios son algo etéreo que da alegría como una sensación y como una emoción que, según su nombre lo indica, es algo que se mueve, se desplaza y como tal se puede fugar o acabar. La carta a los efesios es categórica cuando dice que se trata de algo que se conoce, de lo que se es consciente y que además tiene incidencia en la vida real, pues el misterio de Cristo ha sido revelado en favor de los no creyentes para que sean coherederos, miembros del cuerpo de Cristo Jesús y partícipes de la promesa, que ahora se ha revelado y cumplido. Finalmente, el evangelio según san Mateo, en este episodio hermoso de la adoración de los magos, nos regala la imagen que reúne todos componentes de luz, bienes mesiánicos, promesas cumplidas y certezas para el creyente. Son las distintas escenas, desde el lejano oriente hasta la humildad del pesebre de Belén, las que componen el mosaico preciso de la presencia plena de Dios entre los hombres. El brillo de la estrella, las riquezas de los dones, la sabiduría de los magos, la madre y su niño representan la suma de los antiguos bienes mesiánicos que no es necesario esperar más. Dios es realmente el Emmanuel, el Dios con nosotros. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El adviento y la navidad nos han conducido por un camino de anuncios y certezas, de esperanzas y de realizaciones. Lo que al inicio, en el pesebre de Belén, fue un toque de sencillez contemplado por los más pobres del entorno, los pastores, ahora se presenta como algo grande, digno de los más eruditos de la tierra. Este actuar inédito de Dios puede ser captado y comprendido por los más pequeños y sencillos y también por los poderosos y sabios; la buena nueva de Dios viene para todos los seres humanos y por todos puede ser conocido y amado. Sin embargo, no se trata sólo de recibir el don de Dios, sino de ser consciente de él, de percibir las dádivas que suponen su presencia en nuestra historia. Es evidente que todos los hombres reciben los bienes del Señor, pero no todos tienen la dicha de saberlo. Esta solemnidad supone el reconocimiento de tanta dicha, por eso es tan propia de la navidad y da el punto de partida para la evangelización de todos los pueblos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Oramos con fe a Dios vivo y real entre nosotros. Contemplamos su luz, recibimos sus dones, conocemos su amor. Reconocemos en todos los habitantes de esta tierra la presencia de Dios y rogamos porque cada uno de los bienaventurados sepa y pueda reconocer los dones de Dios anunciados y proclamados para alegría de todos los pueblos. Hoy nos sentimos universalmente iluminados, universalmente amados._______________________Recomendaciones prácticas:· Apertura de la Puerta Santa en San Pablo Extramuros.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos como comunidad de fe en este itinerario de la natividad del Señor para celebrar la manifestación del Señor a todos los pueblos. Como Iglesia vivimos la alegría de la fe compartida, de la presencia de Dios que todo lo hace nuevo y de la certeza de que Dios está con nosotros. Celebremos con gozo esta solemnidad.Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas son en verdad palabra que ilumina, pues sus referencias a la luz son un mandato a reconocer una realidad nueva en el Señor, como lo dice Isaías; y la presencia de Dios trae consigo todos los dones, lo cantamos en el salmo; luz y bienes que se materializan en la persona de Jesús en el mundo y ante las naciones, como hermosamente lo narra el evangelio de san Mateo y lo aplica san Pablo en bien de todos los pueblos. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos nuestra súplica confiada al Padre, que en su poder se digna mirarnos propicio y digamos,R.Te rogamos, óyenos.1. Te pedimos, Padre de bondad, por el Papa, los obispos y todos los que ejercen autoridad en la Iglesia, para que sean verdaderos emisarios de la luz y de la sabiduría que viene de lo alto. Oremos.2. Te pedimos, Padre de amor, por la Iglesia universal, para que sepa ejercer su encargo de ser portadora de esperanza y de paz entre todos los pueblos. Oremos.3. Te pedimos, Padre de misericordia, por los gobernantes de las naciones, para que sean verdaderos administradores de los bienes de Dios entre sus semejantes. Oremos.4. Te pedimos, Padre de piedad, por los más débiles de la sociedad, para que el gozoso anuncio de la venida de Dios entre nosotros sea motivo para recobrar la esperanza. Oremos.Oración conclusivaPadre, acoge nuestras súplicas y ya que nos has hecho partícipes de la gloria de tu Hijo nuestro Mediador y Hermano, concédenos cuanto te pedimos por Él que vive y reina por los siglos de los siglos.R. Amén.