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monseñor héctor fabio henao

Mié 13 Mayo 2020

La Amazonía necesita atención inmediata

Ante la situación humanitaria y sanitaria que se presenta en la Amazonía, Monseñor Héctor Fabio Henao, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, insta al Gobierno Nacional a tomar medidas inmediatas para garantizar el derecho a la vida y la salud de la población amazónica. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 1 Mayo 2020

Día Internacional de Trabajo: Pandemia ¿precariedad laboral?

El día del trabajo ante todo es una fecha que nos lleva a exaltar el sentido profundo del trabajo humano como un don de Dios en medio de una sociedad que lo ha mercantilizado todo y en la cual el trabajo digno no alcanza a ser una realidad plena para todos los niveles de la sociedad. Es una fecha para renovar el compromiso por un reconocimiento de toda la sociedad sobre la dignidad del trabajo, del trabajador y del mundo del trabajo. Una fecha para reiterar el reconocimiento del legítimo derecho a la asociación y a la participación de los trabajadores. Esta celebración se hace en medio de circunstancias que impone la pandemia del CORONAVIRUS y que hace que miles de trabajadores y sus familias no conozcan el trabajo digno sino condiciones marcadas por la baja calidad en el empleo, de inestabilidad e ingresos precarios. De allí la importancia de dar a esta fecha un sentido tal que nos permita profundizar en el valor del trabajo y en la forma como este nos coloca en una relación profunda con la obra de la creación. Ante todo, el trabajo es una bendición de Dios que permite al ser humano cooperar en la obra de la creación, desarrollarse plenamente, conformar una familia, construir comunidad y aportar a la sociedad en términos de fraternidad y de solidaridad. Esta reflexión nos lleva hacia la pregunta por la forma como viven los hombres y mujeres del mundo del trabajo, especialmente aquellos que se encuentran en condiciones de precariedad laboral. Las cifras son impresionantes: según el DANE el 48.2% de los colombianos trabajan en situación de informalidad, estamos hablando de más de 10.000.000 de trabajadores que están en muy alto riesgo por el efecto del aislamiento social que estamos viviendo por la pandemia. Ante esta grave realidad, la urgencia que emerge con especial fuerza en este momento, es garantizar condiciones para quienes tienen que llevar el sustento a sus familias y asegurar su propio desarrollo humano en una época marcada por incertidumbre a todo nivel. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un estudio preliminar del impacto del COVID -19 en trabajadores y trabajadoras, en el que señala tres efectos: Sobre la cantidad de los empleos; aumento del desempleo y del subempleo -reducción de horas de trabajo. Sobre la calidad de los empleos: caída de los salarios y empeoramiento en acceso a la protección social. Sobre grupos de trabajadores vulnerables a “cambios en el mercado laboral”, tales como jóvenes, mujeres y migrantes. Y estiman un aumento del desempleo mundial de entre 5,3 millones (hipótesis “prudente”) y 24,7 millones (hipótesis “extrema”) en este 2020. En Colombia se calcula que 22 millones de trabajadores se han visto afectados por las normas del aislamiento social como medida de prevención de la expansión del Coronavirus. No podemos olvidar que “la Iglesia está convencida de que el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia del ser humano en la tierra” (S.S. Juan Pablo II, Laborm Excersens, 4) y por lo tanto no es un accidente el que la población en grandes masas tenga que entrar en el mundo de la informalidad laboral. Estamos hablando de una dimensión fundamental del ser humano. La realidad de que solo uno de cada cuatro colombianos tiene garantizado el acceso a los sistemas de pensión se constituye en un reto para el desarrollo humano en nuestro país y, al mismo tiempo, un clamor a la solidaridad para que se tomen medidas prontas para resolverlo. La paradoja del crecimiento económico junto a estos niveles de informalidad laboral hace un llamado a revisar la forma como se ha planteado el desarrollo de manera que este tenga rostro humano y responda a las necesidades de la población. Estamos hablando de millones de trabajadores detrás de los cuales se encuentran sus familias. Son hermanos y hermanas nuestras que tienen aspiraciones, proyectos de vida y en muchos casos una profesión que han adquirido con mucho esfuerzo personal y familiar. En ese grupo encontramos principalmente mujeres, jóvenes y desde otro lado un grupo grande de personas con un nivel de educación precario. Este hecho nos llama a profundizar en el deber de nuestra sociedad de fortalecer los mecanismos para que se reconozca planamente la dignidad del trabajo, del trabajador y del mundo del trabajo para superar las condiciones de discriminación que viven muchos de nuestros hermanos y hermanas trabajadores, particularmente aquellos que se ven obligados a recurrir a la informalidad para poder obtener el sustento para ellos y sus familias. Uno de los fenómenos que más afecta a la dignidad del trabajo y de los trabajadores es justamente el despojo de tierras que ha empujado a miles de familias hacia la informalidad e incluso hacia la miseria. Quienes han perdido su tierra han perdido también la fuente de su trabajo y sustento familiar. Este es un drama cuya solución ha sido determinada por la ley pero que sigue siendo un desafío para el país. Garantizar la restitución de las tierras es un acto de reconocimiento a gentes que, en muchos casos, han labrado sus vidas en el trabajo cotidiano de la agricultura y la pesca. Hoy se impone hacer seguimiento y apoyar las iniciativas de restitución de las tierras y las iniciativas legislativas que puedan poner fin a la situación de quienes obtienen su sustento en medio de la informalidad laboral. En esta ocasión, Colombia se coloca ante uno de los desafíos más grandes porque tiene que armonizar las condiciones y derechos de trabajadores y trabajadoras ante las metas de libre comercio. Se trata de un tema muy sensible porque indudablemente el libre comercio debe realizarse en condiciones que favorezcan el desarrollo de las personas en la sociedad. Ante estas realidades hay que reconocer que muchas personas movidas por su fe se han convertido en apóstoles misioneros en el mundo del trabajo. A quienes se encuentran en este apostolado tan valioso les mueve el brindar un testimonio evangélico y evangelizador en los ambientes obreros, campesinos, profesionales, empresariales a todos los niveles. Saben que Jesucristo garantiza la liberación integral más allá de las fronteras culturales, raciales o de cualquier orden y se proponen llevar el mensaje de la dignidad del trabajo y de los trabajadores a todos los niveles de la sociedad. Ellos hacen presente el aprecio de la Iglesia por los movimientos de trabajadores y por la solidaridad entre los hombres y mujeres del mundo del trabajo. La pastoral del mundo del trabajo es presencia de la Iglesia en el camino de la dignificación del trabajo, el trabajador y el mundo del trabajo. El 1 de mayo, jornada de fiesta y de solidaridad y fraternidad en el mundo del trabajo, recuerda que los trabajadores son «artífices principales de las transformaciones prodigiosas que el mundo conoce hoy» (Concilio Vaticano II, Mensaje a los trabajadores). El 1 de mayo la Iglesia recuerda su reconocimiento y aprecio por el derecho de los trabajadores a organizarse y a participar en la vida y en las transformaciones de la sociedad mediante sus propuestas. En esta fecha la Iglesia recuerda a San José Obrero, modelo del mundo del trabajo y recuerda que Jesucristo es el “Hijo del carpintero” y ora por todos los trabajadores y trabajadoras del mundo sin olvidar a quienes no tienen un trabajo de calidad. Igualmente es una fecha especial para dar gracias a Dios por la misión y entrega de quienes se dedican al servicio de sus hermanos y hermanas trabajadores desde la obra evangelizadora de la Iglesia. El 1 de mayo es un momento para dar gracias por quienes trabajan y orar para que el Señor bendiga sus esfuerzos y fatigas y les permita alcanzar los niveles de justicia y de dignificación que anhelan. Por: Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria Director Secretariado Nacional de Pastoral Social

Mié 15 Abr 2020

Colombia entre la pobreza y la pandemia: la Iglesia en primera línea

Son varias las acciones humanitarias que la Iglesia sigue adelantando en todo el territorio nacional, para atender esta emergencia sanitaria por cuenta del coronavirus y que afecta a la población más vulnerable, así lo ha expresado monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, en una entrevista concedida al Vatican News. Lea completa la entrevista La fraternidad y la solidaridad son la única forma de superar las adversidades ligadas a esta emergencia. Así, Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social de Colombia no deja de instar a un país todavía herido por la violencia y doblegado por la pobreza. Las acciones pastorales de la Iglesia Católica en Colombia en el contexto de la crisis sanitaria actual, han sido recogidas en estos días en un nuevo espacio web diseñado por la Secretaría Permanente del Episcopado colombiano. Se trata de https://iglesiaantecoronavirus.cec.org.co, un sitio que alberga las declaraciones, acciones y comunicados de las instituciones de la Iglesia Católica a nivel latinoamericano y mundial. Son muchas las iniciativas que han marcado esta Pascua y que siguen sirviendo a los más necesitados: desde la atención pastoral a las familias hasta la solidaridad con los ancianos, las personas solas, sin trabajo ni vivienda. La campaña lanzada por la Iglesia del país sudamericano este año, en su trigésimo novena edición está dedicada a la emergencia del coronavirus. Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, habló de ello y pidió a todo el país que no se deje vencer por la indiferencia en momentos difíciles como el que estamos viviendo: R. - La Iglesia colombiana ha hecho una exhortación para llamar a la solidaridad a todo el País y a la sociedad, hacia aquellos que están en situación de pobreza y que sufren más a causa de la pandemia. Hemos decidido dividir las diócesis en cuatro grupos de acuerdo con las acciones más relevantes a tomar. La primera acción tiene que ver con la situación alimentaria. Sabemos que hay mucha gente que tiene hambre y que no puede ir a trabajar. Así, un importante grupo de diócesis tomó la decisión de llevar comida a las familias que más la necesitan. Se trata, como Iglesia, de estar presente y cerca de la gente que está en situación de pobreza. Una segunda acción adoptada es para todas aquellas personas que viven en la calle: en muchas ciudades, especialmente en las pequeñas y medianas de Colombia, no tienen a dónde ir y por lo tanto se encuentran en una situación de muy alto riesgo de infectarse. Y así las diócesis han abierto varios centros para acoger a estas personas e intentan hacerlo garantizando situaciones de seguridad, de bioseguridad. Luego también hacemos una gran campaña para dar a conocer el impacto de la violencia familiar, es decir, hacemos un trabajo de atención y cercanía psicosocial y de presencia pastoral en aquellas familias que sabemos que tienen un sufrimiento particular en su interior. ¿Cuáles son las preocupaciones más fuertes que tiene en su corazón? R. - La mayor preocupación que tengo se refiere a las personas que no tienen una red social a su alrededor y que se sienten verdaderamente abandonadas, que a menudo son personas mayores con problemas económicos. Monseñor Henao, ¿es cierto que, a pesar de la crisis, la violencia especialmente contra los líderes sociales, nunca ha cesado? R. - Sí, hay enfrentamientos entre guerrilleros y narcotraficantes y un grupo importante de líderes sociales está bajo amenaza de muerte y otros han sido asesinados. La situación humanitaria vinculada al conflicto y la violencia sigue siendo motivo de preocupación para nosotros. Se mezclan las dos situaciones: violencia por un lado y la pandemia por el otro. Este año es una Pascua en la que mucha gente está sufriendo, muchos están caminando bajo la cruz, pero luego tienen que encontrar la resurrección, tienen que encontrar al Cristo Resucitado. Tomado: Vatican News

Mar 7 Abr 2020

Iglesia católica presenta campaña para atender emergencia por COVID-19

Un llamado a la solidaridad hizo hoy la Iglesia católica al presentar la Campaña “Comunicación Cristiana de Bienes”, que llega a su versión 39. Durante una rueda de prensa virtual, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social pidió no dejarse llevar por la indiferencia frente a esos difíciles momentos que atraviesa el país por cuenta de la pandemia del coronavirus. “Es necesario aprender las lecciones de esta emergencia, entre ellas la fraternidad como camino indispensable para superar la adversidad. Por esta razón hacemos un llamado a la solidaridad con los enfermos, pobres, los necesitados”, afirmó. Según lo explicó, esta campaña permitirá llegar a aquellas personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad económica y social que incluye a trabajadores informales o independientes, con enfermedades o en situación de calle, entre otros. Igualmente, dijo que la Iglesia está incrementando su presencia en las diferentes regiones del país, a través de los Bancos de Alimentos, las parroquias: “allí se están canalizando las ayudas y distribución de productos como son alimentos, agua, saneamiento básico, auxilio de recursos para necesidades específicas de la población”. Informó, además, que se han ido creando hogares de paso para recibir aquellas personas que han quedado atrapadas en ciertos lugares y no se pueden movilizar. “Queremos unirnos y fortalecer todos estos movimientos solidarios que ya existen a nivel público y privado, deseamos canalizar también nosotros la posibilidad de estar presentes en medio de estas situaciones con unos criterios de equidad, solidaridad, pero sobre todo la preferencia de la Iglesia como lo ha tenido siempre presente, la de ayudar a los más pobres y necesitados”, puntualizó. ¿Cómo hacer los aportes? Aclaró que, con el fin de preservar la seguridad de las personas, no se están recibiendo productos en especies, sino que se ha destinado una cuenta donde las personas de buen corazón podrán hacer sus aportes. Al llamar la generosidad de los colombianos, monseñor Henao Gaviria informó que los aportes se podrán hacer consignando en la Cuenta Corriente del Banco de Bogotá No. 081-52478-7, a nombre del Secretariado Nacional de Pastoral Social. Finalmente, recordó que este momento que vive el país debe ser asumirlo por todos con mucha responsabilidad, por lo que invitó a asumir los mecanismos de autocuidado que las distintas instancias de salud han recomendado. “Esta emergencia nos debe llevar a agilizar los mecanismos para hacer presente la solidaridad de todo el pueblo colombiano con aquellos que sufren, pero que también nos lleva a actuar de manera responsable frente a nuestra vida y la de las comunidades”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Ver Rueda de Prensa[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar piezas de la campaña[/icon]

Vie 27 Dic 2019

Día de los Santos Inocentes

Al referirse al acontecimiento del día de los Santos Inocentes, que la Iglesia católica conmemora el 28 de diciembre, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana, dijo que esta es una fecha para traer a la memoria a tantos niños que han sido víctimas de asesinatos y atrocidades en el contexto de la violencia y el conflicto en el país. Monseñor Henao explicó que evocar este suceso es traer a la memoria la matanza de cientos de niños menores de dos años en la región de Judea por orden del rey Herodes, quien buscaba la muerte de Jesús, según lo relata el Nuevo Testamento de la Biblia Católica. “Esta fecha nos recuerda que existe siempre esa posibilidad del martirio. Aquellas personas que siendo inocentes son perseguidas y dan la vida por Cristo, aunque ellas no tengan ninguna responsabilidad en hechos que hayan sucedido, es el caso de estos niños inocentes que reciben el bautismo de la sangre y de cuántos niños que han sido víctimas de asesinatos, víctimas de atrocidades en el contexto de la violencia y el conflicto colombiano”, observó. Indicó, además, que este es un momento para “recordar a aquellos niños que transitan por el país, como Jesús con su padre y madre que huyen hacia Egipto y en ese tránsito sufren numerosas atrocidades y violaciones a sus derechos”. Finalmente, dijo que esta fecha debe servir para la reflexión, “para encontrarse con Jesús que huye hacia Egipto y reconocer en los mártires el testimonio de la fe”.

Lun 25 Nov 2019

Comunicado del Consejo Nacional de Paz ante movilizaciones ciudadanas

A través de un comunicado de prensa, el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia -CNPRC- presidido por Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, se referió a las movilizaciones que se vienen presentando desde el pasado 21 de noviembre en el país. En el mensaje el CNORC exhorta a las autoridades y a la ciudadanía a "proteger los derechos humanos tales como la vida, la integridad y la protesta social".

Mié 25 Sep 2019

La Iglesia en lo social: Aporte al desarrollo humano integral

Por: Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria - La Iglesia colombiana ha estado presente en las realidades sociales del país desde su inicio. Cada población, cada corregimiento tiene la huella de la obra de sacerdotes, religiosos y laicos que, movidos por el deseo de hacer presente a Dios en medio de su comunidad, promovieron la construcción de obras de infraestructura, carreteras, hospitales, viviendas, sitios de atención a los más vulnerables, instituciones de capacitación para trabajadores como es el caso del SENA. Pero no han sido obras aisladas, se ha tratado de todo un movimiento de largo plazo que ha buscado no solo atender con las obras de misericordia a quienes sufren sino crear el ambiente para que “pasen de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”, tal como lo señala el Papa san Pablo VI. Para promover, acompañar y coordinar estas acciones, la Conferencia Episcopal creó el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana y cada Diócesis ha creado un Secretariado Diocesano de Pas-toral Social / Cáritas y, a su vez, las parroquias cuentan con el Comité Parroquial de Pastoral Social, conformando una red enorme de misericordia. Son muchos los documentos de la Conferencia Episcopal que reflejan el compromiso de la Iglesia colombiana en materia social. Estos muestran que una línea central de su accionar es la evangelización de lo social, lo cual significa que se tiene como meta hacer presente los valores del Evangelio en las relaciones sociales. Los documentos hacen referencia permanente a la presencia de Dios en la historia de nuestro país, iluminando y guiando a su Iglesia en el compromiso con las poblaciones vulnerables. Dan testimonio de la forma como la caridad y la acción en favor de los más necesitados han estado en el corazón de la Iglesia colombiana a lo largo del tiempo. En los años recientes una parte muy importante de la actividad social se ha centrado en el compromiso por salvar vidas en medio de los grandes desastres y emergencias que se viven en las comunidades. Para lograrlo, la Conferencia Episcopal creó hace más de 30 años la Campaña de Cuaresma: Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, que se hace en todas las parroquias del país para fortalecer su compromiso con obras concretas diocesanas o parroquiales y aportar a un fondo nacional de emergencias que atiende poblaciones alejadas que han sido golpeadas por calamidades naturales o producidas por el ser humano. Este compromiso permite que las comunidades locales expresen el amor de Dios a los más necesitados en forma cercana y como respuesta a sus necesidades inmediatas. Se trata de ¨trabajar juntos¨ haciendo que sean los afectados por los desastres quienes se conviertan en protagonistas de la construcción de alternativas y salidas frente a las crisis que les afectan y más adelante puedan re-construir sus vidas y su tejido social. En este campo ha habido enormes proyectos como los desarrollados para aportar a la reconstrucción después de grandes terremotos como el que afectó al Eje Cafetero hace algunos años. Una de las cosas que más valoran los que reciben este apoyo de la Iglesia es el ¨habernos reconocido como personas y hacernos parte de la solución desde nuestra cultura y nuestras aspiraciones¨. Salvar vidas muchas veces incluye el proteger a las personas que pueden ser reclutadas o explotadas a causa de la vulnerabilidad que sufren después de una emergencia. En este sentido, se trata de una atención integral a las familias y a la comunidad afectadas. Así se ha hecho en un programa de mucho impacto que se ha desarrollado en favor de la población desplazada y víctima del conflicto armado. Fue la Iglesia la primera institución en el país que llamó la atención en el año 1994 sobre el drama del desplazamiento mediante una investigación nacional y luego siguió con programas de atención a esta población. La llegada reciente de población venezolana que busca protección en Colombia ha movido la solidaridad de la Iglesia bajo el lema de acoger, proteger, promover e integrar a las familias y a los migrantes en general. La Iglesia en Colombia tiene una larga experiencia de décadas apoyando a los migrantes y solicitantes de refugio la cual se pone hoy en marcha en favor de esta necesitada población. Una segunda gran línea de la Iglesia en Colombia es aportar a la reducción de los niveles de pobreza, en particular la pobreza extrema que golpea a una parte de nuestra población. Se trata de proyectos productivos y de generación de me- dios de vida en las comunidades más afectadas. Desde las regiones más alejadas se hacen trabajos con campesinos en la adopción de medidas para aumentar su capacidad de obtener los pro- ductos necesarios, y tener acceso al mercado para sus productos. El aporte para la superación de la pobreza implica también acciones de educación como camino clave para el avance en el mediano plazo, y la capacitación inmediata para el empleo o para obtener medios de subsistencia; en ambos casos está comprometida la Iglesia con numerosas Diócesis y organismos parroquiales. En algunos casos estos ejercicios exigen tomar medidas para la adaptación al cambio climático; de hecho, hay varios proyectos en ejecución con comunidades que viven los efectos de la deforestación y de la degradación de sus territorios. Se trata de comunidades con condiciones de pobreza muy complejas donde las Diócesis hacen esfuerzos para acompañarles en este caminar. Indudablemente, un componente importante de estos proyectos es el de construcción de forma de convivencia pacífica entre los habitantes y superación de conflictos y formas de violencia que hacen más pesadas las condiciones de la pobreza que viven las poblaciones. La Iglesia en Colombia comprende que sus esfuerzos por el desarrollo y la paz deben ir unidos, haciendo un gran programa que abra caminos integrales para la vivencia de la dignidad de las personas. En este sentido hay más de cien iniciativas locales de paz en que las Diócesis acompañan a las comunidades para que por medio del diálogo encuentren soluciones a conflictos locales y aseguren el desarrollo de la comunidad como tal. El acceso a alimentos es un desafío para los más vulnerables de la sociedad. Para garantizar el derecho a una alimentación de calidad la Iglesia ha creado varios programas e instituciones, entre los que están los Bancos de Alimentos que conforman una gran red en todo el país. En esta línea no se puede desconocer el enorme aporte de parroquias, congregaciones religiosas y movimientos de laicos que se esfuerzan por hacer realidad la ayuda a quienes padecen por limitaciones alimentarias. Un sondeo de todas las instituciones de Iglesia comprometidas en con el tema nos permite afirmar que el aporte de la Iglesia es verdaderamente significativo y que muchas personas padecerían enormes limitaciones con impactos muy serios en el desarrollo humano integral, si esfuerzo no existiera. Los programas de carácter ambiental están teniendo mayor impacto en el periodo reciente gracias al llamado del Papa Francisco al “cuidado de la casa común”. Bajo ese lema la Iglesia colombiana está desarrollando un programa de gran alcance desde la Red Eclesial Panamazónica, que promueve las comunidades de la Amazonía y la Orinoquía y que además se compromete con el cuidado de todos los bosques en Colombia con la perspectiva de asegurar condiciones de vida digna para los pobladores. Hay poblaciones especialmente vulnerables que requieren el acompañamiento y presencia de la Iglesia, estamos hablando de las personas privadas de la libertad hacia quienes se tiene un programa integral de atención a ellos y sus familias para aliviar su situación, e igualmente los enfermos hacia quienes no solamente se tienen instituciones de atención médica sino equipos de acompañamiento y de cercanía en medio del sufrimiento. Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria Director del Secretariado de Pastoral Social de Cáritas Colombiana *Publicación original ‘Periódico La Verdad’ – Diócesis de Cúcuta.

Vie 30 Ago 2019

“La implementación de los acuerdos de paz nunca ha parado”: Mons. Henao

¿Volverá Colombia al conflicto o seguirá la ruta de la paz que a la que con tanto esfuerzo se llegó? Para entender este dilema, Vida Nueva ha conversado con monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia, cuya labor por la paz es reconocida en el país desde los años 90, y participó de los recientes procesos de negociaciones entre las FARC y el gobierno, que llevaron a la firma de los acuerdos de paz. Acuerdos de paz en marcha Cuando toda la Iglesia se prepara para celebrar la semana por la paz del 2 al 9 de septiembre, este baldazo de agua fría ha caído sobre los colombianos, no obstante Henao ha asegurado que “la implementación nunca ha parado, la implementación de los acuerdos siempre ha continuado y siempre ha estado avanzando”. También ha admitido que el ritmo de implementación ciertamente ha disminuido, pero no se ha arruinado. “En particular la implementación se está ejecutando en el campo de la reintegración de los excombatientes de las FARC, lo cual es bastante positivo. Hay unos desafíos grandes que el gobierno ira abordando progresivamente y uno de ellos tiene que ver con la Reforma Rural Integral que está también en los acuerdos”. Para el presbítero la implementación de estos acuerdos debe darse de manera integral, porque “allí hay puntos que son de mediano y largo plazo que requieren ser siempre ser puestos en camino para que la implementación no se centre solamente en unas partes”. Violencia por control territorial Por otra parte, Héctor Fabio Henao ha mencionado que la situación del país es compleja. “Sabíamos que la etapa posterior a la firma de los acuerdos de paz iba a ser difícil, que debía haber muy pronto un ocupamiento del Estado con sus distintos organismos sociales para satisfacer las necesidades de la población de manera muy rápida para asegurar que esos mismos territorios no fueran cooptados por otros actores ilegales”. Entre estos actores irregulares que han sembrado el miedo en los territorios desmovilizados están – ha dicho –, los grupos herederos del paramilitarismo, el ELN o nuevos grupos armados, principalmente por el control territorial para el tráfico de drogas: “Todo eso lamentablemente ha tenido un impacto muy fuerte con consecuencias humanitarias enormes”. Si bien a juicio del sacerdote la criminalidad en el país ha disminuido en cuanto al número de homicidios, todavía persisten temas relacionados con el asesinato y amenazas a líderes sociales, defensores de derechos humanos y líderes indígenas por “relaciones particularmente sensibles a los compromisos de derechos comunitarios sigue siendo tema mucho cuidado y motivo de mucha preocupación”. En diálogo permanente La Iglesia persistirá en su labor de la implementación de la paz, el perdón y la reconciliación, por ello desde distintas instancias han sostenido diálogos muy cercanos con organizaciones sociales, plataformas de derechos humanos y con organizaciones que están trabajando en el campo del acompañamiento a las personas amenazadas y “en ese diálogo hacemos parte de la Mesa por la vida que lidera la Procuraduría General de la Nación”. Desde estos espacios se han creado una serie de pasos colectivos para “hacer seguimiento y ayudar a que el Estado defina cada vez más la política de protección y active todos los mecanismos que existen y ejerza una coordinación interinstitucional que dé una respuesta efectiva a la implementación de los acuerdos de paz”. La reconciliación abrirá puertas La paz se logrará cuando se empiece a combatir la inequidad, por ello ha recomendado al gobierno aunar esfuerzos para generar acciones más contundentes para equilibrar el desarrollo entre las distintas regiones. Para la población en general ha animado a seguir el compromiso ciudadano de adoptar todos los mecanismos de participación, donde “la voz ciudadana pueda ser escuchada para alimentar y agilizar lo que es el trámite de las aspiraciones de las comunidades”. “Estamos en un momento en el cual es muy importante mantener una visión de mediano y largo plazo, en la que seamos capaces de identificar cuáles son los grandes aportes que la ciudadanía puede hacer y de esa manera seguir trabajando de la mano, porque se han dado logros se deben sustancialmente a la participación ciudadana activa en distintos momentos”, acotó. Además, ha pedido involucrar los valores de la fe en la perspectiva nacional que estamos construyendo, “eso significa dar mayor fuerza al trabajo por la reconciliación, el cual abrirá las puertas a muchos otros logros”. Fuente: Portal Vida Nueva