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Paz

Vie 16 Sep 2016

Primer Simposio Internacional de Humanización para la paz

Del 19 al 25 de septiembre la Universidad CES de Medellín organiza el Primer Simposio Internacional de Humanización para la Paz e invita a la Jornada de reflexión por la paz, una paz con sentido. Este evento tiene como objetivo propiciar la reflexión social, la generación de conciencia y deliberación sobre la importancia de humanizar y educar para la paz, promoviendo el compromiso de todos los actores de la sociedad en la construcción de una nueva cultura. Está dirigido a grupos de interés internos y externos de la Universidad CES, empresarios, miembros de instituciones públicas y privadas, educadores y ciudadanía en general. "La firma de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, ha sido un tema de actualidad en nuestro país que ha generado polarización. Siendo conscientes de la responsabilidad social y ética de nuestra institución, con un modelo pedagógico soportado en la calidad humana, la ética y el conocimiento científico, que promueve el pluralismo cultural, social, ideológico, político y religioso queremos ser facilitadores y promotores de espacios de reflexión para la construcción conjunta de dichas alternativa de solución.", señala en la invitación de este evento. Este evento contará con la presencia Paolo Asolan, Consultor del Pontificio Consejo para la Promoción Humana "Cor Unum" del Estado Vaticano. [icon class='fa fa-download' link='']PROGRAMACIÓN[/icon] [icon class='fa fa-download' link='']INVITACIÓN[/icon]

Mié 14 Sep 2016

A los sacerdotes, religiosas, seminaristas y fieles laicos

Por Mons Luis Adriano Piedrahita Sandoval - El escuchar de nuevo el domingo pasado, 24º del tiempo ordinario, la parábola del hijo pródigo, me he animado a escribir algunas reflexiones que tienen que ver con el proceso que los colombianos vivimos en la actualidad de cara al plebiscito del próximo dos de Octubre. Las propongo como un aporte al descernimiento responsable que estamos llamados a hacer ante nuestra participación en tan importante evento ciudadano. ¿No es ésta parábola, me pregunto, una radiografía, de lo que puede estar sucediendo con algunos ahora, identificándose con el hijo mayor, que se resistía a que su hermano menor fuera aceptado de nuevo y reintegrado a la vida de la familia? En este proceso de discernimiento no podemos, como creyentes, dejar de lado la Palabra de Dios que está destinada a iluminar las circunstancias personales y sociales de nuestra vida de cristianos, lo que quiere decir que ella debe contar efectivamente, más allá de las consideraciones meramente humanas o políticas que se nos puedan ocurrir. La comisión permanente de la Conferencia Episcopal de Colombia emitió un comunicado el nueve de septiembre reafirmando el pensamiento de los obispos, que invitan a los fieles a interesarse por esta jornada y a participar en la consulta de manera responsable, con un voto informado y en conciencia, que exprese libremente su opinión. Se trata de una posición sobre el tema que “en modo alguno significa neutralidad de la Iglesia y los obispos frente a la construcción de la paz, ya que la reconciliación y la paz están en la entraña misma del Evangelio”. A la luz de este principio y con todo respeto a la opinión que cada uno de ustedes pueda formarse en el santuario sagrado de la conciencia individual, me permito invitar fraternalmente a colocar el énfasis en principios que son propios de nuestra fe cristiana. Uno es el de la valoración de la paz como un don preciado, del que el Señor Resucitado nos hizo sus depositarios: “Les dejo la paz, mi paz les doy; no se las doy como la da el mundo” (Juan 14,27). Sabemos que dicha paz no nos la van a dar los acuerdos de la Habana. Pero podemos entender este momento como una oportunidad que tenemos para que los colombianos nos empeñemos con especial compromiso en la construcción de la paz que viene de Dios. En este sentido van las recomendaciones que hizo la Asamblea Plenaria del Episcopado el mes de julio, de erradicar las raíces de las diversas violencias que padecemos: El alejamiento de Dios, la crisis de humanidad, la desintegración de la familia, la pérdida de valores y el relativismo ético, los vicios del sistema educativo, la ausencia del Estado o su debilidad institucional, la inequidad social, la corrupción. Son éstos los retos que tenemos todos como llamados a ser artesanos de la paz. Es bueno que nos preguntemos qué es mejor: ¿o vivir en la guerra o vivir en la paz? ¿Siete u ocho mil hombres armados creando violencia, o esos mismos desarmados y reintegrados a la vida civil? Otro es el énfasis que hemos de hacer en el futuro más que en el pasado. Del pasado debemos conservar la experiencia negativa de la violencia, guardar memoria, reparar las víctimas y los daños causados en la medida de lo posible. Pero, más importante, a mi manera de ver, es mirar el horizonte amplio y despejado del futuro. Esa era la mirada de Jesús: Como la mirada del Padre aquel que tuvo para con su hijo indisciplinado, del que se desatendió de su mal comportamiento para ofrecerle una vida renovada. A la mujer adúltera que se acogió a su misericordia solamente le exigió lo siguiente: “Vete y no peques más”. Otro es el énfasis que hemos de colocar en la justicia de Dios que es precisamente misericordia, más que en la justicia humana, que se queda en la mera retribución. Ese es precisamente el mensaje central de la parábola de Jesús: El hijo mayor no entendía la generosidad del Padre porque juzgaba según la justicia meramente humana, una justicia retributiva, de dar a cada uno lo que se merece; era incapaz de pensar de otra manera. Por el contrario, Dios no pasa cuentas, no hace preguntas, no pone condiciones, no le importa que le tomen del pelo: ¿Con qué garantías contaba este padre de que aquel hijo pródigo no iba a marcharse cualquier otro día, o no le organizara luego algún otro problema? Los invito a pensar más en las víctimas posibles, el dolor, el sufrimiento, las lágrimas, que sobrevendrán si la guerra continúa. Valoremos el don de la reconciliación que es, por cierto, el núcleo de la acción redentora de Cristo, quien siendo nuestra paz, por medio de la cruz derribó el muro divisorio de la enemistad (Ef 2,14ss), valoremos el mandamiento cristiano del perdón que es por cierto de las cosas que nos identifican como cristianos (Mt 5,46ss), valoremos la oportunidad de la reintegración y de una rehabilitación, la posibilidad de dar un giro a la vida. Pidamos al Señor el don de la paz y nuestro compromiso de construirla; pidámosle la iluminación de las conciencias, la reconciliación de los colombianos, las disposiciones necesarias para erradicar las múltiples raíces de la violencia. + Luis Adriano Piedrahita Sandoval Obispo de Santa Marta

Mié 7 Sep 2016

Plebiscito

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Es un hecho la convocación al plebiscito por parte del Presidente, fijado para el domingo 2 de octubre, con el propósito de conocer el parecer de los ciudadanos en relación con los Acuerdos de la Habana con las FARC, para poner fin al conflicto armado con ese grupo. No cabe duda de la grande agitación política y de opinión que tanto el proceso de paz como esta convocatoria ha despertado en los diferentes sectores sociales y políticos del país, al punto de generar una inevitable polarización, dado que la respuesta única a la pregunta formulada, será el “sí”o el “no”. No hay opción intermedia. No se contempla el voto en blanco y la abstención no reportaría toma de posición sobre la decisión democrática; sólo por omisión, podría pesar en el mínimo requerido. A este propósito, la Iglesia, con el fin de acompañar este ejercicio ciudadano, ha entregado un mensaje en la Asamblea Plenaria, celebrada en julio último, documento en el cual hace un discernimiento sobre las raíces de la violencia, los compromisos pastorales asumidos por el episcopado y la invitación a ser “Artesanos de La Paz”. En un párrafo imprescindible para entender la posición sobre el plebiscito, y aclarar posibles equívocos que se han venido presentando sobre el asunto, los obispos manifestamos: “Convocamos al pueblo colombiano a participar en la consulta sobre los Acuerdos de La Habana, de manera responsable, con un voto informado y a conciencia, que exprese libremente su opinión, como ejercicio efectivo de la democracia y con el debido respeto de lo que la mayoría finalmente determine”. En efecto, queda claro que hay una invitación a participar, en primer lugar; por otra parte, que el objeto de la consulta son los acuerdos de La Habana, no la paz, que es un valor y un deber procurarla y buscarla siempre, además una exigencia permanente, el construirla. Sobre el modo, se pide responsabilidad, tratándose de decisión tan delicada y en consecuencia, por lo que es necesario responder. El voto debe ser informado de manera que, al conocer el contenido y verdad de los acuerdos, garantice la siguiente condición esencial que legitima la decisión tomada que es “en conciencia”. La desinformación es contraria a este requisito. La conciencia informada es la que en últimas responde por una decisión, pues sopesa y discierne los elementos de bien y riesgos que tal decisión implica en la real construcción, en este caso, del bien común y consecuentemente, de aporte eficaz a la incesante construcción de la paz. El voto debe ser libre, por tanto no sometido a ningún tipo de coacción física o moral o producto de promesas o recompensas indebidas. Finalmente, como forma parte del régimen democrático, en cuanto a resultados electorales se refiere, que la mayoría es quien da la pauta de la consulta, deben ser respetados y aplicados con las consecuencias que de ellos se deriven. Por último, es necesario que el discernimiento vaya acompañado de incesante oración para entender el designio de Dios en este momento de nuestra historia, de modo que podamos avanzar en la construcción de un mundo mejor para todos. Con mi fraterno saludo y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo dé Bucaramanga

Mié 7 Sep 2016

Semana por la Paz: Reconciliarnos, encontrarnos y reconstruir

La Semana por la Paz, que este año se realizará entre el 4 y el 11 de septiembre, “es una iniciativa que busca que nos unamos en torno a la oración y la acción por la paz”, dijo el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, quien invitó a la reflexión en torno a la necesidad de “reconciliarnos, encontrarnos y reconstruir relaciones que nos permitan avanzar hacia un país en el cual podamos convivir de manera pacífica y serena”. En su mensaje, comentó que este año, la Iglesia Católica de Colombia invita a que las reflexiones se hagan en torno al documento “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz”, y propuso que las acciones que se planeen en cada colegio, barrio, parroquia u organización comunitaria, prevea hacer ejercicios reconociendo que el perdón es necesario, que es muy importante construir nexos que sanen heridas, odios y divisiones y que nos comprometamos “a imagen de Jesús y del buen samaritano, a salir al encuentro de aquellos que sufren para construir la paz”. “La invitación –dijo- es a que en la Semana por la Paz nos encontremos en grandes concentraciones, en eucaristías, en ejercicios colectivos en los que manifestemos el propósito de hacer realidad la paz, que se construye en la familia, en la escuela, el colegio, el barrio….”, con ejercicios concretos que nos permitan construir paz estable y duradera. Descarga los insumos para la Semana por la Paz Afiche JPG - PDF

Mar 6 Sep 2016

La Paz que debemos buscar

Por Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Nos llama el deber cristiano y ciudadano a comprometernos con la construcción de la paz y de la reconciliación de nuestra patria. Por eso, es hora que se sienta la voz de la Iglesia. Como Obispos de esta nación hemos pedido un voto informado y en conciencia, con re-flexión y análisis. La Iglesia es experta en humanidad. Conoce al hombre y sabe qué hay en el corazón de todos porque parte de un principio sublime: “El verbo se hizo carne y habitó entre noso-tros” (Jn 1, 14). Por ello, hay una autoridad moral indiscutible cuando se le propone al pueblo principios y verdades que sirven para vivir. Nuestra decisión debe estar fundada en la conciencia informada y libre. ¿Cuál es la urgencia presente en Colombia? Desde tiempos del profeta Amós (Amós 9, 11) sigue siendo necesidad recurrente aquello que bellamente se nos decía: “En aquel día levantaré la choza caída de David; repararé sus grietas, restauraré sus ruinas y la reconstruiré tal como era en días pasados”. Es desde la unidad como se reconstruye. He ahí el protagonismo eclesial. Así la Iglesia posee por vocación, misión e institución que proceden del mismo Señor de la Historia y del dueño de la vida y de la paz, la sensibilidad y aptitud especial para invitarnos a reconstruir la unidad, para hacer una opción decidida y firme por los necesitados, por los sedientos de justicia, por los que más han sufrido en décadas de conflictos y hostilidades. Hay ahora anhelo de una paz duradera y estable, pero desde la fe sabemos que esa paz se consigue con un proceso que la misma Palabra de Dios ha iluminado. Es un camino que se inicia con un valeroso reconocimiento de los errores cometidos, que prosigue con una también valerosa revisión de la conciencia nacional que debe aprender a pedir perdón, y luego se ha de iluminar con la alegría de manos que se tienden, sinceras y limpias, al encuentro del que pide reconciliación y suplica el perdón. No se ha concluido aún el camino de esta paz deseada y buscada. No se puede negar la importancia de un trabajo largo que ahora llega a unos acuerdos que buscan tiempos de paz y de esperanza. Pero debemos decidir en conciencia, reconociendo que lo pactado compromete decisivamente muchos campos de la vida nacional y que es preciso informarnos con el mayor cuidado y con la más clara conciencia acerca de los alcances de todas las cosas, para que no tengamos el dolor de caer en la injusticia, en el desprecio de tantos dolores sufridos por todos de uno u otro modo. Hay temas que tienen que ser sopesados con cuidado y serenidad. Hay que prepararnos con conciencia para decidir en una consulta que se llama plebiscito. La misma palabra es ya comprometedora porque, según la etimología de la expresión, plebiscito es lo que el pueblo conoce, sabe, entiende y asume. Por eso debemos decidir con plena conciencia. No podemos apresurarnos ni dejarnos impactar con impresiones parcializadas. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de valorar o juzgar unos términos de un acuerdo y debemos hacerlo con libertad. Pensemos si de verdad lo pactado coincide con el anhelo de todos o simplemente representa la aspiración de unos u otros. Pensemos si de verdad este sería el camino acertado, es necesario detenerse a calibrar y sopesar todos los factores que, sumados, harían posible una paz digna, justa y verdadera. Cada uno debe decidir. Sugiero que nos apoyemos en la oración, que nos inspiremos en la Palabra de Dios, que tengamos el valor de reconocer las bondades, pero también de sopesar los límites de lo que algunos colombianos han logrado acordar. Necesitamos grandes espacios de oración en estos días y, con espíritu de fe, propongo una gran campaña de adoración eucarística en nuestras parroquias. Sería gravísimo desde nuestra misión de pastores impulsar una u otra posición, a riesgo de parcializarnos. Pero es mi deber invitar a la prudencia, a la decisión seria y consciente. No puede optarse por algo que desconozca la verdad y la justicia, que desprecie el dolor de tantas víctimas. No podemos olvidar que para obtener el perdón por tantos dolores hace falta pedirlo desde el corazón y que nuestra gran misión es reconstruir el corazón de Colombia sin que quede humillada la verdad y la justicia. La Paz es inaplazable, juntos, como colombianos tenemos que encontrar caminos de diálogo y reconciliación en los cuales todos desde diversas visiones -en el respeto de los valores de la persona humana- construyamos un futuro de esperanza. Dios nos ilumine. Por Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la diócesis de Cúcuta

Mar 6 Sep 2016

Réquiem proclamará paz en la Catedral de Sal

Desde el vientre de la madre tierra, a 200 metros de profundidad, retumbará un réquiem que proclamará la paz. Bajo un mismo propósito, los líderes judíos, cristianos, musulmanes, hinduístas, espirituales ancestrales y de otras confesiones de fe, se reunirán fraternalmente para recordar la memoria de hombres y mujeres víctimas de la violencia a causa de sus convicciones religiosas. Este será el marco en el que se realizará el "Concierto para no olvidar" que se llevará a cabo el domingo 11 de septiembre a la 1:30pm en la Catedral de Sal de Zipaquirá El 11 de septiembre se recuerda como un trágico episodio que se une a otros momentos de la historia donde la intolerancia religiosa se ha manifestado. El 11 de septiembre de 2016, se unirán, en un gesto de misericordia: voces, instrumentos y oraciones, proclamando al mundo que el amor vence la muerte. [icon class='fa fa-external-link' link='']LEA TAMBIÉN:V Festival de Música Sacra en Bogotá[/icon] La Fusión Filarmónica Juvenil, el Coro Filarmónico Juvenil y el Coro de Cámara de la Universidad de los Andes, presentan al público el Requiem, Op. 9 del compositor francés Maurice Duruflé, obra totalmente única en su uso de la melodía medieval, con un entorno armónico y una orquestación típica del siglo XX. La Catedral de Sal de Zipaquirá, escenario de este evento, fue declarada en 2007 primera maravilla de Colombia y considerada una joya arquitectónica de la modernidad. Entrada libre hasta completar aforo. Para ingresar sin costo a la Catedral de Sal, inscríbase hasta el viernes 9 de septiembre a las 6:00 p.m. Informes: 4 37 55 40. Ext. 293. Reclamar boleta en la taquilla de la Catedral de Sal. DOMINGO • 11 SEPT / 1:30 P.M. Coro Filarmónico Juvenil y Coro de Cámara de la Universidad de los Andes (Colombia) Diana Cifuentes, directora (Colombia) Fusión Filarmónica Juvenil (Colombia) Ricardo Jaramillo, director (Colombia) Foto tomada de Internet

Vie 2 Sep 2016

"La posición del Papa y el episcopado es de un apoyo total al proceso de paz"

El presidente del episcopado colombiano, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, ha recordado nuevamente el compromiso de la Iglesia Católica en Colombia con el proceso de paz, también ha manifestado que el país debe estar comprometido con la paz y que por ello la Iglesia invita a los colombianos a ir a las urnas con un voto consciente. Así lo manifestó en una entrevista que sostuvo con el programa "Semana en vivo" que es conducido por la periodista María Jimena Duzán a través de Cablenoticias y Semana.com Lo que dijo monseñor Castro Quiroga: Acerca del Papa y el proceso de paz "La posición del Papa y de la Iglesia se identifican en un total apoyo al proceso de paz". "La negativa del Vaticano de participar en el tribunal de paz no afecta en nada el proceso de paz". "La respuesta del Vaticano fue enmarcada dentro del apoyo total al proceso de paz. Esto no debería ser interpretado como si el Papa no estuviera de acuerdo con el proceso, todo lo contrario el Papa reafirmó su apoyo al proceso de paz". Posición del episcopado frente al proceso de paz "En la Asamblea del episcopado se elaboró un documento donde se expresaba el parecer del episcopado. En ese documento se dijo muy claramente que se apoyaba el proceso de paz y que se invitaba a todos a votar. No dijimos si por el sí o por el no. Es mejor que la gente elabore en su cabeza y en su conciencia su parecer". "En la intervención del arzobispo de Cali cabría la posibilidad de que uno dijera también personalmente como individuo si vota por el sí o vota por el no. Nosotros nos hemos abstenido por qué vamos a votar. Lo hemos hecho por ese respeto a la gente que libremente sin que se sienta presionada por la iglesia haga su discernimiento". El Papa Francisco y el proceso en Cuba "El Papa hizo una intervención excelente y dio todo un impulso al proceso de paz, pero después de unas advertencias muy interesantes: Que tuviéramos mucho cuidado que lo que se aprobara en La Habana no fuera para nada anticonstitucional y que no estuviera contra el derecho internacional. Fueron luces muy importantes del Papa para con el proceso". "Cuando la guerrilla nos invitó a Cuba y nos encontramos toda una mañana con ellos, sí llevamos un memorial de agravios, recogimos de toda la gente que tenía sus quejas en el país y se lo llevamos a la guerrilla y ellos lo tomaron muy en serio". Justicia transicional "Hay en tanta gente un dolor enorme, como hay en otras una indiferencia total, pero los que tienen el dolor son favorables a la paz. Asimilan con dificultad algunas cosas de las que se hablan en La Habana porque ven que hay una discrepancia entre lo que ellos sufrieron y la justicia que allí se está trabajando. La justicia transicional ha sido una de las cosas difíciles de entender por muchos colombianos". "La Iglesia reconoce el valor de la justicia transicional. Antes de que se hablara en Colombia de justicia transicional, en 83 conflictos de otros países, se aplicó y se resolvieron, que es una cosa positiva. Evidentemente la justicia transicional para favorecer ese tránsito de la guerra a la paz tiene que tener unos criterios diferentes a la justicia penal. Si a un guerrillero le espera una justicia penal, él no se va a meter a estos asuntos". "Las facilidades que se dan para dejar la guerra y pasar a la paz a muchos les parece impunidad. No es impunidad porque va a ver jueces. A muchos eso les parece que es nada, pero si ven más allá esto va a llevar a que tengamos paz y vivamos como seres humanos que se respetan y no como lobos que se despedazan, entonces, esa nada tiene su valor".

Mié 31 Ago 2016

"El Papa Francisco sigue apoyando la paz": monseñor Castro Quiroga

El presidente del episcopado colombiano, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga recordó que la no participación de la Santa Sede en el tribunal para la paz "de ninguna manera" es un rechazo al proceso de paz. Así lo aseguró en una entrevista concedida a RCN radio. El prelado dijo que la respuesta "se enmarca dentro de un apoyo total e irrestricto al proceso de paz", pero que el Papa consideró no entrar en este aspecto. "Esa respuesta no indica de ninguna manera mala voluntad", afirmó monseñor Castro Quiroga. El obispo recordó que hay otras instancias que también pueden hacer esta tarea. "Es bueno insistir que el Papa Francisco sigue apoyando la paz en Colombia y el proceso", aseguró. El pasado 12 de agosto, el Papa recibió la invitación para que nombre un representante que participe en el comité de selección de los Magistrados que conformarán la Jurisdicción especial para la paz. Sin embargo, en un comunicado que difundió la Santa Sede este miércoles 31 de agosto no aceptó la propuesta realizada por el Gobierno colombiano . En el mensaje explica que "considerando la vocación universal de la Iglesia y la misión del Sucesor de Pedro como Pastor del Pueblo de Dios, sería más apropiado que dicha tarea sea confiada a otras instancias".