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Lectio Dominical

Vie 4 Oct 2024

Lo que Dios unió, no lo separe el hombre

VIGÉSIMO SÉPTIMO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOOctubre 6 de 2024Primera lectura: Gn 2,18-24Salmo: 126(127),1-2.3.4-5a.5b-6 (R. cf. 5)Segunda lectura: Hb 2, 9-11Evangelio: Mc 10, 2-16 (forma larga) o Mc 10, 2-12 (forma breve)I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl hombre y la mujer que se entregan mutuamente en el sacramento del matrimonio llegan a ser una sola carne. Este ha sido el deseo de Dios, designio de amor que él mismo ha revelado desde el principio al crear al ser humano. ●Jesús les pide a los apóstoles que dejen que los niños se acerquen a él para bendecirlos. Al mismo tiempo, Jesús aprovecha para darnos una clave en nuestra búsqueda del Reino de Dios: hay que ser como niños. ●Aquel que ha padecido la muerte para bien de todos lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Él mismo que ha sido crucificado también ha sido glorificado. Él está en medio de nosotros en la celebración de la Eucaristía dominical. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La lectura del libro del Génesis nos revela al Dios creador que moldea y le da vida a la mujer a partir de la costilla del varón. El querer de Dios consiste en darle al hombre una verdadera ayuda. Al ver el resultado de la obra amorosa del Creador, el varón se maravilla y se emociona ya que, en la mujer, encuentra a alguien con quien entablar una relación realmente personal. Él la experimenta con parte de sí (precisamente ella ha salido de él) y por eso puede identificarse con ella y unirse a ella. Al final de esta perícopa, el hagiógrafo nos explica cuál deberá ser el destino del hombre y la mujer, presentados como la obra más perfecta de la Creación: se separarán de su familia de origen y llegarán a unirse (no solo en la relación sexual, sino en la construcción de un proyecto de vida juntos). Así, como meta definitiva del propósito divino, el hombre y la mujer llegarán a convertirse en una sola carne. Como respuesta a esta lectura se nos presenta el Salmo 127. Estamos ante una promesa para el hombre que teme a Dios y sigue sus caminos: su casa, él y su mujer, recibirán la bendición del Señor.A partir de hoy y durante varios domingos escucharemos algunos fragmentos de la Carta a los Hebreos. Particularmente en el segundo capítulo se comienzan a sentar las bases para fundamentar el discurso sobre el sacerdocio de Cristo. Desde el v. 5 el autor ha tomado como fuente de inspiración el Salmo 8 para aplicarlo al Hijo de Dios. En Él se cumple esta palabra: “lo hiciste poco inferior a los ángeles… todo lo sometiste bajo sus pies” (cf. Hb 2, 7; cf. Sal 8, 5-7). Esta última frase no aparece en el texto litúrgico de la segunda lectura de hoy, pero es la que conecta con los tres versículos escogidos para que ser proclamados en este domingo: Jesús ha sido coronado de gloria y todo ha sido puesto bajo su dominio, por haber padecido la muerte por nosotros. A partir de esta afirmación, queda manifestado y trazado el camino que deberán seguir los seres humanos para que puedan alcanzar la salvación (ser guiados a ella): muchos hijos serán santificados y llevados a la gloria, pero deberán pasar por la misma prueba de Cristo, el santificador, y deberán ser perfeccionados por el sufrimiento. Ante las preguntas maliciosas de los fariseos, Jesús reacciona con sabiduría y autoridad. Para responder a la cuestión Jesús contrapone la Ley de Moisés con el proyecto original de Dios (cf. primera lectura). La voluntad de Dios acerca del matrimonio está contenida en el Génesis, desde el comienzo de la Creación; y si la ley había permitido el divorcio es por la dureza del corazón, una actitud del pueblo de Israel que aparece cuando no es capaz de comprender ni aceptar los designios de Yahvé. Jesús afirma, sin dar lugar a otras interpretaciones que la unión del hombre y la mujer ha de ser indisoluble ya que ha sido Dios quien los ha unido. Además, el Maestro insiste en que ya no son dos y por eso repite: “una sola carne”. El proyecto original de Dios busca la igualdad de los cónyuges, la entrega total y duradera que unifica. La palabra “cónyuges” da lugar a una preciosa imagen: el hombre y la mujer se unen bajo el mismo yugo para avanzar juntos con un mismo objetivo: permanecer en el amor y fundar una familia.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El sacramento del matrimonio encuentra su fundamento en el comienzo de la Creación como nos lo muestra Jesús en el evangelio. La palabra amorosa del Creador resonó en el principio del mundo para establecer que el hombre y la mujer han de unirse y entregarse el uno al otro de tal manera que los dos serán una sola carne, unión que no podrá ser separada por nadie ya que Dios, como autor de la Creación, es también autor de esta sagrada unión. Este es el fundamento del valor y de la belleza del matrimonio y de la familia según el querer de Dios. Sea esta la oportunidad para agradecer al Señor por tantas familias que, no sin dificultades, se esfuerzan día a día por mantenerse fieles a este designio divino de amor. Y sea también está la oportunidad para que resuene hoy en nuestra Iglesia colombiana y universal la Buena Noticia de la familia, para que muchos escuchen el llamado a vivir el amor según el plan de salvación, establecido por nuestro Padre y Creador.No podemos olvidar la valiosa enseñanza del papa san Juan Pablo II al proponer a toda la Iglesia la teología del cuerpo y por eso vale la pena que recordemos un poco de su doctrina, como ayuda para nuestra meditación. En la audiencia general del 13 de febrero de 1980 afirmaba el Santo Padre: “En el misterio de la creación, el hombre y la mujer han sido ‘dados’ por el Creador, de modo particular, el uno al otro, y esto no solo en la dimensión de la primera pareja humana y de la primera comunión de personas, sino en toda la perspectiva de la existencia del género humano y de la familia humana. El hecho fundamental de esta existencia del hombre en cada una de las etapas de su historia es que Dios ‘los creó varón y mujer’; efectivamente, siempre los crea de este modo y siempre son así. El Génesis 2, 24 constata que los dos, varón y mujer, han sido creados para el matrimonio: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne’. De este modo se abre una gran perspectiva creadora: que es precisamente la perspectiva de la existencia del hombre, que se renueva continuamente por medio de la ‘procreación’ (se podría decir de la ‘autorreproducción’). Esta perspectiva está profundamente arraigada en la conciencia de la humanidad (cf. Gn 2, 23) y también en la conciencia particular del significado esponsalicio del cuerpo (cf. Gn 2, 25). El varón y la mujer, antes de convertirse en marido y esposa (en concreto hablará de ello a continuación el Gn 4, 1), surgen del misterio de la creación ante todo como hermano y hermana en la misma humanidad. La comprensión del significado esponsalicio del cuerpo en su masculinidad y feminidad revela lo íntimo de su libertad, que es libertad de don”. El ser humano de hoy necesita abrirse al plan de Dios a la hora de construir una familia, como ejercicio de su vocación natural al amor, inscrita precisamente por el Creador. Todo comienza a tener sentido cuando se comprende que el hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro, tanto a nivel corporal como a nivel espiritual. Particularmente Juan Pablo II insiste en el significado esponsalicio del cuerpo: El cuerpo del varón está orientado para amar a la mujer y el cuerpo de la mujer está orientado para amar al varón.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración de bendición nupcial la Iglesia manifiesta su fe en el designio de amor del Dios Creador. Y es que desde el principio el Señor concedió a la unión del hombre y la mujer una bendición que no ha sido abolida, sino que se ha mantenido para aquellos que quieren vivir según la vocación matrimonial que, por medio del sacramento, los lleva a fundar una Iglesia doméstica: Oh Dios, que con tu podercreaste todas las cosas sacándolas de la nada,y que, desde el principio, todo lo ordenaste:Tú hiciste al hombre a tu imagen y semejanzay le diste por ayuda inseparable a la mujer,para que ya no fueran dos, sino una sola carne,enseñándonos así que nunca será lícito separarlo que tú mismo has querido unir.Oh Dios, que por medio de misterio tan excelso consagraste la unión conyugalde manera que en la alianza nupcialfuese prefigurado el sacramentode la unión de Cristo con la Iglesia.Oh Dios, por quien la mujer se une al varón,que concedes a esta unión,establecida desde el principio,la única bendición que no fue abolidani por la pena del pecado original,ni por el castigo del diluvio. II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos: bienvenidos a esta fiesta de fe. Celebrar la Eucaristía dominical es festejar el amor divino manifestado en Jesucristo. Él ha elevado el vínculo matrimonial del varón y la mujer a la dignidad de sacramento y de esta manera, unidos en una sola carne, la familia cristiana se hace signo concreto de que es posible amar según Dios. Agradezcamos al Padre por todas nuestras familias y pidamos especialmente por ellas, en este día del Señor. Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra de Dios en este domingo nos anuncia la Buena Noticia de la Familia, es decir, el proyecto que el Creador ha pensado para que se realice en la unión del hombre y la mujer. Escuchemos con atención para que nuestras familias descubran el querer de Dios y puedan vivir a plenitud el amor. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Agradecidos con Dios, que nos ha llamado a la vida y desde el principio ha querido la unión del varón y la mujer en una sola carne, presentemos nuestras súplicas por medio de Cristo, quien nos revela la plenitud del amor, y digamos:R/. Tú que eres nuestra vida, escúchanos, Señor.1.Por la Iglesia, sacramento del amor divino, para que el Espíritu Santo impulse cada día la tarea evangelizadora y, especialmente, la acción pastoral en favor de los laicos, las familias y las vocaciones. Oremos. 2.Por quienes tienen la responsabilidad de buscar el bien común desde sus respectivos campos de gobierno, para que promuevan valores que animen la formación de familias estables en el amor. Oremos.3.Por todos los que sufren, especialmente por las familias que experimentan la pobreza, la marginación, la violencia o la enfermedad. Que mantengan su mirada y confianza en el amor de Dios que permanece para siempre. Oremos.4.Por todos los desempleados, para que encuentren un lugar propicio donde desempeñarse y puedan llevar el sustento necesario a sus hogares. Oremos.5.Por nuestras familias, por todos los bautizados y por nosotros, participantes de esta liturgia, llamados a vivir en el amor. Que, escuchando hoy la Buena Noticia de la familia, seamos instrumentos de unidad, perdón y reconciliación en medio de nuestros hogares. Oremos.Oración conclusivaConcede, Señor, generosidad y fidelidad a los que llamas a ser tus testigospara que todos, al responder al amor de tu gracia,colaboremos para que venga y crezca tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Vie 27 Sep 2024

Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa

VIGÉSIMO SEXTO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 29 de 2024Primera lectura: Nm 11, 25-29 Salmo: 19(18),8.10.12-13.14 (R. cf. Sb 1,7) Segunda lectura: St 5,1-6Evangelio: Mc 9, 38-43.45.47-48I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl seguimiento de Jesús implica para los discípulos conocer al Maestro y hacer un cambio radical en el que se asuman los valores del Reino. Dos ideas aparecen como clave en este seguimiento: La universalidad de los misioneros y no ser motivo de escándalo.El Espíritu Santo es el protagonista de la misión. Es Él quien elige a hombres y mujeres para darles los dones y gracias que se requieren para anunciar la Buena Noticia. Y quien es elegido ha de crecer en la disposición de acogida de los dones divinos y en el reconocimiento de los dones que Dios, también da a los demás. Motivo de escándalo es creer que la llamada es exclusiva.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El pasaje bíblico de la primera lectura, está enmarcado dentro de un conjunto de quejas del pueblo contra Dios (11,1- 12,16). Moisés había conformado un grupo de setenta ancianos que le ayudaban a atender al pueblo, a orientarlo y a impartir justicia (v.17). Para iniciar la misión Moisés comunica el Espíritu a los setenta ancianos, en el que no se encuentran Eldad y Medad, sirve para señalar que no se puede monopolizar el espíritu, pues es un don de Dios que no se reduce a un derecho adquirido o a un esquema prestablecido. La queja presentada por Josué, lo introduce dentro de la historia sagrada. La afirmación central (v. 29), en labios de Moisés, expresa que el protagonista es el espíritu, quien tiene un alcance universal y, por ello profetizar significa la apertura para recibirlo y ponerse al servicio de todos a fin de llevar a cabo la voluntad de Dios. El salmo, que es respuesta a la primera lectura, celebra la excelencia de la Ley revelada por el Señor a su pueblo (vv. 8-11) y termina con una súplica humilde y confiada en la que el salmista pide la protección y el perdón divino (vv. 12-15). En el trasfondo de este salmo resuena la universalidad del Espíritu que llena todo el universo, como aparece en Sabiduría 1, 7.La Carta de Santiago pone énfasis en la dimensión social del mensaje cristiano. En este contexto este discurso fuerte, con una serie de advertencias, al modo como lo hacían los profetas del Antiguo Testamento, denuncia la situación injusta creada por los ricos que explotan y extorsionan a los pobres.El Evangelio de Marcos, después del segundo anuncio de la pasión, muestra cómo a los discípulos se les dificulta el seguimiento de Jesús. Tres causas están al origen: la búsqueda y la ambición del poder, los celos con un extraño y ser causa de escándalo. La perícopa de hoy nos presenta las últimas dos.La escena presenta a Juan, quien toma la iniciativa en nombre de los discípulos. Su disgusto es a causa de un extraño que no hace parte de la comunidad, pero que realiza milagros en nombre de Jesús. Lo han persuadido de no hacerlo, pero Él no se ha detenido. Los celos misioneros de Juan son rechazados por Jesús, pues pertenecer a la comunidad más cercana a Jesús, no los hace depositarios exclusivos del anuncio del Reino. Los motivos por los que rechaza la actitud de los discípulos son: (v. 39) No habla mal de Jesús. Su acción no impide su predicación.(v. 40) Ya hace parte de los que propagan el Evangelio.(v. 41) Dios recompensará a quien realiza hasta el mínimo servicio en favor de la predicación.La última causa que dificultad a los discípulos el seguimiento de Jesús es ser motivo de escándalo. Una serie de advertencias pone de manifiesto que, como primeros, son llamados a dar testimonio.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La vocación y misión de la Iglesia, como pueblo de Dios, es el anuncio y predicación del Reino de Dios. Esta tarea misionera es posible gracias a la acción del Espíritu Santo quien con sus dones acompaña a todos a cumplir su misión. Y Dios que lo abarca todo derrama estos dones donde Él considere y no tiene fronteras, ni límites. No se restringe a ningún grupo social, ni académico. Precisamente, el Espíritu es el protagonista de la misión, pues es Él quien obra en nosotros y en todos los que hacen el bien. Esto implica en todos cultivar la actitud de escucha y diálogo que permita valorar los aportes que las demás personas, sean de la Iglesia o no, realizan en favor del Reino de Dios. Es fundamental reconocer que muchas personas buscan a Dios con sincero corazón practicando la verdad, el bien, la justicia y el amor. Reconocerlos y acogerlos ha de ser un motivo de alegría.En esta línea, se enmarca también todo el diálogo ecuménico como nos lo ha indicado el Catecismo de la Iglesia Católica: “El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu Santo” (CEC 820).En la segunda parte del Evangelio, Jesús advierte sobre los escándalos. El discípulo de Jesús está llamado a vivir una vida nueva. En la amistad con Jesús ha recibido dones y gracias para vivir su vocación y misión. Por ello ha de custodiar su corazón y vivir esta renovación de modo constante.Son varias las situaciones en las que el discípulo de Jesús se ve tentado y puede caer en el escándalo. La severidad con la que Jesús se refiere a estas situaciones radica en que el mal no solo queda en la persona que lo realiza, sino que pone en peligro la salvación de otro.Una de estas situaciones es la división y los celos, sea dentro de la misma comunidad o con personas ajenas a la misma, pero que están obran buscando el bien. Otra situación de escándalo, es precisamente, la que advierte la Carta de Santiago: el apego a las riquezas. Es una llamada de atención para cuantos piensan que la vida es solo tener y acaparar; sobre todo, si este bienestar nace de la injusticia, del fraude o de la propia seguridad, sin atender a las necesidades de quienes están alrededor.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor Jesús, servidor fiel de los hombres, enviado del Padre, te damos gracias por los dones que nos das y te pedimos nos ilumines en la búsqueda sincera del camino bueno que tienes para cada uno de nosotros. Derrama sobre nosotros tu Espíritu, que nos dé sabiduría para ver el camino y la generosidad para seguir tu voz.Danos la gracia de poder reconocer y admirarnos de los dones que das a los demás y ayúdanos a caminar juntos, sin celos, ni resentimientos hacia tu Reino.Haznos sensibles a las aspiraciones de los hombres; haznos críticos ante la opresión de los poderosos; Haznos justos y solidarios al servicio de tu Reino de la paz, la justicia y el amor. Amén.______________________Recomendaciones prácticas:●Día Mundial del Turismo.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaLa Eucaristía es sacramento de comunión y unidad en torno a Jesús, enviado del Padre. Todos, como comunidad de fe y caridad, somos congregados por la gracia del Espíritu Santo. Pidámosle al Señor en esta Eucaristía que nos permita abrir nuestra mente y corazón a todos, y que nos dé la gracia de reconocer la acción de su Espíritu en todos los que, en cualquier parte, busquen lo que es justo, bello y bueno. Participemos con fe de esta celebración.Monición a la liturgia de la PalabraLa Palabra de Dios nos instruye en cada momento para obrar conforme a la voluntad de Dios y nos previene de considerarnos el centro de la misión. El Espíritu que suscitó los textos que vamos a escuchar, inspire nuestra vida para que acogiendo su enseñanza estemos abiertos a apreciar el bien hecho por los otros, sean quienes sean, y a no escandalizar nunca. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiando en el amor misericordioso del Padre, que abre sus brazos para acoger a todos los hombres, pidamos por nosotros y por el mundo entero, diciendo:R/. Escúchanos, Padre.1. Por la santa Iglesia para que presente ante el mundo el rostro acogedor del Padre para con los pobres, los que sufren, los que dudan, los que se equivocan. Oremos.2. Por nuestros gobernantes y políticos para que busquen el bien de todos los ciudadanos, y especialmente de los que tienen menos posibilidades. Oremos.3. Por las familias que se encuentran en graves dificultades económicas, por los matrimonios que está en peligro de romperse, por las madres que tienen miedo de recibir un nuevo hijo. Que encuentren ayuda y amor en los que les rodean. Oremos.4. Por quienes viajan de un sitio a otro con el deseo de conocer nuevos lugares, para que puedan gozar de la creación y lleguen a sus destinos sin ninguna dificultad o peligro. Oremos.5. Por todos los miembros de nuestra parroquia para que trabajemos por fortalecer los lazos de unión mutua y nos ayudemos a ser fieles al camino que Jesús nos enseña. Oremos.Oración conclusivaPadre de bondad sin límites,escucha las peticiones de tu puebloy ayúdanos a vivir y a realizar,en todo lo que nos sea posible,aquello mismo que te hemos pedido.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Vie 20 Sep 2024

Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos

VIGÉSIMO QUINTO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 22 de 2024Primera lectura: Sb 2,12.17-20Salmo: 54(53),3-4.5.6 y 8 (R. 6b)Segunda lectura: St 3,16 – 4,3Evangelio: Mc 9, 30-37I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónDespués de la revelación que el domingo pasado nos ha hecho del misterio de sufrimiento hacia el cual se encamina, Jesús hoy formula el código de la autoridad cristiana en el dicho limpio y radical: “Si alguno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos” (v,35). Esta actitud de donación total constituye al verdadero discípulo de Cristo, que debe hacerse niño, pequeño y servidor de todos.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Jesús pone de modelo cristiano al niño, revolucionando la concepción que se tenía de este en su ambiente y en su cultura. Jesús rechaza la visión según la cual, el niño siempre es objeto de educación por parte del adulto. Pero el niño es un sujeto que tiene un mensaje precioso para todos los que de alguna manera nos creemos maduros y superiores.El niño del evangelio, representa la total disponibilidad y el abandono sin cálculos, hipocresías e intereses. Con este espíritu del niño “que acalla y modera sus deseos en los brazos de su madre” (Sal 130 (131), 2), el discípulo entra en el mundo con el espíritu de aquel que “ha venido a servir y no a ser servido” (Mt 20, 28).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El niño es modelo del cristiano porque puede ser feliz con lo poco o lo mucho que tiene; puede disfrutar de un juguete sencillo o de un juguete costoso. Tiene la capacidad por su condición de niño, de disfrutar de todo lo que hace en cada momento… se lo goza y se lo disfruta todo. En consecuencia, la Palabra de este día me invita a hacer todo lo que de mí dependa para ser feliz con lo poco o lo mucho que tengo.En la tradición rabínica de Israel, se dice que daremos cuentas a Dios de todas las veces que pudimos ser felices y no lo fuimos. En otras palabras, la vida no es siempre un valle de lágrimas, y tendría como el niño del evangelio, que aprender a gozar en medio de mis circunstancias. Poder decir con san Pablo: “Se contentarme con lo que tengo. Se vivir escaso y sobrado… todo lo puedo en aquel que me fortalece” (Flp 4,12)3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Pedimos al Señor la gracia de poder como el niño del evangelio tener el contentamiento y la simplicidad del cristiano, que aún en medio de las pruebas, irradia esperanza porque sabe que Papá Dios cuida de él.Esta convicción la reflejo estando siempre alegre (Flp 4, 4), sin dejar anidar en mí sentimientos de envidia o inferioridad (St 3,16. 4,2)._______________________Recomendaciones prácticas:●24 de septiembre: Día nacional del recluso.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a nuestra Eucaristía dominical. Jesús resucitado está en medio de nosotros con potencia, y su amor es más grande que todos los problemas con lo que tú has venido a esta celebración. Pongámonos de pies, y recibamos a Jesucristo en la persona del presbítero.Monición a la liturgia de la Palabra Vamos ahora a escuchar las Escrituras. Escucharemos primero las palabras del libro de la Sabiduría que fueron inspiradas para dar coraje y ánimo a los judíos piadosos que estaban lejos de su tierra. Estas palabras son también para nosotros, que necesitamos ser fieles en medio de este mundo que se opone a DiosDespués en el evangelio, escucharemos la invitación de Jesús a ser como niños poniéndonos al servicio de los demás. Escuchemos atentamente.Oración Universal o de los FielesPresidente: Oremos, queridos hermanos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo diciendo:R/. Escúchanos Señor.1.Por la Iglesia y por cada uno de nuestros pastores; que puedan entender que el ministerio es para servir a los demás y no para ser servidos por los demás. Oremos.2.Por nuestros gobernantes, para que cada día tengan luz y acierto desde el cielo, en las decisiones que deben tomar a favor de los pueblos a ellos encomendados. Oremos.3.Por todas las personas que sufren y especialmente por los que no tienen el alimento necesario para subsistir; de tal manera, que podamos compartir con ellos el pan, y hacernos generosos desde nuestra pobreza. Oremos.4.Por todos los que, alejados de la casa del Padre, buscan llenar su corazón con cosas superfluas, para que sean liberados y reconozcan el amor de Dios en sus vidas. Oremos.5.Por los reclusos, para que en su fiesta patronal que se celebrará el próximo martes puedan abandonarse en la misericordia de Dios y en Él encuentre su paz y su consuelo. Oremos.Oración conclusivaPadre Santo,sabemos lo que queremos,pero tú sabes lo que necesitamos.Acoge estas oraciones yaquellas súplicas queno nos atrevemos a pedir. PorJesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Vie 13 Sep 2024

El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga

VIGÉSIMO CUARTO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 15 de 2024Primera lectura: Is 50, 5-9aSalmo: 115 (114),1-2.3-4.5-6.8-9 (R. cf. Lc 9,57)Segunda lectura: St 2, 14-18Evangelio: Mc 8, 27-35I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl Cristo-Mesías que sufre mucho de Marcos, quien es al mismo tiempo el Siervo doliente de Isaías, está al centro de la liturgia de la Palabra de este domingo. No se puede ser discípulos del Maestro sin ponerse detrás de Él y cargar en modo sereno la debilidad, la cruz de cada día. Solo podemos comprender la sabiduría y la lógica de Dios subiendo a la cruz; es decir, aceptando la realidad de la vida tal cual es, y dejando en manos de Dios lo que no podemos cambiar.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Estamos en el corazón del Evangelio de Marcos que hoy nos presenta a Jesús como siervo sufrido en quien se cumplen las Escrituras de los profetas, especialmente las de Isaías, que presentan a este personaje como un Varón de dolores que ofrece su espalda, que es golpeado, al que le arrancan la barba, al que afrentan y escupen (Is 50,6).A estas alturas de la teología de san Marcos, Jesús no es aún el hijo de Dios revelado por el centurión romano en el clímax del Evangelio de Marcos (Mc 15, 39). Jesús aquí, es revelado como el Cristo que tiene que pasar por la cruz para ser el Mesías-Salvador.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Ser discípulo para Marcos es estar con Jesús, pero poniéndome detrás de Él; Ponte detrás de mí... Satanás (Mc 8, 33), entendiendo que la cruz es el criterio fundamental para conocer la sabiduría de Dios (1Co 1, 24). A propósito, es interesante notar que Jesús no dice a Pedro; ¡Quítate de mí vista Satanás!, o ¡Apártate de mí Satanás! En el original griego, Jesús le dice: “Ponte detrás de mí… ὕπαγε ὀπίσω μου…”, utilizando casi la misma expresión que usa cuando lo llama en el Mar de Galilea, diciéndole a él y a los otros discípulos: “Vengan detrás de mí… δεῦτε ὀπίσω μου… y los haré pescadores de hombres” (Mt 4,19). Jesús está diciendo a Pedro que se ponga detrás de Él para aprender de nuevo a ser discípulo; es decir, que, para comprender la lógica de Dios, es necesario pasar por la cruz (1Co 1, 23-25).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Pedimos al Señor que nos de la gracia cada día de llevar la cruz, poniéndolo a Él por delante. En otras palabras, le pedimos la gracia de aceptar en modo sereno lo que no podemos cambiar con nuestros esfuerzos y nuestros puños. No se trata de resignarnos – la resignación NO es bíblica ni cristiana -; se trata de dejar en sus manos lo que no podemos cambiar de nuestra realidad y de nosotros mismos.El mensaje bíblico de la cruz no se trata de sufrir por sufrir o de latigarme o hacerme daño. La cruz de Cristo es aceptar mi realidad concreta y existencial de cada día sin neurotismos y en modo sereno. Esto lo reflejo viviendo mi fe con los pies en la tierra, pero con la mirada puesta en el cielo; aceptando con esperanza lo que no entiendo y haciendo todo lo que de mí dependa por convertirme._______________________Recomendaciones prácticas:●Día del migrante.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a nuestra Eucaristía dominical. Hoy Jesucristo ha vuelto del cementerio y viene con potencia a resucitarnos de nuestras muertes, tristezas y amarguras. Hoy domingo es día de fiesta; dice el libro de Nehemías: “Este día está consagrado al Señor, no estén tristes ni lloren. La alegría del Señor es su fortaleza” (Ne 8,10).Pongámonos de pies, y recibamos a Jesucristo en la persona del presbítero.Monición a la liturgia de la PalabraVamos ahora a escuchar las Escrituras. En un primer momento escucharemos el tercer canto del siervo de Isaías: Varón de dolores que la Iglesia ha identificado con Jesucristo. El evangelio de hoy nos dará la fuerza para tomar la cruz y seguir a Jesucristo. Escuchemos atentamente.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos, queridos hermanos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo diciendo:R/. Te lo pedimos Señor.1.Por la Iglesia y nuestros pastores, de tal manera que proclamen siempre y con coraje que Jesús es el Cristo-Mesías. Oremos.2.Por nuestros gobernantes, de tal manera que cada día se dejen impregnar más por el Evangelio y no cedan a la tentación de la corrupción. Oremos.3.Por todas las personas que sufren, y especialmente hoy por los migrantes. Que nuestra caridad con ellos sea viva y operante. Oremos.4.Por todos los padres de familia, para que sepan guiar a sus hijos en medio de esta sociedad secularizada. Oremos.5.Por nosotros, de tal manera que cada día abracemos la cruz y reconozcamos a Jesús como el enviado del Padre. Oremos.Oración conclusivaPadre Santo,sabemos lo que queremos,pero tú sabes lo que necesitamos.Acoge estas oraciones yaquellas súplicas que nonos atrevemos a pedir. PorJesucristo, Nuestro Señor.R/. Amén.

Vie 6 Sep 2024

Después, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "¡Effetá!"

VIGÉSIMO TERCER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 8 de 2024Primera lectura: Is 35,4-7aSalmo: 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1)Segunda lectura: St 2,1-5Evangelio: Mc 7, 31-37I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Palabra de Dios que se nos ofrece a consideración nos ofrece algunas ideas temáticas para nuestra reflexión y oración:●Dios que se encarna en Jesús, viene en persona para salvar a la humanidad. ●Jesús viene a salvar a la humanidad, mediante la vivencia de la pobreza y la curación de todas las dolencias. ●El testimonio de Jesús empuja a los discípulos y a la humanidad a actuar coherentemente, de acuerdo a la vivencia del estilo del Señor. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El profeta Isaías profetiza un tiempo de gracia en el que el mismo Dios baja al mundo en persona para resarcir y salvar a la humanidad; y los signos que lo acompañan son: despegar los ojos del ciego, abrir los oídos a los sordos, el mudo cantará y el cojo saltará. El evangelista san Marcos no hace otra cosa, que testimoniar que en Jesús este tiempo ha llegado y se hace presente, mediante el hecho vivo de un acto taumatúrgico donde el Señor hace oír y hablar a un sordomudo. En realidad, lo que las Sagradas Escrituras manifiestan, es el cumplimiento de las promesas proféticas en nuestro Señor Jesucristo. Por su parte el salmo, que hace parte de los himnos veterotestamentarios, profundiza en la presencia de Dios, mediante otros signos que se complementan al anuncio profético cuando dice que las promesas de Dios se cumplirán porque Él es fiel, y viene a resarcir la justicia a los oprimidos, abrir los ojos al ciego, enderezar a los que ya se doblan, sustentar al huérfano y a la viuda, y proteger el camino de los peregrinos (forasteros, extranjeros). Consecuencia de la presencia del Señor en nuestra vida, es que como discípulos misioneros nuestra actitud como cristianos es no hacer acepción de personas, concretamente nos invita a dar testimonio en el culto y en todos los aspectos de la vida a no discriminar entre un rico y un pobre, entre uno que esté mal vestido y otro que, por su apariencia, esté en mejores condiciones económicas; este ejemplo concreto se encuentra en la segunda lectura del apóstol Santiago y la lectura cierra con una pregunta que nos debe hacer reflexionar y actuar: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?En la liturgia del día de hoy, la Iglesia nos invita a ser testigos del cumplimiento de las expectativas mesiánicas, encarnadas en la vida de nuestro Señor Jesucristo. Su obra personifica la realidad de la acción escatológica de la Salvación de Dios sobre todos los que le esperan, en especial los desanimados, llevando a la acción las esperanzas de una parte del mundo que, con ansiedad, suspiraba por la visita de Dios.En la primera lectura, el profeta Isaías realiza, como con un grito estentóreo de gozo, el anuncio de la Salvación a los desanimados (lit. precipitados de corazón). La visita de Dios viene descrita con figuras poéticas que hacen pensar en un tiempo de restauración universal, en donde no solo se restablecen los ánimos de los decaídos, sino también los elementos de la naturaleza recobran su belleza originaria: Regocíjese el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! (Is 35, 1-2). El ambiente de renovación universal es al mismo tiempo, un anuncio esperanzador de la manifestación pública del poder renovador de Dios sobre las personas que viven en la desesperanza de las propias limitaciones físicas. Los ciegos, los sordos, los cojos, y los mudos son categorías de personas que, viviendo en medio del pueblo, tienen que soportar además del ostracismo religioso y social (cf. Lv 21,18; 2S 5, 8), la incapacidad que les dificulta experimentar con plenitud el don de la vida (cf. Lv 19,14; Is 6, 9-10). Ante su situación de mediana muerte, Dios con su visita promete restaurarlos en plenitud.La acción renovadora de Dios viene también descrita como un acto de recreación ex nihilo sobre los elementos. Los parajes desérticos se llenan de agua: porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales (35, 6-7): es decir, recobran la Vida, don por antonomasia del Señor que manifiesta su poder creador. El público de Isaías guardará en el corazón los anuncios de salvación del profeta, y este pasaje servirá, junto a sus paralelos (cf. Jr 31,8; Is 25,8; 49,6; 61,1), como modelo literario que describirá de manera ideal lo que se espera de los tiempos mesiánicos.No hay duda de que el evangelio de hoy se inscribe dentro de la línea de pasajes que describen en el ministerio de Jesús, el cumplimiento de la expectación mesiánica anunciada por Isaías. Sin embargo, el relato marcano nos ofrece una composición narrativa colmada de peculiaridades que no se deben pasar por alto. En primer lugar, el ministerio de Jesús es descrito como manifestación del Mesías de Israel en tierra extranjera. Desde el final de la escena anterior (cf. Mc 7, 24), Jesús con sus discípulos ya camina en territorio de Tiro, Sidón y la Decápolis, tierra pagana. El plan narrativo del evangelio hasta este momento nos describe una paradoja inaudita: los suyos continúan preguntándose acerca de su identidad y del impacto de su obra, mientras que parece que su fama ya ha sobrepasado las fronteras de Israel, y Jesús caminando en el extranjero ya es reconocido y buscado como hombre de Dios, gracias a su poder sanador (cf. La siro-fenicia: Mc 7, 24-30). El reconocimiento de la obra de Jesús de parte del público gentil contrasta, en estos primeros pasajes, con el deseo del Señor de pasar desapercibido en medio de ellos (7, 24). En este sentido, la perícopa de hoy nos muestra que, la psicología del Señor se mueve en un contraste bastante conmovedor: por un lado, Jesús movido por la compasión acepta el encuentro con el sordomudo que le es presentado, y por otro, se sugiere un deseo del maestro de mantener en la privacidad la manifestación de su poder.Esta privacidad de Jesús con el enfermo se transforma a la vez en un encuentro íntimo y de gracia. La descripción de la sanación, inaudita en la tradición sinóptica, sugiere un contacto especial con el enfermo. Jesús toca con sus dedos, y con su saliva las partes enfermas de la persona: hay una doble enfermedad, por tanto, hay también un doble acto sanador. A ese hombre que es incapaz de escuchar su Palabra, Jesús le comunica con su contacto físico el mismo poder sanador que en otras ocasiones es trasmitido como una orden directa al enfermo (cf. Jn 5, 8-16; Lc 5, 17-26; Mt 8,)3). En Jesús, Dios habla también tocando con sus dedos.El uso de la saliva resulta más intrigante aún. Más allá del hecho de que era un elemento bastante usado en la antigüedad por los taumaturgos contemporáneos a Jesús como instrumento de sanación, esta sustancia evoca también la trasmisión de la vida a la boca, elemento orgánico del habla. Una suerte de “beso” simbólico de Dios, que evoca el aliento divino del Génesis, que saliendo de la boca de Dios hace posible la vida del órgano inanimado (cf. Gn 2, 7). El evangelista Juan también tomará esta figura, representando a su vez el acto de recreación de la vista del ciego de nacimiento (cf. Jn 9, 6). A este contacto íntimo entre Jesús y el enfermo, el evangelista Marcos agrega un elemento de gracia: la mirada de Jesús al cielo solo presente aquí en la tradición sinóptica en contexto de curación, sugiere que la acción sanadora de Jesús tiene su origen en el Padre: distribuidor de la vida y fuente de todas las bendiciones que garantizan el sustento humano (cf. Mc 6, 41; Jn 11, 41). Y, por último, el suspiro de Jesús junto a la orden effatá: Jesús comparte el sufrimiento del enfermo (cf. Rm 8, 23.26; 2Co 5, 2.10), y este a su vez, se “abre”. De esta manera, la Palabra de Jesús encuentra su vía de acceso al interior del hombre, para que este experimente por primera vez el contacto real con la Palabra transformadora del Señor.Los testigos del evento, la población de la Decápolis, ya lo saben: en Jesús la acción de Dios se encuentra presente, el Dios Creador ha visitado al mundo en la persona de Jesús. Resulta interesante que la reacción de la gente contradiga la orden de Jesús a callar sobre los acontecimientos, pero más allá de eso, el evangelio que estos testigos paganos proclaman es una clara alusión al descubrimiento que hacen del Dios de Israel presente en Jesús. Todo lo ha hecho Bien: la voz narradora del poema de la creación del libro del Génesis encuentra eco de sus palabras en esta proclamación de fe y gozo (cf. Gn 1, 31). La proclamación litúrgica de hoy es un llamado a dejarnos tocar por la acción sanadora de Cristo. En no pocas ocasiones el toque de Jesús en nuestra vida sobrepasa el lenguaje de las palabras. Él se acerca con signos, con momentos íntimos, esos que guarda la memoria del corazón de cada uno de nosotros, y que hacen posible nuestro acceso a la fe y a la aceptación de su Palabra en nuestras vidas. En el fondo de muchas de nuestras situaciones personales, la Palabra que quiere entrar a nosotros encuentra sus vías de acceso a nuestro corazón, totalmente cerradas por nuestra indiferencia. Santiago hoy nos invita a mantener los sentidos espirituales bien abiertos para la visita de nuestro Señor: la comunidad debe reconocer la presencia de Dios en todos y no hacer acepción de personas. Esta habilidad solo será convenientemente desarrollada si en el contacto íntimo con Jesús, habilitamos nuestros sentidos espirituales para entrar en contacto real con el poder sanador de Cristo que nos adentra en la Sintonía de su Palabra y de su acción santificadora._______________________Recomendaciones prácticas:●8 al 15 Congreso Eucarístico Internacional. Quito, Ecuador.●Día de Oración compartida entre las Iglesias Hermanas de Aquisgrán y Colombia.●Inicia la Semana por la Paz.III.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Reunidos como asamblea litúrgica celebremos hoy la gracia del encuentro de comunión entre los hermanos y con el Señor. La liturgia hoy nos invita a la alegría y a la alabanza a Dios, por el don de la vida y por la presencia salvadora de Jesús, que con su Palabra quiere abrir nuestros oídos y nuestro corazón a la experiencia salvadora del encuentro íntimo con el Señor.Contagiémonos de la alegría de la redención, y abramos nuestra alma al don de su Palabra y de su Eucaristía, como regalos que alimentan nuestra vida y animan nuestro compromiso cristiano. ¡Participemos con gran alegría de este banquete sacrificial! Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra de Dios hoy nos llama a la alabanza y a la acción de gracias. Seamos testigos de la historia de la intervención recreadora de Dios en la vida humana. Su poder hoy es anunciado por las profecías; su gracia es cantada por el salmista; y su bondad es descrita con detalle por el amor sanador de Cristo, que abre nuestro cuerpo y nuestro corazón al contacto de su Palabra sanadora. ¡Escuchemos con atención!Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, elevemos nuestra oración al Padre de los cielos, autor de la vida y restaurador de la existencia humana, y supliquemos con humildad que su poder recreador renueve con su gracia la aridez de nuestro corazón. Supliquemos con fe diciendo:R/. ¡Abre nuestro corazón a tu amor, Señor!1.Por tu santa Iglesia y sus ministros, para que redescubran constantemente en sus vidas la necesidad del diálogo íntimo con el Señor Jesús, como única fuente de fertilidad apostólica y sean testimonios ante el mundo de la acción sanadora del Señor en sus vidas. Oremos.2.Por las naciones de la tierra, para que el aliento renovador del Señor abra los corazones del mundo entero a la escucha y obediencia de la Palabra divina, anunciada con el testimonio y la vida de los proclamadores de la verdad del Evangelio. Oremos.3.Por las personas afectadas por limitaciones físicas y mentales, para que Dios suscite en sus corazones ánimos renovados de vida, proclamen ante el mundo el valor de la dignidad humana, y sean ejemplo de superación y resiliencia para cuantos necesiten inspiración en sus vidas. Oremos.4.Por la Iglesia de Aquisgrán, para que no falten las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, a un laicado comprometido, y reciban de Dios la recompensa por su generosidad y apoyo a la Iglesia colombiana. Oremos.5.Por nuestra patria Colombia, para que la Semana por la Paz motive a todos los colombianos a construir lazos de hermandad, tolerancia y solidaridad. Oremos.Oración conclusivaDios Padre Celestial,envía tu aliento creador sobre tu Iglesia,sostén con tu fuerza a los decaídos ypermítenos experimentar un encuentrorenovado con tu Hijo Jesús,para ser anunciadores en elmundo de tu gracia y salvación.Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.R/. Amén

Vie 30 Ago 2024

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí

VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 1° de 2024Primera lectura: Dt 4,1-2.6-8Salmo: 15(14), 2-3a.3bc-4ab.5 (R. 1a)Segunda lectura: St 1,17-18.21b-22.27Evangelio: Mc 7,1-8.14-15. 21-23I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl vigésimo segundo domingo del tiempo Ordinario está globalmente enmarcado por los mandamientos como tema general que atraviesa todas las lecturas; enunciamos tres ideas temáticas que orientan nuestra reflexión y oración: ●Los mandamientos como fuente de la normativa de un pueblo que ayuda, no solo a constituirse como un código de reglas, sino que ayuda al pueblo de Israel a constituirse como nación. De hecho, se puede observar que todos los países tienen una carta magna constitucional que les permite fijar las normas que los van a identificar y constituir como nación; en el caso de Israel, Dios dictamina la fuente de su reglamentación. ●Los mandamientos como fuente de honestidad del ser humano. En este sentido se puede observar cómo el contenido del Salmo 14 describe de qué manera se puede regir un hombre que quiere habitar en presencia de Dios padre; en pocas palabras se indican los parámetros para ser honesto y caminar de la mano de Dios y llegar a ser santo. ●Los mandamientos brotan de las normas esenciales del interior del hombre y no se quedan en el cumplimento de las meras apariencias. El evangelio muestra a Jesús indicando esta parte fundamental de los mandamientos, no es la norma por la norma que se pega a la letra de actitudes externas, sino que es la norma que transforma al hombre de adentro a hacia fuera. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El Salmo 15 (14) condensa el mensaje central de cómo un ser humano puede andar rectamente en la vida, a partir de configurar su vida con el mayor tesoro que puede tener su corazón en la vida: Dios. El poderse hospedar en la casa de Dios, constituye el camino y la meta del sueño del ser humano, y los mandamientos que llegan a regir este camino, como describe el salmista son: proceder honradamente, practicar la justica, tener intenciones leales, no calumniar con la lengua, no hacer mal al prójimo, ni difamarlo, honrar a los que temen al Señor, no prestar dinero a usura, ni aceptar soborno contra el inocente; y cierra el salmo diciendo: quien así obra nunca fallará. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El signo más importante que caracteriza la fe del pueblo de Israel, sin lugar a duda, es la convicción histórica de que su identidad nacional se funda en su relación con la Ley del Señor. Israel es la nación de la Alianza con Dios, esa es su identidad más real. En la primera lectura, el autor del libro del Deuteronomio nos ofrece el cuadro que determina el perfil característico del pueblo elegido: la vida del pueblo (su supervivencia) y su libertad (la posesión de la tierra) dependen del cumplimiento y del respeto de las normas (juqqim) y de los preceptos (mishpatim), que Dios ha establecido en su contenido y en su forma para siempre. La tradición rabínica posterior, ha visto en la expresión juqqim, los principios rituales de la Toráh; y en los mishpatim, los preceptos sociales, determinados por la práctica consuetudinaria de la Ley del Señor en la vida comunitaria. Así, la Ley que el Señor propone a su pueblo, posee una doble dirección: por un lado, de verticalidad, en cuanto se refiere a los asuntos de la relación ritual con Dios, en el reconocimiento de su santidad y soberanía; y, por otro lado, de horizontalidad, en la conciencia de que el hermano que pertenece al pueblo es objeto también del amor como criterio fundamental que encarna los principios más básicos de la Toráh (cf. Lv 19,17-19).Desde este punto de vista, Israel debe comprender que su tesoro nacional más valioso es la palabra de Dios, encarnada en la Toráh. Ella, no solo es la fuente de su actuar y el sello que enriquece su identidad, sino también el principio que acompaña y alimenta la sabiduría y la prudencia del hombre que le teme al Señor. Israel es faro para los pueblos, precisamente porque Dios habita con su Ley en medio de ella, determinando con esta cohabitación, que es un pueblo fuera de lo común: una nación que rige su vida por los criterios establecidos por su auténtico soberano, el Señor; un pueblo regido, incluso en sus actuaciones de vida más básicas, por la presencia del Rey que habita en medio de él, y que como Dios promulga y dirige su vida en medio de los demás pueblos. Es en este contexto religioso, en el que se puede comprender de una mejor manera los conceptos de pureza e impureza, que están tan arraigados en las convicciones religiosas y rituales del pueblo de Israel. Por pureza se debe entender la capacidad ritual de estar en la presencia de Dios. Un pueblo que tiene la convicción de cohabitar con Dios (cf. Ex 40, 34-38.), debe mantenerse constantemente en la disponibilidad interna y externa que le permita ser digno anfitrión del Morante Divino, que a través de su Ley le ha consagrado para siempre. Por este motivo, el pio israelita, debe preocuparse por mantener su cuerpo siempre preparado para mantenerse listo para el culto Divino del Señor en el Santuario (cf. Ez 44, 9ss).Las abluciones, el baño exterior de los vestidos, el lavado de los utensilios que sirven para los alimentos y otras prácticas, como las descritas con detalle por el evangelista Marcos a un auditorio quizá no tan familiarizado con el estilo de vida judío, adquirieron para la praxis cotidiana un valor tradicional que terminó por convertirse, con el paso del tiempo, en un compendio, a veces agobiante, de prescripciones y tradiciones rituales que acompañaban la cotidianidad del pueblo. Esta situación para Jesús, que se camuflaba bajo el ropaje de enseñanza tradicional, fue asesina de la memoria original, dando como resultado una relativización de los valores más importantes representados en los hábitos de pureza y dignidad, pasando de los niveles originales de la Toráh, al ámbito reduccionista de una exterioridad maquillada vaciada de significado.El evangelio pone de esta manera nuestra mirada en el modo de actuar de Jesús y de sus discípulos, y apuesta por enfocar también nuestra atención hacia el gran dilema de la pureza ritual. En el centro está la discusión de Jesús con los fariseos y los escribas venidos de Jerusalén, es decir, los representantes de la interpretación autoritativa de la Toráh, y en el contexto marcano el desencuentro rabínico entre estas dos partes se traslada de la acción externa de la crítica del “comer con las manos impuras”, como acusación a los discípulos, a una clara enseñanza de Jesús sobre el genuino sentido de lo que significa la relación entre la actuación de los discípulos con la práctica auténtica de la Ley. La citación de Isaías 29,13, da a los argumentos de Jesús un denotado énfasis profético, con el que el maestro se inscribe en la tradición bíblica que realza el valor del compromiso en el cumplimiento de la Ley, sobre la exterioridad ritual (cf. Os 6, 6-7; 1S 15, 22; Pr 21,3; Is 1,11; 58, 6; Am 5, 21). Esta línea de tradición profética da fe de que, en algún momento de la Historia de la interpretación de la Toráh, la diada juqqim-mishpatim, se separó por vías que afectaron también la comprensión de lo auténticamente religioso. Jesús así, argumenta que la dualidad vertical y horizontal de la Ley, que caracteriza la esencia de la Toráh, asumió el camino de la simple exterioridad ritual, del maquillaje que renuncia a la interioridad, que encuentra su mayor y mejor sede en el corazón (su corazón está lejos de mi). Jesús pone en evidencia un fenómeno paradójico: en la búsqueda azarosa por mantener la tradición, se olvida el contenido espiritual que la origina. Por la idolatría de las formas, se abandona la veneración a la Palabra de Dios, que, con elocuencia y vitalidad constantes, continúa, aún hoy, hablando al corazón de los seres humanos. ¡Tremenda tentación! Presente también en la Iglesia de nuestros tiempos.Jesús no separa con su predicación a los discípulos de la necesidad de alcanzar la pureza como estado que les habilita para estar en la presencia de Dios. Para Cristo, la pureza ritual permanece como algo aún relevante (cf. Lc 17,11-19). Sin embargo, el fiel debe cuidar su estado ritual de relación con Dios no de lo “que está fuera del hombre”, de lo que entra a su boca como alimento (haciendo especial referencia a la disciplina alimentaria judía, en un contexto quizá polémico para la comunidad marcana de su tiempo: cf. Hch10,11;15; Rm 14,14-23; 1Tm 4,3-4; Tt 1,15); sino de lo que afecta el Interior del ser humano, el corazón, verdadera sede que representa el espacio en el que se encuentra la genuina disposición humana para entrar en relación con el Señor, debiendo ser esta, la auténtica preocupación que debe caracterizar nuestra vida de piedad. El elenco marcano de las malas intenciones que salen del corazón, se remite necesariamente a los preceptos que tienen que ver con los mispatim judíos: fornicación, hurtos, homicidios, adulterios, ambiciones, envidias, calumnias, soberbia, terquedad, Para Jesús la práctica auténtica de la Ley debe reconciliar los elementos verticales y horizontales de la Toráh, juqqim y mishpatim, deben andar juntos, pero como ley inscrita y comprendida desde el corazón (cf. Jr 31, 33-34). De esta manera, la liturgia de hoy se convierte en un grito de características proféticas del Señor a su Iglesia. Es una invitación a dejarse constantemente irradiar por la luz del Espíritu, en el ánimo de redescubrir y renovar constantemente su propósito y disposición espiritual para mantenerse pura e Inmaculada ante su Señor (cf. Ef 5, 27). Así mismo, el llamado del Señor en este domingo es también un apelo personal para todos los creyentes en particular, que nos compromete a emprender un camino de “ecología interior”, de “cuidado del corazón”. La “pureza”, comprendida desde la Biblia, no es un tema irrelevante para nuestro compromiso cristiano, sino que, superados los prejuicios moralistas, sugiere un llamado constante a la renovación y a la conversión, tareas siempre necesarias en nuestro trasegar humano en la espera del cumplimiento escatológico personal y comunitario._______________________Recomendaciones prácticas:●Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación●Inicia el mes de la Biblia.●4-6 de septiembre. Simposio Teológico que precede al Congreso Eucarístico Internacional. Quito, Ecuador.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La liturgia de este domingo nos invita a realizar una mirada interior: contemplemos nuestro corazón como la sede de un auténtico y real encuentro con Dios y con los hermanos. En comunión con toda la Iglesia, revivamos el Misterio Pascual de nuestro Señor Jesucristo, con el ánimo de sentirnos instruidos por el Maestro y alimentados por su Eucaristía. Presentemos juntos la ofrenda que más agrada al Señor, la que purifica nuestras intenciones y la que nos permite comparecer puros ante su presencia. Que la Palabra de Cristo y su presencia amorosa, nos empujen a vivir con mayor ahínco y empeño nuestro compromiso cristiano. ¡Participemos con enorme alegría!Monición a la liturgia de la Palabra Hoy la Palabra de Dios nos habla con una fuerza profética inaudita. Con su Ley el Señor nos instruye y capacita para estar en su Presencia; con la fuerza de Cristo y de su Palabra nuestro corazón se purifica para presentarnos santos ante Dios; y con el compromiso cristiano, nuestra fe se convierte en acción viva en favor de los hermanos. ¡Escuchemos con mucha atención! Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, reunidos en comunión con toda la Iglesia, elevemos nuestras súplicas al Padre de los Cielos, principio y fin de toda Sabiduría, fuente de sanación para nuestros corazones, y confiados en que nos escuche, elevemos nuestra plegaria ante el altar de su presencia en las alturas. Digamos:R/. ¡Danos un nuevo corazón, Señor! 1.Por la santa Iglesia de Dios, peregrina en la tierra y sostenida por el ministerio de sus pastores, para que camine por el sendero de una constante renovación, y desde los principios de la Ley de Dios inscrita en nuestros corazones, sea luz que ilumine al mundo y testimonio creíble de la paz de Cristo. Oremos.2.Por quienes dirigen el destino de los pueblos, en especial, por los gobernantes cristianos, para que el sello de su fe permee las decisiones públicas, sostenga el progreso de los pueblos y guíen a sus ciudadanos por el sendero de la renovación constante en la solución compartida de todas las necesidades ciudadanas. Oremos.3.Por quienes sufren el flagelo de la pobreza extrema y del abandono estatal, para que el signo salvífico del corazón de Jesús suscite corazones convertidos, que sirvan de instrumentos de Cristo para socorrerlos en sus necesidades, y permitirles alcanzar la realización suficiente de sus aspiraciones humanas. Oremos.4.Por nuestras comunidades cristianas, para que en este mes de la Biblia tengan un encuentro concreto con la Palabra de Dios, de tal manera que penetre sus corazones y haciendo de cada uno de sus miembros testigos de la Verdad. Oremos.5.Por toda la creación, para que el Señor nos enseñe a contemplarlo en la belleza del universo, de tal manera que podamos ofrecer una acción de gracias por todo lo que ha creado y nos dé la gracia de sentirnos íntimamente unidos con todo lo que existe. Oremos.Oración conclusivaSeñor de todas las Luces,ilumina con tu amor nuestros corazones,cólmanos de tu Presencia,y recibe con benevolencia la oración detu Iglesia suplicante, para que,en el cumplimiento de tus preceptos,te glorifique e ilumine al mundohaciendo presente con su accióntu amor eterno que nos redime a todos.Tú, que vives y reinas, por los siglos de los Siglos.R/. Amén.

Vie 23 Ago 2024

¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

VIGÉSIMO PRIMER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOAgosto 25 de 2024Primera lectura: Jos 24,1-2a.15-17.18bSalmo: 34(33), 2-3.16-17.18-19.20-21.22-23 (R. cf. 9a)Segunda lectura: Ef 5, 21-32Evangelio: Jn 6, 60-69I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción-En la primera lectura y en el Evangelio de san Juan se plantea el dilema: ¿servir o no servir al Señor? ¿creer o no creer? Jesús ahora se ha manifestado plenamente; ya es claro para los discípulos lo que significa aceptarlo. Muchos no se sienten capaces y se marchan. Lo que Jesús ha pedido es demasiado. Algunos exclaman: "Estas palabras son duras, ¿quién las puede entender?". Es la incomodidad ante una elección que no permite posibilidades de excusas o evasiones. -La palabra de Jesús invita a salir de uno mismo para seguir a Dios; a superar "la carne" para vivir en el "Espíritu"; a no cerrarse en lo temporal, en lo contingente, sino a apostar por lo eterno. En cambio, los hombres instintivamente prefieren un Dios que los siga en su camino; una vida carnal concreta en lugar de una vida espiritual; una seguridad temporal inmediata en lugar de una perspectiva futura incierta. Cada intervención de Cristo en la historia del mundo, así como en los acontecimientos personales de cada hombre, exige una respuesta decidida y precisa, un sí o un no. -La Eucaristía sitúa a los fieles frente a Cristo y los interpela, impulsándolos a una elección decisiva. La palabra que resuena en la Misa es luz, y el pan que se ofrece a cada cristiano es fuerza y alimento para una respuesta positiva a los llamados de Cristo.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Hoy se nos presenta en el evangelio la última parte del discurso de Jesús en Cafarnaúm. Es el quinto domingo consecutivo en el que se nos propone el Evangelio de Juan, en el capítulo 6. A estas alturas, nos parece que no encontramos ya que predicar a los fieles, pero si permanecemos fieles al texto y se hacen interactuar las otras lecturas con el texto del Evangelio, el mensaje puede variar y ser muy útil como profundización teológica.El pasaje comienza con una afirmación impactante: “muchos de los discípulos de Jesús le dijeron que su lenguaje era duro e inaceptable”. “Jesús los enfrentó directamente: "¿Esto os escandaliza?" (v. 62). Luego afirmó que creer en Él era obra del Espíritu Santo y también un regalo del Padre que atraía a las personas hacia el Hijo. Jesús sabía quiénes eran los que no creían en Él y quiénes lo traicionarían, y no suavizó su discurso. Pedía creer y no consideraba necesario dar más señales: Enoc y Elías en el Antiguo Testamento habían sido llevados al Cielo, pero Jesús no consideró necesario dar milagros como esos. Les pedía a los discípulos que creyeran, que se dejaran guiar por el Espíritu y no por la "carne". A raíz de este discurso, muchos se fueron y dejaron de seguirlo.v. 67 “¿También ustedes quieren abandonarme?”: Jesús interpeló directamente a los Doce, aquellos a quienes Él mismo había elegido entre sus discípulos para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar. Él quería una posición clara por parte de ellos. v. 68: “Señor ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el consagrado de Dios”: Como en otras ocasiones, es Pedro quien toma la palabra y responde. Esta respuesta revela que incluso los Doce no entendían completamente el discurso de Jesús, pero lo conocían, lo habían escuchado, habían visto muchos signos y creían en Él. Pedro interpretó los sentimientos de ellos al expresar su fe y su vínculo con Jesús a pesar de la falta de comprensión del discurso.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Se concluye el discurso del pan de vida con consecuencias desastrosas. El largo discurso que Jesús ha propuesto sobre este tema no fue bien comprendido en ese momento y, nos parece, que tampoco en estos tiempos. Su discurso fue rechazado por muchos. Aquella propuesta extraña de comer la carne y beber la sangre ha sorprendido y alejado a bastantes seguidores. Decían: “Estas palabras son duras”. Y a partir de aquel momento muchos de sus discípulos retrocedieron y ya no iban con Él.Es el momento de la crisis. El momento en el cual Jesús se presenta exigente y como aquel que pide una total dedicación, una confianza plena, un abandonarse para seguirlo hasta el final. Y allí encontramos con lo que se conoce como la confesión de fe de Pedro, quien, a nombre de los otros discípulos, responde: “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. De esa manera manifiestan su decisión de seguir a Jesús y afirman que su propuesta realmente está bien fundamentada. Al menos un pequeño grupo ha aceptado el discurso y son conscientes de comer el pan de vida. Haciendo eco al evangelio, la primera lectura también nos propone un episodio de escogencia. El anciano Josué después de haber introducido a Israel en la tierra que Dios había prometido a sus padres, reúne a los representantes de todas las tribus en Siquén y, de alguna manera, los invita a hacer una opción: renovar la Alianza y adherir libre y conscientemente a ella. El pueblo que sufrió la esclavitud de Egipto y la liberación había muerto. Ahora estaban los hijos de los hijos de quienes habían vivido esa experiencia y Josué, contando de nuevo la historia de la salvación, los invita a escoger entre servir al Señor o apartarse de Él. Josué es quien primero se compromete con su familia en seguir sirviendo al Señor. Y después, el pueblo también renueva la Alianza con el Señor. Es la misma escena de Jesús con sus discípulos. Es la misma pregunta que el cristiano debe responder cada día: estar con Jesús o seguir a los ídolos.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida, respondamos a estas preguntas:●Jesús nos dice que es el 'pan bajado del cielo'; ¿qué representa para nosotros este pan?●¿La comunión que Dios Padre nos ha dado como regalo nos capacita para recorrer el camino, incluso si está lleno de dificultades, para llegar a la meta final?●El pueblo de Israel eligió 'servir' al Señor reconociendo todo lo que habían recibido de Él; ¿estamos agradecidos a Dios por la vida que nos da cada día?●¿Somos capaces de 'servir' como nos indica Cristo?●Jesús nos invita a comer su cuerpo para entrar en relación con el Padre a través de Él: ¿creemos realmente que este Jesús es aquel que el Padre envió para nuestra salvación? ¿Tenemos alguna duda todavía?●La Eucaristía significa agradecimiento: ¿sabemos dar gracias al Señor por haber querido compartir su vida con la nuestra?_______________________Recomendaciones prácticas:●DONA NOBIS. Campaña de apoyo al plan de sostenimiento de la obra evangelizadora de la Iglesia Colombiana.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hoy Jesús nos interpela sobre la elección fundamental de nuestra vida. A los discípulos consternados y desorientados después de su discurso eucarístico, les hace la pregunta: ¿también ustedes quieren irse? Sentimos que Jesús nos dirige esta pregunta a nosotros, para verificar nuestra secuela y pertenencia a Él, para revisitar los motivos y convicciones de nuestra fe recibida en el bautismo, para comprender la dimensión cotidiana de nuestro ser hijos del Padre. De esta manera, podremos dar una respuesta sincera al Señor, una respuesta que brote desde lo más profundo de nuestro corazón. Adhiramos con fe a la presencia real de Jesús, pan de vida, en la Eucaristía. Monición a la liturgia de la PalabraEl discurso de Jesucristo sobre el pan de vida es para muchos un escándalo. Incluso hoy en día, creer que la Eucaristía es el Memorial del Misterio Pascual, en el cual el Señor está presente en toda su realidad, es motivo de controversia. Nosotros somos invitados a hacer una opción por Cristo, realmente presente en la Eucaristía.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas, nadie va a Jesús si el Padre que está en los cielos no lo atrae. Invoquemos el don de su presencia a Dios y dirijamos nuestras súplicas hacia Él.R/. Sostennos en la fe, Señor. 1.Por el pueblo de Dios, para que siempre sea sostenido por la certeza de que el Señor no abandona a aquellos que con humilde confianza creen en Él. Oremos.2.Por todos aquellos que luchan por creer pues encuentran la propuesta evangélica demasiado exigente: que la alegría de los cristianos y su compromiso activo los impulse a no abandonar la confianza en Dios. Oremos.3.Por los jóvenes, para que en su búsqueda de modelos no descuiden elegir a Jesús como Maestro de Verdad y Vida. Oremos.4.Por cada uno de nosotros, para que en nuestras ocupaciones diarias sepamos vivir no con un espíritu de esclavitud, sino con la libertad y la alegría de los hijos de Dios. Oremos.5. Por el plan de sostenimiento de la obra evangelizadora en la Iglesia Colombiana, DONA NOBIS, para que la providencia del Señor siga manifestándose por medio de sus fieles. Oremos.Oración conclusivaOh, Padre,estas plegarias son el signo de nuestra sed de tiy de tu presencia en la historia de la humanidad.Acógelas según tu voluntady concédenos siempre confianzay esperanza en tu Palabra de salvación.Por Cristo, nuestro Señor.R/. Amén.

Vie 16 Ago 2024

El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor

VIGÉSIMO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOAgosto 18 de 2024Primera lectura: Pr 9, 1-6Salmo: 34(33), 2-3.10-11.12-13.14-15(R. cf. 9a)Segunda lectura: Ef 5,15-20Evangelio: Jn 6, 51-58I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl encuentro de la santa Misa en el memorial del Señor Resucitado, en el domingo, es un verdadero don para la Iglesia, que escucha de la Palabra de Dios y comulga la Eucaristía. La riqueza celebrativa, esta vez, nos podría iluminar con algunas luces irradiadas por los textos de la Sagrada Escritura, como por ejemplo: la Eucaristía es “anticipación de la gloria futura” en la resurrección del último día; además, la Eucaristía es nuestro pan cotidiano, del cual hay necesidad para mantener la vida, pues nos ha sido anunciado que quien lo come vivirá; pero también el anuncio del Señor, que nos da a comer su carne y a beber su sangre, ha producido en algunos un escándalo pues les parece un lenguaje duro de asumir (cf. Directorio homilético. Apéndice I).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En la primera lectura, tomada del libro de los Proverbios (Pr 9,1-6), perteneciente en su contexto bíblico a un gran apartado textual que habla sobre la Sabiduría, aparece la preparación de un banquete, alimento y vino, ofrecidos por su parte y en su casa, un banquete también anunciado a “inexpertos” y “faltos de juicio”, invitados para que dejen tal condición y sigan “el camino de la prudencia”, en ese sentido un banquete del cual el comensal sale transformado. Luego, el salmista (Sal 33, 2-3.10-11.12-13.14-15) exulta por la bondad del Señor que se ha manifestado grande con “los humildes”, quienes “lo escuchan y se alegran” y se asegura que a estos (“los que le temen”) no les falte nada y así sean saciados, no así con los ricos que “empobrecen y pasan hambre”. Un don que nutre a quienes no se lo esperaban. Y en la segunda lectura, tomada de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios (Ef 5,15-20), hay un llamado a la sobriedad, evitando el “banquete” nefasto que aturde con vino, la propuesta es a fijarse bien en cómo anda uno, cambiando la necedad por la sensatez: “No se emborrachen con vino, que lleva al libertinaje, sino déjense llenar del Espíritu”.Todo lo anterior dispone el corazón para la escucha del Evangelio según san Juan (Jn 6, 51-58), cuyo pasaje es una selección del gran bloque sobre la multiplicación de los panes y el llamado discurso del pan de vida. Este texto es continuación del proclamado en el domingo inmediatamente anterior. Jesús sigue declarándose como el pan vivo o de vida, lo cual provoca un escándalo en sus oyentes judíos que se preguntan: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”. Jesús no quiere maravillar, en cambio declarar la verdad que Él mismo es, no le interesa que cifren la eficacia de sus palabras en la elocuencia humana.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La Eucaristía, anunciada por el Señor Jesucristo no quedaba absolutamente desvelada a la comprensión de los oyentes judíos, que no comprendiéndolo le criticaban fuertemente, en efecto decían “‘Es duro este lenguaje, ¿quién puede escucharlo?’ (Jn 6, 60). La Eucaristía y la cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio, y no cesa de ser ocasión de división. ‘¿También ustedes quieren marcharse?’ (Jn 6, 67): esta pregunta del Señor resuena a través de las edades, como invitación de su amor a descubrir que solo Él tiene ‘palabras de vida eterna’ (Jn 6, 68), y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a Él mismo” (CEC 1336). La inteligencia humana no basta para comprender este misterio de la fe, que rompe incluso nuestros limites, pues la vida como la conocemos no es eterna, por el contrario, finita. El Maestro habla de sí mismo como un alimento que da vida eterna y la resurrección, algo inaudito. Definitivamente Cristo otorga una esperanza que desborda nuestras esperanzas. Este elemento escandaloso y desbordante no cesa en la actualidad, porque “la Eucaristía sigue siendo ‘signo de contradicción’ y no puede menos de serlo, porque un Dios que se hace carne y se sacrifica por la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres […] Sí, ‘es certeza para los cristianos: el pan se convierte en carne, y el vino en sangre’” (BENEDICTO XVI, homilía, 07 de junio de 2007). Dios nos conceda “abrir los ojos” a su designio de salvarnos para que lo aceptemos sin elaborar componendas o sucedáneos a su Revelación y, por el contrario, vivamos confiados a su voluntad. “La gracia, que tiende a manifestarse de modo sensible, logra una expresión asombrosa cuando Dios mismo, hecho hombre, llega a hacerse comer por su criatura. El Señor, en el colmo del misterio de la Encarnación, quiso llegar a nuestra intimidad a través de un pedazo de materia. No desde arriba, sino desde adentro, para que en nuestro propio mundo pudiéramos encontrarlo a él” (LS 236).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Supliquemos al Señor el no arredrarnos, el no escandalizarnos con su propuesta verdadera y nueva, para que continuemos devotamente en su santo servicio y fortalecidos con la Eucaristía; él mismo que es verdadera comida y verdadera bebida, nos mantenga sorbio en las buenas obras y saciados de su presencia. El mundo promueve la vida disoluta, en medio de los excesos que el Apóstol desaconseja: la borrachera, el libertinaje. Todo ello provoca una vida en el aturdimiento que distancia del Señor y pierde de vista lo que él quiere, entonces surte efecto la cerrazón y el ego se repliega sobe si mismo asumiendo el egoísmo y la falta de gratitud. El compromiso para reflejar en mi vida el encuentro con Cristo en esta santa Misa, podría ser pedir el incremento de la propia fe, para que la inteligencia sea purificada de las cegueras del pecado y de la ignorancia que nos hacen vacilar.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaHermanos, confiados en la Palabra del Señor que nos ha manifestado su gran bondad en el sacramento de su cuerpo y de su sangre, tomemos parte en este banquete que nos ha sido preparado y que es vida en abundancia para la eternidad.Monición a la liturgia de la Palabra Que los humildes escuchen al Señor y se alegren, porque su Palabra es fuente de vida; como la Eucaristía, verdadero Pan de vida bajado del cielo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, oremos a nuestro Padre del Cielo, que nos ha alimenta y libera con el cuerpo y la sangre de su Hijo Jesucristo, y, con el auxilio del Espíritu Santo, que viene en nuestra ayuda, dirijámosle nuestra plegaria para que podamos tomar parte en la vida eterna que brota del gran misterio de la Eucaristía.R/. Escúchanos, Señor.1. Por la santa Iglesia de Dios, por todos los ministros ordenados, por los consagrados y por los laicos, para que vivamos según tu voluntad con alegría y fidelidad. Oremos.2. Por los gobernantes de las naciones, para que sean promotores de la justicia, de la paz, y destierren cualquier forma de corrupción. Oremos.3. Por los sufrientes a causa de las guerras y las violencias, para que puedan encontrar en la Eucaristía la fuerza de luchar contra la desesperación y el miedo; y sean tus testigos auténticos, con las palabras y con la coherencia de vida. Oremos.4. Por nosotros mismos, que tomamos parte en esta celebración, para que pregustemos verdaderamente, en esta sagrada liturgia, la Pascua eterna de la Jerusalén celestial. Oremos.5. Por quienes avanzan en la catequesis previa a la celebración de los sacramentos, por los enfermos, por los encarcelados y por cuantos han pedido nuestra oración. Oremos.Oración conclusivaPadre Santo, en esta celebración de la Eucaristía,memorial de las maravillas de tu amor;escucha las oraciones que te dirigimos con fey aquellas que quedan en el secreto de nuestro corazón.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.