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Lectio Dominical

Jue 3 Feb 2022

Dejándolo todo, lo siguieron

QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Febrero 06 de 2022 Primera lectura: Isaías 6, 1-2a.3-8 Salmo: 138(137), 1-2a.2bc y 3.4-5.7cd y 8bc (R. 6a) Segunda lectura: 1Corintios 15, 1-11 Evangelio: Lucas 5, 1-11 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El domingo V del tiempo durante el año tiene una fuerte carga vocacional en todo su contexto. La llamada del Señor exige una respuesta generosa y capaz por parte de quien escucha el llamado y a su vez, el reconocimiento de las propias limitaciones y necesidades, como deja a entender el profeta Isaías cuando se reconoce “hombre de labios impuros”. La respuesta vocacional se da en el marco de una comunidad que acoge y transmite no sólo los valores del Reino de Dios, sino que se convierte en cultivadora de lo que la Tradición puede marcar en la vida de quien escucha con fidelidad la voz del Señor. De esta manera, el kerigma pasa de ser una repetición de verdades a una experiencia real y concreta de encuentro con la persona de Jesucristo muerto y resucitado, tal como lo expresa san Pablo. Para poder dar una respuesta a la llamada de Jesús, se necesita escucha y obediencia, que logran el mayor éxito en el seguimiento, porque permite abrir el espacio existencial a la llamada y a la misión. No hay verdadera vocación sin misión y no puede tenerse éxito en la misión si no es por la certeza de la vocación, como deja claro el Evangelio de Lucas. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En medio de una circunstancia tan difícil como la que vivía el pueblo de Israel en el siglo VIII A.C., se hacía necesaria una voz de esperanza y una fortaleza para una comunidad que quería escuchar una voz que denunciara las injusticias y la incapacidad de muchos dirigentes por guardar fidelidad al Dios eterno que les había liberado de la esclavitud. Isaías recibe su llamada y se ofrece a ser la voz de quienes tienen ansia de encontrar a Dios. La súplica “mándame” engendra una disponibilidad y un reconocimiento de que sin el Señor no es posible adelantar ningún proyecto. El Salmo 138 (137) sigue en el contexto de una manifestación divina como la narrada en Isaías y reconoce que la mano del Señor está siempre presente con su pueblo, con el que hace historia. En la segunda lectura, Pablo expone a los corintios el kerigma y se presenta como el menor de los apóstoles. El anuncio del misterio pascual no sólo crea la comunidad, sino que la sostiene y la mantiene unidad. Los corintios experimentaron siempre la tentación de la división, pero la fe en el Señor muerto y resucitado les hizo actualizar siempre en su comunidad el primer anuncio y los llevó a ser destinatarios de una buena noticia sobre la eucaristía, sobre la resurrección, sobre los carismas y tantas otras cosas. En el capítulo 4, Lucas había presentado a Jesús como un maestro itinerante y ahora este maestro empieza a formar una familia de compañeros que estén con Él para la misión. Estos discípulos son llamados directamente por el Señor (iniciativa de Jesús y no de ellos). Este texto es propio de Lucas y la fuerza está en la elección de los primeros discípulos que no son anónimos, tienen un nombre y una historia, tienen un oficio. Pescar hombres hace alusión no a una conquista sino a la formación de comunidad, reunir a los dispersos. Dejarlo todo implica la disponibilidad para la misión, la libertad que sabe romper los lazos de la historia personal y lleva a la aventura del seguimiento. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Este domingo es un domingo de la llamada del Señor y esta llamada toca la vida de todos los hombres y mujeres, que desde el bautismo hemos decidido abandonarnos en las manos del Señor. Decir sí, no implica pensar que somos perfectos, por el contrario, un sí auténtico parte del reconocimiento de las propias limitaciones y del pecado que nos ronda. La comunidad es el ambiente propicio para escuchar la voz del Señor y es el espacio del crecimiento de la fe. En comunidad hay que seguir buscando al Señor, hay que escucharlo y obedecerlo y, sobre todo, hay que lanzarse a la misión. En una iglesia que camina unida en experiencia sinodal, el llamado es para todos y la respuesta generosa y capaz debe ser de todos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Gracias, Señor por tu llamada y por tu voz siempre activa en medio de tu Iglesia, gracias, porque nos muestras el camino que debemos recorrer y bendice la comunidad donde hacemos experiencia de camino, donde decidimos dar el sí de la obediencia nos queremos lanzar a compromiso de la misión. Queremos ser iglesia en camino, queremos sentirnos hermanos convencidos en la fe y compartir con los demás el don recibido. Este domingo puede ser reflejado en la vida de la comunidad con las palabras del Evangelio “Dejándolo todo, lo siguieron” si hay compromiso y generosidad, si hay deseo de comprometerse. Es necesario revisar los compromisos bautismales y la generosidad de nuestra vida, poder experimentar el desprendimiento que lleva a que sólo el Señor sea nuestra delicia. _____________________ Recomendaciones prácticas: • Motivar la lectura y la reflexión del Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXX Jornada mundial del enfermo que se celebrará el próximo viernes 11 de febrero. Es una oportunidad para subrayar la vocación que los enfermos viven a diario junto a quienes les cuidan. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Convocados por el Señor en día el que la comunidad no solo hace memorial, sino que anuncia la pasión, muerte y resurrección de Jesús, dejemos que la Palabra y el sacramento nos pongan en la dinámica de la escucha atenta de la voluntad del Señor, para discernir lo que más conviene y salir fortalecidos al compromiso misionero allí donde nos movemos. Participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra Hoy como ayer, la Palabra de Dios sigue resonando en la asamblea y transforma la vida de la comunidad cristiana. Escuchemos y obedezcamos para seamos verdaderos discípulos en una Iglesia en salida, una Iglesia en camino siempre firme de búsqueda del Señor. Oración Universal o de los Fieles. Presidente: El Señor, que nos invita a remar mar a dentro, nos escucha y nos fortalece con su mirada y su llamada. Presentemos con fe nuestras súplicas. R. Ten piedad de nosotros, Señor. 1. Como Pedro, reconocemos nuestra impotencia y nuestra vida de pecado. Afianza, Señor, con tu poder al Papa, a los obispos y a todos los que han dicho sí a tu llamada para que puedan vivir su vocación de manera generosa y capaz. Te rogamos, Señor. 2. Muchos han escuchado tu pregunta: ¿A quién enviaré? Te rogamos por los gobernantes del mundo, para que sepan escuchar y discernir los clamores de la humanidad y vivan su servicio con generosidad. Te rogamos, Señor. 3. Cuando te invoqué, me escuchaste. Acompaña, Señor a los que sufren, a los que han olvidado su vocación y a quienes se sienten cansados en el camino. Te rogamos, Señor. 4. Si quieres puedes limpiarme. Te suplicamos por la Jornada mundial del enfermo que se celebrará el próximo viernes, para que en esta Jornada los enfermos sientan en medio de sus dolores el alivio de sus dolencias por medio de sus hermanos. Te rogamos, Señor. 5. Por la gracia de Dios soy lo que soy. Te pedimos, Señor por nuestra comunidad, por esta asamblea celebrativa, para que siempre esté atenta a tu voz y obedezca tu envío misionero. Te rogamos, Señor. Oración conclusiva Señor, completa tus favores con nosotros y atiende estas oraciones que te hemos presentado con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 28 Ene 2022

Jesús, como Elías y Eliseo, no solo es enviado a los judíos

CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Enero 30 de 2022 Primera lectura: Jeremías 1, 4-5.17-19 Salmo: 71(70), 1-2.3-4a.5-6ab.15ab y 17 Segunda lectura: 1Corintios 12, 31 - 13,13 Evangelio: Lucas 4, 21-30 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Jeremías es un profeta llamado y elegido por Dios para ser instrumento dócil en sus manos y comunicar la Palabra de Dios al pueblo. • San Pablo nos invita a ambicionar los mejores carismas para ser instrumentos de unidad en medio del pueblo santo de Dios. • Jesús proclama la Palabra y cuestiona nuestra vida, por eso, sus paisanos lo rechazan y cierran su corazón al mensaje que se les dirige. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Jeremías narra la experiencia de su vocación para mostrar que es algo tan sublime que envuelve toda su vida, ya que desde antes de nacer, Dios lo eligió y lo destino para el anuncio de la Palabra de Dios en medio de un pueblo que hostil al mensaje de salvación, por eso Dios lo prepara para que vaya de parte suya y sea un hombre dispuesto al servicio de Dios y de los hombres, tal como lo indica con el gesto de estar ceñido para una batalla fuerte, por eso recibe toda la fuerza divina para emprender el combate espiritual y proclamar la palabra de Dios con valentía, pues sabe que el mensaje que anuncia no es suyo, ya que lo ha recibido y debe llevarlo a los gentiles donde ha sido enviado. San Pablo nos exhorta en su carta a los Corintios invita a la comunidad a ambicionar el amor como el que le da sentido a toda la vida del hombre, ya que procede de Dios y es su esencia misma, porque hace posible la donación y la entrega de la persona, por eso lo demás es pasajero comparado con el amor, todos los carismas son una riqueza y pueden aportar mucho a la comunidad, pero si no están precedidos por el amor, no servirían de nada, ya que estarían vacíos y carentes de lo esencial. El amor es la cumbre de todas las virtudes, por encima de la fe y la esperanza. En el Evangelio Jesús se presenta como un profeta cuestionado y rechazado por su pueblo que no mira su esencia divina y solo se queda en las apariencias para ver solo la persona humana, mirándolo como el hijo de José. Así Jesús nos muestra o excelso de su vocación profética, pero al mismo tiempo se cumplen en él, las palabras que había profetizado el anciano Simeón, cuando al ingreso del templo de Jerusalén, había anunciado que sería “signo de contradicción” (Lc 2, 34). Así se revela que el mensaje que Jesús trae provoca crisis y cuestiona la vida de aquellos que lo escuchan, ya que exhorta y corrige el sendero de los que se han extraviado o están envueltos en medio de tinieblas, ya que el mensaje esta dado como luz para alumbrar a todas las naciones y es dirigido a los hombres y mujeres de buena voluntad que deseen acogerlo en sus vidas. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La vocación del profeta es algo grande y sublime, es un llamado de parte de Dios y precede a la vida del hombre, que no se puede resistir al encargo que Dios le confía, pero al mismo tiempo, es una vocación que exige preparación y entrega, pues tal como lo señala Jeremías, es para un combate espiritual no fácil de asumir, pero el profeta sabe que no está solo, pues Dios mismo lo prepara y le concede todo lo necesario para que vaya en nombre suyo y asuma la tarea con valentía y entrega. Su palabra será cuestionada y rechazada por que pondrá en crisis a cuantos la escuchen, pero cumplirá el encargo de ayudar a enderezar las conciencias que se han apartado del verdadero camino de Dios. Esta vocación todos la hemos recibido desde nuestro bautismo, Dios nos ha elegido y nos ha enviado con un encargo concreto para predicar en su nombre y dar testimonio de su mensaje de salvación, pero al cumplir este encargo encontraremos obstáculos y dificultades tal como le pasó a Jeremías, de modo que esto no debe desanimarnos; todo lo contrario, debemos saber que no es una lucha fácil, pero contamos con la asistencia divina para hablarle a un mundo que cada vez se opone más a Dios, de tal manera, que en nuestro lugar de trabajo o estudio, allí donde el Señor nos ha puesto debemos ejercer la vocación profética que nos fue otorgada por la unción bautismal. Esa vocación exige sacrificio y entrega, pues tal como nos recuerda San Pablo, podríamos tener muchos carismas, pero sin el amor que procede de Dios, todo estaría vacío y sin sentido, pero cuando nos impulsa el amor de Dios, toda la entrega, los sacrificios y cuanto hagamos hará resplandecer la presencia de Cristo mismo, que por amor se entregó totalmente para salvarnos. Esa entrega de Cristo es la que encontramos en el Evangelio, la de un profeta que va proclamando la buena noticia y dando cumplimiento a la llegada del Reino de Dios en medio de un público que lo cuestiona y lo rechaza debido a su falta de fe, se quedan solo con las apariencias humanas para verlo como un paisano y no como el Hijo de Dios, ungido por la presencia del Espíritu, tal como se había presentado en la sinagoga de Nazaret. Nosotros al ejercer la misión profética recibida de Cristo, estamos ejerciendo la noble labor de conducir a los demás por el camino de la verdad para darle sentido a la vida del hombre. Así nos lo recuerda el Concilio Vaticano II en la Lumen Gentium 35: “Cristo, el gran Profeta, que proclamó el reino del Padre con el testimonio de la vida y con el poder de la palabra, cumple su misión profética hasta la plena manifestación de la gloria, no sólo a través de la Jerarquía, que enseña en su nombre y con su poder, sino también por medio de los laicos, a quienes, consiguientemente, constituye en testigos y les dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra (cf. Hch 2, 17-18; Ap 19, 10) para que la virtud del Evangelio brille en la vida diaria, familiar y social”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy dirigimos nuestra mirada al Señor para pedirle que nos ayude a asumir nuestra misión profética con valentía y firmeza, pero también con actitud de fe y de esperanza sin dejarnos desanimar por las contrariedades o dificultades que se nos presentan en el camino, pues sabemos que Cristo mismo está con nosotros y su Espíritu nos mueve a ser testigos de su amor. ___________________ Recomendaciones prácticas: • Al prepara la homilía, téngase en cuenta que la primera lectura se ha seleccionado en relación con el fragmento Evangélico, con el fin de evitar una excesiva diversidad entre las lecturas, y, sobre todo, para poner de manifiesto la unidad de ambos Testamentos (Cfr. OLM., 106). II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos acercamos a la mesa del Señor para participar del banquete que el mismo ha preparado para alimentarnos de la Palabra y la Eucaristía, que nos nutren y nos dan fuerza para continuar nuestro camino, y ayudarnos a ejercer la misión profética que hemos recibido desde el día de nuestro bautismo, así podemos dar testimonio de la presencia de Dios en medio de su pueblo santo. Participemos con fe de este encuentro fraterno. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios que nos dirige Jeremías nos muestra la grandeza de la vocación profética a la que todos hemos sido llamados, pero que como nos recuerda san Pablo, solamente en el amor se da plenitud a todos los dones y carismas recibidos de parte de Dios, de modo que como Jesús debemos predicar su mensaje de salvación, aún en medio del rechazo y a hostilidad de los interlocutores. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre que en su Hijo nos ha destinado para ser profetas de todas las naciones, elevemos nuestra mirada con la confianza de que escucha todas nuestras suplicas.] R. Padre de amor, escucha nuestra oración. 1. Te presentamos al Papa y todos los que por el bautismo hemos recibido la vocación profética, para que, con nuestro testimonio de vida, llevemos al mundo un mensaje de esperanza y de amor. 2. Te presentamos a todos los que ejercen el gobierno en sus comunidades, concédeles sabiduría y fortaleza para trabajar a favor del bien común, especialmente en medio de las comunidades más vulnerables. 3. Te presentamos a todas las familias, has que sean verdaderas escuelas donde se vivan los valores humanos y cristianos que Cristo nos trae en el Evangelio. 4. Te presentamos a todos los que por causa de la Palabra experimentan persecución o desacato, para que reciban la fuerza del Espíritu Santo y consuelo en sus dificultades. 5. Te presentamos a los que se oponen al mensaje de la Palabra de Dios, para que con libertad abran su corazón a la gracia de Dios y reciban a Cristo como Señor y Mesías. Oración conclusiva Padre, lleno de ternura, recibe complacido la oración de tu Iglesia congregada en el día de la resurrección. Tú que vives y reinas en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. R. Amén.

Jue 20 Ene 2022

Hoy se ha cumplido esta Escritura

TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Enero 23 de 2022 Primera lectura: Nehemías 8, 2-4a.5-6.8-10 Salmo: 19(18), 8.9.10.15 (R. Jn 6,63c) Segunda lectura: 1Corintios 12, 12-30 Evangelio: Lucas 1, 1-4; 4,14-21 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • El libro de Nehemías nos recuerda el momento en que Esdras, sacerdote y maestro, leyó el libro de la ley para motivar a la comunidad a mantener viva su identidad de pueblo elegido por Dios. • San Pablo al dirigirse a los Corintios, nos recuerda que todos somos miembros del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, no como una estructura sino como un organismo vivo enriquecido por la presencia del Espíritu de Dios. • Jesús en la sinagoga de Nazaret, nos recuerda que la buena noticia del Evangelio se actualiza cada vez que la recibimos como comunidad creyente que se congrega para escuchar su Palabra. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La lectura de Nehemías nos recuerda lo acontecido a finales del siglo V a. C., cuando el pueblo judío había regresado del exilio de Babilonia, y en medio de una dominación extranjera deben mantener viva la identidad de ser pueblo elegido por Dios; por eso, Esdras, sacerdote y líder reconocido por el pueblo, se dirige a toda la comunidad al hacer la lectura del libro de la ley, y lo proclama solemnemente para dar identidad y sentido de pertenencia a los miembros del pueblo judío, ya que no todos habían regresado del exilio y varias comunidades se encontraban dispersas fuera de Palestina, pero la ley del Señor les permitía congregarse como pueblo elegido por Dios; así reconocen que lo importante es la vivencia de los mandatos y decretos del Señor para sentirse una comunidad elegida. La comunidad celebra un día de fiesta para dar gloria y alabanza a Dios por todo lo que ha hecho en medio de su pueblo santo. El apóstol Pablo escribe a los Corintios para recordarles que todos en diversidad de dones y carismas forman un solo cuerpo que es la Iglesia, comunidad de fe, es decir, un organismo vivo donde actúa la presencia del Espíritu de Dios. Así, la Iglesia es una sola familia donde todos los miembros son importantes, pero deben mantener cohesión y unidad, de modo que la cabeza es Cristo y todos los bautizados somos miembros de su cuerpo místico, de modo que todos estamos llamados a vivir la fraternidad y la caridad y en particularmente, debe ponerse atención a los más débiles y excluidos, ya que todos somos hermanos y debemos fijar la mirada en aquellos más frágiles y vulnerables. El Evangelio de Lucas comienza dirigiéndose a Teófilo, que significa hijo de Dios, de tal manera que podemos decir que es un mensaje escrito para todos los hombres y mujeres que somos hijos de Dios, y aquí se nos narra de modo ordenado todo los hechos y acontecimientos que Jesús realizó para salvarnos. En el pasaje que se lee este domingo se narra el acontecimiento de la sinagoga donde Jesús entra para la liturgia de la Palabra y actualiza el cumplimiento de las Sagradas Escrituras que anuncian un tiempo de gracia y de libertad para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Jesús actúa lleno del Espíritu de Dios, y por eso, inaugura un tiempo de gracia y de esperanza para la humanidad. La gente fijó sus ojos en Jesús porque estaba ungido por la fuerza del Espíritu Santo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Al igual que el pueblo de Dios en el pasado, nosotros vivimos como en el exilio, en medio de un mundo hostil al Evangelio, pero en medio de tantas dificultades, debemos mantener la identidad de pueblo elegido por Dios. Somos una nación santa y la ley de Dios nos identifica, ya que la vivencia del mandamiento del amor nos estimula a caminar juntos con otros hombres y mujeres que han perdido la esperanza o se han dispersado perdiendo todo vínculo con el pueblo elegido por Dios. Nuestra pertenencia al pueblo de Dios nos debe mantener unidos para caminar como hermanos que se sienten corresponsables la misión evangelizadora que el Señor nos ha encomendado, pues por el bautismo hemos sido ungidos por el Espíritu Santo, de modo que somos miembros de la Iglesia que es el pueblo de Dios que camina en la historia. Esta Iglesia está conformada por todos los miembros de las diversas comunidades que caminan en distintos lugares del mundo pero que forman un único pueblo escogido por Dios pero enriquecido con la diversidad de dones y carismas de sus miembros, todo es posible porque formamos parte de un solo cuerpo que como un todo orgánico está unido a la cabeza que es Cristo, así formamos el “Cristo total”, del que bellamente hablaba san Agustín, al referirse a la unidad de la Iglesia donde todos estamos unidos íntimamente a Cristo que formamos un todo con él, nosotros como los miembros de su pueblo santo y él como la cabeza que conduce y da plenitud a todo el cuerpo. Es lo que nos recuerda el apóstol Pablo en la segunda lectura dirigida a los Corintios donde nos insiste que no debemos olvidar a los más frágiles y vulnerables porque también ellos forman parta de nuestra familia y debemos preocuparnos de su bienestar. En el Evangelio se nos invita a caminar juntos como pueblo de Dios con la firme convicción de que Cristo ha venido para dar sentido y plenitud a nuestra existencia. A nosotros, como hijos de Dios se nos dirige esta Palabra proclamada en el Evangelio para invitarnos a fijar nuestra mirada en Jesús, el único que da sentido y esperanza a nuestra vida, de modo que en este año caminamos con la certeza de que él nos trae un tiempo de gracia y bendición. Este año escuchamos hablar de la sinodalidad, que significa caminar juntos como miembros de la Iglesia para ayudarnos mutuamente y sentirnos hermanos unos de otros de modo que sintamos que somos el pueblo elegido por Dios camina en comunión con el papa y los obispos y todos juntos nos sentimos responsables de la tarea del anuncio del Evangelio, esa buena noticia que se actualiza cada vez que la proclamamos con fe y la escuchamos con atención, pues es el mismo Cristo quien nos sigue hablando para llamarnos a caminar en la unidos en la esperanza. Estamos en el domingo dedicado a la Palabra de Dios, y por eso como el pueblo acudimos para la escucha atenta de la buena nueva que el Señor nos dirige en el mensaje que hoy se proclama en la liturgia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Al igual que el pueblo judío, hoy queremos tener los ojos fijos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe, estamos seguros que al mirarlo a él no perderemos el rumbo y el horizonte de nuestro camino, sabemos que vamos caminando juntos y muchos hermanos nuestros van a nuestro lado. Le pedimos al Señor que nos conceda la apertura del corazón para escuchar su palabra y hacerla vida en nosotros con la certeza de que el Señor nos renueva cada vez que acudimos a su encuentro. _________________ Recomendaciones prácticas: • Celebramos el Domingo de la Palabra de Dios aprovechando los recursos que nos ofrece la liturgia de este día. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos: En este tercer domingo del tiempo ordinario, celebramos el día de la Palabra de Dios, hoy de modo especial, dirigimos nuestra mirada al Señor que nos convoca para actualizar su obra salvífica en nosotros, por eso nos disponemos para el encuentro fraterno en torno a la mesa de la Palabra y de la fracción del pan que nos congregan como miembros del pueblo santo de Dios. Participemos con alegría de este encuentro con el Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra La palabra de Dios siempre es viva y eficaz, por eso, en Nehemías se nos invita a congregarnos como pueblo que guarda la ley del Señor como signo de identidad y pertenencia. San Pablo nos recuerda que todos somos los miembros del cuerpo y Cristo es la cabeza de este cuerpo que es la Iglesia. San Lucas dirige su mensaje a todos los hijos de Dios que se disponen a la escucha del mensaje para mantener los ojos fijos en Jesús que actualiza y da sentido al mensaje que se proclama. Escuchemos. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre que en su Hijo ha salvado al mundo, dirigimos nuestra mirada para presentar nuestra suplica confiada: R. Padre escucha nuestra plegaria. 1. Oremos por el papa y por todos los ministros de la Palabra para que seamos instrumentos eficaces en la proclamación de la buena noticia de la salvación. 2. Oremos por los gobernantes para que trabajen a favor de los más pobres y vulnerables mediante el respeto a la dignidad de la persona humana. 3. Oremos por quienes se dedican al estudio de la Sagrada Escritura, para que, iluminados por la efusión del Espíritu Santo, nos ayuden en la comprensión de la Palabra de Dios. 4. Oremos por la unidad de los cristianos, para que el diálogo entre cristianos de distintas confesiones, unidos por un mismo Bautismo, irradie con nuevo brillo en este camino Sinodal. 5. Oremos por los enfermos y por quienes padecen a causa de la violencia para que encuentren en Cristo, la fortaleza y en nosotros, la caridad fraterna. Oración conclusiva Escucha Padre bueno, todo lo que con fe te hemos presentado por medio de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

Jue 13 Ene 2022

"Hagan lo que Él les diga"

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Enero 16 de 2022 Primera lectura: Isaías 62,1-5 Salmo: 96(95), 1-2a.2b-3.7-8a.9-10ac (R. cf. 97[96],6) Segunda lectura: 1Corintios 12, 4-11 Evangelio: Juan 2, 1-11 I. Orientaciones para la Predicación Introducción - Jesús y María con su presencia nos ofrecen el vino de la verdadera alegría y el amor. - Los carismas que el Espíritu da a la Iglesia son para la unidad y la edificación de la misma. - Hemos terminado las fiestas de navidad y empezamos un nuevo tiempo de reflexión, el tiempo ordinario. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Isaías (62,1-5) trae un anuncio de gran consuelo, el pueblo de Israel que había sido desterrado, va a gozar ahora de la salvación, va a “romper la aurora de su justicia y su salvación va a llamear como antorcha” y utiliza una bella comparación presentando a Yahvé como un esposo fiel y al pueblo de Israel como a su esposa. Durante el destierro, se le llamó a la tierra prometida “abandonada” y “devastada” pero el texto que hoy escuchamos, afirma que se acerca el día en que será llamada la “favorita” y “desposada”. Dios se presenta como un esposo fiel “te prefiere a ti… como un joven se casa con su novia, así se desposa el que te construyó”. El salmo 96 (95) hace una especial referencia y eco a la lectura del profeta Isaías, la oración del salmista está cargada de alegría y alabanza “Contad las maravillas del Señor a todas las naciones” “proclamad su victoria … decid a los pueblos: el Señor es Rey y Él gobierna a los pueblos rectamente”. El apóstol san Pablo nos acompañará durante 7 domingos con la lectura continuada de la última parte de la primera carta a los Corintios, nos ofrecerá reflexiones prácticas en las que Pablo responde a la comunidad de Corinto, marcada por grandes diferencias como, por ejemplo, la brecha entre los ricos y los pobres, corrupción y desenfreno. Uno de los problemas que afectaba a la comunidad, es el de la diversidad de carismas y dones que se podían evidenciar entre ellos: sabiduría e inteligencia, milagros, profecías, don de lenguas y de interpretación… entre otros. Para Pablo lo importante es que estos dones nunca vayan a destruir la Unidad y que los miembros de la comunidad lleguen a experimentar a “un mismo Espíritu, un mismo Señor, un mismo Dios” es decir, que todos los dones y carismas que Dios nos da, deben ser “para el Bien común”. San Juan en el Evangelio (Jn. 2,1-11) narra el primer milagro de Jesús, la conversión del agua en vino, en el bello relato de “las bodas de Cana”. En la escena aparece la Madre del Señor que, ante la carencia de vino, recomienda a quienes sirven en la boda “Hagan lo que Él les diga”, este primer momento del relato, nos podría llevar a contemplar la valiosa intercesión de María. Igualmente, podríamos descubrir en el texto la importancia y el valor del matrimonio; sin embargo, lo que se resalta para este domingo, es la presentación de Jesús en el comienzo de su ministerio, el Señor realiza su primer signo, muestra su gloria y fortalece la fe de sus discípulos. El vino que se sirve de modo exagerado, es el mejor, esto para insistir en que ya ha pasado lo antiguo (AT) y llega lo nuevo (NT) y lo nuevo es lo mejor, es Cristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Recuerdo con gratitud las experiencias de los retiros espirituales durante mi proceso formativo y luego en la predicación de retiros en las etapas de la formación inicial y con sacerdotes, en estos espacios de oración y reflexión, aprendí a valorar la acción del Espíritu Santo en mi propia vida y en la vida de la Iglesia, es una gracia precisar en la propia vida el sentido del servicio al que hemos sido llamados, al igual que los dones y carismas con los que Dios enriquece a las comunidades. Los dones y carismas que da el Espíritu, son para el bien y la unidad de la comunidad, no son para beneficio propio, son para la edificación de la Iglesia, de tal modo que cuando nos hacemos consientes de las gracias que el Espíritu nos ha otorgado, es nuestra misión poner esos dones y carismas al servicio de la unidad de nuestras comunidades, en medio de la diversidad. El camino sinodal que ha iniciado la Iglesia de caminar juntos, implica el reconocimiento de las gracias y talentos que cada persona posee y contribuir para que los diversos dones y carismas se pongan al servicio de la unidad y edificación de la Iglesia para que ella sea casa y escuela de comunión. Las comunidades cristianas se enriquecen con la diversidad de servicios en los distintos espacios de la vida de la Iglesia (la autoridad, la enseñanza, la animación, la caridad, la fraternidad, la administración, la evangelización, la liturgia, etc…) estos servicios realizados con responsabilidad, ayudan a desarrollar valiosas experiencias comunitarias donde el encuentro con los hermanos, la formación permanente de los laicos, las vivas experiencias de oración y las distintas acciones misioneras contribuyen al crecimiento de la Iglesia. La unidad tiene un punto de referencia o una fuente de la que se nutre permanentemente, “Un solo Señor, un solo Dios, un solo Espíritu”, Dios mismo fortalece a su Iglesia, la cohesiona y la dota de lo necesario para que ella pueda crecer y servir mejor. El Evangelio también nos ofrece el testimonio de María, que procura mantenernos unidos y confiados a su Hijo, “Hagan lo que Él les diga” Él es el vino nuevo, el mejor, que alegra el corazón y se sirve para la unidad. El Señor se sigue entregando y ofreciendo por la unidad de la Iglesia, Él sigue convirtiendo el agua en vino de alegría y esperanza para todos, en especial para los corazones que han perdido la alegría de haber sido llamados a la santidad, a la entrega a Dios y al seguimiento de Jesús en el matrimonio, la vida consagrada o el ministerio sacerdotal. Dios ama a su Iglesia como un esposo, la ama con ternura y bondad, como lo relata el profeta Isaías, lo hace de un modo exagerado, con el derroche del vino de la alegría “seis tinajas, de cien litros cada una”. Cristo bendice con su presencia una boda y convierte el agua en vino, este gesto en el Evangelio de Juan, se constituye en la manifestación de la hora de Jesús, el comienzo de su vida pública, es el momento en el que se cumplen las promesas del Antiguo Testamento y se da comienzo al Nuevo Testamento, símbolo de ello es el mejor vino, el más bueno, el que se sirve con generosidad en la mesa del altar, ese vino generoso y abundante es Cristo, vino de amor, alegría y fiesta, es con este vino que se inaugura un nuevo tiempo, que será siempre optimista y esperanzador. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Al comenzar esta nueva etapa del tiempo ordinario, tiempo litúrgico caracterizado por la esperanza, por el conocimiento de la persona de Jesús en el Evangelio de Lucas y este vivo ambiente de sinodalidad, la Palabra y la Eucaristía será nuestro alimento que ira convirtiendo nuestras tristezas y preocupaciones en alegría. Hoy le pedimos al Señor que venga a compartir con nosotros en nuestra fiesta dominical, queremos asegurarle que hemos escuchado hoy a su amada madre, María y que vamos a esforzarnos con mayor empeño en hacer lo que Él nos diga. Como Iglesia en camino sinodal debemos asumir el compromiso de trabajar para que a nadie le falte el vino del amor, de la unidad, de la justicia, de la fraternidad, y como María estemos siempre atentos a servir con generosidad, poniendo nuestros dones y carismas al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados. __________________ Recomendaciones prácticas: • Al preparar la homilía, téngase en cuenta que el domingo II se refiere aún a la manifestación del Señor, celebrada en la Epifanía, por el fragmento tradicional de las bodas de Caná. A partir del domingo III, empieza la lectura semicontinua del Evangelio de San Lucas (Cfr. OLM, n., 105). II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a la celebración de la Santa Misa, hoy domingo día del Señor, dispongamos nuestros corazones para escuchar atentamente la Palabra y participar dignamente de la fracción del pan. Con la celebración de la fiesta del Bautismo del Señor hemos iniciado el llamado “tiempo ordinario”, sin embargo, la liturgia de la Palabra de este domingo aún se sigue haciendo eco de la manifestación del Señor. En concreto lo descubriremos en el relato del Evangelio que nos ofrece el episodio de las Bodas de Caná. Dispongámonos, pues, a vivir este encuentro con la Palabra, entrando con audacia y libertad de corazón en un proceso de conversión. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la Palabra nos ofrece hoy la imagen de la celebración de unas bodas, el profeta Isaías presenta a Jerusalén como la novia con la que el Señor quiere contraer matrimonio, estas bodas, anunciadas en la primera lectura, se han hecho realidad en la persona de Jesús; Él no permite que se acabe el vino de la alegría, del amor, sirve el mejor de los vinos de modo abundante y manifiesta así su gloria presente en este mundo. Escuchemos con atención este mensaje. Oración Universal o de los Fieles. Presidente: Elevemos nuestras súplicas al Padre, con la confianza que nos da sabernos llenos de su amor y miembros de su Iglesia y digamos: R. Te rogamos, óyenos. 1. Por la Iglesia extendida por todo el mundo, para que el Señor le conceda la paz, la unidad y la alegría de la fe. Oremos. 2. Por los gobernantes de nuestro país, para que implementen políticas que construyan la unidad, la solidaridad y el progreso de todos los pueblos. Oremos. 3. Por una Iglesia que celebra, para que nuestro camino sinodal juntos en los próximos meses se base en la escucha conjunta de la Palabra de Dios y en la celebración de la Eucaristía en la comunión del Pueblo de Dios. 4. Por los que sufren a causa de la violencia y de la guerra, por los que están enfermos, para que probando el vino nuevo que es Cristo, alegren sus corazones y con esperanza superen sus dificultades. Oremos. 5. Por los que nos hemos reunido a celebrar esta Eucaristía, para que escuchemos atentamente la petición de la Madre de Dios que nos dice: “hagan lo que Él les diga”. Oremos Oración conclusiva Padre, tú aprecias la obediencia de tus hijos y nos concedes el vino de la alegría en abundancia, acoge las peticiones que te hemos dirigido con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Jue 6 Ene 2022

Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo

EL BAUTISMO DEL SEÑOR Enero 09 de 2022 Primera lectura: Isaías 42,1-4.6-7 Salmo:29(28), 1a y2.3ac-4.3b y9b-10 Segunda lectura: Hechos de los Apóstoles 10,34-38 Evangelio:Lucas 3,15-16.21-22 Orientaciones para la Predicación Introducción * La celebración de la fiesta del Bautismo del Señor nos confirma el inmenso amor de Dios, que ha enviado a su Hijo al mundo para salvarnos. * El bautismo nos hace hijos de Dios en el Hijo eterno del Padre. También son, pues, para nosotros las palabras del Padre: Tú eres mi hijo amado o mi hija amada * El compromiso que debe surgir de esta celebración debe ser el de renovar nuestra conciencia bautismal, nuestra adhesión al misterio pascual del Señor y nuestro esfuerzo por vivir en Cristo. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje de Isaías y el salmo se anticipan proféticamente a la llegada del Mesías, luz de las naciones. En ambos sobresalen las imágenes de presentación de la gloria del Señor; invitan a “mirar”, a “contemplar”, a “recibir” al Mesías y a celebrar su acción salvífica. De modo particular, Isaías presenta al Mesías como sobre quien Dios ha puesto su Espíritu, el elegido y preferido, el que sostiene a los débiles e implanta la justicia, el que realiza la alianza y es luz de las naciones, el que rescata de la esclavitud. En esta misma perspectiva se sitúa otro pasaje de Isaías (61, 1-2), que Jesús proclama en la sinagoga de Nazareth, afirmando a continuación: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír” (Lc 4,16-19). La narración del Bautismo del Señor que nos propone el Evangelio de San Lucas es la más breve y simple de los evangelios sinópticos. No obstante, en ella se resaltan tres consideraciones particulares: * La identidad propia de la misión de Juan que es preparar los caminos para el Mesías y el reconocimiento de Jesús como verdadero Salvador. * La supremacía de Cristo, que viene para bautizar con Espíritu Santo y fuego. * La teofanía que revela al Hijo como amado y predilecto del Padre. Estos tres aspectos, al inicio del ministerio público del Señor, anticipan el anuncio del Reino, el llamado a la conversión y la misión de convocar a todos los hombres para que experimente el amor de Dios. El breve trozo de los Hechos de los Apóstoles recoge estas afirmaciones y las convierte en fundamento y dinamismo misionero, pues aseguran el llamado de todos los pueblos, sin distinciones, a la fe en el Señor y al disfrute de la paz que el trajo a las naciones. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La fiesta del Bautismo del Señor concluye la celebración de la navidad y es puente hacia el tiempo ordinario.En el espíritu de la Liturgia, este hecho representa ya un llamado a la vivencia, en nuestro día a día, de nuestra condición de hijos e hijas de Dios. San Juan Pablo II decía que la fiesta de hoy nos brinda la oportunidad de ir, como peregrinos en espíritu, a las orillas del Jordán para participar en el acontecimiento maravilloso del bautismo de Jesús y descubrirnos también nosotros, insertados por nuestro bautismo en el misterio pascual de Cristo, predilectos, amados y enviados por el Padre (Homilía en la Fiesta del Bautismo del Señor, 2001). En efecto, Jesús acude al bautismo de Juan como un gesto de abajamiento y de redención, para conceder a las aguas el poder de hacernos a nosotros hijos de Dios y para asociarnos definitivamente a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por esto, las lecturas de la Palabra de Dios en esta fiesta nos conducen a la contemplación de Cristo, Mesías y Salvador, amado del Padre, lleno del Espíritu Santo, con el propósito de que nosotros seamos más conscientes de la grandeza de nuestro propio bautismo. Por tanto, en este día, estamos invitamos a sentirnos… * Como Cristo, hijos amados de Dios. Éste es el núcleo de nuestra vida cristiana y la experiencia que se debe ir forjando cada día en nosotros. Como enfatiza en diversos pasajes de sus cartas el Apóstol San Juan, la prueba de que Dios nos ama es que envió a su hijo como propiciación para nuestros pecados. * En Cristo, miembros de su cuerpo místico que es la Iglesia o piedras vivas del edificio que es la misma Iglesia, llamados a la comunión y participación en la vida y misión de todos los bautizados, a dar testimonio de la vivencia del mandamiento del amor, que es el distintivo de los cristianos, con las obras de misericordia y en la búsqueda de la justicia, de la libertad y de la verdad. * En Cristo, ungidos y llenos del Espíritu Santo para anunciar a todos los pueblos el Reinado de Dios. Esta invitación nos invita a la configuración más perfecta con Cristo, para la tarea de la Evangelización con todas sus implicaciones, para pasar “haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal, porque Dios está con nosotros (Cfr. Hch 10, 38). Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La oración de la comunidad cristiana en esta fiesta del Bautismo del Señor debe centrase en la petición de una conciencia más viva del don del bautismo y de sus efectos en nosotros, así como del compromiso de vivir completamente en Cristo. Además, es oportuno insistir en el compromiso bautismal en medio de la Iglesia, expresado en la fe, la esperanza y la caridad de todos los creyentes, como comunidad de discípulos y misioneros. No debería faltar la invitación a renovar los procesos de iniciación cristiana, tanto de los niños como de los adultos, subrayando la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos y de los catequistas en la preparación para los sacramentos. _________________ Recomendaciones prácticas: * Si las circunstancias pastorales lo permiten, hoy podría celebrarse el bautismo de algunos niños en la Eucaristía con la participación de la comunidad de fieles. * Como en la fiesta de la Epifanía, hoy es un día propicio para pedir por la Evangelización de los pueblos y por las misiones. * Comienza la primera parte del Tiempo Ordinario del 10 de enero hasta el 1°de marzo (semana Iª - VIIIª). Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa ¡Sean todos bienvenidos a este banquete de amor, en donde Cristo se hace verdadera comida y bebida para nuestra salvación! Hoy termina el tiempo de Navidad con la celebración del Bautismo del Señor. Este acontecimiento, narrado por los cuatro evangelistas, que hoy recordamos desde el relato de san Lucas, nos permite apreciar la grandeza e importancia especial de este sacramento instituido por el mismo Jesucristo en las aguas del río Jordán. Celebremos con fe y dispongámonos a renovar en esta Eucaristía nuestra identidad bautismal, de ser hijos de Dios y de vivir el mandamiento del amor. Monición a la Liturgia de la Palabra El profeta Isaías nos lleva a fijar nuestra mirada en el siervo del Señor. Por su parte, san Pedro nos recuerda que Jesucristo pasó por la tierra haciendo el bien porque Dios estaba con él; y el evangelista Lucas nos invita a presenciar, en un clima de oración y contemplación, el acontecimiento del bautismo de Jesús con la intervención del Padre, que lo proclama Hijo amado y predilecto. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos nuestras súplicas a Dios Padre, por mediación de su Hijo amado Jesucristo. Digamos con fe y esperanza: R. Dios de amor, escúchanos. Te pedimos por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, religiososy fieles laicos, para que asumiendo los compromisos del bautismo puedan ser siempre testigos de Cristo, constructores de paz y promotores de esperanza, oremos. Te pedimos por los gobernantes de las naciones, para que sus políticas y programas se orienten al bien común, y no a intereses particulares o mezquinos que atentan contra la dignidad de las personas, oremos. Te pedimos por los oprimidos y abatidos, por los enfermos y desesperados, por los que están al margen de la ley o caminan por sendas oscuras, para que se dejen tocar por Cristo y abran las puertas de su corazón al cambio de vida y a la conversión, oremos. Te pedimos por el buen fruto de todas las iniciativas pastorales de nuestra comunidad, especialmente de la catequesis con la que se preparan los padres y padrinos para el bautismo de los niños, y con aquella que se disponen los niños y adolescentes para la primera comunión y confirmación, oremos. Te pedimos por todos los que nos hemos congregado en esta celebración eucarística, para que nos dejemos encontrar por tu Hijo amado, y al igual que él podamos hacer el bien y no el mal, oremos. Oración conclusiva Acoge, Padre bueno, estas súplicas que te presentamos con fe y esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 31 Dic 2021

Epifanía del Señor

EPIFANÍA DEL SEÑOR Enero 02 de 2022 Primera lectura: Isaías 60,1-6 Salmo: 72(71), 1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11) Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6 Evangelio: Mateo 2,1-12 II. Orientaciones para la Predicación Introducción * Celebramos en la Epifanía la manifestación o revelación de la “buena noticia” de la salvación en Cristo, no sólo para el pueblo del Antiguo testamento sino para todos los pueblos de la tierra. * Como los Magos, estamos llamados a reconocer en el humilde Niño nacido en el pesebre al Mesías y Salvador, al Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos. * Esta fiesta nos pide a todos los bautizados renovar nuestra acción de gracias por la fe recibida y el compromiso evangelizador. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura del profeta Isaías se refiere a una celebración gozosa centrada en la ciudad santa de Jerusalén por tres motivos: porque sobre ella brilla la gloria del Señor que la ilumina, aunque sobre los demás pueblos haya oscuridad, porque sus hijos retornan y los pueblos caminan hacia ella, y porque vienen a ella los tesoros de los pueblos. Se trata de una figura mesiánica y escatológica que anuncia la llegada de Cristo y el gozo que trae a las naciones. En este mismo sentido, aunque citando otros pasajes de Isaías, el evangelio de San Mateo celebra el inicio del ministerio público de Jesús: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande” (4, 15-16). El salmo 71 hace parte de los llamados “reales”, pues celebra la figura y misión del rey. Destacan dos aspectos: la dimensión universal y la perdurabilidad de este reinado, así como la justicia que imparte para los más pobres y débiles. El pasaje de la carta a los Efesios nos propone el centro teológico de la fiesta de la Epifanía: “que los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa cumplida en Cristo Jesús” (3,6). Esta convicción representa el propósito esencial de la predicación de Pablo: dar a conocer a todas las naciones la buena nueva de la salvación. El texto evangélico nos relata la adoración de los Magos o Sabios de Oriente, subrayando estas manifestaciones: * La llegada desde tierras lejanas, en las que no se conocía la fe de Israel y no se esperaba al Mesías, para destacar que la salvación en Cristo se ofrece a todos los pueblos de la tierra. * El cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, que se realizan en el Niño nacido en el pesebre y al cual reconocen los Magos como Dios y como Hombre. * El rechazo de Herodes hacia el Niño y el engaño al que quiere someter a los Magos, pues considera el reinado del Mesías como atentado a su poder. Esta oposición es también cumplimiento de lo anunciado por los profetas y prefigura la pasión y muerte del Señor. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En la fiesta de la Epifanía, guiados por la Palabra, el Señor nos invita a: * La acción de gracias por el don de la fe, que ha llegado hasta nosotros como una realización de esta “manifestación” de la salvación no sólo para Israel sino para todos los pueblos. Por la fe, reconocemos a Cristo como la luz del mundo y sabemos que, con él, no caminamos en tinieblas; por él hemos sido hechos hijos e hijas de Dios; él nos convoca y nos reúne en la Iglesia, sacramento de salvación para todas las gentes. * La consagración a Cristo de nuestra vida personal y comunitaria. En efecto, la ofrenda de los Magos, profetizada en Isaías con la figura de los “tesoros que se vuelcan sobre Jerusalén” o “las riquezas de las naciones que le traen”, representa el reconocimiento del Salvador y, al mismo tiempo, la llegada de los pueblos gentiles a la fe en el Mesías, con toda su vida, su historia y su cultura. Estamos llamados a empeñarnos de tal manera en la tarea evangelizadora que de verdad se instaure el reinado de Dios entre nosotros. * La renovación de nuestra conciencia misionera y del correspondiente compromiso en el anuncio del Evangelio, pensando especialmente en los hermanos y hermanas que todavía no conocen a Cristo. Es ésta una misión que nos involucra a todos los bautizados y que podemos realizar con la oración, el apostolado y el testimonio de comunión y participación en la vida eclesial. Somos discípulos y misioneros, y todos estamos llamados a Evangelizar. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La celebración de este día nos mueve a pedir al Señor que nos dé la claridad y la fortaleza para ser auténticos discípulos y misioneros, que vivamos coherentemente la gracia bautismal. Para ello, es necesario renovar nuestro compromiso de unidad y participación en la vida de la Iglesia. Es justamente este propósito el que el Papa Francisco nos invita con la celebración de la próxima Asamblea Sinodal, para la cual ya venimos preparándonos en cada Iglesia particular. _________________ Recomendaciones prácticas: • Conviene incluir en las oraciones de los fieles algunas peticiones de los formularios para la misa por la Evangelización de los Pueblos II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos, ¡sean todos bienvenidos a esta celebración! Como pueblo de Dios celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la cual Cristo se manifiesta como luz de las naciones. Descubramos como los Reyes Magos adoran al Hijo de Dios que abre las puertas del Reino a todos los hombres y también digamos: “… venimos a adorarlo”. Comencemos nuestra celebración de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, con la disposición para acoger el amor de Dios en nuestro corazón. Monición a la Liturgia de la Palabra La gloria de Dios se manifiesta a todos los pueblos a través de su Palabra, que es viva y eficaz, e ilumina nuestro caminar, vence la oscuridad del pecado y nos acerca al Señor para ofrecerle nuestra vida y nuestros actos como ofrenda agradable ante su presencia. Que esta Palabra de esperanza prolongue en nuestros hogares la luz de la Navidad y llegue a todos los hombres de buena voluntad que quieren recibir al Mesías, luz que nace de lo alto. Oración Universal o de los Fieles Presidente: En actitud de adoración, presentemos al Padre, nuestras súplicas y digámosle suplicantes: R. Señor, ilumina nuestra vida. 1. Por la Iglesia de Dios, para que, con su predicación y testimonio, siga siendo sacramento de salvación para todos los pueblos y los siga atrayendo hacia Cristo, luz de las gentes. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que iluminados por el Salvador, promuevan el verdadero orden social y una paz estable y duradera. 3. Por los pobres, marginados, enfermos y desamparados que no tienen pan y techo, para que compartamos con ellos lo que tenemos, no lo que nos sobra. 4. Por todos los que no reconocen a Cristo como Mesías para, a través de la tarea misionera de la Iglesia, dispongan caminos de encuentro con el Señor y puedan acercarse a la fe cristiana para adorar al Señor y ofrecerle sus vidas. 5. Por nosotros reunidos en esta asamblea Eucarística para que, en actitud de adoración y movidos por la luz de Dios, caminemos hacia Cristo, plenitud de la verdad, y renovemos nuestro compromiso misionero. Oración conclusiva Señor y Padre bueno, acoge bondadoso las plegarias que tus hijos te han presentado con fe y esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Jue 30 Dic 2021

Solemnidad de Santa María Madre de Dios

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS Enero 01 de 2022 Primera lectura: Números 6,22-27 Salmo: 67(66),2-3.5.6 y 8 Segunda lectura: Gálatas 4,4-7 Evangelio: Lucas 2,16-21 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Esta solemnidad por su contexto, en muchos lugares, pasa entre cortinas del cambio de año; cada agente de pastoral o sacerdote debe colocar toda su creatividad para ayudar a posicionar esta fiesta. Darle centralidad a la celebración de Santa María Madre de Dios como elemento litúrgico de inicio de año, presentar la figura de María, pero desde su importancia de la “maternidad divina”; otro núcleo interesante es el mensaje de la jornada mundial de oración por la paz que el Papa nos ofrece; y un tercer tema puede ser la comprensión o riqueza de la bendición divina. Temas de reflexión que encuentran la iluminación a partir de lo que la fiesta, el magisterio y la Palabra de Dios nos dicen en este día. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En las Sagradas Escrituras encontramos muchas bendiciones, pero la que aparece en Números 6, 22-27, se puede catalogar como la bendición de las bendiciones en el Antiguo Testamento, se conoce como la “bendición Aarónitica o Sacerdotal”. La bendición como tal consta de cinco frases (vv. 24-26), en las cuales destaca la repetición del Tetragrama JHWH (Yahvé) por tres veces, y la expresión panim – rostro que aparece dos veces. Bendecir en español es “bien hablar”, algo así como hablar bien de; pero en hebreo el verbo es “barak” que significa “desearle bienes, felicidad”, “hacerle un obsequio”, “dar fecundidad, prosperidad, éxito”, “hacer algo o alguien destinatario de todo bien posible”. La bendición tiene como punto de origen a Yahvé, este obsequio se concretiza en “te guarde”, cuya expresión hebrea –shamar– literalmente es poner un cerco de espinas entorno para proteger; para ello haga brillar su rostro y te muestre su rostro; en medio de estas dos expresiones de rostro y al centro de las cinco frases el “te sea propicio” o “te conceda su favor” usando el verbo “Janan”, que significa “inclinarse con bondad hacia”, algo así como “se incline para concederte sus gracias”; y finalmente “te conceda la paz” – Shalom – “te conceda el completo”, es decir no te falta nada. Así la Bendición es concreta: es percibir la acción protectora de Dios que hacia fuera se muestra como cerco de espinas para proteger, pero hacia la persona que protege es rostro de luz, rostro de bondad que se inclina para dar toda gracia, toda paz, es decir que el ser protegido no sienta necesidad de nada. La bendición no es concesión de “cositas materiales”, sino de la bendición de las bendiciones: da el Rostro de Dios, y quien a Dios tiene nada le falta. A la bendición descendente de Dios, se responde con la “bendición” ascendente, es decir con la oración, la alabanza, que se hace expresión gozosa en el salmo, que sigue insistiendo en las bendiciones de Dios como fruto de su bondad hacia el ser humano. Dios se lo pasa haciendo maravillas en favor de los hombres: bendice, tiene piedad, ilumina los rostros, da a conocer sus caminos, ofrece su salvación, rige el mundo, gobierna las naciones, conduce la historia, alcanza todos los confines, ¡nada escapa a su presencia! El autor de la carta a los Efesios nos ayuda a comprender cuál es la verdadera bendición de las bendiciones. En la plenitud del tiempo “envió Dios a su Hijo”, en la condición humana de forma que se pueda contemplar su rostro; y la gracia o bondad que nos trae al inclinarse sobre quienes desea proteger, es el don de recibir “la adopción filial”, ser hijos de Dios. ¿Se podría esperar mayor bendición? Nos hizo hijos, herederos y en verdad podemos llamar a Dios: ¡Abba, Padre! Esta es la bendición, todo fruto de la voluntad de Dios y no merito o adquisiciones del hombre, todo es don, regalo, bondad, en una palabra: la bendición. El acontecimiento que se ha reflexionado teológicamente en la segunda lectura, nos es presentado en forma narrativa, visual en la descripción del Evangelio. Una pequeña aldea, Belén, la “casa del pan”; unos pastores que han recibido el anuncio de una gran alegría, una señal por comprobar: “encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en una pesebrera” (Lc 2,12). Ellos corren, encuentran, contemplan el “Rostro” en el centro de una familia: María, José y el Niño acostado en la canoa del alimento de los animales. Encuentro que resuena en explosiones de sentimientos: admiración, alegría, meditación, gloria, alabanza, misterio escondido en un Niño a quien le pusieron por nombre Jesús, que significa. “él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1,21). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Cuando el ritmo del año va encontrando su agonía, el hombre corre y se afana por buscar unas bendiciones para el “nuevo año”, dese algo diferente, etc. En los saludos de “año nuevo” resurgen los buenos deseos, las mejores bendiciones para aquellos que amamos. Pero detengámonos un momento en medio del frenesí y preguntémonos de verdad ¿qué bendición andamos buscando? “La bendición de las bendiciones”, en la totalidad de lo que en ella se expresa según las palabras de la bendición Aarónitica, es recibir la bendición suprema de Dios que se hizo luz en la plenitud de los tiempos, es acoger no bienes materiales, ni viajes, ni siquiera bienestar familiar o corporal; ¡No! eso son bienes efímeros. La Bendición, por encima de todas las bendiciones que quieras enumerar, es conocer el Rostro de Dios, el príncipe de la paz, en quien nada nos hace falta: Jesús de Nazaret; que se nos ofrece como alimento puesto a nuestro alcance, nace en la casa del pan, en Belén y se nos ofrece ya listo para la cena, en la canoa del alimento. Si crees que puedes encontrar mejor bendición es no haber comprendido el amor de Dios. Nada ni nadie está por encima de su Hijo Jesús, Él es la mejor bendición. Él es el “Emmanuel” – el Dios con nosotros; y este Dios con nosotros se nos ofrece como fruto de las entrañas virginales de una mujer, como lo llama Isabel, quien llena del Espíritu Santo exclamó: “bendito el fruto de tu seno”, y agregó, “¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? (Lc 1, 42-43). La llama madre de mi Señor, lo que equivale a decir en otras palabras: “Madre de Dios”. Esta es la solemnidad que hoy celebramos al inicio del año, en su primer día, celebrar que la mejor bendición es Dios con nosotros y que para que esa bendición fuera posible eligió a María como Madre del Emmanuel, madre del Dios con nosotros. La importancia de María radica en que ella estuvo totalmente dedicada a Dios, en su entrega total y absoluta a su Señor. Ella es la madre virginal, fiel, que acoge la bendición de Dios, ella es carne humana que escucha y acoge la palabra como tierra buena que da fruto abundante; ella es la figura de cada mujer en los diseños misteriosos de Dios, ella es la hermosa creatura salida de las manos de Dios para ser madre de su Bendición, ser ella portadora de la única y mejor bendición para la humanidad, ella nos ofrece el “sol que nace de lo alto”: Jesús su Hijo, el Hijo de Dios; sin el sí de esta esposa y madre no habría acontecido la plenitud de la bendición, con razón su Hijo en la cruz la quiso también como madre no so de él, Madre de Dios, sino madre de cada uno de sus discípulos amados, madre de la Iglesia. En Jesús nos llega la bendición de la paz, que no es ausencia de conflictos o dificultades, lo cual sería una vana ilusión; la paz cristiana es la certeza que quien a Jesús acoge, en él no necesita nada más. No que lo tenga todo de sobra, sino sencillamente basta Jesús, sobra lo demás. Como dice san Pablo: “todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo” (Fil 3,8); o lo expresará años más tarde, santa Teresa de Ávila: “Nada te turbe, nada te espante: solo Dios basta”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este inicio de año debemos motivar a los creyentes para que, en medio del licor, comidas, fiestas, no se olviden del Señor y encuentren un espacio para el encuentro con quien es la mejor bendición. Ojalá los sacerdotes con creatividad y respetando los espacios de encuentro familiar, no cierren durante todo el día los templos, sino que en algún momento oportuno de la jornada se invite a la comunidad a celebrar esta gran Solemnidad; les ayudemos a comprender que es aquí donde se recibe la mejor bendición. Motivemos parra que, en familia como inicio de año, tengan un altar familiar ofrecido a la madre de Dios (una mesa, una imagen de la virgen, unas flores y una luz) y que como entrega y consagración en familia en este día se ofrezca una oración, el rezo del Rosario como cerco protector. _________________ Recomendaciones prácticas: • Jornada Mundial de Oración por la Paz. Si bien en este día no está permitido celebrar otra Misa, aun la exequial, a juicio del Ordinario del lugar se puede celebrar la Misa por la Paz. • Se difunda el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a recibir la mejor bendición, a Jesús en persona. Los invito a guardar un momento de silencio para acoger a Dios y agradecer el misterio de la Madre de Dios. (se guarda un momento de silencio). Ahora con la certeza que esta es la mejor forma de dar inicio a este nuevo año participemos con fervor. Monición a la Liturgia de la Palabra Hermanos, Dios nos sorprende con su cercanía y bendición. Escuchemos cuánto bien nos desea, y todo lo que él en su amor ha hecho para que gocemos de la mejor bendición, esta es la manera concreta de desearnos un año lleno de rostro y amor. Escuchemos. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Glorifiquemos al Padre que ha enviado a Cristo, su Bendición, nacido de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y ante nuestras suplicas digámosle: R. Padre, derrama en nosotros tu bendición. 1. Por el ejercicio de la autoridad y la participación en el Pueblo de Dios. Para que las raíces Sinodales de la Iglesia fructifiquen en nuevos modos de estar al servicio de los demás en todos los niveles del Cuerpo de Cristo. 2. Padre, el mundo sumido en el interés de lo material y queriendo ser dueño de su propia verdad ha perdido los caminos de la paz y la verdadera prosperidad; has que los pueblos busquen y encuentren a Cristo el Salvador. 3. Padre, al iniciar este nuevo año, queremos colocar nuestras vidas y la vida de cada uno de nuestros seres queridos bajo tu mirada; suplicamos para todos, la gracia de tu bendición, ella nos basta y es suficiente para nuestra felicidad. 4. Padre, en el mundo hay mucha miseria e infelicidad, te pedimos por quienes sufren, para que iluminados por el evangelio y ayudados por la caridad de los hermanos encuentren esperanza en medio de la oscuridad. 5. Padre, que has querido que tu Hijo Jesús naciera de las entrañas virginales de María y nos la das como Madre y compañera de camino, has que sepas acoger su misteriosa compañía que nos disponga a las verdaderas alegrías del Reino. Oración conclusiva Padre bueno, que nos has permito celebrar esta solemnidad acoge las suplicas que, confiados en tu bondad, con libertad de hijos te hemos entregado en esta oración, por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Vie 24 Dic 2021

Los padres de Jesús lo encontraron en medio de los maestros

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Diciembre 26 de 2021 Primera lectura: Eclesiástico 3, 2-6.12-14 Salmo: 128(127), 1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83], 5a) Segunda lectura: Colosenses 3, 12-21 Evangelio: Lucas 2, 41-52 I. Orientaciones para la Predicación Introducción * Las virtudes domésticas de la familia de Nazaret modelo para todas las familias cristinas. * Dios quiso compartir la vida de una familia, pobre, trabajadora y perseguida. * La Iglesia nos invita a valorar la familia, cuna de la vida, de la ternura y el servicio. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro del Eclesiástico 3, 2-6.12-14, llamado también Sirácida porque fue escrito por Jesús hijo de Sira, es uno de los últimos libros de la literatura sapiencial del Antiguo Testamento. La perícopa que leemos hoy, narra algunos aspectos de las relaciones entre los padres y los hijos y las bondadosas consecuencias para quienes honran a sus padres, entre otras: expían sus pecados, cuando rezan serán escuchados por Dios y tendrán larga vida. Igualmente, exhorta a los que somos hijos a ser constantes en honrar a los padres, a no abandonarlos, a comprenderlos en su vejez y en sus limitaciones. El salmo 128 (127) dibuja el cuadro ideal de la familia bendecida, con descendencia, los hijos en torno a la mesa, gozando todos del amor y la misericordia del Señor, fruto del que “teme al Señor y sigue sus caminos”. El apóstol Pablo, en su carta a la comunidad de Colosas (Col. 3,12-21) les presenta el ideal de un proyecto de vida comunitaria, “Vístanse de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión”, actitudes que deben estar acompañadas por una gran capacidad de amor y perdón. La mejor imagen para comprender esta enseñanza del apóstol, es la vida comunitaria de la familia, el texto define y orienta cómo deben ser las relaciones entre los esposos, entre los padres y los hijos, haciendo que la paz de Cristo actúe de árbitro en los corazones, permaneciendo en acción de gracias, sustentando la vida común con el amor mutuo, la riqueza de la Palabra y orando con salmos, himnos y canticos inspirados. San Lucas (2,41-52) nos trae la escena en la que Jesús, a la edad de doce años, va con sus padres al templo de Jerusalén, los padres pierden el cuidado de su hijo, el niño se pierde, se queda hablando con los doctores de la ley, mientras José y María están de regreso a Nazaret, esto provoca la angustiosa búsqueda del niño que al encontrarlo suscita un reclamo justo de José y de María, la respuesta del niño desconcierta, no se puede comprender con facilidad “¿por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”. Esta Escena de la infancia de Jesús deja entrever la misión que Él tiene, el Señor ha venido a revelarnos al Padre. Mientras llega el momento de iniciar su vida pública, san Lucas nos recuerda que el niño regresó con sus padres a Nazaret, “allí Él iba creciendo en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y los hombres” y “María conservaba estos signos en su corazón”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Recordar hoy a la Sagrada Familia y escuchar el rico mensaje de la Palabra de Dios, llena el corazón de sentimientos gratos, de recuerdos bondadosos de mi familia y de tantos hogares que, a lo largo del ejercicio del ministerio Dios me ha permitido conocer; son tantas las historias buenas que podríamos contar, de cómo Dios se hace presente en las historias de nuestras familias a través de los valores del Evangelio como son: el amor, la comprensión, el diálogo, la misericordia y el perdón. Pero con realismo y un profundo respeto a la vida de las familias, tengo que reconocer que también muchos hogares sufren con amargura, desengaños, infidelidades, separaciones traumáticas, violencia, entre muchos otros flagelos, contrarios al profundo ejemplo de la Sagrada Familia y los valores del Evangelio. La Sagrada Familia se presenta hoy como un modelo digno de ser imitado y amado por todos nosotros, las virtudes de José, el amor de María y la obediencia del Hijo que crecía bajo el amparo y las enseñanzas de su hogar, deberían ser copiadas por todas las familias. Si las familias en crisis se dieran la oportunidad de vivir estos valores, la acogida, la comunión, la fe en el Señor, la fortaleza en medio de las dificultades y la aceptación de la voluntad de Dios, nuestras sociedades serían más maduras y puestas a la tarea de un mundo mejor. La liturgia de la Palabra de este día nos presenta un programa válido para todos, el mundo sería distinto si le diéramos la justa importancia a la familia y al papel formativo que ella realiza, nos iría mucho mejor si los padres cumplen bien su vocación, no solo de engendrar hijos, sino de educarlos para el bien, para el amor, la justicia y el respeto a los demás y si los que somos hijos, cuidamos bien y amorosamente de nuestros padres, llevaríamos a plenitud lo que nos dice hoy san Pablo, todos vestiríamos el uniforme de la misericordia, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, el amor y la capacidad de perdón. El cuarto mandamiento de la ley de Dios “honrar a padre y madre” evoca a nuestra memoria el deber que tenemos como hijos, de modo especial cuando nuestros padres se hacen mayores, tanto en la enfermedad, como en la soledad no los podemos abandonar. El hijo que actúa con bondad y misericordia con sus padres, recibirá la bendición de Dios, esta es la recompensa, del que con fidelidad, alegría y amor venera a sus padres. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El programa dibujado por Dios sobre la vida familiar no es fácil llevarlo a la práctica, tiene grandes exigencias, este no sería viable, si no es por la fuerza y la gracia que Dios mismo da a las personas para que se comprometan de corazón en la edificación de familias virtuosas, personas de fe, familias orantes, que saben perdonarse y convivir, que se saben amadas por Dios e invitadas a vivir en la perfección de los hijos de Dios. Para que la familia cumpla bien su designio en el mundo, se requiere de la fe, puesto que la familia experimenta un amor tan especial, que solo encuentra su fuente en el amor de Dios, expresado tan bellamente en el amor de la Familia de Nazaret. A pesar de nuestras fragilidades y limitaciones humanas, Dios sabe que todos poseemos la capacidad de amar, de perdonar, de vivir con fidelidad su llamado a servir en la educación de los hijos, en la construcción de un mundo donde brillen los valores del respeto, de la solidaridad y la fraternidad, esto se logra solo en la medida que la familia sea capaz de inculcar esos valores en cada integrante del hogar. Por eso nuestras oraciones en la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, para elevar nuestras suplicas al cielo y pedir a la familia de Nazaret que nos ilumine y nos conceda siempre su valiosa asistencia en la búsqueda permanente de las virtudes domesticas que adornan a las familias cristianas. Por esta razón no podemos descuidar la acción de gracias que es la Eucaristía, ni la Palabra de Dios y con estas dos mesas que se nos sirven cada domingo, llegar a momentos de oración sentidos, profundos y cada vez más frecuentes en nuestras comunidades y de modo especial en nuestros hogares. Con la ayuda de Dios e iluminados siempre con su amor misericordioso, seremos capaces de superar infidelidades, violencias, mal trato, etc. A través de la vivencia de la Eucaristía y de la escucha de la Palabra, la familia será capaz de crecer en la convivencia humana y cristiana. Hoy la familia de Nazaret va al templo para orar y ofrecer culto a Dios, toda la familia está abierta al encuentro con Él, ¿cómo no permitirnos que esta imagen impregne nuestras propias familias de la necesidad que todos tenemos de Dios, de su gracia y fortaleza, para que de los hogares cristianos surjan las vocaciones que la Iglesia necesita? ________________________ Recomendaciones prácticas: • Promover la bendición de la familia. Para esto, el Bendicional ofrece varios formularios. Ver los números 44-135. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, reunidos como pueblo de Dios, dispongamos nuestro corazón para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. Luego de haber conmemorado solemnemente el nacimiento del Señor, hoy, la Iglesia nos invita a fijar la mirada en la familia de Nazaret. San Pablo VI considera que, Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. Colocamos aquí junto al altar a todas las familias de nuestra comunidad, los hogares que con amor ponen en práctica las virtudes domesticas de la familia de Nazaret y de modo especial aquellos hogares donde hay dificultades y diversos males, para que Dios les bendiga con el don de la paz y el amor. Participemos todos con alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios de este domingo, nos habla de las virtudes domésticas que los hogares deben asumir en el camino del seguimiento de Jesús, el libro del Eclesiástico, al igual que el salmo nos presentan el modo de relacionarse de las familias, valores en los que el Señor Jesús se educó, creció y maduró. Escuchemos con atención el mensaje de hoy. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con toda la Iglesia presentemos al Padre, por mediación de Jesucristo, el Señor, nuestras familias. Él que quiso compartir la vida de un hogar humano. A cada intención nos unimos diciendo: R. Señor, bendice nuestros hogares. 1. Por la Iglesia, para que su presencia en el mundo impregne a todas las familias y personas de buena voluntad de las virtudes domésticas de la familia de Nazaret. Oremos. 2. Por los gobernantes y personas que tienen autoridad en el mundo, para que sus decisiones siempre estén a favor de la familia y del respeto a la vida humana. Oremos. 3. Por el don de la palabra, para que en este camino del Sínodo nos animemos a hablar con valentía y parresia, integrando la libertad, la verdad y el amor. 4. Por las familias que sufren a causa de las dificultades económicas, la enfermedad o la falta de entendimiento, para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía. Oremos. 5. Por todos nosotros, para que aprendamos a vivir como una sola familia, nos esforcemos por vivir en paz y armonía con los miembros de nuestra comunidad, superando con caridad fraterna nuestras diferencias. Oremos Oración conclusiva Padre bueno, que has querido que tu Hijo, engendrado antes de todos los siglos, fuera miembro de una familia humana, acoge estas súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.