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“Quiero ponerme como obispo al servicio de esta tarea con humildad y sencillez”
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Este fue el mensaje contundente que expresó el nuevo obispo castrense, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, durante su homilía en la celebración eucarística de posesión canónica realizada el pasado 30 de enero, en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, en Bogotá.
Al dirigirse a los miembros de las fuerzas militares y de policía, así como a representantes de todas las instituciones del Ministerio de Defensa, les aseguró que desde el obispado castrense pueden sentirse “arropados, cuidados, apoyados y estimulados en los momentos de dificultad o tristeza que puedan estar pasando”.
“Quisiera que hoy nos centráramos en Jesucristo. La acción, la tarea, el servicio del obispado castrense, ese es nuestro principio y fin, anunciar a Jesucristo. Es hacer que cada uno de los miembros de las fuerzas militares ponga su mirada en Jesús. ¡Desde hoy los llamo queridos hijos! (…) Las fuerzas militares y de policía de Colombia no deben tener miedo, porque tienen la certeza de la fe y la certeza de los altos ideales y de las altas tareas a las que están llamados, las más altas tareas en medio de una comunidad constituida como lo es la patria”, agregó.
El prelado aseguró que es importante que en el ámbito militar y de policía se viva una experiencia de Dios y de pertenencia a la Iglesia, esto da la seguridad de construir sobre grandes valores. “Allí tienen que vivirse los valores espirituales con una profunda vivencia de Dios. Allí donde están nuestros soldados, oficiales, suboficiales y personal militar y también el personal civil qué sirve al Ministerio de Defensa y a los que han prestado su obra a estas grandes instituciones, encontrarán la presencia de la Iglesia en los párrocos y capellanes, que transmiten y contribuyen a que la vida militar sea un proyecto de vida, animado por altos valores espirituales y humanos”.
Monseñor Ochoa Cadavid resaltó seis líneas que considera marcarán el caminar pastoral de servicio en el obispado castrense.
Primero: Estado de misión permanente.
Observó que el anunciar a Jesucristo será una misión que continuará la Iglesia diocesana del obispado castrense. “Esto no cambia, tenemos que anunciar a Jesucristo, tenemos que hacer que los soldados de tierra, mar, aire y agua y los miembros de la Policía Nacional, vivan a Jesucristo celebrando los sacramentos, orando, encontrando la certeza de la presencia de Dios”.
Segundo: Al servicio del sufrimiento.
Al afirmar que el sacrificio de las fuerzas armadas y de policía, en ocasiones, es incomprendido y atacado en su oficio, también destacó que la absoluta mayoría de sus miembros están ofreciendo su servicio para cuidar y ayudar a los colombianos.
Tercero: Solidaridad y caridad cristiana.
Al resaltar la labor de tantos héroes de la patria, que en cumplimiento de su deber han quedado inválidos o con secuelas psicológicas, advirtió que es importante ayudar desde el obispado a estos hombres y mujeres que quizás necesitan de una palabra de aliento.
Cuarto: Cuidado de las familias.
También puso de presente a los familiares de militares y policías. “Es urgente hoy trabajar en las fuerzas armadas y de policía en favor de las familias de oficiales, suboficiales, soldados, policías, para que brille la luz de Cristo en cada hogar, para que brille una gran riqueza espiritual y humana”.
Quinto: Trabajar en la construcción de una Colombia digna, justa, respetuosa de la persona humana.
Frente a este aspecto, el prelado trajo a la memoria algunas palabras del Papa Francisco durante su última visita a Colombia y dijo que en este camino hacia la paz “es necesario evangelizar, es necesario tener opciones éticas y es necesario reencontrarse en la dignidad humana”.
Sexto: “Tenemos que defender a la persona humana”.
“La Iglesia, en su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien común; es consciente que los principios evangélicos constituyen una dimensión significativa del tejido social colombiano y, por eso, puede aportar mucho al crecimiento del país”, a este respecto el prelado dijo que se trabajará para fortalecer la santidad y la práctica religiosa dentro de los estamentos militares y de policía.
Al acto de posesión canónica le acompañaron el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor; el obispo castrense saliente, monseñor Fabio Suescún Mutis; monseñor Víctor Manuel López, primer obispo castrense de Colombia, y el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio; los obispos auxiliares de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí Herrera y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla; y monseñor Timoteo Archimandrita, máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Griega en Colombia. Igualmente hizo presencia una pequeña delegación de la Diócesis de Cúcuta.
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La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
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Mié 12 Jun 2024
Obispos de Nariño y Cauca convocaron a líderes sociales y entes territoriales para generar propuestas de transformación en torno a los cultivos ilícitos
Por tercera vez, el pasado 5 de junio, las seis jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Popayán convocaron el foro sobre "Cultivos de Uso Ilícito y Economías Ilegales". Un evento que buscó propiciar reflexiones y aportes en torno a problemáticas relacionadas con estos cultivos en el suroccidente colombiano. En esta oportunidad, se llevó a cabo en la Diócesis de Pasto.De manera especial, al foro fueron convocados líderes comunitarios, representantes de organizaciones de la sociedad civil y agentes pastorales, de los departamentos de Nariño y Cauca. Estuvieron acogidos por monseñor Juan Carlos Cárdenas, obispo de Pasto, monseñor José Saúl Grisales Grisales, obispo de Ipiales, monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de Tumaco, y el padre Arnulfo Moreno Quiñonez, pro-vicario de Guapi. Estuvo presente también el gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar Jaramillo; así como diversos funcionarios y académicos locales.El arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Omar Alberto Sánchez, junto a los obispos de Tumaco, Pasto, Ipiales, Guapi y Tierradentro, convocaron el primero de estos foros en junio de 2022. Desde esta primera versión, desarrollada en la Arquidiócesis de Popayán, lo concibieron como un espacio de reflexión, acción y articulación regional para seguir consolidando una pastoral para la reconciliación y la paz, capaz de responder a los desafíos y necesidades actuales de los territorios. Al respecto, monseñor Orlando Olave enfatizó que allí no se buscan culpables, sino soluciones, desde un enfoque de transformador en el que se contribuya a la identificación de nuevas alternativas y economías para el sustento y desarrollo de las comunidades."Nuestra misión es acompañar a nuestras comunidades en su lucha por una vida digna. Debemos trabajar juntos, desde todas las esferas, para erradicar las causas que llevan a nuestros hermanos a recurrir a las economías ilegales", expresó al respecto monseñor José Saúl Grisales.Jully Jazmín Caicedo, beneficiaria Pastoral Indígena, resaltó la importancia de estos eventos en los que se buscan alternativas para cambiar las dinámicas ilícitas que se viven en los territorios, en función de la construcción de paz.“Somos víctimas de la presencia de estos cultivos que, de alguna manera, han afectando toda nuestra cultura, todo nuestro buen vivir. Los indígenas históricamente hemos sido protectores del territorio y, al no haber alternativas para poder solventar nuestras necesidades, hemos estado obligados a cultivar la coca”, comento la lideresa indígena.Durante su intervención en el foro, el Gobernador de Nariño destacó los diálogos regionales para la paz que han venido desarrollando recientemente en el departamento, como una oportunidad para trazar el camino de transición de las economías ilegales a economías lícitas. Especialmente, ante el crecimiento de estos cultivos en los últimos años, ligado a otros problemas aún más graves en términos humanitarios, como el reclutamiento de niños y jóvenes por parte de grupos armados.Durante el conversatorio de líderes y representantes comunitarios, se abordaron estrategias para enfrentar los desafíos relacionados con los cultivos ilícitos y las economías ilegales. Allí, se destacó la necesidad de fortalecer el desarrollo comunitario y apoyar el emprendimiento local para brindar alternativas sostenibles en los territorios; se enfatizó en la importancia de la participación activa de la comunidad en la creación e implementación de políticas públicas que favorezcan dicho desarrollo. Además, se discutió sobre la necesidad de contar con programas educativos y de capacitación para empoderar a la población, especialmente a los jóvenes, y alejarlos de estos contextos.En el foro también se abordaron reflexiones pastorales en torno a la problemática. Allí, los obispos y directores de pastoral social de la provincia hicieron énfasis en tres dimensiones: compromiso pastoral, justicia social, y solidaridad.“Los obispos reafirmaron su compromiso con la promoción de la paz y el desarrollo integral en sus diócesis. Subrayaron la necesidad de una presencia activa de la Iglesia en los territorios afectados por las economías ilegales. Destacaron la importancia de trabajar por la justicia social, abordando las causas estructurales de la pobreza y la exclusión que alimentan las economías ilícitas. Llamaron a la solidaridad entre las comunidades y a fortalecer los lazos de apoyo mutuo para enfrentar los desafíos comunes”, así lo indicó la oficina diocesana de comunicaciones de Tumaco.El evento concluyó con un llamado a la acción coordinada entre el gobierno, la Iglesia, las organizaciones comunitarias y la sociedad civil para atender de manera conjunta esta realidad. Las reflexiones propuestas en los diferentes espacios proporcionarán ahora una hoja de ruta desde la cual se pueda seguir avanzando en la búsqueda de una paz regional, que priorice el desarrollo sostenible.Vea a continuación el informe elaborado por la Oficina de Comunicaciones de la Diócesis de Tumaco:
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Jue 6 Jun 2024
La Arquidiócesis de Cartagena será anfitriona de la fiesta de fe y esperanza animada por el Encuentro Nacional Carismático 2024
Luego de 10 años de haber sido sede por primera vez, Cartagena acogerá nuevamente el Encuentro Nacional Carismático (ENCAR). Del 29 de junio al 1 de julio la capital de Bolívar recibirá en este evento a cerca de 1.800 personas provenientes de 40 jurisdicciones eclesiásticas del país.En esta oportunidad, el ENCAR, organizado por la Renovación Carismática Católica y la Arquidiócesis de Cartagena, se desarrollará bajo el lema “Adoradores en Espíritu y en verdad”, tomado de Juan 4, 24.Este evento católico promete ser toda una fiesta de fe y esperanza. Según los objetivos de evangelización de la Renovación Católica CARISMÁTICA, busca promover la cultura de pentecostés y extender la llama de la evangelización, para que las comunidades carismáticas y la Iglesia en general experimentar el encuentro personal con Jesucristo vivo.El evento, que se desarrollará en la Villa Olímpica, cuenta con el apoyo de la Corporación de Turismo de Cartagena de Indias (Corpoturismo) y contribuirá a seguir posicionando a la ciudad como destino turístico religioso, perfecto para peregrinar al encuentro de la fe y del patrimonio sacro que posee.El ENCAR 2024 se proyecta también como un encuentro de preparación al Jubileo Ordinario de la Iglesia Católica convocado por el papa Francisco y a la celebración de las Bodas de Oro de la Renovación Carismática Católica de Cartagena, en el 2025.“Damos una bienvenida muy especial al ENCAR 2024. Cartagena es la sede y la casa del Encuentro Nacional Carismático, el décimo, el primero tuvo lugar aquí. Por lo tanto, invitados todos, especialmente, a ser acogedores y hospitalarios. Invito muy especialmente a todas las familias que quieran vincularse para la acogida de alrededor de 1.800 participantes a este gran congreso y encuentro nacional. Requerimos el apoyo, la solidaridad y la caridad de todos. Gracias a quienes nos apoyan con su bienvenida y con su hospitalidad (…) Es una gracia, una bendición para nuestra Iglesia y nuestra ciudad. Ánimo y estamos listos para recibir con alegría a todos los participantes”, expresó monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena.Desde el 2014, el Encuentro Nacional Carismático se ha realizado, cada año, en diferentes ciudades:2014 - Cartagena2015 - Cali2016 - Medellín2017 - Montería2018 - Ibagué2019 - Valledupar2020 - Roldanillo (virtual por pandemia)2021 - Bogotá (virtual por pandemia)2022 - Pasto2023 - BugaPara obtener mayor información sobre el evento, los organizadores han habilitado las siguientes líneas de contacto: (605) 6514565 - 3176422477
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Mar 4 Jun 2024
Iglesia rechaza el asesinato del padre Ramón Arturo Montejo Peinado de la Diócesis de Ocaña
A través de un comunicado, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona y administrador apostólico de la Diócesis de Ocaña, expresó su dolor y rechazo categórico frente al asesinato del padre Ramón Arturo Montejo Peinado, a quien le arrebataron su vida al medio día de este martes 4 de junio, al parecer, por robarle su vehículo. El hecho ha causado profunda consternación en esa comunidad del departamento de Norte de Santander y luto en la Iglesia colombiana.De acuerdo a la información entregada por las autoridades, dos hombres que pretendían robarle su vehículo, le propinaron heridas con arma blanca en la espalda. En un intento del sacerdote por oponerse al hurto, lo arrollaron y emprendieron la huida en este mismo carro. Posteriormente el vehículo fue hallado en el sector conocido como San Fermín, luego se produjo la captura de uno de los responsables.“Condenamos profundamente que la violencia irracional haya cobrado la vida de un sacerdote que dedicó su vida a difundir el mensaje de la paz y amor de Jesucristo. Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no solo atenta contra la vida de un ser humano, sino también contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad”, así lo dio a conocer monseñor Ossa.En el mensaje, el arzobispo pide también a las autoridades investigar a fondo el crimen de del sacerdote nacido en el municipio de Teorama, quien se venía desempeñando como párroco en San José de Buenavista y delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz. Rol desde el cual participó, en nombre de la Iglesia, en varias liberaciones de secuestrados en la región del Catatumbo. A estas expresiones de tristeza y rechazo ante el hecho; así como de unión con sus familiares y con los fieles, se han sumado los demás obispos del país mediante diversas publicaciones realizadas a través de sus diócesis. Manifiestan también allí su esperanza en la Resurrección y la vida eterna, confiando en que el padre Ramón Arturo se encuentra ahora en la presencia del Señor.
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Mar 4 Jun 2024
Ante el recrudecimiento de la violencia, la Arquidiócesis de Cali renovó su consagración a Jesús Eucaristía, invocando el don de la paz y la reconciliación
El pasado domingo, 02 de junio, durante la Solemnidad del Corpus Christi, tal y como lo había anunciado el 21 de mayo a través de un comunicado de rechazo y preocupación ante el recrudecimiento de la violencia en el Valle del Cauca, la Arquidiócesis de Cali renovó su consagración a Jesús Eucaristía. A través de ella, invocó el don de la paz, la reconciliación y el perdón para su teritorio y para el resto del país.El acto celebrativo se enmarcó en una procesión que recorrió las calles del tradicional barrio Eucarístico de la ciudad de Cali y en una Solemne Eucaristía presidida por monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de esta jurisdicción eclesiástica. Celebración que se llevó a cabo en la parroquia El Santísimo Sacramento, conocida como “El Templete”, la misma donde hace un poco más de 75 años, en enero de 1949, se llevó a cabo el Congreso Eucarístico Bolivariano, en el que se realizó la consagración por primera vez.Durante su homilía, monseñor Luis Fernando recordó que los efectos de la Eucaristía en los fieles, se tienen que reflejar en su cotidianidad y en la manera de asumir circunstancias tan complejas como las que produce la violencia que hoy se vive en este y en otros territorios del país:“Para el católico que comulga, sus comportamientos deben ser según los sentimientos de Jesús, que se hizo manso y humilde de corazón, pero la vez, valiente en el cumplimiento de la voluntad del Padre que lo había enviado. Jesús pasó haciendo el bien. Quien comulga tiene que hacer lo mismo que Jesús, hacer el bien, siempre. Hoy, cuando la violencia, la muerte, las iniquidades y el dolor nos quieren arrancar la esperanza, tenemos que mirar con profunda fe a Jesús sacramentado, alimentarnos de él, y llenarnos de su fuerza y de su amor”.El prelado recordó también que hace 75 años, cuando los ojos de todo el mundo católico estaban puestos en Cali y en Colombia por la celebración del congreso eucarístico, las realidades eran otras: “Cali apenas estaba emergiendo como pueblo que crecía, creía, y expresaba, como se pudo ver en el Congreso, la energía cargada de esperanza y de fe que acompañaba a los caleños, colombianos y todos lo que de los países bolivarianos se hicieron presentes en el Congreso”.El arzobispo agregó que hay quienes afirman que la denominación a la capital del Valle del Cauca como “sucursal del cielo” tiene sus orígenes en este encuentro y que, por esto, más allá de los desafíos sociales que se tienen, así debe seguirse construyendo de la mano de Jesús Eucaristía, a quien, desde entonces, invocan, alaban y bendicen los caleños.“Y no se equivocan quienes lo afirman. Cali ha sido, es y será, la sucursal cielo, lugar de la acción de la misericordia divina, espacio en el cual, y a través del cual, estamos llamados a transformar el mundo, en el nombre del Señor, y hacer de nuestra ciudad, una ciudad realmente eucarística, donde quepamos todos, donde reine la paz”.Un contundente llamado desde Jamundí, uno de los municipios más afectadosUn día atrás, el prelado había estado en Jamundí, acompañando al clero y a la comunidad durante una movilización a través de la cual pidieron a los actores armados, especialmente al frente Jaime Martínez de las disidencias de alias 'Iván Mordisco', el cese de los actos violentos en este municipio del suroccidente colombiano."Los llamamos a que tengan un corazón de carne, es decir, que sientan el dolor que le producen al otro como propio. Y reconozcan que si quieren alcanzar los propósitos que dicen tener, partan del diálogo, partan del respeto del otro, y seguramente caminando juntos vamos a alcanzar la solución que tanto esperamos, desarmen sus corazones", así lo expresó monseñor Luis Fernando.A continuación, vea la transmisión de la Eucaristía: