SISTEMA INFORMATIVO
Líderes religiosos de Colombia renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral
Tags: abu dabi V Aniversario de la Declaración de Abu Dabi diálogo interreligioso en Colombia conferencia episcopal de colombia pontificia universidad javeriana líderes religiosos en Colombia monseñor Paolo Rudelli nuncio apostólico en colombia
![Conmemoración Abu Dabi](/sites/default/files/styles/large/public/2024-02/19-iglesia-catolica-colombiana-lidero-encuentro-interreligioso-conmemorar-abu-dabi.jpg?itok=RohO4irK)
En el contexto de la V Jornada Internacional de la Fraternidad Humana y convocados por la Iglesia Católica a través de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia y la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), varios líderes religiosos del país renovaron su compromiso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral.
Una jornada en la que se conmemoró, de manera especial, la firma del documento sobre la “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” por parte del papa Francisco y del Gran Imán Al-Tayyeb. Hecho producido el 4 de febrero de 2019, en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
El acto conmemorativo de los cinco años de la firma de este texto, conocido como la Declaración de Abu Dabi, se desarrolló el pasado 7 de febrero en la Universidad Javeriana en Bogotá. Evento que contó con una nutrida asistencia, tanto a nivel presencial, como virtual.
En el espacio intervinieron el Nuncio Apostólico del papa Francisco en Colombia y decano del Cuerpo Diplomático, monseñor Paolo Rudelli; el Gran Rabino Alfredo Goldschmidt, representante de la comunidad judía; el Sheikh Ahmad Tayel, en nombre de la comunidad musulmana; y la doctora Loida Sardinas, reverenda de la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana. Las cuatro ponencias centrales estuvieron precedidas por los saludos protocolarios del presidente de la Comisión Episcopal PUD, monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, y el rector de la Universidad Javeriana, padre Luis Fernando Múnera, S.J.
Monseñor Fadi Abou Chebel, O.M.M., el exarca apostólico del rito oriental maronita en Colombia, también estuvo presente en el espacio. Además, el padre Raúl Ortiz Toro, director director de los departamentos de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), encargado de la organización.
El llamado a la acción de la Declaración de Abu Dabi
Al iniciar el evento, el padre Luis Fernando Múnera Congote, S.J., se refirió a la importancia de recordar que el documento de la declaración de Abu Dabi fue concebido como una guía para conducir a las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa Gracia Divina que hace hermanos a todos los seres humanos.
“Sin embargo, en estos últimos cinco años hemos visto con tristeza como sigue la guerra y la violencia en muchos lugares del mundo, algunos de los que nos llegan noticias, porque de muchos ni siquiera tenemos noticia, son Ucrania y más reciente, la guerra que enfrenta a los pueblos de Israel y Palestina, y también la violencia en nuestra América Latina”, expresó el padre Múnera.
Por razones como estas, de acuerdo con el rector de la PUJ, la búsqueda de la fraternidad, la paz y la convivencia continúa siendo una urgencia de nuestro tiempo, en la que hombres y mujeres religiosos deben estar aún más comprometidos, desde la vida compartida y la espiritualidad.
Al mismo tiempo, se refirió al contenido específico de la declaración. Allí subrayó dos súplicas centrales que hicieron el papa Francisco y el Gran Imán a través de ella: intervenir y redescubrir. La primera, dirigida a ellos mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial.
“Intervenir para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente”.
La segunda petición dirigida a los intelectuales, a los filósofos, a los hombres de religión, a los artistas, a los trabajadores de los medios de comunicación, a los hombres y mujeres de cultura de cada parte del mundo. Grupo en el que subrayó que se encuentran cada uno de los presentes en este espacio.
“Redescubrir los valores de la paz, de la justicia, del bien, de la belleza, de la fraternidad humana y de la convivencia común. Con vistas a confirmar la importancia de tales valores como ancla de salvación para todos y buscar difundirlos en todas partes”.
El padre Luis Fernando afirmó también que el contenido de este documento, nacido de un encuentro lleno de esperanza en un futuro luminoso para todos los seres humanos, debe trascender la simple mirada del texto e inspirar a la acción para lograr frutos transformadores con el mensaje. De acuerdo con el padre rector, es fundamental que tenga consecuencias y que no se quede "refundido entre el entusiasmo de las palabras que son recibidas, pero que al final pueden terminar siendo desconocidas".
“Que en los lugares a los que iremos para continuar nuestra vida ordinaria, sean un testimonio de la grandeza de la fe en Dios, que une los corazones divididos y eleva el espíritu humano. Sean un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el norte y el sur y entre todos los que creemos que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman”, puntualizó el jesuita.
Orientaciones clave para la promoción de la reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral en Colombia
Por su parte, monseñor Edgar Aristizábal, recordó que muchos de los conflictos que se viven actualmente en el mundo tienen una raíz religiosa debido a la incapacidad de reconocer la diversidad con la que hemos sido creados, actitud que, de acuerdo con el Obispo de Yopal, es la base del “lamentable fundamentalismo”.
“En la declaración de Abu Dabi, de la cual estamos conmemorando el primer lustro, se llegaron a acuerdos que otros líderes religiosos han suscrito con el pasar de los años, como son: trabajar por vencer el individualismo, fortalecer los valores espíritu, luchar contra cualquier tipo de extremismo religioso, buscar la distribución equitativa de los recursos naturales, redescubrir a la familia como el núcleo de la sociedad, trabajar con las nuevas generaciones, sobre todo en lo que concierne el cuidado de la casa común, entre otros”, refirió monseñor Aristizábal.
Además, el presidente de la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso de la CEC, refirió que la actual Política Pública de Libertad Religiosa que tiene Colombia reconoce que las entidades religiosas son promotoras de reconciliación, paz, justicia y desarrollo humano integral. Por ello, de acuerdo con el obispo, el Estado, favorece las iniciativas que buscan estas metas.
“Por nuestra parte, desde una y otra orilla de la diversidad religiosa, continuamos incentivando en la cotidianidad de la vida las enseñanzas que sostienen nuestras convicciones. Y en medio de toda esta diversidad, convergemos en las esperanzas de un país en paz y en justicia. Ese es el motivo que nos impulsa a conmemorar y recordar los compromisos de trabajar con insistencia en estas metas”, agregó monseñor Aristizábal.
La Declaración de Abu Dabi: punto de llegada y punto de partida en la búsqueda de la fraternidad
El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, basó su intervención en la importancia del diálogo interreligioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad, a la luz del magisterio de la Iglesia. Allí, inició recordando que, aunque la Declaración de Abu Dabi representa un hito único en la historia del diálogo interreligioso, tiene una larga prehistoria que merece ser recordada para no cometer el error de considerarlo como el fruto de una intuición improvisada, sino como una especie de catalizador que se pone como punto de llegada de un largo camino y, al mismo tiempo, como nuevo punto de partida.
En este sentido, realizó un recorrido que incluyó varios pronunciamientos y documentos previos durante los pontificados de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, en medio de diversos contextos históricos. Posteriormente, se refirió a cómo Abu Dabi ha inspirado algunas nuevas pistas y cómo el principio fraternidad se ha vuelto un pilar central en el magisterio del papa Francisco.
“El Papa expresa la necesidad de acompañar a los jóvenes para que, como árboles plantados, transformen cada día el aire contaminado de odio en oxígeno, de fraternidad”, anotó el representante del Papa Francisco en Colombia.
Reconoció también el señor Nuncio que esta declaración ha servido como base fundamental para algunas de las ideas expuestas posteriormente por el Santo Padre en diversas intervenciones y en documentos como su Encíclica Fratelli tutti - “Hermanos todos” .
“El papa Francisco, al proponer la fraternidad como fundamento de la amistad social y de la búsqueda del bien común, podríamos decir, propone la fraternidad como fundamento de una ética universal”, puntualizó monseñor Rudelli.
Una oportunidad especial para reafirmar el compromiso interreligioso en el trabajo por la paz y el desarrollo humano integral
Al cierre del evento, diez líderes religiosos provenientes del cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo y el hinduismo realizaron un acto simbólico en el que cada uno leyó un pasaje extraído de la Declaración de Abu Dabi. Al final, se unieron los más de 200 participantes presenciales con la lectura al unísono de un compromiso por la reconciliación y la paz.
Los ponentes coincidieron en hacer eco de las palabras del papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti sobre la fraternidad y la amistad social, escrita en el año 2020 cuando expresaba que:
“Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia. Como enseñaron los Obispos de India, «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor»”. (FT, 271).
Vea a continuación la transmisión del evento:
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/28-nombramiento-german-medina-y-edwin-raul-episcopal.jpg)
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/13-inicio-grupo-de-trabajo-por-colombia-en-roma-papa-francisco-colombia%20%282%29.jpg)
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2023-05/monse%C3%B1or-jose-libardo-garces-monsalve_Obispo%20de%20C%C3%BAcuta.jpg)
La familia defiende y protege la vida
Mar 11 Jun 2024
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/25-fallecimiento-monse%C3%B1or-william-de-jesus-ruiz-velasquez.jpg)
Mar 25 Jun 2024
Falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, Prefecto Apostólico Emérito de Leticia
A sus 82 años de edad, falleció monseñor William de Jesús Ruiz Velásquez, quien, entre el 8 de julio de 1997 y el 23 de octubre del 2000, se desempeñó como Prefecto Apostólico de Leticia (Amazonas). El pastor antioqueño fue el segundo en desempeñar este oficio, antes que dicha circunscripción eclesiástica fuera elevada a Vicariato Apostólico por el papa Juan Pablo II.La muerte de monseñor Ruiz Velásquez se produjo en la madrugada de este martes 25 de junio en la ciudad de Medellín, donde vivía desde el año 2016 en una casa familiar.Monseñor William de Jesús nació el 2 de octubre de 1941 en el municipio de Entrerríos (Antioquia). Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Cursó una maestría en Catequesis en la Universidad Católica de París (Francia).Fue ordenado sacerdote para el clero esa misma jurisdicción el 11 de septiembre de 1966, por monseñor Miguel Ángel Builes. Allí desempeñó múltiples oficios pastorales, entre ellos: Vicecanciller de la Curia y Notario del Tribunal Eclesiástico (1969), Promotor Diocesano de la Pastoral Vocacional (1973), Vicario de Pastoral de la Diócesis (1995) y Coordinador de la Pastoral Familiar (1996). En julio de 1997 fue nombrado Prefecto Apostólico de Leticia, misión que desempeñó por tres años.Al regresar a su región natal, entre los años 2001 y 2016 fue párroco en los municipios de Amalfi, Yarumal y Donmatías. Allí apoyó también diferentes procesos de desarrollo municipal e impulsó iniciativas asociadas a la educación, la defensa de la vida y la institucionalidad.Fue colaborador permanente del Consejo de Administración de la Cooperativa Fraternidad Sacerdotal.El padre Luis Alfonso Urrego Monsalve, administrador diocesano de Santa Rosa de Osos, expresó sus condolencias a familiares y amigos del presbítero, e informó que las exequias se celebrarán este miércoles 26 de junio, a las 3:00 p.m., en la Catedral Metropolitana de Medellín.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/24-jornadas-de-capacitacion-cultura-del-cuidado-provincia-eclesiastica-de-barranquilla-2.jpg)
Mar 25 Jun 2024
Finaliza la segunda etapa de ‘Iglesias seguras y protectoras’: la última jornada de formación en prevención de abusos se desarrolló en la Provincia de Barranquilla
Entre el 19 y el 21 de junio, en la ciudad de Barranquilla, se llevó a cabo la última jornada de capacitación de la iniciativa ‘Iglesias Particulares Seguras y Protectoras’ implementada por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Un proyecto que tiene como finalidad promover la atención y prevención de abusos y violencias en las diferentes regiones del país.A este llamado por la cultura del cuidado en la Iglesia Católica acudieron alrededor de 500 personas, entre obispos, sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis de Barranquilla y de las diócesis de Riohacha, Santa Marta, Valledupar y El Banco, jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla.Como parte de la agenda desarrollada en esta última etapa, se implementaron diferentes talleres y conferencias sobre la cultura del cuidado: los desafíos a nivel social y eclesial, la generación de entornos protectores y la atención a víctimas. También se presentaron las líneas guía, líneas operativas y buenas prácticas propuestas por la CEC. Estos espacios estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, del Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal y del presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado.La psicóloga Diana Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, comenta que se pudo dar un encuentro como comunidad eclesial para trabajar en aspectos que, en materia de prevención, son de gran importancia. De ellos, destacó el reconocimiento de la realidad sobre la problemática de violencia sexual en cada territorio de la Provincia de Barranquilla, así como la evaluación de los factores de protección que favorezcan el cuidado, de manera especial, de niños, niñas y adolescentes.Por una cultura del cuidado con rostro provincialEstos tres días de formación significaron el encuentro fraterno de una “Iglesia viva, actuante y alegre”, así lo indicó la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta de ese organismo de la CEC.De acuerdo con monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, los prelados de las cinco Iglesias particulares estuvieron de acuerdo con que estas jornadas coincidieran con la formación obligatoria de sus cleros, de tal manera que se les diera la mayor importancia posible. “Para la provincia ha sido un momento providencial porque también nos ha permitido acercarnos de manera mucho más profunda y consistente al Sistema para la Cultura del Cuidado que ha impulsado la Conferencia Episcopal. Diríamos que ahora este sistema va a adquirir un rostro provincial, el rostro de la Provincia de Barranquilla”, así lo expresó monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de Santa Marta.Monseñor Bacci Trespalacios, indicó también que ahora cada Iglesia particular tiene como tarea no solo divulgar los contenidos abordados, sino también profundizar en cómo hacer vida la cultura del cuidado en todos los ámbitos eclesiales.Una cultura del cuidado que no se agota en las jornadas de las provincias“Es muy importante reconocer que el ejercicio no se puede quedar solamente en esta capacitación o en las capacitaciones realizadas en las diferentes provincias. Es necesario que esta información también sea comunicada con los diferentes miembros que hacen parte de los ambientes eclesiales y de allí la importancia de realizar un trabajo muy riguroso con las comunidades”, señaló la doctora Diana Suárez.La piscóloga, quien, además, coordina la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, señaló también la necesidad de sensibilizar a los agentes de evangelización y a los padres de familia sobre los riesgos que hay en el entorno digital para los menores y en las normas específicas para el cuidado y la protección de todos los que hacen parte del ambiente eclesial. Además, brindar un acompañamiento integral a las personas que han sufrido a causa de abusos o violencias, sin riesgo a revictimizarlas.Al cierre de estas jornadas, monseñor Pedro Mercado, indicó que, a pesar de que la primera parte del proyecto se ha cumplido, la labor pedagógica debe continuar, de manera especial, con los futuros pastores de la Iglesia: “Hay que acentuar todavía más la prevención e ir sobre todo a los seminarios para que la cultura del cuidado no llegue ya en un momento tardío de la formación sacerdotal, sino precisamente cuando se está gestando ese futuro ministro, ese futuro sacerdote, servidor del pueblo de Dios. De tal manera que, desde esa etapa temprana, la cultura del cuidado haga parte de su formación para un servicio integral a la Iglesia”, remarcó monseñor Mercado.De esta forma, concluyeron las jornadas de capacitación sobre atención y prevención de abusos implementadas por la Conferencia Episcopal de Colombia en once de las catorce provincias eclesiásticas del país, desde la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. La Oficina para la Cultura del Cuidado continuará animando y articulando otros procesos formativos en diversas instituciones eclesiales bajo el propósito de aportar a la construcción del Sistema para la Cultura del Cuidado propuesto por los obispos en las ‘Líneas guía’.Vea el resumen informativo de la jornada:Para conocer más información sobre el trabajo de la Iglesia colombiana por la cultura del cuidado, haga clic aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/21-713-comedores-comunitarios-alimentan-a-58-mil-personas-arquidiocesis-de-cali.jpg)
Vie 21 Jun 2024
En “La Sucursal del Cielo”: Iglesia, Estado y comunidad luchan juntos contra el hambre
Con la operación de 713 comedores, ubicados en las 22 comunas y en 15 corregimientos del Distrito Especial de Santiago de Cali, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, en articulación con la Alcaldía de la capital vallecaucana y gracias al apoyo de gestores de la comunidad, diariamente brinda alimento a 58.000 personas de diferentes edades que tienen grandes necesidades económicas.En el caso de la Iglesia, la iniciativa se realiza mediante un servicio conocido como “Diaconía del Pan”. Desde el cual no solo brindan alimento material sino también espiritual a personas de escasos recursos.A través de estas acciones, la Arquidiócesis de Cali busca hacer vida la Doctrina Social de la Iglesia. Es así, como el padre Diego Fernando Guzmán, delegado de la pastoral social arquidiocesana, comenta que, hace aproximadamente nueve años, existe una alianza con el Distrito de Cali y los gestores sociales, mediante la cual se ha generado un impacto social importante para mitigar el hambre, un problema de grandes dimensiones en la denominada “Sucursal del Cielo”.“Desde esta acción conjunta logramos que la acción del Evangelio, el amor misericordioso de Jesucristo, la invitación a la fraternidad, a la mano tendida para el más pobre, pues se pueda hacer realidad, se pueda hacer efectiva”, agregó el sacerdote.De ollas a comedores comunitariosLa historia de estos comedores se remonta a 1996 con la creación de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz y del Banco de Alimentos, por iniciativa de monseñor Isaías Duarte Cancino. El pastor que abanderó una lucha decidida contra la violencia y la defensa de los derechos humanos. Lucha que, seis años más tarde, le costaría la vida, pues fue asesinado, al parecer, por sus fuertes denuncias en el marco del conflicto armado que afectada a la capital vallecaucana y a muchas otras regiones del país.En el año 2015, la Arquidiócesis y la Alcaldía de Cali firmaron el primer convenio para trabajar por la mitigación del hambre. Con el apoyo de un importante número de laicos que hasta hoy desempeñan labores de gestores, pusieron en funcionamiento 46 espacios denominados “ollas comunitarias”, a través de los cuales alimentaban a cerca de 6.000 personas.En dichas “ollas” se unían diferentes familias, lideradas en su mayoría por las mujeres, para cocinar y compartir grandes cantidades de alimento como medio de supervivencia, debido a la difícil situación económica y la enorme ola de violencia que golpeada su territorio. En dicha misión, al calor de fogón de leña, prevalecía siempre el sentido por el bien común.Con el pasar de los años la iniciativa se fue fortaleciendo y permitió pasar “de las ollas”, a la creación de un programa más integral de comedores comunitarios. Desde él, ya no solo buscan brindar alimento material sino también alimento espiritual y acompañamiento psicosocial a las personas beneficiadas. Además, han logrado crear huertas comunitarias y apoyar emprendimientos locales, entre ellos, de pequeños productores, favoreciendo así el desarrollo y empoderamiento de las comunidades.Conozca más detalles ingresando aquí.
![](https://cec.org.co/sites/default/files/2024-06/19-Iglesia-en-Boyaca-atencion-y-prevencion-de-abusos-cultura-del-cuidado.jpg)
Jue 20 Jun 2024
Iglesia en Boyacá recibió formación en atención y prevención de abusos: casi 800 personas participaron
Entre el 12 y el 14 de junio, Duitama fue sede de las jornadas regionales de capacitación sobre atención y prevención de abusos desarrolladas por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en el marco de la iniciativa “Iglesias Seguras y Protectoras”. En esta oportunidad, con obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de la Provincia Eclesiástica de Tunja. De manera especial, de las cuatro jurisdicciones de Boyacá: la Arquidiócesis de Tunja y las diócesis de Duitama-Sogamoso, Garagoa y Chiquinquirá.Cerca de 800 personas de zonas urbanas y rurales del departamento acudieron a esta convocatoria, liderada por los obispos y los miembros de los organismos encargados de la cultura del cuidado en cada una de estas Iglesias particulares . También asistieron algunos representantes de la Diócesis de Yopal, que hace parte de esa provincia.Se trata del cuarto ciclo de formación por provincias eclesiásticas facilitado en lo que va corrido del 2024 por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y el Departamento de Comunicaciones de la CEC, así como por el Presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Pedro Mercado. En él, se llevaron a cabo conferencias, talleres y diálogos específicos en torno a temáticas como: claves para generar entornos protectores, elementos psicosociales para identificar situaciones de abuso, fundamentos canónicos para la atención y aspectos necesarios para comunicar con enfoque de cuidado y prevención.“Este momento ha sido un paso más, un escalón más, en todo el compromiso que tenemos las diferentes diócesis de esta jurisdicción, en esta cultura del cuidado y ser verdaderas apóstoles de la prevención”, expresó el padre Ricardo Alonso Lache, también de la Diócesis de Garagoa.Sobre el sentido fundamental de la cultura del cuidado y las reflexiones suscitadas durante las jornadas, monseñor Julio Hernando García Peláez, obispo de Garagoa, afirmó: “Se trata de un acto de responsabilidad en lo que es la Iglesia como tal, que debe continuar la obra de Jesús, atendiendo de modo especial a los niños y brindándole a los niños ambientes seguros. Jesús bendecía a los niños. Nosotros estamos para cuidar a los niños y bendecirlos.”Por su parte, el padre Óscar Pinzón, administrador diocesano de Duitama, destacó la necesidad de afianzar cada vez más el trabajo por la cultura del cuidado a nivel provincial, así como los retos que tienen tras esta formación:"Aquí en Boyacá el tema provincial está muy muy arraigado y hemos trabajado de la mano las diócesis vecinas, conformando una suerte de comisión o Delegación Provincial para la Cultura del Cuidado, con la cual nos reunimos mes a mes, hemos preparado también remotamente este encuentro de Iglesias particulares, pero sigue el esfuerzo de ver qué nos hace falta: perfeccionar los decretos con los cuales se crean las comisiones, las oficinas, también de los materiales y de las formas en que en cada diócesis podemos llegar a ser multiplicadores de esta buena noticia".Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja también valoró la actividad como una oportunidad para aclarar dudas y unificar criterios. Además, aprovechó para hacer una invitación especial que permita seguir fortaleciendo el Sistema para la Cultura del Cuidado que ha sido definido por la Iglesia Católica colombiana:"Invitar a todos los que ya han pasado también por esta formación a que demos un paso adelante: que se estabilice en cada una de las jurisdicciones la oficina, como lo ha pedido el papa Francisco "Vos Estis Lux Mundi", que haya un organismo en el cual la gente tenga fácil acceso a todo lo que tiene que ver con denuncias o prevención de este fenómeno, de los abusos de poder, de conciencia y sexuales, que tanto dolor causan en la sociedad y específicamente nuestra Iglesia".Las jornadas finales de este ciclo formativo se están desarrollando entre el 19 y el 21 de junio con las jurisdicciones que conforman la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Así, la Conferencia Episcopal de Colombia clausurará la segunda etapa de este proyecto, que ha sido auspiciado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Vea a continuación el informe del evento: