Pasar al contenido principal

cultura del cuidado

Jue 16 Mayo 2024

Iglesias particulares del Tolima y del Huila reafirman su compromiso con la prevención, detección y atención de abusos

Esta vez, cerca de 250 personas participaron en las jornadas de formación sobre prevención, detección y atención de abusos y violencias, orientadas por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en el marco de la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. Entre el 8 y el 10 de mayo, sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos provenientes de diferentes territorios que conforman la Arquidiócesis de Ibagué y las diócesis de El Espinal, Líbano-Honda, Neiva y Garzón, acudieron a este importante llamado, liderado por sus propios obispos.La Casa de Retiros Casa Blanca de la ciudad de Ibagué (Tolima) fue la sede elegida para el desarrollo de estos espacios pedagógicos, que se hacen posible gracias al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y a la articulación entre la Conferencia Episcopal de Colombia y las jurisdicciones eclesiásticas del país.Diversas conferencias, talleres prácticos y espacios de trabajo grupal, hicieron parte de la metodología que orientó las jornadas. “Hicimos análisis de factores de riesgo, promoción de factores de protección, el reconocimiento de la problemática de la violencia sexual y el cómo poder abordar ese tipo de situaciones, no solamente en el ámbito civil, sino también en el ámbito canónico. Fue un ejercicio que también nos permitió reconocer la realidad de la población de cada uno de esos territorios y pensarnos un poco hacia dónde debemos caminar en materia de prevención y de promoción de una cultura del cuidado”, así lo explica la doctora Diana Marcela Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá.Por su parte, Myriam Maryory Saavedra Vanegas, coordinadora psicosocial de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Ibagué, quien participó en todas las jornadas, se refiere a lo que para ella es más significativo: “Más allá de las herramientas y de los elementos que nos han brindado para fortalecer estos procesos que llevamos. Si bien es cierto es una queja, es un sufrimiento que viene dándose en la Iglesia desde hace muchos años y para nosotros como laicos es una medida de mucha esperanza, que nos puedan incluir en esos procesos para garantizar la protección de esas personas que pueden ser vulneradas de sus derechos. Siendo los ambientes de Iglesia esos espacios para poder protegerlos, resguardarlos, para poder evangelizarlos en muchos momentos, consolarlos”.Frente a la aplicación específica de estas orientaciones en diversos ambientes eclesiales, la hermana Doris Pulgarín, de la Congregación de las Hijas de las Misericordias, quien apoya a la Diócesis de Líbano-Honda y está vinculada a un colegio, afirma que en el ámbito educativo se tiene que prestar aún más atención a estos a este tema; “tenemos que saber diligenciar y operar bien las rutas para evitar también muchas complicaciones a nivel pastoral educativa…Hacernos conciencia a todos y generar esa inquietud de seguirnos formando permanentemente sobre la cultura del cuidado, que se haga para nosotros cultura”.La delegación de la Diócesis de Neiva en el evento estuvo conformada por cerca de 70 personas, entre ellas, los 36 seminaristas del Seminario Mayor San Sebastián. Monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de la Diócesis de Neiva, comparte la importancia de esta participación:“Queda lo que podemos hacer de ahora en adelante, esa formación de los futuros sacerdotes. Tenemos que apostarle con responsabilidad, con todos los elementos que podamos brindarles para que verdaderamente puedan ser testigos de Jesucristo, con todo lo que esto implica, de vida recta, de santidad, de responsabilidad, de predicación, de testimonio, de coherencia. Por eso me interesaba mucho que vinieran los seminaristas, porque tenemos que apostarle a quienes están formando, para que sean en el día de mañana los mejores sacerdotes, que continúen esa labor que el Señor Jesucristo ha depositado sobre cada uno de nosotros pecadores como somos, frágiles, con tantas incoherencias, sí, pero que en este aspecto, podamos ser el mejor testimonio para el mundo de hoy”.En esta oportunidad, las jornadas contemplaron varios momentos dedicados a la espiritualidad, oraciones y reflexiones también orientados desde la cultura del cuidado. Los obispos de la provincia eclesiástica presidieron las Eucaristías celebradas. La doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, relata el sentido:“Tenemos que centrar también nuestro encuentro en la oración porque el magisterio pontificio ha insistido muchísimo en que este tema de las violencias, de los abusos en los entornos eclesiales, ante todo, plantea un problema de conversión. Y la conversión nos tiene que llevar a reconocernos como hijos de Dios y asumir las responsabilidades que nos corresponden. Entonces, una centralidad de la Eucaristía, en la reflexión y en la oración, pidiendo por las víctimas, pero también solicitando la misericordia de Dios respecto de los agresores. Creo que estos espacios de oración indudablemente nos plantean que, como Iglesia, tenemos que buscar una respuesta armónica. No somos una simple ONG. El trabajo de la Iglesia no se reduce a presentar protocolos manuales, procesos de formación y capacitación, sino partir de la conversión y necesariamente esto implica la oración”.Además de las jornadas formativas generales, hubo espacio para que los miembros del Consejo, pudieran dar respuesta a algunas inquietudes manifestadas por los miembros de los equipos diocesanos encargados de este trabajo frente a temas relacionados con sus funciones y procedimientos. Esto permitió que se generaran varios planes de trabajo y compromisos de coordinación para construir un sistema cada vez más sólido, con desarrollo y proyección regional por la cultura del cuidado.“Hemos organizado para que en la Provincia Eclesiástica de Ibagué, por diócesis, cada uno se encargue de diferentes trabajos. Hay que hacer protocolos para los seminarios, por ejemplo, entonces, hay un equipo de trabajo en ello. Hay que hacer protocolos para las parroquias. También hay que ir mirando que esté todo muy en sintonía y nos podemos ir ayudando para que no se repita en cada diócesis trabajos que pueden hacerse en conjunto”, señala monseñor Miguel Fernando González Mariño, obispo de El Espinal y administrador apostólico de la Diócesis de Garzón.Más allá de las tareas puntuales, hay desafíos esenciales que deben transversalizar este trabajo, así lo comenta el arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, haciendo también referencia puntual a la charla brindada por monseñor Pedro Mercado Cepeda, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, quien este año también se sumó al equipo de facilitadores de la iniciativa:“¿Qué tareas y qué desafíos de manera general quedaron para el trabajo como provincia en el sentido de la cultura del cuidado? Todos me gustan, pero me encantó el de acompañar. Lo expresó el padre Pedro Mercado y me parece muy importante el tema de acompañar a víctimas y de acompañar al victimario de alguna manera, sí así podemos referirnos, con esa expresión un poco dura y fuerte, pero real. Que el obispo, el clero en general, el equipo de profesionales, pueda hacer un acompañamiento serio, un acompañamiento que sirva para que las personas puedan superar traumas que han dejado algunos hechos de abuso”.Las siguientes jornadas de formación se llevarán a cabo del 22 al 24 de mayo en la Provincia Eclesiástica de Santa Fe de Antioquia.Vea a continuación el resumen audiovisual de las jornadas: Para conocer más detalles sobre el trabajo de la Iglesia Católica colombiana por la cultura del cuidado o consultar documentos orientadores, ingrese aquí.

Jue 25 Abr 2024

Provincia Eclesiástica de Manizales: sede de las primeras jornadas de capacitación del año sobre atención y prevención de abusos

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) puso en marcha la segunda etapa de su iniciativa pedagógica enfocada en la atención y prevención de abusos y violencias, especialmente en niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables, denominada “Iglesias seguras y protectoras”. La Provincia Eclesiástica de Manizales, conformada por la Arquidiócesis de Manizales y las diócesis de Armenia, Pereira y La Dorada-Guaduas, acogió, entre el 17 y el 19 de abril, las primeras jornadas de formación del año.Más de 500 personas participaron de los diversos espacios, entre sacerdotes, miembros de la vida religiosa, seminaristas, diáconos, laicos comprometidos, agentes de evangelización, servidores parroquiales, así como directores y educadores de las instituciones educativas católicas de la región. Monseñor José Miguel Gómez, monseñor Carlos Arturo Quintero, monseñor Rigoberto Corredor y monseñor Hency Martínez, arzobispo y obispos de estas jurisdicciones, lideraron y acompañaron los espacios.Monseñor Carlos Arturo, obispo de Armenia, remarcó la importancia de esta formación en las provincias como un nuevo paso hacia adelante en el camino de la prevención ha venido transitando de manera consistente la Iglesia colombiana en los últimos años. “Un trabajo que está centrado en la cultura del cuidado y que implica indudablemente todo el ser y quehacer, la misión y la identidad de la Iglesia tiene que ver precisamente con el cuidar, proteger y salvar, tres verbos en los que hemos insistido durante estas jornadas de capacitación”, explicó el prelado.Las charlas y talleres estuvieron a cargo de miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado (las doctoras Ilva Myriam Hoyos y Milena Barguil; y el padre Leonardo Cárdenas), de monseñor Pedro Mercado, vicario judicial y presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, así como de la coordinadora de comunicaciones de la CEC, Lida Losada.Temas como las ‘Líneas guía para la Cultura del Cuidado’ de la Conferencia Episcopal de Colombia, fundamentos canónicos para la atención de situaciones de abuso en sus diferentes tipos (sexual, de poder y de conciencia); atención a víctimas y reparación integral; factores de riesgo y acciones preventivas en ambientes eclesiales; y comunicación con enfoque preventivo, transparente e institucional, fueron protagonistas de estas jornadas, realizadas específicamente en las ciudades de Manizales y Pereira.La doctora Milena Barguil remarcó que para prevenir de manera efectiva es esencial conocer lo que se va a prevenir. “Es fundamental que tengan claros los conceptos y hemos enfatizado mucho en eso, en qué son las violencias, los tipos de violencia, los distintos tipos de abuso; también en la normativa tanto estatal como canónica, y los pasos a seguir ante un posible caso de abuso; la activación de rutas, porque no podemos quedarnos con una revelación sin hacer nada. Entonces ha sido muy importante que tengan claro ante un caso qué debemos hacer tanto en la esfera civil como en la esfera canónica”, explicó la abogada.Emmanuel Hoyos, seminarista en Manizales destacó que recibir estas charlas en este momento de su formación es fundamental: “Como seminarista, como futuro pastor de la Iglesia, me marca la responsabilidad que tengo de escuchar, de proteger y de guiar al pueblo de Dios en un camino seguro en donde se sienta que realmente vale, en donde su dignidad como persona sea lo principal”, afirmó.Por su parte, la hermana Delfina Crespo, de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, se refirió a la relevancia de brindar estas capacitaciones a los catequistas, no solo para que tengan presente aspectos doctrinales, “sino un proceso que los lleve a madurar como seres humanos y que entre ellos también se ayuden con el respeto y los valores que nos imprime las exigencias del Evangelio, que es lo más interesante de todo eso, es caminar con Cristo fortaleciendo diferentes ambientes de su entorno y también sus familias, porque en este proceso queremos también que las familias se vinculen, que las familias hagan parte de este caminar, porque lo que buscamos también es hacer camino juntos”, precisó.Precisamente Lorena Galvis, catequista de la Arquidiócesis de Manizales, valoró esta formación para aplicarla en la cotidianidad de las parroquias en función de prevención, pero también el mensaje de esperanza que se puede transmitir entendiendo este como un proceso de purificación y la transformación desde la Iglesia que también transciende a otros contextos: “Es un lugar para abrirnos a la esperanza, saber que tenemos un compromiso grande con los niños y con los jóvenes, no solo en nuestra parroquia, sino en esta sociedad, y que podemos ser un equipo para prevenir cualquier abuso o generar además espacios seguros, protectores y cuidadores para nuestros niños, para nuestros jóvenes y también, por qué no, para aplicarlo en nuestros hogares”.Monseñor José Miguel Gómez ratificó que el compromiso de la Iglesia con la cultura del cuidado está transversalizado por volver siempre a la esencia de su misión: “Sabemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo merece que todos los bautizados, en todas las circunstancias de la vida, demos gloria a Dios con nuestra vida, con nuestra mente, con nuestro cuerpo, con nuestro corazón. Por eso, nos comprometemos a seguir evangelizando, que es la prevención más eficaz para cualquier abuso, para cualquier ofensa a Dios nuestro Señor y a nuestros hermanos”.Durante las jornadas también se llevaron a cabo encuentros con los miembros de las oficinas diocesanas creadas para este propósito. Esto, bajo la idea de apoyar su fortalecimiento, desde la consolidación de los equipos hasta la asesoría para la implementación de políticas enfocadas en la cultura del cuidado.Las próximas capacitaciones se llevarán a cabo en las provincias eclesiásticas de Ibagué, Santa Fe de Antioquia, Tunja y Barranquilla. Al final de esta etapa, en el mes de junio, la Conferencia Episcopal espera poder formar a por lo menos 2.500 personas a través de esta iniciativa.El proyecto “Iglesias seguras y protectoras” se viene desarrollando desde octubre de 2022. Desde entonces, ha contado con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

Mar 12 Mar 2024

Sacerdotes de la Diócesis de Líbano-Honda recibieron formación sobre prevención de abusos y violencias

Entre el 4 y el 6 de marzo, cerca de 40 sacerdotes de la Diócesis de Líbano-Honda participaron de una nueva jornada de formación. En el espacio se abordaron dos temas que son prioridad para la misión de la Iglesia en Colombia: cultura del cuidado y comunicación.En la dimensión de comunicaciones, los espacios pedagógicos estuvieron a cargo del padre Martín Sepúlveda Mora y de Lida Losada Castro, director y coordinadora de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), respectivamente. Para abordar temas asociados a la prevención de abusos y violencias, se contó con el apoyo de la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC. Sobre la comunicación, el padre Sepúlveda enfatizó en la esencia de esta en la evangelización. Para ello, presentó a los sacerdotes las orientaciones y mensajes centrales que se han dado desde el magisterio de la Iglesia. Por su parte, Lida Losada socializó la importancia de la comunicación institucional y compartió herramientas que le permitan a los sacerdotes potenciar su misión digital, aprovechando el uso de diferentes plataformas como redes sociales y aplicaciones móviles.Por otro lado, la doctora Hoyos presentó a los miembros del clero diocesano un panorama de la situación que ha vivido la Iglesia a nivel universal y local con el tema de los abusos. Además, socializó las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado, dos documentos emitidos por los obispos de Colombia para dar una respuesta más efectiva y unificada a estas situaciones, así como para prevenirlas. La reunión fue liderada por monseñor José Luis Henao Cadavid, obispo de esa jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento del Tolima. El prelado pidió a los presbíteros asumir las orientaciones recibidas en todos los niveles de su actividad pastoral, lo que permitirá fortalecer un trabajo específico que desde 2008 vienen adelantando como Iglesia particular en este sentido.“Que todos nos dispongamos en el respeto y en la ayuda siempre del servicio a buscar medios, caminos, modos de hacer, que es la dignidad de la persona humana siempre sea respetada y que, desde la Iglesia, con mayor razón, sepamos estar atentos a este esfuerzo que se hace por estar superando todas estas situaciones que afectan realmente a la Iglesia”, expresó el monseñor Henao.El padre Esteban Mazo, sacerdote participante ha destacado que la Iglesia está cada vez más consiente que la prioridad debe ser contar con pastores que cuiden al Pueblo Santo de Dios. Razón por la cual refirió que este espacio de reflexión y formación les aporta significativamente. También afirmó que, ante estas situaciones que generan tantas heridas, es fundamental que los sacerdotes vivan un profundo examen de conciencia sobre su ser y acción ministerial, teniendo como base la coherencia. Además, recordó que la centralidad debe estar en las víctimas y personas que han sufrido por esta causa.“Estas situaciones han herido y lacerado profundamente la unidad y el corazón de la Iglesia, pues se han producido por factores que aún hoy continúan acompañando nuestro camino eclesial: la lucha en contra del clericalismo, el pensar que los sacerdotes, quizá, seamos los intocables; quizá la falta de espiritualidad que se concentra detrás de la elección de un ministerio; la formación humana como un elemento transversal de la formación de los futuros sacerdotes, pero que camina sobre todo hacia los campos de la madurez afectiva y personal; la valoración de la familia como eje catalizador de todo nuestro ministerio. Yo creo que con estos y otros, son abundantes los retos que hoy la Iglesia nos solicita que podamos llevar a cabo para poder mejorar en este aspecto que es fundamental y, sobre todo, no vale la pena dejarlo por fuera: la atención a aquellos que han sido heridos por tantas circunstancias de humanidad dentro de la Iglesia, las víctimas que siempre tienen que ser escuchadas”, precisó el sacerdote.Los presbíteros también reconocieron que transversalizar sus entornos y procesos desde el cuidado representa una prioridad que deben liderar. Eso sí, integrando a todos los miembros de las 31 parroquias que tiene esta diócesis, principalmente a nivel rural, para que en realidad se trate de todo un sistema que cuide a las personas. Así lo explica el padre Andrés Soto:“Las parroquias ciertamente tienen un contacto con todas las personas, con los niños, con los jóvenes, con los adultos y todo lo que hemos visto durante estos días, todo lo que se nos ha hablado al respecto, es una motivación importante para que nosotros, en nuestras parroquias, aprendamos a llevar de la mejor manera el cuidado que debemos tener (…) También sabemos que el mismo Papa, con este tema de la sinodalidad, nos ha invitado, que estamos todos en camino y que sabemos que ese camino guiado por el Espíritu Santo, nosotros como sacerdotes, como catequistas, como los laicos, todos en ese camino, debemos preservar y cuidar nuestra integridad física, nuestra integridad moral y nuestra integridad ante el Señor”.Vea a continuación el informe audiovisual:

Lun 11 Mar 2024

Sinodalidad, misión digital y cultura del cuidado: prioridades para la Pastoral Juvenil de Colombia

Entre el 4 y el 6 de marzo se desarrolló la versión número 38 del Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Juvenil. Tres temas protagonizaron los momentos de reflexión, aprendizaje y trabajo desarrollados en este espacio: el Sínodo de la Sinodalidad, la evangelización digital y la prevención de abusos y violencias.La reunión fue convocada en Bogotá por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Departamento de Estado Laical, dirigido por la hermana Arelis Gaviria Montoya. En ella participaron cerca de ochenta personas provenientes de diferentes regiones del país; sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos encargados de animar y fortalecer la participación de los jóvenes en la Iglesia Católica colombiana.Monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de la Diócesis de Tumaco y miembro de la Comisión Episcopal de Estado Laical, lideró la reunión. El prelado resaltó que, de esta manera, la pastoral juvenil también asume la manera de ser Iglesia sinodal, desde una decidida actitud de escucha, a la que ha llamado el papa Francisco. Además, la relevancia de lo que significa este encuentro como primer paso conjunto en el camino de preparación de los jóvenes colombianos al Jubileo del 2025, tema que también fue abordado en el espacio.Durante los ejercicios de análisis, los participantes tomaron como base el capítulo 17 del informe de síntesis de la primera parte de la asamblea sinodal, titulado: “Misioneros en el ambiente digital”.A propósito de la misión digital, el obispo también afirmó que es una necesidad fortalecerla, pues representa una oportunidad importante para llevar el mensaje del Evangelio a más jóvenes. Eso sí, dejando claro que se trata de una tarea a asumir con responsabilidad:“Este tema de lo digital en la evangelización es un elemento esencial y lo que queremos es conocer este mundo, no ser simplemente comunicadores de un mensaje vacío, sino comunicadores de un mensaje que lleve esperanza, que lleve vida, que lleve alegría a nuestros jóvenes, no alegrías pasajeras, sino esa alegría que nace de un encuentro con Jesús".La orientación sobre temas asociados a la prevención de abusos con especial énfasis en el trabajo de esta pastoral, estuvo a cargo de la Oficina para la Cultura del Cuidado de la CEC. La psicóloga Diana Marcela Suárez Cristancho, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, abordó riesgos, protocolos de prevención y líneas guía en este sentido.Al respecto, el padre John Edison Saldarriaga, delegado de la Diócesis de La Dorada-Guaduas resaltó: “Nos han hablado sobre esos ambientes seguros en los cuales nuestros jóvenes y también nosotros. nos debemos mover, para tener unos encuentros pastorales y unos encuentros con esos jóvenes más seguros y por supuesto, más eficaces”.Por su parte, el padre Gabriel Peña Arciniegas, afirmó que lo aprendido en el encuentro les ayuda a enfrentar el reto, cada vez mayor, que significa llegar a los jóvenes, conociendo las realidades que viven y tocando sus corazones:“Ante la realidad y ante una cultura de la muerte, hoy nuestros jóvenes se ven expuestos a muchas situaciones difíciles que los oprimen, que los excluyen. Nosotros, como Pastoral Juvenil de Colombia, tenemos el reto de llegar a ellos. Hacer una pastoral desde los jóvenes y para los jóvenes, acompañándolos en su proceso de fe”.El encuentro permitió también la socialización de experiencias y desafíos a nivel regional, así como la proyección de nuevas acciones de fortalecimiento a nivel nacional, especialmente, especialmente en el camino de preparación al Jubileo del 2025. Además de destacar la importancia de insistir y formar a los delegados diocesanos para que sean cuidadores de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en cada Iglesia particular, al cierre del encuentro, la hermana Arelis Gaviria remarcó tres compromisos que asumirán ahora como pastoral juvenil:“El primero: la oración como preparación para el gran Jubileo que vamos a tener en el año 2025. El segundo compromiso grande es perder el miedo a las redes y hacer de ellas un uso adecuado donde podamos llevar el amor y la misericordia de Cristo. El tercero será seguir fortaleciendo nuestros equipos nacionales de Pastoral Juvenil: equipo nacional, equipo de asesores, equipo de formación, equipo de comunicación”.La religiosa también aprovechó para destacar la esencia central de esta pastoral en la Iglesia colombiana:“Porque somos una familia que, en el trabajo sinodal con nuestros jóvenes, busca tener claridad sobre los conceptos sobre el amor de Cristo, para que sigamos siendo una Iglesia que camina y peregrina en Colombia con la alegría de los jóvenes, porque ellos son el ahora de Dios, son tierra sagrada”.Conozca otros detalles del evento a través del siguiente informe audiovisual:

Lun 4 Mar 2024

La Iglesia colombiana ubica la prevención de abusos y violencias en el centro de su pastoral vocacional

Más de cien personas, entre sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, participaron en el Encuentro Nacional de Animadores de Pastoral Vocacional 2024. Un espacio de reflexión y formación que, en esta oportunidad, tuvo como tema central la cultura del cuidado. Es decir, una apuesta concreta de la Iglesia Católica colombiana por garantizar que los procesos de discernimiento vocacional sean más maduros, transparentes y estén transversalizados por la prevención de abusos y violencias.Al evento, convocado en Bogotá del 26 al 29 de febrero por el Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), asistieron delegados de 42 jurisdicciones eclesiásticas y 45 comunidades religiosas masculinas y femeninas del país. Bajo un enfoque articulador, la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia también apoyó el desarrollo del encuentro.Los espacios pedagógicos desarrollados, entre charlas, conversatorios y talleres grupales, estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia.De acuerdo con monseñor Guillermo Orozco Montoya, obispo de la Diócesis de Girardota y miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados, el tema elegido para este encuentro es está en línea con el compromiso decidido que ha asumido la Iglesia colombiana frente a la prevención de situaciones de riesgo para niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables.“Los animadores de la pastoral vocacional tienen una responsabilidad muy grande en cuanto que están en contacto con los que van a ser los aspirantes al seminario o a las instituciones religiosas. Hoy están entrando muchos menores de edad que terminan sus estudios tempranamente y lógicamente deben estar preparados los animadores para conocer, sobre todo, los factores de riesgo que se presentan y que tenemos que abordar”.El prelado también afirmó que es fundamental que a quienes se les delegue la pastoral vocacional en las diversas instituciones, sean personas idóneas para manejar este tema; que sepan prepararse para abordar con los jóvenes la opción vocacional, teniendo en cuenta que no es simplemente hablarles de la cultura del cuidado en la vocación, sino también ser cuidadosos en el trato, con un manejo correcto de las relaciones.Un abordaje multidimensional del cuidado en la Iglesia colombianaDurante el encuentro se profundizó en los contenidos de las líneas guía y de las líneas operativas para la cultura del cuidado. Dos documentos emitidos desde 2023 por la Conferencia Episcopal de Colombia, que plantean orientaciones prácticas con enfoque preventivo y de atención a implementar en diferentes dimensiones y ambientes eclesiales.En el espacio también abordaron diversos factores de riesgo y factores de protección, lo que les facilitará ahora la definición de criterios particulares que permitan hacer de la animación vocacional en Colombia una acción pastoral segura para niños, niñas, jóvenes y adolescentes.“Las diferentes disciplinas nos están ayudando a comprender cada uno de los temas abordados desde la parte jurídica, la parte eclesiástica y la parte espiritual porque tenemos que cuidar, no solo cuidarnos nosotros, sino cuidar a cada uno de los que van a ser líderes para anunciar el mensaje de Cristo, desde los niños hasta los confines del mundo”, afirmó al respecto la hermana Martha Inés Ramírez García de la Congregación de Hermanas de la Sagrada Familia de Manizales.“Es Jesús el que llama”En medio del análisis de la realidad actual de los animadores vocacionales, los participantes manifestaron varios desafíos en su misión, entre ellos, la soledad. De acuerdo con la doctora Milena Barguil Florez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, aquí fue fundamental recordarles que “es Jesús el que llama”.Para la abogada, en esa formación inicial es fundamental poder descubrir cuáles son las verdaderas intenciones o motivaciones que están llevando a los jóvenes a decirle “sí” al Señor y optar por una vida sacerdotal o consagrada. Escenario en el que es se hace prioritario el acompañamiento y la formación permanente.“No podemos entrar en un activismo pastoral y perder de vista el mensaje evangélico. Desde ese punto de vista, fueron capaces de entender y despojarse de esa carga, de sentir que son ellos los que tienen que llevar los candidatos. Aquí Jesús es el que nos llama y sigue llamando. Llamó ayer, llama, hoy y llamará siempre”, precisó la doctora Barguil.“Apóstoles del cuidado, apóstoles de las vocaciones”Por su parte, el diácono Luis Fernando Arciniegas, delegado de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy, expresó que el encuentro permitió abordar este tema de manera integral, pues no implica solo al niño, al joven o a la persona vulnerable, sino a toda la familia y a otros actores sociales. De ahí que la manera indicada de entenderlo sea desde la cultura.“Eso es lo que somos, apóstoles del cuidado, apóstoles de las vocaciones. Nosotros mismos vamos a ir a nuestras jurisdicciones, no a ser protagonistas, sino al contrario, a enseñar y a formar para mostrar verdaderamente el Evangelio en su esencia. Hay que promover la pastoral vocacional, hay que fortalecerla, porque vocaciones sí hay. Lo que pasa es que hay que acompañar, hay que hacer procesos, o sea, de la noche a la mañana no vamos a tener resultados de cantidades, números, pero sí en la constancia vamos a tener ese resultado”, afirmó el diácono.Al tiempo, el padre Héctor Arbeláez de la Arquidiócesis de Bogotá entregó un mensaje de esperanza. Refirió que este tipo de procesos de sensibilización y formación darán como fruto “una primavera vocacional” para la Iglesia colombiana.“La Iglesia ha aprendido de sus desiertos, la Iglesia ha aprendido de sus errores y esta posibilidad nos da a ver como el aporte de cada uno de los ponentes, de quienes somos parte de todo este equipo, son personas que sienten el gran valor de decir: hemos aprendido de esta una experiencia de aridez, pero que nos coloca ahora en una esperanza de primavera (…) Nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar al otro y si vamos a formar a quienes van a ser los futuros cuidadores, tenemos que tener esa convicción: una cultura del cuidado que nos responsabiliza del Evangelio, como lo diría San Juan Pablo II, parte de la estructura de la comunidad de la espiritualidad. El otro es un regalo de Dios para mí y eso implica el que yo sea capaz de generar él un espacio de cuidado encuentro Padre”.El compromiso de la pastoral vocacional con la cultura del cuidadoEl padre Leonardo Cárdenas, también miembro Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, afirmó que ahora el gran reto tiene que ver con la transcendencia de lo socializado en este encuentro nacional. Según ha dicho, requiere la toma plena de conciencia que ahora todas las acciones de los animadores vocacionales deben estar orientadas a la instauración de la cultura del cuidado que se enmarque en la planeación e implementación de procesos robustos y no solo de acciones aisladas.También la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, dio a conocer una tarea específica que encomendaron a los delegados de la pastoral vocacional, asumiendo así el cuidado como una misión central y permanente: “Hemos hecho una invitación a los animadores de esta pastoral para que elaboren un decálogo que tenga presente los compromisos, es decir, la memoria de la voluntad, de una voluntad agradecida, de una voluntad que expresa el querer crecer ¿En qué aspectos? ¿A qué me comprometo personalmente? ¿A qué me comprometo como Iglesia? ¿A qué me comprometo a su vez en el ámbito de mi comunidad? Queremos poder presentarle a la Conferencia Episcopal este decálogo, que es una invitación a que estemos actualizando constantemente en nuestra llamada, nuestra vocación como animadores pastorales”, concluyó la doctora Hoyos.

Vie 23 Feb 2024

Sacerdotes de la Diócesis de Fontibón recibieron formación sobre prevención de abusos y violencias

Bajo el llamado de monseñor Juan Vicente Córdoba, cerca de cien sacerdotes de la Diócesis de Fontibón, entre párrocos, vicarios y rectores de seminario, se capacitaron en cultura del cuidado. La jornada de formación, desarrollada el pasado 21 de febrero, fue orientada por la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).Espacio que se desarrolló bajo el propósito central de brindar a los presbíteros y religiosos una aproximación concreta a la realidad de los abusos en la Iglesia colombiana, así como socializar la manera en que se ha abordado esta realidad desde la CEC y el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado.En este contexto, las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado fueron los documentos orientadores de la jornada. Asimismo, se identificaron factores de riesgo y protección para la Diócesis de Fontibón.De acuerdo con la doctora Hoyos, la apuesta por la cultura del cuidado debe ser conjunta. Por ello, lo abordado en estas jornadas tiene que ser de interés y replicado con todos en la Iglesia, incluyendo los laicos.“El papa Francisco nos ha insistido vehementemente que una Iglesia sinodal tiene que caminar junta y en este tema de la prevención de los abusos, todos tenemos que asumir la responsabilidad”, puntualizó la presidenta del consejo.Por su parte, el padre Pedro Rodríguez, rector del Seminario Mayor Santiago Apóstol, afirmó que lo abordado en la jornada les permite seguir fortaleciendo el trabajo que emprendieron desde el año pasado en el seminario, entendiendo la relevancia que tiene generar mayor conciencia sobre este tema en la etapa de formación.“Nosotros en el seminario ya hemos avanzado bastante, estamos terminando de construir todos los protocolos en cultura del cuidado para el seminario y esto nos ayuda a que sigamos avanzando”, expresó el sacerdote.El padre Erik Fabián Olano, vicario de la Parroquia San Efrén de Fontibón, también valoró la relevancia de este tema. “Para ir construyendo nuestra Iglesia como el lugar seguro que todos deseamos; esto nos ayuda a ir prendiendo nuevas formas y métodos para implementar en nuestras parroquias y comunidades”, agregó el padre Erik, quien también está a cargo de la pastoral vocacional diocesana.Este espacio de formación en prevención de abusos y violencias en la Diócesis de Fontibón, se desarrolló luego que el día anterior los sacerdotes sostuvieran un encuentro con el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC. En él profundizaron sobre el Sínodo de la Sinodalidad, comprendiendo la metodología de Conversación en el Espíritu adoptada durante la asamblea, en la que estuvo presente el purpurado, así como el sentido profundo de la sinodalidad en la Iglesia.Para conocer más detalles sobre el trabajo de la Conferencia Episcopal de Colombia en torno a la cultura del cuidado, ingrese AQUÍ.

Lun 27 Nov 2023

Con dos eventos formativos, la Iglesia colombiana se unió a la Semana del Buen Trato 2023

Como una apuesta decidida por seguir aportando a la construcción de la cultura del cuidado a nivel eclesial y social, y en el contexto de la Semana del Buen Trato promovida anualmente por la Alcaldía Mayor de Bogotá, el viernes 24 de noviembre, la Arquidiócesis de Bogotá desarrolló el evento denominado “Cibercuidadores. Interactuando con el Mundo Digital”, en el que participaron más de 400 animadores de evangelización. Posteriormente, el sábado 25 de noviembre, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través de su Oficina para Cultura del Cuidado, llevó a cabo un espacio pedagógico dirigido a directivos y del ámbito educativo y catequético titulado “¿Verdad o Reto? Educar y proteger para la vida”.En ambos encuentros estuvo como ponente principal el fraile agustino recoleto Antonio Carrón de la Torre, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana, presidente de la red educativa internacional EDUCAR y coordinador de la Comisión Interdisciplinar de Protección de Menores de la Orden de Agustinos Recoletos. El religioso español ha sido autor de múltiples textos asociados a estos temas, entre ellos: “Abuso de poder y conciencia y sus implicaciones en la dirección espiritual” (2023), “La prevención del abuso digital en la vida religiosa” (2022). “Los efectos negativos de la pornografía online” (2022), “El entorno digital protector” (2020) y “La cultura del buen trato en el contexto educativo” (2019).Interactuando con el mundo digital:Durante la actividad convocada por la Arquidiócesis de Bogotá en el Centro de Convenciones de la Universidad Católica de Colombia, se abordaron aspectos relacionados con el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la vida de las personas, los nuevos retos tecnológicos que se tienen frente a temas como las deepfakes (noticias falsas), la privacidad y la propiedad intelectual, el crecimiento de los casos de abuso en entornos digitales, así como la exposición y los riesgos a los que se enfrentan los menores de edad en las redes sociales y plataformas digitales. Además, haciendo alusión a lo que ha dicho el papa Francisco, el padre Antonio Carrón cómo estas herramientas ponen muchas veces en juego la dignidad de las personas, pero también lo mucho que pueden favorecer las relaciones y la misma misión evangelizadora, cuando se usan de manera adecuada.En cuanto a pautas propositivas que permitan prevenir la exposición de los niños, niñas y adolescentes a estas situaciones de abuso desde el ámbito educativo y evangelizador, el religioso recordó a los participantes la importancia de educar la vida digital de los menores sabiendo poner normas y límites de uso y frecuencia a tiempo, así como el uso de herramientas de control parental.Educar y proteger para la vida:Al espacio desarrollado en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia asistieron 65 personas de manera presencial y 170 personas más se conectaron a través de la plataforma digital Teams, desde diversas jurisdicciones eclesiásticas del país.Durante sus intervenciones, el padre Antonio afirmó que la clave de educar hoy consiste en desaprender las maneras tradicionales para aprender distintas metodologías, adaptando el rol tan importante que tiene el educador en la vida de los niños, niñas y adolescentes a las nuevas realidades. Allí, el objetivo es ayudar a construir entornos seguros, lo que supone una perspectiva del buen trato.En este sentido, de acuerdo con el fraile español, hoy, más que nunca, se hace necesario el fomento de la inteligencia emocional, siendo guías integrales desde una educación para la incertidumbre, para el cambio, para la relación, para amar y ser amado, así como para en ser buenas personas. Además, en la segunda parte de su intervención, también se refirió al impacto del mundo digital en los menores y procesos educativos.El evento, realizado en articulación con el Departamento de Catequesis y Animación Bíblica de la CEC, contó con la presencia y animación de la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, quien invitó a los asistentes a conocer y apropiar en su trabajo las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado aprobadas por la Conferencia Episcopal de Colombia. “A ser parte de la red colaborativa para la cultura del cuidado, todos estamos llamados a ser apóstoles del cuidado, de la prevención, de la protección”, enfatizó la abogada.Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, fue el encargado de liderar la ejecución de ambas actividades. Durante el espacio convocado por la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá, el prelado resaltó, especialmente, que muchos de los asistentes vienen participando en diversos espacios de formación sobre este tema, lo que indica un claro compromiso y la idea por ser parte de un proceso. En la actividad desarrollada el sábado 25 por la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal, monseñor Alí, quien también pertenece a la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, hizo un recuento de todo lo que ha hecho la Iglesia Católica colombiana en el camino de la atención y prevención de abusos. Además, destacó esta como la primera actividad oficial que convoca dicha dependencia que fue instituida desde el pasado mes de julio.

Vie 27 Oct 2023

Iglesia en Atlántico y Antioquia: comprometida con la formación para la prevención de abusos

Bajo una misión conjunta por seguir construyendo la cultura del cuidado en la Iglesia Católica colombiana, se llevaron a cabo tres nuevos encuentros de formación en prevención de abusos: entre el 19 y el 20 de octubre, la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) realizó dos charlas en la ciudad de Barranquilla, una en la curia diocesana con líderes eclesiásticos y la otra con seminaristas en el Seminario Regional de la Costa Atlántica Juan XXIII. El tercer espacio fue facilitado el 21 de octubre por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado en Antioquia, concretamente en el municipio de Marinilla.Durante estos espacios pedagógicos se tuvo como propósito fundamental socializar las líneas guía y las líneas operativas para la cultura del cuidado aprobadas por el episcopado colombiano, documentos que sirven como guía para la implementación de prácticas seguras y cuidadoras en ambientes eclesiales, de manera especial, con niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables.Los espacios de formación desarrollados en la capital del Atlántico fueron convocados por la Arquidiócesis de Barranquilla en el marco del Encuentro Nacional de Delegados para la Pastoral de Infancia y la Niñez realizado allí por la Conferencia Episcopal de Colombia, en el que también se abordó este tema. Diana María Guzmán Romero, coordinadora de la Oficina para la Cultura del Cuidado fue la encargada de facilitarlos.En la mañana del 19 de octubre participaron más 70 personas, entre sacerdotes, agentes de pastoral, representantes de diversas pastorales y organizaciones que trabajan con niños y adolescentes en la Iglesia. Esta sesión proporcionó una comprensión detallada de cómo implementar un Sistema de la cultura del cuidado en los entornos eclesiásticos. Posteriormente, en la tarde del mismo día y durante la mañana del 20 de octubre, se llevó a cabo una reunión con 16 seminaristas y un formador.“Este evento es fundamental, la Cultura del Cuidado es prioridad en nuestra Iglesia, los niños, niñas, adolescentes y las personas más vulnerables son nuestra prioridad. Hay que llevar estas líneas guías a la práctica, de esa forma podemos transformar y ayudar a formar los agentes de pastoral y a las personas que tienen que ver con cuidado de los niños, jóvenes y adolescentes”, afirmó el padre Álvaro Berdejo, párroco de San Felipe y Juez del tribunal eclesiástico de Barranquilla.Por su parte monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, subrayó la importancia de estos espacios de formación. Anunció planes para implementar estas líneas guía a través de un decreto que se aplicará en toda la arquidiócesis a partir de 2024. Este paso marca un compromiso firme hacia la creación de ambientes eclesiales protectores y seguros, adaptados a las necesidades específicas de la Iglesia Católica del Atlántico. En un evento paralelo, el Seminario Nuestra Señora de Marinilla acogió a cerca de 240 personas que se sumaron a la causa de la cultura del cuidado. Con el apoyo de la doctora Milena Barguil, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC. Entre los participantes se encontraban 170 seminaristas distribuidos de la siguiente manera: del municipio de La Ceja, 110 hacen parte del Seminario Nacional Sacerdotal, 25 de la Asociación Sacerdotal Siervos del Espíritu Santo y 7 de la Asociación Sacerdotal San Pablo Apóstol. De Marinilla estuvieron 30 seminaristas del Seminario Nuestra Señora de Marinilla. Además, 25 presbíteros y formadores de dichas instituciones. También participaron cerca de 50 personas de varias comunidades religiosas, entre ellas, las Carmelitas Descalzas, las Hijas del Fiat, la Visitación, las Siervas del Plan de Dios y los hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.“Estoy muy contento de poder disfrutar de esta formación donde podemos seguir asumiendo conciencia de lo que es la Cultura del Cuidado. Primero cuidándonos a nosotros mismos, cuidar nuestra dimensión espiritual, dimensión emocional y así entonces poder cuidar a los demás, aportar elementos a nuestros seminaristas para que ellos sean, hombres sanos, formados integralmente y puedan ser apóstoles del cuidado”, manifestó el padre José Jairo Holguín, formador en el Seminario Nuestra Señora de Marinilla de la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Por otra parte la hermana Elvis Leonor, priora del Monasterio de Jesús, María y José de Carmelitas Descalzas de La Ceja afirmó: “Esta formación nos ayuda a entender más del tema de la cultura del cuidado que se está promoviendo en la Iglesia Católica, sobre todo para tener conciencia como comunidad y orar por estas situaciones, por estas prevenciones y sobre todo para tener herramientas para que nuestra comunidad sea de un ambiente seguro, donde el Señor siendo el centro sea servido en todos los ambientes”.